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Bible Commentaries
Judas 1

El Comentario Bíblico del ExpositorEl Comentario Bíblico del Expositor

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Versículo 3

Cap�tulo 31

EL PROP�SITO DE LA EP�STOLA: LA FE UNA VEZ POR TODOS LIBRADOS, Y EL DESARROLLO DE LA DOCTRINA CRISTIANA.

Judas 1:3

El griego de la oraci�n inicial de este pasaje, en el que San Judas explica su raz�n para escribir esta ep�stola, es ambiguo. Las palabras "de nuestra salvaci�n com�n" (???? ??? ?????? ???? ????????) pueden ir con lo que precede o con lo que sigue. Pero hay pocas dudas de que tanto la versi�n autorizada como la revisada tienen raz�n al tomarlas con lo que precede.

La verdadera conexi�n no es: "Mientras me esforzaba por escribiros, me vi obligado a escribiros acerca de nuestra com�n salvaci�n", sino: "Mientras me esforzaba por escribiros acerca de nuestra com�n salvaci�n, Me vi obligado a escribirte exhort�ndote a contender fervientemente por la fe ". Esta ep�stola dif�cilmente puede llamarse una carta "acerca de nuestra salvaci�n com�n". El significado es que St.

Judas ten�a la intenci�n de escribir tal carta, pero la crisis creada por la entrada de estos hombres imp�os en la Iglesia lo oblig� a escribir una carta de un tipo diferente, a saber, la que tenemos ante nosotros. Que ya hab�a comenzado a escribir una carta "con respecto a nuestra salvaci�n com�n", y que tenemos que lamentar la p�rdida de otra ep�stola adem�s de las ep�stolas perdidas de San Pablo y San Juan, 1 Corintios 5:9 ; 3 Juan 1:9 no est� declarado ni impl�cito.

San Judas hab�a estado pensando seriamente en escribir una ep�stola m�s general y comprensiva, cuando se dio cuenta de que la presencia de un mal muy serio requer�a una acci�n inmediata, y por lo tanto escribe de inmediato para se�alar el peligro existente y denunciar a quienes son los autores de la misma. Es deber de todos los cristianos estar en guardia y ser inquebrantables en su defensa de la verdad que se les ha encomendado preservar y apreciar.

"La fe que ha sido una vez dada a los santos". Esto no significa que fue entregado por Dios a los Ap�stoles, sino que fue entregado por los Ap�stoles a la Iglesia. "Los santos" aqu�, como tan a menudo en el Nuevo Testamento, Hechos 9:13 ; Hechos 9:32 ; Hechos 9:41 ; Hechos 26:10 ; Romanos 8:27 ; Romanos 13:13 ; Romanos 15:25 ; Romanos 15:31 ; etc.

, etc. significa todos los cristianos. Si toda la naci�n de los jud�os era un "pueblo santo" (???? ?????), "un tesoro peculiar para Jehov� de entre todos los pueblos", �xodo 19:5 por raz�n de su elecci�n especial por �l; Deuteronomio 7:6 ; Deuteronomio 14:2 ; Deuteronomio 14:21 si fueran "santos del Alt�simo", Daniel 7:18 ; Daniel 7:22 ; Daniel 7:25 mucho m�s podr�a decirse esto de los cristianos, que hab�an heredado todos los privilegios espirituales de los jud�os, y hab�an recibido otros en abundancia, mucho m�s que los que los jud�os hab�an pose�do jam�s.

Los cristianos tambi�n, en un sentido a�n m�s elevado, eran "una raza elegida, un sacerdocio real, una naci�n santa, un pueblo para la posesi�n de Dios". 1 Pedro 2:9 Los cristianos de Corinto, �feso y Colosas, a pesar de los enormes males que practicaron o sancionaron, o al menos toleraron, todav�a son llamados "santos". Son santos, no como personas de vida santa, sino como devotos de Dios.

Por supuesto, tales personas deber�an ser santas en conducta, pero llamarlas "santos" no significa que lo sean. El nombre afirma el hecho de haber sido apartado por Dios para s� mismo e implica lo que deber�a ser el resultado de tal separaci�n. "As�, la idea principal del t�rmino es la consagraci�n. Pero aunque no afirma las calificaciones morales como un hecho en las personas as� designadas, las implica como un deber.

"Para cada cristiano individual, por lo tanto, el nombre es a la vez un honor, una exhortaci�n y un reproche. Habla de su alta vocaci�n, lo exhorta a vivir de acuerdo con ella y le recuerda sus graves deficiencias.

"La fe entregada una vez para siempre a los santos" (?? ???? ??????????? ???? ?????? ??????) tanto el adverbio, "una vez para siempre", y el participio aoristo, "entregado", son dignos de especial atenci�n. "La fe" no significa una f�rmula establecida de art�culos de fe, ni la recepci�n interna de la doctrina cristiana, sino la Sustancia de la misma; es equivalente a lo que San Pablo y los evangelistas llaman "el Evangelio", a saber.

, ese cuerpo de verdad que trae salvaci�n al alma que lo recibe. Esta Fe, o este Evangelio, ha sido entregado una vez por todas a los cristianos. No se dar� ning�n otro, porque no hay otro. Cualquier cosa que pueda ser entregada por alguien en el futuro no puede ser un evangelio en absoluto. El �nico evangelio verdadero es completo y definitivo, y no admite sucesores ni suplementos. G�latas 1:6

"La fe que ha sido una vez dada a los santos". �Esto excluye toda posibilidad de un "desarrollo de la doctrina cristiana"? Eso depende de lo que se quiera decir con "desarrollo". La expresi�n se ha interpretado en el sentido de "que el aumento y la expansi�n del credo y el ritual cristianos, y las variaciones que han asistido al proceso en el caso de escritores e iglesias individuales, son los asistentes necesarios en cualquier filosof�a o sistema pol�tico que se apodere de �l". el intelecto y el coraz�n, y ha tenido un dominio amplio o extendido; que de la naturaleza de la mente humana, el tiempo es necesario para la plena comprensi�n y perfecci�n de las grandes ideas; y que las verdades m�s elevadas y maravillosas, aunque comunicadas al mundo de una vez por todas por maestros inspirados,

"Si se omite la expresi�n ambigua" y perfecci�n ", se puede admitir f�cilmente que ha tenido lugar el desarrollo de la doctrina cristiana en este sentido. Decir que se necesita tiempo para la plena comprensi�n de las grandes verdades que fueron comunicadas a la Iglesia de una vez por todas. Todo por los Ap�stoles es una cosa; decir que se necesita tiempo para la perfecci�n de esas verdades puede o no ser otra muy distinta.

Y la manera en que se trata el tema en el famoso Ensayo del que se extrae el pasaje que acabamos de citar muestra que lo que se entiende por "perfeccionamiento" de las verdades es algo muy diferente de la plena comprensi�n de su contenido original; significa realizar adiciones a los contenidos originales con el fin de subsanar supuestas deficiencias. En este sentido, se puede afirmar con seguridad, y como cristianos leales estamos obligados a afirmar, que no existe el desarrollo de la doctrina cristiana.

Si existe tal cosa, entonces no podemos detenernos en aquellos desarrollos que en alguna medida pueden ser llamados cristianos. El propio autor nos recuerda que "nadie tiene poder sobre las cuestiones de sus principios; no podemos manejar nuestro argumento, y tenemos tanto como nos plazca y nada m�s". Si la fe entregada una vez por todas a los santos era defectuosa y necesitaba ser complementada con adiciones posteriores, �por qu� no puede ser el cristianismo en s� mismo, como algunos han sostenido, s�lo una fase en el desarrollo de la religi�n, que con el tiempo es para ser reemplazado por algo totalmente anticristiano? La transici�n se hace f�cilmente de la posici�n del "Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana" a la de Channing, que "me hace sonre�r al escuchar la inmortalidad reclamada por el catolicismo o el protestantismo, o por cualquier interpretaci�n pasada del cristianismo; como si el alma humana se hubiera agotado en sus esfuerzos infantiles; como si los hombres de una o pocas generaciones pudieran unir para siempre la energ�a del pensamiento y el afecto humanos "; y de all� a la posici�n de Strauss, quien, en su �ltima y m�s triste obra," La vieja y la nueva fe ", hace la pregunta: "�Seguimos siendo cristianos?" y la responde enf�ticamente en forma negativa.

Las principales doctrinas del cristianismo son para �l creencias infantiles o repulsivas, que los hombres reflexivos han dejado atr�s hace mucho tiempo. En cierto sentido, todav�a podemos ser religiosos; pero el cristianismo ha hecho su trabajo y, con raz�n, est� siendo despedido del escenario. Este es el pensamiento avanzado del que San Juan escribe en su Segunda Ep�stola: "Todo el que sigue adelante (??? ? ???????), y no permanece en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios" ( 2 Juan 1:9 ). Hay un avance que implica la deserci�n de los primeros principios; y tal avance no es progreso, sino apostas�a.

Pero, �acaso el desarrollo de la doctrina, en el sentido que defiende el autor del c�lebre Ensayo, significa hacer adiciones reales a la fe entregada una vez por todas, en lugar de llegar a una mejor comprensi�n de los contenidos y las consecuencias l�gicas del dep�sito original? ? Esta pregunta debe responderse afirmativamente por diversas razones. Todo el prop�sito del Ensayo, y las expresiones reales que se usan en �l, requieren este significado; y que este es el significado obvio ha sido asumido tanto por los cr�ticos cat�licos como por los protestantes, y (hasta donde el presente autor es consciente) esta interpretaci�n nunca ha sido resentida por el autor como ileg�tima.

Todo el argumento es ciertamente "una hip�tesis para explicar una dificultad", "un expediente que nos capacita para resolver lo que ahora se ha convertido en un problema necesario y ansioso", a saber, la enorme diferencia entre la suma total de las doctrinas cat�licas romanas y las que se encuentran en los documentos cristianos de los dos o tres primeros siglos. El autor cree que el Ensayo proporciona "una soluci�n a tantas supuestas corrupciones de Roma que podr�a constituir un terreno justo para confiar en ella donde la investigaci�n no se hab�a llevado a cabo".

Y que la fe que se ha entregado una vez para siempre se considera que necesita complementos y adiciones parece estar impl�cito en un lenguaje como el siguiente: "En cualquier sentido, la necesidad y su suministro son una prueba de dise�o en la creaci�n visible, en el mismo sentido. �Las lagunas, si se puede usar la palabra, que ocurren en la estructura del credo original de la Iglesia, hacen probable que esos desarrollos, que surgen de las verdades que est�n a su alrededor, tuvieran la intenci�n de completarlo? �. La tarea de las edades sucesivas de la Iglesia es "mantener lo exacto y suplir lo deficiente".

El autor del "Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana" afirma en otra de sus obras que cuando fue admitido en la Iglesia de Roma abraz� vol�menes que conten�an los escritos de los Padres cristianos, clamando que ahora eran realmente los suyos. La acci�n y la exclamaci�n eran completamente incompatibles con la posici�n mantenida a lo largo del Ensayo, y desde entonces fueron adoptadas por numerosos pol�micos romanos.

M�s bien deber�a haber limpiado sus estantes de las obras de los Padres y haberlas enviado al trastero con la observaci�n: "Ahora no necesito verte nunca m�s". Como dijo hace mucho tiempo el obispo Cornelius Mussus (Musso): "Por mi parte, para hablar con toda franqueza, le dar�a m�s cr�dito a un solo Papa que a mil Agustines, Jeromes y Gregorys" (En "Epist. Ad Romanos 14:1 , "p�g.

606, Venet., 1588, citado en la edici�n de Hardwick de "Letters on Romanism" de Archer Butler, p. 394). Son las �ltimas y m�s modernas obras sobre teolog�a romana, especialmente aquellas que exponen las declaraciones de los Papas m�s recientes, las que merecen ser estudiadas, si la teor�a del desarrollo es correcta. Seg�n esa teor�a, la ense�anza de la Iglesia primitiva era ciertamente inmadura y defectuosa, y posiblemente incluso err�nea.

Para descubrir lo que los escritores primitivos quer�an decir, o deber�an haber querido decir, debemos buscar los �ltimos desarrollos. Son los criterios por los cuales probar la ense�anza de la Iglesia primitiva; est� comenzando por el lado equivocado para probar los desarrollos de la antig�edad cristiana. En �pocas anteriores, los romanistas se esforzaron mucho en demostrar que se pod�an encontrar rastros de sus principios peculiares en los escritores de los primeros siglos; y no en pocos casos se interpolaron las obras de estos escritores primitivos, para hacer un caso justo.

La cr�tica ha expuesto estas falsificaciones y se ha demostrado que los primeros maestros cristianos ignoraban tratados completos de la doctrina y la pr�ctica romanas. Por lo tanto, la controversia romana ha cambiado completamente de terreno. Ahora admite libremente que estas cosas eran desconocidas para Ireneo, Cipriano, Cris�stomo, Atanasio y Agust�n; pero por la sencilla raz�n de que, cuando escribieron, estas cosas a�n no hab�an sido reveladas.

La Iglesia ignoraba todav�a que la Sant�sima Virgen fue concebida sin pecado, fue llevada corporalmente al cielo despu�s de su muerte y debe ser invocada en oraci�n; ignoraba todav�a la doctrina del purgatorio, las indulgencias y la necesidad de estar en comuni�n con la Iglesia de Roma. De nada sirve decir que Cristo y sus ap�stoles plantaron los g�rmenes de estas cosas, y que durante siglos los g�rmenes no se expandieron ni fructificaron y, por lo tanto, pasaron desapercibidos.

Porque, primero, �c�mo puede haber un germen de un hecho hist�rico, como el supuesto traslado del cuerpo de la Virgen al cielo, que se llama muy felizmente "suposici�n"? En segundo lugar, ahora que ha aparecido la fruta, deber�amos poder rastrearla hasta el germen que durante tanto tiempo se ignor�. Y, en tercer lugar, si los g�rmenes fueran realmente depositados por Cristo y sus ap�stoles, se habr�an desarrollado de una manera algo similar en todas las partes de la cristiandad.

Un entorno diferente explicar� alguna variedad de desarrollo, pero no una diferencia absoluta de tipo. El germen de la comuni�n con la Iglesia de Roma, si es que la hubo, se desarroll� en Oriente, donde todos los g�rmenes se plantaron en primera instancia, en la doctrina de que tal comuni�n no era necesaria. Por tanto, desde el punto de vista romano, es necesario sostener que el desarrollo de la doctrina cristiana implica, no s�lo la mejor comprensi�n del contenido de las doctrinas, y la expansi�n de semillas y g�rmenes de la verdad, sino la admisi�n de suplementos y suplementos reales. adiciones, derivadas de nuevas revelaciones de nuevos elementos de verdad.

Como dijo el padre jesuita Harper, en su respuesta al "Eirenicon" del Dr. Pusey, "Cristo crec�a en sabidur�a todos los d�as. Lo mismo ocurre con la Iglesia, no en mera apariencia, sino de verdad. Su credo, por lo tanto, nunca puede retroceder al dimensiones del pasado, pero siempre debe ampliarse con el futuro ".

De ah� la necesidad de la doctrina de la infalibilidad. Porque los desarrollos romanos no son los �nicos. Las Iglesias orientales tienen las suyas; Las iglesias protestantes tienen las suyas; y fuera de estos hay otros desarrollos, tanto no cristianos como anticristianos. A menos que haya alguna autoridad que pueda decir: "Nuestros desarrollos son divinamente inspirados y necesarios, mientras que todos los dem�s son superfluos o err�neos", la doctrina del Desarrollo puede usarse con tanta fuerza contra Roma como para ella.

En consecuencia, encontramos al autor del Ensayo usando la teor�a del Desarrollo como argumento a favor de la Infalibilidad. "Si la doctrina cristiana, como se ense�� originalmente, admite desarrollos verdaderos e importantes, este es un fuerte argumento antecedente a favor de una disposici�n en la Dispensaci�n para poner un sello de autoridad sobre esos desarrollos ... Si ciertos desarrollos importantes de la misma son ciertos, seguramente debe acreditarse como verdadero ". (p�gs. 117-19).

Esta es una prueba m�s de que lo que se contempla en esta teor�a no son meras deducciones l�gicas de la verdad revelada; pues las deducciones l�gicas se reivindican apelando a la raz�n y no necesitan la sanci�n de una autoridad infalible. De hecho, se dice que los desarrollos siguen a trav�s de una "secuencia l�gica", pero este t�rmino est� hecho para recibir un significado ampliado. "Incluir� cualquier progreso de la mente de un juicio a otro, como, por ejemplo, por medio de la adecuaci�n moral, que puede no admitir el an�lisis en premisa y conclusi�n".

As�, la "deificaci�n de Santa Mar�a" es una "secuencia l�gica" de la Divinidad de nuestro Se�or. "Los devotos de Mar�a no sobrepasan la verdadera fe, a menos que los blasfemos de su Hijo se acerquen a ella. La Iglesia de Roma no es id�latra, a menos que el arrianismo sea ortodoxo". La siguiente cr�tica, por lo tanto, no parece ser injusta: "Sin embargo, la teor�a puede ser modificada por el supuesto adicional posterior de una gu�a infalible, es bastante evidente que, considerado en s� mismo, su esp�ritu interno y alcance (especialmente como lo ilustra su supuestos casos romanos) son nada menos que esto, que todo lo que ciertos hombres buenos en la Iglesia, o los hombres asumieron que son tales, pueden, razonando o sintiendo, recoger de una verdad revelada es, por el mero hecho de su reconocimiento [es decir, por el supuesto gu�a infalible],

Que San Judas hace mucho hincapi� en el hecho de que la suma total del Evangelio, y no s�lo las partes elementales del mismo, han sido comprometidas de una vez por todas con la Iglesia, se demuestra, no s�lo por la prominencia que le da a la Biblia. Pens� aqu�, pero por la repetici�n de �l unas pocas l�neas m�s tarde, cuando comienza la parte principal de su Ep�stola: "Quiero recordaros, aunque sab�is todas las cosas de una vez para siempre" ( Judas 1:5 ).

Cualquier ense�anza de nuevas doctrinas no solo es innecesaria, tambi�n es completamente inadmisible. Y cada cristiano tiene sus responsabilidades en este asunto. Debe "contender fervientemente" (?????????????). con toda la energ�a y vigilancia de un atleta en la arena, para la preservaci�n de este sagrado dep�sito, para que no se pierda o se corrompa. Y no queda duda de la manera en que se mantendr� esta ferviente contienda; no con la espada, como bien dice Beza, ni con denuncia destemplada o severidad indiscriminada, sino con la poderosa influencia de una vida santa, edificada sobre el fundamento de nuestra "sant�sima fe" ( Judas 1:20 ).

De esta manera se asegura el desarrollo leg�timo de la doctrina cristiana; no por adiciones a lo que fue entregado una vez por todas, sino por una comprensi�n m�s profunda y amplia de su contenido inagotable. "Si alguno quiere hacer su voluntad, conocer� la doctrina".

Versículo 4

Cap�tulo 32

LAS PERSONAS DENUNCIADAS EN LA EP�STOLA SU RELACI�N CON PEDRO.

Judas 1:4

Tenemos aqu� la ocasi�n de la carta expresada muy claramente. San Judas estaba meditando una carta sobre un tema m�s general, cuando el grave peligro creado por el comportamiento anticristiano de las personas condenadas en el texto lo oblig� a escribir de inmediato sobre este tema m�s urgente. Se ha producido una insidiosa invasi�n de la Iglesia cristiana por parte de aquellos que no tienen derecho a un lugar dentro de ella y que ponen en peligro su paz y pureza; y no se atreve a callar. Hay que exhortar al fuerte a resistir el mal; los d�biles deben ser rescatados de ella.

Estos invasores son, en un aspecto, como los condenados en la Ep�stola a los G�latas, en otro aspecto, muy diferentes a ellos. Son "falsos hermanos tra�dos en secreto, que entraron en secreto"; G�latas 2:4 pero han entrado, no "para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jes�s, para llevarnos a la servidumbre", sino para "convertir la gracia de nuestro Dios en lascivia".

