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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Coke sobre la Santa Biblia Comentario de Coke
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
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Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Revelation 8". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/revelation-8.html. 1801-1803.
Coke, Thomas. "Comentario sobre Revelation 8". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/
Introducción
En la apertura del s�ptimo sello, siete �ngeles recibieron siete trompetas: otro �ngel pone incienso a las oraciones de los santos sobre el altar de oro. Cuatro �ngeles tocan sus trompetas y siguen grandes plagas.
Anno Domini 96.
Versículo 1
Apocalipsis 8:1 .�Este cap�tulo abre elsegundo gran per�odode esta profec�a; que comienza con la apertura dels�ptimo sello,y se distingue por elsonido de siete trompetas. Este per�odo de lastrompetastiene una duraci�n mucho m�s larga y comprende muchos m�s eventos que cualquiera de los sellos anteriores. En efecto, comprendesiete per�odos, que sedistinguen por el sonido desiete trompetas,y contiene una descripci�n prof�tica del estado del mundo y de la iglesia durante un per�odo de tiempo considerable despu�s de que el imperio se hizo cristiano durante la continuaci�n del imperio en los sucesores de Constantino, cap.
Apocalipsis 8-10. Describe la gran devastaci�n del Imperio Romano por varias naciones que irrumpieron en �l y finalmente le pusieron fin: describe un tiempo de gran calamidad, un estado de nuevas pruebas: muestra a la iglesia lo que esperaba. en nuevos peligros y oposici�n despu�s de ser liberada de la persecuci�n del gobierno pagano romano: y cuando la religi�n cristiana tuviera la protecci�n de las leyes y el favor de los emperadores, la iglesia a�n tendr�a gran necesidad de precauci�n, vigilancia , paciencia y constancia; y a�n quedar�a este est�mulo a la fidelidad y perseverancia,
La fe y la religi�n cristianas deben conservarse, y al final triunfar sobre esta oposici�n, como lo hab�a hecho antes sobre la anterior oposici�n de los emperadores paganos de Roma; y as� se responde plenamente al dise�o y uso general de la profec�a, para dirigir y alentar la constancia de la Iglesia cristiana en la fe y la paciencia, sea cual sea la oposici�n que encuentre del mundo.
Hubo silencio en el cielo - La mayor�a de los int�rpretes est�n de acuerdo en que este silencio en el cielo durante media hora es una alusi�n a la manera de adorar en el templo; porque, mientras el sacerdote ofrec�a incienso en el lugar santo, todo el pueblo oraba afuera en silencio, o en privado para s� mismos, Lucas 1:10 . El d�a de la expiaci�n, todo el servicio fue realizado por el sumo sacerdote; a cuyo servicio particular Sir Isaac Newton ha observado una alusi�n: "La costumbre", dice �l, "en otros d�as era tomar fuego del gran altar en un incensario de plata; pero en este d�a de expiaci�n, que el sumo sacerdote toma fuego del gran altar en un incensario de oro:y cuando baj� del gran altar, tom� incienso de uno de los sacerdotes que se lo trajo, y fue con �l al altar de oro; y mientras �l ofrec�a el incienso, la gente rezaba afuera en silencio, que es el silencio en el cielo por media hora.
" Es cierto, en el d�a de la expiaci�n el sumo sacerdote hizo todo el servicio �l mismo; us� un incensario de oro. y tom� sus manos llenas de incienso; sin embargo, no dudo que la menci�n de un incensario de oro y mucho incienso se refiere a la gloria y perfecci�n del culto celestial, as� como al servicio peculiar del sumo sacerdote. vea la Nota sobre Apocalipsis 8:6 , para mi propia opini�n sobre este punto.
Versículos 2-5
Y vi a los siete �ngeles que estaban de pie delante de Dios, etc. - "Y vi a los siete �ngeles que he mencionado antes, y que entonces estaban de pie delante del trono de Dios; y se les dieron siete trompetas para que cada uno de ellos pudiera sucesivamente hacen sonar una alarma; que entend� como el s�mbolo de algunos hechos muy importantes y de despertar, que iban, en orden de tiempo, a suceder a los que hab�an sido expresados ??por los sellos. Y mientras se preparaban para ejecutar las �rdenes hab�a recibido, otro �ngel,a quien entend� como una representaci�n t�pica del gran Sumo Sacerdote de la iglesia, vino y se par� ante el altar que vi en este templo celestial, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso fragante, que consist�a en una variedad de excelentes perfumes mezclados, para que pudiera presentarlo con las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono; as� como el sumo sacerdote jud�o sol�a quemar incienso en el altar de oro del templo, mientras el pueblo oraba en los atrios del mismo a la hora del sacrificio de la ma�ana y de la tarde.
