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Bible Commentaries
Ezequiel 12

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

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Versículos 1-28

EXPOSICI�N

Ezequiel 12:1

La palabra del Se�or, etc. Esta f�rmula, tan familiar en Isa�as y Jerem�as, aparece por primera vez en Ezequiel, pero aparece repetidamente despu�s, especialmente en este cap�tulo (vers�culos 8, 17, 21, 26. y nuevamente Ezequiel 13:1; Ezequiel 14:2, et al.). La ense�anza de "las visiones de Dios" cesa, y se reanuda la del mensaje directo o los actos simb�licos. En cada caso, el punto al que apuntaba era el mismo. A las personas que escucharon la una o vieron la otra se les deb�a ense�ar cu�n completamente infundada era la esperanza de que Jerusal�n pudiera resistir a sus enemigos. El intervalo entre los dos fue probablemente corto, y la nueva ense�anza, podemos conjeturar, tuvo su punto de partida en las profec�as de una r�pida liberaci�n que eran actuales tanto en Jerusal�n como entre los exiliados en Babilonia.

Ezequiel 12:2

Que tienen ojos para ver, etc. Observamos las palabras en su relaci�n, tanto para expresiones similares en el pasado ( Isa�as 6:9; Isa�as 42:20), como por el contempor�neo de Ezequiel (Jeremias 5:21), y en el futuro por nuestro Se�or ( Mateo 13:13), por San Juan ( Juan 12:40), y finalmente por San Pablo ( Hechos 28:27). El pensamiento y la frase eran naturalmente tan recurrentes como el hecho.

Ezequiel 12:3

Prepararte cosas para quitar, etc .; mejor, equipo para un viaje, con el pensamiento impl�cito de que es el viaje de alguien que se va al exilio. El "bolso y el equipaje", todos los art�culos para el hogar que un exiliado pod�a llevar consigo, deb�an llevarse a plena luz del d�a y apilarse frente a su puerta. Luego, en el crep�sculo (Versi�n revisada, en la oscuridad, y as� en Ezequiel 12:7, Ezequiel 12:12) deb�a salir, no por la puerta de su casa, sino rompiendo a trav�s del muro (con muros como los de Ezequiel 13:11 el proceso no ser�a dif�cil), como podr�a hacer un hombre que escapaba en secreto de una ciudad a trav�s de las puertas por las cuales no se atrev�a a pasar ( Ezequiel 12:5), y deb�a comenzar con sus art�culos de viaje sobre su hombro. Por �ltimo ( Ezequiel 12:6), como la caracter�stica m�s extra�a de todas, deb�a salir con la cara cubierta, como alguien que deseaba evitar el reconocimiento, como alguien que tampoco pod�a ver un paso antes. �l. Esto, se insin�a, asustar�a incluso a los m�s descuidados, y de esta manera se volver�a, como lo hab�a sido antes en actos simb�licos similares ( Ezequiel 4:1; Ezequiel 5:1.) , como Isa�as ( Isa�as 20:2) y Jerem�as (Jeremias 27:2) hab�an estado ante �l, una se�al a la casa de Israel.

Ezequiel 12:8, Ezequiel 12:9

Los mandamientos fueron obedecidos, y el profeta esper� la pr�xima inspiraci�n, la siguiente palabra del Se�or. Parecer�a como si �l mismo hubiera hecho lo que le dijeron que hiciera sin saber lo que significaba. No fue hasta que la noche pas� a la ma�ana que fue capaz de responder a la pregunta que los exiliados le preguntaron: �Qu� haces? Por fin lleg� la respuesta.

Ezequiel 12:10, Ezequiel 12:11

Esta carga concierne al pr�ncipe en Jerusal�n; literalmente, el pr�ncipe es esta carga en Jerusal�n. La palabra "carga", en el sentido de "profec�a", tan com�n en Isa�as y Jerem�as y otros profetas, como Oseas ( Oseas 8:10) y Nahum ( Nah�m 1:1), es usado por Ezequiel aqu� solo. Posiblemente, en general, lo evit�, ya que hab�a ca�do en el descr�dito por el uso constante de los falsos profetas (Jer 23: 1-40: 83-38), y prefer�a la f�rmula de "la palabra de Jehov�". Seg�n lo interpretado por Jeremias 39:4 y 2 Reyes 25:4, el "pr�ncipe" es Sedequ�as. Posiblemente Ezequiel evit� el t�tulo de "rey", ya que ve�a en �l a un gobernante de facto, pero no a un rey de jure. Los hechos relacionados en Jeremias 39:4 se corresponden exactamente con el acto simb�lico. Sedequ�as y sus hombres de guerra escapan de la ciudad de noche, "por el camino del jard�n del rey, por la puerta entre las dos paredes", probablemente lo suficiente con los rostros cubiertos, ya que David estaba en su fuga ( 2 Samuel 15:30), para evitar la detecci�n, o como un signo de duelo, y a trav�s de una salida reci�n hecha del palacio. El significado adicional de la cara cubierta se encuentra en el hecho de que Sedequ�as fue cegado en Riblah por las �rdenes de Nabucodonosor, y desde ese momento no pudo ver el terreno sobre el que pis�. Aquellos que ven en cada predicci�n del Antiguo Testamento nada m�s que una profec�a ex eventu deducen de esto que esta secci�n de Ezequiel fue escrita despu�s de la destrucci�n de Jerusal�n. No tomo esa opini�n, y la coloco en estrecha conexi�n con los cap�tulos anteriores. Notamos en el vers�culo 11 la peculiar frase, "Yo soy tu signo". Ezequiel, en lo que hace en presencia de los exiliados, est� imaginando lo que, en poco tiempo, suceder� en Jerusal�n. Deb�an salir al cautiverio como �l se hab�a ido. Para que eliminen, el Revisado. La versi�n da, ir�n al exilio.

Ezequiel 12:12

Para eso �l no ve, lee, con la Versi�n Revisada, porque no se ver�.

Ezequiel 12:13

Mi red tambi�n se extender�, etc. Compare la misma imagen en Lamentaciones 1:13. La predicci�n de Lamentaciones 1:12 se reitera con �nfasis. Sedequ�as estar� en Babilonia, pero no ver�. Josefo ('Ant.', 10. 7.2; 8.2) relata que Ezequiel envi� esta profec�a a Jerusal�n, y que Sedequ�as, encontrando una aparente discrepancia en las palabras de que no deber�a ver a Babilonia, y las de Jerem�as (Jeremias 32:4; Jeremias 34:3), se endureci� en su incredulidad. Sin embargo, no hay ninguna raz�n para suponer que Josefo ten�a acceso a otros registros que no fueran los libros de los dos profetas, y su narraci�n se parece m�s bien a una historia imaginada de lo que podr�a haber sido.

Ezequiel 12:14, Ezequiel 12:15

Y me dispersar�. La captura del rey ser�a seguida naturalmente por la dispersi�n de sus adherentes, algunos de los cuales caer�an por la espada, mientras que unos pocos (hebreos, hombres de n�mero, es decir, f�cilmente contables) escapar�an a alg�n pa�s vecino, donde podr�an esperar Para encontrar un refugio. All� tendr�an que contar su historia de verg�enza y dejar que los paganos supieran que Jehov� estaba castigando as� sus abominaciones (comp. Ezequiel 14:22, Ezequiel 14:23). La profec�a termina con la f�rmula familiar: Sabr�n que yo soy el Se�or.

Ezequiel 12:17

Las palabras de apertura, Los desgastados del Se�or vinieron a m�, implican un intervalo de pasividad y silencio. Un estallido de inspiraci�n consciente lleg� a su fin, y fue seguido, despu�s de un tiempo, por otro.

Ezequiel 12:18

Coma su pan con temblores, etc. No se debe poner especial �nfasis en el hecho de que solo se nombran pan y agua. El profeta no se detiene ahora en la escasez de alimentos en la ciudad sitiada, como lo hab�a hecho en Ezequiel 4:9, sino en el miedo y el terror que deber�an perseguir las vidas de los sitiados. Una vez m�s, apenas podemos dudar de que, como en Ezequiel 4:11, Ezequiel era una se�al para aquellos entre los que viv�a. Exteriormente y visiblemente se lo vio despu�s de su extra�o revoloteo, agazapado en un rinc�n, mientras uno persegu�a y tem�a perseguirlo, con cada mirada y gesto de terror extremo. Esta ser�a la porci�n de aquellos que escaparon y cuya vida se les "dio como presa". El extra�o acto deb�a explicarse a "la gente de la tierra", es decir, los exiliados entre los que viv�a Ezequiel. La predicci�n corta termina con la f�rmula habitual. Hay otro intervalo, y luego otra inspiraci�n.

Ezequiel 12:22

�Cu�l es ese proverbio, etc.? Las palabras indican c�mo se recibieron los mensajes anteriores. Al igual que los hombres de Jerusal�n, los exiliados no pod�an creer que el juicio estuviera tan cerca. Dijeron, en palabras que se hab�an vuelto proverbiales:

(1) Los d�as son prolongados. "Pasan mes tras mes" (es obvio que lo hab�an pasado desde que Ezequiel comenz� su trabajo), "y sin embargo no llega el final". Tal a lo largo de la historia del mundo ha sido el grito de los de poca o ninguna fe ( Am�s 6:3; Isa�as 5:19; Jeremias 17:15; Mateo 24:48; 2 Pedro 3:4).

(2) Toda visi�n falla. "El profeta es un so�ador de sue�os. Hemos escuchado muchas de esas visiones, pero a�n as� todas las cosas contin�an como estaban".

Ezequiel 12:23

El profeta se encuentra con el proverbio actual con un proverbio propio: "Los d�as no est�n lejos, pero se han acercado". Compare el lenguaje del Bautista ( Mateo 3:2), de nuestro Se�or ( Mateo 4:17), de San Pablo ( Romanos 13:11). Para el verdadero profeta siempre hay un cumplimiento cercano, aunque tambi�n puede haber una realidad �ltima y m�s completa de la cual esa es la promesa y la seriedad. La "visi�n" no fallar�; cada palabra (as� en el hebreo) se har� realidad.