"Los alborotadores de la Iglesia G�lata se esforzaban por contraer la libertad cristiana, mientras que estos hombres imp�os la esforzaban al m�ximo. Ambos terminaron por destruirla. Uno convirti� la" libertad con la que Cristo nos liber� "en un yugo intolerable de jud�os. la esclavitud; el otro la convirti� en la anarqu�a contaminante de los paganos, o peor que los paganos, de la licencia.

La aguda introducci�n de Judas del pronombre "nuestro" en dos cl�usulas de este vers�culo: "convirtiendo la gracia de nuestro Dios en lascivia, y negando a nuestro �nico Maestro y Se�or, Jesucristo". Jehov� es "nuestro Dios", no de ellos; est�n "sin Dios en el mundo". Y Cristo es "nuestro �nico Maestro y Se�or", pero no de ellos; lo han negado y rechazado, eligiendo "andar seg�n sus propias concupiscencias" ( Judas 1:16 ), en lugar de "andar como �l camin�". 1 Juan 2:6 Han repudiado su yugo f�cil, para seguir sus propios deseos bestiales.

�Qui�nes son estos "hombres imp�os"? Clemente de Alejandr�a ("Strom.", III 2. sub fin.) Piensa que San Judas est� hablando prof�ticamente de las abominables doctrinas del maestro gn�stico Carp�crates. Algunos escritores modernos adoptan este punto de vista, con la omisi�n de la palabra "prof�ticamente", y as� obtienen un argumento en contra de la autenticidad de la Ep�stola. Si el escritor conoc�a la ense�anza de Carp�crates, no puede haber sido Judas, el hermano de Santiago y el hermano del Se�or.

La fecha de Carp�crates es demasiado incierta para hacer de esto un argumento perfectamente concluyente, incluso si admitimos la suposici�n de que el autor de esta ep�stola est� aludiendo a su ense�anza; porque a veces se le coloca ante Cerinto, quien fue contempor�neo de San Juan. Pero se puede admitir como probablemente correcto que St. Jude muri� antes de que Carp�crates fuera conocido como un maestro del gnosticismo antinomiano. Sin embargo, no hay nada en absoluto que demuestre que es en su ense�anza que St.

Jude est� aludiendo. No dice nada en absoluto sobre la ense�anza de estos "hombres imp�os", que quiz�s no eran maestros en absoluto; menos a�n indica que pertenec�an a aquellos gn�sticos que, de la doctrina oriental del car�cter absolutamente maligno de la materia y de todo lo material, sacaron la conclusi�n pr�ctica de que el cuerpo material del hombre puede ser sometido a todo tipo de experiencias, por desvergonzadas que sean. , para que el alma adquiera conocimiento; que el alma es por iluminaci�n demasiado pura y el cuerpo por naturaleza demasiado impuro para ser capaz de contaminarse; que la inmundicia no se puede contaminar, y que el oro puro permanece puro, por muy a menudo que se sumerja en la inmundicia.

St. Jude no insin�a tal doctrina. Dorner, por lo tanto, va m�s all� de lo que est� escrito cuando dice que "las personas a las que Judas se opone no son simplemente las que pr�cticamente se han desviado del camino correcto; tambi�n son maestros del error" ("Doctrine of the Person of Christ," Intr. ., p�g.72, Eng. Tr .: T. & T. Clark, 1861). Es m�s razonable, con De Wette, Bruckner, Meyer, Kuhl, Reuss, Farrar, Salmon y otros considerar a estos "hombres imp�os" como lo que St.

Judas los describe, y nada m�s; libertinos que nunca debieron haber sido admitidos en la Iglesia; quien sosten�a que los cristianos eran libres de vivir vidas de gran sensualidad; y quienes, cuando fueron reprendidos por los ancianos u otros oficiales de la Iglesia por su mala conducta, no solo se negaron a someterse, sino que injuriaron a los que estaban sobre ellos. Eran "maestros del error", pero por su mal ejemplo, no por predicaci�n sistem�tica.

Ellos "filtraron su conducta inmoral con suposiciones blasfemas", porque asumieron que "habiendo sido llamados a la libertad", podr�an "usar su libertad para una ocasi�n para la carne", G�latas 5:13 no porque asumieran que deb�an desobedecer. los mandamientos del Creador del universo material. Y por la misma raz�n se les puede llamar "libertinos" en principio.

Cuando San Judas dice que "negaron a nuestro �nico Maestro y Se�or, Jesucristo", quiere decir que lo negaron con sus vidas. Es totalmente irrazonable leer en esta simple frase, suficientemente explicada por el contexto, una negaci�n dogm�tica de la Encarnaci�n. Que aqu� se indiquen los g�rmenes del gnosticismo antinomiano puede ser bastante cierto; pero a�n no se han convertido en un cuerpo de doctrina. Menos a�n, aquellos que est�n contaminados por estos g�rmenes se han convertido en una secta her�tica.

Es con el vers�culo que tenemos ante nosotros que comienza el marcado parecido entre la Ep�stola de San Judas y la parte central de la Segunda Ep�stola de San Pedro; y contin�a hasta la ver. 18 Judas 1:18 . En esta breve carta de veinticinco vers�culos, solo los primeros tres y los �ltimos siete vers�culos, es decir, aproximadamente un tercio del total, no tienen una relaci�n �ntima con 2 Pedro.

A�n no se ha dicho la �ltima palabra sobre este tema desconcertante. El presente escritor confiesa que a�n no est� seguro de la verdadera relaci�n entre los dos, y que se ha inclinado unas veces por una y otras veces por la otra de las dos hip�tesis rivales. As�, mucho de lo que escribi� sobre el tema hace m�s de diez a�os puede repetirse ahora:

"La similitud, tanto en el fondo como en la redacci�n, es tan grande que s�lo dos alternativas son posibles: una ha tomado prestada de la otra, o ambas han tomado prestado de una fuente com�n. La segunda alternativa rara vez, si es que alguna vez, se defiende; No explican los hechos de manera muy satisfactoria, y los cr�ticos est�n de acuerdo en rechazarlos. Pero aqu� termina el acuerdo. Sobre la cuesti�n adicional, en cuanto a qu� escritor es el anterior, hay una gran diversidad de opiniones.

Una cosa, por lo tanto, es cierta: cualquiera que sea el escritor que haya tomado prestado, no es un prestatario ordinario. Sabe asimilar el material extra�o para hacerlo suyo por completo. Sigue siendo original, incluso cuando se apropia de las palabras y pensamientos de otro. �l los controla, no ellos a �l. Si no fuera as�, habr�a pocas dudas al respecto. En cualquier caso ordinario de apropiaci�n, si tanto el original como la copia est�n disponibles, los cr�ticos no dudan tanto de cu�l es el original.

Cuando la copia en s� es una obra maestra, como en el caso de Madonna de Holbein, la cr�tica queda desconcertada. Tal parecer�a ser el caso aqu�; y el presente escritor es libre de confesar su propia incertidumbre ".

Otras personas pueden escribir con mucha m�s confianza. Dean Mansel dice: "Algunos cr�ticos modernos eminentes han intentado, bas�ndose en la muy precaria evidencia del estilo, asignar la prioridad en el momento de escribir a St. Jude; pero hay dos circunstancias que me parecen probar de manera m�s concluyente que St. Jude's La ep�stola fue escrita despu�s de la de San Pedro, y con referencia expresa a ella. La primera es que los males que S.

Pedro habla de un futuro en parte que San Judas describe como presente ahora. Uno dice: "Habr� falsos maestros entre vosotros"; 2 Pedro 2:1 ; el tiempo futuro contin�a hasta el final, los dos vers�culos siguientes, el otro dice: "Algunos hombres entraron sin darse cuenta". "La otra circunstancia es a�n m�s pertinente.

San Pedro en su Segunda Ep�stola tiene las notables palabras, 'Sabiendo primero esto, que en los �ltimos d�as vendr�n burladores (?????????) con burla, andando seg�n sus propias concupiscencias'. 2 Pedro 3:3 San Judas tiene el mismo pasaje, repetido casi palabra por palabra, pero introducido expresamente como una cita del lenguaje apost�lico: 'Pero vosotros, amados, recordad las palabras que han sido dichas antes por los Ap�stoles de nuestro Se�or Jesucristo; c�mo te dijeron: En el �ltimo tiempo habr� burladores (?????????), que andar�n seg�n sus propias concupiscencias imp�as '( Judas 1:17 ).

El uso del n�mero plural (??? ?????????) puede explicarse suponiendo que el escritor tambi�n pudo haber tenido la intenci�n de aludir a pasajes similares en importancia, aunque expresados ??de manera diferente, en los escritos de San Pablo (como 1 Timoteo 4:1 ; 2 Timoteo 3:1 ), pero la coincidencia verbal dif�cilmente puede explicarse satisfactoriamente, a menos que supongamos que S.

Judas ten�a principalmente en sus pensamientos, y de hecho estaba citando, el lenguaje de San Pedro "(" Las herej�as gn�sticas de los siglos I y II ", Murray, 1875, p�gs. 69, 70). Hengstenberg presenta los mismos argumentos, y considera que el segundo es decisivo en cuanto a la prioridad de 2 Pedro.

El archidi�cono Farrar no tiene menos confianza en que exactamente la hip�tesis opuesta es la correcta. "Despu�s de una cuidadosa consideraci�n y comparaci�n de los dos documentos, me parece imposible dudar [las cursivas son del Dr. Farrar] de que Jude fue el primero de los dos escritores" ...

"Debo confesar mi incapacidad para ver c�mo cualquiera que se acerque a la investigaci�n sin teor�as prefabricadas puede fallar en llegar a la conclusi�n de que la prioridad en este caso pertenece a St. Jude. Habr�a sido imposible para tal ardor y fulminante explosi�n de desaf�o e invectiva como su breve carta de haber sido compuesta sobre principios de modificaci�n y adici�n.Todas las marcas que indican el tratamiento reflexivo de un documento existente se pueden ver en la Segunda Ep�stola de S.

Peter. En cada caso de variaci�n vemos las razones que influyeron en el escritor posterior ... La noci�n de que San Judas se esforz� por "mejorar" a San Pedro es, digo, una imposibilidad literaria; y si en algunos casos las frases de San Judas parecen m�s antit�ticas y llamativas, y su descripci�n m�s clara, he explicado suficientemente la inferioridad -si es que es inferioridad- de San Pedro suponiendo que era un hombre m�s comedido. temperamento; que escribi�, bajo la influencia de reminiscencias e impresiones; y que estaba advirtiendo contra formas de maldad con las que no hab�a entrado en un contacto tan personal "(" The Early Days of Christianity ", Cassell & Co, 1882, 1. pp. 196-203). Los principales argumentos a favor de la opini�n de que la Segunda Ep�stola de San Pedro fue utilizada por San Judas,

(1) Si 2 Pedro es genuino, es m�s probable que San Judas tomara prestado de San Pedro que que el principal de los Ap�stoles tomara prestado de alguien que no era un Ap�stol en absoluto. Si 2 Pedro no es genuino, es improbable que el falsificador tomara prestado de un escrito que desde el principio fue considerado con sospecha, porque citaba literatura ap�crifa.

(2) San Judas nos dice ( Judas 1:3 ) que escribi� bajo presi�n para hacer frente a una emergencia grave y, por lo tanto, ser�a m�s probable que hiciera un gran uso del material adecuado a su disposici�n, que uno que no estaba bajo ninguna circunstancia. tal necesidad.

Los principales argumentos del otro lado son los siguientes:

(1) Es m�s probable que la parte principal de una carta corta deba usarse de nuevo con una gran cantidad de material adicional, que s�lo una secci�n de una carta mucho m�s larga deba usarse nuevamente con muy poco material adicional.

(2) Es m�s probable que el escritor de 2 Pedro omita lo que parec�a dif�cil o susceptible de ofender, que que San Judas insertara tales cosas; por ejemplo, "nubes sin agua" Judas 1:12 es una contradicci�n en los t�rminos y, por lo tanto, se corrige naturalmente a "pozos sin agua"; 2 Pedro 2:17 la forma particular en que cayeron los �ngeles, Judas 1:6 la alusi�n a ciertas contaminaciones lev�ticas ( Judas 1:23 ), y las citas de libros ap�crifos ( Judas 1:9 ; Judas 1:14 ) son omitidos por completo por el escritor de 2 Pedro, o expresados ??de una manera mucho menos probable que parezca ofensiva.

2 Pedro 2:4 ; 2 Pedro 2:11 Y Judas 1:9 ha sido tan atenuado por el escritor de 2 Pedro que sin la declaraci�n de San Judas con respecto a Miguel y el diablo dif�cilmente entender�amos 2 Pedro 2:11 .

Adem�s de estos puntos, hay dos argumentos que se utilizan en ambos lados de la pregunta: -

(1) Hay ciertos elementos en la Ep�stola de San Judas de los cuales el escritor de 2 Pedro probablemente habr�a hecho uso, si los hubiera visto, por ejemplo, el juego ir�nico de la palabra "guardado" en "los �ngeles que no guardaban (???????? ) su propio principado ha mantenido (?????????) en cadenas eternas "; la ant�tesis contundente en el ver. 10 ( Judas 1:10 ), que lo que estos pecadores no saben, y no pueden saber, lo abusan con grosera irreverencia; y lo que saben, y no pueden evitar saberlo, lo abusan con un gran libertinaje; y la met�fora de las "estrellas errantes" ( Judas 1:13 ), que encajar�a con los falsos maestros, que desv�an a otros, en 2 Pedro, mucho mejor que los hombres imp�os, que no son l�deres en absoluto, en Judas.

Como el escritor de 2 Pedro no hace uso de estos puntos, la inferencia es que nunca los hab�a visto. Pero, por otro lado, hay ciertos elementos en 2 Pedro de los cuales San Judas probablemente habr�a hecho uso, si los hubiera visto; por ejemplo, la destrucci�n del "mundo de los imp�os" por el Diluvio; los "ojos llenos de ad�ltera"; y la explicaci�n de las "grandes palabras hinchadas" como "prometi�ndoles libertad", lo que exactamente habr�a sido adecuado para el prop�sito de St. Jude al condenar a aquellos que convirtieron la libertad en licencia. Como St. Jude no hace uso de estos puntos, la inferencia es que no los hab�a visto.

(2) San Judas, como se mostrar� a continuaci�n, agrupa casi todo en tres. No es exagerado decir que siempre que puede hacer un arreglo triple, lo hace. �Es esta agrupaci�n artificial una marca de originalidad o no? Algunos dir�an que es el escritor que est� consumiendo el material de otro quien probablemente agregar�a este arreglo fantasioso y que, por lo tanto, St. Jude es el prestatario.

Otros insistir�an en que esos trillizos ser�an solo las cosas que el prestatario deber�a pasar por alto o ignorar, y que, por lo tanto, St. Jude es el original. Acerca de la existencia de los trillizos en Judas, y su ausencia en 2 Pedro, no puede haber duda, cualquiera que sea la opini�n que tengamos sobre su significado. Comienzan en el primer vers�culo de nuestra Ep�stola y contin�an hasta el �ltimo vers�culo, aunque los que est�n al final de la carta se pierden en la Versi�n Autorizada, debido al hecho de que los traductores usaron un texto griego defectuoso.

Valdr� la pena repasarlos.

(1) Judas, siervo ... y hermano.

(2) A los llamados, amados y guardados.

(3) Misericordia para ti, paz y amor.

(4) Hombres imp�os, volvi�ndose y negando.

(5) Israelitas, �ngeles, ciudades de la llanura;

(6) Profanar reducido a nada, y reprimir.

(7) Ca�n, Balaam, Cor�.

(8) Estos son Estos son Estos son ...

(9) Los que hacen separaciones, sensuales, sin el Esp�ritu.

(10) Edificaos, orando buscando la misericordia.

(11) De algunos, ten piedad; y algunos salvan; y de algunos, compadecerse del miedo.

(12) Antes de todos los tiempos, y ahora y por los siglos de los siglos.

Antes de partir de este vers�culo, ser� bueno poner a los lectores en guardia contra una mala interpretaci�n de la frase, "Los que fueron en la antig�edad se encaminaron a esta condenaci�n"; una mala interpretaci�n es mucho m�s probable que la hagan aquellos que usan la Versi�n Autorizada, que tiene, "Quienes fueron antes ordenados a esta condenaci�n". El texto es uno de los favoritos de los calvinistas; pero cuando se traduce y se comprende correctamente, no respalda las teor�as predestinarias extremas.

Cuando se traduce literalmente, dice: "Quienes se han escrito de antemano para esta oraci�n"; o posiblemente, "Que hayan sido redactados de antemano"; porque la met�fora puede tomarse prestada de la costumbre de publicar los nombres de quienes ten�an que comparecer ante el tribunal para el juicio. Sea como fuere, "de anta�o" (?????) no puede referirse al eterno consejo y decreto de Dios Todopoderoso, sino a algo en la historia humana, algo alejado de St.

El propio d�a de Judas, pero en el tiempo y no en la eternidad. Quiz�s algunas de las advertencias y denuncias de los profetas del Antiguo Testamento o del Libro de Enoc est�n en su mente. "Condena" es una traducci�n justificable de la palabra griega (?????) porque se manifiesta en el contexto que la sentencia o juicio pretendido es de condena y no de absoluci�n; pero esta palabra cuando se combina con "ordenado" es probable que se malinterprete gravemente.

"Ordenado para condenaci�n" sugiere con fatal facilidad "predestinado a condenaci�n", una doctrina que quiz�s ha sido una causa m�s fruct�fera del rechazo del cristianismo que todas las doctrinas incluidas en los credos.

Probablemente en todas las �pocas de la Iglesia ha habido hombres como San Judas describe aqu�: miembros nominales de la Iglesia que no son m�s que un esc�ndalo para ella, y cristianos profesantes cuya vida es una flagrante negaci�n de Cristo. Ciertamente, esas personas preocupan a la cristiandad ahora. Con su lujo y libertinaje dan un mal ejemplo y crean una atm�sfera moral pestilente. No practican el autocontrol y se burlan de la abnegaci�n de los dem�s.

Rechazan toda disciplina cristiana y se burlan de los que se esfuerzan por mantenerla: y a veces no se les reconoce inmediatamente su verdadero car�cter. Son plausibles y divertidos, obviamente no estrictos, pero no obviamente escandalosos en su forma de vida. Es entonces cuando tales hombres se vuelven especialmente peligrosos. Tal puede haber sido el caso de las iglesias que San Judas tiene en mente. Por lo tanto, se quita todo este disfraz enga�oso y describe a estos burladores derrochadores de acuerdo con sus verdaderos caracteres.

Adem�s, debemos recordar que hubo algunos, y quiz�s muchos, que, como Sim�n el Mago, Hechos 8:13 aceptaron el bautismo sin ninguna apreciaci�n real del significado del cristianismo, y que siguieron siendo jud�os o paganos de coraz�n, mucho despu�s de haberlo hecho. se inscribieron como cristianos. Donde abundaba material peligroso de este tipo, era necesario poner a los fieles en guardia sobre el peligro; y de ah� la fuerza y ??vehemencia de S.

El lenguaje de Jude. Era necesaria una declaraci�n clara y aguda del mal para poner a los d�biles y a los incautos en guardia contra un peligro al que podr�an sucumbir f�cilmente, antes de que fueran plenamente conscientes de su existencia. Todos nosotros todav�a necesitamos tales advertencias, no solo para formarnos una estimaci�n m�s verdadera de la naturaleza y tendencia de ciertas formas de mal, y as� mantenernos en guardia contra cortejar tentaciones innecesarias, sino tambi�n para evitar que nos volvamos en nuestras propias personas, a trav�s de la autocomplacencia manifiesta y el descuido de la vida, una trampa y una piedra de tropiezo para nuestros hermanos.

Versículos 5-7

Cap�tulo 33

LECTURAS DUDOSAS Y LA TEOR�A DE LA INSPIRACI�N VERBAL: TRES INSTANCIAS PALMARIAS DE VENGANZA DIVINA SOBRE EL PECADO GRAVE.

Judas 1:5

CON estos tres vers�culos comienza la parte principal de la Ep�stola, siendo los primeros tres vers�culos introductorios. Estos nos presentan tres casos de venganza divina sobre los culpables de pecados graves: los israelitas incr�dulos en el desierto, los �ngeles impuros y los habitantes de las ciudades de la llanura; y en los tres vers�culos que siguen ( Judas 1:8 ) St.

