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Bible Commentaries
Isaías 11

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

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Versículos 1-16

EXPOSICI�N

Isa�as 11:1

UNA PROFEC�A RENOVADA DE MES�AS Y DE SU REINO. Este cap�tulo est� estrechamente relacionado con el anterior. Con la destrucci�n final de Asiria, que, al ser cortada, no env�a disparos ( Isa�as 10:33, Isa�as 10:34), se contrasta la energ�a de recuperaci�n de Israel, que, aunque igualmente nivelada con el suelo ( Isa�as 9:18, Isa�as 9:19), volver� a la vida y "renovar� su juventud". La recuperaci�n est� conectada, o m�s bien identificada con la venida del Mes�as, cuyo personaje est� bellamente retratado ( Isa�as 11:2). Sigue una descripci�n elaborada del reino del Mes�as ( Isa�as 11:6) - una expansi�n del m�s breve en Isa�as 2:3, Isa�as 2:4.

Isa�as 11:1

Saldr� una vara del tallo de Jes�. El "tallo" arruinado y arruinado o el stock de Jesse, cortado, y durante siglos oculto a la vista, de repente producir� un brote: un joven reto�o verde, veterinario tierno, vigoroso, d�bil aparentemente, pero florete de vida (comp. Job 14:7, "Existe la esperanza de que un �rbol, si lo corta, brote nuevamente, y que su tierna rama no se arrugue. Aunque su ra�z se envejece en la tierra, y el caldo de ellos mueren en el suelo; sin embargo, a trav�s del aroma del agua, brotar� y producir� ramas como una planta "). "El tallo de Jes�" debe significar la casa de David, porque solo hay un Jes� (Ishai) en las Escrituras: el padre de David. Una rama crecer� de sus ra�ces. Lo que al principio es un reto�o gana fuerza y ??se convierte en una "rama" (ver Isa�as 4:2, donde la palabra utilizada, aunque diferente, es sin�nimo).

Isa�as 11:2

El Esp�ritu del Se�or descansar� sobre �l (comp, Mateo 3:16; Lucas 2:40; Lucas 4:1, Lucas 4:14, Lucas 4:18; Juan 3:34, etc.). La naturaleza humana de nuestro Se�or requer�a, y recib�a abundantemente, las influencias santificadoras e iluminadoras del Esp�ritu Santo. Estas influencias no eran transitorias u ocasionales, como en muchos hombres, que m�s o menos "resisten al Esp�ritu", sino permanentes y duraderos. Ellos "descansaron sobre" �l; de principio a fin nunca renunci�, y nunca lo har�, �l. El esp�ritu de sabidur�a y comprensi�n. Las influencias del Esp�ritu Santo son m�ltiples y afectan toda la naturaleza compleja del hombre (ver 1 Corintios 12:8). Aqu�, se exponen tres pares de gracias, como se manifiesta especialmente en el Mes�as a trav�s del poder del Esp�ritu:

(1) "Sabidur�a y comprensi�n", o aprehensi�n intelectual y moral (?????????), la capacidad de percibir la verdad moral y abstracta;

(2) "consejo y poder", o el poder de una vez para planear y originar, y tambi�n para llevar a cabo el pensamiento en acci�n;

(3) "El conocimiento y el temor del Se�or", o el conocimiento de la verdadera voluntad de Dios, combinada con la determinaci�n de llevar a cabo esa voluntad al m�ximo ( Juan 4:34; Lucas 22:42; Hebreos 10:7). Es innecesario decir que todas estas cualidades existieron en la mayor perfecci�n en nuestro bendito Se�or.

Isa�as 11:3

Y lo har� de entendimiento r�pido. Esta interpretaci�n del original, aunque defendida por el Dr. Kay, no tiene el respaldo de ning�n otro pasaje donde se use la misma palabra. Casi todos los escritores modernos traducen, ya sea "el aliento de sus narices estar� en el temor del Se�or" (Herder, Ewald, Meier, Cheyne), o "encontrar� un dulce sabor en el temor del Se�or" (Gesenius, Delitzsch, Rosenm�ller, Knobel). No juzgar� despu�s de la vista de sus ojos. "Dios calma el coraz�n". Nuestro Se�or "conoc�a los pensamientos de los hombres" ( Mateo 9:4, etc.) y, por lo tanto, no necesitaba "juzgar seg�n la apariencia" ( Juan 7:24). As� sus juicios siempre fueron justos.

Isa�as 11:4

Con justicia juzgar� a los pobres (comp. Isa�as 32:1, "Un rey reinar� en justicia"). Ser�a caracter�stico de la regla del Mes�as que los pobres deber�an ser escuchados, que la opresi�n deber�a cesar y que el juicio ya no ser�a pervertido a favor de los ricos. Hay un contraste intencionado entre la regla del Mes�as a este respecto y la de los pr�ncipes de Jud� ( Isa�as 1:23; Isa�as 3:15; Isa�as 10:1, Isa�as 10:2). Los pa�ses cristianos todav�a, en su mayor parte, siguen el ejemplo de su Se�or en este particular, si no en ning�n otro, con jueces que son incorruptables y tribunales que est�n libres de apoyarse en los pobres. Reprender; o, declarar (como en Job 16:21). Los mansos de la tierra; m�s bien, los humildes o los afligidos. Condici�n baja, no mansedumbre de esp�ritu, es lo que expresa la palabra utilizada. �l golpear� la tierra. Una ligera alteraci�n del texto produce el significado, se debe herir el terrible (comp. Isa�as 29:20), que mejora el paralelismo de las cl�usulas. Pero no hay necesidad de ninguna alteraci�n, el paralelismo en Isa�as es a menudo incompleto. El Mes�as en su venida "golpear� la tierra" en general (ver Malaqu�as 4:6, y comp. Mateo 10:34, "No vine a enviar paz a la tierra, sino una espada" ), y tambi�n castigar� especialmente a "los malvados". La vara de su boca ... el aliento de sus labios. "La Palabra de Dios es r�pida, poderosa y m�s aguda que cualquier espada de dos filos, penetrando incluso hasta la divisi�n del alma y el esp�ritu, y de las articulaciones y la m�dula, y es un discernidor de los pensamientos y las intenciones del coraz�n. "( Hebreos 4:12). Los dichos de Cristo perforan la conciencia y penetran en el alma como ninguna otra palabra que haya salido de una boca humana. En el �ltimo d�a, las palabras de su boca se enviar�n a la vida eterna o a la destrucci�n eterna.

Isa�as 11:5

La justicia ser� la faja de sus lomos, etc .; es decir, "la justicia siempre estar� con �l, siempre lista para el uso activo, siempre (por as� decirlo) prepar�ndolo para la acci�n". Seguramente, �l era "justo en todos sus caminos, y santo en todas sus obras" (Salmo 145:17). Fidelidad (comp. Efesios 6:14, "Tener el lomo ce�ido de verdad").

Isa�as 11:6

El reino del Mes�as, cuando se realice plenamente, ser� de paz perfecta. "No da�ar�n ni destruir�n en toda su monta�a sagrada". Principalmente, sin duda, el pasaje es figurativo, y apunta a la armon�a entre los hombres, quienes, en el reino del Mes�as, ya no se aprovechan unos de otros (ver especialmente Isa�as 11:9). Pero, desde el punto de vista espiritual m�s elevado, la figura misma se convierte en una realidad, y se ve que, si en los "cielos nuevos y la tierra nueva" hay una creaci�n animal, ser� apropiado que la armon�a prevalezca igualmente entre los inferiores creaci�n. El pecado humano puede no haber introducido la rapi�a y la violencia entre las bestias, al menos, los ge�logos nos dicen que los animales se aprovecharon unos de otros mucho antes de que la tierra fuera la habitaci�n del hombre, pero a�n as� la influencia del hombre puede prevalecer para erradicar los impulsos naturales de las bestias y educarlos. ellos a algo m�s alto. La domesticaci�n ya produce un acuerdo y una armon�a que, en cierto sentido, va en contra de la naturaleza. �No puede llevarse esto m�s lejos en el transcurso de los siglos, y la imagen de Isa�as tiene un cumplimiento literal? El desprecio de Jerome de la noci�n como un sue�o po�tico tiene al respecto algo duro y poco comprensivo. �No se dar� cuenta Dios de todo, y m�s que todo, del amor y la felicidad que los sue�os de los poetas pueden alcanzar?

Isa�as 11:6

El lobo ... el leopardo ... el joven le�n ... el oso son los �nicos animales feroces de Palestina, donde el tigre, el cocodrilo, el cocodrilo y el jaguar son desconocidos. Lamentaciones 3:10 muestra que el oso palestino era carn�voro y un peligro para el hombre; Daniel 7:5; Am�s 5:19. Un ni�o peque�o los guiar�. La superioridad del hombre sobre la creaci�n bruta continuar� e incluso aumentar�. Las bestias m�s poderosas se someter�n al control de un ni�o.

Isa�as 11:7

El le�n deber� comer paja (comp. Isa�as 65:25). No hay nada imposible en esto. Los gatos son aficionados a algunos tipos de alimentos vegetales.

Isa�as 11:8

El ni�o que chupa debe jugar en el agujero del asp; m�s bien, por el agujero, cerca de �l. El "asp" es probablemente el Coluber Naje de Egipto, cuyo mordisco es muy mortal. La guarida de la cucaracha. La "cucaracha" es otra serpiente mortal, tal vez la Daboia xanthina (Tristram, 'Hist. Natural de la Biblia').

Isa�as 11:9

Mi monta�a sagrada Como la Iglesia jud�a siempre est� ligada al "monte santo de Si�n", el mesi�nico recibe la designaci�n de "la monta�a del Se�or" ( Isa�as 2:3; Isa�as 30:29 ; Miqueas 4:2), o "la monta�a sagrada" ( Zacar�as 8:3). Lo que era f�sicamente cierto del tipo se transfiere al antitipo, que es "una ciudad asentada en una colina" en cierto sentido. La tierra estar� llena del conocimiento del Se�or (romp. Habacuc 2:14; Joel 2:28; Mat 28: 1-20: 29). Parece que se pretende un conocimiento fruct�fero, una conducta orientadora e influyente (ver m�s abajo, Isa�as 54:13, "Todos tus hijos ser�n ense�ados por el Se�or, y grande ser� la paz de tus hijos"). Como las aguas cubren el mar; es decir, "mientras el oc�ano cubre y llena la cama preparada para ello".