Ezequiel 12:24

Adivinaci�n halagadora. La palabra es la misma que las "cosas suaves" de Isa�as 30:10, los "labios halagadores" de Salmo 12:2, Salmo 12:3. LXX ???????????? ?? ???? ?????; Vulgata, ambigua. Las "adivinaciones" (la palabra hebrea se encuentra solo aqu� y en Ezequiel 13:7, aunque las palabras afines se encuentran en otros lugares) se describen as�, no sin un toque de desprecio en el uso de una palabra que no se aplica a la declaraci�n de los verdaderos profetas, porque prometieron una pronta liberaci�n, incluso dentro de "dos a�os completos" (Jeremias 28:3).

Ezequiel 12:25

El pensamiento del vers�culo 93 se reitera con �nfasis. La casa rebelde, ya sea en Tel-Abib o en Jerusal�n (probablemente la palabra se usa con referencia especial a la primera), deber�a ver cumplida la palabra de Jehov� en sus propios d�as. Uno nota c�mo el profeta se detiene en la palabra prolongada, como si eso hubiera despertado especialmente su indignaci�n. As� que de nuevo

Ezequiel 12:26, Ezequiel 12:27

Las palabras implican otro intervalo de silencio, meditaci�n y luego una nueva expresi�n con el mismo efecto que antes. En este caso ( Ezequiel 12:27) rastreamos una ligera modificaci�n en el lenguaje de los opositores. Reconocen a Ezequiel como vidente y como profeta. No dicen que su visi�n "fracasa". Se contentan con lanzar el cumplimiento al futuro lejano. Su pensamiento es el del proverbio que se ha atribuido a m�s de un rey o estadista, Apres moi le deluge. Para ellos, su respuesta es casi en los mismos t�rminos que antes. Todav�a insistiendo en la palabra ofensiva, les dice que nada de lo que ha dicho ser� "prolongado". La destrucci�n del templo y la ciudad santa, la partida de la Presencia Divina del santuario, estos ya estaban a una distancia medible

HOMIL�TICA.

Ezequiel 12:2

Ojos ciegos y o�dos sordos.

I. TODOS LOS HOMBRES TIENEN ORGANOS PARA PERCIBIR LA VERDAD ESPIRITUAL. Estos jud�os ciegos tienen ojos y los sordos tienen o�dos. Ninguna clase est� deformada o mutilada con respecto a sus �rganos sensoriales. Aqu� est� la paradoja, la situaci�n sorprendente. Son los hombres con ojos y o�dos los que son ciegos y sordos. No es de extra�ar que los animales inferiores vivan sin la religi�n del hombre en una vida de apetito brutal. Pero es sorprendente que los seres dotados de facultades superiores se degraden a tal vida. La experiencia de la vida puede demostrar que este es el caso de los m�s duros e ignorantes.

1. El pecador m�s brutalizado fue una vez un ni�o. Luego tuvo la asombrosa visi�n de la verdad del ni�o con los ojos abiertos.

2. Los m�s degradados han sido restaurados. Entonces la facultad de percepci�n espiritual ha sido despertada. Esto prueba que solo estaba inactivo, no ausente.

3. Incluso en condiciones de indiferencia, puede despertarse un alma degradada y muerta. El arco dibujado en una aventura puede enviar una flecha a una uni�n de la armadura del pensamiento mundano y encontrar la sensibilidad natural debajo.

II ALGUNOS HOMBRES HAN PERDIDO EL PODER. DE PERCIBIR LA VERDAD ESPIRITUAL. Sus ojos son ciegos y sus o�dos sordos. Esto no significa simplemente que no tienen los dones a los que Joel se refiri� ( Joel 2:28). Significa que no perciben la verdad que les han declarado los mensajeros de Dios.

1. Las palabras pronunciadas no son escuchadas. Son un mero sonido. Inmediatamente se les dice al o�do una avalancha de pensamientos antip�ticos que los arrastra. Es como sembrar en el camino. La semilla es pisoteada bajo los pies.

2. Si se atienden las palabras, no se comprende su significado personal. Son meras ideas no realizadas. No se siente que tengan ninguna relaci�n con la vida. Por lo tanto, un erudito b�blico puede estar ciego a la verdad de Dios.

III. Este estado de ceguera espiritual y sordera es causado por el pecado. La gente es "una casa rebelde" y, por lo tanto, no pueden percibir el mensaje Divino. Hemos encontrado una de las peores consecuencias del pecado. Aten�a el alma contra su propia culpa y contra los mensajes de Dios al pecador. Esto es muy diferente de la dulzura intelectual. La voluntad de Dios es tan revelada que "el hombre viajero, aunque tonto, no puede equivocarse en ella". De hecho, la mera perspicacia intelectual hace muy poco para ayudarnos a percibir la verdad espiritual y moral. Dios ha ocultado a los "sabios y prudentes" lo que ha revelado a los "beb�s y lactantes". La predicaci�n de la cruz de Cristo es una tonter�a para muchos de los sabios del mundo ( 1 Corintios 1:18, 1 Corintios 1:19), porque no tienen simpat�a espiritual con ella ( 1 Corintios 2:14). Tenga en cuenta el cegamiento y el ensordecimiento que a veces se atribuyen a Dios (por ejemplo, Isa�as 6:9, Isa�as 6:10), porque es el abuso de la acci�n de Dios lo que lleva a tal condici�n, y porque es una condici�n del juicio divino: aqu� volvemos a la culpa del hombre.

IV. Dios no descuida a los ciegos y sordos. Su estado es de culpabilidad, porque lo trajeron sobre s� mismos, y tambi�n de peligro. Pero no se quedan solos en �l. Ezequiel debe proceder a una acci�n m�s simple y llamativa, para extorsionar la atenci�n de los indiferentes. Debemos sacudir al durmiente cuando su casa est� en llamas. Queremos m�s predicaci�n entusiasta. Dios se compadece de los ciegos y sordos, y es seg�n su misericordia que se debe hacer todo lo posible para llegar a ellos. Cristo da nueva vista y o�do ( Lucas 4:18).

Ezequiel 12:11

Ense�ando con el ejemplo.

Los jud�os hab�an descuidado las palabras de Ezequiel; el profeta ahora debe intentar despertarlos con un m�todo nuevo, con una acci�n ilustrativa. No asistir�an cuando les dijera que el problema estaba acu�ando; ahora debe realizar ante sus ojos una acci�n ilustrativa de ese problema. Los habitantes de Jerusal�n se negaron a admitir que ser�n enviados al cautiverio, y parecer�a que sus amigos en cautiverio simpatizaban con ellos a este respecto y pod�an comunicarse con ellos. Entonces Ezequiel empaca sus bienes y retira su casa, como una se�al de la pr�xima expulsi�n de los jud�os al cautiverio. Este es el m�todo m�s efectivo de ense�anza.

I. POR QU� LA ENSE�ANZA POR EJEMPLO ES EFECTIVA.

1. Es l�cido. Los hechos son m�s visibles que las palabras. Los hombres de varios idiomas pueden entender los mismos hechos. Los contornos audaces de un evento se captan m�s f�cilmente que los sonidos flotantes del habla.

2. Es impresionante. Lo que vemos con nuestros propios ojos nos sorprende m�s que lo que nos informan los dem�s. Los mayores hechos registrados en la historia no nos producen tanta impresi�n como las cosas mucho m�s peque�as con las que hemos tenido contacto personal; pero esos hechos hist�ricos son mucho m�s interesantes que los principios filos�ficos abstractos.

3. Es sugerente. Los hechos son m�s elocuentes que las palabras. Son de muchos lados, y todas las caras; es capaz de reflejar algo de verdad. Tito, la misma ilustraci�n puede transmitir varios aspectos de la verdad a diferentes personas.

4. Es duradero. El recuerdo de los eventos permanece cuando el de las palabras se ha desvanecido. Nada muere tan r�pido como la influencia de un orador. Los hechos viven para siempre, mientras que las palabras de predicaci�n desaparecen casi tan pronto como se pronuncian.

II LO QUE ENSE�AN POR EJEMPLO ES M�S EFECTIVO.

1. Lo que es humano. Podemos tomar ilustraciones de la naturaleza y leer "sermones en piedras, libros en los arroyos y buenos en todo"; pero la vida humana es m�s tranquila de instrucci�n: m�s l�cida, impresionante, sugerente y duradera en sus lecciones. De ah� el valor inestimable de la biograf�a honesta.

2. Lo que es personal para el maestro. Es bueno poder se�alar grandes ejemplos en la historia. Pero cuando el predicador mismo hace algo sorprendente, su influencia es mucho mayor. Ezequiel fue �l mismo para eliminar en la ilustraci�n del cautiverio. Podemos ense�ar mejor por nuestras vidas.

3. Lo que implica sacrificio propio. La acci�n de Ezequiel fue de problemas y disgusto. Si nuestro mensaje nos cuesta poco, puede ser ligeramente estimado. Nada es tan impresionante como la evidencia del dolor y el costo en el esfuerzo por iluminar a los dem�s. La abnegaci�n es la m�s elocuente de las influencias persuasivas. El que se pone as� en problemas prueba su sinceridad e impresiona a sus vecinos con su propia seriedad y con el peso correspondiente de su mensaje.

Nota: Todo esto puede ilustrarse perfectamente del evangelio de Cristo. Aqu� nos ense�an los hechos de la vida, muerte y resurrecci�n de Cristo. Esos hechos se ven en la historia personal de nuestro gran Maestro, y principalmente en su sacrificio de s� mismo por la verdad y en beneficio del mundo.

Ezequiel 12:13

La red de Dios

I. DIOS EXPANDE UNA RED.

1. Dios no dejar� libres a los culpables. Tienen un tiempo de libertad, pero habr� un l�mite para esto. Aunque tienen una larga correa, alg�n d�a se llegar� a su fin. Se da libertad para permitir un margen de elecci�n. Si se abusa del poder de elecci�n, se retirar� la libertad.

2. Dios emplea medios para restringir la libertad de los hombres malos. No los agarra con la mano; �l usa una red. En el presente caso, la red era Nabucodonosor. Ese monarca pagano no sab�a que era un mero instrumento en la mano de Dios; sin embargo, Dios lo sostuvo tan completamente a este respecto que llam� al hombre "mi siervo Nabucodonosor" (Jeremias 25:9). As�, Dios anula los movimientos de los reyes.

