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Bible Commentaries
1 Samuel 18

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

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Versículos 1-30

RELACIONES PERSONALES DE SAUL Y DAVID (CHS. 18-27). AMISTAD DE DAVID Y JONATHAN (CHS. 18-20).

EXPOSICI�N

JONATHAN AMA A DAVID ( 1 Samuel 18:1).

1 Samuel 18:1

Cuando termin� de hablar. Esta conversaci�n tuvo lugar tan pronto como termin� la persecuci�n de los filisteos y la recolecci�n del bot�n. Entonces habr�a una reuni�n de los israelitas, y Abner naturalmente presentar�a al joven campe�n ante el rey, quien se representa como virtualmente olvidado de �l y ansioso por aprender su historia; ni su estad�a hab�a sido lo suficientemente larga como para que Abner lo recordara. Como esta conversaci�n se narra como una introducci�n al relato de la amistad de Jonathan con David, los �ltimos cuatro versos de 1 Samuel 17:1. debe tener el prefijo 1 Samuel 18:1. Comienza un nuevo comienzo con ellos, en el que se nos dice del comienzo de esta amistad, del crecimiento del odio de Sa�l y de las pruebas que le sucedieron a David, procediendo de parte del rey de mal en peor, hasta que finalmente fue expulsado. lejos y obligado a llevar la vida de un forajido. Pero por su envidia, crueldad y mal gobierno, Sa�l estaba alejando las mentes de la gente de �l y preparando el camino para su propia ca�da y el triunfo final de David. El episodio del amor de Jonathan es tan hermoso como la conducta de Sa�l es oscura, y completa nuestra admiraci�n por este h�roe generoso y noble. El alma de Jonat�n fue tejida con el alma de David. Estos esp�ritus afines ten�an tanto en com�n que, cuando David con modestia viril respondi� a las preguntas del rey, un intenso sentimiento de admiraci�n creci� en el coraz�n del joven guerrero, y el resultado fue una amistad que se encuentra entre los ejemplos m�s puros y nobles de la verdadera virilidad. afecto. La palabra traducida tejer literalmente significa anudada, unida firmemente por enlaces indisolubles.

1 Samuel 18:2

Sa�l lo llev� ese d�a. Empe�ado �nicamente en la guerra, Sa�l tom� con mucho gusto tanto a un joven soldado como David como uno de sus guardaespaldas ( 1 Samuel 14:52), y de ah� en adelante estuvo constantemente con �l. As�, de dos maneras, primero como m�sico, y ahora como soldado, David se vio obligado a entablar relaciones �ntimas con Sa�l, que terminaron tan tr�gicamente. Sin embargo, durante un tiempo, esos resultados m�s felices se resumieron en 1 Samuel 16:21. Jonat�n y David hicieron un pacto. No debemos suponer que esto sucedi� de inmediato. David continu� en t�rminos amistosos con Sa�l durante un per�odo considerable, durante el cual realiz� muchas expediciones y creci� en renombre militar (ver 1 Samuel 16:5). Y as�, el amor que comenz� con la admiraci�n de la destreza de David se hizo m�s profundo y m�s confirmado por el contacto constante, hasta que los dos j�venes h�roes entablaron este v�nculo solemne de amistad mutua, por el cual se comprometieron en todas las circunstancias a ser verdaderos y fieles a unos y otros. Cu�n noblemente Jonathan mantuvo el v�nculo, la historia procede inmediatamente a contarnos; David no se descuid� posteriormente ( 2 Samuel 9:1: 1, 7). Jonathan se despoj� de la t�nica, etc. En confirmaci�n del v�nculo, Jonathan le dio primero a David su t�nica, el meil, que, como hemos visto en 1 Samuel 2:19, era la vestimenta ordinaria de las clases m�s ricas; y luego sus vestimentas, su vestimenta militar (ver 1 Samuel 17:38, 1 Samuel 17:39), usada sobre el meil, y que aqu� parece incluir sus accesorios, el arco, la espada, y faja, aunque en otro lugar se distingue de ellos ( 2 Samuel 20:8). Al vestirse as�, David con sus propios equipos principescos, Jonathan le estaba mostrando a su amigo el mayor honor personal ( Ester 6:8), y ese regalo todav�a es muy apreciado en el Este.

1 Samuel 18:5

David sali�. Es decir. fue en expediciones militares. Como el verbo tiene un significado t�cnico, tiene un sentido completo, y el vers�culo debe traducirse: "Y David sali� (es decir, en empresas guerreras); dondequiera que Sa�l lo envi�, prosper�, y Sa�l lo puso por encima de los hombres de guerra ". Estas expediciones no fueron a gran escala; porque no es hasta 1 Samuel 18:13 que leemos que David se convirti� en "capit�n de m�s de mil". A�n as�, aunque solo era un centuri�n en rango, sin embargo, como estaba en asistencia constante al rey, a menudo tendr�a temporalmente el mando de cuerpos m�s grandes de hombres, o ir�a a campa�as como uno de los oficiales del rey. Como se menciona que su ascenso no caus� envidia debido a sus grandes m�ritos, se deduce que fue lo suficientemente r�pido como para haber dado lugar a malas intenciones en circunstancias normales. Se comport� sabiamente. Este es el significado principal del verbo; pero como el �xito es el resultado de una conducta sabia, significa constantemente prosperar. Este vers�culo es un resumen de eventos que pueden haber ocupado un espacio de tiempo muy considerable. Fue solo gradualmente que la fama de David se volvi� tan grande como para despertar los peores sentimientos en la mente de Sa�l.

SAUL'S HATRED OF DAVID ( 1 Samuel 18:6).

1 Samuel 18:6

Cuando David regres� de la matanza de los filisteos. O m�s probablemente, como en el margen, "de los filisteos". La alusi�n no es al combate con Goliat, sino a una de las expediciones mencionadas en 1 Samuel 18:5, en la que David obtuvo una victoria decisiva. Las mujeres no habr�an descrito la matanza de un campe�n como el asesinato de diez mil, ni habr�a habido ning�n contraste entre este acto y las empresas militares de Sa�l. Probablemente �l tambi�n habr�a mirado con indiferencia esta exageraci�n oriental de la valent�a atrevida de un ni�o; pero lo que lo enfureci� fue el continuo �xito de David en repetidas campa�as. El filisteo significa todo el pueblo de ese nombre; y como la guerra entre ellos y Sa�l dur� todos los d�as de la vida de Sa�l, y fue su principal trabajo real, vio con envidia el r�pido crecimiento de la reputaci�n de David; y cuando, despu�s de alg�n logro noble, las mujeres le dieron una ovaci�n a David, y declararon en sus canciones que hab�a logrado un �xito diez veces mayor que Sa�l, el resultado fue una explosi�n de sentimientos negativos. De repente, Sa�l se dio cuenta de que el joven capit�n sobre cuyos hombros hab�a delegado las labores principales de la guerra lo hab�a suplantado en la estimaci�n popular, y el odio reemplaz� a la buena sensaci�n que previamente hab�a entretenido hacia �l. Las mujeres salieron de todas las ciudades de Israel ... para encontrarse con el rey Sa�l. Es evidente que esto se refiere a alguna gran ocasi�n, y probablemente a la conclusi�n de una paz entre las dos naciones. La batalla en el valle de Elah probablemente fue seguida por varios a�os de guerra, durante los cuales David desarroll� esas grandes cualidades militares que lo convirtieron posteriormente en el fundador del amplio imperio sobre el cual rein� Salom�n. Era insoportable para Sa�l, �l mismo un gran soldado, encontrar, cuando termin� la guerra, que la gente reconoc�a en su lugarteniente cualidades militares superiores a las que hab�an descubierto en s� mismo. Con tabrets. Ver en 1 Samuel 10:5. Con alegr�a. Como esto se coloca entre los nombres de dos instrumentos de m�sica, debe significar alg�n tipo de gritos o cantos alegres al son de sus tabrets. Con instrumentos de m�sica. Hebreo, con tri�ngulos, un instrumento muy antiguo pero efectivo para una procesi�n al aire libre acompa�ada de baile.

1 Samuel 18:7

Las mujeres respondieron. Es decir. cantaban alternativamente. Fue este canto alternativo lo que llev� a que los salmos se compusieran en oraciones paralelas, y no en metros; y nosotros del servicio del templo hemos heredado nuestro m�todo de cantar antifonalmente. Mientras jugaban. La palabra es ambigua, y para un lector ingl�s sugerir�a la idea de que las mujeres toquen los instrumentos musicales. Por lo general, se refiere a la alegr�a, por lo que en Zacar�as 8:5 se usa para los ni�os que juegan en las calles, pero especialmente se refiere al baile. As�, en 2 Samuel 2:14 se usa una danza de guerra que termina en un conflicto real; y nuevamente (2Sa 6: 5, 2 Samuel 6:21; 1 Cr�nicas 13:8; 1 Cr�nicas 15:29) de David bailando al son de instrumentos musicales, ante el arca. Michal probablemente no habr�a despreciado a David por tocar un instrumento musical durante una ceremonia religiosa; fue la postura del baile lo que le pareci� bajo la dignidad de un rey. As� que estas mujeres bailaron en coros alternos al son de sus panderetas y tri�ngulos. En Jueces 16:25, donde, sin embargo, est� en una conjugaci�n diferente, el verbo se traduce "hacer deporte". Realmente Sans�n se vio obligado a bailar el baile de guerra nacional de Israel ante los filisteos.

1 Samuel 18:8, 1 Samuel 18:9

�Qu� puede tener m�s? etc. Literalmente, "Y solo hay para �l el reino. Aunque hab�an pasado muchos a�os desde que Samuel pronunci� la deposici�n de Sa�l, y la elecci�n de otro en su lugar ( 1 Samuel 15:28), sin embargo, no fue un algo que un rey podr�a olvidar. Sin duda, a menudo hab�a buscado signos de la persona destinada a ser su sucesor; y ahora, cuando se hab�a quedado impotente ante el enemigo, un pastor hab�a salido y le hab�a dado la victoria. Y este jovencito, tomado como su compa�ero de armas, hab�a demostrado cualidades tan grandes que la gente lo consideraba diez veces m�s valioso que Sa�l. Si Saul hubiera sido el hombre de mente alta que era cuando fue nombrado para el reino ( 1 Samuel 11:13), �l habr�a arrojado tales pensamientos de �l. Pero su mente se hab�a atontado con descontento y pensamientos melanc�licos, por lo que mir� a David desde ese d�a en adelante. En muchas naciones, se supone que el ojo de un hombre envidioso tiene gran poder de la lesi�n. Aqu� significa que Sa�l lanz� miradas furtivas a David lleno de malicia y enfermar�.

1 Samuel 18:10, 1 Samuel 18:11

Sucedi� al d�a siguiente. El d�a hab�a sido un momento de triunfo p�blico y, sin embargo, uno de los principales actores regresa a su casa a un sof� sin dormir, porque piensa que otro ha recibido un honor m�s alto que �l. Su melancol�a se profundiza hasta que aparece un ataque de locura. Porque el esp�ritu maligno de Dios vino sobre Sa�l. Literalmente, "un esp�ritu maligno (aliento) de Dios descendi� poderosamente sobre Sa�l" (ver 1 Samuel 16:15). As� como todos los poderosos entusiasmos por el bien provienen de Dios, tambi�n lo hacen las fuertes influencias por el mal, pero de una manera diferente. En todos los actos nobles, los hombres son compa�eros de trabajo con Dios; cuando el mal se los lleva, es de Dios, porque �l es quien hizo y a�n mantiene las leyes de nuestra naturaleza moral; pero es por el funcionamiento de las leyes generales, y no por ning�n don especial o gracia otorgado por �l. Sa�l se hab�a preocupado por su desilusi�n y apreciaba los sentimientos de descontento por su suerte y de envidia por el bien de los dem�s, hasta tal punto que su mente cedi� ante el funcionamiento enfermo de su imaginaci�n. Y as� perdi� todo control sobre s� mismo y profetiz�. La conjugaci�n empleada aqu� (Hithpahel) nunca se usa de profec�a real, verdadera (que siempre es la Niphal), sino de una imitaci�n bastarda de ella. Realmente Sa�l estaba en un estado de frenes�, incapaz de dominarse a s� mismo, hablando palabras de las cuales no sab�a el significado y actuando como un hombre pose�do. En todo esto hab�a algo parecido a las poderosas emociones que agitaban al verdadero profeta, solo que no era una influencia sagrada, sino una que surg�a de pasiones violentas y un estado mental perturbado. Para calmarlo, David jug� con su mano, como en otras ocasiones, pero sin el efecto deseado. Por el contrario, Sa�l blandi� la jabalina, que llevaba como una especie de cetro en la mano, con tanta violencia que David tuvo que escapar dos veces de esta amenaza de lesi�n en el vuelo. No es seguro que Sa�l haya arrojado la jabalina. Si lo hubiera hecho, ser�a dif�cil explicar que David escapara dos veces. Despu�s de tal acto de violencia, apenas habr�a confiado en s� mismo por segunda vez en presencia de Sa�l. En lugar de que Sa�l lance la jabalina, la Septuaginta en el c�dice alejandrino y el caldeo rinden, es decir, retienen las mismas consonantes, ponen vocales que refieren el verbo a otra ra�z. Pero incluso con las vocales actuales puede significar "hecho como si fuera a lanzar", o apuntado "la jabalina". En una ocasi�n posterior, Sa�l arroj� la jabalina y golpe� la pared donde David hab�a estado sentado ( 1 Samuel 19:10).