Judas se�ala la similitud entre las ofensas de estas personas malvadas y las ofensas de los libertinos que estaban provocando a Dios a ejecutar una venganza similar sobre ellos. Es muy posible que tengamos aqu� la explicaci�n de las palabras, "Los que desde la antig�edad fueron destinados a esta condenaci�n" ( Judas 1:4 ). La condenaci�n de estos imp�os libertinos se ha escrito desde hace mucho tiempo en la condenaci�n de los que pecaron de manera similar.

El texto griego del vers�culo inicial exhibe una gran variedad de lecturas, y uno puede sospechar con Westcott y Hort que ha habido alg�n error primitivo y que ninguna de las lecturas existentes es correcta. De los puntos en los que se diferencian entre s�, es necesario advertir tres: -

(1) En las palabras, "El Se�or, habiendo salvado a un pueblo de la tierra de Egipto", las autoridades var�an entre "el Se�or" (con o sin el art�culo), "Dios" y "Jes�s". Esta �ltima es con mucho la mejor atestiguada (AB, las mejores cursivas, la Vulgata, ambas versiones egipcias, ambas et�opes, el margen de la armenia y varios Padres); pero la evidencia interna en su contra es inmensa. En ninguna otra parte de las Escrituras se dice que Jes�s es el autor de algo que tuvo lugar antes de la Encarnaci�n.

Si San Judas hubiera escrito "Cristo", podr�amos haber comparado "la roca era Cristo". 1 Corintios 10:4 Pero la adopci�n generalizada de la lectura "Jes�s" muestra cu�n completamente en el pensamiento y el lenguaje cristianos el Hombre Jes�s se hab�a identificado con el Hijo Eterno. Si "Se�or" es correcto (??????, sin el art�culo), debe entenderse en el sentido de Jehov�; y por lo tanto "Dios", aunque probablemente no sea correcto como lectura, es correcto como interpretaci�n.

En la traducci�n latina de la "Hipotiposeis" de Clemente de Alejandr�a tenemos estas dos lecturas combinadas, Dominus Deus, y el griego de Didymus tiene "Se�or Jes�s" combinado. Posiblemente las tres lecturas son inserciones y deber�an omitirse, siendo el texto verdadero simplemente: "El que salv� a un pueblo de la tierra de Egipto".

(2) En las palabras, "aunque sab�is todas las cosas de una vez para siempre", algunas autoridades, que fueron seguidas por los traductores de 1611, tienen "esto" para "todas las cosas", mientras que una autoridad hace que "todo" sea masculino. en lugar de neutro (?????? para ?????). Esto �ltimo puede ser correcto, ya que la letra final del masculino podr�a perderse f�cilmente (especialmente delante de ???); y en ese caso el significado ser�a, "aunque todos lo sep�is", i.

e., "s� lo que voy a se�alar". Hay una confusi�n similar de lectura en 1 Juan 2:20 , donde para "Vosotros sab�is todas las cosas" (?????? ?????) quiz�s deber�amos leer "Todos vosotros sab�is" (?????? ??????). Pero aqu� lo masculino tiene muy poco apoyo para ser adoptado.

(3) El Sinaitie MS. transpone "una vez" o "una vez por todas" (????) de "saber" a "salvado", y responde al "despu�s" o "la segunda vez" (???????) que sigue. En esto est� respaldado por la versi�n armenia y una sola cursiva del siglo XIV. Si se adoptara, la frase ser�a as�: "Ahora quiero recordarles, aunque sab�is todas las cosas, que el Se�or, habiendo salvado una vez a un pueblo de la tierra de Egipto, despu�s destruy� a los incr�dulos.

"La correspondencia entre" una vez "y" despu�s "-" tener una sola vez ahorrada ... la segunda vez destruy� "- es atractiva a primera vista, pero es precisamente este atractivo superficial lo que ha provocado la corrupci�n del texto. El escritor aboga por su adopci�n, pero sus razones no son convincentes. La evidencia externa en contra de la transposici�n propuesta es enorme; y no hay evidencia interna s�lida contra el texto mejor atestiguado (como existe en contra de la lectura "Jes�s") para convertir la "Aunque sab�is todo esto una vez para siempre" tiene un sentido excelente, y tambi�n lo hace "El que salv� a un pueblo de Egipto, la segunda vez (es decir, en el desierto) destruy� a los que no creyeron".

Vale la pena recordar esta colecci�n de varias lecturas de las cuales es imposible seleccionar el texto verdadero con algo parecido a la certeza al considerar la teor�a de la inspiraci�n verbal. Si cada palabra que escribi� San Judas fue dictada sobrenaturalmente, �por qu� no se ha preservado sobrenaturalmente cada palabra? Es evidente que Dios no ha asegurado, ni milagrosamente ni de ninguna otra manera, que las palabras exactas escritas por S.

Judas deber�a venir a nosotros sin alteraciones. Las alteraciones son tan antiguas, tan difundidas y tan numerosas, que no podemos decidir cu�les fueron las palabras exactas de San Judas. Ni siquiera estamos seguros de que entre las numerosas variaciones tengamos sus palabras exactas. Este no es un caso com�n. El problema habitual, cuando se producen varias lecturas, es seleccionar la lectura correcta entre varias que nos han sido transmitidas, no habiendo motivo para dudar de que una de ellas es la lectura original del aut�grafo.

Pero hay algunos pasajes, y este es uno de ellos, donde uno puede dudar razonablemente si la lectura original no se ha perdido del todo. Hechos 7:46 ; Hechos 13:32 ; comp. Hebreos 11:4 ; Romanos 15:32 ; 1 Corintios 12:2 ; Colosenses 2:18 ; Colosenses 2:23 ; Hebreos 4:2 ; Hebreos 10:1 ; 1 Timoteo 6:7 ; 2 Timoteo 1:13 ; 2 Pedro 3:10 ; 2 Pedro 3:12 ; Judas 1:22 Este resultado se puede producir f�cilmente a trav�s de un error en las primeras copias hechas del documento original, o por un desliz hecho por el amanuense que escribi� el documento original.

Hay mentes a las que esta suposici�n es muy repugnante; y hay escritores que aseguran que en la cr�tica b�blica "nunca se debe recurrir a la enmienda conjetural, ni siquiera en pasajes de reconocida dificultad", o que "la cr�tica conjetural est� completamente desterrada del campo". Pero si se puede haber perdido toda una ep�stola apost�lica, 1 Corintios 5:9 ; 3 Juan 1:9�Por qu� no se han perdido una palabra o dos de una ep�stola existente? �Y es bastante natural que a veces haya una duda sobre cu�l de las varias lecturas existentes es la original y, sin embargo, es bastante inconcebible que alguna vez haya una duda sobre si alguna de ellas es original? En cualquier caso, nos quedamos en la incertidumbre en cuanto a las palabras precisas que se inspiran; y as� nos enfrentamos al desconcertante resultado de que el Todopoderoso ha guiado especialmente a un escritor a usar ciertas palabras y frases con exclusi�n de todas las dem�s, y sin embargo, desde tiempos muy tempranos, en no pocos casos, ha permitido que los cristianos tengan dudas. en cuanto a cu�les son estas palabras y frases exactas.

�Tenemos alg�n derecho a suponer que hubo un cuidado Divino especial para producir una redacci�n en particular, cuando es bastante manifiesto que no ha habido un cuidado Divino especial para preservar una redacci�n en particular?

La teor�a de la inspiraci�n verbal introduce dificultades innecesarias e insuperables en el problema ya suficientemente dif�cil de las propiedades de los escritos inspirados. Sostiene que "la l�nea divisoria nunca puede trazarse racionalmente entre los pensamientos y las palabras de la Escritura"; lo que significa que la �nica Palabra inspirada de Dios es la redacci�n original hebrea y griega que fue utilizada por los autores de los diferentes libros de la Biblia.

Por consiguiente, todos los que no pueden leerlos quedan excluidos de la Palabra inspirada; pues los pensamientos inspirados est�n, seg�n esta teor�a, indisolublemente ligados a la forma original de las palabras. Pero si es el pensamiento, y no la redacci�n, lo que est� inspirado, entonces el pensamiento inspirado puede expresarse tan adecuadamente en ingl�s o alem�n como en hebreo o griego. Es el pensamiento inspirado, no importa en qu� idioma se exprese, el que llega al coraz�n y la conciencia de los hombres, y los convence de que lo que as� les es tra�do por un instrumento humano es ciertamente en su origen y en su poder divino. "Nunca el hombre habl� as�" se dijo, no del idioma elegido que se us�, sino del significado que transmit�a el idioma.

En el pasaje que tenemos ante nosotros hay varios puntos que llaman la atenci�n, la mayor�a de los cuales son independientes de las diferencias de lectura.

Se puede dudar de que el participio (???????) se traduzca correctamente "aunque conozc�is todas las cosas de una vez por todas". Es bueno, y quiz�s mejor, entenderlo en el significado igualmente posible de "porque conoc�is todas las cosas de una vez por todas". El hecho de que ya tengan pleno conocimiento de la historia del Antiguo Testamento es la raz�n por la que San Judas no necesita m�s que recordarles uno o dos detalles que arrojan una luz terrible sobre la posici�n de aquellos cuya conducta se est� discutiendo.

Que "una vez" aqu� no significa "anteriormente", como lo toma la Versi�n Autorizada, "aunque una vez supiste esto", es manifiesto para todos los que conocen el significado del participio y adverbio aqu� usados ??(??????? ????). Tampoco hay mucha duda de que tanto aqu� como en la vers. 3 s� significa "una vez por todas". Este adverbio griego, como su equivalente en lat�n semel, a veces se "usa para referirse a lo que se hace de esta manera para que sea de validez perpetua y nunca necesite repetirse".

"Se usa dos veces as� en la Ep�stola a los Hebreos:" Para los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial "; Hebreos 6:4 es decir, una vez por todas iluminados, para que no sea posible una segunda iluminaci�n. de nuevo, "porque los adoradores, habiendo sido una vez purificados, no habr�an tenido m�s conciencia de pecados".

Hebreos 10:2 As� tambi�n en 1 Pedro: "Porque tambi�n Cristo muri� por los pecados una sola vez". 1 Pedro 3:18 El significado es similar en ambos pasajes aqu� ( Judas 1:3 ; Judas 1:5 ). El Evangelio fue entregado una vez por todas por los Ap�stoles a la Iglesia; porque no puede haber un segundo evangelio. Y este Evangelio los cristianos lo reciben y conocen de una vez por todas.

Se han suscitado dudas en cuanto al evento o eventos a los que se refiere San Judas en las palabras "despu�s destruy� a los que no creyeron". Hofman Schott y otros, adoptando la lectura mejor atestiguada, "Jes�s, habiendo salvado a un pueblo de la tierra de Egipto, despu�s destruy� a los que no creyeron", interpretan la �ltima cl�usula de la destrucci�n de Jerusal�n o del derrocamiento de los Naci�n jud�a. Se siente que esto hace un contraste muy antinatural con la liberaci�n de Israel del Fara�n por la mano de Mois�s, y por lo tanto, "salv� a un pueblo de la tierra de Egipto" tiene que ser interpretado en el sentido de "la redenci�n de la servidumbre. casa de la Ley y del pecado obrado en Israel y para Israel por el acto de salvaci�n de Cristo "(Schott, Erlangen, 1863, p.

225). Esto es muy forzado e improbable. Sostengamos por la "regla m�s infalible de Hooker en las exposiciones de la Sagrada Escritura, que donde se encuentra una construcci�n literal, lo m�s alejado de la letra es com�nmente lo peor" ("Ecl. Pol.", 5. 59: 2). La construcci�n literal de "un pueblo salvo de la tierra de Egipto" ciertamente permanecer� aqu�, y las palabras deben entenderse del paso del Mar Rojo y todo lo que acompa�� a ese evento.

�sta es la cl�usula cuyo significado es claro, y debe ser el int�rprete de la cl�usula cuyo significado es menos claro: trabajar hacia atr�s desde el �ltimo es singularmente irrazonable. El "salvar" entendido de la liberaci�n de los israelitas de la tiran�a del Fara�n, el "destruir" se entiende m�s naturalmente del derrocamiento de estos mismos israelitas en el desierto; no de ninguna cat�strofe, como la que sigui� al asunto de Cor� N�meros 16:49 o de Baal-peor (25), sino de la destrucci�n gradual, durante los cuarenta a�os de vagabundeo, de los rebeldes e incr�dulos, "cuyos cad�veres cayeron en el desierto.

�Y a qui�nes jur� que no entrar�an en su reposo, sino a los desobedientes? Y vemos que no pudieron entrar a causa de la creencia Hebreos 3:17 ". Hebreos 3:17 Es completamente innecesario agregar a esto, con Fronmuller, el cautiverio babil�nico, como si" despu�s "o" la segunda vez "(toteron) se refiere a dos destrucciones. Se refiere a dos actos divinos, uno de misericordia y otro de juicio.

"Y a los �ngeles que no guardaron su propio principado, sino que dejaron su propia morada, �l los ha mantenido en cadenas eternas". Este es el segundo ejemplo de San Judas de la venganza de Dios sobre el pecado grave, y este y el siguiente son comunes a ambas ep�stolas. Para la destrucci�n de los israelitas incr�dulos, 2 Pedro tiene el Diluvio. La versi�n revisada tiene varias mejoras aqu�. Sustituye "principado" por "primer estado", en armon�a con otros pasajes, donde aparece la misma palabra, Romanos 8:38 ; Efesios 3:10 ; Efesios 6:12 ; Colosenses 1:16 ; Colosenses 2:10 ; Colosenses 2:15e inserta "propio" - "su propio principado"; marcando as� la diferencia entre "propio" y "propio" - "su morada apropiada".

"Sobre todo, conserva la iron�a de San Judas en el doble uso de la palabra" guardado ";" los �ngeles que no guardaron su propio principado los ha mantenido en lazos eternos "; que se destruye en la Versi�n Autorizada por la sustituci�n de" reservado "para el segundo" guardado. "La alteraci�n de" cadenas "en" ataduras "es de menor importancia; pero vale la pena marcar la diferencia entre dos palabras griegas, las cuales son frecuentes en el Nuevo Testamento, y de las cuales la El primero siempre se usa en un sentido literal, Marco 5:3 ; Lucas 8:29 ; Hechos 12:6 ; etc.

y el otro a veces literalmente, Lucas 8:29 ; Hechos 16:26 ; Hechos 23:29 ; etc. y, a veces, metaf�ricamente. Marco 7:35 ; Lucas 13:16 ; Filem�n 1:13 Es este �ltimo el que se utiliza aqu�.

Puede considerarse cierto que este pasaje no se refiere a la rebeli�n original de los �ngeles y su ca�da de poderes celestiales a esp�ritus del mal y de las tinieblas. Tampoco es una referencia directa a la interpretaci�n rab�nica de "los hijos de Dios vieron a las hijas de los hombres que eran hermosas; y tomaron para ellas esposas de todas las que eligieron". G�nesis 6:2 , donde los mejores textos de la Septuaginta tienen "�ngeles de Dios" por "hijos de Dios". Es mucho m�s probable que sea una referencia a un tema que es muy prominente en el Libro de Enoc, que, sin embargo, en este particular se basa en la interpretaci�n com�n del pasaje del G�nesis.

La discusi�n de este escrito tan interesante y desconcertante est� reservada para un cap�tulo posterior. En la actualidad basta decir que la obra es compuesta, escrita en diferentes �pocas y por diferentes autores, y que las alusiones a ella aqu� y la cita de la misma en los vv. 14 y 15 Judas 1:14 , son de la primera porci�n del Libro de Enoc (Cap�tulos 1-36.

), que, junto con la �ltima parte (cap�tulos 72-105.), puede considerarse con seguridad como el escrito original, e indudablemente precristiano. Es dudoso que alguna parte del libro haya sido compuesta en la era cristiana, y que alguna parte del libro haya sido escrita por un cristiano es ciertamente muy dudoso. Hofmann, Philippi y Weisse no han logrado persuadir a mucha gente de que toda la obra es de origen cristiano.

La porci�n de la que San Judas hace uso puede, con mucha probabilidad, ser asignada a la �ltima parte del siglo II antes de Cristo. Un bosquejo de la secci�n sobre el pecado de los �ngeles arrojar� mucha luz sobre el pasaje que tenemos ante nosotros. Una parte de ella se conoc�a desde hac�a mucho tiempo a trav�s de dos considerables extractos, que el escritor bizantino Georgius Syncellus (cir. 800 d.C.) extrae de ella en su "Chronographia" (p�gs.

20-23 y 40-42, ed. De Dindorf, Bonn, 1829). La cita de nuestra Ep�stola y las hechas por Syncellus constituyeron todo lo que se conoc�a del Libro de Enoc en Europa hasta 1773, cuando el viajero ingl�s Bruce trajo a casa tres manuscritos. de una versi�n et�ope del conjunto que a�n exist�a en la Iglesia Abisinia.

La secci�n sobre el pecado de los �ngeles y su castigo (7-36) comienza muy abruptamente despu�s de una breve introducci�n (1-6), en la que Enoc bendice a los justos y declara que recibi� una revelaci�n de los �ngeles en el cielo. Y sucedi� que cuando los hijos de los hombres se multiplicaron, les nacieron hijas muy hermosas. Y los �ngeles, los hijos del cielo, las desearon, y se desviaron tras ellos, y se dec�an unos a otros: Elijamos por nosotros mismos esposas de las hijas de los hombres de la tierra.

"Doscientos de ellos hicieron entonces una conspiraci�n, descendieron a la tierra y engendraron una descendencia de gigantes. Ellos impartieron un conocimiento de hechicer�a y muchas artes nefastas; y la corrupci�n as� se difundi�, y la voracidad y violencia de su descendencia, produjo los males que precedieron al Diluvio. Entonces los �ngeles pecadores son sentenciados por el Todopoderoso, y Enoc es comisionado para darles a conocer la sentencia.

"Entonces el Se�or me dijo: Enoc, escriba de justicia, ve y dile a los vigilantes del cielo, que han abandonado el cielo sublime y su santa posici�n eterna, que han sido contaminados con mujeres que en la tierra nunca obtendr�n paz ni remisi�n. del pecado ". Los �ngeles ca�dos persuaden a Enoc para que interceda por ellos; pero su intercesi�n no es escuchada, y se le dice que repita la sentencia que se les ha pronunciado.

Los siguientes detalles de su castigo son de inter�s. Azazel, comp. Lev�tico 16:26 , RV uno de los cabecillas, ser� atado de pies y manos, arrojado a un desv�n en el desierto y cubierto de tinieblas; all� permanecer�, con el rostro cubierto, hasta el gran d�a del juicio, cuando ser� arrojado al fuego.

Los dem�s, despu�s de haber visto a sus descendientes matarse unos a otros en matanza mutua, ser�n atados por setenta generaciones debajo de la tierra, hasta el d�a de su juicio, cuando ser�n arrojados a las profundidades del fuego y ser�n encerrados. para siempre (10: 6-9, 15, 16). "Se ha dictado juicio sobre ti; tu oraci�n no te ser� concedida. Desde ahora en adelante nunca ascender�s al cielo.

�l ha dicho que en la tierra te atar�, mientras dure el mundo "(14: 2). Y despu�s se muestra a Enoc su castigo en una visi�n." Estos son los de las estrellas que han transgredido el mandamiento del Dios Alt�simo, y est�n aqu� atados, hasta que se cumpla el n�mero infinito de d�as de sus cr�menes. �Por qu� est�s alarmado y asombrado ante este lugar terrible, ante la vista de este lugar de sufrimiento? Esta es la prisi�n de los �ngeles; y aqu� se guardan para siempre "(21: 3, 6).

Es especialmente digno de menci�n que es en estas porciones m�s antiguas del Libro de Enoc donde encontramos por primera vez en la literatura jud�a la concepci�n distinta de un juicio general. La idea es muy frecuente y se expresa de diversas formas. Por lo tanto, lo que San Judas llama "el juicio del gran d�a" (?????? ??????? ??????), una frase que no aparece en ninguna otra parte del Nuevo Testamento, se llama en el libro de Enoc "el gran d�a del juicio" (10: 9 ), "el D�a del Gran Juicio" (93: 8; 97:15; 104: 3), "el D�a de la Gran Angustia" (99: 5), "el Gran D�a" (16: 2) "; el Gran Juicio "(22: 5)," el Juicio General "(22: 9).