3. Estos medios pueden no ser percibidos por las v�ctimas infelices. La red es una trampa, y "en vano es una trampa extendida a la vista de cualquier lazo". No debemos suponer que Dios realmente enga�a a sus hijos. Los jud�os hab�an sido advertidos. Pero sus ojos estaban ciegos y sus o�dos sordos ( Ezequiel 12:2). El peligro no es menos porque los hombres no lo perciben. Justo cuando un hombre se jacta de su mayor triunfo, las mallas de un juicio Divino pueden estar uni�ndose sobre su vida condenada.

II DIOS ENSNAR� EN SU RED TODO LO QUE HAGA.

1. Dise�a la red para personas particulares. En el verso que tenemos ante nosotros se extiende para un hombre. No hay ning�n elemento de azar en los juicios del cielo. Dios considera el caso de cada alma y act�a en consecuencia.

2. Todos los hombres atrapados en la red de Dios son pecadores. No tiene terrores por el bien. No es como el tentador, que atrapa a los hombres en el mal. Todo hombre que est� atrapado en la red de juicio de Dios ha sido atrapado primero en la red de pecado del diablo.

3. Los m�s grandes no est�n fuera del alcance de esta red. En el presente caso, la red se extiende expresamente para atrapar a no menos persona que Sedequ�as, el Rey de Jerusal�n. Las almenas masivas y las filas serias de un poderoso ej�rcito no pueden evitar el enredo invisible de la red de juicio.

III. NO HAY MEDIOS A TIERRA DE ESCAPAR DE LA RED DE DIOS. Sus hilos pueden estar bien como gasa, pero son fuertes como el acero. Sedequ�as deb�a ser llevado en la trampa, y llevado a Babilonia en un estado tan indefenso que ni siquiera ver�a el lugar, porque, como el evento prob�, sus ojos deb�an ser apagados. El rey huy� de noche de Jerusal�n, pero fue capturado por los caldeos cerca de Jeric�. Mientras "las estrellas en su curso luchaban contra S�sara", el curso de ej�rcitos y naciones se volvi� contra los jud�os culpables y su rey malvado. No hay esperanza para los impenitentes.

IV. CRISTO HA EXTENDIDO UNA NUEVA RED DE SALVACI�N. Les dijo a sus ap�stoles que deber�an ser pescadores de hombres ( Mateo 4:19), y compar� el reino de los cielos con una red de arrastre ( Mateo 13:47). La �nica forma de escapar de la horrible red de juicio es permitirse ser tomado en la red salvadora del evangelio.

Ezequiel 12:18

Temor.

Ezequiel, de conformidad con su nuevo y desesperado m�todo de despertar a los jud�os descuidados, ahora es dramatizar el miedo en su propia persona y acci�n, como una se�al del terror que se apoderar� de los habitantes de Jerusal�n en los d�as de su derrocamiento.

I. EL MIEDO SE PRODUCE POR CAUSAS MALAS. El alma sana e inocente en circunstancias saludables no deber�a conocer el miedo. Observe algunas de las causas del miedo.

1. La ignorancia. "El miedo siempre surge de la ignorancia", dice Emerson. Hay una sensaci�n de lo misterioso e incierto al respecto. Cuando percibimos una calamidad inminente, podemos evitarla y sentir la angustia m�s aguda; pero la peculiar agon�a del miedo se relaciona en la oscuridad del futuro. Esto, por supuesto, no implica nada moralmente defectuoso, ya que estamos necesariamente limitados. Los miedos infantiles naturalmente persiguen la ignorancia infantil. Pero aunque no es moralmente incorrecto, excepto en el descuidado y voluntarioso, la ignorancia es una circunstancia malvada para ser conquistada.

2. Debilidad. Hay una debilidad nerviosa que pertenece a la condici�n corporal de uno, por lo que algunos son constitucionalmente t�midos. Pero el peor temor surge de la cobard�a, es decir, de una laxitud culpable de fibra moral.

3. La culpa. El miedo sigui� a la ca�da. "Los imp�os huyen cuando nadie los persigue". Sabemos que merecemos estar enfermos; por lo tanto no podemos sorprendernos si vamos a recibirlo. Esta es una concepci�n intelectual; pero el efecto moral del pecado es m�s fuerte. El hombre que es consciente de su pecado se siente avergonzado, herido de impotencia; y los cielos recogen nubes de tormenta negras sobre su cabeza.

II EL MIEDO ES DOLOROSO.

1. Es uno de los elementos m�s dolorosos del castigo. El asesino sufre infinitamente m�s agon�a en la celda condenada de lo que puede sentir en la horca. "Me temo que hay una sola cosa", dice Montaigne, "y es el miedo".

2. El miedo es una causa de desastre. "El enemigo m�s valiente del coraje", dice George Macdonald, "es el miedo en s� mismo, no el objeto del mismo; y el hombre que puede superar su propio terror es un h�roe y m�s". Estamos paralizados por el miedo. Como en los sue�os, las extremidades son pesadas, como el plomo, cuando se acerca un terror, as� que en la vida de vigilia encontramos que el terror que amenaza nos fascina a la impotencia.

3. Peor que todo esto, el miedo es moralmente degradante. "El miedo es cruel y cruel", dice Emerson. Es una pasi�n ego�sta, y disminuye todo nuestro tono y car�cter.

III. El miedo puede ser conquistado por la fe. La valent�a constitucional excluir� la posibilidad del miedo. "�Temor!" exclam� el h�roe Nelson, cuando era solo un ni�o, a su abuela, quien le hab�a preguntado si no hab�a encontrado el miedo cuando se hab�a perdido, "�c�mo es eso? Nunca lo he visto". Tal incapacidad para el miedo es una dotaci�n natural espl�ndida, pero no tiene el car�cter moral de la victoria sobre el miedo en aquellos que son capaces de sufrir. El verdadero ant�doto contra el miedo es la fe. No podemos saberlo todo, y as� disipar la ignorancia de la que brota el miedo; ni podemos crear en nosotros la fuerza de un h�roe por un simple acto de voluntad; ni podemos negar o repudiar nuestra culpa. Pero podemos confiar en la protecci�n de Dios en la oscuridad, apoyarnos en su fuerza en la hora de la necesidad y confiar en su perd�n cuando nos arrepentimos del pecado y nos volvemos a la gracia de Cristo. Entonces el m�s d�bil puede decir: "Cuando soy d�bil, entonces soy fuerte"; "Ir� en la fuerza del Se�or Dios". Adem�s, la obra de fe se completar� con amor, porque "el amor perfecto expulsa el miedo".

Ezequiel 12:22, Ezequiel 12:23

Un proverbio sin valor.

Ezequiel cita un proverbio con el que los jud�os se est�n consolando, y les dice que no se puede confiar en �l.

I. UN PROVERBIO SE ACEPTA F�CILMENTE.

1. Su aptitud de expresi�n nos atrae. Somos tomados por pulcritud de frase. Una mentira puede expresarse h�bilmente, y una gran falacia puede parecernos particularmente bien expresada. As�, la forma disfraza la sustancia.

2. Su amplio uso nos saca de guardia. Lo consideramos como una encarnaci�n de "la sabidur�a de los muchos". Lo que dice "todos" se da por sentado como cierto. Al pasar libremente por el comercio conversacional, apenas se plantea la cuesti�n de la solidez de un proverbio familiar.

3. Su antig�edad lo hace venerable. Se supone que los proverbios contienen "la sabidur�a de los antiguos".

II UN PROVERBIO PUEDE SER FALSO.

1. La aptitud de expresi�n no es garant�a de verdad. Esto es solo una cuesti�n de forma. Seguramente Descartes cometi� un error al afirmar que ver un pensamiento claramente era equivalente a asegurar la verdad del mismo. La lucidez de la expresi�n puede cubrir la falsedad de la idea.

2. La masa de hombres puede estar en error. La voz del pueblo no es siempre la voz de Dios. Cuando un prejuicio com�n se apodera de muchas mentes, es probable que todas sean enga�adas en un error com�n.

3. La veneraci�n de un proverbio no garantiza su verdad. Se olvida que, como nos dice Bacon, somos los antiguos, y aquellos que vivieron en los primeros d�as pertenecen a la infancia de la raza. En igualdad de condiciones, el �ltimo dicho deber�a ser el m�s verdadero. Ciertamente, no se debe establecer ninguna prima en el conocimiento de la antig�edad.

III. UN PROVERBIO PUEDE SER MAL APLICADO. Este fue el caso de los jud�os a quienes Ezequiel se refiri�. Citaron un proverbio que revela una visi�n sorprendente de una caracter�stica notable de la profec�a hebrea que hasta hace poco se hab�a perdido de vista. El profeta ve el futuro como si estuviera presente, y lo describe de tal manera que sugiere a muchos que est� m�s cerca de lo que parece estar. Hay poca perspectiva en la profec�a. Su horizonte a menudo parece moverse ante nosotros a medida que sus predicciones se traducen en hechos de la historia. Pero este no es siempre el caso, ni el aplazamiento del cumplimiento significa que nunca llegar�. En el presente caso, el proverbio de aplazamiento fue mal aplicado, porque el cumplimiento estaba al alcance de la mano. Aqu� est� el peligro de las frases generales. Cierto en un conjunto de circunstancias, pueden ser completamente falsas en otra aplicaci�n.

IV. SE DEBE PROBAR UN PROVERBIO. Deber�amos tratar nuestros proverbios como monedas inciertas y hacerlos sonar antes de usarlos. Entonces descubriremos que no pocos son tan b�sicos como los soberanos de Hannover. Hay una especie de ortodoxia proverbial construida a partir de frases teol�gicas establecidas que no tiene otro sello que el del uso de los predicadores. La lealtad a la verdad nos obliga a someter las monedas de esta religi�n a la prueba de las Escrituras, la conciencia y la experiencia. Las expresiones proverbiales m�s peligrosas son aquellas que nos halagan. Con los jud�os, el proverbio favorito era uno que pospuso la perspectiva del mal d�a y arroj� dudas sobre el mensaje Divino. La incredulidad c�nica est� llena de garant�as de venta. Pero no es seguro confiar en �l simplemente porque puede ser inteligente o frecuente. Cada idea que niega la palabra Divina seguramente resultar� enga�osa.

Ezequiel 12:24

El fin de los delirios.

