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Bible Commentaries
Zacarías 11

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

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Introducción

La destrucci�n de Jerusal�n. Los fieles son cuidados, los impenitentes son rechazados. Los esclavos de la Belleza y las Bandas rotas por el rechazo de Cristo. El tipo y la maldici�n de un pastor necio.

Antes de Cristo 517.

ESTE cap�tulo contiene una profec�a de un elenco muy diferente al anterior. La gente no siempre se comportar�a como deber�a y, por lo tanto, no siempre ser�a pr�spera. Antes de su gloriosa restauraci�n final, estaba condenado a ocurrir un evento de la m�s calamitosa naturaleza, la destrucci�n de la ciudad y el templo de Jerusal�n, que aqu� se predice claramente y se atribuye a su causa apropiada, el castigo por notoria maldad. El reba�o, es decir, el pueblo de Dios, estaba bajo la gu�a de pastores corruptos y sin principios, que los sacrificaban por sus propios puntos de vista lucrativos y ambiciosos.

El Mes�as, entonces, es representado asumiendo por un tiempo la direcci�n de ellos, como el buen pastor. Despu�s de esto, el profeta se presenta como el tipo de un pastor in�til, o una sucesi�n de gobernadores malvados, quienes, sin hacer caso del reba�o, o buscando solo oprimirlo, de inmediato arruinan el reba�o y se destruyen a s� mismos.

Versículo 1

Abre tus puertas, etc. Esta manera de expresi�n muestra suficientemente que no se habla del L�bano mismo, que no ten�a puertas ni portones; pero el templo, construido con cedros del L�bano. En los tres cap�tulos anteriores, Zacar�as habl� de las ventajas y prosperidades de Jud� y Jerusal�n, despu�s del regreso de Babilonia, tanto antes como despu�s de la �poca de los Macabeos.

Aqu� predice la ruina del templo, el rechazo de los jud�os y su sujeci�n a los romanos. Presagia al mismo tiempo una circunstancia notable, en la pasi�n de nuestro Salvador, y se�ala claramente el peque�o reba�o de la iglesia y el cuidado que el gran Pastor tiene de �l. Ver Calmet.

Versículo 2

Aullido, abeto � Oh abeto; porque el cedro ha ca�do, porque, etc. Aullad, encinas de Bas�n, porque el bosque protegido ha sido derribado. Houbigant. Cuando cualquier ap�logo o f�bula llegaba a ser c�lebre por el arte y la belleza de su composici�n, o por alguna extraordinaria eficacia en su aplicaci�n, pronto se convert�a y se usaba en proverbio. Tenemos un buen ejemplo de esto en el mensaje de Jehov� a Amas�as, �xodo 14:9 donde vemos claramente que el ap�logo sat�rico de Jotam del cardo y el cedro se convirti� entonces en un proverbio. Del mismo g�nero es este del profeta, Aullido, oh abeto, etc. para denotar el peligro de la gente inferior, cuando sus superiores no pueden resistir la tempestad. Ver Div. Pierna. B. 4: secta. 4.

Versículo 3

Porque la soberbia del Jord�n ha sido destruida, porque las aguas del Jord�n se han desbordado, y los leones no pueden descansar m�s entre sus juncos y sus riberas; es decir, ning�n lugar de Judea es seguro donde los guerreros y los grandes hombres puedan ir. Houbigant. El Dr. Blayney observa que por "el orgullo de Jordania", se pretende primordialmente esos bosques y matorrales, que se elevan con orgullo sobre las orillas de ese r�o y decoran enormemente la escena.

Pero aqu�, en un sentido secundario y metaf�rico, se ponen para las residencias de esos pr�ncipes y grandes, que con demasiada frecuencia, como leones, devoran y oprimen a las personas que est�n debajo de ellos. En Jeremias 12:5 esos matorrales, refugio de leones y fieras, por lo tanto lugares de gran alarma y peligro, se oponen acertadamente a una tierra de paz y seguridad.