Isa�as 11:10

LOS JUD�OS Y LOS GENTILES SE REUNIR�N EN EL REINO DE MES�AS. Es caracter�stico del "profeta evang�lico" que se detiene con seriedad y frecuencia en el llamado de los gentiles (ver Isa�as 2:2; Isa�as 19:22; Isa�as 25:6; Isa�as 27:13, etc.). Las profec�as a Abraham hab�an declarado repetidamente que "en �l" o "en su simiente", "todas las familias de la tierra deben ser bendecidas" ( G�nesis 12:3; G�nesis 18:18; G�nesis 22:18; G�nesis 26:4); y algunos de los salmistas se hicieron eco del alegre sonido y hablaron de Dios como lo adoran generalmente "las naciones" (Salmo 117:1; Salmo 148:11). Pero la idea se hab�a apoderado poco del pueblo elegido en general; y era pr�cticamente nuevo para ellos cuando Isa�as se inspir� para predicarlo de nuevo. Para que sea m�s apetecible, �l une con �l la promesa de una gran reuni�n de los israelitas dispersos de todas partes a la bandera del Mes�as, cuando se establece.

Isa�as 11:10

All� habr� una ra�z de Jes�. La "ra�z" de este lugar es la misma que la "vara" y la "rama" de Isa�as 11:1. La "varilla" surge de una "ra�z" y est� inseparablemente conectada con ella. Que representar� una insignia de la gente; m�s bien, de los pueblos. La "vara" se levantar� y se convertir� en una bandera, vista desde lejos, y atraer� la atenci�n de "los pueblos" o "naciones" en general. Los Hechos y las Ep�stolas muestran cu�n r�pidamente se cumpli� esta profec�a. Griegos, romanos, g�latas, capadoeos, babilonios ( 1 Pedro 5:13) vieron la insignia y la buscaron. Su descanso ser� glorioso; m�s bien, su lugar de descanso; es decir, su Iglesia, con la que permanece para siempre ( Mateo 28:20). La Shejin� de su presencia hace que la Iglesia sea "gloriosa" (literalmente, "una gloria") en todas las �pocas; pero la gloria no aparecer� por completo hasta el tiempo de los "cielos nuevos y la tierra nueva" ( Isa�as 65:17; Roy. 21; 22.), cuando morar� visiblemente con ella.

Isa�as 11:11

El Se�or volver� a poner su mano la segunda vez para recuperarse, etc. La primera recuperaci�n fue de la servidumbre en Egipto. Isa�as ahora prev� que habr� una dispersi�n de los israelitas a trav�s de varias tierras distantes, en lugar de una mera transferencia de ellos de una tierra a otra, como en el tiempo de Jacob ( G�nesis 46:1). Dios, quien los sac� de Egipto, tambi�n alg�n d�a "pondr� su mano" para recuperarlos de los diversos pa�ses a trav�s de los cuales se habr�n dispersado, y restaurarlos a su propia tierra una vez m�s. El primer cumplimiento de la profec�a fue, sin duda, el regreso del cautiverio babil�nico. Un cumplimiento secundario puede haber sido la reuni�n de tantos jud�os de todos los sectores en la Iglesia Cristiana ( Hechos 2:9). Es posible que finalmente haya un mayor cumplimiento en una reuni�n final de Israel en su propia tierra. De Asiria. Asiria se coloca en primer lugar porque Tiglath-Pileser ( 2 Reyes 15:29) y Sargon ( 2 Reyes 17:6 y Sargon ( 2 Reyes 17:6 ya hab�an llevado a la mayor parte de los jud�os). 2 Reyes 18:11), y est�bamos cautivos all� cuando Isa�as escribi�. El transporte de israelitas a los otros lugares mencionados fue posterior a su d�a. Egipto ... Pathros. Hubo una gran migraci�n de jud�os a Egipto en el tiempo de Jerem�as (Jeremias 43:7; Jeremias 44:1), y una afluencia constante durante algunas generaciones bajo los primeros Ptolomeos. Tambi�n hubo una segunda gran migraci�n en la �poca de Onias. El elemento jud�o en Alejandr�a durante algunos siglos antes y despu�s de Cristo fue muy considerable. Pathros era probablemente una parte del Alto Egipto, quiz�s el nomo Phaturite, que era el distrito de Tebas. Se menciona como la residencia de ciertos jud�os en el tiempo de Jerem�as (Jeremias 44:1, Jeremias 44:15). De Cush. "Cush" aqu� puede ser el africano o el asi�tico. Estamos un poco a favor de los africanos que escuchamos en las Actas de un eunuco et�ope que era jud�o al servicio de Candace, reina de la Etiop�a africana ( Hechos 8:27). Y es contra el asi�tico que era tan remoto. Sin embargo, colindaba con Elam. De Elam y de Shinar. "Elam" era el tracto f�rtil de tierra aluvial al este del Tigris, entre ese arroyo y las monta�as, paralelo a Babilonia. Su capital era Susa, y en la �poca de Isa�as era un pa�s importante, frecuentemente en guerra con Asiria. Shinar era un antiguo nombre de Babilonia ( G�nesis 10:10; G�nesis 11:1). La palabra tambi�n la usan Daniel ( Daniel 1:2) y Zacar�as ( Zacar�as 5:11). Algunos lo consideran como "la tierra de los dos volantes". De Hamath. (En esta ciudad, vea la nota a Isa�as 10:9.) Desde las islas del mar; Es decir, las islas y costas del Mediterr�neo. Durante el per�odo de Macabeo, hubo una expansi�n gradual de los jud�os en el mundo occidental. Se hicieron alianzas con Roma y Esparta (1 Macc. 8: 1; 12: 2-21; 14: 20-23, etc.), y los jud�os se familiarizaron con Grecia e Italia. San Pablo encuentra numerosos jud�os en Roma y en casi todas las ciudades de Grecia.

Isa�as 11:12

�l establecer� una insignia para las naciones (comp. Isa�as 11:10). Cristo es el alf�rez. Dios lo establece para atraer a las naciones a su nivel. Los marginados de Israel ... los dispersos de Jud�. "Desterrados" es masculino, "el disperso" femenino. El significado es: "Reunir� a los marginados y dispersos de Israel y Jud�, tanto hombres como mujeres".

Isa�as 11:13

La envidia tambi�n de Efra�n se ir�. En el reino del Pr�ncipe de la Paz ya no habr� disputas ni celos entre los miembros. Las viejas disputas se dejar�n de lado; las tribus del norte y del sur estar�n de acuerdo juntas, y habr� paz y armon�a en toda la Iglesia. Adversarios de Jud�. Si queda algo as� entre los efraimitas, la venganza divina "los cortar�", para que no haya perturbaci�n abierta de la armon�a.

Isa�as 11:14

LA IGLESIA UNIDA TRIUNFAR� SOBRE SUS ENEMIGOS. OBST�CULOS F�SICOS A SU UNI�N QUE DIOS QUITAR�. Los enemigos m�s persistentes de Israel hab�an sido las naciones fronterizas de los filisteos, los edomitas, los �rabes, Moab y Amm�n. Ahora se toman como tipos de enemigos de la Iglesia, y se promete la victoria sobre ellos ( Isa�as 11:14). Se promete que las dificultades f�sicas no impedir�n el regreso de los exiliados jud�os de pa�ses distantes ( Isa�as 11:15, Isa�as 11:16).

Isa�as 11:14

Volar�n sobre los hombros de los filisteos. No se debe suponer que se pretende una guerra real. Los s�bditos del Pr�ncipe de la Paz no desenvainar�n la espada. Pero la Iglesia, durante muchos siglos, se enfrentar� a enemigos y deber� enfrentarse a ellos con armas leg�timas. Es esta guerra de la que habla Isa�as ahora. La Iglesia unida ser� lo suficientemente fuerte como para atacar a sus enemigos por todos lados y se lanzar� sobre el pa�s fronterizo de los filisteos como un ave de rapi�a. Los echar�n a perder del este; o el Beni Kedem. La frase se usa com�nmente en un sentido �tnico de los �rabes n�madas que habitan los desiertos al este de Jordania, m�s all� del pa�s amonita y moabita, de cuyas incursiones Palestina sufri� con frecuencia (ver Jeremias 49:28, Jeremias 49:29; Ezequiel 25:4, Ezequiel 25:10).

Isa�as 11:15

El Se�or destruir� por completo; m�s bien, se acostar� bajo una maldici�n (Aquila, ????????????). La lengua del mar egipcio. Ya sea el Golfo de Suez o el de Akabah. Dios eliminar� esos obst�culos que mantienen a las naciones separadas y evitan las relaciones sexuales. Se cree que ambos abismos se han extendido antiguamente considerablemente m�s tierra adentro de lo que lo hacen actualmente. Con su poderoso viento; m�s bien, con la fuerza de su aliento (en fortitudine spiritus sui, Vulgate). �Deber�a estrecharle la mano? Un gesto de amenaza (comp. Isa�as 10:32). Sobre el r�o. "El r�o" (hun-nahar) es, como siempre, el �ufrates, el gran r�o de Asia occidental. Y hiere en las siete corrientes; m�s bien, y golpearlo en siete corrientes; es decir, divida sus aguas entre siete canales, para que pueda ser f�cilmente vadeado y dejar de ser una barrera. Calzada en seco; literalmente, en sus zapatos; es decir, sin quit�rselos;

Isa�as 11:16

Habr� una carretera. Este es el objeto a la vista: el paso libre y sin obst�culos de su gente de las diversas regiones donde se encuentran dispersos ( Isa�as 11:11) a su lugar de descanso en Palestina.

HOMIL�TICA

Isa�as 11:1

La naturaleza espiritual de las perfecciones del Mes�as.