Los jud�os ten�an cerveza enga��ndose a s� mismos con un proverbio falso, o en todo caso, con un proverbio aplicado falsamente (ver Ezequiel 12:22). Ezequiel les dice que tales errores y aquellos de adivinaci�n halagadora cesar�n. Debe haber un fin al error.

I. LOS DELIROS GANAN UN TRIUNFO TEMPORAL. El falso profeta tiene su d�a de �xito. Los errores halagadores ganan f�cilmente su popularidad. La historia del pensamiento se compone principalmente de la historia de los errores: su g�nesis, crecimiento, prevalencia, triunfo y decadencia. Este hecho deber�a protegernos de aceptar cualquier motivo solo porque resulta triunfante. Hay modas en filosof�a y teolog�a. Pero la verdad es eterna y permanente, y por lo tanto es simplemente una tonter�a aceptar las ideas que est�n en boga en nuestro propio tiempo sin m�s preguntas.

II EL TRIUNFO DE LOS ENGA�OS ES FRUTO. El error es siempre est�ril de cualquier resultado s�lido. Es oscuridad, muerte, negaci�n. Incluso cuando est� en la cima de la prosperidad, es como una burbuja; No tiene sustancia. Lleg� un momento en que la vana visi�n y la halagadora adivinaci�n de los jud�os deb�an ponerse a prueba en el asedio de Jerusal�n. En este momento de prueba se descubri� que eran completamente in�tiles. Este es el defecto fatal de una idea falsa. Podemos apreciarlo por mucho tiempo hasta que necesitemos usarlo. Pero directamente lo ponemos en pr�ctica se desmorona.

III. EL PROBLEMA EXPONE ENGA�OS. Mientras Jerusal�n prosperara, las vanas visiones continuar�an y la adivinaci�n halagadora se practicar�a sin interrupci�n. Fue el toque de problemas reales lo que rompi� la burbuja. Muchas almas c�modas est�n viviendo en el para�so de los tontos o en un error grave sin miedo ni dolor hasta que llegue una verdadera adversidad. Entonces, la absoluta ilusi�n de las nociones admiradas se revela repentinamente con asombro asombroso. Si somos capaces de aferrarnos a las nociones fatales hasta el final de la vida, descubriremos por fin que no son m�s que tablas podridas, que se romper�n cuando intentemos flotar en ellas, las fr�as aguas de la muerte.

IV. LA EXPOSICI�N A LOS DELIRIOS ES UNA BENDICI�N. Naturalmente, primero golpea a los indefensos con consternaci�n como una pura calamidad. �Por qu� no se les deber�a permitir so�ar sus vidas en una cama de rosas aunque el volc�n deber�a estar durmiendo debajo? Porque incluso aparte de las consecuencias, la verdad es sumamente deseable, y el error es algo malo. Deber�amos estar agradecidos por un proceso doloroso que nos lleva de la oscuridad a la luz. Pero no es necesario que esperemos el alarmante despertar. La revelaci�n de Dios en Cristo y las verdades de inspiraci�n nos acompa�an para evitarnos el terrible m�todo de liberaci�n del error y para sacarnos de la oscuridad a la luz de Cristo.

HOMILIAS POR J.R. THOMSON

Ezequiel 12:3

La esperanza se mezclaba con el miedo.

Si tenemos en cuenta que este lenguaje fue empleado por el Se�or para dirigir a Ezequiel a tratar con la casa de Israel, veremos qu� luz arroja sobre la libertad y la responsabilidad humana. El profeta deb�a hacer uso de ciertos medios simb�licos con el fin de despertar a sus compatriotas a una sensaci�n de peligro, y de inducirlos a arrepentirse y volverse al Se�or. Ahora, creyendo en la omnisciencia divina y el conocimiento previo, no podemos dejar de estar seguros de que el Eterno previ� cu�l ser�a el resultado de la apelaci�n que deb�a hacerse. Sin embargo, la mentira le habl� al profeta como si ese resultado fuera incierto. "Puede ser que lo consideren, aunque sean una casa rebelde". Ezequiel no sab�a ni pod�a saber cu�l ser�a el problema de este ministerio con el que se le hab�a confiado; y deb�a hacer su trabajo de una manera perfectamente natural y humana, actuar como creyente en la libertad de aquellos a quienes fue enviado, y como dejar la responsabilidad completamente con ellos. Experiment� en su mente un conflicto de emociones; la esperanza se mezclaba con el miedo.

I. UNA EXPECTATIVA NATURAL ENCONTRADA A LA EXPERIENCIA. Ezequiel sab�a que fue enviado a "una casa rebelde", a "un pueblo r�gido"; no podr�a ser ciego al car�cter y la disposici�n de aquellos a quienes conoc�a tan bien. Cada heraldo y mensajero de Dios a veces se env�a a los incr�dulos, los de coraz�n duro, los aparentemente imposibles de impresionar. Tales personajes a menudo se han puesto en contacto con la Palabra Divina, y con tanta frecuencia la han rechazado. A juzgar solo por la experiencia, �c�mo puede un siervo de Dios llegar a eso, llev�ndose consigo un nuevo mensaje, o el viejo mensaje con nuevos argumentos y persuasiones para imponerlo, sin algo de des�nimo, algo de presentimiento? No es posible. Los h�bitos se confirman a medida que pasan los d�as y los a�os; Es probable que el coraz�n duro se vuelva m�s duro en lugar de m�s blando. Solo el martillo puede romperse, solo el fuego puede derretirlo.

II UNA ESPERANZA CONTRARIA RESTANTE DE BENEVOLENCIA. La bondad divina se dirige a los rebeldes e impenitentes una vez m�s. "Puede que lo consideren". Si este punto de vista es posible para Dios, seguramente es posible para el mensajero humano de Dios. �l sabe, quiz�s, que su propia ignorancia ha sido instruida, su propia obstinaci�n se ha derretido; y espera que en esto la experiencia de otros se parezca a la suya. Si los hombres lo consideran, la consideraci�n puede conducir al arrepentimiento. �Y por qu� no deber�an considerarlo? �No es el mensaje de Dios un mensaje que merece atenci�n seria y paciente? La buena voluntad que el siervo del Se�or tiene hacia sus semejantes le proh�be desesperarse de su salvaci�n, abandonar el trabajo en su nombre.

III. LOS MEDIOS NOMBRADOS QUE HAN SIDO UTILIZADOS POR EL MENSAJERO DE DIOS, LA RESPONSABILIDAD DEBE DEJARSE CON LOS DIRIGIDOS EN EL NOMBRE DE DIOS. El heraldo de Dios entrega su mensaje, presenta las ofertas y los requisitos de la autoridad divina; lo hace con una mezcla de miedo y esperanza; y �l no puede hacer m�s. El registro siempre ha sido similar al del ministerio de Pablo en Roma: "Algunos creyeron y otros no". El ministro de Cristo predica el evangelio, ya sea que los hombres escuchen o no. �l entrega su alma. No puede ordenar resultados. Simplemente puede repetir la advertencia de su Maestro: "�Presta atenci�n a c�mo oyes!" Y es bueno que no deba cumplir su ministerio en un esp�ritu de des�nimo y des�nimo. De hecho, debe enfrentar la posibilidad de que aquellos cuyo bienestar busca se nieguen a considerar; son agentes libres, y las voces competidoras del mundo son poderosas, atractivas. Sin embargo, no debe olvidar que pueden considerar; y si solo ceder�n hasta ahora, �l puede esperar razonablemente que la consideraci�n conduzca al arrepentimiento y a la vida eterna.

Ezequiel 12:18

Temblando anticipaciones.

Con frecuencia, el ministerio de Ezequiel era un ministerio de simbolismo y de lenguaje. Muy pict�rico y efectivo deben algunas de las acciones prescritas del profeta haber aparecido a quienes las presenciaron. En la ocasi�n mencionada en este pasaje, comi� su pan y bebi� su agua con temblor, cuidado y asombro. Ahora, en casos ordinarios, las comidas diarias son compartidas por hombres buenos con alegr�a y gratitud. El cambio de la conducta habitual de Ezequiel a la evidente en esta ocasi�n ciertamente debe haber despertado por parte de sus compa�eros, no un poco de curiosidad e investigaci�n. Hab�a un significado t�pico en �l, que �l mismo estaba listo para explicar. Hay momentos en que la anticipaci�n del mal est� justificada, cuando su ausencia no es razonable. Los terrores, las privaciones y los sufrimientos del pr�ximo asedio de Jerusal�n fueron representados de antemano por el actium simb�lico y figurativo del profeta.

I. LA OCASI�N DE ESTOS TREMBLES DE ANIMALES. Fueron los habitantes de Jerusal�n y la tierra de Israel quienes estaban a punto de sufrir. Y sus sufrimientos fueron la justa recompensa de su infidelidad y rebeld�a. Las amenazas y advertencias no se hab�an librado. El profeta al menos cre�a que estas amenazas no eran vac�as y vanas, que se acercaba el d�a en que deber�an cumplirse. El asedio de la ciudad rebelde estaba cerca.

II EL CAR�CTER SIMP�TICO DE ESTOS TREMBLING FOREBODINGS. Como un verdadero ministro de Dios, Ezequiel pens� y sinti� menos por s� mismo que por su pueblo. No ten�a personalmente ning�n motivo especial para alarmarse. En lo que respecta a su propia seguridad, no hab�a ninguna raz�n por la que deber�a apreciar las anticipaciones del mal. Pero en su propia mente se identific� con Jerusal�n, con Israel. No pod�a separarse y aislarse de aquellos a quienes estaba vinculado por lazos de parentesco y de endeudamiento com�n con el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Si su pueblo sufriera, �l sufrir�a con ellos. Incluso si mostraran una indiferencia pecaminosa hacia su estado y perspectivas, �l apreciar�a una sensibilidad justa. Si se acercara el desastre, no se contentar�a con garantizar su propia seguridad y considerar su destino con despiadada preocupaci�n.

III. LA INTENCI�N DE ESTOS TREMBLES DE ANIMALES. Ezequiel no fue un mero profeta del mal. No se concibi� a s� mismo para haber cumplido su misi�n de predecir el mal venidero y luego abandonar a la gente a las consecuencias de su pecado. Les advirti� con la esperanza de que se beneficiar�an con su advertencia, se apartar�an de sus malos caminos y buscar�an que se pudiera evitar el desastre nacional o, en todo caso, con la esperanza de que los individuos se arrepientan y huyan de la ira venidera. Su misi�n fue de benevolencia.