Y el humo de los perfumes subi� en una nube espesa y olorosa, junto con las oraciones de los santos, de la mano del �ngel mientras estaba de pie delante de Dios; y por ello pareci� significar emblem�ticamente, cu�n agradecidas estaban al Ser Divino aquellas oraciones que proced�an de santos corazones, recomendadas por la intercesi�n de ese gran Sumo Sacerdote, a quien este glorioso �ngel tuvo el honor, en esta ocasi�n, de representar; como hicieron Aar�n y sus hijos en el tabern�culo jud�o de la antig�edad. Y cuando el �ngel hubo cumplido este oficio, a fin de mostrar la terrible manera en que Dios vengar�a el da�o que su pueblo orante en la tierra recibi� de sus poderes tir�nicos y opresores, tom� el incensario y, avanzando hacia el altar de bronce de holocaustos, lo llen� de fuego del altar y lo arroj� sobre la tierra; y tan pronto como se realiz� esta acci�n, hubo largas y terribles voces, truenos y rel�mpagos, que parec�an estallar de la Shejin�, la gloriosa se�al de la Divina Presencia; y tambi�n hubo el repentino y violento impacto de un terremoto, que pareci� sacudir los cimientos del mundo.
"No hubo fuego sobre elaltar de oro, pero el que estaba en el incensario, en el que se quemaba el incienso; de modo que debemos necesariamente, por este fuego del altar, comprender el del altar de bronce, aunque no se declare expresamente as�; y esto puede dar a entender que en algunos otros lugares las mismas palabras pueden, al comparar diferentes circunstancias, tener diferentes ideas adjuntas.
Versículo 6
Y los siete �ngeles se prepararon para sonar. Como los sellos predijeron el estado y la condici�n del imperio romano antes, y hasta que se hizo cristiano, las trompetas presagian el estado y la condici�n del imperio romano despu�s. El sonido de la trompeta, como observa Jerem�as, cap. Jeremias 4:19 y como todo el mundo lo entiende, es la alarma de la guerra; y el sonido de estas trompetas est� dise�ado para despertar y excitar a las naciones contra el imperio romano; llamada la tercera parte del mundo, por incluir quiz�s la tercera parte del mundo, y estar asentada principalmente en Europa, la tercera parte del mundo como se cre�a en ese momento.
Podemos observar que los incensarios aqu� mencionados eran los mismos con elviales llenos de olores mencionados cap. Apocalipsis 5:8 . La ofrenda de incienso en el altar de oro parece determinar esta alusi�n a la ofrenda constante de incienso en los templos y no al servicio propio del sumo sacerdote en el d�a de la expiaci�n; y muestra plenamente la propiedad de esta visi�n al no representar expresamente al sumo sacerdote.
De hecho, muchos int�rpretes, y eso con raz�n, entienden al �ngel, Apocalipsis 8:3 como un emblema de Cristo, el gran Sumo Sacerdote de su iglesia. Cuando el altar de oro pas� a formar parte de la escena, hubo una correcci�n en su apariencia de ser utilizado; y el tiempo de la oraci�n era la hora del incienso.
Esta visi�n probablemente puede estar dise�ada para dar a entender que, considerando las escenas de confusi�n representadas por las trompetas, los santos deben ser sumamente fervientes con Dios para derramar un esp�ritu de sabidur�a, piedad y celo sobre la iglesia, y preservarla a salvo en medio de estas confusiones.
Versículo 7
Sigui� granizo, etc.� V�ase la nota sobre Apocalipsis 8:2 . Probablemente aqu� tambi�n hay una alusi�n a una de las plagas de Egipto, que fue una tormenta devastadora y una tempestad. Ver �xodo 9:23. Es una justa observaci�n de Sir Isaac Newton, que, en el lenguaje prof�tico, las tempestades, los vientos o el movimiento de las nubes, se ponen para guerras; trueno; o la voz de una nube, por la voz de una multitud; y tormentas de truenos y rel�mpagos, granizo y lluvia torrencial, por tempestad de guerra, descendiendo de los cielos y nubes politicas. De la misma manera, la tierra, los animales y las verduras, se ponen para la gente de varias naciones y condiciones: los �rboles y la hierba verde expresan la belleza y la fecundidad de una tierra; y, cuando la tierra es un emblema de naciones y dominios, puede significar personas de rango superior y personas de condici�n com�n.