San Judas, por supuesto, no necesitaba haber derivado esta idea del Libro de Enoc; pero el hecho de que sea tan frecuente all�, especialmente en relaci�n con el pecado de los �ngeles impuros, puede haberlo influido al escribir el pasaje que tenemos ante nosotros. De todos modos, todos estos numerosos fracasos no nos dejar�n muchas dudas en cuanto al origen de la declaraci�n de San Judas, "�ngeles que no guardaron su propio principado, sino que dejaron su propia morada, �l los ha mantenido en lazos eternos bajo la oscuridad para el juicio del gran d�a ". Viene directamente del Libro de Enoc o de una fuente de la que se sirven tanto el autor del libro como San Judas.

Fue "de la misma manera con estos" �ngeles que los habitantes de Sodoma y Gomorra pecaron, descarriados en pos de indulgencias ilegales y antinaturales; y "de la misma manera que estos" �ngeles, ellos tambi�n "se presentan como ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno". El significado no est� del todo claro, pero aparentemente es este, que los �ngeles pecadores est�n en prisi�n esperando el d�a del juicio, cuando ser�n arrojados al lago de fuego; y que la destrucci�n de las ciudades de la llanura por el fuego, y su perpetua inmersi�n, son un ejemplo del fuego eterno en el que los �ngeles ser�n sumergidos.

Quiz�s tambi�n existe la idea de que bajo el Mar Muerto arden fuegos volc�nicos. Es muy posible tomar "del fuego eterno" despu�s de "ejemplo" en lugar de despu�s de "castigo"; y esta traducci�n hace que la declaraci�n est� m�s de acuerdo con los hechos reales: "se presentan como un ejemplo de fuego eterno, sufriendo castigo". Pero las dos �ltimas palabras aparecen de forma bastante inc�moda al final de la oraci�n, y la mayor�a de los comentaristas se oponen a esta interpretaci�n. comp. / RAPC Malaqu�as 2:5

Los tres casos exhiben, no un cl�max, sino una gran diversidad, en cuanto a personas, pecado y castigo. Tenemos tanto jud�os como gentiles, y entre ellos seres superiores a ambos. Los israelitas rechazaron por incredulidad su hogar prometido y perecieron lentamente en el desierto. Los �ngeles dejaron su propio hogar, pecaron gravemente y est�n en el destierro y en la c�rcel, esperando un castigo a�n peor. Los hombres de Sodoma y Gomorra pecaron gravemente en su casa, y tanto ellos como ella fueron repentina, horrible e irrevocablemente destruidos.

Esta gran diversidad da sentido a la moraleja. No importa qui�nes sean los pecadores o cu�les sean las circunstancias del pecado, las ofensas escandalosas, como la impureza y la rebeli�n, son seguras del castigo divino.

Si los �ngeles ca�dos son esp�ritus malignos que rodean activamente la ruina de las almas, �c�mo pueden los �ngeles ca�dos ser "retenidos eternamente hasta el juicio del gran d�a"? Se podr�a dar m�s de una respuesta a esta pregunta, pero la reserva de las Escrituras sobre el tema parece advertirnos de especulaciones in�tiles. Incluso sin las Escrituras, la realidad de los poderes espirituales del mal puede inferirse de sus efectos.

Las Escrituras parecen decirnos que algunos de estos poderes son personales y otros no, que algunos son m�s libres que otros, y que todos ser�n derrotados al fin. Eso es suficiente para nuestro consuelo, advertencia y seguridad. Nos consuela saber que gran parte del mal que hay dentro de nosotros no es parte de nosotros mismos, sino que viene de fuera. Nos hace desconfiar de saber que tales poderes est�n luchando contra nosotros. Nos da confianza saber que incluso Satan�s y sus huestes pueden ser vencidos por aquellos que resisten con firmeza en la fe.

Versículos 8-12

Cap�tulo 34

BARRERAS A LAS DIGNIDADES- "LA ASUNCI�N DE MOIS�S" -ST. EL USO DE JUDAS DE LA LITERATURA APOCRIFICA.

Judas 1:8

S T. JUDE, habiendo dado tres terribles ejemplos del castigo del pecado grave en jud�os, gentiles y �ngeles, procede a aplicar estos ejemplos a los libertinos que en su propia �poca, con su conducta escandalosa como cristianos, estaban provocando a Dios para que los castigara de la misma manera. ; y la triple descripci�n de su conducta que se da aqu� parece referirse a los tres casos que acabamos de dar, que ahora se toman en orden inverso.

Como la gente de Sodoma y Gomorra, estos libertinos imp�os "contaminan la carne"; como los "�ngeles que no guardaban su propio principado", "nada menospreciaron"; y como los israelitas incr�dulos y rebeldes en el desierto, "injurian las dignidades". En los tres detalles se muestran a s� mismos como "so�adores" (??????????????). Son como hombres que dicen y hacen cosas monstruosas mientras duermen.

Est�n insensibles a todo sentido de decencia y deber, "so�ar, acostarse, amar el dormir" ( Isa�as 56:10 , donde la misma palabra que tenemos aqu� se usa en la LXX). Est�n hundidos en el letargo del pecado. Romanos 13:11 Los revisores han hecho bien al omitir el ep�teto "inmundo" al agregar la palabra "tambi�n" y al sustituir "en sus sue�os" por "so�adores".

"El participio representado por" en sus sue�os "no pertenece exclusivamente a" profanar la carne ", sino tambi�n a las otras dos cl�usulas; de modo que" inmundo "ni siquiera es correcto como interpretaci�n: es bastante injustificable como traducci�n No hay raz�n para sospechar que ciertas contaminaciones lev�ticas est�n indicadas, dado que "en sus sue�os" ellos "no menosprecian el dominio y se burlan de las dignidades", el sue�o no debe entenderse como el sue�o real.

Adem�s, San Judas no dice "contaminar su carne", sino "contaminar la carne" (????? ?????????), que incluye m�s que sus propios cuerpos. Quiz�s quiere decir que contaminan la naturaleza humana, o incluso todo el mundo animal.

Like the men of Sodom, these profligates "defile the flesh." Like the angels who sold their birthright for base indulgences, they "set at naught dominion." But it is by no means easy to determine what this "dominion" or "lordship" (?????????) signifies. Calvin and others interpret this and "dignities" or "glories" (?????) of the civil power: "There is a contrast to be noticed, when he says that they defiled or polluted the flesh, that is, that they degraded what was less excellent, and that yet they despised as disgraceful what is deemed especially excellent among mankind.

De la segunda cl�usula se desprende que eran hombres sediciosos, que buscaban la anarqu�a, que, liberados del miedo a las leyes, pod�an pecar m�s libremente. Pero estas dos cosas est�n casi siempre conectadas, que quienes se abandonan a la iniquidad tambi�n desean abolir todo orden. Aunque, de hecho, su objetivo principal es estar libres de todo yugo, las palabras de Judas muestran sin embargo que sol�an hablar con insolencia y reproche de los magistrados, como los fan�ticos de la actualidad, que no solo se quejan porque son restringido por la autoridad de los magistrados, pero declama furiosamente contra todo gobierno, y dice que el poder de la espada es profano y contrario a la piedad; en resumen, rechazan con arrogancia de la Iglesia de Dios a todos los reyes y magistrados.

'Dignidades' o 'glorias' son �rdenes o rangos eminentes en poder u honor "(" Commentaries on the Catholic Epistles "de Calvino, Eng. Tr., Edimburgo, 1855, p. 438). Pero si los gobernantes terrenales de cualquier tipo se entienden por "dominio" y "dignidades", es m�s probable que San Judas est� pensando en los oficiales eclesi�sticos; en cuyo caso el significado ser�a que estos libertinos desafiaron la disciplina de la Iglesia y injuriaron a los presb�teros u obispos que los reprendieron. por su mala conducta.

Sin embargo, es m�s probable que al menos "dominio", si no "dignidades", se refiera a poderes invisibles y sobrenaturales. Debemos mirar hacia atr�s a Judas 1:4 , y hacia adelante a Judas 1:10 , en busca de una clave para la interpretaci�n. Estos libertinos "convierten la gracia de Dios en lascivia" y as� "contaminan la carne"; y ellos "niegan a nuestro �nico Maestro y Se�or, Jesucristo", y as� "no menosprecian el se�or�o".

"De nuevo," lo que entienden naturalmente, como las criaturas sin raz�n, en estas cosas son destruidos ", es decir, se arruinan a s� mismos, en cuerpo y alma, por sus indulgencias carnales; mientras que" se burlan de todo lo que no conocen ", es decir, hablan con fr�vola irreverencia respecto al mundo invisible, injurian a los �ngeles y tal vez se burlan de Satan�s. Por lo tanto, podemos, con cierta vacilaci�n, pero con bastante raz�n, interpretar "dominio" o "se�or�o" de Cristo. o de Dios, y las "dignidades" o "glorias" de los �ngeles, recordando que cualquiera o ambos pueden incluir a los ministros y mensajeros de Cristo en la tierra. Una de las formas en que estos hombres imp�os negaron a Cristo en sus vidas fue por su desprecio desde�oso de las ense�anzas de sus ap�stoles.

Es muy posible que en este particular tambi�n San Judas est� bajo la influencia del "Libro de Enoc". En �l leemos: "No cumpl�s los mandamientos del Se�or, pero transgred�s y calumni�is la grandeza" (6: 4); y otra vez, "Todos los que con la boca hablan un lenguaje impropio contra Dios, y hablan cosas �speras de su gloria, aqu� ser�n recogidos" (26: 2); y nuevamente, "Mis ojos vieron a todos los pecadores que negaban al Se�or de la gloria" (41: 1).

Y con esta �ltima expresi�n deber�a compararse: "El esplendor de la Deidad los iluminar�" (1: 8). Pero, por supuesto, no se sigue que porque San Judas reproduce en parte el lenguaje de este escritor, por lo tanto, lo usa precisamente con el mismo significado.

"Pero el arc�ngel Miguel, al contender con el diablo, disputaba por el cuerpo de Mois�s, no se atrevi� a lanzar contra �l un juicio injurioso, sino que dijo: El Se�or te reprenda". El significado de esta ilustraci�n es obvio. Los libertinos profanos se permiten hablar de "dignidades" de una manera que ni siquiera un arc�ngel se atrevi� a adoptar al reprender a Satan�s. Es un argumento muy fuerte aortiori.

En consecuencia, el hecho de que se tratara de un �ngel malvado contra el que Miguel no se atreviera a criticar de ninguna manera prueba que fueran �ngeles malignos contra los que los libertinos se atrevieran a criticar. M�s bien se puede inferir lo contrario. Usan un lenguaje de �ngeles buenos que Michael no usar�a con uno malo. Quiz�s sea posible que las "dignidades" o "glorias" incluyan a los �ngeles ca�dos o los esp�ritus malignos; que se refiera exclusivamente a ellos es muy improbable. La palabra misma est� en contra de esto; porque "glorias" es ciertamente un nombre extra�o para los demonios.

Pero tenemos ante nosotros una pregunta m�s interesante en cuanto a la fuente de la que San Judas deriv� la historia sobre el arc�ngel Miguel luchando con el diablo por el cuerpo de Mois�s. Es tan irrazonable suponer que recibi� una revelaci�n especial sobre el tema como suponer que San Pablo recibi� una revelaci�n especial con respecto a los nombres de los magos egipcios (ver 2 Timoteo 3:8 en este volumen).

St. Jude se refiere al incidente como algo bastante familiar para sus lectores; y este dif�cilmente podr�a haber sido el caso si se le hubiera revelado especialmente a �l. Lardner supone que la referencia es a Zacar�as 2:1 . Pero, salvo que las palabras, "El Se�or te reprenda, oh Satan�s", ocurren all�, la diferencia entre los dos incidentes es inmensa.

Ni Miguel ni el cuerpo de Mois�s se mencionan en Zacar�as. La causa de la hostilidad de Satan�s es la consagraci�n del sumo sacerdote Josu�. Y es el Se�or, y no el �ngel, quien reprende al Maligno. Estas diferencias son concluyentes; dejan solo las caracter�sticas que necesitan explicaci�n a�n sin explicar. Podemos decidir con seguridad que St. Jude no alude a nada de lo que contiene la Biblia. Lo m�s probable es que se est� refiriendo a alguna conocida historia jud�a sobre la muerte y el entierro de Mois�s, en otras palabras, a la literatura ap�crifa.

Y muri� all� Mois�s siervo de Jehov�, en la tierra de Moab, conforme a la palabra de Jehov�. Y lo sepult� en el valle en la tierra de Moab enfrente de Bet-peor; pero nadie sabe de su sepulcro. hasta el d�a de hoy ". Deuteronomio 34:5 Esas palabras excitaron la curiosidad de los jud�os; y como la historia no les dijo nada m�s all� de la declaraci�n en Deuteronomio, recurrieron a la imaginaci�n como sustituto, y las misteriosas palabras de las Escrituras se convirtieron en un centro alrededor del cual se agrupaban una serie de leyendas en el transcurso del tiempo.

El "Targum de Jonat�n" en el pasaje dice que la tumba de Mois�s fue confiada al cuidado del arc�ngel Miguel. El "Midrash" en el mismo afirma que Sammael, jefe de los esp�ritus malignos, estaba impaciente por la muerte de Mois�s. "Y �l dijo: �Cu�ndo llegar� el ansiado momento en que Michael llorar� y yo me reir�? Y por fin lleg� el momento en que Michael lleg� a Sammael y dijo: �Ah! �Maldito! �Voy a llorar mientras t� te r�es? respondi� con las palabras de Miqueas, Miqueas 7:8 No te regocijes contra m�, enemigo m�o; cuando caiga, me levantar�; cuando me siente en tinieblas, el Se�or ser� mi luz.

"El" Midrash "tambi�n contiene otra leyenda, en la que se menciona el pecado de los �ngeles impuros en relaci�n con la muerte de Mois�s. El alma de Mois�s ora para que no sea quitada del cuerpo:" Se�or del mundo, el los �ngeles Asa y Asael codiciaron a las hijas de los hombres; pero Mois�s, desde el d�a en que te apareciste a �l. en la zarza, llev� una vida de perpetua continencia ", el ruego es que de un cuerpo tan puro el alma no necesita partir.

Tanto Gabriel como Michael rehuyen traer el alma, y ??Sammael no pudo obtenerla. "Y Mois�s or�: Se�or del mundo, no entregues mi alma al �ngel de la muerte. Y vino una voz del cielo: No temas, Mois�s; Yo proveer� para tu entierro. Y Mois�s se levant� y se santific� como los serafines y "el Alt�simo descendi� del cielo, y los tres �ngeles principales con �l". Michael prepar� el f�retro y Gabriel extendi� la s�bana.

Y el Alt�simo lo bes�, y a trav�s de ese beso se llev� su alma hacia �l "(Plumptre in loco). Estas leyendas nos acercan un poco m�s a la ilustraci�n usada por San Judas, porque ponen a Miguel y al esp�ritu maligno en conexi�n con lo que se relata con respecto a la muerte y entierro de Mois�s. Pero la contienda entre Miguel y Satan�s respecto al cuerpo no est� all�. Or�genes nos dice que esto proviene de un libro ap�crifo llamado "La Asunci�n" o "La Ascensi�n (???????? o ????????) de Mois�s ";" En el G�nesis se describe a la serpiente como habiendo seducido a Eva, respecto a quien, en 'La Asunci�n de Mois�s' (un peque�o tratado del que el ap�stol Judas hace menci�n en su Ep�stola), el arc�ngel Miguel, al disputar con el diablo sobre el cuerpo de Mois�s, dice que la serpiente, inspirada por el diablo,fue la causa de la transgresi�n de Ad�n y Eva "(" De Princip.

, "III 2. sub init.). El libro era bastante conocido en la Iglesia primitiva. Clemente de Alejandr�a lo cita (" Strom. ", 6. 15. sub fin.); Y en la traducci�n latina de" Hypotyposeis "su nota sobre Judas 1:9 es" Hic confirmat Assumptionem Moysis ". D�dimo de Alejandr�a dice lo mismo que Or�genes sobre el uso que le dio San Judas, y censura a quienes hicieron de esto una objeci�n a la Ep�stola de Judas (" En Epist.

Juez enarratio en Gallandi Biblioth. Patr., "VI 307). Evodius, obispo de Uzala, uno de los primeros amigos de Agust�n (" Confess. ", IX 7:17; 12:31), al escribirle, se refiere a �l como los" Misterios (Secreta) de Mois�s ", y lo llama un escrito desprovisto de autoridad (Agosto" Ep. ", 168. 6). Fue conocido en la segunda mitad del siglo V por Gelasio de C�cico, y en la segunda mitad del siglo VIII por Nic�foro de Constantinopla, quien, en su "Stichometria Sacrorum Librorum", nos dice que fue tan largo como el Apocalipsis de S.

Juan. Pero desde ese momento no volvemos a o�r de �l hasta 1861, cuando Ceriani public� alrededor de un tercio de un palimpsesto en la Biblioteca Ambrosiana de Mil�n ("Monu-menta Sacra et Prof.", I 1. p. 55). Este fragmento contiene el pasaje citado por Gelasio, pero de manera m�s tentadora llega a su fin antes de la muerte de Mois�s, por lo que todav�a estamos sin el pasaje sobre la contienda entre Miguel y el diablo con respecto a su cuerpo.

Sin embargo, no tenemos ninguna raz�n para dudar de las declaraciones de Or�genes y de D�dimo de que el libro conten�a este incidente, y que esta es la fuente de la ilustraci�n utilizada por San Judas. La evidencia que tenemos confirma las declaraciones, y no hay evidencia del otro lado. Sabemos que hubo leyendas que conectaban a Miguel y el Maligno con la muerte de Mois�s. Sabemos que "La Asunci�n de Mois�s" conten�a material similar.

Sobre todo, sabemos que el incidente mencionado por San Judas no est� en las Escrituras can�nicas, y por lo tanto debe haber venido de alguna fuente ap�crifa, y que en otras partes de su Ep�stola San Judas hace uso de la literatura ap�crifa. Por lo tanto, no estamos creando una dificultad al adoptar la conclusi�n casi segura de que esta obra ap�crifa es la fuente de la que se basa San Judas. Incluso si rechazamos esta conclusi�n altamente probable, la dificultad, tal como es, seguir� existiendo.

Que "La Asunci�n de Mois�s" fue escrito antes de nuestra Ep�stola es admitido casi universalmente. Filipos est� casi solo al pensar que su autor era cristiano y que tom� prestado de San Judas. Ewald, Dillmann, Drummond, Schurer y Wiesler lo ubican entre el 4 a. C. (el a�o de la guerra de Quintilius Varus, al que casi con certeza se refiere) y el 6. Hilgenfeld, Merx, Fritzsche y Lucius lo ubican en diferentes puntos entre UN.

D. 44 y 70. Pero la fecha anterior es la m�s probable. El gran fragmento en lat�n que ahora poseemos fue evidentemente hecho de un documento griego, e Hilgenfeld ha intentado restaurar el griego del lat�n. Pero este documento griego puede haber sido en s� mismo una traducci�n del arameo. En cualquier caso, St. Jude podr�a leerlo.

Que cualquier tradici�n verdadera sobre el tema se haya transmitido oralmente a lo largo de quince siglos, "sin dejar el menor rastro en un solo pasaje del Antiguo Testamento", es absolutamente improbable. Esta hip�tesis, y la suposici�n a�n m�s violenta de una revelaci�n especial hecha a San Judas, son dispositivos impulsados ??por un esp�ritu reverente, pero completamente acr�tico e insostenible, para evitar la conclusi�n indeseable de que un escritor inspirado ha citado material legendario.

�Tenemos alg�n derecho a asumir que la inspiraci�n eleva a un escritor a la posici�n intelectual de un historiador cr�tico, con poder para discriminar entre leyenda y hecho? San Judas probablemente crey� que la historia sobre la disputa entre Miguel y Satan�s era cierta; pero incluso si supiera que se trataba de un mito, podr�a utilizarlo f�cilmente como argumento ilustrativo, dado que era tan familiar para sus lectores.