IV. LA JUSTIFICACI�N DE ESTOS TREMBLES DE LAS EXPEDIENTES. El asedio que Ezequiel predijo sucedi�; la gente, en la hambruna que sigui�, comi� su pan con cuidado y bebi� el agua con asombro; Las ciudades fueron arrasadas, y la tierra se convirti� en una desolaci�n. Todas las predicciones del profeta del Se�or fueron verificadas. Se demostr� que la falsa seguridad del pueblo era falsa e infundada; su esperanza de inmunidad de juicio se vio frustrada. El justo juicio de Dios fue vindicado, y eso de la manera m�s horrible.

V. EL PROBLEMA DEFINITIVO DE ESTOS TREMBLES DE LOS EXTRANJEROS. El miedo al profeta, la calamidad y el terror que sobrecogieron al pueblo, ten�an un final moral, religioso, que en gran medida estaba asegurado. La autoridad del Dios de Israel fue afirmada. La vanidad de la rebeli�n contra �l se demostr�. La atenci�n de todos los interesados ??se dirigi� a los principios de la verdadera religi�n como fundamento tanto del bienestar nacional como del individual. "Sabr�n que yo soy el Se�or" - T.

Ezequiel 12:22

El proverbio humano y lo Divino.

Los proverbios nacionales encarnan el pensamiento nacional, los sentimientos nacionales, los h�bitos nacionales. A veces transmiten consejos de sabidur�a. Pero a veces son superficiales y casi no tienen valor. Como en el caso aqu� registrado, dichos dichos fr�volos y enga�osos deben ser reemplazados y sustituidos por los dictados de la inspiraci�n, de la sabidur�a infalible y de la verdad eterna.

I. UN PROVERBIO ESPEC�FICO DE LA SABIDUR�A HUMANA.

1. Su importaci�n. Esto era doble: afirmaba el aplazamiento indefinido del juicio justo y el fracaso de la profec�a autorizada. Sin duda la retribuci�n fue diferida; pero esto, que era una se�al de tolerancia divina, se interpret� como una prueba de que no hab�a juicio, ni en la tierra ni en el cielo. Sin duda, las advertencias se pronunciaron mucho antes de que la calamidad alcanzara a la gente; y, en consecuencia, los amenazados, los incr�dulos, en lugar de aprovechar la oportunidad de arrepentirse y reformarse, abusaron de ella para su propia condena.

2. Su plausibilidad. Se describe como una "adivinaci�n halagadora"; porque ten�a la intenci�n de encajar y alentar el descuido, la impenitencia y la falta de espiritualidad de los hombres.

3. Su ilusi�n. Los oponentes del profeta inspirado no ten�an m�s que una "visi�n vana" de la que jactarse. El tiempo desenmascara todas las apariencias falsas y enga�osas; en poco tiempo se vio que la sabidur�a proverbial de los impenitentes era completamente infundada, de hecho no era m�s que una locura.

II UNA DECLARACI�N VERACIOSA DE CONSEJOS DIVINOS. I. El proverbio que deshonra a Dios es expuesto y refutado. "Har� que este proverbio cese". Los eventos deber�an hacer que su moneda sea imposible. Hay un poder destructivo en la verdad: rompe las ilusiones en pedazos. Grandes palabras hinchadas de vanidad colapsan cuando se encuentran con las expresiones simples pero autoritarias de la verdad Divina.

2. Se establece la veracidad de los profetas del Se�or. Cada palabra se cumple. Los eventos m�s improbables suceden de acuerdo con el enunciado prof�tico. Dios habla, y el orgullo de los altivos se humilla, y las cosas que no son, vencen a las que s� lo son. Las fieles advertencias de los siervos del Se�or han demostrado ser justas y sabias.

3. Un nuevo proverbio es creado por la acci�n de la divina providencia. "No se aplazar� ninguna de mis palabras". Lleg� el momento, y lleg� r�pidamente, cuando esto no pod�a ser cuestionado. Y lo que sucedi� en los d�as de Ezequiel sucedi� donde Dios ha hablado. Para nosotros es principalmente de inter�s pr�ctico notar que el que vino de Dios y fue a Dios, nuestro Se�or Jesucristo, la Palabra de Dios, pronunci� la mente y la voluntad divinas con una integridad �nica; y que aunque el cielo y la tierra pasen, sus palabras no pasar�n.

HOMILIAS DE J.D. DAVIES

Ezequiel 12:1

La forma dram�tica de la profec�a.

Es el primer momento en que los hombres deben tener impresiones correctas y adecuadas de la verdad. La vida de un hombre est� adecuadamente moldeada a trav�s de su inteligencia. Su inteligencia moldea sus gustos, alimenta sus emociones, inspira sus prop�sitos, dirige su vida. Las convicciones claras de verdad y deber poseen un valor indescriptible.

I. LA OBTUSIDAD MORAL EN LOS HOMBRES ES UN GRIEF PARA DIOS. Los ojos han sido conferidos por la �nica raz�n que los hombres pueden ver; y o�dos, para que oigan. Sin embargo, los hombres a menudo los usan mal y los descuidan. Al darse el gusto con viciosos gustos, cegan voluntariamente el ojo interno y hacen sordo el o�do interno. "Ninguno es tan ciego como los que no ver�n". "Si el ojo es malo, todo el cuerpo est� lleno de oscuridad". Si se ahoga el �nico canal de la verdad, el hombre es v�ctima de la mentira. Esto es un dolor para Dios, y �l adopta mil m�todos para iluminar la comprensi�n oscura. A veces ciega el ojo de la sensaci�n de que el ojo de la mente puede abrirse. Encuentra su camino hacia el coraz�n de los hombres a trav�s de alguna otra avenida hasta ahora sin probar; porque el que hizo al hombre encontrar� alg�n m�todo de acceso a su alma.

II UNA NUEVA FORMA DE PROFEC�A: UN DRAMA EN LA VIDA REAL. La instrucci�n, como regla, se dirige al o�do; pero para los sordos y para los infantes a menudo se dirige a los ojos. Entonces, en tiempos antiguos, Dios a menudo daba a los hombres una lecci�n objetiva. Tenemos la narraci�n de tal evento en el cuarto cap�tulo, donde se le pidi� a Ezequiel que se acostara en el lado libre de su cuerpo durante trescientos noventa d�as. Cuando Sedequ�as el profeta fue convocado a la corte de Acab, para aconsejar sobre la guerra proyectada, Sedequ�as entr� en la presencia del rey provisto de cuernos de hierro. La aparici�n de estos fue para agregar impresionante a las palabras del profeta. Entonces, cuando Pablo viajaba por �ltima vez a Jerusal�n, Agabo, un profeta, se le acerc� a Cesarea y, tomando el cintur�n de Pablo, se at� las manos y los pies y luego agreg�: "Entonces los jud�os atar�n al hombre que posee esto faja." Este atractivo para la vista mediante la acci�n viva fortalece la convicci�n en la mente de los espectadores sobre la verdad y la importancia del mensaje. Por todos los m�todos posibles, Dios se acomod� a las necesidades de las personas para las cuales todav�a dise�� la bondad.

III. SERVICIO MEDIATORIO POR HOMBRE PARA HOMBRES. El trabajo de un verdadero profeta no es sinecure. Es el trabajo m�s duro. No debe preocuparse por s� mismo en su solicitud por los dem�s. Para ser un verdadero profeta, debe tener ideas afines con Dios. El amor de Dios que se olvida a s� mismo y se sacrifica a s� mismo debe fluir en sus venas. Debe estar completamente dedicado al bien de aquellos a quienes es enviado. Ning�n trabajo debe ser considerado arduo, sin dolor severo, para tener �xito en su empresa. Ahora se requiere que Ezequiel se ponga el atuendo de un emigrante; proporcionarse el equipaje habitual para viajes al extranjero; toma su bast�n en su mano; llevar su equipo sobre su hombro; dejar su hogar a la vista de los hombres, pero con el rostro velado; y cavar un agujero a trav�s de la muralla de la ciudad, para asegurar la salida de la ciudad. Hacer todo esto en la ciudad de Tel-Abib despertar�a la atenci�n p�blica, la sorpresa y la maravilla. La gente considerar�a al profeta loco. Sin embargo, este fue el final que Dios ten�a en mente, a saber. para llamar la atenci�n y producir reflexi�n. Esta acci�n extra�a indicar�a la fuerza de la fe de Ezequiel, y una fe fuerte despierta la fe en los dem�s. Estaba dispuesto, como Pablo, "a convertirse en todas las cosas, para que de cualquier manera pudiera salvar algunas".

IV. LA INVESTIGACI�N SE INCLUYE PARA UNA REVELACI�N M�S CLARA DE LA VERDAD. El conocimiento que el hombre obtiene en respuesta a la indagaci�n es m�s apreciado y m�s meditado que el que se le da sin preguntar. Se gana un gran triunfo sobre la lentitud de nuestra naturaleza cuando se agita un esp�ritu de investigaci�n. Si un hombre desea conocimiento, es un presagio para bien; Es el amanecer de la bendici�n. Puede obtenerse informaci�n m�s clara y completa a trav�s del portal del o�do que a trav�s del portal del ojo. Las personas a las que se dirigi� Ezequiel eran las del cautiverio en Tel-Abib. Estaban fomentando una falsa esperanza (ayudados por consejos vanos enviados por los hermanos en Jerusal�n) de que su cautiverio ser�a muy breve y que las nuevas combinaciones pol�ticas dar�an lugar a una pronta restauraci�n de Palestina. As� sus mentes ser�an perturbadas; su simple confianza se desvi� de Dios y estaban perdiendo el beneficio espiritual que el exilio ten�a la intenci�n de traer. La investigaci�n despu�s de la verdad conducir�a a la tranquilidad mental y la sumisi�n. El claro cumplimiento de la profec�a fortalecer�a la fe en Dios.