Versículo 4

Apacienta el reba�o del matadero� O el reba�o preparado para el matadero. Ese reba�o se describe de tal manera en el siguiente vers�culo, para hacer evidente que se refiere a un reba�o no de ovejas, sino de hombres , y en consecuencia un pastor aleg�rico. Zacar�as no solo era de una familia sacerdotal, sino uno de los principales sacerdotes; suponiendo que fuera, como es m�s probable que fuera, la persona mencion� Nehem�as 12:16 . Por lo tanto, le correspond�a a su posici�n y cargo asumir la direcci�n y la instrucci�n del pueblo. Porque, como observa su contempor�neo Malaqu�as, el cap. Zacar�as 2:7 .

Los labios del sacerdote deben guardar conocimiento, y deben buscar la ley en su boca. Comp�rese con Deuteronomio 30:10 ; Deuteronomio 33:10 . Jeremias 18:18 ; Jeremias 18:23 . El pueblo es denominado el reba�o de la matanza, porque se consagr� a la ruina siguiendo los malos consejos de sus falsos maestros.

Versículo 5

Y no se tendr�n por culpables, y no se arrepientan, ni se averg�encen. Ver Jeremias 2:3 ; Jeremias 50:7 . Oseas 5:15 .

Aqu� se hace referencia a los romanos, quienes, en el momento de la venida del gran Pastor de las ovejas, el Mes�as, hab�an reducido a los jud�os bajo su poder, a quienes compraban y vend�an como quisieran. Por sus propios pastores se entiende a los principales sacerdotes y gobernantes de los jud�os, que derraman, sin remordimiento, la sangre de su reba�o en sus contiendas civiles.

Bendito sea el Se�or; porque soy rico - Es decir, hip�crita e imp�amente pretenden dar gracias a Dios por haber puesto en su poder el adquirir riquezas por medios tan imp�os.

Versículo 6

Porque no tendr� m�s piedad, etc. - Es una observaci�n que merece atenci�n, que los profetas que representan a dos personas, el Verbo o el Mes�as, y ellos mismos, en los mismos discursos, a veces hablar�n de s� mismos, y en otras tiempos en el car�cter que se les ordena asumir; de estos innumerables casos podr�an darse: desde el comienzo de este vers�culo, hasta que el profeta toma su cayado, �l representa y habla en la persona del Mes�as, cuya conducta se describe aqu� figurativamente.

En la mano de su vecino, se refiere a las guerras civiles, y su rey al emperador romano. Estas cosas sucedieron juntas en el �ltimo sitio de Jerusal�n, cuando los jud�os se destruyeron y asesinaron mutuamente, mientras que los romanos sitiaron su ciudad. V�ase el segundo argumento de Sharpe, p�g. 351 y Houbigant.

Versículo 7

Y alimentar�, etc. En Ezequiel 37:16 el profeta escribe los nombres de las tribus en dos palos que, unidos, expresan acertadamente la uni�n de todas las tribus. Pero aqu� el profeta toma del pastor ladr�n, o personal, para mostrar a la oficina y el poder del Mes�as; el Logos o Palabra; porque, alimentar es gobernar. En una mano sostiene la vara, que �l llama Belleza, para expresar el deleite que el Se�or tiene en gobernar a su pueblo, mientras ellos hacen lo que es agradable a sus ojos y observan estrictamente su parte del pacto que subsiste entre �l y ellos. El resto del personal se llama propiamente Carpetas,para expresar la uni�n de Israel y Jud�. Vea al Dr. Sharpe como arriba. El obispo Chandler observa que los profetas emplean con frecuencia palabras metaf�ricas, con la intenci�n, no de significar lo que es obvio en el primer sentido de las palabras, sino lo que se debe recopilar de otra etimolog�a o derivaci�n de la misma.