Ciertamente no fue de Isa�as que los jud�os derivaron su noci�n de que el Mes�as ser�a un poderoso pr�ncipe temporal, el l�der de los ej�rcitos, que romper�a el yugo de Roma de sus hombros y les dar�a dominio sobre todas las naciones de la tierra. . Isa�as, de hecho, lo anuncia como un Rey ( Isa�as 32:1), y no pudo hacer menos, ya que �l era de hecho "Rey de reyes y Se�or de se�ores". Pero siempre presenta su car�cter espiritual, su influencia sobre los hombres como Maestro, sus excelencias morales y mentales. Las calificaciones del Mes�as para su alto cargo (como se enumeran aqu�) son:

I. SU POSESI�N DE SABIDUR�A. "Sabidur�a" aqu� puede ser esa cualidad trascendental por la cual Dios "estableci� los cielos" ( Proverbios 3:19; Proverbios 8:27); o posiblemente esa facultad a�n m�s rec�ndita que Jehov� "pose�a al principio de su camino, antes de sus obras de anta�o" ( Proverbios 8:22). Al distinguirse de los "entendimientos", el "consejo" y el "conocimiento de Dios", aparentemente debe ser supra-mundano y abstracto, un poder del cual es dif�cil para el hombre formar una concepci�n. Su esfera no puede ser la vida humana o los asuntos mundanos, sino el mundo puramente intelectual de ideas y conceptos suprasensuales.

II SU POSESI�N DE ENTENDIMIENTO. Por "comprensi�n" parece que se refer�a a la inteligencia moral: el poder de apreciar el car�cter moral y juzgar correctamente la conducta moral de los dem�s. Nuestro Se�or pose�a esta cualidad en el grado m�s eminente, nunca juzg� mal el car�cter o la conducta de nadie. Su visi�n infalible le dio una aptitud absoluta para ser el juez final de los hombres, pero fue mucho m�s all� de lo que necesita cualquier gobernante o rey terrenal.

III. SU POSESI�N DEL ESP�RITU DE CONSEJO. Aqu�, sin duda, hay una cualidad que necesita un gobernante temporal; pero no fue como un gobernante temporal, o en su mayor parte en asuntos temporales, que se dio el consejo de nuestro Se�or. Las m�ximas de sus labios no eran m�ximas de la pol�tica mundana, sino tales como estas: "Buscad primero el reino de Dios y su justicia"; "No pienses por la ma�ana;" "Vende todo lo que tienes y d�selo a los pobres", y cosas por el estilo. Aconsej� a los hombres por su bien espiritual m�s que por su bien mundano, con miras a un reino espiritual y no temporal.

IV. SU POSESI�N DE PODER. "Poder", o habilidad para ejecutar sus dise�os, es, nuevamente, una cualidad de alto valor para un gobernante terrenal; y si nuestro Se�or hubiera usado su poder para fines terrenales, f�cilmente podr�a haber sido todo, y m�s que todo, lo que los jud�os esperaban. Pero alguna vez se contuvo de cualquier exhibici�n de fuerza f�sica, o poder de organizaci�n, o incluso de elocuencia persuasiva, exhibiendo su poder solo para los escudos espirituales, en milagros de misericordia, por los cuales buscaba ganarse las almas de los hombres para s� mismo, o una y otra vez en milagros de poder, mostrados como evidencias de su misi�n.

V. SU POSESI�N DE CONOCIMIENTO DE DIOS. Nadie pod�a conocer la voluntad de Dios tan bien como �l, que "estaba en el principio con Dios y era Dios" ( Juan 1:1). Participante de los consejos eternos de su Padre, el instrumento por el cual el Padre trabaj� para hacer realidad todas las cosas ( Hebreos 1:2), hab�a sonado todas las profundidades de esa naturaleza que ten�a en com�n con el Padre, y sab�a incluso como era conocido. Este fue el conocimiento espiritual del tipo m�s elevado, y le permiti� ser el gu�a espiritual perfecto del hombre, capaz de presentar ante �l la verdadera y "perfecta voluntad de Dios" ( Romanos 12:2) como nunca antes lo fue, o ser�, capaz

VI. SU POSESI�N DEL TEMOR DE DIOS. El "miedo" en el Hijo est� indudablemente tan mezclado con el amor que puede ser algo muy diferente incluso del miedo que sienten los �ngeles, cuando ocultan sus rostros ante el trono. Pero las palabras "Padre" e "Hijo" implican autoridad y sumisi�n, horror y reverencia. Y la naturaleza humana de Cristo tuvo la misma experiencia del "temor de Dios" que la de sus santos perfeccionados, ya sea en la tierra o en el cielo (Salmo 19:9; Salmo 34:9; Eclesiast�s 12:13, etc.). "�Qui�n no te temer�, Se�or, y glorificar� tu nombre?" El "miedo" del Mes�as produjo esa obediencia perfecta que lo hizo "santo, inofensivo, sin mancha, separado de los pecadores" ( Hebreos 7:26), y lo convirti� en nuestro patr�n perfecto y nuestro sacrificio meritorio.

Isa�as 11:10, Isa�as 11:12

La misericordia de Dios al traer a los gentiles a su reino.

En el viejo mundo, cuando "toda carne hab�a corrompido su camino sobre la tierra", Dios envi� una destrucci�n feroz y barri� a toda la raza humana, excepto a ocho personas. Despu�s del Diluvio, prometi�, por su propia gracia, que nunca m�s volver�a a destruir a la humanidad (G�nesis 9:11-1). Pero estaba abierto a �l haber enviado al mundo alguna otra visita igualmente severa, y haber librado una vez m�s a la tierra de "una semilla de malhechores". La corrupci�n general del mundo gentil, cuando Cristo vino, fue excesiva. Apenas es posible que la corrupci�n de los antediluvianos haya sido mayor. Como un historiador moderno resume su relato del paganismo en la venida de Cristo, "la corrupci�n hab�a alcanzado su marea completa al comienzo del siglo II. Los vicios ro�an la m�dula de las naciones y, sobre todo, de los romanos: su nacional la existencia estaba m�s que amenazada; la enfermedad moral se hab�a convertido en f�sica en sus efectos: un veneno sutil que penetraba en los elementos vitales del estado; y, como antes en las sangrientas guerras civiles, ahora los se�ores del mundo parec�an decididos a destruir ellos mismos por sus vicios. Los hombres fueron despojados de todo lo que era realmente bueno, y, rodeados por todos lados por las gruesas nubes de una conciencia cegada, atraparon con ansia salvaje los placeres sensuales m�s groseros, en el tumulto salvaje del cual se lanzaron a intoxicaci�n". O tome en cuenta a San Pablo de la condici�n de los paganos cuando comenz� su predicaci�n: "Como a los hombres no les gustaba retener a Dios en su conocimiento, Dios los entreg� a una mente reprobada, para hacer las cosas que no son convenientes; ser lleno de toda injusticia, fornicaci�n, maldad, avaricia, malicia; lleno de envidia, asesinato, enga�o, debate, malignidad; susurradores, mordaces, enemigos de Dios, rencorosos, orgullosos, jactanciosos, inventores de cosas malas, desobedientes a los padres, sin comprender , que rompen el pacto, sin afecto natural, implacables, inmisericordes: quienes conocen el juicio de Dios, los que cometen tales cosas son dignos de muerte, no solo hacen lo mismo, sino que se complacen en los que los hacen "( Romanos 1:28). Sin embargo, en lugar de destruir esta raza contaminada, Dios tuvo compasi�n de ellos y se esforz� por buscarlos.

I. LEVANT� A CRISTO A ELLOS COMO UN ENSIGNO DE LEJOS. Mediante la manifestaci�n del car�cter de Cristo en los Evangelios, �l estableci� un Patr�n que no pod�an dejar de admirar, que los atrajo irresistiblemente por su pureza y belleza, los hizo odiarse a s� mismos y los puso de rodillas ante el estrado de sus pies.

II Les ofreci� su evangelio libremente a ellos desde el principio. "Id disc�pulos a todas las naciones, bautiz�ndolos". "Predica el evangelio a toda criatura"; "El que crea y sea bautizado ser� salvo". No hab�a l�mite, no hab�a favoritismo; ninguna oferta de salvaci�n solo para aquellos que hab�an actuado de acuerdo con su luz anterior.

III. LEVANT� A UN MAESTRO ESPECIAL, ESPECIALMENTE CALIFICADO, PARA SER "EL AP�STOL DE LOS GENTILES". Es dif�cil decir qu� impresi�n habr�a causado el cristianismo en el mundo gentil sin San Pablo, o alguien calificado de manera similar. Posiblemente, podr�a haber tomado simplemente las dimensiones de una secta jud�a, que cre�a que el Mes�as hab�a venido. San Pablo, levantado con el prop�sito, lo elev� por encima de la esfera de la controversia jud�a a la consideraci�n mundial. Ense�ando personalmente en Antioqu�a, en �feso, en Atenas, en Corinto, en Roma, disputando con fil�sofos, convirtiendo a miembros de la casa de C�sar, le dio una posici�n entre las religiones del mundo que no podr�a ser ignorada por los investigadores educados posteriores. El ap�stol de los gentiles extendi� el cristianismo de Siria a Roma, tal vez a Espa�a, y le dio a la atenci�n de las clases educadas que aseguraron, bajo la bendici�n de Dios, su triunfo final.

Isa�as 11:14

El triunfo de la Iglesia sobre sus enemigos.

La Iglesia de Dios siempre tendr� sus enemigos, tanto internos como externos, y sus enemigos externos de vez en cuando reunir�n a sus anfitriones, se unir�n y lo amenazar�n con la destrucci�n. Grande era el peligro de Israel, y grande su temor, cuando sus enemigos "consultaban juntos con un solo consentimiento, y eran confederados contra ella: los tabern�culos de Edom y los ismaelitas; de Moab y los Hagarenes; Gebal, y Amm�n, y Amalec; los filisteos con los habitantes de Tiro; Asshur tambi�n se uni� a ellos y ayud� a los hijos de Lot "(Salmo 83:5). Sin embargo, el peligro pas�, la confederaci�n fall�, las diversas naciones fueron "confundidas y preocupadas; fueron avergonzadas y perecieron" (Salmo 83:17). As� es con la Iglesia. Nuestro Se�or ha prometido que "las puertas del infierno no prevalecer�n contra �l" ( Mateo 16:18); y, en consecuencia, sus enemigos trabajan en vano para efectuar su destrucci�n. La Iglesia puede tener confianza.