V. TODO EL ESFUERZO DE EVALUAR A DIOS. En el verso decimocuarto leemos: "Esparcir� hacia cada viento todos los que est�n a punto de ayudarlo, y todas sus bandas". Este anuncio abarcar�a al anfitri�n egipcio que vino a ayudar a Sedequ�as, as� como a su propio pueblo. Resistir a Jehov� es resistir la roca de granito. Una sola palabra de Dios deber�a ser suficiente para obtener nuestra obediencia m�s f�cil. El patriotismo es una excelente virtud en su lugar, pero muy a menudo es solo una pobre mezcla de vanidad y ambici�n ego�sta. La confianza piadosa y la obediencia piadosa son muy superiores. Para ser sabios, debemos estar siempre del lado de Dios. La voluntad de Dios es suprema y, al final, es irresistible. La unidad con esa voluntad es vida y paz.

VI. CONOCER A DIOS: ESTE ES EL PROBLEMA FINAL. Es instructivo observar c�mo este es el refr�n frecuente: "Sabr�n que yo soy el Se�or". Esta fue una lecci�n que los hebreos no aprender�an en d�as de prosperidad; por lo tanto fueron conducidos a las sombras profundas de la adversidad para adquirirla. La disciplina, aunque severa, fue exitosa. La experiencia es una escuela excelente, aunque costosa. Los cur� de su tonta creencia en los �dolos, y les hizo creer que Jehov�, el invisible, era Dios. Sin embargo, en muchas personas este conocimiento era solo intelectual. No orden� su afecto, ni atrajo despu�s de su servicio espont�neo. El conocimiento de Dios que se convierte en salvaci�n para nosotros es un conocimiento experimental. Es el conocimiento de Dios como nuestro Dios, nuestro Padre reconciliado. Lo conocemos con intimidad personal. Lo admitimos en la c�mara m�s �ntima de nuestros corazones. Se convierte en Emmanuel, es decir, Dios con nosotros, Dios en nosotros. Crecemos a su semejanza, imitamos sus cualidades. Le cedemos la voluntad, el coraz�n y la vida.

Ezequiel 12:21

La trampa de la incredulidad.

La fe tiene el poder de hacer lo cercano lejano. Borra la distancia del tiempo y el espacio. Pero la incredulidad revierte el efecto. Mira el extremo equivocado del telescopio y reduce la realidad a una simple mota. La incredulidad corrompe toda bendici�n; hace agria la crema de la bondad de Dios. "Debido a que el juicio no se ejecuta r�pidamente", la rebeli�n incorregible se burla de la retribuci�n.

I. EL ANUNCIO DEL JUICIO DISTANTE ES UNA GRAN AMABILIDAD. Los antiguos griegos ten�an un adagio: "Los dioses tienen pies de lana". Pero esto no describe el car�cter del Dios viviente. En lugar de adelantar a los hombres a toda prisa, "es lento para la ira". �l no aflige voluntariamente. "El hacha a menudo se coloca en la ra�z del �rbol", y eso durante un largo per�odo; y si aparecen el arrepentimiento y la fecundidad, la oraci�n se revoca con gusto. El objetivo y el prop�sito de nuestro Dios no son la destrucci�n, sino la restauraci�n. Si est� dentro del rango de posibilidades despertar la conciencia dormida y salvar al hombre, Dios lo har�. Anunciar juicios ordenados de antemano es bondad infinita.

II EL JUICIO DIFERIDO A MENUDO LLEVA A LA CONFIANZA MAL. Las mejores bendiciones, cuando se corrompen, se convierten en nuestras m�s terribles maldiciones. Ni la amarga experiencia del pecado, aunque continu� durante mucho tiempo, ni la clemencia real de Dios, produce ning�n efecto beneficioso en algunos hombres. Parecen sordos a cada recurso de prudencia, insensibles a cada obertura de bondad. Todo sentimiento tierno parece haberse desvanecido; ya han alcanzado un estado de reprobaci�n sin esperanza. Si la severidad de la justicia por un momento se relaja, lo atribuyen a la cobard�a, debilidad o irresoluci�n. Dicen: "Tendremos paz, aunque caminemos tras la imaginaci�n de nuestros propios corazones". "D� rienda suelta a la lujuria", dicen ellos; "Dios no nos mira".

III. La incredulidad se aleja el d�a de la reconciliaci�n. Su l�nea de razonamiento superficial es la siguiente: "Todav�a no se nos ha impuesto ning�n castigo. Hoy ser� tan ayer y ma�ana como hoy. Probablemente", dicen, "el castigo no llegar� en absoluto; o si deber�a, es tan lejos que a todos los efectos pr�cticos podemos ignorarlo "Hay una fuerte fuerza de inercia en la naturaleza de cada hombre. Lo que ha sido, piensa, seguir� siendo. "�D�nde est� la promesa de su venida?" El deseo se convierte en padre del pensamiento, que el castigo es dudoso, problem�tico, un mero fantasma de probabilidad. Toda la evidencia del gobierno divino y la incredulidad de la interposici�n divina se rechaza como una locura hipot�tica. Lo que no se puede ver, manejar y tocar, la incredulidad desprecia como irreal.

IV. LA HORA DEL MOMENTO EN LA LONGITUD HACE S�PER SECTOS. Para los hombres, a menudo parece un evento repentino; No es as� para Dios. �l ha visto que los elementos se preparan etapa por etapa, y la "brusquedad" no forma parte de su experiencia. As� ha sido con todas las grandes calamidades que han alcanzado a los hombres. En el per�odo del diluvio de No�, los hombres no vieron el pron�stico del peligro inminente. "Ellos compraron, vendieron, se casaron, se les dio en matrimonio, hasta el mismo d�a en que No� entr� en el arca". El d�a de la muerte de Sodoma, el sol sali� sobre las colinas orientales con su esplendor y tranquilidad habituales; sin embargo, antes del mediod�a, el humo de la devastaci�n se elev� y sofoc� en silencio los gritos de su poblaci�n moribunda. "As� ser� la venida del Hijo del hombre". Cuando los hombres despilfarradores menos lo esperan, la tormenta se desatar� sobre sus cabezas. Siempre que la bondad sufrida de Dios se convierta en una nueva licencia, aseg�rese de que la retribuci�n no est� muy lejos. "En una hora que no cre�is, el Hijo del hombre viene". - D.

HOMILIAS DE W. JONES

Ezequiel 12:1

Es parab�lico atractivo para un pueblo rebelde.

"La palabra del Se�or tambi�n vino a m�, diciendo: Hijo de hombre, t� moras en medio de una casa rebelde", etc. "Ahora comienza las amplificaciones", dice Hengstenberg, "las notas marginales, por as� decirlo, en el gran texto en los cap. 8-11, que se extiende a Ezequiel 19:1, y estos terminan en una canci�n, correspondiente a la canci�n del primer grupo en Ezequiel 7:1. La cat�strofe que se acerca de Jerusal�n constituye el punto central en todo. El profeta es inagotable en el anuncio de esto, ya que el falso patriotismo fue inagotable en sus anuncios de salvaci�n ". No estamos seguros de si esta par�bola de la eliminaci�n de Ezequiel fue realmente actuada por �l o solo visual. Pero nos inclinamos a la opini�n de que era interna y visual, por las siguientes razones:

1. Esta comunicaci�n (vers�culos 1-16) se refiere principalmente al rey y al pueblo en Jerusal�n, mientras el profeta habitaba en Tel-Abib. De modo que, en lo que respecta a las personas principalmente interesadas en �l, ser�a tan impresionante para ellos si tuviera lugar en la regi�n del alma del profeta como si se promulgara externamente en un pa�s lejos de ellos.

2. El profeta es representado como una morada en medio de las personas a quienes se aplica principalmente esta comunicaci�n, y como haciendo estas cosas a su vista; pero al ver que realmente viv�a en Tel-Abib en el Chebar, creemos que su vivienda y su actuaci�n mencionadas en este cap�tulo deben haber sido visuales.

3. Si hubiera sido un hecho real y externo, no habr�a respondido bien, al menos en un aspecto, al final dise�ado. Ese fin fue exponer la verdad de que el rey y el pueblo de Jerusal�n deber�an ser llevados cautivos. Pero en la medida en que Ezequiel ya estaba en el exilio, si realmente sali� as� de su residencia en Babilonia, la acci�n simbolizar�a m�s adecuadamente el regreso de los exiliados a su propia tierra que el llevar a otros al exilio. Tal retorno que muchos de los exiliados esperaban y esperaban r�pidamente; y no era probable que le dijeran al profeta que hiciera algo que alentara la vana expectativa. Jerem�as ya les hab�a escrito, exhort�ndolos a construir casas y establecerse pac�ficamente en la tierra de su cautiverio, porque no deber�an regresar a su propia tierra hasta que se cumplieran setenta a�os de exilio. Por estas razones, nos inclinamos a la opini�n de que las acciones de los vers�culos 3-7 no fueron externas y reales, sino internas y visuales; pero, como hemos dicho anteriormente, no estamos seguros de esto. De esto, nos sentimos seguros de que, si fueron visuales, quedaron impresionados en la mente de Ezequiel con toda la intensidad de las transacciones reales. Pero, felizmente, esta pregunta no afecta las ense�anzas permanentes y universales del incidente. Darse cuenta-

I. LA CONDICION MORAL DESPLORABLE DE LOS PECADORES REBELDEOS. "Hijo del hombre, t� moras en medio de una casa rebelde", etc.

1. Una condici�n de triste tristeza moral. "Que tienen ojos para ver y no ven; tienen o�dos para o�r y no oyen" (cf. Deuteronomio 29:4; Isa�as 6:9, Isa�as 6:10 ) La voluntad de Dios se les dio a conocer, y ellos ten�an las facultades mentales y morales que son necesarias para su aprehensi�n, pero no la entendieron; lo malinterpretaron o lo ignoraron. "Cuando los hombres ven, oyen y no se benefician al ver o escuchar, entonces no ven ni oyen en el sentido de las Escrituras". A este respecto, �cu�n grande es la insensibilidad moral, no solo de los abiertamente profanos, sino de muchos que asisten a los medios p�blicos de gracia! Se unen en formas de adoraci�n p�blica sin ninguna mejora espiritual; escuchan el ministerio de la verdad redentora sin ninguna impresi�n salvadora. "Tienen ojos para ver y no ven; tienen autos para escuchar y no oyen".