Si un escritor inspirado viviera ahora, �ser�a bastante incre�ble que hiciera uso del "Purgatorio" de Dante o del "Rey Lear" de Shakespeare? La inspiraci�n ciertamente no preserva a quienes la poseen de la gram�tica imperfecta, y no podemos estar seguros de que los proteja de otras imperfecciones que nada tienen que ver con la verdad que salva almas. Adem�s, pueden ser simplemente nuestros prejuicios los que nos llevan a considerar el uso de material legendario como una imperfecci�n.

Examinemos con reverencia las caracter�sticas que nos presentan realmente los escritos inspirados, sin determinar apresuradamente de antemano qu� propiedades deben poseer. No es de extra�ar que imaginamos que cuando el Esp�ritu Santo inspira a una persona a escribir para la instrucci�n espiritual de los hombres a lo largo de todas las edades, tambi�n lo preserva de cometer errores en cuanto a la autenticidad de los escritos de los que hace uso, o al menos lo preservar�a de enga�ar a otros sobre tales puntos; pero de ello no se sigue que esta expectativa natural nuestra se corresponda con la manera real de la obra del Esp�ritu.

"Seguimos un m�todo muy inseguro si comenzamos por decidir de qu� manera nos parece m�s apropiado que Dios gu�e a Su Iglesia, y luego tratamos de modificar los hechos para que se ajusten a nuestras ideas preconcebidas".

Versículos 12-15

Cap�tulo 35

LA DESCRIPCI�N CORRESPONDIENTE A CA�N; LOS LIBERTINOS EN LAS FIESTA DE AMOR-EL LIBRO DE ENOCH.

Judas 1:12

S T. JUDE deja de comparar a los libertinos con otros pecadores - Ca�n y los sodomitas, Balaam y los �ngeles impuros, Cor� y los israelitas incr�dulos - y comienza una descripci�n independiente de ellos. Sin embargo, hay razones para creer que �l tiene a Ca�n, Balaam y Cor� en su mente al enmarcar este nuevo relato de ellos. La descripci�n se divide en tres partes, de las cuales esta es la primera.

Cada una de las tres partes comienza de la misma manera: "Estos son" (????? ?????). Y cada uno est� equilibrado por algo dicho en el otro lado, que se introduce con un "Pero" (??). En el caso que tenemos ante nosotros, el "Pero" introduce una advertencia prof�ticamente dada a estos libertinos por Enoc ( Judas 1:14 ). En el segundo caso, St.

Judas cita una advertencia prof�ticamente dada a sus lectores por los Ap�stoles ( Judas 1:17 ). En el tercero, �l mismo exhorta a sus lectores ( Judas 1:20 ). Esta triple divisi�n ha sido ignorada en general. Est� bastante borrado en la Versi�n Revisada por la divisi�n de los p�rrafos, y tambi�n por la sustituci�n de una "Y" por el primer "Pero".

"Y sobre estos tambi�n profetiz� Enoc. La Vulgata est� a la derecha con autem en los tres lugares, seguida de Wiclif con" Forsothe "en los tres lugares. Lutero no solo tiene raz�n en su interpretaci�n de la conjunci�n con encubierto en los tres lugares, sino tambi�n en su divisi�n de los p�rrafos, pero desde Wiclif todas las versiones inglesas han oscurecido esta triple descripci�n de los imp�os con las tres advertencias o exhortaciones correspondientes.

"Estos son los que son rocas escondidas en tus fiestas de amor cuando se dan un fest�n contigo". La diferencia entre este y el pasaje paralelo en 2 Pedro es de especial inter�s aqu�; pues parece que el escritor que utiliz� la obra del otro recordaba el sonido en lugar del sentido. Aqu� tenemos ?? ???? ???????. ????????; pero en 2 Pedro 2:13 ??????.

?? ???? ??????? (con ??????? como una lectura diversa, probablemente tomada de este pasaje). Es posible que no haya diferencia de significado entre ???????? y ??????. La primera, que es la palabra de San Judas, significa casi invariablemente "rocas", pero en un poema �rfico del siglo IV significa "manchas". Este �ltimo, que se usa en 2 Pedro 2:13 y Efesios 5:27 , generalmente significa "manchas", pero a veces significa "rocas".

"De modo que" manchas "puede ser la traducci�n correcta en ambas ep�stolas, y" rocas "puede ser correcta en ambas. Sin embargo, es m�s probable que debamos entender" manchas "en 2 Pedro, y" rocas "aqu�. La versi�n revisada inserta "escondido" como un ep�teto - "rocas escondidas en tus fiestas de amor" - lo cual es apenas justificable, porque la palabra parece significar arrecifes sobre los que se precipita el mar, a diferencia de las rocas que est�n completamente cubiertas (as� en la "Antolog�a Palatina , "2.

390; y en un fragmento de S�focles la palabra tiene el ep�teto "elevado", ?? ??????? ??????????, y "elevadas rocas ocultas" ser�a casi una contradicci�n en t�rminos). Adem�s, "oculto" no parece ser correcto ni siquiera como interpretaci�n; porque estos libertinos no estaban escondidos en absoluto; eran absolutamente notorios y escandalosos. No ocultaron su mala conducta, sino que se enorgullecieron de ella y la defendieron.

Sin embargo, este hecho no hace que el nombre "rocas" o "arrecifes" sea inapropiado. Un arrecife puede ser algo muy peligroso, aunque siempre es visible. Puede ser imposible evitar acercarse a �l; y la proximidad a tales cosas es siempre peligrosa. As� tambi�n con estos hombres imp�os: los lectores de San Judas no pod�an evitarlos por completo, ni en la sociedad ni en los servicios p�blicos de la Iglesia, pero su presencia perturbaba y contaminaba a ambos. Estos hombres arruinaron todo el prop�sito de las fiestas de amor. Como Ca�n, convirtieron las ordenanzas de la religi�n en ego�smo y pecado.

No podemos dudar que cuando San Judas escribi� la eucarist�a todav�a formaba parte del �gape o fiesta de amor, como cuando San Pablo escribi� a los Corintios (57, 58 d. C.). Segu�a siendo "la Cena del Se�or", no s�lo de nombre, sino de hecho. 1 Corintios 11:17 Hechos 20:7 Es casi seguro que cuando Ignacio escribi� sus Ep�stolas (cir.

112 d.C.) la eucarist�a todav�a estaba unida a la fiesta de amor. Escribe a la Iglesia de Esmirna: "No es l�cito sin el obispo bautizar ni celebrar una fiesta de amor" (8). Debe referirse a los dos sacramentos, cuya administraci�n son las principales funciones del oficio sacerdotal. Ignacio no pudo haber querido decir que una fiesta de amor aparte de la eucarist�a no se pod�a celebrar sin el obispo.

Cuando Justino M�rtir escribi� su Primera Apolog�a (circa 140 d. C.), es evidente que los dos se hab�an separado; su descripci�n de la eucarist�a (65-67), implica que ninguna fiesta de amor la acompa�� (ver Lightfoot, "'San Ignacio y San Policarpo", I p�gs. 52, 387; II p. 312; Macmillan, 1885) . Podemos considerar, por lo tanto, como cierto que incluso si esta Ep�stola se coloca a fines del siglo I, San Judas se refiere aqu� a un estado de cosas muy similar al que San Pablo reprende en la Iglesia de. Corinto; la fiesta de amor acompa�ada de la eucarist�a fue profanada por la indulgencia desvergonzada de estos libertinos.

La fiesta de amor simboliza la hermandad de los cristianos. Fue una comida sencilla, en la que todos se reunieron como iguales y los ricos suplieron las necesidades de los pobres. Cualquier cosa como el exceso estaba peculiarmente fuera de lugar, y era deber de los ricos asegurarse de que los miembros m�s pobres de la congregaci�n estuvieran satisfechos. Pero parecer�a como si estos despilfarradores

(1) trajeron con ellos comida lujosa, destruyendo as� la sencillez cristiana de la comida; y

(2) trajeron esto, no para el beneficio de todos, sino para su propio disfrute privado, destruyendo as� la idea de la hermandad e igualdad cristianas.

No hay nada en la palabra usada para "banquetear contigo" (??????????????) que necesariamente implique jolgorio o exceso, pero en este sentido implica censura. Convertir la fiesta de amor en un banquete estaba mal, por inocente que pudiera ser un banquete en s� mismo. Podr�amos traducir la palabra "cuando festejen juntos" en lugar de "cuando festejen contigo"; y esto implicar�a que en la fiesta de amor se guardaban para s� mismos y no se mezclaban con sus hermanos m�s pobres.

Esto tiene sentido; pero si se adopta esta traducci�n, debemos tener cuidado de interpretarla en el sentido de que estos libertinos se hab�an convertido en cism�ticos y hab�an organizado su propia fiesta de amor. No podr�an ser "rocas en tus fiestas de amor" si no asistieran a las fiestas de amor.

Hay otras dos incertidumbres en estas cl�usulas iniciales, una de construcci�n y otra de traducci�n.

(1) �Debemos tomar "sin miedo" con lo que precede, o con lo que sigue, "cuando se banquetean contigo sin miedo", o "que se alimentan sin miedo"? Como en Judas 1:7 , con respecto al "fuego eterno", no podemos decidir con certeza. Ambas construcciones tienen un sentido excelente, y no se puede instar nada a favor de ninguna de las dos.

Las versiones en ingl�s est�n divididas. El Rhemish tiene "festejar juntos sin miedo". Purvey, los autorizados y los revisados ??toman "sin miedo" con "alimentarse ellos mismos". Tyndale, Cranmer y el ginebrino pretenden ser tan ambiguos como el griego; colocan "sin temor" entre las dos cl�usulas con una coma a cada lado.

(2) �"Alimentarse a s� mismos" significa que se alimentaron a s� mismos en lugar de alimentar al reba�o? Ezequiel 34:2 ; Ezequiel 34:8 ; Isa�as 56:11 Si es as�, los Revisores dan la interpretaci�n correcta con "pastores que sin miedo se alimentan"; pero esto es interpretaci�n m�s que traducci�n.

�O significa que se alimentaron solos, en lugar de esperar a que los alimentaran los pastores? Si es as�, es bastante enga�oso llamarlos pastores. Como ya hemos visto, no hay raz�n para pensar que estos despilfarradores se establezcan como maestros o pastores. Estaremos m�s seguros si traducimos el participio griego (??????? ????????????) por un participio: "pastoreando ellos mismos" o "pastoreando ellos mismos".

Lutero, como se�ala el Dr. Salmon, lo traduce semetipsos regentes, lo que demuestra que lo entendi� en el �ltimo sentido. Sin embargo, esta segunda visi�n no implica nada cism�tico en su conducta, sino simplemente que eran ego�stas y desordenados. su propia buena comida, y la consum�an entre ellos en el banquete de amor, en lugar de tirarla al almac�n com�n y permitir que los ancianos la distribuyeran a todos.

Con pleno reconocimiento del hecho de que hay mucho que decir a favor de otros puntos de vista, la siguiente traducci�n puede aceptarse como en general preferible: "Estos son los que son rocas en sus fiestas de amor, festejando juntos sin miedo, pastoreando sus propios yoes ".

En lo que sigue, San Judas apila met�fora sobre met�fora y ep�teto sobre ep�teto, en un esfuerzo por expresar su indignaci�n y aborrecimiento. Pero no podemos decir que "sin duda alguna tambi�n en las comparaciones que emplea tiene un ojo en la intenci�n original de la fiesta de amor". Es algo forzado decir que la fiesta de los amores "deb�a tener la bendici�n de la lluvia del cielo, deb�a ser causa de mucho fruto en toda la comunidad cristiana".

"Pero suponiendo que" nubes sin agua "y" �rboles infructuosos "puedan referirse a las fiestas de amor, �qu� vamos a hacer con" olas salvajes "y" estrellas errantes "a ese respecto? Es mejor considerar el tema de las fiestas de amor como terminadas, y tomar los s�miles que siguen como bastante independientes. Estos hombres son ostentosos, pero no hacen ning�n bien. Quiz�s se esperaba que su admisi�n a la Iglesia ser�a una gran ganancia para la cristiandad; pero son tan decepcionantes como las nubes que son arrastradas (?????????????) por los vientos sin dar ninguna lluvia; y en el Este es una de las m�s graves entre las decepciones m�s comunes.

C�mo los redactores de la Versi�n Autorizada llegaron a perpetrar tal contradicci�n en t�rminos como "�rboles cuyo fruto se seca, sin fruto", no es f�cil de ver. Ninguna versi�n inglesa anterior es culpable de ello; ni la Vulgata (arbores autumnales, infructuosae); ni Beza, con quien Calvino est� de acuerdo (arbores emarcidae infrugiferae); ni Lutero (kahle unfruchtbare Baume). El griego (?????? ???????????) significa literalmente "�rboles que se marchitan en oto�o"; I.

e., justo en el momento en que se espera el fruto, se marchitan y quedan sin fruto. La par�bola de la higuera est�ril Lucas 13:6 quiz�s est� en la mente de San Judas. Los ep�tetos forman un cl�max natural: marchit�ndose en oto�o, infructuosos, dos veces muertos, desarraigados. Estos libertinos murieron dos veces, porque hab�an regresado despu�s del bautismo a la muerte del pecado: el fin de tales hombres es que ser�n desarraigados al final.

Salmo 30:1 ; Proverbios 2:1 Cuando los llama "olas salvajes del mar, que espuman sus propias verg�enzas", tal vez San Judas est� pensando en las palabras de Isa�as: "Los imp�os son como el mar revuelto, porque no puede descansar, y sus aguas arrojan lodo y lodo ".

Isa�as 57:20 Pero la redacci�n de la Septuaginta es completamente diferente a la que tenemos aqu�; es el pensamiento el que es similar.

�Qu� debemos entender por "estrellas errantes"? Ni planetas ni cometas, ninguno de los cuales parece vagar mientras uno los mira, o vagar, en el sentido de St. Jude, de hecho. Ambos tienen sus �rbitas, a las que se adhieren con tal regularidad que sus movimientos pueden predecirse con precisi�n; de modo que son m�s s�mbolos de la vida cristiana que del proceder de los imp�os. Mucho m�s probablemente St.

Judas significa "estrellas fugaces" o "estrellas fugaces", que parecen dejar su lugar en los cielos, donde son hermosas y �tiles, y vagar en la oscuridad, para confusi�n y consternaci�n de quienes las observan. As� entendido, el s�mil forma una transici�n natural a la profec�a de Enoc que sigue. Los pensamientos de San Judas han vuelto una vez m�s a los �ngeles ca�dos en el "Libro de Enoc.

"Los �ngeles, como las estrellas, tienen un camino que seguir, y los que no lo guardan son castigados". Vi los vientos que hacen que se ponga el orbe del sol y de todas las estrellas ... Vi el camino de los �ngeles ... percibi� un lugar que no ten�a ni el firmamento de los cielos sobre �l, ni la tierra firme debajo de �l; ni hab�a agua encima ni nada en vuelo; pero el lugar estaba desolado. Y all� vi siete estrellas, como grandes monta�as resplandecientes, y como esp�ritus que me suplican.

Entonces el �ngel [gu�a de Enoc] dijo: Este lugar, hasta la consumaci�n del cielo y la tierra, ser� la prisi�n de las estrellas y el ej�rcito del cielo. Las estrellas que ruedan sobre el fuego son las que transgredieron el mandamiento de Dios "(18: 6, 7, 13-16). En otro lugar terrible ve estrellas unidas, y se le dice que estas son" las estrellas que han transgredido, "y que" esta es la prisi�n de los �ngeles ", en la que" est�n guardados para siempre "(21: 2, 3, 5, 6).

Estos extractos hacen muy probable que cuando San Judas compara a los imp�os con "estrellas errantes, para quienes la negrura de las tinieblas ha sido reservada para siempre", est� pensando una vez m�s en los "�ngeles que dejaron su propia morada", que son " guardados en lazos eternos en tinieblas hasta el juicio del gran d�a "( Judas 1:6 ).

Despu�s de este regreso a las ideas contenidas en el "Libro de Enoc", la cita de la profec�a surge con bastante naturalidad; y tanto m�s porque, como indica Ireneo, Enoc contrasta espl�ndidamente con los �ngeles ca�dos: ellos perdieron su morada celestial al desagradar a Dios, mientras que �l fue llevado al cielo por agradarle. Sus palabras muestran que estaba familiarizado con el "Libro de Enoc" y lo acept� como digno de confianza: "Pero Enoc tambi�n sin circuncisi�n, al agradar a Dios, aunque era un hombre, desempe�� el cargo de embajador ante los �ngeles y fue trasladado, y se conserva hasta ahora como testigo del justo juicio de Dios: mientras que los �ngeles por transgresi�n cayeron a la tierra para juicio, pero el hombre, agrad�ndole, fue trasladado para salvaci�n "(" Haer. ", IV 16: 2).

Y la forma en que se introduce la profec�a nos hace a�n m�s claros en cuanto a la fuente de donde la deriv� San Judas: "Enoc, el s�ptimo desde Ad�n, profetiz�". En ninguna parte del Antiguo Testamento, y en ninguna otra parte del Nuevo, se dice que Enoc es "el s�ptimo desde Ad�n". "Pero se le llama el s�ptimo" en el "Libro de Enoc", donde se le hace decir: "Nac� el s�ptimo en la primera semana" (92: 4), aunque para hacer siete tanto Ad�n como Enoc tiene que ser contado (37: 1).

El n�mero siete es posiblemente simb�lico, lo que indica perfeccionamiento. As�, el Dr. Westcott considera a Enoc como "un tipo de humanidad perfeccionada" ("Dict. De la Biblia"). Sin embargo, tambi�n es posible que sea llamado "el s�ptimo" en el "Libro de Enoc", y en consecuencia por San Judas, para marcar la extrema antig�edad de la profec�a, o para distinguirlo de otras personas del mismo nombre. . G�nesis 25:4 ; G�nesis 46:9

Pero una comparaci�n cuidadosa del pasaje m en cuesti�n, citado por San Judas, y tal como aparece en la traducci�n del "Libro de Enoc", es el medio principal para determinar la fuente de la cita. Sin embargo, esto no se puede hacer satisfactoriamente hasta que podamos colocar el griego, del cual la versi�n et�ope del "Libro de Enoc" es una traducci�n, al lado del griego de San Judas.

ENOCH. S T. JUDE. He aqu�, �l viene con diez millares de Sus santos, para ejecutar juicio sobre ellos, y para destruir al imp�o y reprender a todo el carnal [o, y destruir� y condenar� al imp�o con toda carne], por todo lo que los pecadores y los imp�os han hecho y cometido contra �l (cap�tulo ii). He aqu�, el Se�or vino con diez millares de sus santos, para ejecutar juicio sobre todos y para convencer a todos los imp�os de todas sus obras de impiedad que han realizado imp�amente, y de todas las cosas duras que los imp�os pecadores han hablado contra �l. ( Judas 1:14 ).

He aqu�, �l viene con diez millares de He aqu�, el Se�or vino con diez Sus santos, para ejecutar juicio sobre miles de Sus santos, para ejecutarlos, y para destruir a los imp�os y el juicio sobre todos, y para condenar a todos reprender a todos los carnal [o, y los imp�os de todas sus obras de destruir y convencer a los imp�os de toda impiedad que tienen carne imp�a], por todo lo que los pecadores obraron, y de todas las cosas duras e imp�as que han hecho y que los pecadores imp�os han hablado cometido contra �l (cap. 2) contra �l. Judas 1:14

Se observar� que no hay nada en el "Libro de Enoc" que se corresponda con el dicho sobre "las cosas duras que los pecadores han hablado contra Dios". Esto en s� mismo es casi concluyente contra la hip�tesis, que por otros motivos no es muy probable, de que alg�n escritor posterior copi� la profec�a tal como la dio San Judas y la insert� en el "Libro de Enoc". Si es as�, �por qu� no lo copi� exactamente? �Por qu� no solo vari� ligeramente la redacci�n, sino que omiti� una cl�usula bastante importante? El pasaje es muy breve, y un escritor que estaba ansioso por hacer que St.