I. DESDE QUE CRISTO ES SU CABEZA. Ella es "su Iglesia", "construida por �l", "sobre una roca", es decir, �l mismo; comprado por �l con su propia sangre; amado, apreciado y purificado por �l, para que ella pueda ser presentada a �l "sin mancha, sin arrugas, ni nada por el estilo": su ciudad, su cuerpo, su novia.

II DESDE QUE ELLA TIENE UNA PALABRA SEGURA DE PROMESA.

1. En la declaraci�n, "He aqu� que siempre estoy contigo, incluso hasta el fin del mundo" ( Mateo 28:20).

2. En el pasaje sobre las puertas del infierno.

3. En las claras declaraciones de la visi�n apocal�ptica, que muestran su triunfo final.

III. DESDE QUE HA PASADO A TRAV�S DE PELIGROS TAN GRANDES COMO CUALQUIERA QUE PUEDA ENTREGARLA AS�.

1. El peligro de las persecuciones imperiales.

2. El peligro de las invasiones b�rbaras (godos, hunos, v�ndalos, etc.).

3. El peligro del mahometanismo.

4. El peligro de las edades oscuras.

5. El peligro involucrado en un juicio privado ilimitado.

6. El peligro de la Revoluci�n Francesa. La mitad de las veces que parec�a estar a punto de sucumbir; cada vez que la golpean en el suelo, se levanta, como Antares, renovada y revitalizada.

HOMILIAS DE E. JOHNSON

Isa�as 11:1

La venida del Mes�as.

I. SU ORIGEN. "Del tallo gastado de Ishai brotar� un brote, y una rama verde brot� de sus ra�ces". Del stock de David, ahora muy bajo, el pr�ximo Libertador surgir� con todo el vigor de la juventud. Rara vez viene el gran hombre, sino de alguna cepa de sangre pura y generosa. Como una corriente que, escondida por mucho tiempo bajo tierra, reaparece nuevamente a la luz del d�a, o alguna veta de mineral precioso, recuperada despu�s de alguna "falla" extensa, por lo que se cre�a que la raza real y la destreza espiritual de David podr�an estar ocultas por siglos, pero debe ilustrarse ante el mundo nuevamente. As� como Dios salva y bendice al mundo por medio de grandes hombres, en cierta medida esto es cierto en el caso de las casas, familias, tribus y naciones. Hay un principio de selecci�n providencial que atraviesa la vida. Aunque los hombres sean de una sola sangre en todas sus tribus, no se puede negar que hay diferentes cualidades en esa sangre. Por lo tanto, la nobleza obliga, y las grandes dotaciones hacen grandes expectativas e implican grandes responsabilidades. La idea de la aparente extinci�n, aunque destinada a revivir la casa de David, puede recordarnos lo imperecedero de los g�rmenes del bien. La casa de David nunca fue restaurada al trono en el sentido visible. Sin embargo, el recuerdo de David persisti�, engendr� esperanza, inspir� paciencia y se convirti� gradualmente en una de las fuerzas espirituales m�s poderosas en la conciencia de la naci�n. Una idea puede pasar por muchos cambios de forma, pero muere no mientras viva la fe y la pasi�n del coraz�n en el que surgi�.

II Su esp�ritu. En el modo de pensamiento religioso, un verdadero temperamento de la mente debe rastrearse hasta la inspiraci�n Divina, no menos que la gran habilidad f�sica o mental. �Qu� significado radica en nuestras expresiones comunes, "un regalo", "un don", "un talento", "una influencia!" Ninguno de ellos, pero es profundamente religioso, si los rastreamos a su significado primario. Sobre este elegido "descansa el Esp�ritu de Jehov�". Y tres caracteres, en el idioma iterativo del hebreo, se dan de este esp�ritu. Eso es

(1) de la sabidur�a,

(2) de coraje,

(3) de reverencia. Las cualidades del estadista, el soldado, el hombre de Dios. "Su respiraci�n est� en el temor de Jehov�". No puede haber una expresi�n m�s simple ni m�s fuerte de un hombre completamente "animado", como decimos, por principio religioso. Y

(4) tiene los atributos del juez justo. R�pido para reparar las heridas de los oprimidos y los que sufren, su regla de conducta no es el placer de sus ojos y o�dos, sino la equidad eterna de aquel que no hace acepci�n de personas. Como consecuencia de vivir vitalmente en comuni�n con Dios como en el aire com�n y necesario que respira, posee una fuerza irresistible. Su mera palabra de juicio hiere la tierra con m�s fuerza que el cetro del d�spota, mientras que su simple aliento destruye a los malvados como una peste. En una palabra, es una imagen sublime de majestad moral. Este rey no necesita las armas de la guerra ordinaria. Tiene una mejor defensa de su trono que las espadas y las lanzas, un mejor conjunto de batalla que la armadura. La justicia y la fidelidad son lo mejor, sus �nicos preparativos.

III. LAS BENDICIONES DE SU REGLA. Habr� un crecimiento maravilloso de paz y prosperidad. El progreso de la verdadera cultura est� marcado por la sumisi�n del salvajismo. Los animales salvajes cambian su naturaleza y se vuelven inofensivos para la humanidad. La maldad es feroz; Las pasiones indomables de los hombres son como el lobo, el oso y la serpiente mortal. No habr� pecado ni pecadores en Si�n, porque el conocimiento del Dios verdadero ser� totalmente difuso e inagotable como el oc�ano. �A qu� estado de vida se refieren estas predicciones? �Al advenimiento de Cristo y su reino? Ciertamente; y, sin embargo, cuando Cristo vino, no solo no se estableci� la paz universal, sino que la luz de Si�n y las glorias de la ciudad sagrada se extinguieron en sangre. Y Cristo mismo abri� una perspectiva sombr�a del futuro en sus �ltimas profec�as. �D�nde, entonces, y cu�ndo esta escena de dicha? Contentemos con creer que la profec�a se refiere a alg�n estado desconocido para nosotros. La tierra ser� la tierra, y no el cielo. Este cielo est� primero en el alma; all� so�amos con �l, no, nos damos cuenta cuando escuchamos las brillantes palabras del profeta y creemos que solo un paso puede llevarnos a un mundo donde todos lo realicen. La profec�a ya se ha cumplido para nosotros si Dios ha hecho un cielo de esperanza en corazones de remo. J.

Isa�as 11:10

Jud� y las naciones.

I. HONOR A LA RA�Z DE JUD�. El v�stago del antiguo tronco se honrar� por todas partes entre los paganos, debido a las virtudes ya descritas en la secci�n anterior. Ser� una pancarta a la que acudir�n, un centro de luz y or�culos vivos.

II REDENCI�N DEL REMANENTE. La poderosa mano de Jehov� se extender� para reunir a los dispersos de los cuatro cuartos de su dispersi�n. Cuando se levanta el estandarte, los paganos ser�n due�os de su poder y los cautivos ser�n liberados.

III. Unidad interna. Las dos grandes tribus permanecer�n juntas, pero la enemistad cesar�. La destrucci�n reciente de Samaria hab�a sido causada por esa enemistad; Al cesar, se descubrir� que la uni�n es la fuerza, y las naciones se someter�n a Occidente y Oriente. Y esos grandes vecinos amenazadores, Egipto y Asiria, sentir�n el peso de la mano de Jehov� y el castigo que inflige la palabra de su boca. Y a medida que el gran r�o se hunda en siete arroyos forzosos, la compa��a de peregrinos fluir� de regreso, un camino hecho para ellos por la mano de su Dios, como en los d�as de sus antepasados ??y el �xodo de Egipto. El v�stago del viejo toc�n puede tomarse como una figura del renacimiento de la verdadera religi�n en tiempos de decadencia. Y tal avivamiento significa la uni�n de corazones desgarrados, el reconocimiento de una unidad interna entre todos los fieles, la restauraci�n de la influencia y la consternaci�n del mundo imp�o. J.

HOMILIAS DE W.M. ESTATAM

Isa�as 11:10

El resto de Cristo

"Y su descanso ser� glorioso". Este cap�tulo comienza con la tensi�n mesi�nica completa. "Saldr� una vara del tallo de Jes�". y la m�sica se hincha, en el ritmo de pensamiento hebreo, en una profec�a sublime del reinado de Cristo. Esta "ra�z de Jes�" debe ser "una bandera del pueblo", y "a ella buscar�n los gentiles". De este modo, se nos lleva a comprender las palabras, "su descanso", que se aplican al triunfo del Salvador.

I. MUCHAS IDEAS O FORMAS DE DESCANSO SON INGLORIAS. Est�n conectados con la mera conquista militar. Est� la paz de la sujeci�n, o est� la paz del compromiso, o est� la paz que pertenece al desierto y al desierto, cuando simplemente se los deja en paz. Pero la paz de Cristo es su propia y hermosa paz de la naturaleza. "Te doy mi paz". Su descanso no es artificial. Es el resto de la santa expectativa. �l ve el trabajo de su alma, y ??est� satisfecho.

II ESTA GLORIA ES PROSPECTIVA ASI COMO PRESENTE. "Ser� glorioso". La edad de oro del evangelio est� en el futuro. "De ahora en adelante esperando"; "Debe reinar". Ser� un descanso glorioso. Porque la verdad conquistar� el error. La derecha conquistar� el poder. El amor tendr� victoria sobre todas las formas de divisi�n y odio. Ser�; porque Cristo lo ha hablado. Ser�; porque �l tiene todo el poder en el cielo y la tierra. Ser� por motivos espirituales; para la fuerza moral m�s poderosa y siempre triunfa al final.

III. ESTE RESTO DE CRISTO ES NUESTRO RESTO TAMBI�N. No solo hemos recibido perd�n a trav�s de la cruz, sino tambi�n novedad en la vida. Ahora tenemos descanso, no en su plenitud, sino en su ideal; porque tenemos la mente de Cristo. Tenemos dentro de nosotros el reino y la paciencia de Cristo; Somos uno con el Padre por medio de Cristo. "Yo en ellos, y t� en m�, para que sean perfectos en uno". - W.M.S.