1 Samuel 18:12-9

Sa�l le ten�a miedo a David. nuevo sentimiento. Para sus celos tuvo �xito una sensaci�n de impotencia, como saber que un poder superior estaba con David, mientras que �l hab�a perdido la protecci�n divina. Este sentimiento miserable creci� sobre el rey infeliz, hasta que antes de la batalla de Gilboa lo encontramos con todo su antiguo esp�ritu heroico desaparecido, un desastre miserable, buscando consuelo a manos de una mujer del tipo m�s in�til ( 1 Samuel 28:5, 1 Samuel 28:7, 1 Samuel 28:20). En este estado de �nimo abatido, despide a David de asistir a �l, pero de manera honorable, d�ndole el mando de mil hombres, a cuya cabeza sali� y entr� ante el pueblo, es decir, a t�tulo p�blico. como oficial de estado. Como Sa�l parece haber descuidado por completo la administraci�n interna del reino, esto se referir�a a expediciones militares (ver en 1 Samuel 18:5); y en esto David se comport� sabiamente. M�s bien, "prosper�" (ver en 1 Samuel 18:5). Su gran �xito solo aument� los temores de Sa�l; pero tanto Israel como Jud� amaban a David, ahora que en este mandato superior ten�an todas las oportunidades para juzgar sus altas cualidades. As�, nuevamente, su remoci�n de su lugar en el guardaespaldas de Sa�l solo sirvi� para hacerlo m�s conocido. La menci�n por separado de Israel y Jud� es una indicaci�n de que los Libros de Samuel se escribieron en una fecha posterior a Salom�n, aunque la distinci�n era muy antigua (ver 1 Samuel 11:8).

SAUL, BAJO LA PRETENSI�N DE UN MATRIMONIO CON SU HIJA, TRABAJA LA MUERTE DE DAVID ( 1 Samuel 18:17-9).

1 Samuel 18:17, 1 Samuel 18:18

He aqu� mi hija mayor, Merab. Sa�l hab�a prometido que dar�a a su hija en matrimonio a quien matara al gigante ( 1 Samuel 17:25); y no solo hab�a en esto el honor de una estrecha alianza con la casa real, sino que, como era habitual dar grandes regalos al padre a cambio de la mano de la hija, el regalo tambi�n ten�a un valor sustancial. Despu�s de un largo retraso, Sa�l ahora se refiere a esta promesa, no tanto con la intenci�n de cumplirla, sino de llevar a David a empresas que podr�an costarle la vida. El matrimonio puede haber sido diferido al principio a causa de la juventud de David; el tema ahora revive, pero con malas intenciones. Mi hija Eider es literalmente "mi hija, la gran", mientras que Michal es "la peque�a", una forma de hablar que se usa solo donde hay solo dos hijas. S� valiente, etc. Esta exhortaci�n ser�a natural bajo las circunstancias; pero Sa�l esperaba que David, para obtener un premio tan grande, fuera alentado a emprender aventuras precipitadas. Porque dijo Sa�l. Es decir. en s� mismo su prop�sito era instar a David a pelear perpetuamente, para que en alguna empresa precipitada pudiera ser slam. As� crece la malicia de Sa�l, y aunque todav�a no est� preparado para matar a David, se habr�a sentido aliviado si hubiera muerto por la fortuna de la guerra. David responde con modestia y discreci�n que no es digno de tan gran honor. No debemos suponer que �l discerni� la traici�n de Sa�l, que solo sali� a la luz despu�s. �Cu�l es mi vida? mi condici�n, �o la familia de mi padre? El o no est� en hebreo, y el significado es: �Cu�l es mi condici�n, incluso la familia de mi padre? etc. La condici�n o rango de David en la vida se resolvi� por el rango que ten�a su padre.

1 Samuel 18:19

Merab ... fue entregado a Adriel. Sin duda, se le ofreci� una gran dote a Sa�l a cambio de su hija, y, como nunca hab�a deseado que David la tuviera, demostr� ser falso en su palabra. Para la muerte infeliz de los hijos de Merab y Adriel ver 2 Samuel 21:8.

1 Samuel 18:20, 1 Samuel 18:21

Michal ... amaba a David. Probablemente hubo un breve lapso de tiempo entre el matrimonio de Merab y el crecimiento de este afecto, cuya noticia complaci� a Sa�l. No era un hombre poco generoso, y posiblemente podr�a haberse sentido avergonzado de haber actuado tan mal por David despu�s de haberlo expuesto al peligro. Y, sin embargo, los malos pensamientos nuevamente son los m�s importantes, y sus prop�sitos son ego�stas; de cualquier manera, Sa�l ser� el ganador. David probablemente ser� asesinado, piensa, al tratar de obtener la dote que se le pide; y si no, en todo caso, �l mismo ser� liberado de la mancha de deshonestidad p�blica que ahora descansa sobre �l. Entonces Sa�l dijo a David. No en persona, lo que explica que David no responda, sino a trav�s de sus sirvientes, como se relata m�s detalladamente despu�s.

1 Samuel 18:22, 1 Samuel 18:23

Comuna, etc. Esta es una descripci�n m�s completa y exacta de lo que se dijo sumariamente en 1 Samuel 18:21. No podemos suponer que Sa�l primero habl� con el propio David, y luego les dijo a sus sirvientes que lo persuadieran, ya que esto tambi�n requerir�a que supongamos que cuando Sa�l se lo ofreci�, David rechaz� a Michal en matrimonio. Pero bien podemos creer que estaba disgustado por haber sido enga�ado, y que la renovada propuesta de matrimonio con una de las hijas del rey ten�a que hacerse con cuidado, ya que naturalmente podr�a pensar que hab�a peligro de que lo engatusen por segunda vez. David responde, de hecho, muy discretamente, diciendo que ser yerno del rey era realmente un gran honor, pero que era demasiado pobre para proporcionar una dote suficiente. Estrictamente, las promesas hechas en 1 Samuel 17:25 obligaron a Sa�l a darle sin dote; pero parece claro de las palabras de David que hab�a perdido a Merab porque no pudo comprarla como Adriel lo hab�a hecho. Para la costumbre de dar grandes sumas al padre de la novia, ver G�nesis 34:12; �xodo 22:16, �xodo 22:17.

1 Samuel 18:24, 1 Samuel 18:25

La respuesta de David coincidi� exactamente con los prop�sitos de Sa�l, y �l inmediatamente pregunt� como prueba de dote de que David hab�a matado a cien filisteos. Como esta matanza tendr�a que realizarse no en una guerra regular, sino en una especie de incursi�n privada, habr�a muchas posibilidades de que David fuera dominado por una r�pida reuni�n de los filisteos y asesinado al intentarlo. Marca el car�cter inescrupuloso de la antigua guerra por lo que las vidas de los enemigos deben ser tomadas, sin provocaci�n p�blica, para fines privados (comp. Jueces 14:19).

1 Samuel 18:26, 1 Samuel 18:27

Le agrad� mucho a David, el yerno del rey. Adem�s del gran honor, David, sin sospechar ning�n prop�sito malicioso por parte de Sa�l, puede haber esperado que esta relaci�n pusiera fin al miserable estado de cosas que exist�a entre �l y Sa�l. No albergaba prop�sitos traicioneros, y con mucho gusto habr�a servido fielmente a Sa�l si se lo hubieran permitido. La naturaleza de la dote tambi�n coincidi� con su disposici�n aventurera y amante de la guerra. Los d�as no hab�an expirado. Por lo tanto, etc. Aqu� surge una dificultad debido a la divisi�n incorrecta de los versos, y de que nuestros traductores expresaron las cl�usulas como si fueran independientes entre s�. El hebreo es: "Y los d�as no estaban llenos, y David se levant�, etc. La dote deb�a ser dada dentro de un tiempo fijo, y antes de que expirara, David, que hab�a estado formando sus planes, parti� con sus hombres e hizo una incursi�n en el territorio filisteo, de donde trajo de vuelta al rey el doble de prepucios que se hab�an estipulado, y luego Michal se convirti� en la esposa de David.

1 Samuel 18:28, 1 Samuel 18:20

El fracaso de su malvado prop�sito, y el conocimiento de que Michal amaba a su esposo y lo proteger�a contra sus intrigas, y que el matrimonio hab�a tra�do rango e influencia a David, hizo que Sa�l lo odiara a�n m�s amargamente, porque ahora no pod�a abiertamente asesinado uno tan estrechamente relacionado con �l.

1 Samuel 18:30

Salieron los pr�ncipes de los filisteos. Ver en 1 Samuel 18:5. Esta nueva guerra fue el resultado de la incursi�n de David, pero solo condujo a un aumento de su fama y popularidad. Porque se comport� m�s sabiamente. Es decir. fue m�s exitoso y h�bil que cualquiera de los otros oficiales de Sa�l.

HOMIL�TICA.

1 Samuel 18:1

Amistad religiosa

Los hechos son:

1. Jonathan, al conocer a David, forma un fuerte apego por �l.

2. Sa�l, para mostrar su gratitud por la ayuda de David, lo obliga a su servicio.

3. Jonathan y David hacen un solemne pacto de amistad. Es obvio que David deseaba retirarse a la quietud de la vida rural, mostrando as� la simplicidad de prop�sito y la libertad de la ambici�n que Eliab le imputa ( 1 Samuel 18:28), como tambi�n superioridad a la tentaci�n del �xito. La voluntad de Sa�l de que "no fuera m�s a la casa de su padre" estaba cargada de una larga serie de consecuencias que contaban sobre el desarrollo de las cualidades superiores del rey venidero. La primera de ellas fue la formaci�n de esa hermosa amistad con Jonathan, que brilla como una luz de bienvenida en medio de la penumbra de los �ltimos a�os del reinado de Sa�l. Hay en esta secci�n dos asuntos que merecen especial atenci�n.

I. UNA ILUSTRACI�N DE LAS ARMON�AS DE LA PROVIDENCIA. Sobre una base a priori, podemos concluir que siempre, en todas las cosas, por aparentemente en conflicto, hay una armon�a interior en las ordenaciones y desarrollos de la Providencia. En muchos casos parecemos escuchar discordia; La fe solo nos permite referir la discordia a nuestros �rganos defectuosos de conocimiento. Pero aqu�, como en otros casos, podemos rastrear la exquisita armon�a entre la detenci�n de David por parte de Sa�l, que implica su amistad con Jonathan, y la posterior entrada de David en los deberes y dignidades presagiados por la unci�n de Samuel. Sin lugar a dudas, como se ve en la historia y en los Salmos compuestos durante el per�odo, los juicios de David y la posici�n p�blica que surgi� de esta detenci�n forzada de Sa�l fueron, en sus efectos sobre su car�cter y habilidades, maravillosamente armoniosos con su reinado ordenado previamente. Adem�s, esta oportunidad providencial para formar una amistad personal armoniza maravillosamente con el corte de la l�nea de Sa�l ( 1 Samuel 15:27-9) de la sucesi�n y la adquisici�n por parte de David del t�tulo, en virtud de sus cualidades religiosas y generales. Dicha amistad, formada sobre la base religiosa m�s pura, y antes de que se hicieran desarrollos con respecto a la sucesi�n, salvar�a tanto a David como a Jonathan de la posibilidad de considerarse unos a otros como rivales, y tambi�n ser�a un contrapeso bendecido a las penas inmerecidas de David durante la �poca de Sa�l. persecuciones violentas Jonathan nunca vivi� para ver el trono tomado por otro; pero su vida no estaba amargada por los dolores de los celos, debido al profundo amor que sent�a por su amigo. David, mientras estaba en el decreto de Dios destinado a ser rey, amaba a Jonathan demasiado bien como para pensar en dejarlo de lado. �Hermosa providencia que podr�a asegurar una sucesi�n fuera de la l�nea, y al mismo tiempo endulzar y ennoblecer la vida de aquellos cuyos intereses estaban involucrados en ella! Para Jonathan ser�a f�cil renunciar a David, si ambos sobrevivieran a la muerte de Sa�l; porque no lo amaba con un amor que pasa al de las mujeres? ( 2 Samuel 1:26). Y estar�a lejos del deseo de David de dejarlo a un lado, viendo la estima amorosa en la que se encontraba. S�, �no se rindi� un homenaje instintivo al personaje de David, como si el alma pura viera en �l al rey venidero, cuando Jonathan se despoja de su atuendo principesco y se lo coloca a David? Las armon�as de la Providencia son constantes, si tan solo tuvi�ramos el ojo para discernirlas. El entrenamiento inicial de Paul trabaj� en la misi�n de su vida, aunque al principio tendi� a otra forma. La huida de Mar�a y Jos� a Egipto, sin duda, verific� una prematura notoriedad del ni�o Jes�s.

II UNA ILUSTRACI�N DE UNA VERDADERA AMISTAD RELIGIOSA. La amistad en cierto grado es una necesidad de la vida del hombre. Un ser perfectamente solitario, cuyos sentimientos no se aferran a nadie, y alrededor del cual nadie se aferra, est� verdaderamente perdido. Las amistades ordinarias se basan en la existencia de afinidades y contrariedades naturales. Esa similitud mental es la base de la amistad solo es cierta en un sentido limitado, ya que uno se siente atra�do por el otro no solo por la afinidad de los gustos y cualidades comunes, sino por el reconocimiento y la admiraci�n de las cualidades que faltan en uno mismo. Buscamos suplementar las deficiencias de nuestra propia vida tomando en nosotros mismos, en la medida de lo posible, las excelencias de otra vida, y la amistad es el medio para este fin. Esta no es una raz�n completa de la amistad, ni se debe inferir que entra en juego un c�lculo fresco de la ganancia personal. El amor, la simpat�a, el inter�s tierno e indefinible y la confianza absoluta no se pueden separar de la percepci�n de cualidades complementarias de la propia. La amistad de David y Jonathan abraz� todo lo que entra en la amistad ordinaria, �aprecio, amor, confianza, ternura, fidelidad, relaciones sexuales insospechadas� con un elemento religioso adicional. Esta amistad religiosa puede considerarse como:

1. Su naturaleza. En David y Jonathan reconocemos, adem�s de los elementos esenciales habituales de la amistad, la acci�n receptiva de una fe com�n en Dios y el deleite en su servicio. Cada uno vio en el otro, como por una visi�n espiritual superior, un parentesco espiritual. Las circunstancias de la �poca intensificaron esta atracci�n mutua. Como j�venes santos y consagrados, apreciaban un dolor secreto por la infeliz condici�n espiritual de sus compatriotas; y su alegr�a en las victorias recientes fue la alegr�a en Dios y la causa sagrada por la cual Israel fue elegido entre las naciones. Entre los cristianos, el mismo sentimiento religioso opera en la formaci�n y el mantenimiento de las amistades. Es cierto que todos somos uno en Cristo, y cada uno ve en cada uno un miembro de la familia de la fe: religiosamente hay un inter�s com�n en todos ( 1 Corintios 12:26, 1 Corintios 12:27 ) Hasta ahora, por lo tanto, existe una amistad entre cada miembro del cuerpo de Cristo y todos los dem�s, a diferencia de su inter�s en los hombres del mundo. Pero el afecto necesita su propia concentraci�n vital; y aunque, por lo tanto, somos en general amistad con todo el pueblo de Cristo, y somos conscientes de un v�nculo bendecido e indestructible, las necesidades de nuestra vida conducen a la formaci�n de amistades personales en las que todos los sentimientos ordinarios se intensifican y embellecen por la infusi�n de Un elemento espiritual. Es necesaria alguna modificaci�n de la opini�n reci�n dada al considerar la amistad de Cristo para Juan y la familia en Betania. Pero aunque el Salvador perfecto no vio en los dem�s cualidades deficientes en s� mismo, s� vio en el ardiente John y la tierna simpat�a y el aprecio de la familia en Betania lo que estaba tan ansiosamente buscando en este mundo duro y no espiritual. Su cansado coraz�n se deleitaba en descansar en tan puro amor y simpat�a, y le devolvi� el afecto cien veces m�s.