A veces se incluye una doble referencia a diferentes personas en la misma palabra; de nuevo, las letras de una palabra se transponen para formar una palabra que no tiene afinidad etimol�gica o sentido con la primera. As�, nuestro profeta llama a una de sus varas de pastor ??? noam, o deleite, que significa el placer que Dios ten�a en su pueblo y el deleite que el pueblo sent�a en la adoraci�n de Dios. �l llama a su otro personal ????? chobelim, bandas, en se�al de que la gente se convirti� en chobelim, corruptores de la ley de Dios , �y sus almas mutuamente ???? bachalah, se aborrecieron entre s�. Ver su Defensa, p. 226.

Dos varas : una vara, o cayado, es la insignia adecuada de un pastor. Los pastores de anta�o ten�an dos varas o varas: una vuelta en la parte superior, para que no lastimara a las ovejas; esto fue para contarlos y separar el sonido de los enfermos (verLev�tico 27:32 .); el otro ten�a un gancho de hierro al final para tirar de las ovejas extraviadas y sujetarlas mientras el pastor las corrig�a. El salmista menciona a ambos all�,Salmo 23:4 . Tu vara y tu cayado me infundir�n aliento. Ver Lowth.

Versículo 8

Tambi�n tres pastores �en un mes� El gran Pastor, el Mes�as, prosigue hablando, conforme a la antigua costumbre, de contratar pastores por un mes. Los sacerdotes cambiaban con frecuencia entre los jud�os durante la �ltima parte de su gobierno o mancomunidad; de donde el sacerdocio se volvi� venal, o fue dispuesto a voluntad de los romanos; ya tales sacerdotes la �ltima parte del vers�culo es justamente aplicable.

Versículos 9-10

Entonces dije, etc.: Estas son las palabras del Mes�as a los sacerdotes de su tiempo, a quienes r�pidamente abandon� y rompi� su bast�n de hermosura o deleite, no estando ya dispuesto a perdonarlos, ni a refrenar al pueblo de oprimirlos. la naci�n jud�a, como antes los hab�a restringido por ese pacto que hab�a hecho con las naciones vecinas.

Ese decreto de Dios, por el cual hab�a impedido que las naciones oprimieran y destruyeran la peque�a comunidad de los jud�os, se llama aqu� el pacto de Dios. Ver Houbigant. Podemos convertir al que muere, Zacar�as 11:9 que est� muriendo.

Versículo 11

Y se rompi�, etc. � Pero cuando esto se rompi� en ese d�a, los pobres o mansos del reba�o, como tambi�n los que velaban conmigo, supieron que esta era la palabra del Se�or. El profeta llama a los que siguieron al verdadero Pastor, los pobres o mansos del reba�o; pero los que velaban, sacerdotes y maestros de la ley, cuyo oficio era velar por su religi�n: cada uno de estos, no mucho despu�s de la ascensi�n de Cristo, sab�a que esta era la palabra del Se�or, que la vara con la cual estaba rota. Dios hasta ese momento hab�a alimentado a su pueblo, y que la ruina tanto de la religi�n jud�a como de la pol�tica estaba pr�xima. Houbigant.

Versículos 12-13

Y dije, & c.� Despu�s les dije, si esto les agrada, denme mi salario; si no, abst�ngase: as�, etc. Zacar�as 11:13 . Y el Se�or me dijo, ech�sela al alfarero, [es decir,] esta muy buena valoraci�n que hicieron de m�. El Mes�as habla esto a los principales sacerdotes y gobernantes de los jud�os, a quienes exige su salario o fe en su Evangelio; pues aqu� no se puede entender ning�n otro contrato. Hemos visto arriba, que Zacar�as no apacentaba el reba�o, y que aqu� se exhibe la persona del Mes�as, a quien solo le corresponde sostener el b�culo del deleite,y mansedumbre, y hacer un pacto con las naciones, para que no destruyan al pueblo jud�o. All� solo habla el Mes�as, que no esperaba otro salario o recompensa de los jud�os que la fe con todas sus benditas consecuencias. ????? sekari, en la �ltima cl�usula, se traduce m�s apropiadamente precio que alquiler, porque el profeta profetiza ambiguamente, y presenta al Mes�as quej�ndose con el siguiente prop�sito: " Exig� mi salario o recompensa de ellos: pero ellos, lejos de pensar en recompensarme, incluso sopes� el precio o el dinero de la compra de mi vida ", dijo St.