2. Obstinencia moral que surge de la maldad persistente. "Porque son una casa rebelde". Su insensibilidad moral era consecuencia de su pecado habitual. "La causa es toda de ellos mismos; la oscuridad del entendimiento se debe a la terquedad de la voluntad". La pr�ctica del pecado embota las susceptibilidades espirituales, tiende a destruir la capacidad de recibir impresiones religiosas o percibir la verdad espiritual; y cuando est� completamente desarrollado, termina en sensibilidad moral y hace que el hombre "sienta en el pasado".

II LA PACIENCIA Y PERSISTENCIA DE LOS DIVINOS ESFUERZOS PARA LA CONVERSI�N DE LOS MALVADOS. "Por lo tanto, hijo de hombre, prep�rate cosas para quitar", etc. (vers�culo 3). Se han intentado muchos medios para llevarlos al arrepentimiento, pero sin un resultado satisfactorio. A�n as�, Dios a�n no los abandona, pero ordena que se prueben otros medios, diciendo: "Puede ser que lo tengan en cuenta, aunque sean una casa rebelde". La verdad debe "ponerse delante de sus ojos", dice Hengstenberg, "en una realidad �spera, palpable y abrumadora, si se trata de encontrar la entrada a sus mentes y lograr emanciparlos de esos sue�os del futuro que impiden su arrepentimiento ... . Cuanto mayor es la debilidad de sus ojos, m�s visible debe ser la exhibici�n de la verdad ". Dios no est� dispuesto a abandonar a los malvados a su pecado y destino. �l tiene una larga paciencia con ellos, les env�a mensajero tras mensajero, y emplea medios tras medios, tanto diversos como repetidos, para llevarlos a volverse del pecado hacia s� mismo. En la ilustraci�n y confirmaci�n de esto, vea Ezequiel 33:11; Jeremias 44:4; Oseas 11:8, Oseas 11:9; Nehem�as 9:26-16; Mateo 21:33. Y en el incidente que tenemos ante nosotros, no solo les dirige esta conmovedora par�bola para llamar su atenci�n y despertar su consideraci�n, sino que tambi�n le indica al profeta que les haga saber su interpretaci�n, que incluso los m�s indiferentes e insensibles podr�a familiarizarse con las verdades comunicadas.

III. EL EXTRAORDINARIO DIVINO LLAMAMIENTO A LAS PERSONAS INCONSIDERADAS Y REBELDEAS. Esta par�bola ( Mateo 21:3) fue el llamado del Se�or a la gente insensible y rebelde. No requiere ninguna exposici�n de nuestra parte, ya que la interpretaci�n inspirada se da aqu� ( Mateo 21:8), y esto tambi�n se interpreta por su notable cumplimiento en la historia. Pero podemos marcar las diversas etapas de la triste historia del h�roe predicho, cuyo cumplimiento se registra en 2 Reyes 25:1 .; Jeremias 39:1; Jeremias 52:1.

1. Aqu� hay una foto del rey y el pueblo de Jerusal�n entrando en cautiverio. (Jeremias 52:3, Jeremias 52:4, Jeremias 52:10, Jeremias 52:11.) "Las cosas para retirar" o "equipaje del emigrante "(Jeremias 52:3, Jeremias 52:4)," es el equipo hecho por alguien que ingresa en un viaje para nunca regresar ". Y "como los que salen al cautiverio", o "como la expulsi�n del emigrante" (Jeremias 52:4), significa, seg�n Hengstenberg, "en el disfraz y con la mutiladora de emigrantes; 'con una bolsa en el hombro y un bast�n en la mano; "triste y con la cabeza ca�da". As�, Ezequiel deb�a tipificar la partida del pr�ncipe y la gente al exilio.

2. Aqu� hay una imagen de entrar en cautiverio con un vuelo triste y sigiloso. (Vers�culos 5-7, 12.) Debe salir en el crep�sculo para eludir la vigilancia de los enemigos, y con la cara cubierta para no ver la tierra amada que est� dejando. Y todas las cuentas del vuelo coinciden en que se hizo con miedo y furtivamente al amparo de la noche.

3. Aqu� hay un anuncio velado de la privaci�n de la vista del rey y una declaraci�n expl�cita de su destino como exiliado. (Vers�culo 13.) Seg�n Josefo ('Ant.', 10. 7.2), Ezequiel envi� un relato de esta profec�a a Jerusal�n para fortalecer la influencia de Jerem�as con el rey, quien estaba personalmente dispuesto a prestar atenci�n al consejo de ese profeta. . Pero el rey compar� los anuncios de los dos profetas, y al descubrir que, si bien Jerem�as dijo que deb�a ser llevado en cautiverio a Babilonia, Ezequiel dijo que no deb�a verlo, no los crey�. Y, sin embargo, el evento mostr� que ambos eran ciertos. El rey fue llevado como prisionero a Babilonia, pero no lo vio, porque Nabucodonosor hab�a puesto sus ojos en Riblah en la tierra de Hamat.

4. Aqu� hay una declaraci�n de que el rey debe quedar sin defensa o ayuda. "Voy a esparcir hacia cada viento todo lo que hay sobre �l para ayudarlo, y todas sus bandas" (vers�culo 14). Y el historiador sagrado nos dice que cuando el ej�rcito de los caldeos alcanz� al rey que hu�a "en las llanuras de Jeric�, todo su ej�rcito se dispers� de �l".

5. Aqu� est� la intenci�n expresada de ahorrar un peque�o remanente para el reconocimiento de la supremac�a de Jehov� y la confesi�n de sus pecados. (Vers�culos 15, 16.) Solo deben quedar "unos pocos hombres" u "hombres de n�mero", es decir, tan pocos que puedan contarse f�cilmente; y deber�an ser salvados para poder reconocer los muchos pecados agravados y persistentes de la gente, que hab�an llevado a estos juicios severos, y as� vindicar la justicia de Dios en la imposici�n de ellos. Y con estos juicios se convencer�an de que Jehov� es el Dios vivo y verdadero. "Sabr�n que yo soy el Se�or". Estas palabras, que "se repiten como un estribillo" en estas profec�as, ya las hemos considerado (en Ezequiel 6:7, Ezequiel 6:10).

CONCLUSI�N. Aprender:

1. El peligro de ignorar la Palabra del Se�or. Tal conducta, persistente, conduce a la ceguera espiritual y la sordera.

2. La obligaci�n del bien de realizar esfuerzos persistentes para la conversi�n de los imp�os.

3. La importancia de emplear diversos medios para la conversi�n de los imp�os. � W.J.

Ezequiel 12:17

Privaciones causadas por el pecado.

"Adem�s, la palabra del Se�or vino a m�, diciendo: Hijo de hombre, come tu pan con temblor", etc. Este p�rrafo fue dirigido a los exiliados de Ezequiel. "Di al pueblo de la tierra"; es decir, de Caldea. El dise�o fue para desalentar las falsas expectativas de los cautivos, que esperaban una temporada temprana de prosperidad para su tierra natal, en la que esperaban compartir. Con este fin, el profeta les muestra que, con respecto a sus compatriotas en Jerusal�n, habr�a un corte en las comodidades f�sicas de la vida, una gran ansiedad y angustia mental, y una triste devastaci�n tanto en las ciudades como en el pa�s, y todo estas cosas por los pecados de la gente, o "por la violencia de todos los que habitan en ella". Varias cosas llaman la atenci�n.

I. EL PECADO QUE PERMITE A LOS PECADORES DE LOS CONFORT F�SICO DE LA VIDA. "Hijo de hombre, come tu pan con temblor, y bebe tu agua con temblor y con cuidado; y di al pueblo de la tierra: As� ha dicho el Se�or Dios de los habitantes de Jerusal�n y de la tierra de Israel [o, 'en la tierra de Israel']; comer�n su pan con cuidado, y beber�n su agua con asombro ". Estas palabras apuntan al corte de las comodidades de la vida, y la posesi�n de los meros elementos necesarios. Pero no siempre el pecado produce consecuencias como esta. El pecado y la prosperidad secular a menudo han ido de la mano (cf. G�nesis 13:10, G�nesis 13:13; Salmo 73:3; Lucas 12:16; Lucas 16:19). Pero en estos casos la prosperidad fue precedente al juicio Divino o al pleno desarrollo del pecado. Cuando se produjo ese desarrollo, y se ejerci� ese juicio, hubo una reversi�n sorprendente de las circunstancias en cada caso. En el asedio de Jerusal�n, al que apunta nuestro texto, las comodidades f�sicas y los lujos desaparecieron, y mucho antes de que sus hombres cercanos se consideraran afortunados si pod�an obtener pan y agua. Y en nuestra era, los imp�os pueden prosperar en el mundo y aumentar en riquezas; pero en el momento de la retribuci�n, cada vez que llegue, el pecado ser� perjudicial para todos los verdaderos intereses del hombre. El pecado a menudo despoja al pecador de las comodidades f�sicas, e incluso de las necesidades b�sicas de la vida. La embriaguez, la glotoner�a, la indolencia, el despilfarro, hacen que muchas personas y muchas familias abandonen la pobreza y quieran (cf. Proverbios 6:9; Proverbios 19:15; Proverbios 23:21 ; Proverbios 24:30-20).

II PECADO QUE PERMITE A LOS PECADORES DE PAZ Y SERENIDAD DE ESP�RITU. "Hijo de hombre, come tu pan con temblor y bebe tu agua con temblor y con cuidado ... Ellos comer�n su pan con cuidado y beber�n su agua con asombro". Comer�an incluso las necesidades de la vida, no en paz y comodidad, sino en ansiedad y alarma. Su angustia puede haber surgido de las l�grimas para que no les falte su escaso suministro de alimentos, por lo que comieron "su pan con cuidado". Y a esto se uni� el terror de sus enemigos que los rodeaban, haci�ndolos quitar el sustento de la vida "con temblores, temblores y asombro". Es de la naturaleza del pecado, cuando se desarrolla, destruir la paz y la tranquilidad de la mente, y producir terror y angustia. "Los malvados son como el mar agitado", etc. ( Isa�as 57:20, Isa�as 57:21). Sin duda, a menudo podemos encontrar a los malvados en su triste carrera sin problemas, ya sea por la culpa o el miedo; pero para todos llega el momento del despertar, y con �l se va la seguridad y llega el terror. "Cuando se ha probado el placer y se ha ido", dice el Sr. Froude, "y no queda nada del crimen sino la ruina que ha causado, entonces las furias se sientan sobre la almohada de medianoche". "Los imp�os huyen cuando nadie los persigue". "El sonido de una hoja sacudida los perseguir�; y huir�n como huyendo de una espada; y caer�n cuando ninguno los persiga".