2. Su mantenimiento. La forma m�s noble de amistad necesita cultura para ser permanente. La forma en que David y Jonathan alimentaron la suya es una cuesti�n de historia, y debe tenerse en cuenta. Pocas cosas son m�s tristes para reflexionar que una amistad rota; significa amargar y triste soledad de dos seres humanos. No se pueden establecer reglas detalladas para nutrir aquello que en su propia naturaleza se superpone a todas las formalidades y l�neas r�gidas. Por lo general, podemos fortalecer nuestras amistades apreciando la convicci�n de su car�cter sagrado, para no ser manejados con rudeza y sin pensarlo; haciendo un punto para asegurar suficiente relaci�n o intercambio de sentimientos ( Proverbios 18:24); por un respeto estudiado por las diferencias menores que la edad avanzada y las circunstancias cambiantes pueden desarrollar; orando por la bendici�n de Dios unos sobre otros; y, si es posible, compartiendo alguna obra com�n para Cristo. �Por qu� las amistades no deber�an continuar durante toda la vida?

Lecciones generales: -

1. Conociendo la fuerza del impulso y el crecimiento del inter�s cuando una vez despertado, debemos tener cuidado al colocar a los j�venes en circunstancias que puedan conducir a la formaci�n de amistades verdaderas y duraderas.

2. Deber�a ser una pregunta para cada uno c�mo es que el sentimiento cristiano no entra tan plenamente como deber�a en las amistades de algunas personas profesamente religiosas.

3. Ser�a un estudio instructivo para j�venes y mayores rastrear en la historia algunos de los logros en el trabajo religioso y la fidelidad promovidos por el mantenimiento de fuertes amistades personales.

1 Samuel 18:5

Algunos peligros del pecado persistente.

Los hechos son:

1. David, comport�ndose sabiamente en su posici�n p�blica, gana el favor de la gente, y en su bienvenida a su regreso de la batalla, las mujeres le atribuyen, en su canci�n, un mayor elogio que a Sa�l.

2. El hecho excita la envidia de Sa�l en adelante.

3. En un ataque de furia envidiosa, Sa�l busca herir a David. La victoria sobre Goliat llev� a Sa�l y David a una proximidad muy favorable al desarrollo de sus respectivos personajes. Su influencia mutua actu� poderosamente en las fuentes principales de la vida; y como estos eran completamente diferentes en calidad moral, la secuela revela una conducta muy diversa. Tenemos en esta secci�n una instancia de:

I. PROSPERIDAD INCORRECTADA. Las palabras decisivas de Samuel ( 1 Samuel 15:26) y toda su separaci�n de Sa�l ( 1 Samuel 15:34, 1 Samuel 15:35), como tambi�n la actitud amenazante de los filisteos, ciertamente fueron suficientes para deprimir el esp�ritu del rey; y su melancol�a no era m�s que la se�al externa a los hombres de su doloroso secreto. Pero la aparici�n de David, y la consecuente derrota del enemigo, era un destello de luz inesperado, y de inmediato levant� esperanzas que �ltimamente se hab�an perdido. Incluso puso a David sobre sus hombres de guerra. La vieja prosperidad estaba volviendo; el reino fue salvado; Sa�l no fue deshonrado en la batalla. Despu�s de todo, con ayudantes como David, �no podr�a evitarse la temida condena? As� vemos a un hombre, consciente de la degeneraci�n moral, y sensible a ser rechazado, interpretando los acontecimientos de acuerdo con sus deseos, y no desde la percepci�n de su verdadera relaci�n. El coraz�n, cuando carece del esp�ritu de arrepentimiento verdadero, se aferra obstinadamente a la esperanza injustificada y, por su propio ingenio perverso, destruye o debilita la fuerza de los hechos duros y las leyes morales ( 1 Samuel 15:26-9). A los ojos de Dios, la victoria reciente fue la presentaci�n p�blica del "vecino", como un antecedente de su suplantaci�n de Sa�l; a los ojos de Sa�l fue el aplazamiento, si no el vac�o de rendici�n, de la temida fatalidad. La tendencia a malinterpretar los hechos es com�n a los hombres pecaminosos. Un coraz�n impenitente no est� dispuesto a creer en la reivindicaci�n de la justicia. No simpatizando moralmente con los prop�sitos de Dios, si es posible, no ver� esos prop�sitos en el proceso de realizaci�n. Las mismas riquezas de la bondad se pervierten en una ocasi�n para la persistencia en el pecado ( Romanos 2:4), y la prosperidad temporal de la vida, a pesar de la voz de la conciencia y la clara palabra de Dios, se supone que es una se�al. que el problema no ser� tan temible como se anticip� (Salmo 10:6, Salmo 10:11; Hebreos 2:3).

II EL SONIDO Y LOS DEFECTOS DE LOS INSTINTOS POPULARES. La masa de la gente se apresur� a reconocer el hecho de que David era el h�roe del d�a, y solo expres� la verdadera verdad al atribuirle sus "diez mil" y a Sa�l sus "miles". Sus instintos los llevaron a honrar por encima del rey al hombre que demostr� ser mejor que el rey. Pero, aunque ten�an una apreciaci�n correcta de los hechos, no ten�an una percepci�n adecuada, si es que ten�an alguna, de la orientaci�n moral de la misma. Samuel, probablemente Jesse, y algunos otros hombres devotos, trazar�an en la exaltaci�n de David del "nombre del Se�or" ( 1 Samuel 17:45-9) un poder espiritual y un hombre espiritual destinado a hacer maravillas para Israel. Es una buena filosof�a que conf�a en la mente popular en referencia al reconocimiento de los hechos generales de la vida. Es esta fe la que se encuentra en la base de los gobiernos constitucionales y la administraci�n judicial de nuestro propio pa�s. El sentido com�n de la humanidad es una gu�a segura en asuntos de hecho ordinarios. Pero debido a la baja condici�n de la vida espiritual del hombre y su propensi�n inveterada a mirar las "cosas que se ven", la masa de hombres no reconoce r�pidamente los rumbos morales y espirituales de los hechos. Hay una "intenci�n" moral y espiritual, para usar un t�rmino l�gico, en hechos humanos; llevan consigo cualidades que determinan el futuro; exhiben a los poderes espiritualmente iluminados que germinar�n, y eso, tambi�n, no siempre en la forma deseada por la poblaci�n ( Mateo 16:3).

III. LA RESPONSABILIDAD DE LOS HOMBRES, AL AVISAR CONTRA LA PROVIDENCIA, DE ENTRAR EN NUEVOS PECADOS. Hemos visto ( 1 Samuel 15:24-9) que Sa�l apreciaba los sentimientos impenitentes cuando le contaban su pecado. Como consecuencia, trat� de no creer que vendr�a el desastre amenazado. Una de las consecuencias de esta condici�n mental fue que, tan pronto como escuch� la aprobaci�n honesta y popular de la destreza de David, �l, temiendo que no se cumpliera todo el decreto, mir� a David como un rival y cay� en el grave pecado de incesante y cruel envidia. El car�cter grave de este pecado se ve si notamos su manifestaci�n, y las caracter�sticas principales son ciertas de toda envidia.

1. Lo ceg� a los hechos reales. Era cierto que David hab�a matado a "sus diez mil", en comparaci�n con los "miles" de Sa�l; pero para el ojo envidioso esto era como si no lo fuera. Su realidad no debe ser tolerada. Los fariseos de la misma manera estaban deliberadamente ciegos al hecho de que Cristo hab�a abierto los ojos de los ciegos.

2. Condujo a la imputaci�n de motivos b�sicos. Inmediatamente acus� a David de estar listo para dise�os traidores en el reino. El hombre puro fue considerado impuro. Esta es la pr�ctica com�n de los hombres estrechos y bajos, como apareci� en la instancia de Joseph ( G�nesis 37:8, G�nesis 37:11) y de Cristo ( Juan 7:20 )

3. Se hizo perfectamente miserable. Su vida perdi� toda alegr�a y esperanza, y las sospechas y el miedo entraron. Y quien caiga en este pecado descubre que lo mata ( Job 5:2), y es como la podredumbre de los huesos ( Proverbios 14:30).

4. Impulsado a los hechos de sangre. El empuje de la jabalina fue un asesinato virtual. El mismo proceso forjado en el coraz�n de Ca�n, de los escribas y fariseos, y est� activo en muchos que son culpables de ning�n acto abierto ( 1 Juan 3:15). Los pensamientos oscuros, las intenciones t�citas de las mentes envidiosas; �Qui�n los declarar�? Cu�n cierto es que el que endurece su coraz�n, sin doblegarse ante la verdadera penitencia, sometido a todos los juicios de Dios, cae en una travesura ( Proverbios 28:14) una y otra vez, hasta que finalmente es destruido de repente y sin remedio. ( Proverbios 29:1; cf. 1 Samuel 31:3, 1 Samuel 31:4).

Lecciones generales: -

1. Todos los juicios humanos en el curso de la Providencia deben descartarse en la medida en que el pecado sea apreciado en la vida.

2. La clave para el futuro de la vida individual y nacional debe buscarse en condiciones morales.

3. Es importante que la mente popular est� entrenada para estimar las cosas en sus relaciones morales.

4. Los cristianos deben esforzarse por liberarse por completo del esp�ritu de envidia, tanto en relaci�n con la prosperidad mundana como para posicionarse en la Iglesia de Dios (Salmo 37:1; 1 Corintios 13:4; 1 Pedro 2:1).

5. En la medida en que nos permitimos envidiarnos, nos exponemos a la tentaci�n de pecados futuros.

1 Samuel 18:12-9

El poder perturbador de la bondad.

Los hechos son:

1. Sa�l, al ver las se�ales de la presencia de Dios con David, le teme y lo aleja.

2. La creciente sabidur�a de David aumenta el temor de Sa�l y asegura el favor de la gente.

3. La partida de Dios de Sa�l explica su abandono a la influencia de este miedo. Tenemos aqu� una declaraci�n de la relaci�n diversa de Dios con David y Sa�l, �l estaba con el uno y se apart� del otro, y las consecuencias que se derivaron al respecto en sus respectivas vidas. Cada hombre hizo su propia posici�n y fue responsable del estado en el que se encontraba y al que alcanz�; sin embargo, la presencia y ausencia de Dios explicaron mucho. As�, tambi�n, tenemos el efecto diverso de la misma vida sabia y santa sobre diferentes personas: la diversidad que surge de la condici�n moral de las personas sobre las que se act�a.

I. LA RELACI�N DE DIOS CON EL HOMBRE NO ES EN CADA INSTANCIA LA MISMA. Hay ciertas relaciones naturales que Dios mantiene con todos los hombres, en todo momento, independientemente de su car�cter. Su poder los sostiene en la vida; su gobierno equitativo nunca se retira. Todo esto era cierto en referencia a David y Sa�l, mientras que era igualmente cierto que Dios era para uno lo que no era para el otro. Hab�a una relaci�n de cercan�a moral y apoyo a David, y de abandono moral y desaprobaci�n a Sa�l. El Se�or "conoce el camino de los justos" (Salmo 1:6). Su deleite est� en su gente (Salmo 22:8). "El orgulloso que conoce de lejos" (Salmo 138:6), y est� "enojado con los malvados todos los d�as" (Salmo 7:11). Los efectos de la cercan�a moral y el apoyo se ven en el caso de David: la obra se mantuvo y se hizo hermosa en el desarrollo; las habilidades, bajo tales influencias favorables, se ejercitaron de manera m�s plena y uniforme; una vez despejada la visi�n, la sagacidad pr�ctica encontr� un alcance m�s amplio; y la energ�a Divina actuando en todas partes en armon�a con fines morales, se crear�an oportunidades para la utilidad, y las mentes de los hombres dispuestos a favorecer. Por otro lado, la cercan�a moral y el apoyo de querer a Sa�l, los males apreciados desde hace mucho tiempo encontraron un ejercicio m�s desenfrenado; la conciencia se volvi� m�s arrepentida; las habilidades naturales se vieron perjudicadas en su desarrollo, y los actos tontos se volvieron habituales.