Mateo entendi� el lugar, quien por su cita nos ense�a; Primero, ese ????? sekari, aqu� no debe entenderse, como en la primera parte del vers�culo, por la recompensa o el salario de un pastor, sino por el precio mismo de la vida del pastor entregada al traidor Judas: En segundo lugar, que estos palabras, un buen precio por el que fui valorado, de igual manera denotan la valoraci�n, no del trabajo del pastor , sino de su persona [ por la que fui valorado ]; cuya estimaci�n �l llama bien,con desprecio, porque era vergonzoso que los asesinos del pastor, por malvados que fueran, compraran la facilidad de asesinarlo a un ritmo tan bajo. Las �ltimas palabras no pod�an tener ambig�edad en ellas: porque, como nadie hab�a visto a Zacar�as alimentar a un reba�o, ni exigir su salario a nadie, no pod�an dudar de que el profeta, cuando dijo, yo tom� y arroj� los treinta pedazos de plata, etc. predijo que suceder�a de ahora en adelante que treinta piezas de plata, etc.

debe ser echado en el templo para o para el alfarero; aunque las otras circunstancias de esta enigm�tica profec�a dif�cilmente pudieron ser explicadas o entendidas antes del evento mismo. Tal es la explicaci�n de Houbigant de este pasaje. El Dr. Sharpe observa al respecto, que luego de la disoluci�n del pacto, mencionado Zacar�as 11:10 entre el Se�or y los jud�os, como consecuencia de su orgullo y otras corrupciones, fueron entregados a sus enemigos; a pesar de las gloriosas promesas que les hicieron a su regreso, y que hab�an perdido al romper el pacto primero por su parte. En esta ocasi�n, se relata la suerte incluso del pastor mismo, como sucedi� poco despu�s de la �poca de estos disturbios, que se extendieron hasta el reinado de Herodes.Y les dije: �El profeta les dijo , los gobernantes del pueblo, �relatando aqu� lo que realmente sucedi�, cuando uno de los disc�pulos de Jes�s exigi� el precio del Se�or: �Entonces pesaron por mi precio treinta piezas de plata; y el Se�or dijo, & c.

Zacar�as 11:13 . Es el Mes�as, el gobernador, el buen Pastor, a quien los jud�os hab�an rechazado, y no el profeta Zacar�as, quien, como uno despedido, exige el precio m�s bajo que se le da a los pastores. Esto tiene una clara referencia a lo que sucedi� cuando el Mes�as apareci� en la carne y fue nuevamente rechazado por los jud�os. La �nica diferencia en este relato dado por Zacar�as es que el profeta exhibe lo que hizo una tercera persona, sin introducirlo en la relaci�n. Pero esta diferencia es tal, que no impedir� que un hombre juicioso e imparcial crea al profeta, o la Palabra,haber tenido en vista el tratamiento futuro del mismo pastor. Y por lo tanto me despido de observaci�n, que es una clave necesaria para la interpretaci�n de las escrituras del nuevo pacto, que muchas cosas aplicarse a nuestro Se�or en esos escritos son sus propias palabras, entregadas en virtud del car�cter de la Se�or, el Logos o Word; y, por lo tanto, no deben considerarse meramente como ADAPTACIONES de frases tomadas de las escrituras antiguas y aplicadas a diferentes prop�sitos y personas en las nuevas. V�anse el segundo argumento del Dr. Sharpe y Mateo 27 .

El alfarero - No es probable que el alfarero estuviera trabajando dentro del recinto sagrado del templo, como se ha conjeturado; porque el campo del alfarero, el lugar donde se desarrollaba su negocio, fue, como se nos dice, despu�s deMateo 27:7 comprado para enterrar a extra�os.