No es f�cil determinar si fue la intenci�n del estilo prof�tico ser tan particular; pero parece claro que est� dise�ado para expresar algunas grandes calamidades provocadas por el imperio,hierba verde que se limpia m�s f�cilmente, pero tambi�n una gran parte de los �rboles que se supone que resistir�n la violencia de la tormenta; y parece se�alar estas calamidades como el efecto de la guerra y el derramamiento de sangre en todo el imperio romano al comienzo de este per�odo.
En consecuencia, dice el obispo Newton, al tocar la primera trompeta, las naciones b�rbaras, como una tormenta de granizo y fuego mezclada con sangre, invaden los territorios romanos y destruyen la tercera parte de los �rboles, es decir, los �rboles de la tercera. parte de la tierra; y la hierba verde, es decir, viejos y j�venes, altos y bajos, ricos y pobres, juntos. Teododio el Grande muri� en el a�o 395; y tan pronto estuvo muerto, los hunos, godos y otros b�rbaros, como granizoporque la multitud, y respirando fuego y matanza, irrumpi� en las mejores provincias del imperio, tanto en el Este como en el Oeste, con mayor �xito que nunca antes.
Pero con esta trompeta se pretend�an principalmente las irrupciones y depredaciones de los godos, bajo la conducci�n del famoso Alarico, que inici� sus incursiones en el mismo a�o 395; primero devast� Grecia, luego Italia, asedi� Roma y fue comprada a un precio exorbitante; La asedi� nuevamente en el a�o 410. Tom� y saque� la ciudad, y la incendi� en varios lugares, sin escatimar religi�n, ni dignidades, ni vejez, ni ni�os que lloraban.
"Entre otras calamidades", dice Philostorgius, (Hist. Eccles. 50. 2. 100. 7.) "los calores secos, con destellos de llamas y torbellinos de fuego, ocasionaron varios e intolerables terrores; s�, y granizo mayor de lo que podr�a ser sostenido en la mano de un hombre, cay� en varios lugares, pesando alrededor de ocho libras ". Bien, por lo tanto, �podr�a el profeta comparar estas incursiones de los b�rbaros con "granizo y fuego mezclado con sangre"?
Versículos 8-9
Como si fuera una gran monta�a ardiendo, etc. � En el estilo de la profec�a, una monta�a significa un reino, y la fuerza de �l, su metr�poli o ciudad capital. Ver Jeremias 30:24 . Grandes des�rdenes y conmociones, especialmente cuando los reinos son movidos por invasiones hostiles, se expresan en el estilo prof�tico, llevando o arrojando monta�as en medio del mar. Ver Salmo 46:2 .
El mar, en el idioma hebreo, es cualquier conjunto de aguas: ahora, como las aguas se hacen expresamente un s�mbolo de la gente en esta profec�a, cap. Apocalipsis 17:15 el mar bien puede representar la reuni�n de muchas personas y naciones en un cuerpo pol�tico o imperio: y cuando un mar se considera un imperio, las criaturas vivientes en ese mar ser�n las personas o naciones, cuya uni�n constituye ese imperio.
Ver Ezequiel 29:3 ; Ezequiel 29:21 . Buques,por su uso en el comercio, son una representaci�n adecuada de las riquezas de un pueblo; y como son �tiles en la guerra, especialmente para las naciones mar�timas, son emblemas apropiados de fuerza y ??poder. Como los barcos ten�an ambos usos en el imperio romano, bien pueden entenderse tanto las riquezas como el poder de ese imperio.
As� tenemos una descripci�n, en esta parte del segundo per�odo de la profec�a, de un juicio por venir sobre el imperio, en el cual la capital deber�a sufrir mucho; muchas provincias deber�an ser desmembradas, as� como invadidas, y las fuentes de poder y riqueza en el imperio deber�an ser muy disminuidas: y en consecuencia, encontramos en la historia, que este fue en verdad un per�odo calamitoso. El a�o 400 est� marcado como el m�s memorable y calamitoso que jam�s haya sucedido durante el imperio.