HOMILIAS DE W. CLARKSON

Isa�as 11:1

Caracter�sticas de Jesucristo.

La expresi�n del profeta, "El Esp�ritu del Se�or descansar� sobre �l", tiene una correspondencia muy estrecha con las referencias del Nuevo Testamento a Jesucristo ( Mateo 3:16; Lucas 4:1, Lucas 4:14, Lucas 4:18; Juan 3:34). Esta posesi�n plena de nuestro Se�or del Esp�ritu de Dios se revel�, y todav�a se encuentra, en estos detalles que indica la profec�a.

I. Su perfecta piedad. En �l moraba el "temor del Se�or" sin medida ( Isa�as 11:2), y "se deleitaba en el temor de Jehov�"; "el temor de Jehov� era fragancia para �l" (lecturas enmendadas para ", y lo har� de entendimiento r�pido", etc; Isa�as 11:3). �l podr�a decir: "Me encanta hacer tu voluntad ... s�, tu Ley est� dentro de mi coraz�n" (Salmo 40:8). Reverenciar, complacer, obedecer a Dios, consultar su voluntad y estar sujeto a ella, era la ley de su vida y el refrigerio de su esp�ritu.

II Su PERCEPCI�N INTUITIVA DE LOS MEJORES Y M�S ALTOS. En "�l estaba el esp�ritu de sabidur�a y comprensi�n". Distingui� a la vez lo falso de lo verdadero, el espect�culo brillante del bien genuino, el placer pasajero de la alegr�a permanente, la ganancia ficticia de la herencia invaluable, la vanidad de los honores terrenales de la bendici�n del favor divino. Cristo vio todas las cosas en las que mir� en su naturaleza real y esencial, y en sus verdaderas proporciones. Por lo tanto-

III. SU EXCELENCIA COMO NUESTRA GU�A. En �l estaba "el esp�ritu de consejo" (ver Homil�a sobre 'Consejos principales de Cristo', Isa�as 9:6).

IV. Su CONOCIMIENTO DE LO DIVINO Y DEL FUTURO. El hombre ca�do y degenerado, con la conciencia contaminada y la raz�n depravada, no pod�a saber nada de estos dos temas supremos: quer�a, con urgencia e imperativo, uno que tuviera "el esp�ritu de conocimiento" en �l, y pod�a decirle clara y finalmente, no lo que adivin� o lo que esperaba, pero lo que sab�a. Este Jes�s lo hizo. Revel� al Padre Divino a los hombres ( Mateo 11:27; Juan 1:18; Juan 10:15). Y nos dio a conocer la verdad sobre el futuro; sac� a la luz la vida y la inmortalidad ( Juan 5:28, Juan 5:29; Juan 11:25, Juan 11:26; 2 Timoteo 1:10).

V. SU CONOCIMIENTO PROFUNDO DEL CORAZ�N HUMANO. Juzgaba a los hombres, "no por la apariencia externa", no "por la vista de sus ojos o el o�do de sus o�dos", sino mirando a trav�s del cobertor de la carne, a trav�s de la armer�a del discurso, en las c�maras secretas de el alma. No solo vio a trav�s de la higuera, sino a trav�s de la carne, y conoci� la simplicidad de esp�ritu de Natanael "Sab�a lo que hab�a en el hombre" y lo sabe ahora, discerniendo la vaciedad de las pretensiones de algunos hombres, apreciando la excelencia bajo las dudas y diferencias de algunos hombres. .

VI. SU IMPARCIALIDAD ABSOLUTA. ( Isa�as 11:4.) Ten�a una medida para los ricos y los pobres, para los poderosos y los mansos; mostr� una bondad invariable hacia los m�s humildes, y mostr� una constante disposici�n a recibir a aquellos que se enriquecieron con riquezas mundanas, o dotados de honor social. El testimonio de sus enemigos era bastante cierto; �l "no consideraba la persona de los hombres" (Marco 12:14). Tal es el genio de su evangelio: "la salvaci�n com�n" (ver 1 Corintios 3:11; G�latas 3:28; G�latas 5:6; Efesios 6:8 )

VII. SU RIGUROSA JUSTICIA. ( Isa�as 11:4, Isa�as 11:5.) Cristo, en su justicia, exigi� el servicio espiritual de todos los hombres, y conden� a todos los que lo reten�an. Se mostr� el determinado enemigo del mal.

1. Lo denunci� en t�rminos mordaces cuando estuvo con nosotros (ver Mateo 23:1).

2. Se anuncia a s� mismo como el Juez de todos, que castigar� a los impenitentes de acuerdo con sus actos (ver Mateo 25:1).

VIII Su fidelidad. ( Isa�as 11:5.) Habiendo amado a los suyos, los am� hasta el final. "Nunca deja ni abandona" a los que le sirven. A lo largo de nuestra fidelidad hacia �l, su amor hacia nosotros es constante; en el momento de nuestra flojedad o partida, nos visita en su fidelidad con su amable correcci�n, para unirnos a s� mismo o para llamarnos a su lado; En la hora de nuestro sufrimiento, hace buena su presencia del apoyo Divino; cuando todo lo terrenal nos falla, el fiel Prometedor cumplir� su palabra y nos recibir� para s� mismo, para que podamos morar en su gloria. � C.

Isa�as 11:6

El poder intensivo y extenso del evangelio.

I. EL PODER INTENSIVO DE LA VERDAD DIVINA. M�s poder es necesario

(1) actuar sobre cualquier cosa viva que no sea materia inerte e inerte;

(2) actuar sobre una criatura sensible que sobre la vida sin sensaci�n;

(3) actuar sobre la inteligencia y la voluntad (sobre el hombre) que sobre el animal irracional e irresponsable;

(4) en el hombre hundido en la condici�n moral m�s baja (con la conciencia cauterizada, dominando las pasiones y los h�bitos fijos en el vicio) que en uno que a�n no ha elegido su curso, o que ha sido entrenado en los caminos de la virtud. El m�s alto ejemplo de poder con el que estamos familiarizados es esa influencia espiritual que transforma a aquellos que se han alejado m�s de Dios, de la verdad y de la justicia, aquellos que son para el mundo moral lo que el tigre, el le�n o el aspirante. es para el mundo animal El evangelio de Jesucristo tiene este poder. Con una intensidad tan maravillosa, funciona en aquellos a quienes se aplica su verdad, que redime y renueva lo peor, cambi�ndolos tanto en la vida como en el esp�ritu para que se pueda decir de ellos que el lobo habita con el cordero, etc. . tan transformados se vuelven, bajo su influencia benigna, que los m�s inocentes e indefensos no tienen nada que temer, aunque se los coloca completamente dentro de su poder ( Isa�as 11:8).

1. Abundan las instancias individuales de la conversi�n de borrachos notorios, de luchadores salvajes, de cortesanas desvergonzadas, de ateos chiflados, de aquellos que fueron abandonados por todos, y que se abandonaron al pecado sin esperanza, de hombres que eran el terror de sus hombres. tribu o de su distrito, etc. Por lo tanto, no necesitamos y no debemos desesperarnos de aquellos que viven entre nosotros y que actualmente est�n muy lejos de la verdad y la justicia. El evangelio de Cristo puede cambiar la naturaleza misma de estos: puede domar a los m�s feroces, puede resucitar a los m�s ca�dos, puede liberar a los m�s esclavizados, puede embellecer a los hijos de hombres m�s deformados; puede hacerlo por el poder de la verdad y del Esp�ritu de Dios.

2. Las familias, las sociedades, las comunidades han sufrido una transformaci�n tan completa.

II LA AMPLIA GAMA DEL EVANGELIO DE CRISTO. ( Isa�as 11:9.) �Qu� gran vac�o habr�a si se retiraran las aguas! �En qu� profundidades debemos mirar hacia abajo! �Qu� poderosos tramos de arena, arcilla y roca ser�an revelados! �Qu� longitudes y anchuras est�n cubiertas, qu� profundidades se llenan ahora con las abundantes aguas del mar! Como conteniendo el elemento de la vida para millones de criaturas vivientes, como suministrando una carretera para las naciones de la tierra, y como proporcionando espacio para la ambici�n, el coraje y la empresa del hombre, �qu� gran suficiencia vemos en las aguas del �Oceano! As� se demostrar� que est� con la verdad divina. Se ver� que hay una suficiencia, en el evangelio del Salvador, para cubrir toda la tierra, para satisfacer las necesidades de toda la poblaci�n del mundo. Ninguna tierra tan remota, ning�n clima tan rigurosamente fr�o o abrasador, ning�n interior tan impenetrable, ninguna barbarie tan grosera, ning�n prejuicio tan empedernido, sino que el evangelio de Cristo lo cubrir� con su poder benigno.

1. Alegr�monos en el fervor de su cumplimiento; Ya se han hecho grandes cosas para la realizaci�n de este glorioso estado.

2. Resolvamos tener nuestra parte en su ejecuci�n.

(1) como Iglesia, y

(2) como almas individuales, a cada uno de los cuales Dios ha comprometido alguna palabra para ser pronunciada, alg�n trabajo por hacer.

Isa�as 11:6

La gu�a de un ni�o peque�o: serm�n de la escuela dominical.

"Y un ni�o peque�o los guiar�". La reducci�n de la ferocidad de los animales salvajes a tal mansedumbre que un ni�o peque�o puede conducirlos es una imagen muy bella y po�tica de la transformaci�n de lo peor de los malvados a la excelencia del esp�ritu cristiano. Podemos, sin impropiedad, permitir que estas palabras sugieran pensamientos sobre la forma en que la regeneraci�n y el perfeccionamiento del car�cter humano se lleva a cabo por la gu�a del ni�o peque�o. Dios nos est� entrenando a todos; Todos estamos en su gran escuela. Cristo es el gran maestro; La Palabra de Dios es nuestro "libro de referencia". Pero hay otras fuentes de instrucci�n a sus �rdenes. De estos es la vida familiar que �l ha instituido, y donde todos podemos aprender las lecciones m�s valiosas. Podemos considerar c�mo somos guiados por el ni�o peque�o, liderando a veces de malo a bueno, y otras veces de bueno a mejor. El ni�o peque�o a veces conduce:

I. DESDE LA DISTANCIA LEJOS DEL FLAGRANTE INCORRECTO HACIA EL REINO DE CRISTO. A menudo hemos le�do sobre el padre disipado, o imp�o, o incr�dulo, que se ha separado de todos los privilegios sagrados y, tal vez, ha ido lejos en caminos prohibidos, cuando todas las dem�s influencias han fallado, siendo guiados por el acentos suaves y suplicantes del ni�o peque�o a los recintos seguros del hogar, o a los servicios del santuario, o al camino y la pr�ctica de la sobriedad, y as� al reino de Cristo. A veces no es la voz viva, sino las suplicas recordadas del ni�o fallecido que viene del otro lado del velo, lo que lleva al vagabundo distante a "venir a s� mismo" y luego a "levantarse e ir al Padre".