II La relaci�n diversa de Dios con el hombre surge de la conducta anterior del hombre. La historia reciente de David muestra que desde joven hab�a seguido tranquila y consistentemente la medida de la luz que le correspond�a; mientras que el curso de Sa�l revela una preferencia deliberada y persistente de su propia voluntad a la voluntad revelada de Dios. La gracia fue agregada a la gracia valorada. La luz ignorada se hab�a convertido en oscuridad. En esta diversa consecuencia no hay nada inusual. Es la ley del Nuevo Testamento que "al que tiene, se le dar�, y al que no tiene, se le quitar� incluso el que tiene" ( Mateo 13:12; Oseas 11:8; Lucas 19:42; Juan 12:35; 1 Timoteo 4:8).

III. UN RECONOCIMIENTO DE LA RELACI�N DIVERSA DE DIOS CON EL HOMBRE ES UNA OCASI�N DE PROBLEMAS CON LOS DELIBERADAMENTE MALVADOS. Mientras David se gan� el afecto de la masa de la gente, su nombre y presencia fueron inquietantes para Sa�l. "Sa�l le ten�a miedo a David, porque el Se�or estaba con �l y se apart� de Sa�l". Las razones de este efecto en Sa�l son obvias. La vida santa y la gloria de David en el nombre del Se�or ( 1 Samuel 17:45-9) revelaron por contraste la condici�n espiritual de Sa�l para s� mismo; y, desprovisto del esp�ritu de arrepentimiento, tembl� bajo la reprensi�n silenciosa. Tambi�n hubo un recordatorio de alegr�as y privilegios que alguna vez estuvieron a nuestro alcance, pero que ahora se han ido para siempre; y no pudo sino asociar el car�cter ascendente de David con el destino predicho de su propia monarqu�a. Es un hecho bien conocido que la bondad ejerce una influencia perturbadora en el dominio del pecado. La bondad en su propia naturaleza es un poder repelente. Crea una conmoci�n cada vez que entra en los reinos de la oscuridad. Los poderes del mal lo conocen como su enemigo natural y codornizan en la conciencia de su triunfo predestinado. Parece haber temor y emoci�n entre los esp�ritus malignos cuando el santo Salvador se acerc� a su esfera de influencia en la tierra. Si bien el efecto natural de la bondad encarnada en las mentes que no se inclinan por el pecado es calmar, alegrar y alegrar, como cuando Cristo se acerc� a los pobres y necesitados, los enfermos y los penitentes, y como todos sentimos cuando somos muy sabios y El hombre santo entra en un hogar o en una c�mara enferma, pero el efecto es inverso cuando el pecado se practica deliberadamente. Es de esta manera que podemos entender el temor de Herodes al mencionar el nombre de Juan, el temor de Acab a El�as y la evidente inquietud de los escribas y fariseos ante la presencia de Cristo.

Lecciones generales: -

1. Vemos el valor para los asuntos ordinarios de la vida de una conciencia del favor de Dios (Salmo 30:1).

2. El desarrollo de nuestros poderes est� �ntimamente conectado con nuestra fidelidad en las cosas espirituales.

3. A medida que alcancemos la verdadera santidad de la vida, se reconocer� el poder de nuestra presencia y nuestras acciones.

4. Debemos esperar el antagonismo real de aquellos que han rechazado a Dios en la medida en que entramos en contacto con ellos, pero esto debe considerarse como una prueba de la verdad de nuestra religi�n.

1 Samuel 18:17-9

La trama y sus lecciones.

Los hechos son:

1. Sa�l, con la esperanza de enfrentar la muerte de David, le promete su hija mayor como esposa, con la condici�n de que sea valiente contra los filisteos.

2. David expresa su indignidad de tan gran honor.

3. Sa�l, despu�s de haber roto esta promesa al darle a Merab a Adriel, le ofrece a David su hija Michal.

4. Ante la insinuaci�n de David de que, siendo pobre, no fue capaz de proporcionar una dote, Sa�l se contenta con la prueba de la muerte de cien enemigos de Israel.

5. David presenta el doble del n�mero requerido y lleva a Michal a su esposa.

6. A pesar de sus artima�as, Sa�l ve la creciente prosperidad de David y le tiene m�s miedo que nunca. Esta secci�n despliega a�n m�s, por un lado, el progreso descendente del hombre que ha pecado intencionalmente en circunstancias favorables a la obediencia y, en consecuencia, se ha dejado a las tendencias de su coraz�n impenitente; y, por otro lado, el avance constante en la sabidur�a y la aptitud para los asuntos del hombre que se glor�a solo en el "nombre del Se�or de los ej�rcitos". La narraci�n relata los eventos tal como aparecieron a los observadores en ese momento e introduce declaraciones del historiador sagrado dise�ado para indicar c�mo Dios consider� esos eventos. Los actos externos est�n conectados con el motivo oculto y, por lo tanto, tienen su propio car�cter moral.

I. LAS CARACTER�STICAS DE LA PARCELA. Si no conoci�ramos toda la historia de Sa�l, hay mucho en la narraci�n de esta secci�n que podr�a sugerir a un lector casual que no se le ocurra una trama. La adici�n de declaraciones que revelan el prop�sito oculto de sus palabras y hechos cambia la relaci�n moral del conjunto y establece las caracter�sticas triples de la trama.

1. La inteligencia. Se dice que las personas locas a menudo muestran astucia y habilidad inusuales para comprender sus fines; y tambi�n los "dispositivos" de los imp�os, tanto en relaci�n con Dios como con el hombre, est�n en las Escrituras proverbiales ( Job 5:12; Salmo 10:2; Salmo 33:10 ) La locura incipiente y la maldad establecida de Sa�l en este per�odo de su vida indican la verdad de estos comentarios; por considerar la plausibilidad de su conducta.

(1) Hubo una buena apariencia de veracidad. Pr�cticamente le hab�a prometido a su hija al hombre que deber�a matar a Goliat ( 1 Samuel 17:25). Cumplir la palabra era convertirse en rey y debido a un h�roe juvenil.

(2) Hubo una muestra obvia de magnanimidad. El reciente intento violento de la vida de David ( 1 Samuel 18:11) debe haber producido una impresi�n de injusticia tanto en David como en el pueblo. Entonces, �qu� m�s apropiado que eso? Un ataque de ira irrazonable deber�a ser seguido por alguna expresi�n del mal hecho y alg�n esfuerzo por compensarlo.

(3) El sentimiento religioso era conspicuo. �No hab�a aparecido David en la arena para pelear la batalla del Se�or? ( 1 Samuel 17:47). �No era apropiado, despu�s de la se�al de victoria en el nombre del Se�or, que el rey reconociera el conflicto con el opresor pagano en su aspecto teocr�tico, y alentara a la valiente juventud a seguir en el mismo santo nombre?

(4) El inter�s personal era natural. Las instrucciones de Sa�l a los cortesanos de tratar de inducir a David a aceptar a Michal ten�an una apariencia de naturalidad, ya que era importante honrar a un hombre tan capaz y aliarse con los intereses de la monarqu�a, as� como eliminar cualquier disgusto a causa de Merab hab�a sido entregado, probablemente por razones estatales, a Adriel.

(5) Hubo una amable consideraci�n por la posici�n de David. Una sensaci�n de pobreza es dif�cil de soportar cuando se interpone en el camino del honor y la influencia. David sinti� que, a pesar de sus servicios, era demasiado pobre para cumplir con la costumbre de ofrecer como dote lo que se convirti� en pretendiente de la hija de un rey. Por lo tanto, fue muy reflexivo por parte de Sa�l preguntar como dote lo que ciertamente pocos hombres pod�an proporcionar, pero lo que el conquistador de Goliat, sin duda, con seguridad y con crecientes honores. Un porte amable y considerado desarma la sospecha. La trama fue inteligente, como todas las tramas en las que nuestro gran adversario, el diablo, intenta atrapar a los inocentes. Se podr�a desarrollar un paralelo sin mucha dificultad.

2. Vileza. La inteligencia se descubre trazando el rumbo aparente para los hombres; la vileza por la luz arrojada sobre ese curso por el Buscador de corazones. Estamos habilitados para mirar debajo de la superficie y estimar palabras y hechos por su relaci�n con el motivo. La vileza se ve en ...

(1) La intenci�n deliberada de cometer un asesinato. Todo el procedimiento se origin� en una determinaci�n para asegurar la muerte de David. La sangre fue derramada en la intenci�n. El verdadero universo es lo invisible, porque es duradero. En esa esfera, Sa�l mat�, ante el claro y penetrante ojo de Dios, el mejor amigo que tuvo junto a Samuel.

(2) La cobertura de intenciones asesinas, con profesiones de amabilidad y estima. La hostilidad abierta es lo suficientemente mala en una causa malvada, pero interpretar al hip�crita por alcanzar un prop�sito cruel es el m�s negro de los cr�menes (Salmo 10:7). Ser vestido como un �ngel de luz no se limita a Satan�s.

(3) El intento de hacer que la Providencia est� subordinada a una intenci�n secreta. Sa�l no se atrevi� a ponerle las manos encima a David, pero se atrevi� a poner una serie de circunstancias por las cuales la Providencia deber�a ser acusada de hacer lo que todos los hombres lamentar�an, excepto �l mismo. El hombre har�a de Dios el sirviente de sus viles designios. Los cobardes desean que la Providencia haga lo que no tienen el valor de reconocer.

3. Locura. No es raro que la astucia y la habilidad de los malvados se conviertan en la verdadera tonter�a. Tal es la fuerza del derecho y la justicia, que la sabidur�a perversa siempre se encuentra en el tema como una locura loca. Que as� fue en este caso se observa observando:

(1) Dios lo sab�a todo desde el principio. Es una prueba de la total estupidez del coraz�n pecaminoso que act�a como si Dios no lo fuera. Esta irracionalidad entra en todo pecado. El coraz�n malvado se retira a su propia oscuridad y dice: "�l nunca lo ver�" (Salmo 10:11).

(2) El complot asegur� a David la protecci�n especial prometida a los inocentes. Dios promete su cuidado a los pobres y necesitados cuando caminan en inocencia. �l "dice a los rectos de coraz�n (Salmo 7:10). Los" necesitados no ser�n olvidados "(Salmo 9:18; Salmo 37:32, Salmo 37:33). Sa�l deber�a haber sabido que un hombre santo, que hab�a sido bendecido en un conflicto, no se quedar�a solo en el d�a del peligro.

(3) Se emiti� en beneficio de David. Sa�l realmente cay� en un pozo preparado para otro. El hombre que iba a ser menospreciado se elev� m�s, mientras que el mismo Sa�l se hundi� en la estima de todos. El esquema puso de manifiesto en forma clara y hermosa la integridad personal de David ( 1 Samuel 18:18, 1 Samuel 18:23). Su problema le dio una mayor influencia con Israel ( 1 Samuel 18:30). Se convirti� en un mayor terror para sus enemigos ( 1 Samuel 18:27), y su matrimonio con Michal posteriormente demostr� ser de gran ayuda para escapar de las trampas de Sa�l ( 1 Samuel 18:21; cf. 1 Samuel 19:12).

II LA VERDAD GENERAL ENSE�A. Entre las muchas verdades expuestas en la trama de Sa�l y el escape de David, se puede notar especialmente lo siguiente:

1. �El valor moral de la conducta? visto cuando la luz de Dios brilla sobre �l. La conducta de Sa�l, observada por observadores casuales ignorantes del secreto entre �l y Samuel ( 1 Samuel 15:26-9, 1 Samuel 15:30), le habr�a atribuido un valor moral bastante inconsistente con la verdad real. Es la luz que Dios permiti� al historiador verter sobre el motivo interno que revela el todo como vil. Nuestra estimaci�n de conducta es necesariamente aproximada. Una medida de duda o suspenso acompa�a nuestros juicios de car�cter. No hay un principio m�s claramente sostenido que el intento secreto, el motivo privado, no expresado y a menudo inexpresable, es el verdadero determinante del car�cter moral en las acciones. Sin embargo, tales son las profundidades y complejidades del pensamiento y sentimiento humano, que cada hombre es en gran medida un ser desconocido para sus semejantes. Esta incertidumbre crea una creencia en una futura manifestaci�n de car�cter, cuando cada hombre recibir� de todos exactamente lo que le corresponde. De lo contrario, la justicia es derrotada y el valor moral es enga�ado por su honor. Las Escrituras nos aseguran la verdad de que llegar� el d�a en que se manifestar� la verdadera fuente de conducta; El verdadero hombre interior ser� conocido. Se acerca el d�a en que los hombres se ver�n a s� mismos y a los dem�s en esa luz reveladora ( Eclesiast�s 12:14; Mateo 10:26; Mateo 25:31, Mateo 25:32). De ah� el buen �nimo de los rectos de coraz�n cuyas acciones se malinterpretan, cuya posici�n es oscura, que sufren el desprecio de los orgullosos y cuyo �xito externo en la vida no es acorde con la amplitud y pureza de sus deseos. Por lo tanto, tambi�n, la advertencia para aquellos que cubren un coraz�n contaminado debajo de un exterior atractivo.

2. La integridad es la mejor defensa humana contra las embarcaciones malvadas. La integridad manifiesta de David en todas sus relaciones con Sa�l y el pueblo era mejor para �l que todos los artilugios posibles para hacer astutamente los movimientos de su enemigo. Hab�a un poder moral en su conducta intachable y sin culpa que causaba que su enemigo secreto viviera en el miedo. Mirando hacia atr�s en este per�odo, podr�a decir: "He caminado en integridad m�a" (Salmo 26:1); y sin duda, sabiendo el valor de tal defensa en el pasado, podr�a decir, en vista de los peligros futuros, "Que la integridad y la rectitud me conserven" (Salmo 25:21). Siempre es as�. Como la simple verdad es m�s poderosa que todas las ramificaciones de la falsedad, un coraz�n recto, una vida inocente, es, en el tema, m�s que una combinaci�n para todas las combinaciones astutas del mal. Si los hombres fueran m�s simples en su prop�sito, menos dados a la mera pol�tica, manteniendo sus corazones libres de peque�os celos y ambiciones, su pie quedar�a atrapado con menos frecuencia en una trampa, y su reputaci�n se cuidar�a sola.