III. PECADO DESOLANDO LA TIERRA EN LA QUE SE COMPROMETI�. "Para que su tierra est� desolada de todo lo que hay en ella, a causa de la violencia de todos los que habitan en ella. Y las ciudades que est�n habitadas ser�n arrasadas, y la tierra estar� desolada". En lugar de "Que su tierra est� desolada por todo lo que hay en ella", se lee en el margen, "por su plenitud". El significado parece ser que la tierra ser�a "despojada de todos sus habitantes y de toda su riqueza". La tierra de Israel fue alguna vez bella y f�rtil: "una buena tierra, una tierra de arroyos de agua, de fuentes y profundidades que brotan de valles y colinas", etc. ( Deuteronomio 8:7-5). En tiempos de Salom�n, los tirios recibieron grandes cantidades de ma�z, vino y aceite de esta tierra fruct�fera ( 1 Reyes 5:11; 2 Cr�nicas 2:10). �Pero cu�l es su condici�n ahora? �Y cu�l ha sido su condici�n durante siglos pasados? "Convierte una tierra fruct�fera en esterilidad, por la maldad de los que en ella habitan". "La llanura de Jordania, bien regada en todas partes, y como el jard�n del Se�or" ( G�nesis 13:10) no es el �nico ejemplo de fertilidad, ya que se convirti� en esterilidad a causa de los pecados del pueblo. Otras tierras han tenido un destino similar, pero por un proceso diferente. Hay pecados por los cuales las tierras a�n son arrasadas. La indolencia, el afeminamiento, la autocomplacencia, el deleite en la guerra y la opresi�n social, en todas las �pocas, producen empobrecimiento y desolaci�n en cualquier pa�s donde prevalecen.

IV. JUICIO DIVINO PORQUE EL PECADO LLEVA A LOS PECADORES A SABER QUE JEHOV� ES EL UNO DIOS VIVO Y VERDADERO. "Y sabr�n que yo soy el Se�or" (vea nuestras notas sobre estas palabras en Ezequiel 6:7, Ezequiel 6:10; Ezequiel 11:10) .� W.J.

Ezequiel 12:21

La palabra del Se�or desacreditada y vindicada.

"Y la palabra del Se�or vino a m�, diciendo: Hijo de hombre, �cu�l es ese proverbio que tienes en la tierra de Israel?" etc.

I. LA PALABRA DEL SE�OR DESCRITA.

1. Fue desacreditado en varios grados.

(1) Por algunos fue completamente incr�dulo. "Hijo de hombre, �cu�l es ese proverbio que tienes en la tierra de Israel, que dice: Los d�as se prolongan y toda visi�n falla?" La referencia en este proverbio es a las predicciones de los juicios divinos contra Jerusal�n y sus habitantes, que Jerem�as hab�a hecho hace mucho tiempo. Y el proverbio es una expresi�n burlona, ??que indica la opini�n de que estas predicciones hab�an fallado totalmente. Estos esc�pticos argumentaron dentro de s� mismos y entre ellos, que debido a que el cumplimiento del juicio amenazado se retras�, la amenaza en s� misma era falsa. "La experiencia de la tolerancia de Dios hab�a destruido su aprensi�n de su veracidad". Esta interpretaci�n err�nea y pecaminosa de los tratos divinos no se limita a esa generaci�n ni a esa gente. Descubrimos la misma incredulidad presuntuosa en Sal 1: 1-6: 21, "Estas cosas has hecho; y yo he callado", etc .; en Eclesiast�s 8:11, "Porque la sentencia contra una obra malvada no se ejecuta r�pidamente", etc .; y en 2 Pedro 3: 3, 2 Pedro 3:4, "En los �ltimos d�as vendr�n burladores", etc. �Qu� abuso es esto de la paciencia del Se�or Dios! �Qu� perversi�n b�sica de su tolerancia y gracia (cf. Romanos 2:4; 2 Pedro 3:9)!

(2) Por otros, la palabra del Se�or fue desacreditada al posponer indefinidamente su cumplimiento. "Hijo de hombre, he aqu�, la casa de Israel dice: La visi�n que �l ve es por muchos d�as, y profetiza de los tiempos que est�n lejos". Estas personas argumentaron que, debido a que el cumplimiento de las amenazas de Jerem�as se hab�a retrasado tanto tiempo, ese cumplimiento a�n estaba lejos. Llegaron a la conclusi�n de que las visiones prof�ticas no se realizar�an en su tiempo y, por lo tanto, no necesitan preocuparse por ellas.

2. Fue desacreditado en expresi�n abierta. "He aqu�, la casa de Israel dice: La visi�n que �l calma es por muchos d�as", etc. (vers�culo 27). En el caso de aquellos que desacreditaron por completo la palabra del Se�or por el profeta, los t�rminos en los que expresaron su incredulidad se hab�an vuelto proverbiales. "�Cu�l es ese proverbio que tienen en la tierra de Israel?" etc. (vers�culo 22). Este sentimiento, com�n entre la gente, "se hab�a expresado en una oraci�n puntiaguda ... y enseguida se hizo popular como una consigna, que se tom� en cada ocasi�n contra el verdadero profeta". Su incredulidad del mensaje del Se�or por parte de su profeta, y su burla de ese profeta, no fueron velados, sino abiertamente exhibidos por el pueblo. Como dice Greenhill: "Este discurso perverso se convirti� en un proverbio; pas� por boca de todo tipo, joven, viejo, peque�o, erudito, ignorante; fue en la ciudad y el pa�s, un proverbio en la tierra de Israel". La incredulidad se hab�a vuelto atrevida y desafiante.

3. Este descr�dito fue plausiblemente alentado. Los falsos profetas, mediante vanas visiones y halagadoras adivinaciones, hab�an fomentado la incredulidad de los severos anuncios de Jerem�as, el verdadero profeta de Jehov� (vers�culo 24). Estos hombres hab�an profetizado cosas suaves a la cr�dula casa de Israel, cr�dulos, es decir, de anuncios tan armonizados con sus inclinaciones. As� que Acab crey� a los falsos profetas que hablaban suavemente hasta su propia muerte, mientras odiaba y encarcel� al fiel Mica�as, el profeta del Se�or Jehov� ( 1 Reyes 22:1). Y los falsos profetas de la �poca de Jerem�as alentaron la seguridad presuntuosa de la gente hasta que esa seguridad fue destruida por el desastre y la ruina.

II LA PALABRA DEL SE�OR VINDICADA POR S� MISMO.

1. Por su continua proclamaci�n. El pueblo de Jerusal�n probablemente pens�, por su incredulidad y burla, silenciar la palabra del Se�or por parte de su profeta Jerem�as. Pero Dios todav�a habla por �l, y tambi�n por Ezequiel. "Diles, pues, as� ha dicho Jehov� Dios", etc. (vers�culo 23). "Yo soy el Se�or: hablar�", etc. (vers�culo 25). "Por tanto, diles: As� dice el Se�or Dios, etc. (vers�culo 28). De esta manera Dios habla una y otra vez a este pueblo incr�dulo y rebelde. No se dejar� sin testigos fieles, que hablar�n su palabra incluso a el m�s esc�ptico y terco de los hombres (cf. Ezequiel 2:3; Ezequiel 3:4).

2. Por su ca�da y cumplimiento r�pido. El Se�or aqu� declara que:

(1) Su palabra debe cumplirse r�pidamente. "Diles: Los d�as est�n cerca, y el efecto de toda visi�n ... hablar�, y. La palabra que hablar� se cumplir�; no se prolongar� m�s: porque en tus d�as, rebelde casa, dir� la palabra, y la cumplir�, dice el Se�or Dios ... Ninguna de mis palabras se prolongar� m�s, pero la palabra que he dicho se cumplir�, dice el Se�or Dios ". Y, como dice Hengstenberg, "el anuncio del profeta se cumpli� de manera terrible. Apenas transcurrieron cinco a�os cuando Jerusal�n con su templo qued� en ruinas; y aquellos que se hab�an llenado el est�mago con el viento del este de sus orgullosas esperanzas de el futuro se perdi� o envidi� a los muertos ".

(2) Su palabra debe cumplirse por completo. "Los d�as est�n a la mano y el efecto de cada visi�n". El "contenido completo de cada predicci�n" se llevar�a a cabo. La gente incr�dula y rebelde probablemente pens� que, incluso si las cosas empeoraban, no pod�an ser tan malos como en las representaciones prof�ticas, que Jerem�as hab�a exagerado los problemas que se avecinaban en la naci�n. Pero "la palabra de cada visi�n" estaba a la mano. Ning�n cumplimiento parcial estaba a punto de tener lugar. Cada palabra de predicci�n prof�tica deb�a realizarse.

3. Al silenciar a los tambi�n profetas que lo hab�an desacreditado. "Ya no habr� visi�n vana ni adivinaci�n halagadora dentro de la casa de Israel". Los eventos que se acercaban tanto confundir�an a estos profetas de cosas suaves. El cumplimiento completo de las visiones del verdadero profeta efectivamente detendr�a la boca de los falsos.

CONCLUSI�N. Nuestro tema nos presenta:

1. Una garant�a de la certeza que a menudo se cumple de la Palabra del Se�or. (Cf. N�meros 23:19; Salmo 89:34; Mateo 5:18; Mateo 24:35; Lucas 16:17; l Peter Lucas 1:23.)

2. Advertencia contra la incredulidad de la Palabra del Se�or, y contra la falsa seguridad que surge de ella. El castigo denunciado contra el pecado ciertamente se infligir� a menos que el pecador se aparte de su mal camino.

3. Aliento para confiar en la Palabra del Se�or. Sus promesas son verdaderas y. de confianza. Las esperanzas que inspira no son enga�osas. "Porque cuantos sean las promesas de Dios, en �l est� el S�; por eso tambi�n por �l est� el Am�n, para gloria de Dios por medio de nosotros". - W.J.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Ezekiel 12". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/ezekiel-12.html. 1897.
 
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