Judas, de acuerdo con la supuesta profec�a, probablemente har�a que el acuerdo fuera exacto. Por otro lado, si San Judas cita vagamente de memoria, o de un original griego o arameo, cuyo texto difiere un poco de la traducci�n et�ope que nos ha llegado, todo est� explicado. Ser�a tenaz con la cl�usula sobre "cosas duras habladas contra Dios", como una advertencia para aquellos que "no menosprecian el dominio y se burlan de las dignidades".

"Por supuesto, es posible que tanto el autor de este libro como St. Jude hagan uso independiente de un dicho tradicional atribuido a Enoc. Pero dado que la obra exist�a cuando St. Jude escribi�, probablemente era bien conocida por sus lectores, y contiene la mayor parte del pasaje que cita, y viendo que en otras partes de su Ep�stola parece referirse a otras partes del libro, la opini�n m�s razonable es que cita directamente de �l.

El caso, por tanto, es paralelo al de la referencia a "La Asunci�n de Mois�s" en Judas 1:9 . San Judas probablemente cre�a que la profec�a era una profec�a genuina de Enoc, y que el escrito en el que aparece es una revelaci�n genuina con respecto al mundo visible e invisible; pero incluso si conociera su car�cter ap�crifo, su adecuaci�n al tema del que est� tan lleno podr�a llevarlo f�cilmente a citarlo a personas con las que estar�a familiarizado.

No tenemos derecho a prejuzgar la cuesti�n de la idoneidad y decir que la inspiraci�n ciertamente preservar�a sus instrumentos de hacer uso, consciente o inconscientemente, de un apocalipsis ficticio. Nuestro trabajo, como estudiantes reverentes y, por tanto, honestos, es averiguar si este escritor deriva algo de su material del documento que, despu�s de tantos siglos, nos fue devuelto hace unos ciento veinte a�os.

Si por motivos cr�ticos nos vemos obligados a creer que este documento es la fuente de la que se basa San Judas, entonces tengamos cuidado de poner nuestras propias ideas preconcebidas por encima de la sabidur�a de Dios, quien en este caso, como en muchos m�s, ha sido complacido de emplear un instrumento inesperado, y ha hecho de una ficci�n humana el medio de proclamar una verdad divina.

Queda por dar una explicaci�n m�s detallada de la escritura intensamente interesante que parece haber utilizado San Judas. Los libros de Daniel, Ezequiel y Zacar�as dieron a los jud�os un amor por las visiones, revelaciones y profec�as que a veces era casi insaciable; y, cuando el don de profec�a lleg� a su fin, los tres siglos entre Malaqu�as y el Bautista, durante los cuales parec�a como si Jehov� se hubiera apartado de Su pueblo, y "no respondiera m�s, ni por sue�os ni por profetas", parec�an tristes. e intolerable.

Lo que hab�a escrito Mois�s y los Profetas no satisfizo. Se deseaban nuevas revelaciones; y al estar ausente la realidad, la ficci�n intent� cerrar la brecha. Escritos como el "Libro de Enoc", "Asunci�n de Mois�s", "Testamento de Mois�s", "Eldad y Medad", "Apocalipsis de El�as", etc., etc., fueron el resultado. Este deseo de profec�as y revelaciones pas� del juda�smo a la Iglesia cristiana, y fue acelerado en lugar de satisfecho por la Revelaci�n de S.

Juan. Durante los dos primeros siglos de la era cristiana, tanto jud�os como cristianos siguieron produciendo esa literatura; y todav�a sobreviven espec�menes de �l en el "Apocalipsis de Baruc" y el "Cuarto Libro de Esdras" en el lado jud�o, y el "Pastor de Hermas" en el cristiano; los "Testamentos de los Doce Patriarcas" son aparentemente un original jud�o con interpolaciones cristianas. Pero en la mayor�a de los casos solo sobreviven los t�tulos, y cuando la revelaci�n o profec�a se atribuye a un personaje del Antiguo Testamento, no podemos decidir si la ficci�n era de origen jud�o o cristiano.

Es extra�o que se haya permitido que un escrito como el "Libro de Enoc" desapareciera por completo de Occidente despu�s del siglo IV y de Oriente despu�s del VIII. Las citas en la "Chronographia" de Georgius Syncellus, algunas partes de las cuales no se encuentran en la versi�n et�ope recuperada, son los �ltimos vestigios que tenemos de ella hasta principios del siglo XVII, cuando se rumoreaba que exist�a en Abisinia. , ya finales del siglo XVIII, cuando se encontr� all�.

Se podr�a haber esperado que las revelaciones que profesa hacer con respecto al juicio, el cielo y el infierno lo convirtieran en un favorito especial entre los cristianos del siglo IV al X, per�odo durante el cual uno de los temas m�s comunes de especulaci�n fue el fin del mundo. . Adem�s, estaba el pasaje en Judas, con los avisos en Bernab�, Ireneo, Tertuliano, Clemente de Alejandr�a, Or�genes, Jer�nimo y otros, para evitar que el libro fuera olvidado.

Pero en general se cre�a que el fin del mundo ser�a presagiado por dos grandes se�ales: la ca�da de Roma. y la venida del Anticristo. Acerca de estos, el "Libro de Enoc" no contiene ninguna pista, y la ausencia de dicho material puede haber hecho que se perdiera el conocimiento. Los ingleses tienen el honor de devolv�rselo a Europa. James Bruce trajo la traducci�n et�ope de Abisinia en 1773, y el arzobispo Laurence public� una traducci�n al ingl�s en 1821 y un texto et�ope en 1838. Desde entonces, los eruditos que lo han editado o comentado han sido casi exclusivamente alemanes.

En general, se reconoce que el libro es compuesto. Probablemente el escritor original incorpor� materiales m�s antiguos, y su trabajo probablemente haya sido interpolado por manos posteriores. A�n se debate si alguna de estas supuestas interpolaciones es cristiana; y la pregunta apenas admite una respuesta decidida. Por un lado, hay expresiones que vendr�an mucho m�s naturalmente de un cristiano que de un jud�o; por otro lado, es dif�cil ver por qu� un cristiano deber�a insertar algo en absoluto, si no inserta lo que podr�a ense�ar a otros la verdad cristiana.

Abundan los pasajes mesi�nicos; y en ellos el Mes�as es llamado, una y otra vez, "el Hijo del Hombre" y "el Elegido"; dos veces se le llama "el Ungido" (47:11; 51: 4), dos veces "el Justo" (38: 2; 52: 6; donde Laurence se traduce de otra manera); una vez que es "el Hijo de la descendencia de la madre de los vivientes", es decir, el Hijo del hijo de Eva (61:10); y una vez el Se�or habla de �l como "Mi Hijo" (104: 2).

Este Mes�as es el Juez de hombres y �ngeles, por nombramiento de Jehov�. "En aquellos d�as la tierra devolver� lo que le ha sido confiado, y el Seol devolver� lo que le fue confiado, lo que ha recibido, y la destrucci�n (Abaddon) devolver� lo que debe ... Y en aquellos d�as el Elegido se sentar� en su trono, y todos los secretos de la sabidur�a saldr�n de los pensamientos de su boca, porque el Se�or de los esp�ritus se lo ha dado y le ha glorificado "(1:10, 3).

"Entonces el Se�or de los esp�ritus hizo sentar en el trono de su gloria al Elegido, quien juzgar� todas las obras de los santos" (60:10, 11; 68:39). Pero este Mes�as no es mucho m�s que un �ngel exaltado. �l no es la Palabra; �l no es Dios. No se indica que este Hijo del Hombre ya haya vivido sobre la tierra. Del nombre Jes�s, la Crucifixi�n, la Resurrecci�n o la Ascensi�n, no hay rastro.

No hay indicios de bautismo, ni de la eucarist�a, ni de la doctrina de la Trinidad. En una palabra, todo lo claramente cristiano est� ausente, incluso en esa secci�n (37-71.) Que hace las aproximaciones m�s cercanas al lenguaje cristiano, y que probablemente sea una inserci�n posterior. Es dif�cil ver qu� objeto podr�a tener un cristiano al escribir esto y nada m�s. El hecho de que tantos �ngeles tengan nombres hebreos favorece la opini�n de que el original estaba en hebreo o arameo, del cual el griego, del cual se toma la versi�n et�ope, era solo una traducci�n. Si es as�, esto tambi�n favorece a los jud�os, m�s que a los cristianos.

Aquellos que puedan, deber�an leer el libro completo en la traducci�n de Laurence, o mejor a�n en la de Dillmann. Pero las porciones traducidas con mayor precisi�n dadas en Westcott y en Stanton dar�n una idea del conjunto. Estos �ltimos se han utilizado en este cap�tulo. El libro es evidentemente la obra de un hombre de las convicciones m�s fervientes, uno que cree en Dios y le teme, y est� horrorizado por la infidelidad pr�ctica contra la impiedad absoluta que encuentra a su alrededor. En dos cosas siempre insiste:

(1) que el gobierno de Dios se extiende por todas partes, sobre los �ngeles y los hombres, no menos que sobre los vientos y las estrellas;

(2) que esta regla es moral, porque recompensa abundantemente la justicia y castiga con temor el pecado. Por lo tanto, nada podr�a estar m�s en armon�a con el esp�ritu y el prop�sito de San Judas, y no debe dejarnos perplejos que haga uso de tal libro.

Pero en cualquier caso, puede tranquilizarnos recordar que, a pesar de que se cita en las Escrituras, a la Iglesia nunca se le ha permitido admitirlo como Escritura. La mente de la cristiandad nunca ha vacilado en cuanto al verdadero car�cter del "Libro de Enoc". Una de las muchas excentricidades de Tertuliano es que defiende su autoridad; pero su s�plica especial no ha enga�ado a nadie m�s ("De Cultu Fern.", I 3.

). Justino M�rtir aparentemente lo sab�a ("Apol.", II 5.), pero no hay nada que demuestre que lo acept� como una revelaci�n genuina. Or�genes ("Contra Cels.," 5. 54 .: comp. "In Numer. Homil.," 28: 2; "In Joannem," tom. 6., cap. 25 .: De la Rue, 2. 384; 4: 142) lo marca claramente como no can�nico y de valor dudoso; Agust�n ("De Civ. Dei", XV 23.4) y Jer�nimo ("De Vir. Illustr.", 4.) lo rechazan como ap�crifo; y poco despu�s de su �poca parece haber desaparecido de la cristiandad occidental. Como ya se dijo, es incierto si San Judas se equivoc� en cuanto a la verdadera naturaleza del libro: es bastante seguro que la Iglesia ha sido preservada de ser as�.

Versículos 16-18

Cap�tulo 36

LA DESCRIPCI�N CORRESPONDIENTE A BALAAM: IMPIOSO DESCONTENTO Y CODICIA DE LOS LIBERTINOS-EL AVISO APOST�LICO RESPETANDO A ELLOS.

Judas 1:16 .

ESTAS palabras forman la segunda parte de la triple descripci�n de los libertinos; y as� como la primera parte fue equilibrada por una advertencia prof�tica citada del "Libro de Enoc", as� esta parte est� equilibrada por una cita de la advertencia prof�tica dada por los Ap�stoles, en el sentido de que personas como estos hombres imp�os ciertamente se levantar�an . Esta segunda divisi�n corresponde m�s claramente al caso de Balaam mencionado en Judas 1:11 que la primera divisi�n de la descripci�n corresponde al caso de Ca�n. Esto aparecer� cuando lleguemos a examinar los detalles.

"Estos son murmuradores". Por segunda vez, San Judas se�ala a los intrusos que est�n perturbando a la Iglesia y muestra a sus lectores otro grupo de caracter�sticas por las cuales estas personas peligrosas, que deshonran el nombre de cristiano, pueden ser conocidas. Este segundo grupo se aferra estrechamente a lo que precede inmediatamente. Parece haber sido sugerido por las �ltimas palabras de la profec�a citada de Enoc, "las cosas duras que los pecadores imp�os han hablado contra �l.

"La manera en que los libertinos hablaron cosas duras contra Dios fue murmurando contra Sus decretos y quej�ndose de las dispensaciones de Su Providencia. Este es el significado exacto de la palabra que se traduce" quejumbrosos "(???????????) y que no aparece en ninguna otra parte de el Nuevo Testamento; "criticando su suerte", es decir, descontentos con la condici�n de vida que Dios les hab�a asignado, y no solo culp�ndolo por esto, sino por las restricciones morales que les hab�a impuesto a ellos y a toda la humanidad. .

Los hombres que "andan en pos de sus concupiscencias" y modelan su curso de acuerdo con estas (???? ???? ????? ???????????), no pueden estar contentos, porque los medios para satisfacer las concupiscencias no siempre est�n presentes, y las propias concupiscencias son insaciables: incluso cuando la gratificaci�n es posible, es solo temporal; los deseos rebeldes seguramente revivir�n y clamar�n una vez. m�s por satisfacci�n.

Esto fue notablemente la facilidad con Balaam, cuya codicia aferrada irritaba contra las restricciones que le imped�an ser gratificado. Como dice el obispo Butler de �l: "Quer�a hacer lo que sab�a que era muy perverso, y contrario al mandato expreso de Dios; ten�a controles y restricciones internas, que no pod�a superar por completo; por lo tanto, busca caminos reconciliar esta maldad con su deber "(" Serm�n ", 7).

Desde un punto de vista algo diferente, JH Newman dice lo mismo de �l: Balaam "habr�a dado al mundo por deshacerse de sus deberes; y la pregunta era c�mo hacerlo sin violencia" ("Plain Sermons", p�g. Rivingtons, 1868, vol. 4. p. 28). Isaac Williams, que tiene un serm�n sobre el mismo tema, plantea el asunto de otra manera. Balaam "sab�a lo que era santo y bueno, y puede ser que tambi�n lo amaba, pero amaba m�s las riquezas: su conocimiento estaba con Dios; su voluntad estaba con Satan�s. Quer�a proceder juntamente con Dios y Mamm�n-Dios en sus labios. , y Mammon en su coraz�n "(" Los personajes del Antiguo Testamento ", Rivingtons, 1869, p�gs.

128, 130). La forma en que los libertinos parecen haber emprendido la tarea imposible de deshacerse de sus deberes y reconciliar el servicio de Dios con el servicio de Satan�s parece haber sido la de declarar rotundamente que la libertad cristiana inclu�a la libertad de satisfacer los propios deseos: si no lo hizo, fue un enga�o vac�o. De esta manera "convirtieron la gracia de Dios en lascivia" ( Judas 1:4 ), y "su boca hablaba grandes palabras hinchadas".

"En el pasaje paralelo de 2 Pedro se da una explicaci�n de este tipo de las" grandes palabras hinchadas ". Por medio de ellas estos malvados" sedujeron a otros en los deseos de la carne con lascivia prometi�ndoles libertad ". 2 Pedro 2:18 Seg�n ellos, fue el magn�fico privilegio de los cristianos ser liberados de la justicia y convertirse en esclavos del pecado.

Ireneo atribuye doctrina de este tipo a Sim�n el Mago y sus seguidores, quienes, "como libres, viven como les place; porque los hombres se salvan por Su gracia, y no por sus propias acciones justas. Porque las acciones justas no son tales en la naturaleza de las cosas, pero accidentalmente "(" Haer. ", I 23. 3).

"Mostrar respeto por las personas en aras de la ventaja". Esto, nuevamente, es exactamente lo que hizo Balaam. Se fij� en Balac y en los pr�ncipes que envi� como embajadores; e hizo esto porque esperaba obtener la gran recompensa que se les dijo que le prometieran si ejerc�a su poder prof�tico al maldecir solemnemente a Israel. De la misma manera estos descarados despilfarradores, quienes fueron ruidosos en sus quejas contra el trato que recibieron de la Providencia, e igualmente fuertes en protestar porque el Evangelio les permit�a a ellos y a otros la licencia que deseaban, sin embargo se volvieron mezquinos lisonjeros y par�sitos cuando hab�a algo. posibilidad de obtener algo de personas adineradas y distinguidas.

Esta combinaci�n aparentemente incongruente de autoafirmaci�n arrogante con servil servilismo es bastante com�n en hombres sin principios, como se�ala Calvino. "Cuando no hay nadie que frene su insolencia, o cuando no hay nada que se interponga en su camino, su orgullo es intolerable, de modo que se arrogan imperiosamente todo para s� mismos; pero halagan mezquinamente a los que temen y de quienes esperan alguna ventaja.

�Mientras rechazan la sumisi�n cuando es debida, la dan donde no es debida. Rechazan rebeldemente los mandamientos sencillos de Dios y, sin embargo, se acobardan servilmente ante los humores y caprichos de sus semejantes.

"Pero vosotros, amados, recordad las palabras que han sido dichas antes por los Ap�stoles de nuestro Se�or Jesucristo". Los Revisores han hecho bien en restaurar el "ye" - "Pero vosotros, amados" - que estaba en todas las versiones en ingl�s anteriores a la de 1611, al igual que en Judas 1:20 . En ambos casos, el pronombre es enf�tico y coloca a las personas a las que se dirige en marcado contraste con los hombres imp�os contra quienes se les advierte.

"Hagan lo que hagan, no se dejen enga�ar por su lenguaje arrogante y su conducta que sirve de tiempo, porque estos son los sensualistas burlones contra quienes ya les advirtieron los Ap�stoles. Su comportamiento es asombroso, pero no debe tomarlo por alto. sorpresa." San Judas evidentemente da por sentado que la advertencia apost�lica que cita es bien conocida por sus lectores. Tal apelaci�n a la autoridad de los Ap�stoles ser�a ciertamente m�s natural en alguien que �l mismo no fuera un Ap�stol, pero no debe considerarse tan decisiva, como si S.

Jude hab�a escrito "c�mo eso nos dijeron". Sin embargo, otras razones apoyan la impresi�n que transmite este pasaje de que el escritor no es un ap�stol. Por otro lado, no hay nada en estas palabras que garantice la conclusi�n de que el escritor considera a los Ap�stoles como personas que vivieron hace mucho tiempo, o que dieron esta advertencia hace mucho tiempo. Todo lo que est� impl�cito es que antes de que estos hombres imp�os "se infiltraran en secreto" en la Iglesia, los Ap�stoles hab�an predicho que tales personas se levantar�an.

"En el �ltimo tiempo" no es la expresi�n de San Judas, sino la de ellos; y con ello los Ap�stoles ciertamente no se refer�an a una �poca alejada de la suya: la "�ltima vez" ya hab�a comenzado cuando escribieron. ver 2 Timoteo 3:1 , en "Las Ep�stolas Pastorales" y comp. 1 Juan 2:18 ; Hebreos 1:2 ; 1 Pedro 1:20

"C�mo te dijeron" puede significar "c�mo sol�an decirte" (?????? ????) y puede referirse a la ense�anza oral; pero no podemos estar del todo seguros de esto. Menos a�n podemos estar seguros de que, si se incluyen advertencias escritas o con un prop�sito especial, la referencia es a 2 Pedro 3:3 : "sabiendo primero esto, que en los �ltimos d�as vendr�n burladores con burla, andando seg�n sus propias concupiscencias.

"Ambos pasajes pueden tener una fuente com�n, o que en 2 Pedro puede tomar como modelo este. La palabra para" burladores "es la misma en ambos (?????????), y es una palabra muy inusual, no usada por escritores profanos, ni en ninguna otra parte del Nuevo Testamento, en la Septuaginta aparece s�lo una vez, Isa�as 3:4 y aparentemente en el sentido de "personas infantiles".

"La Versi�n Autorizada desafortunadamente oscurece esta estrecha conexi�n entre la redacci�n de 2 Pedro 3:3 y la de este pasaje, al tener" burladores "en uno y" burladores "en el otro. El particular en el que los dos pasajes realmente diferir no debe pasar sin previo aviso. San Judas escribe, "andando seg�n sus propias concupiscencias imp�as", o m�s literalmente, "sus propias concupiscencias de los imp�os" (??? ????????).

Lo m�s probable es que el genitivo aqu� sea descriptivo, como en Santiago 1:24 y Santiago 2:4 ; y por tanto la sustituci�n del adjetivo "imp�o" en las versiones inglesas es justificable. Pero es posible que "concupiscencias de los imp�os" signifique que ellos codiciaron impiedades, y por lo tanto, la traducci�n que se da en el margen de la Versi�n Revisada no debe dejarse de lado.