3. Dios cuida a sus fieles siervos que tienen una obra que hacer en el mundo. La inocencia de David era un objeto de inter�s para Dios, y recibi� su protecci�n; pero David fue un sirviente elegido en el curso de preparaci�n inconsciente para deberes altos e importantes. �l, por lo tanto, fue atendido por Dios en medio de peligros desconocidos. Tampoco hubo nada excepcional en esto, porque tal es la herencia de todos los que temen al Se�or. El sufrimiento corporal, e incluso la muerte, pueden aparecer en inocentes y verdaderos, pero estos no son los peores males. Hay una ca�da m�s temerosa; y a este respecto, tal es el cuidado de Dios, que aunque mil caigan al lado de los fieles, el gran mal espiritual no lo toca (Salmo 91:7, Salmo 91:14 ) Todos tienen una vida encantada al servicio de Cristo mientras su obra no est� terminada. Ninguna arma formada contra David podr�a prosperar antes de convertirse en rey. No se permiti� que ning�n poder le quitara la vida a nuestro Salvador hasta que hubo terminado el trabajo que el Padre le hab�a encomendado. Antes de que �l predicara el evangelio a los gentiles ( Hechos 9:15 Hechos 9:23 >; 2 Corintios 11:24).

4. El objetivo ulterior de un curso pecaminoso nunca se alcanza. Un objeto de la astucia de Sa�l era deshacerse de David. La historia nos dice c�mo se frustr� este objeto. El Se�or estaba con David. La decepci�n, la irritaci�n, la miseria m�s intensa fueron el resultado de Sa�l. No es una afirmaci�n demasiado amplia afirmar que el objeto oculto nunca se alcanza en un curso pecaminoso. Un an�lisis cuidadoso del funcionamiento del pecado en cada caso mostrar� que el fin a la vista es asegurar un placer que se considera mayor y m�s bienvenido que cualquier resultado de la obediencia a la voluntad de Dios. Si el pecado en su origen es autoafirmaci�n, en contraposici�n a la conformidad con una voluntad suprema, el objeto a la vista es evidentemente alcanzar un estado de ser superior al involucrado en la conformidad. Busca un ascenso y, he aqu�, es en s� mismo una ca�da. Siempre se autodestruye. Se puede demostrar que esto es cierto para todos los que voluntariamente se niegan a descansar en Dios: extra�an la dicha que buscaban en la rebeli�n; de todos los que prefieren ser salvados por otros medios que no sean el �nico Mediador, nunca alcanzan el perd�n y la pureza que solo constituyen la salvaci�n; de todos los que sacrifican el principio cristiano para adquirir riqueza o poder, obtienen la riqueza y el poder, pero no la satisfacci�n del alma que se cree que asegura su posesi�n. No se puede insistir demasiado en que el pecado no solo es esencialmente malvado y degradante, por fascinante que sea su forma, sino que tambi�n es una amarga decepci�n. "El que peca contra m� 'perjudica su propia alma' ( Proverbios 8:36). El deseo, la expectativa, el camino del imp�o" perecer� "(Salmo 1:6; Salmo 112:10; Proverbios 10:28).

5. La piedad exaltada y la simplicidad de la vida son consistentes con la preeminencia en los asuntos seculares. A menudo se supone que un hombre muy piadoso, y uno de simple prop�sito en la vida, no puede competir con hombres de car�cter menos espiritual. El lenguaje de los cristianos a veces ha sancionado esta creencia. Pero los hechos y la raz�n est�n en contra. David, el hombre m�s piadoso, alcanz� una capacidad para los asuntos muy por delante de los dem�s ( 1 Samuel 18:30). Newton no era peor matem�tico y astr�nomo por su profunda y simple piedad. Es razonable que una mente pura, devota, tranquila en el sentido del favor de Dios, libre de la distracci�n inducida por la rebeld�a de la voluntad y disfrutando de la bendici�n prometida de Dios, cuando la Providencia lo llame a cualquier esfera de actividad, supere a las de poderes naturales iguales, pero desprovistos del tono espiritual. Si tales hombres no llegan a las estaciones p�blicas m�s altas, puede ser porque Providence tiene otro trabajo que hacer; o si solo unos pocos alcanzan la preeminencia, puede ser porque la combinaci�n de gran piedad y gran aptitud natural para actividades especiales es rara.

HOMILIAS DE B. DALE

1 Samuel 18:1. (GIBEAH.)

La vida de David en la corte.

En su victoria sobre Goliat, David fue conducido por Abner ( 1 Samuel 14:50) en presencia de Sa�l, "con la cuenta del filisteo en su mano". Parece no haber sido reconocido por el rey, tal vez debido a la alteraci�n que tuvo lugar en su apariencia personal. En adelante residi� en Gabaa ( 1 Samuel 18:2), donde permaneci� durante dos o tres a�os. La corte de Sa�l, aunque a diferencia de la de Salom�n, medio siglo despu�s, no carec�a de espect�culo mundano, y estaba marcada por la obsequiosidad, el ego�smo, la emulaci�n y la intriga que prevalecen con demasiada frecuencia en tales lugares, especialmente cuando el monarca es caprichoso, orgulloso y sin el temor de Dios ( 1 Samuel 22:6, 1 Samuel 22:7). La conexi�n de David con �l era de gran importancia en relaci�n con el puesto que estaba destinado a ocupar por la Divina Providencia; continu� su educaci�n para ello; y ofrecido

contra los enemigos de Israel y, en �ltima instancia, por la obediencia leal al gobierno real.

II ACUERDO CON LOS HOMBRES, y el conocimiento de la naturaleza humana. David estaba familiarizado con "campos, bandadas y estrellas silenciosas", pero necesitaba capacitaci�n en otra escuela.

1. Hay pocas cosas m�s valiosas que un conocimiento preciso y extenso de los hombres: sus diversos temperamentos, tendencias y capacidades; sus excelencias y defectos peculiares; sus variados deseos y objetivos; y debajo de todos los grandes principios de la humanidad que son iguales en todos.

2. Algunas circunstancias brindan una oportunidad especial para el logro de dicho conocimiento. �Qu� campo de observaci�n era la corte y el campamento de Sa�l para una de esas actividades mentales y una visi�n tan profunda como la de David!

3. El conocimiento de los hombres produce en el coraz�n sincero, devoto y familiarizado consigo mismo una gran simpat�a por ellos en sus penas, alegr�as, imperfecciones y esfuerzos por alcanzar cosas superiores. De esta simpat�a, los salmos de David son una expresi�n maravillosa.

4. Es necesario conocer los m�todos m�s efectivos para tratarlos, una de las calificaciones m�s necesarias y deseables en una regla.

III. LA PRUEBA DEL PRINCIPIO. David, no menos que Sa�l, debe ser puesto a prueba, y su fidelidad a Jehov� debe ser probada como plata "en un horno de tierra".

1. El juicio es necesario para probar la realidad de los principios y manifestar su fuerza y ??brillo.

2. Una prueba a menudo es seguida por otra y una mayor. El favor real en el que David fue criado repentinamente fue tan repentinamente sucedido por los celos reales, el odio y la artesan�a. Seguramente ning�n hombre fue atacado m�s ferozmente por la tentaci�n.

3. Cuando se soporta correctamente, en fe y obediencia, la prueba, aunque dolorosa, es moralmente beneficiosa.

4. La victoria que se obtiene sobre una tentaci�n es una victoria sincera sobre la siguiente. El triunfo de la humildad en David fue seguido por el de la simplicidad, la paciencia y la tolerancia.

IV. AVANCE EN FAVOR POPULAR ( 1 Samuel 18:7, 1 Samuel 18:16, 1 Samuel 18:30), que, en el caso de David, paviment� su camino hacia el trono; aunque no codici� ni, durante la vida de Sa�l, hizo ning�n esfuerzo por obtener ese objeto.

1. Un curso de acci�n prudente y pr�spera, como bien se merece, por lo que generalmente obtiene la aprobaci�n de la gente.

2. Tal curso de acci�n debe ser dirigido, en lugar del favor popular con el que se atiende.

3. El favor del pueblo debe ser valorado solo en subordinaci�n al favor de Dios, y en la medida en que lo convenga.

4. El favor popular no debe considerarse como un fin en s� mismo, sino como un medio para promover la gloria divina y el bienestar humano.

1 Samuel 18:1. (GIBEAH.)

Amistad verdadera.

(Referencias: - 1 Samuel 19:1; 1 Samuel 20:1; 1 Samuel 23:16-9.)

1. La amistad es un afecto mutuo entre personas de mentes agradables, que surge de su estima por la excelencia de los dem�s y se expresa en oficios amables. El apego al parentesco es, en algunos aspectos, superado por lo que se siente hacia el amigo "que es como tu propia alma" ( Deuteronomio 13:6). En alusi�n a "Abraham fue llamado el amigo de Dios" ( 2 Cr�nicas 20:7; Isa�as 41:8; Santiago 2:23) - posiblemente en primera instancia por Dios mismo ; y "Dios habl� a Mois�s como un hombre a su amigo" ( �xodo 33:11). El Libro de Proverbios abunda en declaraciones sobre el valor y las pretensiones de amistad ( Proverbios 17:17; Proverbios 18:24; Proverbios 27:6, Proverbios 27:9 , Proverbios 27:10, Proverbios 27:17). Y Jes�s dijo a sus disc�pulos: "Los he llamado amigos" ( Juan 15:15).

2. Mucho de lo que generalmente se llama amistad no es digno de ese nombre. "Hay tres cosas que engendran amistad: ganancias, placer, virtud. Las dos primeras no engendran amistad verdadera, ya que tan pronto como cesa la ganancia o el placer, la amistad desaparece; pero la virtud solo hace que el amor y la amistad contin�en" (Willet )

3. La verdadera amistad que subsisti� entre Jonathan y David "brilla para todas las edades como un tipo eterno". Es "la primera instancia b�blica de una compa��a tan querida como era com�n en Grecia, y lo ha sido desde la cristiandad imitada, pero nunca superada, en las obras modernas de ficci�n" (Stanley). Las instancias m�s famosas mencionadas fueron las de Orestes y Pylades, Damon y Pythias, Nisus y Euryalus.

4. La amistad de Jonat�n hacia David (cuya formaci�n se describe aqu�) se proporcion� divinamente como un medio para proteger la vida de este �ltimo de los ataques de Sa�l y para preservar su lealtad al rey y su fe en Dios. "Tu amor para m� fue maravilloso" ( 2 Samuel 1:26). Por otro lado, la de David hacia Jonathan ejerci� una influencia elevadora y santificadora sobre �l. De verdadera amistad observa que:

I. EXISTE SOLO EN ALMAS NOBLES. Tanto Jonathan como David eran virtuosos, generosos y devotos. Eran uno en "el amor a la virtud y el temor a Dios". Las personas despose�das de estos principios no pueden estimar la excelencia de los dem�s ni ser estimados por los suyos. "Estamos tan formados por la naturaleza que deber�a haber un cierto lazo social entre todos; m�s fuerte, sin embargo, a medida que cada uno se acerca a cada uno. Ahora la amistad no es m�s que una uni�n completa de sentimientos sobre todos los temas, divinos y humanos, acompa�ados por un amable sentimiento y apego. Toda la fuerza de la amistad consiste en un acuerdo completo de inclinaciones, b�squedas y sentimientos "(Cicero, 'Sobre la amistad').

"Una amistad generosa que ning�n medio fr�o conoce, arde con un amor, con un resentimiento que brilla" (Homer).

"Un buen hombre en el mejor amigo, y por lo tanto m�s pronto para ser elegido, m�s tiempo para ser retenido, y, de hecho, nunca se separar�, a menos que deje de ser aquello por lo que fue elegido" (Jeremiah Taylor).

II SE ENCUENTRA EN ESTEEM MUTUO. Cuando David "termin� de hablarle a Sa�l", en el que sin duda dijo mucho m�s de lo que se registra, el alma de Jonat�n fue unida (unida o encadenada) con el alma de David, etc. (vers�culo 1). Nada se dice de Jonathan en el momento del conflicto de David con Goliat. Puede haber estado ausente; o, si est� presente, no se le permite arriesgar su vida en el encuentro. Quiz�s su fe y coraje no fueron lo suficientemente fuertes. Pero "amaba lo que iba m�s all� de su propio esp�ritu, pero era del mismo orden heroico. Vio en David un Jonathan m�s alto y m�s grande, el ideal de su propia vida real, transfigurado y perfeccionado. Lo que hab�a so�ado que podr�a ser �l contempl� en David "(B. Kent). Admiraba la fe, el coraje, la modestia y la excelencia moral que subyacen bajo la "apariencia externa". "Ahora son dignos de amistad en quienes existe una raz�n por la que deber�an ser amados; una clase rara, porque en verdad todo lo que es excelente es raro" (Cicero).

III. CONSTA DE AFECTO DESINTERESADO. "Jonathan lo amaba como a su propia alma" (vers�culos 1, 3; 1 Samuel 20:17); con el mismo tipo y la misma medida de afecto. De ah� la simpat�a, generosidad, fidelidad y constancia que mostr�. Un amigo es "otro yo". "Aunque el juicio debe reunir los materiales de la buena estructura de la amistad, es el afecto lo que da el cemento" (Melmoth). "Realmente parece consistir en amar en lugar de ser amado. Es desearle a una persona lo que consideramos bueno por su bien, y no por el nuestro, y, en la medida de lo que est� a nuestro alcance, esforzarnos por conseguirlo. Y un amigo es el que entretiene y encuentra un regreso de este sentimiento "(Arist�teles, '�tica', 8; 'Ret�rica', 2). "Espero no romper el quinto mandamiento si concibo que puedo amar a mis amigos antes que a mi sangre m�s cercana, incluso a aquellos a quienes les debo los principios de la vida. He amado a mi amigo como hago la virtud, mi alma, mi Dios "(Sir T. Browne, 'Religio Medici').