II DE FUERA AL REINO ESPIRITUAL. Y esto:

1. Como modelo. Cuando los disc�pulos discut�an entre ellos cu�l de ellos deber�a ser el m�s grande en el reino, Jesucristo tom� a un ni�o y lo puso en medio de ellos, y dijo que, excepto que fueron completamente cambiados y se convirtieron en ni�os peque�os en su esp�ritu, no pod�an entrar en ese reino en absoluto. Es el esp�ritu infantil que nos introduce en el reino de Cristo. Aquellos que se mantienen afuera por dificultades que no pueden resolver, y tambi�n quienes est�n excluidos de la fe y la paz por un sentimiento de indignidad del cual no pueden surgir, solo necesitan tener el esp�ritu simple e incuestionable de la infancia; solo necesitan darse cuenta de que son los hijos peque�os de Dios, y deben tomar su palabra aun cuando esperan que sus propios peque�os tomen la suya, y "entrar�n" y ser�n bendecidos.

2. Como un motivo. Nos motivan muchos motivos, y nuestras decisiones serias generalmente est�n determinadas por m�s consideraciones que una. Hay muchas razones fuertes y urgentes por las cuales un hombre debe rendirse a Dios; pero si todo esto no logra moverlo, que recuerde al ni�o peque�o (ni�os) debajo de su techo del cual es responsable, que seguramente absorber� su esp�ritu y crecer� para ser tal como es; y por su bien, si no es por el suyo, que viva la vida correcta, digna y sabia.

III. EN EL REINO HACIA LA META Y EL PREMIO.

1. El ni�o peque�o nos recuerda continuamente esas gracias que nuestro Padre celestial espera ver en nosotros. Como estamos satisfechos con la docilidad, la confianza, la obediencia, el afecto de nuestros hijos, y nos duele cuando somos testigos de lo contrario, �l se ve afectado por nuestra actitud hacia �l.

2. El ni�o peque�o nos lleva al campo de la utilidad cristiana. La Iglesia Cristiana vio al peque�o ni�o ignorante, no iluminado, descuidado, en peligro de crecer hasta ser un hombre lejos de la verdad y de Dios, y le permiti� poner su mano en su brazo y llevarlo a la escuela donde deber�a recibir el conocimiento y influencia que necesitaba. Y el ni�o, por lo tanto, por su debilidad, simplicidad y necesidad, condujo a la Iglesia a la escuela, es para que la Iglesia gu�e al ni�o hacia los caminos de la sabidur�a celestial, hacia el reino de Jesucristo, hacia el camino de la utilidad. y servicio sagrado. � C.

Isa�as 11:11, Isa�as 11:12

El refugio del remanente.

Aqu� se hace alusi�n nuevamente a "el remanente" (ver Isa�as 10:20), de quien se habla en el siguiente verso ( Isa�as 11:12) como "los marginados" y "los dispersos". " El remanente de una cosa o de una comunidad no es la parte elegida, sino m�s bien lo que queda cuando todo (cada uno) ha sido elegido, los restos sin forma que quedan cuando todo lo dem�s ha sido seleccionado y apropiado; los extremos rotos que se arrojan a un lado sin tener en cuenta; los hombres dispersos que caen fuera de rango, desanimados o discapacitados, etc. Significa lo que menos importa entre los hombres. El remanente de Israel era esa parte de la comunidad que quedaba cuando los reyes hab�an perdido su trono, y los nobles su nobleza, y los sacerdotes su funci�n, y el pa�s estaba perdido. Por m�s despreciado y rechazado del hombre que este remanente pueda ser, a�n debe tener un lugar en el pensamiento y en el prop�sito de Dios. Lo recordar�a, lo "recuperar�a", lo "reunir�a", manifestar�a su favor a los ojos de todas las naciones. Podemos dejar que el tratamiento de Dios del remanente de Israel nos recuerde:

I. QUE LA SOCIEDAD HUMANA SIEMPRE CONTIENE SUS RESTOS, los de muy poca cuenta en su estimaci�n. Siempre podemos encontrar, si los buscamos, aquellos que parecen abandonados, indefensos, que no tienen "futuro", que est�n m�s all� de la recuperaci�n; aquellos para quienes no hay nada m�s que resignaci�n, si no, de hecho, desesperaci�n; aquellos cuya causa nadie defiende, y que no esperan ser recuperados o restaurados. De estos son:

1. Los enfermos irremediables: aquellos que heredan una constituci�n o reciben heridas que los descalifican para la batalla de la vida, y los colocan a merced de la comunidad de la que son miembros.

2. Aquellos que se han derrumbado, que subieron ansiosamente a la batalla y dieron un buen golpe, pero han sido gravemente heridos; quienes han sobrecargado su fuerza, y quienes se encuentran nerviosos e incapaces, obligados a renunciar a sus deberes en otras manos, su puesto a otros aspirantes.

3. Aquellos que han confundido su vocaci�n, que han seguido una l�nea de acci�n m�s all� de su capacidad, o para la cual no estaban preparados; quienes, en consecuencia, se han detenido y tropezado a lo largo de su curso, y han tenido mala reputaci�n y condena.

4. Aquellos que han sido notablemente desafortunados, que han embarcado todos sus recursos en un esquema que se ha roto, o que han entrado en una relaci�n m�s seria (quiz�s la suprema humana) que ha resultado ser un error desastroso; cuyo coraz�n est� casi roto y cuyas esperanzas est�n bastante arruinadas.

II QUE ESTOS SON LOS OBJETOS DE PECULIAR DIVINE respecto. Algunos de estos est�n cerca de nosotros; son los pobres que "siempre tenemos con nosotros", que viven con nosotros, adoran en nuestros santuarios, caminan por nuestras calles. A medida que tengamos la oportunidad, debemos asegurarles que no deben tomar la negligencia o el desprecio del hombre como indicando de ninguna manera la mente de Dios. A medida que la madre humana prodiga la riqueza de su ternura y amor a aquel de sus hijos que es el m�s fr�gil y el m�s dependiente de su familia, el Padre Divino se preocupa m�s por aquellos de sus hijos que m�s lo necesitan. amabilidad. �No fueron los "peque�os", es decir, los d�biles, los ignorados, los despreciados, los no amistosos, a quienes nuestro Se�or trat� con la mayor gracia y a quienes elogi� especialmente por nuestra simpat�a y socorro (ver Mateo 12:20)? Sobre ellos, si son sus disc�pulos, �l multiplicar� sus favores, y sobre ellos derramar� su gracia m�s rica y abundante. Hay "remanentes", "marginados", de otro tipo: aquellos que han ca�do en la batalla de la tentaci�n; quienes se inclinan con una sensaci�n de verg�enza y deshonra, y que sus compa�eros rechazan como maltratados e in�tiles. �Hay alguna esperanza para ellos en Dios? S�, hay un amplio espacio en las promesas, porque en el coraz�n del Divino Salvador, para estas. En su pensamiento, no son restos para ser arrojados al fuego; madera flotante en el r�o del destino, para lo cual no hay nada m�s que ser arrastrado por la corriente y arrojado sobre las cataratas; hijos desheredados para quienes no hay nada mejor que olvidar a la familia a la que pertenecen y hacerse felices con las c�scaras del pa�s lejano. No; en el coraz�n y en la esperanza de Jesucristo, estos son oro para su corona; son barcos que, con carta y br�jula, pueden navegar galantemente por el r�o de la vida y salir a los mares sin costas de una bendita inmortalidad; son hijos e hijas que ser�n recibidos con la mayor calidez bajo el techo del Padre y sentados a la mesa del Padre. En este mejor sentido, que el remanente sea restaurado.

Isa�as 11:13

Condiciones de victoria.

Estos vers�culos probablemente apuntan al momento en que todo Israel ser� reunido en el redil del evangelio, y cuando "su plenitud" contribuir� en gran medida a la conversi�n del mundo gentil (ver Romanos 11:1). Pero podemos tener una visi�n m�s pr�ctica del tema si lo consideramos as�; tenemos fotos de

I. ANARQU�A ESPIRITUAL ACTUAL. El pueblo de Dios se dispers� por todas partes, la teocracia se rompi�, el templo fue destruido, la Ley no fue observada, los paganos triunfaron, todo esto es una v�vida imagen del "reino de Dios" en un estado de disoluci�n: la verdad no reconocida, los mandamientos desobedecidos, la conciencia pervertido, lo Divino ser� ignorado, Dios mismo desconocido en el mundo.

II EL �LTIMO ESTABLECIMIENTO DEL DIVINO REINO. La restauraci�n de Israel como se describe aqu�, ya sea en su propia tierra y en sus antiguas instituciones o en su verdadero lugar en el prop�sito espiritual de Dios, puede hablarnos de esa gran consumaci�n de la esperanza humana, cuando el reino de nuestro Dios ser� restablecido en la tierra; cuando ese reino, que no es la aplicaci�n de ning�n r�gimen eclesi�stico, ni la observancia de ninguna regla de dieta o devoci�n, sino "justicia, paz y gozo en el Esp�ritu Santo" ( Romanos 14:17) , tomar� el lugar del "reino de este mundo", que es iniquidad, inquietud y muerte.