Pero, �qui�n puede suponer que los jud�os hubieran sufrido tal profanaci�n del lugar santo? Por lo tanto, debe haber sido un campo adyacente, pero sin los muros, el cual, habiendo cavado la tierra para su fabricaci�n, los alfareros lo inutilizaron para cualquier otro prop�sito, se compr� por una suma insignificante y se apropi� como se mencion� anteriormente.

Versículo 14

Luego cort� en dos, etc.� Desde el momento en que el pueblo regres� de Babilonia, los jud�os e israelitas hab�an formado una sociedad tanto de religi�n como de gobierno, sociedad que continu� hasta la �ltima destrucci�n de Jerusal�n, cuando, siendo subvertido el reino jud�o, se rompieron las ataduras y se produjo una desuni�n en la religi�n; algunos de los jud�os continuaban apegados a su antigua ley tanto como pod�an sin el templo, y otros profesaban la fe cristiana. Ver Houbigant. Israel, dice Calmet, denota a los jud�os incr�dulos, que rechazaron a nuestro Salvador; y Jud�, los fieles que creyeron en �l.

Versículo 15

Toma a�n los instrumentos de un pastor necio: El profeta sigue el orden del tiempo, para predecir la locura y la ceguera de los pastores, o de los sacerdotes y gobernantes de la naci�n jud�a, hasta la �ltima destrucci�n de Jerusal�n; quienes no solo despreciaron la religi�n y la seguridad de las ovejas, sino que incluso devoraron a las que val�an la pena devorar; pastores de nada; Zacar�as 11:17 porque as� deb�an traducirse pastores de �dolos, sin retener nada del pastor sino el nombre. El brazo de los jud�os se sec� desde el momento en que ya no pod�an portar armas ni defenderse; como se oscurece su ojo derecho al verdadero conocimiento de las Escrituras, que leen como con un velo delante de ellos.

Versículo 16

Porque he aqu�, que no visitar�, etc. Porque he aqu�, que no cuidar� de los que est�n pereciendo, ni buscar� al errante, ni curar� al quebrantado, ni llevar� al inquieto o cansado; sino que comer� la carne del gordo y le quitar� las pezu�as. Se supone que el pastor imprudente y perverso, en lugar de ser tierno y amable con su reba�o, los arrastra con su cayado de hierro, o los aprieta en terreno �spero y pedregoso, para romperles las pezu�as.

REFLEXIONES.� 1�. Aqu� se predice la destrucci�n del templo y la naci�n jud�os.

1. Est�n dedicados a la ruina. Abre tus puertas, L�bano, para que el fuego consuma tus cedros; que puede entenderse del templo; en la construcci�n que se emple� mucho cedro del L�bano; o de las puertas de Jerusal�n, ambas abiertas a la fuerza y ??quemadas por los soldados romanos. El abeto y el cedro, los valientes de guerra, los pr�ncipes y gobernantes, est�n condenados a caer y entregados al bot�n; y de esto, habiendo sido determinado por Dios, se dice que ya se ha hecho.

Las encinas de Bas�n, las m�s poderosas, est�n ahora taladas; y el bosque de la vendimia, o el bosque fortificado de Jerusal�n, fuerte y lleno de habitantes, es destruido; su gloria ha sido arruinada, sus tesoros saqueados; la soberbia del Jord�n fue destruida, toda la tierra de Judea devastada; a lo que rugen los leones que infestaron las orillas de este r�o; los emblemas de los pr�ncipes y jueces que oprim�an y hostigaban a los pobres.

2. Esto har� aullar entre los pastores, los grandes hombres de la naci�n, quienes con amargo dolor contemplar�n estas desolaciones y se ver�n terriblemente envueltos en ellas. Aquellos que rug�an sobre su presa y eran los terrores de otros, ahora tienen justo juicio estos terrores se volvieron sobre ellos mismos. Nota; En un d�a de recompensa, los pastores malvados y descuidados, ya sean ministros o gobernantes civiles, se encontrar�n con la condena m�s severa.