Los alanos, v�ndalos y otros b�rbaros, en el a�o 406, hicieron las m�s furiosas irrupciones en la Galia, pasaron a Espa�a y de all� a �frica; de modo que las provincias mar�timas se convirtieron en presa de ellos; las riquezas y el poder naval del imperio fueron muy disminuidos y casi completamente arruinados; pero las calamidades m�s pesadas cayeron sobre la misma Roma, sitiada y oprimida por el hambre y la pestilencia. Despu�s de Alarico y sus godos, los siguientes devastadores fueron Atila y sus hunos, quienes, durante catorce a�os, sacudieron Oriente y Occidente con el miedo m�s cruel, y deformaron las provincias de cada imperio con todo tipo de saqueos, matanzas, y ardiendo.
Primero desperdiciaron Tracia, Macedonia y Grecia, poniendo todo a fuego y espada, y obligando al emperador oriental, Teodosio, a comprar una paz vergonzosa. Atila luego volvi� sus brazos contra el emperador de Occidente, Valentiniano III; entr� en la Galia con setecientos mil hombres, tom�, saque� e incendi� la mayor�a de las ciudades. Pero, finalmente, opuesto en�rgicamente, cay� sobre Italia, tom� y destruy� Aquileia con varias otras ciudades, matando a los habitantes y dejando los edificios en cenizas; y llen� todos los lugares entre los Alpes y los Apeninos con despoblaci�n, masacre, servidumbre, quema y desesperaci�n.
Un hombre as� podr�a compararse con propiedad a una monta�a ardiendo en fuego; quien realmente era, como �l mismo se llamaba, el Azote de Dios y el terror de los hombres; y se jact� de que Dios lo hab�a enviado al mundo con este prop�sito; para que, como verdugo de su justa ira, llenara la tierra de toda clase de males: y limit� su crueldad y pasi�n con nada menos que sangre y fuego.
Versículos 10-11
Cay� una gran estrella del cielo, etc.� Las estrellas, en estilo prof�tico, son representaciones figurativas de muchas cosas. Entre otros, significan reyes y reinos, personas eminentes de gran autoridad y poder. Ver N�meros 24:17 . Daniel 8:10 . Isa�as 14:12 .
Los r�os y las fuentes de agua para abastecerlos pueden considerarse necesarios para el sustento de la vida. El secado de r�os y fuentes de agua, expresa una escasez de cosas necesarias. V�ase Oseas 13:15 . Isa�as 19:5 . Parece tambi�n una alusi�n a �xodo 7:20 .
Aqu�, entonces, tenemos una profec�a, que expresa acertadamente un juicio que vendr� sobre la sede del imperio romano, que deber�a destruir su poder en su manantial y fuente, y cortar todos sus apoyos necesarios; como cuando los r�os y las fuentes, tan necesarios para la vida, se infectan y se vuelven m�s mort�feros que aptos para su uso. Cuando suena la tercera trompeta, dice el obispo Newton, aparece un gran pr�ncipe como una estrella que se dispara del cielo a la tierra; una semejanza no inusual en la poes�a. Su llegada es, por tanto, repentina e inesperada, y su estancia breve. El nombre de la estrella se llama Ajenjo e infecta una tercera parte de los r�os, etc.
Apocalipsis 8:11 . es decir, es un enemigo ac�rrimo y demuestra ser el autor de graves calamidades para el imperio romano. Lalos r�os y las fuentes tienen una conexi�n cercana con el mar, y fue dos a�os despu�s de la retirada de Atila de Italia cuando Valentiniano fue asesinado; y Maximus, que hab�a hecho que lo asesinaran, reinando en su lugar, Genseric, el rey de los v�ndalos, habi�ndose establecido en �frica, fue solicitado por Eudoxia, la viuda del emperador fallecido, para vengar su muerte.
En consecuencia, Genserico se embarc� con trescientos mil v�ndalos y moros, y lleg� a las costas romanas en junio de 455, sin que el emperador y la gente lo esperaran. Desembarc� a sus hombres y march� directamente a Roma, que, abandonada por sus habitantes, cay� en sus manos como presa f�cil. La ciudad fue abandonada a la crueldad y avaricia de sus soldados, que la saquearon catorce d�as juntos. Luego zarp� hacia �frica, llevando consigo inmensas riquezas y una innumerable multitud de cautivos, junto con la emperatriz Eudoxia y sus dos hijas, y dej� el estado tan debilitado que, en poco tiempo, fue totalmente subvertido.