IV. SE UNE EN UN BONO ESTABLE. Tejer: sinceramente, estrechamente, firmemente unidos, agarrados juntos "como con ganchos de acero". "Un amigo ama en todo momento", tanto en la adversidad como en la prosperidad; y su amistad soporta la tensi�n causada por intereses en conflicto, tergiversaci�n y muchas imperfecciones; incluso se puede decir que es "una alma que habita en dos cuerpos". "Ahora el fundamento de esa constancia y constancia que buscamos en la amistad, es la sinceridad; porque nada es firme, lo que no es sincero" (Cicer�n). La amistad fundada en principios mundanos es natural y, aunque est� compuesta de los mejores elementos de la naturaleza, no est� exenta de mutabilidad y fragilidad; pero la amistad fundada en la religi�n es espiritual, y por lo tanto inmutable e imperecedera "(R. Hall, 'Works,' 5).

V. ES CONFIRMADO POR UN SOLACTO COMPACTO. "Y Jonat�n y David hicieron un pacto", etc. (vers�culo 3; 1 Samuel 20:16, 1 Samuel 20:17). En �l dieron y recibieron seguridad de afecto, acordaron ser fieles el uno al otro en todas las circunstancias, y llamaron al Se�or en quien confiaban para ser testigos entre ellos; hacia ellos fueron impulsados ??por la fuerza de su amor y "una necesidad m�s elevada de encontrarse y amarse unos a otros, si es posible en un grado a�n mayor, el poder puramente Divino ya se sent�a dentro y, por lo tanto, viv�an mutuamente bajo su influencia" (Ewald ); y por eso su amistad se hizo sagrada, fuerte y permanentemente establecida. En momentos en que "el amor de muchas ceras se enfr�a y la iniquidad abunda", los hombres de una fe y amor comunes hacia Dios hacen bien en unirse y fortalecer los corazones y las manos de los dem�s mediante votos sagrados.

VI. SE MANIFIESTA EN REGALOS GENEROSOS. "Y Jonat�n se despoj� de la t�nica que estaba sobre �l", etc. (vers�culo 4). Le dio lo que mejor expresaba el don de s� mismo, y lo que continuamente le recordar�a a David a su amigo y aumentar�a su confianza y amor. Era poco lo que David pod�a darle a cambio de una forma externa, pero �l le dio confianza por confianza, amor por amor, vida por vida. La amistad es pr�ctica, sacrificada y �til, y da lo mejor de s�. "Se ve a David en la ropa de Jonathan para que nos demos cuenta de que es el segundo yo de Jonathan. Nuestro Se�or Jesucristo nos mostr� su amor, se desnud� para vestirnos, se humill� para enriquecernos. No, hizo m�s que Jonathan: se visti� con nuestros trapos, mientras que Jonathan no se puso el de David "(M. Henry).

Exhortaci�n:-

1. Busque amistad solo entre los sabios y los buenos. Si quisieras un verdadero amigo, haz un amigo de �l que sea amigo de Dios.

2. Esfu�rcese por ser tan digno de la amistad del bien como lo fue David de la amistad de Jonathan.

3. Sea tan sincero y fiel a su amigo como Jonathan lo fue a David.

4. Valore la amistad de Cristo m�s all� de todas las dem�s. D.

1 Samuel 18:4

Divina amistad.

"Lo amaba como a su propia alma" ( 1 Samuel 18:3). La amistad humana es una sombra de lo Divino. El m�s grande y mejor amigo es Dios en Cristo Jes�s. Feliz es todo aquel que puede decir desde el coraz�n, "Este es mi amado, y este es mi amigo" (Entonces 5:16). Considerar-

I. SUS CONDICIONES, por parte del hombre.

1. Racionalidad: capacidad de pensamiento, elecci�n voluntaria, estima moral. "En medio de las cenizas de nuestra naturaleza colapsada, duermen ciertas chispas de fuego celestial" (Owen).

2. reconciliaci�n; en la medida en que el hombre est� alejado de Dios y bajo condenaci�n.

3. Renovaci�n en la justicia y la verdadera santidad, para que podamos ser "participantes de la naturaleza Divina" ( 2 Pedro 1:4). "La amistad es una uni�n de almas, y las almas pueden unirse solo cuando hay m�s o menos acuerdo" ( Am�s 3:3).

II SUS CARACTER�STICAS, por parte del Se�or. Todas sus perfecciones lo hacen en todos los aspectos trascendentemente excelente. Pero note m�s particularmente:

1. Su desinter�s. "Primero nos am�", con un amor puro, libre, condescendiente y sacrificado. "Nadie tiene mayor amor", etc. ( Juan 15:13).

2. Su fidelidad.

3. Su constancia. "El amor de los amigos de este mundo es defectuoso en tres aspectos: comienzan a amar tarde, cesan temprano, aman poco. Pero el amor de Dios es un amor sin igual. �l nos ama sin principio, sin intermedio y sin fin" ( Nouet).

III. SUS BENEFICIOS, o las bendiciones que disfrutan aquellos que tienen comuni�n con �l.

1. Consejo, advertencia, reprensi�n. Las repeticiones son "el aspecto m�s grave del amor".

2. Defensa, apoyo y ayuda efectiva.

3. Simpat�a, aliento y consuelo eterno. "Y ahora", dijo Jonathan Edwards, en su lecho de muerte, volvi�ndose de sus amigos terrenales hacia la oscuridad que se acercaba, "�d�nde est� Jes�s de Nazaret, mi amigo verdadero y que nunca falla?"

IV. SUS RECLAMACIONES, o los deberes de quienes disfrutan de tales beneficios y desean su continuaci�n.

1. Apreciar los sentimientos apropiados hacia �l: confianza, afecto y deleite en las relaciones sexuales con �l.

2. Hacer las cosas que le agradan. "Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les ordeno".

3. No avergonzarse de �l, sino confesar su nombre ante los hombres; amar y servir a sus amigos por su bien, y buscar en todas las cosas su honor y gloria. � D.

1 Samuel 18:6. (GIBEAH)

Envidia.

"Y Sa�l mir� a David desde ese d�a en adelante" ( 1 Samuel 18:9). �Cu�n extraordinarios son los contrastes morales que a menudo se presentan en la vida humana! La amistad de Jonathan aqu� se opone a la envidia de Sa�l. Apenas David hab�a experimentado el uno antes de ser expuesto al otro. "Su victoria tuvo un doble problema, el amor de Jonathan y la envidia de Sa�l, que Dios mezcl� tanto que uno fue un remedio del otro" (Hall). El d�a del regocijo p�blico se sembraron en su coraz�n las semillas de los celos, la envidia y el odio. Mir� a David no con el favor, como antes, sino con disgusto debido al honor que se le otorg� m�s all� de s� mismo. La sospecha general que entretuvo como consecuencia de las insinuaciones de Samuel con respecto a su sucesor tambi�n parece haberse aferrado a �l como el hombre; y en adelante lo consider� un rival peligroso. "Mezclado con su enfermedad constitucional, envenen� todas sus futuras relaciones con David". De envidia nota que -

I. TOMA RA�Z EN UN CORAZ�N MAL. En el caso de Sa�l, el suelo era agradable y estaba preparado por:

1. Alienaci�n de Dios y convicci�n de su desaprobaci�n.

2. El ego�smo y la concentraci�n morbosa de pensamiento sobre s� mismo.

3. Voluntad, orgullo y ambici�n mundana, a�n continua y en aumento.

4. La pasi�n col�rica. Estaba muy enojado, y el dicho le desagradaba ( 1 Samuel 18:8). "El que tiende a sentir indignaci�n, siente dolor por aquellos que tienen un �xito inmerecido; pero el hombre envidioso, yendo m�s all� de �l, siente dolor por el �xito de todos" (Arist�teles, '�tica').

II CRECE ES LA SOMBRA DE LA PRE-EMINENCIA DE OTRO EN�

1. Estimaci�n popular. "Han atribuido a David diez mil", etc. ( 1 Samuel 18:8). "Lo que ocasiona propiamente la envidia es el fruto de los logros de los dem�s; la preeminencia que otorga la opini�n del mundo, o que tememos que otorgue, sobre sus talentos por encima del nuestro" (Blair).

2. Logros exitosos, de los cuales procede dicha preferencia. "El d�a brillante saca la v�bora". La prosperidad generalmente es acompa�ada por la envidia.

3. Excelencias personales. David "se comport� sabiamente" ( 1 Samuel 18:5); "muy sabiamente" ( 1 Samuel 18:15); "m�s sabiamente que todos" ( 1 Samuel 18:30). Actu� con prudencia, cautela, habilidad y, por lo tanto, pr�spero.

"La envidia de la base se marchita ante la alegr�a de otro, y odia la excelencia que no puede alcanzar"

(Thomson)

4. Aprobaci�n divina, que aparece en empresas pr�speras. "Y Sa�l tem�a a David, porque el Se�or estaba con �l", etc. ( 1 Samuel 18:12). "Y Ca�n estaba muy enojado", etc. ( G�nesis 4:5; 1 Juan 3:2). La envidia que siente el favor que Dios le muestra a otro es particularmente criminal, debido a su oposici�n a Dios mismo.

III. EST� MARCADO POR MUCHAS CARACTER�STICAS ODIOSAS.

1. Irracionalidad.

2. En la mayor�a de los casos, la ingratitud. David hab�a conferido un gran beneficio a Sa�l e Israel por su victoria sobre Goliat; �l "sali� dondequiera que Sa�l lo envi�", y pele� sus batallas; y a menudo calmaba su melancol�a con la m�sica de su arpa ( 1 Samuel 18:10).

3. Injusticia. Le hizo "verg�enza" ( 1 Samuel 20:34) entreteniendo sospechas de su lealtad y trat�ndolo como un traidor.

4. La impiedad y toda falta de caridad. "La caridad no tiene envidia". "La envidia es la peor de todas las pasiones, y alimenta a los esp�ritus, y ellos nuevamente al cuerpo; y tanto m�s porque es perpetua y, como se dice, no guarda vacaciones" (Bacon, 'Ensayos') .

IV. ES PRODUCTIVO DE MUCHA FRUTA MORTAL, en relaci�n tanto con los dem�s ( Proverbios 27:4) como con el hombre envidioso ( Proverbios 14:30); en parte de odio y en parte de dolor. "Como se muestra en el odio, golpea a la persona envidiada; pero cuando afecta a un hombre en la naturaleza del dolor, retrocede y ejecuta al envidioso. Se encuentra en el coraz�n como un gusano, siempre roy�ndolo, corroy�ndolo y atraves�ndolo. con un secreto, picadura invisible y veneno "(Sur, 'Sermones,' 58.). En Sa�l, produjo inquietud en el alma, aument� la sujeci�n al poder del mal: "sucedi� al d�a siguiente", etc. ( 1 Samuel 18:10); rabia ingobernable: "�l balance� la jabalina" dos veces; artesan�a e hipocres�a; miedo ( 1 Samuel 18:11, 1 Samuel 18:15); enemistad continua ( 1 Samuel 18:21); declaraci�n deliberada de intenciones asesinas ( 1 Samuel 19:1); persecuci�n abierta e incesante; desesperaci�n y autodestrucci�n. "Cuando en el juicio final la envidia se coloca en el bar de Dios, �qu� acusaci�n impondr� contra el esp�ritu maligno! La ira insultante de Eliab, la crueldad de los hermanos de Jos�, la ira asesina de Ca�n y la mayor participaci�n en el El mayor crimen del mundo, la crucificaci�n del Se�or de la gloria, se le imputar� a �l. Expulsar a este demonio de nuestros pechos antes de que la condena final sea un prop�sito de Jes�s, y con todo nuestro coraz�n debemos orar por su completa y "victoria r�pida" (C Vince).

Conclusi�n: �Para la cura o prevenci�n de esta pasi�n malvada, busque un coraz�n renovado; insistir mucho en el amor divino "que desprecia toda envidia en su generosidad"; estimar ventajas temporales correctas; entretener pensamientos humildes de uno mismo; aprende a admirar la excelencia en los dem�s y consid�rala como si fuera tuya; controlar el primer impulso de celos o envidia; y "compromete tu camino al Se�or".

"�Oh, hombre! �Por qu� colocar tu coraz�n donde es necesario? �Exclusi�n de los participantes en el bien? El cielo llama, y, a tu alrededor gira, mira tu mirada con bellezas eternas. Sin embargo, tu ojo gira con cari�o todav�a sobre la tierra. Por lo tanto, te hiere a ti que discierne todos"

(Dante, 'Purg.' 14.) .� D.

1 Samuel 18:17-9. (GIBEAH.)

Sencillez.

Hay una simplicidad que surge de la ignorancia, y se muestra en la locura y la presunci�n ( Proverbios 22:3). Tambi�n hay una simplicidad que es el fruto de la inocencia, la veracidad y la bondad, y aparece en una mente ingenua, una disposici�n sin enga�os y un discurso y conducta directos. En su mejor sentido (simplicitas, sin doblar ni torcer) se opone a la duplicidad, el enga�o y la "astucia astuta" ( Romanos 12:8; Rom 16:19; 2 Corintios 1:12; 2 Corintios 11:3); y fue ejemplificado, en un grado eminente, por David, especialmente en su relaci�n anterior con Sa�l; porque, a trav�s de la familiaridad con la vida en la corte, y mucho m�s como consecuencia del estrecho al que fue reducido por el oficio y la persecuci�n del rey, el joven pastor de mente abierta y coraz�n abierto se apart� una y otra vez: del camino correcto ( 1 Samuel 21:2). Considere la simplicidad como:

I. APUESTA POR EL TRABAJO O ARTESAN�A. Despu�s de dar paso a la envidia, y en un violento ataque de locura amenaz� la vida de David, Sa�l continu� odi�ndolo y temi�ndolo (Marco 11:18), y trat� de deshacerse de �l, aunque indirectamente de la restricci�n de conciencia y en secreto por miedo a las personas (Marco 6:20; Lucas 22:2). El pecado funciona en la oscuridad. Embarcaciones maliciosas a menudo

1. Busca lograr fines que no puede atreverse a reconocer. Derivado de los celos por su posici�n personal y renombre, apunta a la depreciaci�n de cada uno de los que parecen estar en peligro; y en su remoci�n, ya sea accidentalmente por las manos de otros, o al cometer alg�n acto abierto que pueda justificar su castigo abierto ( 1 Samuel 18:17, 1 Samuel 18:21, 1 Samuel 18:25). Y para estos fines, trabaja con mayor franqueza y menos ocultamiento; porque lo que est� oculto en el coraz�n, tarde o temprano debe salir a la luz.