2�, El pueblo de los jud�os es llamado el reba�o de la matanza, por ser tratado tan severamente por sus pastores, o por ser devoto de la espada. Al profeta, como tipo o representante de Cristo, se le ordena alimentarlos, ministrarles su Evangelio, para que los pobres arrepentidos entre ellos puedan ser alimentados con la palabra de Dios, mientras que otros maduran para la destrucci�n. Tenemos,

1. Un relato de su miserable condici�n. Sus poseedores, que, como buenos pastores, civiles o religiosos, deb�an haberlos cuidado por completo, los matan; sus sacerdotes, escribas y fariseos, con falsas doctrinas destruyeron sus almas; y no se consideran culpables, cegados por el orgullo de sus errores; y los que los venden dicen: Bendito sea el Se�or, porque soy rico, y hago largas oraciones, aunque cargado con los despojos de las casas de las viudas, y se valoran por su piedad y bondad externas, cuando sus holocaustos eran robo, y sus corazones abominables; sin tener piedad de las almas del pueblo. Y triste es el caso de esa iglesia, donde gobiernan pastores tan descuidados, ego�stas y codiciosos.

2. Por eso, Dios los entrega a la destrucci�n. No sentir� m�s piedad de los habitantes de la tierra, que se vieron envueltos en la culpa general, y condenados a hundirse en una ruina promiscua: sus propias divisiones de intestinos allanar�n el camino, y el emperador romano, el rey que eligieron, Juan 19:15 completar�n sus desolaciones.

3. Antes de que venga su juicio, Cristo se compromete a alimentar al reba�o de la matanza, a los pobres del reba�o, a los fieles entre ellos, principalmente a los pobres, que fueron hechos part�cipes de la gracia del Salvador y de todas las bendiciones de su Evangelio; mientras que los gobernantes y los grandes hombres en general rechazaron el consejo del Se�or contra sus propias almas, y as� colmaron la medida de sus iniquidades. Para ejecutar su oficio pastoral, el gran Pastor toma dos esclavos, el que llama Belleza, el otro Bandas; sobre cuyo significado existe una gran diversidad de opiniones.

Pero mira las notas cr�ticas. Tres pastores tambi�n se cort� en un mes; que puede referirse al castigo de los pastores malvados en general; oa los pr�ncipes, sacerdotes y profetas; o las tres sectas de fariseos, saduceos y herodianos; o quiz�s se relacione con alg�n juicio singular sobre tres delincuentes notorios, de los cuales no tenemos ning�n registro.

4. Por su obstinaci�n e impenitencia los jud�os en general son rechazados. Mi alma los aborreci�, y su alma tambi�n me aborreci� a m�; no pudieron soportar sus altas pretensiones como el Mes�as, ni soportar sus duras reprensiones; y mientras el pecador persista en su enemistad contra Dios, debe ser una abominaci�n a sus ojos. Entonces dije: No te dar� de comer; no los cuidar� m�s, ni continuar� su Evangelio entre ellos: que el que muera, que muera; y lo que fuere cortado, sea cortado: �l los entrega a la ruina que han provocado, y los entrega a la pestilencia y a la espada; y que los dem�s coman cada uno la carne de otro, a trav�s de la severidad de la hambruna, o el rencor de sus animosidades mutuas.Y como muestra de este rechazo absoluto de ellos, tom� mi personal, incluso de belleza, y lo cort� en pedazos, para significar el cese de su funci�n pastoral, y su abandono de ellas a la destrucci�n, el nacional peculiar pacto siendo a partir de ahora roto y aboli�; y se rompi� en ese d�a, cuando Cristo los rechaz� (ver Mateo 21:43 .) o cuando muri�; y esto fue evidente cuando poco despu�s de Jerusal�n y el templo fueron destruidos: y los pobres del reba�o que me atend�an , los disc�pulos de Cristo, que asist�an a su ministerio, y eran generalmente de la clase m�s pobre, el reino de Dios estaba compuesto principalmente de tales, sab�a que era la palabra del Se�or,estando mezclado con fe en sus corazones, y estaban completamente satisfechos de que cada tilde se cumplir�a como Jes�s hab�a hablado.