Algunos cr�ticos entienden r�os y fuentes, Apocalipsis 8:10. con relaci�n a las doctrinas; y en este sentido la aplicaci�n sigue siendo muy propia de Genserico, quien era un arriano sumamente intolerante, y durante su reinado persigui� con la mayor crueldad a los cristianos ortodoxos.
Versículo 12
El cuarto �ngel toc�, etc.� Al tocar la cuarta trompeta, la tercera parte del sol, la luna y las estrellas, es decir, las grandes luces del imperio romano, fueron eclipsadas y oscurecidas, y permanecieron en la oscuridad por algunos hora. Ver Jeremias 13:16 . Isa�as 13:10 . Ezequiel 32:7.
Genseric dej� el imperio occidental en una condici�n d�bil y desesperada. Luch� duramente y jade�, como si quisiera respirar, a trav�s de ocho reinados cortos y turbulentos, durante el espacio de veinte a�os, y finalmente muri� bajo Momilo, en el a�o 476. Este cambio fue efectuado por Odoacro, rey de los Heruli, quien, llegando a Roma con un ej�rcito de b�rbaros, se hizo proclamar rey de Italia y puso fin al nombre mismo del imperio occidental.
Tras un reinado de diecis�is a�os, fue vencido en el a�o 493, por Teodorico, quien fund� el reino de los ostrogodos en Italia, que dur� unos sesenta a�os. As� se extingui� el sol romano en el imperio occidental: pero las otras luminarias menores, la luna y las estrellas,a�n subsist�a; porque a Roma todav�a se le permit�a tener su senado, c�nsules y otros magistrados subordinados, como antes. Estas luces brillaban m�s d�bilmente bajo los reyes b�rbaros que bajo los emperadores romanos; pero no fueron totalmente suprimidos y extinguidos, hasta despu�s de que el reino de los ostrogodos fue destruido por los lugartenientes del emperador de Oriente, e Italia se convirti� en una provincia del imperio de Oriente.
Longino, en el a�o 566, por autoridad recibida del emperador Justino II. cambi� toda la forma del gobierno, y en cada ciudad destacada se constituy� un nuevo gobernador, bajo el t�tulo de duque. �l mismo presidi� todo; y, que resid�a en R�vena, fue llamado "el exarca de R�vena", como tambi�n lo fueron sus sucesores. Roma fue as� degradada al mismo nivel que otros lugares; y, de ser la reina de las ciudades,
Versículo 13
Vi y escuch� a un �ngel que volaba, etc.� F�jense que aqu� un �ngel proclama que las otras tres trompetas sonar�n para plagas a�n mayores y m�s terribles, y por lo tanto se distinguen de las primeras por el nombre de ay.No son males de naturaleza leve o com�n, sino en extremo; porque los hebreos, que no tienen un grado superlativo, a la manera de otros idiomas, expresan su superlativo repitiendo el positivo tres veces, como en este lugar. El dise�o de este mensajero es llamar nuestra atenci�n sobre las siguientes trompetas; y descubriremos que lo siguiente es m�s marcado que lo anterior.
Lo anterior se relaciona principalmente con la ca�da del imperio occidental; los siguientes se relacionan principalmente con la ca�da del imperio oriental. Lo anterior se describe de manera m�s sucinta y contiene menos tiempo; los siguientes se exponen con circunstancias m�s particulares, y son de mayor duraci�n, as� como de descripci�n m�s amplia. Se�or.
Burton observa: "Las siete trompetas caen a continuaci�n bajo nuestra consideraci�n; las cuales, concluyo, est�n gobernadas por el n�mero apocal�ptico antes mencionado, siete,cuatro de los cuales me parece que ya han sonado; pero los tres restantes, llamados las trompetas de ay, los veo a�n por tocar; aunque parece que nos apresuramos hacia ellos. Porque, sin embargo, la imaginaci�n de los hombres, calentada con un celo piadoso por resolver todas las dificultades escriturales, puede haberlos inducido a creer que cualquier evento pasado respondi� a las descripciones apocal�pticas; las im�genes me parecen demasiado fuertes para cualquier evento que haya sucedido hasta ahora, para ser aplicadas correctamente.
Por lo tanto, me inclino a pensar que el quinto, sexto y s�ptimo a�n est�n por sonar. Lo que me induce a pensar as� es que, en la visi�n del profeta Habacuc, parece que se le da una descripci�n similar a este espantoso que ahora estamos bajo nuestra consideraci�n; que tiene una referencia aparente a aquellos eventos que van a tener lugar en el mismo�ltimos d�as. - Habacuc 1:6 .