Wiclif, Purvey y el Rhemish aqu� difieren de otras versiones en ingl�s, ya que est�n hechas de textos posteriores de la Vulgata, que dec�an "secundum desideria sua ambulantes in impietatibus" o "in impierate", mientras que el mejor texto tiene "impietatum". Independientemente de c�mo traduzcamos el caso genitivo, podemos considerar la palabra como un eco de la profec�a citada del "Libro de Enoc", en la que "imp�o" o "impiedad" ocurre con repetici�n persistente ( Judas 1:15 ).

El hecho de que esta expresi�n (??? ????????) aparezca aqu�, pero no en el vers�culo paralelo de 2 Pedro, es una indicaci�n de una diferencia mucho m�s importante entre los dos pasajes. A pesar de la gran similitud de redacci�n, el significado es muy diferente. Los burladores en cada caso se burlan de cosas totalmente diferentes. En 2 Pedro se nos dice expresamente que se burlaron de la creencia de que Cristo vendr�a a juzgar al mundo.

"�Qu� ha sido de la promesa de Su venida? Todo contin�a tal como lo ha hecho durante generaciones". No hay un indicio de tal noci�n aqu�; por el contrario, se da a entender que estos libertinos se burlaban del trato de Dios con ellos mismos y de la creencia de que el Evangelio no les daba plena libertad para satisfacer sus deseos sensuales. Estaban entre aquellos de quienes est� escrito que "los necios se burlan del pecado".

Proverbios 14:9 Al burlarse de las cosas sagradas y ridiculizar la noci�n de que hay alg�n da�o en el libertinaje, o algo estimable en la santidad, crearon una atm�sfera moral en la que los hombres pecaron con un coraz�n ligero, porque se hizo que el pecado pareciera como si no era cuesti�n de momento, algo que pod�a permitirse sin ansiedad ni remordimiento.

Ser�a m�s razonable y menos reprensible burlarse de la carnicer�a o la pestilencia y ense�ar a los hombres a ir con el coraz�n ligero a una guerra desoladora o un vecindario plagado de plagas. En tales casos, la experiencia de los horrores manifiestos pronto curar�a la alegr�a. Pero la horrible naturaleza del pecado no es tan manifiesta, y con respecto a esa experiencia ense�a su lecci�n m�s lentamente. Es como un envenenamiento de la sangre en lugar de una herida en la carne, y puede haber causado un da�o incalculable antes de que se sienta un dolor grave o se excite una alarma grave.

De ah� que sea muy f�cil para muchos "andar en pos de sus propias concupiscencias imp�as" y al mismo tiempo "burlarse del pecado" y de sus consecuencias. Y entonces la rec�proca del proverbio se vuelve verdad, y "el pecado se burla de los necios" que se burlaban de �l, un significado que el hebreo muy bien puede tener. En el margen de la Versi�n Revisada leemos: "La culpa se burla del necio". As� como Dalila se burl� de Sans�n, as� el pecado se burla de aquellos que han sido llevados cautivos por �l.

No hay locura igual a la temeridad de aquellos que se burlan, ya sea para s� mismos o para los dem�s, del car�cter mortal de cualquier forma de pecado. De ese modo le ahorran al tentador todos los problemas y hacen su obra ellos mismos. "Sus propias iniquidades tomar�n al imp�o, y con las cuerdas de su pecado ser� sujetado. Por falta de instrucci�n morir�, y en la grandeza de su necedad se extraviar�", Proverbios 5:22

Versículos 19-23

Cap�tulo 37

LA DESCRIPCI�N CORRESPONDIENTE A COR�; HACIENDO SEPARACIONES-EXHORTACI�N A LOS FIELES PARA CONSTRUIRSE Y DESPU�S RESCATAR A LOS DEM�S.

Judas 1:19 .

POR tercera y �ltima vez, San Judas se�ala con el dedo a los imp�os intrusos que est�n haciendo tanto da�o en la Iglesia, y da otro triplete de caracter�sticas por las que pueden ser reconocidos.

"Estos son los que hacen las separaciones". Este es el primer punto; como Cor� y su compa��a, estos hombres son separatistas (?? ??????????????). En realidad, no hacen un cisma de la Iglesia, porque frecuentan las fiestas de amor y profesan ser miembros; pero crean una facci�n dentro de ella. Incluso en los servicios p�blicos de la Iglesia se mantienen alejados de los miembros m�s pobres de la congregaci�n.

En las fiestas de amor se alimentan de las cosas buenas que traen consigo, en lugar de entregarlas a los ministros para que las distribuyan entre todos. Y en la sociedad solo se preocupan por las personas de rango y riqueza, de las cuales esperan obtener algo. Lo peor de todo es que afirman ser miembros de la Iglesia especialmente ilustrados, que tienen un conocimiento m�s completo de la naturaleza de la libertad cristiana, al tiempo que dan la vuelta a los principios fundamentales de la vida cristiana.

Por tanto, aunque no son verdaderos cism�ticos, que han salido de la Iglesia y han establecido una comuni�n propia, sus tendencias van en esa direcci�n. Son, en resumen, el mismo tipo de personas contra las que San Pablo advierte a sus lectores en la Ep�stola a los Romanos: "Os ruego, hermanos, que se fijen en los que est�n causando divisiones y ocasiones de tropiezo, contrariamente a la doctrina que hab�is aprendido, y ap�rtate de ellos.

Porque los tales no sirven a nuestro Se�or Cristo, sino a su propio vientre; y con su habla suave y hermosa enga�an el coraz�n de los inocentes "( Romanos 16:17 ). Y nuevamente en la Ep�stola a los Filipenses:" Porque muchos andan de los cuales les dije a menudo, y ahora les digo incluso llorando , que son los enemigos de la cruz de Cristo, cuyo fin es la perdici�n, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria est� en su verg�enza, que piensan en las cosas terrenales ".

Filipenses 3:18 Un paralelo a casi todas las cl�usulas de estas dos descripciones se puede encontrar en el relato de los libertinos de San Judas. De hecho, las palabras en las que el obispo Lightfoot resume la descripci�n de San Pablo podr�an adoptarse literalmente como un resumen de la descripci�n en nuestra ep�stola: "Se las describe como creando divisiones y ofensas, como sosteniendo un lenguaje plausible, como profesando ser sabio m�s all� de los dem�s. y, sin embargo, no inocentes en su sabidur�a.

"Son" antinomianos, que se niegan a conformarse a la cruz, y viven una vida de autocomplacencia "." La libertad sin trabas de la que se jactan, as� pervertida, se convierte en su m�s profunda degradaci�n "(" Filipenses ", Notas 3: 18, 19).

Hooker, en sus sermones sobre este pasaje, aunque adopta la traducci�n de Tyndale, continuada por Cranmer y la versi�n de Ginebra, "Estos son hacedores de sectas", sin embargo, en su exposici�n sigue la lectura corrupta que enga�� a los traductores de 1611, "Estos sean ellos los que se separan "(?? ?????????????? ???????)," ellos mismos "est�n ausentes de casi todos los manuscritos antiguos.

y versiones. Dice: "San Judas, para expresar la forma de su partida que por apostas�a se apart� de la fe de Cristo, dice: 'Se separaron', se�alando as� que no fue la obligaci�n de otros lo que los oblig� a partir; fue no era enfermedad y debilidad en s� mismos, no era temor de persecuci�n que ven�a sobre ellos, por lo cual su coraz�n desfalleci�, no era dolor de tormentos, de los cuales hab�an probado y ya no pod�an soportarlos.

No, ellos se separaron voluntariamente, con un prop�sito totalmente establecido y totalmente determinado de no nombrar nunca m�s al Se�or Jes�s, ni de tener comuni�n con Sus santos, sino de doblar todo su consejo y todas sus fuerzas para arrasar su memorial de entre ellos "(" Serm. ", 5:11). Aqu� hay un doble error en la cita de San Judas y, por lo tanto, un error considerable en la exposici�n de su significado.

St. Jude no dice que estos libertinos "se separaron", sino que son "los que se est�n separando", es decir, que habitualmente hacen separaciones o diferencias. Utiliza el participio presente, no el aoristo o perfecto. Y, como ya se not�, no dice nada sobre separarse. Lejos de dar a entender que ten�an "un prop�sito firme y decidido de nunca m�s nombrar al Se�or Jes�s, ni de tener comuni�n con Sus santos", muestra que estos hombres se hab�an infiltrado en la Iglesia y, evidentemente, ten�an la intenci�n de permanecer all� asistiendo. las fiestas de amor y contamin�ndolas mientras ellos propon�an la "libertad con que Cristo los hab�a hecho libres" como un alegato por su propio libertinaje; as� "convirtiendo la gracia de Dios en lascivia",

Por lo tanto, aunque no abandonaron formalmente la Iglesia como herejes, cism�ticos o ap�statas, ten�an el temperamento her�tico y cism�tico y eran ap�statas en su forma de vida. Como dice Hooker en otra parte, "Muchas cosas excluyen del reino de Dios, aunque de la Iglesia no se separan" ("Ecl. Pol.", V 68: 6). Estos hombres hab�an abandonado el camino de la salvaci�n para "andar seg�n sus propias concupiscencias", pero no se hab�an separado de la Iglesia, en la que hab�an obtenido subrepticiamente la admisi�n.

"Sensual" (???????). Esta palabra ya ha sido comentada en un cap�tulo anterior, en la exposici�n del pasaje donde aparece en la Ep�stola de San Santiago 3:15 . Las personas "sensuales" son aquellas que viven en el mundo de los sentidos y se rigen por el sentimiento y la raz�n humanos. No est�n muy por encima de lo carnal, y con ellos se oponen a lo espiritual.

En el triplete, carnalis, animalis, spiritalis, el segundo t�rmino est� mucho m�s aliado con el primero que con el tercero. Es posible que los libertinos, en su parodia de la libertad conferida por el Evangelio, hicieran un reclamo especial de ser personas "espirituales", que estaban por encima de las restricciones de la ley moral. Es posible que hayan sostenido que para su naturaleza exaltada las cosas de los sentidos eran moralmente indiferentes, y pod�an permitirse sin temor a perderlas o contaminarlas; mientras se burlaban de aquellos cristianos que estaban en guardia contra tales cosas, y llamaban a esos cristianos ps�quicos o sensuales, porque ten�an cuidado con las cosas de los sentidos. San Judas les dice que son ellos los sensuales y no espirituales en absoluto.

"No tener el Esp�ritu". Los Revisores mantienen esta versi�n, que no aparece en las versiones en ingl�s hasta que se hizo sentir la influencia de Beza y la Versi�n de Ginebra. Calvin parece adoptarlo; pero Lutero ciertamente no lo hace ("die da keinen Geist haben"). Cabe suponer que los argumentos a favor de la misma son muy contundentes, ya que la traducci�n alternativa no tiene un lugar al margen de la Versi�n Autorizada o Revisada, ni es recomendada por el Comit� Americano.

Sin embargo, vale la pena considerar los puntos a su favor. Esta traducci�n alternativa es, "No teniendo esp�ritu" (Tyndale, Cranmer), es decir, sin naturaleza espiritual. "No tener esp�ritu" es la traducci�n de Wiclif. Esto est� muy de acuerdo con el contexto. St. Jude acaba de estigmatizar a los libertinos como "sensuales" o "ps�quicos". De los tres elementos de la naturaleza del hombre, cuerpo, alma y esp�ritu, est�n regidos por los dos inferiores, mientras que el tercero, que deber�a ser supremo, se ignora persistentemente.

Hab�an permitido que la parte espiritual de su ser se embriagara tanto con la autocomplacencia y la autosuficiencia, que estuviera tan bajo el dominio de la emoci�n y la raz�n humanas, que resultara completamente inoperante y pr�cticamente inexistente. Su poder de percepci�n espiritual de las cosas celestiales, de asirse del mundo invisible y de entrar en comuni�n con Dios, hab�a desaparecido. El Esp�ritu Santo no solo estuvo ausente, sino que su asiento fue volcado y destruido.

El hecho de que "esp�ritu" no tiene art�culo ni ep�teto en griego, y que lo negativo es subjetivo y no objetivo (?????? ?? ???????), est�n a favor de que el esp�ritu del hombre se refiera, y esta cl�usula es una explicaci�n de lo que precede. Estos hombres son sensuales porque han perdido todo poder espiritual. Sin embargo, no debe entenderse que la ausencia de art�culo y ep�teto es una barrera para la traducci�n "No tener el Esp�ritu".

"Filipenses si. Yo es prueba de eso. Efesios 2:22 . Efesios 2:22 ; Colosenses 1:8 Sin embargo, tales casos son comparativamente raros. La expresi�n usual para la Tercera Persona de la Sant�sima Trinidad es" el Esp�ritu "o" Santo Esp�ritu, o "el Esp�ritu Santo", o "el Esp�ritu de Dios", o "del Se�or", o "de Jesucristo", o "de verdad", o "de vida", etc. Por lo tanto, cuando encontrar "esp�ritu" sin art�culo, ep�teto o genitivo distintivo, las probabilidades son que el esp�ritu del hombre, y no el Esp�ritu de Dios, es el que se pretende.

Se observar� que las tres descripciones independientes de los libertinos, que comienzan con las palabras "Estos son", se acortan a medida que avanzan. El primero son dos versos largos ( Judas 1:12 ); el segundo es un vers�culo largo ( Judas 1:16 ); el tercero es un verso muy corto.

Es como si el escritor estuviera disgustado con el tema desagradable que la necesidad lo hab�a obligado a abordar ( Judas 1:3 ), y se apresurara a realizar el deber m�s agradable de exhortar a los cristianos fieles por cuya causa ha emprendido este , tarea dolorosa.

"Pero vosotros, amados, edificaos sobre vuestra sant�sima fe, orando en el Esp�ritu Santo, guardaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Se�or Jesucristo para ??????? ????". Como en ver. 17. Judas 1:17 , el "Pero vosotros, amados" (????? ??) hace un contraste enf�tico entre aquellos a quienes S.

Judas se dirige a los hombres sensuales y no espirituales de los que ha estado hablando. Exhorta a sus lectores a esforzarse por mantenerse en el favor de Dios cultivando la fe, la oraci�n y la esperanza; y en esta exhortaci�n se cumple el prop�sito principal de la carta, como se establece en Judas 1:3 . El triplete de participios (??????????????? - ????????????? - ?????????????) no debe perderse de vista, aunque el hecho de que el verbo principal (????????) se encuentre en medio de ellos, en lugar de al final, oscurece un poco la construcci�n.

La expresi�n "edificar" (????????????) nunca se usa en el Nuevo Testamento para referirse a la edificaci�n real, sino siempre en el sentido metaf�rico de que los creyentes se unen para formar un templo. En este templo, a veces se considera a Cristo como el fundamento, 1 Corintios 3:11 veces como lo que une la estructura.

Efesios 2:20 ; Colosenses 2:7 La noci�n de edificar proviene de la preposici�n (???) que se coloca una piedra sobre otra, de modo que se avanza hacia arriba. "La fe" aqu� es probablemente el fundamento sobre el que descansar� la estructura; pero ser�a posible traducir "con tu sant�sima fe", en lugar de "en tu sant�sima fe"; y en ese caso el dativo, como Colosenses 2:7 , expresar�a el cemento en lugar de la base.

En cualquier caso, "la fe" no es la gracia interior o virtud de la fe, sino, como muestran tanto el participio como el adjetivo, "la fe que ha sido una vez dada a los santos" ( Judas 1:3 ). Es "vuestra fe", porque as� os ha sido entregada; y es "sant�simo", en marcado contraste con las doctrinas viles y furtivas que profesan y defienden los libertinos.

"Orando en el Esp�ritu Santo". Este es el mejor arreglo de las palabras, aunque el griego nos permite tomar "en el Esp�ritu Santo" con la cl�usula anterior, una divisi�n bastante torpe de las palabras, que es sancionada por Lutero, Beza y la Versi�n Rhemish: "edificio ustedes mismos sobre nuestra (sic) sant�sima fe, en el Esp�ritu Santo, orando ". La expresi�n "orar en el Esp�ritu Santo" no aparece en ning�n otro lugar; pero esa no es la raz�n por la que St.

Jude no deber�a haberlo usado aqu�. Significa que debemos orar en el poder y la sabidur�a del Esp�ritu. Para que podamos orar y orar correctamente, �l debe conmover nuestro coraz�n y dirigir nuestras peticiones.

"Guardaos en el amor de Dios". No se refiere a nuestro amor por Dios, sino a Su amor por nosotros. Esto se vuelve probable tanto por lo que sigue inmediatamente -porque "el amor de Dios" deber�a tener un significado similar al de "la misericordia de Jesucristo" - como por el discurso de apertura, "amados en Dios", que San Judas quiz�s tenga en mente; porque todo el vers�culo que tenemos ante nosotros est� estrechamente relacionado con el primer vers�culo de la Ep�stola.

El amor de Dios es la regi�n en la que todos los cristianos deben esforzarse por permanecer, y es por la fe y la oraci�n que esta morada est� asegurada. Ser consciente de ser amado por Dios es una de las mayores protecciones que puede poseer el creyente.

"Esperando la misericordia de nuestro Se�or Jesucristo para vida eterna". Esa misericordia que mostrar� a todos los cristianos fieles cuando regrese como Juez en el �ltimo d�a. Podemos comparar "esperar y anhelar fervientemente la venida del d�a de Dios". 2 Pedro 3:12 Tanto en esta vida como en la eternidad es la misericordia lo que necesitamos y anhelamos.

Los Salmos est�n llenos de este pensamiento, como una referencia a los numerosos pasajes m donde aparece la palabra misericordia revelar�: ver especialmente Salmo 130:1 . Y en relaci�n con esto, no debe pasarse por alto la declaraci�n concisa sobre las relaciones de las Personas de la Sant�sima Trinidad con los creyentes. Por la oraci�n en el poder del Esp�ritu Santo somos guardados en el amor del Padre por la misericordia del Hijo.

"A la vida eterna". No es cuesti�n de mucho tiempo si tomamos estas palabras con "guardaos", o con "mirar", o con "misericordia". El primero parece ser el mejor arreglo, "guardaos para la vida eterna"; pero en cualquier facilidad, la vida eterna se alcanza mediante la misericordia del Se�or Jesucristo. Con un pensamiento similar, el autor de la Ep�stola a los Hebreos Hebreos 9:28 escribe sobre la Segunda Venida de Cristo como un advenimiento "para salvaci�n" (??? ????????). El prop�sito divino de ambos advenimientos es la misericordia y no el juicio; pero viendo que ambos advenimientos se encuentran con algunos que se niegan a creer y a arrepentirse, el juicio es inevitable.

"Y de algunos, los que dudan, tienen misericordia; y de otros, salvan, arrebatando del fuego; y de algunos, se compadecen de temor". En casi ning�n otro pasaje, quiz�s, la Versi�n Revisada difiere en tantos detalles de la Autorizada. Los principales cambios son el resultado de cambios en el texto griego, que aqu� est� en un estado tan corrupto que el original no se puede restaurar con certeza. Las lecturas adoptadas por los revisores tienen la ventaja de darnos otra divisi�n triple, que St.

Es muy probable que Jude lo haya hecho. Esta triple divisi�n se conserva en la Vulgata y, por lo tanto, en Wiclif y la Versi�n Rhemish. Nuestros otros traductores, con Lutero y Beza, no lo encuentran en el manuscrito griego inferior. que usaron, por supuesto que no lo dan. Con una posible excepci�n, el texto adoptado por los revisores parece ser el mejor que se puede enmarcar con nuestra evidencia actual. Es dudoso que no deber�amos sustituir "convicto" (????????) por el primer "ten piedad" (??????).

Esta lectura tiene un apoyo muy poderoso (AC, las mejores cursivas, vulgata, menf�tica, armenia y et�ope) y es adoptada por muchos cr�ticos. Pero posiblemente sea una correcci�n temprana de una corrupci�n a�n anterior, y no una restauraci�n de la lectura original. Este es uno de esos pasajes sobre los que debemos contentarnos con tener dudas sobre lo que el autor realmente escribi�.

En cualquier caso, el escritor est� dando instrucciones sobre c�mo tratar con dos o tres clases diferentes de personas, que est�n en peligro de ser seducidas por los libertinos; y posiblemente los propios libertinos est�n incluidos. Asumiremos que se nombran tres clases. En el primero nos enfrentamos a una incertidumbre de traducci�n. El participio traducido "que est�n en duda" (??????????????) tambi�n puede significar "mientras contienden" contigo.