2. Hace uso de profesiones justas y usa pretextos que son enga�osos, falsos e hip�critas. A David se le asegur� que realmente no se refer�a a �l y se convirti� en "capit�n de m�s de mil" ( 1 Samuel 18:13); mientras que fue retirado de la presencia del rey porque era odiado y temido, y que podr�a estar expuesto a un mayor peligro. Su falta de cumplimiento de la promesa de Sa�l ( 1 Samuel 17:25) probablemente se debi� a su falta de riqueza y estatus social ( 1 Samuel 18:25); pero la promesa se repiti� falsamente. "Solo s� valiente por m�" (exponte a todos los peligros), "y pelea las batallas del Se�or" (con celo por Jehov�, que s� que tienes), y (sub voce) "no dejes que mi mano est� sobre �l, "etc. ( 1 Samuel 18:17). Con la p�rdida de Merab fue consolado por la promesa de Michal ( 1 Samuel 18:21), pero solo como "una trampa", y su amor fue utilizado con el prop�sito. Y al fin (cuando el rey form� su plan y se sinti� seguro de su �xito), sus sirvientes le dijeron (como en una comunicaci�n confidencial): "He aqu�, el rey se deleita en ti", etc. ( 1 Samuel 18:22), "no desea ninguna dote", etc. ( 1 Samuel 18:25); "pero Sa�l pens� en hacer que David cayera de la mano de los filisteos".

3. Adopta los medios que son indignos, bajos e imp�os. Tramando, conspirando, atentados asesinos a la vida bajo las santidades del afecto y la religi�n; en el fondo, una oposici�n apasionada a la voluntad de Dios. Si no fuera el prop�sito Divino que David fuera rey, �por qu� temerle? si lo fuera, �de qu� servir�a la resistencia?

II VISUALIZADO EN MEDIO DE LA ARTESAN�A. Las trampas que se tejieron alrededor de David nos parecen bastante claras; pero no hay raz�n para suponer que al principio fueron observados por �l. El hombre de coraz�n sencillo ...

1. Est� acostumbrado a mirar a los dem�s como sincero como �l, considera sus declaraciones y garant�as como verdaderas, y es lento en sospechar de sus malas intenciones. Incluso hasta el �ltimo David apenas pod�a creer que Sa�l, por su propia voluntad, buscara su vida ( 1 Samuel 26:19). �l es "s�mil con respecto al mal". La gran experiencia hace que los hombres sean cautelosos; pero es mejor ser enga�ado cien veces que llevar una vida de sospecha continua.

2. Entretiene opiniones modestas y humildes de s� mismo, toma desprecio y desilusi�n sin queja, y acepta humilde y alegremente cualquier honor que se le pueda conferir ( 1 Samuel 18:18, 1 Samuel 18:23). "�Buscas grandes cosas para ti? No las busques" (Jeremias 45:5). "Un hombre piadoso es, incluso en prosperidad, humilde de coraz�n".

3. Tiene la intenci�n de cumplir el deber honesto, fiel y eficiente del deber que le corresponde, y teme poco al peligro porque teme mucho a Dios ( 1 Samuel 18:5, 1 Samuel 18:14, 1 Samuel 18:27). "La tranquila indiferencia de David hacia las circunstancias externas que se afectaban a s� mismo se expres� de manera muy sorprendente en su conducta. En parte por su temperamento po�tico, en parte por su dulce y natural altruismo, y principalmente por su amorosa confianza en Dios, acepta todo lo que sucede con ecuanimidad, y no hace nada. esfuerzo para alterarlo "(Maclaren). Se ha se�alado que "el genio es, de manera brusca, llevar a la madurez de nuestros poderes la simplicidad y el ardor de la infancia".

III. CONSERVADO DE LOS DISPOSITIVOS DE ARTESAN�A. Es el mejor medio de preservaci�n, ya que:

1. Proporciona la menor ocasi�n para que un adversario aproveche. Aunque puede parecer que el hombre ingenuo est� abierto a los ataques, de todos modos est� realmente m�s protegido contra �l.

2. Atrae el respeto de otros hombres ( 1 Samuel 18:16), gana el amor de quienes lo advierten y lo ayudan ( 1 Samuel 18:28; 1 Samuel 19:11), y dificulta que sus enemigos prevalezcan sobre �l.

3. Asegura el favor de Dios. "El Se�or estaba con �l" ( 1 Samuel 18:12, 1 Samuel 18:14, 1 Samuel 18:28) para guiarlo, defenderlo y ayudarlo (Salmo 37:24, Salmo 37:33). "En ti conf�o".

IV. RESULTANDO EN UN FIN OPUESTO AL DE LA ARTESAN�A.

1. En lugar de no volver m�s del conflicto, regresa triunfante y recibe un honor involuntario de la mano que se levant� contra �l ( 1 Samuel 18:27, 1 Samuel 18:28; Apocalipsis 3:9).

2. En lugar de ser menos un objeto de terror para los malvados, lo es m�s ( 1 Samuel 18:29).

3. En lugar de ser privado del amor del pueblo de Dios ( 1 Samuel 18:16: "Todo Israel y Jud� amaban a David"), �l est� m�s completamente entronizado en sus corazones ( 1 Samuel 18:30).

Observaci�n-

1. Cu�n ineficaces son los dispositivos de los imp�os contra "los rectos de coraz�n".

2. Cu�n beneficiosos pueden llegar a ser sus dispositivos cuando se encuentran con "simplicidad y sinceridad piadosa".

3. Cu�n inexpresablemente bello es el car�cter del Hijo de David: "manso y humilde de coraz�n".

4. Cu�n necesaria es la "unci�n del Santo", para que podamos llegar a ser como �l.

HOMILIAS DE G. WOOD

1 Samuel 18:1

Amor y celos.

Una gran haza�a realizada a la vista de dos ej�rcitos sac� a David a la vez de la oscuridad. A partir de entonces fue un hombre muy observado. La tranquila vida pastoral en Bel�n se termin� y nunca pudo reanudarse. El �xito repentino trae una distinci�n r�pida, pero tambi�n trae pruebas y riesgos de los cuales los oscuros son libres. David salt� a un salto hacia el honor y la fama, pero por esa misma raz�n se encontr� al comienzo de sus problemas. Bueno, antes de que esos problemas comenzaran a presionarlo, �l conoc�a al Se�or como su refugio; bueno, tambi�n, que se gan� a s� mismo en la esfera misma del peligro un amigo amoroso y fiel.

I. EL AMOR DE JONATHAN. Si hab�a un hombre en Israel que ten�a motivos para estar celoso de David, era el Pr�ncipe Jonathan. Era un soldado valiente, y aqu� hab�a un h�roe m�s grande para eclipsarlo. Hab�a obtenido por valor personal una victoria notable sobre los filisteos, y aqu� hab�a un coraje personal a�n m�s brillante, y un desconcierto del enemigo m�s f�cil y m�s completo. �l era el heredero del trono, y si este joven aspiraba a gobernar y liberar a Israel, era a Jonathan a quien suplantar�a. Sin embargo, en este pr�ncipe generoso no apareci� ni una sombra de envidia. Vio en el joven pastor un esp�ritu agradable, un temperamento aventurero como el suyo, con una fe en Dios firme y ardiente como la suya. El alma de Jonat�n estaba unida al alma de David. Fue bueno para Jonathan encontrar un amigo que pudiera provocar una admiraci�n y afecto tan intenso. Ya no pod�a admirar a su propio padre con respeto o confianza. En el c�rculo o corte sobre el rey, las cualidades m�s finas de la naturaleza de Jonathan no encontraron armon�a ni est�mulo. Pero aqu� hab�a alguien que pod�a entenderlo, y en quien pod�a ver y admirar lo que deber�a ser un l�der en Israel. Tambi�n fue bueno para David descubrir que lo cuidaban, que apreciaban su patriotismo puro y devoto, y que ten�a la simpat�a fraterna de al menos uno en ese grado superior de la vida en el que ahora estaba tan repentinamente entrar. Se acercaba el momento en que un amor tan fuerte y fiel ser�a muy precioso.

II La celosidad de Saulo. Al principio parec�a que David no tendr�a m�s que honor. El rey obedeci� su buen impulso y le dio al joven h�roe una alta promoci�n entre sus oficiales, con la evidente aprobaci�n de los soldados y de todo el pueblo. Pero una nube negra de celos pronto se reuni�. Sa�l no pod�a soportar escuchar a este nuevo campe�n alabado m�s que a s� mismo; y comenz� a meditar sobre la idea de que este podr�a ser el hombre a quien Samuel insinu�, a quien el Se�or le dar�a el reino. "�Qu� puede tener �l m�s que el reino? Y Sa�l mir� a David desde ese d�a en adelante". Pronto le�mos que el rey celoso intentaba quitarle la vida a David. �Oh cruel envidia! Sin dignidad, ninguna bondad es una defensa contra ella. La vista del bien lo excita al mal. Es la pasi�n de un esp�ritu malo; o, si se ajusta a un personaje que tiene algunas cualidades excelentes, tiende a debilitarlo y degradarlo. De hecho, ning�n destino m�s miserable puede sucederle a un hombre que estar lleno de envidia, y as� irritar y burlarse de todos los que lo superan; convertirse en presa de los celos y desconfiar o menospreciar a todos los que parecen agradar a Dios o al hombre m�s que a �l. �Qu� fatal para el mismo Sa�l fue esta pasi�n celosa! Con la ayuda de David, el rey podr�a haber recuperado algo de su salud y felicidad perdidas, y reparado algunos de los errores de su reinado. Pero una vez que los celos se apoderaron de �l, todo esto fue imposible. Sa�l se volvi� sombr�o, astuto y cruel; y cuanto m�s hac�a David por el reino, escuch�ndose sabiamente en el campamento y la corte, m�s lo miraba con ojos envidiosos y lo persegu�a con odio hosco. "La ira es cruel, y la ira es indignante; pero �qui�n puede resistir la envidia?" Este parec�a un comienzo ominoso para David; pero cumpli� su prop�sito en el entrenamiento a trav�s del cual Dios quiso que �l pasara. Despu�s de que Sa�l fue ungido, no fue sometido a tal prueba. La ligera oposici�n que se hizo a su repentina elevaci�n pronto fue superada, y el hijo de Kish subi� al trono de Israel con muy poca dificultad. Pero esto fue realmente siniestro. Era una se�al de que Dios tendr�a poco servicio o gloria del Rey Sa�l. El hijo de Jesse ten�a un destino m�s elevado y, por lo tanto, fue juzgado y probado. Su fe fue probada como por fuego; su discreci�n fue madurada por el conocimiento de que ojos celosos lo miraban; su paciencia se perfeccion�; Su poder de permanencia se desarroll� a trav�s de una experiencia dura y hostigadora.

III. SUGERENCIAS DE JESUCRISTO, AMADO Y ODIO. Como David en su juventud, y en el umbral de su carrera p�blica, venci� al fuerte enemigo de Israel en combate individual, as� Jes�s en la juventud, y en el umbral de su vida p�blica, se encontr� con el adversario del pueblo de Dios, y venci� El tentador en el desierto. Entonces, como David aguant� mucho antes de llegar al trono, Jesucristo aguant� mucho antes de que Dios lo levantara y le diera gloria. Y durante ese tiempo de su humilde sufrimiento, Jes�s fue, como su antepasado humano David, sobornado por el amor y perseguido por la envidia.

1. Me encant�. El Hijo de David recibi� el aplauso de la multitud y se port� tan sabiamente que los observadores m�s atentos no pudieron encontrarle ning�n defecto. Con todo, ten�a el poder de tejer almas para s� mismo, a fin de hacer que estuvieran dispuestos a abandonar todo por su bien. Ahora bien, esto siempre fue una fuerte caracter�stica de David: un encanto de car�cter y porte que le un�a a muchos amantes y amigos. Jonathan lo amaba en la juventud como su propia alma. Sus guerreros estaban tan dedicados a �l, que no ten�a m�s que desear agua del pozo de Bel�n, y tres h�roes corrieron a trav�s de las filas de los filisteos para sacar agua y llev�rsela a su jefe. Ittai el Gitita y otros son evidencias de que David retuvo este poder de fijaci�n incluso en la vejez. Y no el Hijo de David, con una atracci�n que no podemos analizar o definir, atrajo a s� mismo a los hijos de Zebedeo, y los hijos de Jonas, los hermanos y hermanas de Betania, Mar�a de Magdala, y muchos m�s que encontraron en su compa��a y favorecer todo lo que sus corazones deseaban? �No atrajo m�s tarde al perseguidor, Saulo de Tarso, y se comprometi� con la lealtad y el amor perdurables de Pablo? �Y no hay miles o miles que, aunque no lo hayan visto, lo aman, y en cuyos ojos nunca es m�s digno de amor que cuando se lo contempla como alguien despreciado y rechazado de los hombres, "un hombre triste y familiarizado con dolor"? Fue un consuelo para Jes�s en su sufrimiento m�s profundo que aquellos que lo conocieron lo amaran m�s. Cu�n a menudo moraba en eso, en la noche en que fue traicionado 1 "Si me amas, guarda mis mandamientos" "El que me ama, ser� amado por mi Padre". "El Padre mismo te ama, porque me has amado". As� como consol� a David cuando fue cazado y proscrito al saber que Jonat�n lo amaba de verdad y bien, as� consol� al Hijo de David, que aunque los hombres pudieran odiarlo y matarlo, hab�a quienes lo amaban de verdad y bien, y a quienes ni la muerte ni la vida podr�a separarse de su amor.