5. Tenemos un ejemplo particular de su desprecio por Cristo. Les dije: Dadme mi precio; y si no, abst�ngase; desp�deme, si no te agrada mi servicio; o si crees que no valgo nada, no me pagues nada. Entonces pesaron por mi precio treinta piezas de plata, el precio de un criado, �xodo 21:32 un buen precio, dice ir�nicamente, que yo era apreciado por ellos: con desd�n, por eso, lo llama al alfarero, en la casa del Se�or. A qu� se refiere esto no podemos perdernos de descubrir; (ver Mateo 27:9.) este es el precio por el cual Judas vendi� a su amo; y con esta suma, que por remordimiento el traidor hab�a arrojado en el templo, los principales sacerdotes compraron el campo del alfarero, un terreno bald�o donde se hab�a cavado barro, para enterrar a los extra�os.

6. En ese momento se disuelve todo su estado civil y su pol�tica. Entonces cort� en pedazos mi otro bast�n, incluso bandas, para romper la hermandad entre Jud� e Israel, sembrando entre ellos un esp�ritu de disensi�n que apresur� su destrucci�n; y cuando fueron destruidos por los romanos, fueron separados y dispersados ??como cautivos por todas las tierras. As�, cuando abunda la impiedad, los lazos de la sociedad civil se aflojan y un pueblo tan malvado apresura su propia disoluci�n.

En tercer lugar, habiendo rechazado al buen Pastor Cristo Jes�s, el pueblo jud�o es entregado a pastores malvados y necios, a quienes aqu� se le manda al profeta personificar, como los escribas y fariseos, que enga�aban y enga�aban al pueblo con falsas y vanas exposiciones. esperanzas, atac�ndolos en lugar de alimentarlos; y, lejos de buscar salvar lo que se hab�a perdido, o curar a los heridos, descuidaron su cargo, o convirtieron a sus pros�litos en siete veces m�s hijos del infierno que antes; por lo cual, pesadas maldiciones son denunciadas sobre ellos: y el car�cter y las aflicciones pertenecen a otros adem�s de ellos, quienes en la iglesia cristiana, pretendiendo alimentar al reba�o del Se�or, en realidad los traicionan y los destruyen. Podemos leer,
1. El car�cter de todo pastor �dolo necio. (1.) Deja el reba�o:descuida el deber de su ministerio, no reside entre las personas encargadas de su cuidado y, por una miseria, consigue un asalariado que le sustituya. (2.) No visita a los cortados, no se preocupa por recuperar las almas perdidas, ni recorre su parroquia o distrito para amonestar y exhortar al pueblo.

(3.) No busca a los j�venes catequizando e instruyendo temprano, deseando educarlos en la disciplina y amonestaci�n del Se�or. (4.) No cura lo que est� quebrantado, pero, si un pobre pecador se dirige a �l con convicci�n de pecado, con el coraz�n sangrando, es un m�dico sin valor; no sabe qu� consejo dar, y malvada e ignorante cura levemente el dolor, clamando paz, paz, donde no hay paz; empeorando as� el mal. (5.) No alimenta al que est� quieto,y por la debilidad y el hambre est� a punto de desmayarse; el reba�o hambriento mira hacia arriba y no se alimenta; las c�scaras de la moralidad seca, o la cicuta de las falsas doctrinas, como la dignidad natural del hombre, la justificaci�n por las obras y los esfuerzos autosuficientes, se les arroja a su ruina. (6.) �l come la carne de la grasa y les hace pedazos las garras: aunque odia la obra del ministerio, sin embargo es rapaz en exigir el salario de ella; y con lujo y comodidad devora la carne y el vell�n del pobre reba�o.

2. La maldici�n es segura y pesada sobre �l. Su brazo se secar�, y su ojo derecho se oscurecer�; la ceguera judicial lo sellar� bajo la ira; su poder para oprimir al reba�o ser� destruido, y la espada de la ira lo alcanzar�. �Ay, pues, del pastor de �dolos!

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Zechariah 11". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/zechariah-11.html. 1801-1803.
 
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