El significado que prefiramos depender� en parte de la lectura que adoptemos para el imperativo que gobierna el acusativo. "De algunos, ten piedad, cuando tengan dudas", tiene un sentido muy armonioso; porque los que dudan seriamente, que no pueden tomar una decisi�n a favor o en contra de la verdad, deben ser tratados con gran ternura. Una vez m�s, "Y algunos convictos, cuando contienden contigo", tiene un sentido muy armonioso; porque son aquellos que est�n dispuestos a ser contenciosos los que necesitan ser refutados y convencidos de su error, es a favor de la �ltima versi�n del mandato que aparecen los verbos traducidos "condenar" y "contender", y en el mismo sentido, en la primera parte de la Ep�stola ( Judas 1:9 ; Judas 1:15). En cualquier caso, lo que se duda o se disputa es "la fe entregada una vez para siempre a los santos", sobre la cual los creyentes deben "edificarse".

Los de la segunda clase son aquellos que todav�a pueden ser rescatados, pero con medidas en�rgicas. Sin embargo, no se da ninguna pista sobre sus caracter�sticas; simplemente se nos dice que hay algunos que necesitan ser sacados con decisi�n, y tal vez incluso con violencia, de su peligroso entorno, para que puedan salvarse de la destrucci�n. Quiz�s pensemos en aquellos que, sin dudar ni inclinarse a discutir sobre la fe, se dejan llevar al libertinaje por el trato con los libertinos.

El fuego del que ser�n arrebatados no es el fuego penal del juicio venidero, sino el estado de perdici�n en el que ahora viven. Parece que tenemos aqu�, como en Judas 1:9 , una reminiscencia de Zacar�as 3:1 , donde leemos: "'�No es esto un tiz�n arrancado del fuego?" En Am�s 4:11 tenemos la misma figura, y el contexto all� concuerda con la sugerencia que se acaba de hacer sobre el tipo de persona indicado por S.

Judas: "Yo he derrocado a algunos entre ustedes, como cuando Dios derroc� a Sodoma y Gomorra, y ustedes eran como un tiz�n arrancado del fuego". Hay algunos que necesitan ser rescatados de la misma manera que los �ngeles rescataron a Lot, con urgencia y coacci�n; G�nesis 19:16 y es especialmente en referencia a tentaciones como las que Lot hab�a incurrido en lo que se necesita tal urgencia.

La tercera clase es la que debe ser tratada con gran circunspecci�n: "y de algunos tengan misericordia con temor, odiando hasta el vestido manchado por la carne". Esto no significa, como supone Lutero, que debamos "dejarlos severamente solos y no tener nada que ver con ellos", sino que al tratar con un mal tan insidioso y tan contagioso, debemos cuidarnos de no contaminarnos nosotros mismos. Es muy posible abordar el mal con buenas intenciones y luego, por falta de la debida humildad y precauci�n, terminar encontr�ndolo fatalmente atractivo.

Debemos preservar cuidadosamente el aborrecimiento por todo lo que est� asociado con la contaminaci�n. En la prenda contaminada comp. Santiago 3:6 , donde se usa la misma palabra, San Judas aparece una vez m�s tener Zacar�as 3:1 en su mente; pero el griego de la LXX es bastante diferente (?????? ??????, en lugar de ??????????? ??????).

La prenda que se menciona aqu� es el quit�n, o camisa, que entr� en contacto con el cuerpo y se volver�a inmundo si el cuerpo fuera inmundo. Por lo tanto, sirve como s�mbolo de aquello que se ha vuelto peligroso por estar estrechamente relacionado con el mal. Pero mientras que el mal y lo que ha sido contaminado por �l debe ser odiado, se debe mostrar compasi�n a aquellos que han sido v�ctimas de �l.

Para ser mostrado, no simplemente sentido, como se manifiesta en la palabra que usa San Judas (?????, no ??????????). Los pasajes en los que este verbo o su forma m�s com�n (??????) aparece en otras partes del Nuevo Testamento demuestran que significa "tener misericordia de, socorrer y llevar ayuda", y no simplemente "sentir l�stima por" sin hacer nada. para aliviar a la persona de la que se compadece. Mateo 9:27 ; Mateo 15:22 ; Mateo 17:15 ; Mateo 18:33 ; Mateo 20:30 ; Marco 10:47 ; Lucas 16:24 ; Lucas 17:13 ; Lucas 18:38 ; Filipenses 2:27 Se usa especialmente cuando Dios muestra misericordia a los que no la merecen, Romanos 9:15 ; Romanos 9:18 ; Romanos 11:32 ; 2 Corintios 4:1 ; 1 Timoteo 1:13 ; 1 Timoteo 1:16 ; 1 Pedro 2:10 y por tanto expresa oportunamente la simpat�a que deben manifestar los fieles hacia los ca�dos.

Pero en algunos casos esta simpat�a debe manifestarse con miedo. Es actuando con el esp�ritu de temor piadoso que el amor al pecador puede combinarse con el odio al pecado. Sin ella, es muy probable que la simpat�a por el pecador se convierta en simpat�a por el pecado. Para decirlo de otra manera: Todos nuestros esfuerzos por la reforma de los dem�s deben comenzar y continuar con la autoreformaci�n; y por lo tanto, San Judas insiste en la necesidad del progreso espiritual y la oraci�n, antes de aconsejar sobre el tratamiento de los ca�dos. Es mientras detestamos fervientemente y luchamos contra un pecado en particular en nosotros mismos que podemos lidiar de manera m�s segura y eficaz con ese pecado en los dem�s.

Finalmente, debe notarse como especialmente notable que San Judas, despu�s de todo el lenguaje fuerte que ha usado para describir la maldad de aquellos que est�n corrompiendo la comunidad cristiana, no lo hace, en este consejo sobre los diferentes m�todos que deben ser utilizado para tratar con los que se desv�an o se han descarriado, recomendar la denuncia. No es que la denuncia sea siempre incorrecta; en algunos casos puede ser necesario.

Pero la denuncia por s� misma suele hacer m�s da�o que bien; mientras que otros m�todos, que deben a�adirse para que la denuncia sea eficaz, son igualmente eficaces cuando no se ha empleado ninguna denuncia. Es muy posible manifestar el aborrecimiento de uno por "el vestido manchado de carne", sin abuso p�blico o privado de aquellos que son los autores de la profanaci�n.

Versículos 24-25

Cap�tulo 38

LA DOXOLOG�A FINAL: ALABANZA A DIOS, PROTECTOR DE SUS SIERVOS.

Judas 1:24

DESDE sus severas y sombr�as advertencias y exhortaciones, San Judas se vuelve con gozosa y exultante confianza a Aquel que es el �nico que puede hacerlas efectivas. Ha hablado con severidad y horror de la gran maldad que se ha manifestado tanto en el pasado como en el presente, y de los terribles juicios de Dios sobre ella. Ha exhortado a sus lectores a tener cuidado con �l y a no dejar que su aborrecimiento disminuya cuando se dedican a la misericordiosa obra de rescatar a otros de �l.

Ahora, para concluir, ofrece un ferviente tributo de alabanza a Aquel que es un Dios de amor y de justicia, y que es tan capaz y dispuesto para proteger a los que se aferran a �l y le sirven como para castigar a los que murmuran y rebelarse contra �l.

Las doxolog�as al final de la Ep�stola a los Romanos y al comienzo de la Primera Ep�stola a Timoteo deben compararse con esta. El primero es el m�s cercano a �l en forma; y es de la doxolog�a en Romanos de donde probablemente proviene el ep�teto "sabio", que la Versi�n Autorizada inserta err�neamente tanto aqu� como en 1 Timoteo 1:17 .

Las doxolog�as, inspiradas en las del Nuevo Testamento, se volvieron el�sticas en algunos aspectos y estereotipadas en otros. La f�rmula "al �nico Dios sabio" era com�n, y por eso los escribas insertaron el ep�teto quiz�s casi mec�nicamente, en lugares donde no se encontraba en el original. Es muy posible que San Judas conociera la Ep�stola a los Romanos, y su doxolog�a, especialmente en sus palabras iniciales, puede ser una imitaci�n consciente o inconsciente de la misma; porque la Ep�stola a los Romanos fue escrita algunos a�os antes de la fecha m�s temprana que con cualquier probabilidad se le puede asignar a esta Ep�stola.

"Para protegerte de tropezar"; que en dos aspectos es m�s que "evitar que caigas" En primer lugar, un guardia preserva la idea de protecci�n contra los peligros, tanto manifiestos como secretos, m�s decididamente que "guardar"; y en segundo lugar, uno puede tener muchos tropiezos sin ninguna ca�da y, por lo tanto, estar protegido incluso de tropezar implica una mayor medida de cuidado por parte del protector. Pero incluso "para protegerte de tropezar" no hace justicia al griego (??????? ???? ??????????), ni es f�cil hacerlo.

"Cu�date para que no te tropieces y nunca tropieces ni des un paso en falso" es el pleno significado de la expresi�n. El verbo que aqu� se niega es usado por Santiago: Santiago 2:10 "Todo aquel" que guarde toda la ley y, sin embargo, tropiece (??????) en un punto, se hace culpable de todos. La Vulgata deja de lado la met�fora del tropiezo y se traduce simplemente "para preservarlo sin pecado" (conservare sine peccato).

Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios, y la gracia divina puede proteger a los cristianos contra su propia fragilidad. Cristo dice de sus ovejas que ciertamente no perecer�n jam�s, y que nadie, ya sean poderes del mal o seductores humanos, puede arrebat�rselas de su mano. Juan 10:28 Sus voluntades son libres, y pueden querer dejarlo; pero si deciden permanecer con �l, estar�n a salvo.

"Y ponerte delante de la presencia de su gloria sin tacha". Este es el bendito resultado de que �l los protegi� de los tropiezos. La traducci�n revisada, "sin tacha" (???????), a primera vista parece un cambio innecesario y molesto de la "impecable" de la Versi�n Autorizada, y torpe, porque da dos palabras en ingl�s por una palabra griega. Pero el cambio es una mejora real, ya que la palabra griega es un t�rmino de sacrificio, que no es "impecable".

Se utiliza con frecuencia para las v�ctimas, que deben ser "sin tacha" para que sean aptas para las ofrendas. No es com�n en el griego cl�sico, pero s� frecuente en la LXX Lev�tico 1:3 ; Lev�tico 1:10 ; Lev�tico 22:21 ; N�meros 6:14 ; N�meros 19:2 En 1Ma 4:42 se usa para los sacerdotes, y tambi�n en Fil�n ("De Merc.

Met. "1 .;" De Agric., "29 .: ver Lightfoot en ????????????: Clem. Rom 41). En el Nuevo Testamento se usa a veces para referirse a la impecabilidad de Cristo, Hebreos 9:14 ; 1 Pedro 1:19 a veces de la perfecci�n ideal de los cristianos.

Efesios 1:4 ; Efesios 5:27 ; Filipenses 2:15 En la Ep�stola a los Colosenses, San Pablo tiene casi la misma idea que San Judas: "presentaros santos, sin tacha e irreprochables ante �l"; Colosenses 1:22 y nuevamente en la Primera Ep�stola a los Tesalonicenses- "hasta el fin, �l podr� afirmar vuestros corazones sin culpa en santidad ante nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Se�or Jes�s con todos sus santos".

1 Tesalonicenses 3:13 "Ante la presencia de su gloria" se refiere a la gloria de Dios que ser� revelada en el d�a postrero.

"En gran alegr�a" es una consecuencia adicional del segundo punto, como el segundo del primero. Estar protegido contra tropiezos conduce a ser presentado sin tacha ante el tribunal, y esta es una ocasi�n de intenso deleite. Como dice San Pedro, "en cuanto sois part�cipes de los sufrimientos de Cristo, regoc�jense, para que tambi�n en la revelaci�n de su gloria se regocijen con gran gozo". 1 Pedro 4:13

"Al �nico Dios nuestro Salvador". San Pablo, como San Judas, habla de Dios Padre como nuestro Salvador. Es "Ap�stol de Cristo Jes�s seg�n el mandamiento de Dios nuestro Salvador", 1 Timoteo 1:1 y dice que la intercesi�n y la acci�n de gracias por los dem�s "es buena y agradable a los ojos de Dios nuestro Salvador". 1 Timoteo 2:3 Dice a�n m�s completamente que "Dios nuestro Salvador nos salv� por Jesucristo nuestro Salvador" ( Tito 3:4 : comp.

Tito 1:3 ; Tito 2:10 ). La obra del Hijo es la obra del Padre; y as� en el Antiguo Testamento se habla de Jehov� como el Salvador y Redentor de Su pueblo. Salmo 106:21 ; Isa�as 41:15 ; Isa�as 41:21 ; Isa�as 49:26 ; Isa�as 60:16 Y este es el significado de la cl�usula que la cr�tica textual nos ha devuelto en este pasaje.

Dios es nuestro Salvador "por Jesucristo nuestro Se�or". Algunos toman estas palabras con lo que sigue. "Al �nico Dios sea gloria, majestad, imperio y poder, por Jesucristo Se�or nuestro"; lo cual tiene un sentido excelente y est� en armon�a con la doxolog�a de 1 Pedro 4:11 , "para que Dios sea glorificado en todas las cosas por medio de Jesucristo".

"No es una objeci�n fuerte a esto insistir en que en ese caso San Judas habr�a invertido el orden de las cl�usulas (???? ?????????? ?????? ???? ????? ????). En la doxolog�a al final de la Ep�stola a los Romanos (que S. Judas puede tener en mente) "a trav�s de Jesucristo" precede a "sea la gloria", y sin embargo, no se puede tomar f�cilmente con ninguna otra cosa (omitiendo ? como una posible corrupci�n).

La combinaci�n "gloria y dominio" se da en otras doxolog�as Apocalipsis 1:6 ; Apocalipsis 5:13 majestad y poder no ocurren en ninguno. "Majestad" en el Nuevo Testamento se encuentra en Hebreos 1:3 y Hebreos 8:1 solamente; pero ocurre en la LXX y en Clemente de Roma (16: 1).

La doxolog�a en 1 Cr�nicas 29:11 es especialmente digna de menci�n. La palabra parece haber sido usada casi exclusivamente para referirse a la majestad de Dios, y las cuatro palabras juntas resumen la gloria y la omnipotencia divinas. Es un poco notable que en este caso St. Jude abandone a sus trillizos favoritos y le d� cuatro atributos en lugar de tres. Pero vuelve de una manera a�n m�s notable a su arreglo favorito en las palabras finales.

"Antes de todos los tiempos, y ahora y para siempre". As�, en una frase muy completa, se describe la eternidad. A lo largo de todo el tiempo, y a lo largo de las edades que le preceden y le siguen, estos atributos pertenecen a Dios. Los hombres malvados en sus sue�os pueden "menospreciar el dominio y burlarse de las glorias", y su boca puede "hablar grandes palabras" sobre su propio conocimiento superior y una mayor libertad, y puede burlarse y burlarse de aquellos que no los seguir�n en " andando seg�n sus propias concupiscencias imp�as.

"Sin embargo, las edades antes de que nacieran y las edades despu�s de que se hayan desvanecido del mundo al que est�n perturbando por su presencia, gloria, majestad, dominio y poder pertenecen a Aquel que nos salva, y aun a ellos los salvar�a, por medio de Jes�s. Cristo nuestro Se�or.

Le pertenecen. Este parece ser el significado en lugar de que se le atribuyan. No se da ning�n verbo en griego; ni "es", como en 1 Pedro 4:11 (???????????), ni "ser" (????), que en la mayor�a de las doxolog�as puede entenderse. "A �l sea la gloria antes de todos los tiempos" tiene poco sentido, porque nuestros deseos no pueden influir en el pasado. "A �l pertenece la gloria antes de todos los tiempos" es la afirmaci�n de un hecho simple.

Son aquellos que conocen su propia fragilidad y propensi�n al pecado; que conocen las m�ltiples tentaciones que les rodean y el terrible atractivo que muchas de ellas pueden presentar; que saben por experiencia pasada qu� ca�das frecuentes y graves son posibles; que pueda comprender mejor el enunciado de hecho que contiene esta doxolog�a y su significado. El que puede proteger a criaturas como nosotros de tropezar, en un mundo como este, debe ser el �nico Dios; debe ser Aquel que era, es y ha de venir; debe poseer a lo largo de todo el tiempo y toda la eternidad los poderes y glorias m�s elevados que el coraz�n del hombre pueda concebir.

Las maravillas del universo material nos impresionan en nuestros momentos m�s solemnes con sentimientos de asombro, reverencia y amor por Aquel que es el Autor de todos ellos. Cu�nto m�s deben hacerlo las maravillas del reino de los cielos. Hacer del hombre pecador un santo es m�s que hacer un mundo de la nada; y evitar que los pecadores tropiecen es m�s que mantener las estrellas en su curso. Hay una voluntad libre y rebelde de ganarse y retenerse en un caso, mientras que no hay nada m�s que obediencia absoluta y sin resistencia en el otro.

La diferencia es la que est� tan bellamente expresada en los Salmos 103 y 104. En el �ltimo de estos dos exquisitos c�nticos de alabanza y acci�n de gracias, se alaba a Jehov� como el Creador y Regulador del mundo, en el primero como el Perdonador y Preservador de Sus Siervos. En un caso, se ofrece bendici�n y alabanza al Se�or:

"Quien puso los cimientos de la tierra,

Que no se mueva para siempre.

Con el abismo lo cubriste como con una vestidura;

Las aguas estaban por encima de las monta�as.

Subieron por las monta�as

Bajaron por los valles,

�Al lugar que T� les fundaste.

Pusiste un l�mite para que no pasen;

Que no vuelvan a cubrir la tierra.

Oh Se�or, cu�n m�ltiples son tus obras

Todos los hiciste con sabidur�a;

La tierra est� llena de tus riquezas.

Sea la gloria del Se�or para siempre;

Que el Se�or se regocije en sus obras:

Que mira la tierra y tiembla;

Toca los montes, y humean ".

Salmo 104:5 ; Salmo 104:8 ; Salmo 104:34 ; Salmo 104:31

Pero en el otro c�ntico se alaba al Se�or, no tanto en relaci�n con el universo glorioso que �l crea y controla, sino en relaci�n con los esp�ritus de los hombres, a quienes restaura, y de los �ngeles, a quienes retiene, a la obediencia voluntaria y Servicio.

"Bendice al Se�or, alma m�a,

Y no olvides todos sus beneficios;

Quien perdona todas tus iniquidades;

Que sana todas tus dolencias;

Que redime tu vida de la destrucci�n;

Que te corona de misericordia y tiernas misericordias.

No nos ha tratado seg�n nuestros pecados,

Ni nos recompens� por nuestras iniquidades.

Porque como el cielo se eleva sobre la tierra,

Tan grande es su misericordia para con los que le temen.

Tan lejos como est� el oriente del occidente,

Hasta aqu� ha apartado de nosotros nuestras transgresiones.

Bendecid al Se�or, �ngeles suyos;

Vosotros valientes en fuerza, que cumpl�s su palabra,

Escuchando la voz de su palabra,

Bendecid al Se�or, todos sus ej�rcitos;

Ministros suyos, que hac�is su voluntad ".

Salmo 103:2 ; Salmo 103:10 ; Salmo 103:20

Est� bastante en armon�a con una tensi�n como �sta que se escribe la alegre doxolog�a con la que termina repentinamente la severa carta de San Judas. Sus cl�usulas se prestan a ese paralelismo que distingue a la poes�a hebrea, y tienen no s�lo el esp�ritu, sino la forma, de una estrofa final de alabanza.

"Ahora al que puede guardaros de tropezar,

Y ponerte delante de la presencia de su gloria sin tacha con gran gozo,

Al �nico Dios nuestro Salvador,

Trav�s de Jesucristo nuestro Se�or,

Gloria, majestad, dominio y poder,

Antes de todos los tiempos, y ahora, y para siempre. Am�n."

Información bibliográfica
Nicoll, William R. "Comentario sobre Jude 1". "El Comentario Bíblico del Expositor". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/teb/jude-1.html.
 
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