III. LAS CONDICIONES DE SU LOGRO. Estos son triples.

1. La desaparici�n de la lucha fratricida. ( Isa�as 11:3.) Lo que Jud� y Efra�n fueron en los viejos tiempos teocr�ticos, que las iglesias vecinas o los camaradas cristianos han sido el uno al otro durante estos "siglos cristianos". Tristemente, el Se�or del amor debe haber menospreciado su herencia, la compra de su pena y su muerte, y haber visto las envidias y los celos, los odios y las crueldades, que han marcado y estropeado la relaci�n sexual de sus disc�pulos. No se puede esperar el progreso de su bendito reino en ninguna comunidad cuando aquellos cuyas relaciones deben ser embellecidas por la concordia est�n desfigurados por la enemistad y la lucha. Dejemos que las Iglesias cristianas dejen de esperar cualquier resultado de su predicaci�n o de su oraci�n, siempre y cuando la amargura arruine el coraz�n y la contenci�n caracterice a la Iglesia (ver Mateo 5:24). No hay esfuerzo, no hay sacrificio, lo que no vale la pena que haga una sociedad cristiana para poder eliminar "la ra�z de la amargura" que, mientras permanezca, neutralizar� toda devoci�n y har� todo celo. ser "nada que valga la pena".

2. Cooperaci�n activa entre el pueblo de Dios. "Ellos [Efra�n y Jud� juntos] volar�n ... ellos deletrear�n ... ellos pondr�n su mano", etc. ( Isa�as 11:14). Sus fuerzas unidas deb�an prevalecer sobre las bandas del enemigo y asegurar la victoria en todos los bandos. As� ser� en la campa�a espiritual. Ser� cuando todas las Iglesias de Cristo se unan, no de hecho en una amalgama visible, sino en una acci�n bien concertada, uni�ndose sinceramente contra el enemigo com�n, saliendo juntas contra la ignorancia, la incredulidad, la impiedad, el vicio, la indecisi�n y todo lo dem�s. largo tren de pecado; entonces se descubrir� que el enemigo ser� sometido y se asegurar� la victoria.

3. Energ�a divina trabajando del lado de la verdad, ( Isa�as 11:15, Isa�as 11:16.) Cuando el Se�or interpuso en nombre de Israel en una liberaci�n, y lo har�a en otra, por su poder de vencer haciendo el camino desde Egipto y la carretera desde Asiria, entonces se interpondr� en nombre de las fuerzas espirituales que est�n haciendo su trabajo en el mundo. Har� que sea posible y factible lo que parece imposible e impracticable; permitir� a los campeones de su causa ir a donde les parece imposible penetrar y conquistar donde la victoria parece completamente fuera de su alcance. Por lo tanto

(1) que la oraci�n sea sincera,

(2) deja que el coraz�n tenga esperanza,

(3) deje que el esfuerzo sea en�rgico y persistente. � C.

HOMILIAS POR R. TUCK

Isa�as 11:1

Cristo la rama.

"Pero brotar� un brote del tallo de Jes�, y un brote fruct�fero crecer� de sus ra�ces" (traducci�n de Henderson; ver Isa�as 4:2). La idea es de un tonto que brota de un toc�n tallado. La palabra utilizada (netser) sugiere singularmente a Nazaret despreciado, con qu� lugar se asoci� la vida temprana del Mes�as, y de la cual se podr�a decir burlonamente: "�Puede salir algo bueno de Nazaret?" Wordsworth comenta sobre el contraste sublime en esta profec�a y lo anterior: "El poderoso y altivo poder mundano de Asiria, el tipo de impiedad y anticristianismo, ser� talado, como un gran bosque, en el orgullo de su fuerza y ??gloria, nunca levantarse de nuevo; pero el esp�ritu de profec�a aqu� revela que cuando la casa de David parec�a un �rbol tallado en un toc�n en la tierra, un reto�o brotar�a del toc�n, y una rama que brota de sus ra�ces dar fruto y eclipsar la tierra. Y as� sucedi�. En un momento en que la casa de David parec�a ser reducida al estado m�s bajo, cuando la Virgen era una pobre doncella en un pueblo de la despreciada Galilea, y luego por la agencia milagrosa de Dios la Rama brot� del toc�n tallado, y creci� hasta convertirse en un �rbol poderoso, y produjo mucha fruta, y recibi� el mundo bajo su sombra ". Se ha sugerido h�bilmente que "el cedro del L�bano, el s�mbolo del poder asirio, deb�a ser cortado y, al ser del g�nero del pino, que no env�a reto�os, su ca�da era irrecuperable. Pero el roble, el s�mbolo de Israel, y de la monarqu�a de la casa de David, le quedaba una vida despu�s de haber sido cortado, y la vara o ventosa que brotar�a de sus ra�ces deber�a florecer una vez m�s en mayor gloria que antes ". Fijamos la atenci�n en el sentimiento entretenido respecto a los imb�ciles, que generalmente son despreciados, que se cree que son cosas d�biles y fr�giles, de las cuales nunca se espera nada de valor.

I. LA SORPRESA DE LOS INICIOS BAJOS DE CRISTO. Nacido en una familia pobre, en un momento en que la raza de David estaba en su peor humillaci�n; nacido, como uno desplazado por la prisa de la vida, en el patio de una posada; criado en un pueblo despreciado. Hab�a solo unos pocos destellos de gloria descansando en su infancia. Los �ngeles anunciaron las noticias de su nacimiento; Los magos le ofrecieron adoraci�n en la caba�a de Bel�n, pero Herodes, si hubiera podido, habr�a roto ese tonto, casi antes de que comenzara a mostrar su verdor. Se necesitar�a un gran poder de imaginaci�n para imaginar una carrera espl�ndida y un renombre mundial para ese pobre beb� de Bel�n. "Lleg� a lo suyo, y los suyos no lo recibieron"

II LA ESPERANZA DE LOS PRIMEROS A�OS DE CRISTO. No necesitamos aceptar las extra�as y tontas leyendas de los Evangelios ap�crifos sobre la infancia y la infancia de Jes�s. Tenemos un incidente hist�rico completamente suficiente, que presenta al ni�o de doce a�os y nos convence de que se estaba desarrollando una virilidad maravillosa. Su madre observ� mucho y reflexion� sobre muchas cosas en su coraz�n, y la historia del cristianismo ha verificado todas las esperanzas que esa buena madre atesoraba.

III. LA BELLEZA DEL CRECIMIENTO DE CRISTO. El tonto se hizo fuerte, se convirti� en una rama, comenz� a extender sus propias ramas, se convirti� en un �rbol cuya belleza atrajo la atenci�n de todos los hombres. Dos pasajes sugieren ilustraci�n y detalle: "Y el Ni�o creci� y se fortaleci� en esp�ritu, lleno de sabidur�a; y la gracia de Dios estaba sobre �l". "Jes�s aument� en sabidur�a y estatura, y en gracia para con Dios y los hombres". Otras sugerencias provienen de las declaraciones: "Todos los que lo escucharon quedaron asombrados por su comprensi�n y respuestas". y, "descendi� con ellos, y vino a Nazaret, y estuvo sujeto a ellos". La inteligencia, la sumisi�n, la obediencia, fueron los hermosos rasgos de su infancia: la espl�ndida promesa de a�os posteriores.

IV. LA INCRE�BLE RIQUEZA DE LA FRUTA DE CRISTO. Cuando el tonto lleg� al momento de soportar, super� por completo el viejo �rbol de David. Ilustrar su fruto

(1) de santo ejemplo;

(2) de sabia ense�anza;

(3) de curaciones graciosas;

(4) de sufrimientos heroicos;

(5) del triunfo eterno sobre el pecado.

Fruto moral y espiritual que responde a las necesidades de los hombres sedientos y hambrientos. Fruto que era el "Pan de vida". El despreciado �rbol de David finalmente envi� un reto�o, que r�pidamente creci� hasta convertirse en un �rbol, cuyas hojas eran para la curaci�n de todas las naciones, y cuyo fruto era para el avivamiento espiritual de un mundo que estaba "muerto en delitos y pecados". "�RT

Isa�as 11:2

Las dotaciones de Cristo por el Esp�ritu.

La concepci�n prof�tica del Mes�as es la de un hombre, especialmente dotado y preparado para su misi�n por el Esp�ritu de Dios. Las figuras que ayudan a la visi�n prof�tica son David, dotado del esp�ritu de gobierno y de canto; y Salom�n, dotado del esp�ritu de la sabidur�a. Y el Nuevo Testamento nos dice que pensemos que Cristo tiene el Esp�ritu, no por medida, sino sin medida: la plenitud de Dios que habita en �l ( Colosenses 1:19; Colosenses 2:9). Compare el comienzo del serm�n de nuestro Se�or en Nazaret: "El Esp�ritu del Se�or est� sobre m�" ( Lucas 4:18). El punto sugerido es que los dones de Dios est�n siempre en una adaptaci�n precisa a la obra de un hombre. Aqu�, en relaci�n con Cristo, las "cualidades est�n dispuestas en tres pares, pero todas surgen de una Fuente, el Esp�ritu de Jehov�, que descansa permanentemente sobre �l. Son

(1) claridad de percepci�n moral e intelectual;

(2) la sabidur�a y la valent�a propias de un gobernante;

(3) un conocimiento de los requisitos de Jehov�, y la voluntad de actuar de acuerdo con este conocimiento "(Cheyne).

Cristo fue un maestro, sanador, ejemplo, salvador, jefe de un reino espiritual. Como adecuado para estos puestos y cargos, fue dotado con:

I. SABIDUR�A. Los dones especiales del gobernante, como se llama para juzgar casos dif�ciles y complejos. En su forma m�s alta implica la comprensi�n de las cosas secretas de Dios.

II COMPRENSI�N. O agudo, r�pido discernimiento; la sagacidad que descubre lo correcto, y la palabra correcta para decir, en todas las relaciones humanas.

III. CONSEJO. El poder de formar planes sabios; El claro prop�sito que le corresponde a un rey para el ejercicio de la soberan�a. "�l sabr� c�mo administrar los asuntos de su reino espiritual en todas las ramas del mismo, para responder eficazmente a sus dos grandes extremos: la gloria de Dios y el bienestar de los hijos de los hombres".