2. Odiado. Hemos visto c�mo el coraje y la discreci�n de David despertaron los celos de Sa�l. Un hombre tan raro en sus cualidades, tan evidentemente apto para la grandeza, atrajo hacia �l ojos de cruel envidia. As� le sucedi� al Hijo de David. Como Jes�s atra�a a sus disc�pulos y amigos, los sacerdotes y los rabinos lo odiaban. Debido a que fue seguido por multitudes, los gobernantes tomaron consejo juntos contra �l. Como respondi� y actu� sabiamente, los escribas y fariseos se llenaron de malicia contra �l. Donde quiera que fuera, ojos celosos lo miraban, y preguntas astutas lo esperaban. La Escritura se cumpli�: "Me odiaron sin causa". Poncio Pilato detect� f�cilmente el motivo (no solo la causa) que llev� al Consejo Jud�o a acusar al Hijo de David en su tribunal. "Sab�a que por envidia lo hab�an entregado". As� es hoy. Jesucristo es proclamado como poderoso para salvar. El mundo se est� llenando con su nombre, y en todas partes ascienden gritos de "Hosanna al Hijo de David". �Y c�mo se toma? Algunos aman, pero otros tambi�n odian. Algunos sienten lo mismo que Jonathan. Est�n bastante atra�dos por s� mismos al Se�or Jes�s. �l es, debe ser, su Amado y su Amigo. �Y cu�n significativo de su grandeza es que �l, ahora invisible, despierta en los corazones humanos una fe tan fuerte, un apego tan ardiente, como emocion� los pechos de los ap�stoles que lo acompa�aron y las mujeres que le ministraron en Galilea! Paul, que no lo hab�a visto en persona, lo amaba de verdad y le serv�a con tanto entusiasmo como Peter y John, que s� lo hab�an hecho. Los cristianos del siglo XI, como Bernardo de Claraval, o del siglo XV, como el que escribi� como Tom�s Kempis, le fueron tan devotos como los Padres que vivieron dentro de unas pocas generaciones de los ap�stoles. Y los modernos comparativos, como Herbert, Bengel, Rutherford, Madame Guyon, Brainerd, Whitefield, Wesley, Toplady, Hervey, Henry Martyn, McCheyne, Adolph Monod, lo han mantenido tan precioso como los esp�ritus m�s fervientes de los tiempos anteriores. Jesucristo siempre ha sabido atraer a los hombres hacia s� mismo y sujetarlos con cuerdas de atracci�n espiritual, para que lo hayan amado como a sus propias almas. Otros, sin embargo, lo miran como Sa�l mir� a David, para encontrarle fallas. Oh, qu� triunfo le dar�a a cierta clase de hombres si solo pudieran encontrar una mancha en el Se�or Jes�s; �si pudieran demostrar que no hab�a sido mejor ni m�s alto que los hombres �ter! Pero no se puede hacer. Su camino es perfecto. Su personaje, por m�s minucioso que sea, no revela ning�n defecto. Se trata de esto, que los hombres lo odian porque es muy bueno. Aman la oscuridad en lugar de la luz, porque sus obras son malas.

1 Samuel 18:29, 1 Samuel 18:30

David prob� y lo intent�.

I. CONDUCTA EJEMPLAR BAJO ENSAYO. Dif�cilmente se puede imaginar un curso de eventos m�s propensos a volver la cabeza de un joven y ponerlo mareado de euforia que la r�pida promoci�n del joven David. Llevado de una vez por la oscuridad comparativa a la llamarada de la admiraci�n p�blica como h�roe nacional, designado como oficial de alto rango en el ej�rcito, hecho yerno del rey, y al mismo tiempo confiable y honrado por la gente. , el hijo de Jesse ten�a mucho que tentarlo a la autocomplacencia. Es una se�al de que el Se�or estaba con �l de que se aburre con mansedumbre, circunspecci�n y con una "represi�n sublime de s� mismo". Un hombre que es consciente de la aptitud para un gran puesto puede permitirse el lujo de esperar. Debe llegar a �l, si vive lo suficiente; y si no quiere vivir, �por qu� deber�a preocuparse por sus pocos a�os con una ambici�n ociosa? David ten�a algo mejor que tal conciencia; se sab�a ungido y ordenado por Dios para llenar un lugar eminente en su servicio. Es cierto que parece que no se ha dicho nada sobre la realeza en la unci�n privada en Bel�n; y el don de David de la canci�n sagrada parec�a se�alarlo como sucesor de Samuel en lugar de Sa�l. Pero los reyes, no los profetas, fueron ungidos; y la idea de ser rey, especialmente despu�s de la haza�a en Elah, debe haber pasado y pasado por la mente del joven h�roe. Sin embargo, porque cre�a en Dios, no se apresur�. Si el alto y peligroso asiento de un rey de Israel estaba destinado a �l, que venga; pero �l no lo agarrar�a, ni lo subir�a despojando a su primer ocupante. No se destronar�a a Sa�l ni se har�a deshonra a una cabeza que hab�a recibido una santa unci�n. Dios dar�a lo que quisiera, como y cuando lo creyera conveniente. Suficiente para que David act�e sabia y justamente en la estaci�n a la que fue asignado. Esto no fue fatalismo. La historia muestra que David utiliz� todos los esfuerzos legales (y algunos bastante cuestionables) para preservar su propia vida, y que no perdi� ninguna oportunidad de promover su inter�s p�blico. Estaba lejos de inferir que, como Dios le hab�a marcado un destino, no deb�a prestar atenci�n a su camino ni a su seguridad, porque Dios cumplir�a su propio prop�sito. Por el contrario, sab�a que el cumplimiento del destino debe ser a trav�s de su propia discreci�n, valor y aptitud demostrada para la dignidad real. Por lo tanto, si bien David no se abrir�a camino al trono de manera ambiciosa, tuvo cuidado de no hacer nada que hiciera imposible esa promoci�n. De hecho, David tom� el curso que se puede recomendar a cada joven que desee elevar la estima y la confianza de los dem�s. Hizo bien lo que se le dio que hacer. Se comport� sabiamente como juglar, como soldado, como pr�ncipe. El historiador marca los pasos de su avance "sabiamente", "muy sabiamente", "m�s sabiamente que todos los sirvientes de Sa�l" (1Sa 18:14, 1 Samuel 18:15, 1 Samuel 18:30 ) Si leemos "prosperado", "prosperado extremadamente", prosperado m�s, la lecci�n sigue siendo la misma. Se nos recuerda al joven Joseph, siempre pr�spero en la administraci�n, ya sea en la casa de Potifar, a cargo de la prisi�n o en el gobierno de Egipto. Fue porque el Se�or estaba con �l ( G�nesis 39:2, G�nesis 39:23). Sin embargo, la promoci�n de Jos� fue a trav�s de su discreci�n y fidelidad bien aprobadas que le ganaron cada vez m�s confianza (G�nesis 39: 1-23: 39-41). Entonces David prosper�; cada paso de su elevaci�n se destaca m�s claramente para ver su excelente combinaci�n de audacia y discreci�n, y su consecuente aptitud para elevarse a�n m�s, y ser el l�der y gobernante de todo Israel. �Feliz la naci�n donde tal aptitud demostrada cuenta para m�s que el nacimiento m�s alto o el mayor inter�s! Si la supervivencia del m�s apto es una regla en la naturaleza, la selecci�n del m�s apto es el verdadero principio para el servicio p�blico. No es que todos los que mantienen una posici�n inferior est�n en condiciones de mantener una posici�n m�s alta y ascender hacia lo m�s alto. Los hombres tienen su rango, m�s all� del cual se sienten inc�modos e incapaces. Pero esto es cierto, que los hombres que se ajustan a una posici�n de liderazgo revelar�n su capacidad mientras sirven en un lugar subordinado. Solo al juzgar esta cuenta no debe tomarse solo el poder del cerebro y el conocimiento adquirido, sino el car�cter y la influencia moral que el car�cter y la conducta dan. �No es sobre este principio que Dios promueve a los herederos de la gloria? Todos los que han recibido su gracia son ungidos; pero tienen que servir antes de gobernar, y ser probados en trabajos y paciencia antes de poder reinar con Cristo. �No ha ense�ado nuestro Salvador en par�bolas que su pueblo debe ser sirviente hasta que regrese, y que solo los sirvientes buenos y fieles deben entrar en el gozo de su Se�or? �No ha hablado San Pablo de la vida eterna como dada a aquellos "que con paciente perseverancia en el bien buscan la gloria, el honor y la inmortalidad"? Contempla el camino hacia "el honor que viene solo de Dios". Comp�rtate sabiamente en la esfera actual del deber. Hazlo bien y hazlo con paciencia. No haga que su avance en este mundo, o incluso en el mundo venidero, sea una cuesti�n de ansiedad apasionada. Fomenta y obedece el sentido del deber, atiende concienzudamente a las obligaciones de tu puesto actual, y no temas, pero el Se�or te dar� tanta elevaci�n como sea bueno para ti en este tiempo presente, y en la era por venir. porci�n con el Rey y con sus santos.

II LA IMPRESI�N QUE DAVID PRODUJO.

1. Sobre la gente. Estaban cautivados por su gallard�a y su discreci�n. Tanto en habilidad marcial como en administraci�n civil, super� a todos los hombres p�blicos de su pa�s, y se estaba convirtiendo r�pidamente en un �dolo popular. Es demasiado cierto que, a pesar de esto, Sa�l pudo llevarlo al exilio, y encontr� soldados suficientes para perseguirlo por su vida. El favor popular no lo protegi� de tal indignaci�n. Sin embargo, vale la pena se�alar dos hechos.

(1) Que David dio pruebas claras de un hombre que pod�a y, por lo tanto, tarde o temprano deber�a liderar a sus compatriotas. Esta pronta aprobaci�n de s� mismo a todos los observadores, sin embargo oscurecida o menospreciada durante los d�as de su persecuci�n, no fue olvidada por la gente y ayud� a su m�xima elevaci�n al trono.

(2) Que, aunque muchos se volvieron contra �l por orden de Sa�l, David desde este mismo momento atrajo a sus amigos que no lo abandonar�an, porque vieron en �l la esperanza de Israel; y, sigui�ndolo a las cuevas entre las rocas de Jud�, e incluso a la tierra de los filisteos, fueron los compa�eros, primero de su tribulaci�n, y luego de su reino y gloria.

2. Sobre el rey. El efecto del bien de David en Sa�l fue siniestro y vergonzoso. Los puntos buenos que una vez aparecieron en este hombre infeliz ahora se apartan de la vista, y los puntos negativos de su personaje salen con gran alivio bajo la influencia funesta de los celos. Cuando �l mismo era el �nico h�roe, y los ojos de todo Israel se volv�an hacia �l, pod�a ser amable e incluso humilde. Pero la elevaci�n lo hab�a enorgullecido; el poder lo hab�a hecho voluntarioso; y una mala conciencia lo hizo odiar y temer a un buen hacedor cerca del trono. Sinti� que este joven de Bel�n era mucho mejor hombre, y sospechaba que la naci�n tambi�n lo pensaba. La envidia complet� la ruina moral de Sa�l. A medida que el gusano busca la mejor fruta para comerse el coraz�n, la envidia se apodera de las mejores y m�s nobles personas para odiarlos y herirlos. Sigue pasos r�pidos hacia la lesi�n, incluso al asesinato. "Sa�l habl� a su hijo Jonat�n y a todos sus sirvientes para que mataran a David". �Oh, maldita envidia! �Oh horrible ingratitud! �Oh celos asquerosos y furiosos!

III. EL TRATAMIENTO DE JESUCRISTO ANUNCI�. El Hijo de David vivi� irrevocablemente, respondi� discretamente, se comport� sabiamente. La gente se reuni� con �l en multitudes, con ojos y o�dos de admiraci�n. Lo juzgaban digno de ser hecho su rey. Es cierto que la poblaci�n voluble particip� con sus gobernantes contra nuestro Se�or, as� como los volubles s�bditos de Sa�l participaron con �l contra el hijo de Jes�. Pero, en un caso como en el otro, algunos corazones son clave para el perseguido. Y como toda la malicia que persigui� a David fracas� en mantenerlo alejado del reino al que Dios lo hab�a destinado y para el cual Dios lo hab�a encajado, el rechazo, la traici�n y la crucifixi�n de Jes�s no pudieron alejarlo del trono muy por encima de todo principado. y poder que era suyo en virtud de un pacto eterno. Los gobernantes lo golpearon sin causa; su misma sabidur�a y bondad los irritaba, y juntos buscaron consejo sobre c�mo podr�an matarlo. Por envidia lo entregaron a juicio y exigieron que fuera crucificado. En el per�odo descrito en nuestro texto, una crisis hab�a llegado a Israel. Los hombres se vieron obligados a elegir entre Sa�l y David, porque eran contrarios el uno al otro, y no pod�an vivir en unidad. Sabemos qu� lado tom� un hombre como Doeg. Pero David ten�a sus amigos, que se atrevieron a todo en lugar de renunciar a su causa. Mejor, en su opini�n, ser exiliados y peregrinos con �l que permanecer con el malhumorado tirano de quien el Se�or hab�a partido. Entonces, en los d�as de su demostraci�n a Israel, muchos rechazaron a Jes�s, pero algunos le fueron clave. Mejor, en su opini�n, ser expulsado de las sinagogas, salir sin la puerta, con su reproche, que participar en el mundo que lo odiaba, especialmente con ese juda�smo duro y sombr�o del que el Se�or se hab�a apartado. La crisis contin�a. Ante todos los hombres, la alternativa radica: para Cristo o contra �l. Oh, recibe al que el mundo ha rechazado; dale tus corazones; identif�quense y as�ciense con el "Jes�s una vez despreciado" - F.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre 1 Samuel 18". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/1-samuel-18.html. 1897.
 
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