Porque he aqu�, levanto a los caldeos, esa naci�n amarga y apresurada, que marchar� por la anchura de la tierra para poseer las moradas que no son de ellos. Apocalipsis 8:7 . Son terribles y espantosos; su juicio y su dignidad proceder� por s� mismos. Apocalipsis 8:8 . Sus caballos tambi�n son m�s ligeros que los leopardos, y m�s feroces que los lobos vespertinos; y sus jinetes se desplegar�n, y sus jinetes vendr�n de lejos; volar�n como el �guila que se apresura a comer.
Apocalipsis 8:9 . Todos vendr�n en busca de violencia; sus rostros se apagar�n como el viento solano, y recoger�n el cautiverio como la arena. Apocalipsis 8:10 .
Y se burlar�n de los reyes, y los pr�ncipes ser�n por burla de ellos; se burlar�n de todo fuerte, porque amontonar�n polvo y lo tomar�n. Esta descripci�n debe despertar nuestra atenci�n y parece responder a los tremendos guerreros de este cap�tulo. Pero, por muy malo que parezca en este momento el grueso de la aturdida multitud , espero que el pozo del abismo a�n no se haya abierto sobre nosotros; ya que, muy probablemente, ese ser� un tiempo espantoso m�s all� del poder de la imaginaci�n para concebir, y puede ser esa misma hora de tentaci�n, que nuestro Salvador ha declarado que alg�n d�a vendr� sobre todo el mundo, para probar a los que habitan en la tierra.
, y de la que Cristo ha prometido de la manera m�s bondadosa a los que han guardado la palabra de su paciencia,que los guardar�, Apocalipsis 3:10 . Considerando que, aunque, a trav�s de la gran prevalencia del pecado, la multitud de los malvados ya, a veces, parecen cabalgar triunfantes; sin embargo, gracias a Dios, no faltan muchas personas que est�n dispuestas a alzarse en defensa de la religi�n, y muchas, que, en sus palabras y obras, exponen toda su alabanza ". V�ase el Ap�ndice del Apocalipsis, para otras opiniones sobre este tema.
Inferencias y REFLEXIONES. � Mientras nos preparamos, con silenciosa admiraci�n, para asistir a los descubrimientos que aqu� se abren sobre nosotros, regocij�monos en la representaci�n simb�lica de la intercesi�n de Jes�s, nuestro gran Sumo Sacerdote, ensombrecido, en tan hermoso y expresivo una manera, por el �ngel de pie en el altar con el incensario de oro y mucho incienso.
�Mirad c�mo las oraciones de todos los santos ascienden ante Dios con aceptaci�n! Vea el m�todo que debemos tomar, si deseamos que el nuestro sea aceptable para �l; y, animados por tal punto de vista, ofrezc�moslos, no s�lo con humildad, sino con alegre confianza, aunque somos conscientes de su gran indignidad.
�A qu� miseria est�n expuestos los que oprimen y hieren a los que, a trav�s de su gran Representante, tienen tanto inter�s en la corte del Cielo! El granizo y el fuego , por mandato divino, defender�n poderosamente su causa; los montes ser�n arrancados de sus bases y arrojados en medio del mar; el sol, el mediod�a y las estrellas se oscurecer�n en sus orbes, y toda la naturaleza ser� arrojada a convulsivas agon�as, antes de que Dios permita que sus fieles santos sean vencidos; o dejar de castigar, con la mayor severidad, a quienes contin�an persigui�ndolos o implorando el mal.
Que representantes tan terribles como estos nos recuerden el poder omnipotente y soberano de Dios, a quien todas las huestes del cielo adoran con reverencia; y ante cuya terrible palabra, cuando da su voz, descienden granizo y carbones encendidos ( Salmo 18:13 ); ante cuya reprensi�n tiemblan las columnas del cielo, y se estremecen los cimientos de la tierra; que habla al sol y no brilla; que oscurece la luna y sella las estrellas.
�Qui�n no te temer�, oh Rey de naciones, tan terrible en los juicios que ejecutas en la tierra? L�branos, te suplicamos, de las miserias multiplicadas y acumuladas de quienes contin�an obstinadamente oponi�ndose a ti; y cond�cenos al fin a tu presencia celestial; aunque sea a trav�s de d�as de tinieblas, aguas de amargura y mares de sangre. Am�n.