IV. PODR�A. La capacidad de llevar los planes a la ejecuci�n. Con los hombres, a menudo encontramos un divorcio entre la habilidad para planificar y el poder para ejecutar.

V. MIEDO A DIOS. La disposici�n que nos mantiene siempre ansiosos esperando y decididos a hacer la voluntad de Dios. La reverencia y la fe, que es el comienzo de toda sabidur�a.

Se pueden encontrar f�cilmente ilustraciones de cada uno en la vida del Se�or Jes�s; y se puede instar a que todas estas dotaciones le hayan dado el poder que reside en la justicia: el poder

(1) marchitar todo mal;

(2) para nutrir todo bien.�R.T.

Isa�as 11:3

Los principios del gobierno mesi�nico.

Estos se ejemplifican en la administraci�n real de la cabeza del reino mesi�nico. La imagen presentada aqu� est� dise�ada para contrastar con la de los jueces injustos mencionados en Isa�as 1:23; Isa�as 2:14, Isa�as 2:15; Isa�as 10:1, Isa�as 10:2. La figura de vestirse, o vestirse, con atributos morales no es infrecuente en las Escrituras. La faja se menciona como una parte esencial de la vestimenta oriental, y lo que mantiene las otras prendas en su lugar adecuado y califica al usuario para el esfuerzo. Las reglas o caracter�sticas del reino mesi�nico o espiritual pueden ilustrarse bajo los siguientes t�tulos.

I. JUSTICIA COMO ANTE DIOS. Se debe buscar lo absolutamente correcto; y se encontrar� en qu�

(1) Dios es;

(2) lo que Dios ordena;

(3) lo que Dios aprueba.

Matthew Henry dice: "Ser� justo en la administraci�n de su gobierno, y su justicia ser� su cintur�n; constantemente lo rodear� y se unir� a �l, ser� su ornamento y honor; se ce�ir� a s� mismo para cada acci�n, ce�irse con su espada para la guerra en justicia; su justicia ser� su fuerza, y lo har� expedito en sus empresas, como ce�ido un hombre con sus lomos ". Compare el reino regido por consideraciones de justicia con los reinos regidos por consideraciones de conveniencia.

II EQUIDAD ENTRE HOMBRE Y HOMBRE. La determinaci�n de que cada hombre obtendr� lo que le corresponde y lo har�. Surgen muchos casos en los que se debe tonificar la justicia estricta considerando las circunstancias. En vista de la debilidad humana, a veces se debe poner lo equitativo en lugar de lo correcto.

III. CASTIGO EFICIENTE DE LOS MALVADOS. La mano fuerte en el malhechor es siempre esencial para un buen gobierno.

IV. Fidelidad al deber. El deber se distingue del derecho en esto, que es algo que estamos obligados a hacer, bajo la autoridad de alguien que tiene el derecho de mandarnos. La "fidelidad" es muy parecida a la "lealtad". Y el Mes�as es un Rey teocr�tico, un Vicegerente de Jehov�.

V. PAZ POR TODAS PARTES. Porque, si prevalece la justicia, nadie har� mal a los dem�s, y nadie tendr� que vengarse de los errores. Los celos, las envidias, la violencia, los deseos, todos se desvanecen antes de avanzar en la justicia; y cuando Jes�s, el Rey justo, reina sobre la mente, el coraz�n y la vida, entonces habr� llegado el d�a de la gloria, y "no se oir� el sonido de la guerra o la batalla", "se escuchar� el mundo".

Isa�as 11:9

El a�o de oro cristiano.

El alivio de Isa�as, de las cargas, pecados y penas de su tiempo, es su anticipaci�n de los pr�ximos d�as del Mes�as, que fueron para los antiguos jud�os su "a�o dorado". Las visiones de Isa�as se abren paso en sus registros de denuncias malvadas y prof�ticas, y yacen como charcos de azul en un cielo nublado, o se paran como un oasis de palmeras en un triste desierto. El pensamiento general de este cap�tulo es que cuando la justicia puede reinar real y completamente, entonces se alcanzar� la paz. Tan pronto como el Rey justo pueda alcanzar el trono del dominio universal, el mundo estar� en paz de todas sus miserias, y no solo de la guerra. Cuando el Rey perfecto es universalmente reconocido, entonces se establecer� el reino perfecto.

I. LAS ESCRITURAS PROF�TICAS CREAN UN SER PERFECTO, UN REY IDEAL. Los hombres siempre han estado en la perspectiva de un futuro glorioso: "un buen momento por venir". Pero las im�genes po�ticas han sido vagas, y la generalizaci�n ha significado debilidad. La profec�a b�blica nos presenta:

1. Una persona, un hijo; y se predicen los incidentes reales de su vida, como un verdadero ser humano.

2. Una persona perfecta. Observe las declaraciones de este cap�tulo y la idea que se form� del Mes�as.

3. Una persona con autoridad real. Si es un hombre perfecto, debe ser un rey entre los hombres. Esta idea real fue expuesta

(1) en la teocracia fundada por Mois�s;

(2) en el reinado de David;

(3) en la visi�n de Daniel.

En los tiempos del cautiverio jud�o, la promesa de tal l�der y libertador era necesaria para evitar que los hombres se desesperen por completo. La concepci�n de una persona perfecta est� m�s all� de nosotros que la concepci�n de una edad perfecta. Antes de que Cristo viniera, ninguno de los dos se hab�a dado cuenta. Ahora uno tiene. La Persona perfecta ha venido, y tenemos derecho a decir que "con Dios todas las cosas son posibles", viendo que lo que se ha llamado imposible ha sido superado. El Cristo hist�rico es la realizaci�n de lo que los hombres pensaban que era imposible.

II LAS ESCRITURAS PROF�TICAS SE ESTABLECEN ANTES DE NOSOTROS UNA EDAD PERFECTA, UN REINO IDEAL. Observe las figuras del cap�tulo; y expresiones tales como "�l tendr� dominio tambi�n de mar a mar", y Daniel 7:13, Daniel 7:14. La poes�a tiene su "edad de oro", en su mayor parte, en el pasado. La escritura lo tiene en el futuro. Hacia eso nos estamos moviendo. Para ello estamos trabajando. Antiguamente, los hombres fallaban en la fe de que el Rey perfecto vendr�a, y ahora fallamos en la fe de que el reino perfecto vendr� alguna vez, porque no podemos explicar el cu�ndo, el c�mo y el por qu�. Se puede decir: �tenemos alguna raz�n aparentemente buena para nuestra fe que falla? Y se puede instar a que

(1) la edad de oro nunca ha sido alcanzada en parte, en ninguna parte;

(2) no hay signos de su acercamiento; y

(3) no podemos marcar claramente incluso nuestra propia creciente reuni�n para ello.

La edad perfecta apenas tiene un comienzo d�bil en nosotros. �Pero qui�n puede discernir la victoria a trav�s del humo de la batalla? Y sin embargo, la victoria puede, en efecto, ser ganada. Con una vista despejada podr�amos ver muchas se�ales de esperanza; como estos:

1. El Rey ha venido y est� en conflicto por sus derechos.

2. A veces los creyentes santos casi alcanzan el reino perfecto.

3. En medida limitada se realiza en la Iglesia de Cristo.

4. En su forma m�s amplia, como un reino de justicia, se extiende por toda la tierra. Y si Dios pudiera darle al mundo el Rey perfecto, tambi�n puede darle la edad perfecta. La pregunta pr�ctica es: �qu� estamos haciendo para acelerar su llegada? La esperanza del mundo radica en la difusi�n del conocimiento del Se�or. En todas partes los heraldos deben ir hasta que la tierra est� llena, tan llena como la cuenca del mar est� con las aguas. Debemos, por nosotros mismos, conocer al Se�or, y debemos hablar de �l, y dar testimonio de �l, a los dem�s; por cada acto de vida y labor piadosa se acerca el "a�o dorado" - R.T.

Isa�as 11:10

El centro de atracci�n para todo el mundo.

"Una ense�a del pueblo; a ella buscar�n los gentiles". En forma prof�tica, hemos expresado aqu� la verdad que el mismo Mes�as expres� cuando dijo: "Y si soy elevado, atraer� a todos los hombres hacia m�". Se cree que toda la humanidad se vuelve para mirar al Crucificado y responde a una atracci�n irresistible que hace que todos se re�nan a su alrededor, mientras los ej�rcitos se re�nen sobre una insignia o estandarte, y los clanes se re�nen en el lugar de reuni�n designado. Nuestro Se�or habl�, en tres ocasiones separadas, del poder atractivo que vendr�a de su "elevaci�n".

(1) Juan 3:14. Aqu� la idea es general. Levantado en el sentido de ser visto a la vista de los hombres, como lo estaba la serpiente de bronce cuando se instal� en el poste en el medio del campamento.

(2) Juan 8:28. Aqu� la idea es que su barco del Mes�as ser�a evidente cuando su vida estuviera completa, y eso no ser�a hasta que fuera levantado en la muerte.

(3) Juan 12:32. Aqu� encontramos pros�litos griegos ansiosos por ver a Jes�s. Tal presi�n en el reino fue prematura. El "ma�z de trigo debe caer al suelo y morir". Los griegos y los gentiles deben esperar un poco m�s. La bandera pronto se levantar�a; entonces pueden buscarlo. Es interesante notar que la palabra sir�aca para "crucificar" significa "elevar", "elevar", mientras los hombres establecen un est�ndar. El poder de Cristo desde su cruz �la atracci�n de Cristo como Alf�rez� es nuestro tema, y ??notamos:

I. CRISTO, EN SU CRUZ, SE REVELA ATRACTIVAMENTE A LAS MENTES DE LOS HOMBRES. Solo podemos obtener puntos de vista imperfectos e insatisfactorios al limitar nuestra atenci�n a la obra de Cristo. De esa manera solo podemos esperar formular doctrinas fr�as y sin vida. Pero nuestros puntos de vista son igualmente imperfectos si limitamos nuestra atenci�n a la persona de Cristo. Entonces no podemos hacer m�s que alimentar el sentimiento, o poner ante nosotros un ejemplo de imitaci�n. Debemos combinar ambos y dejar que cada uno ilumine al otro. Ilustra el esplendor de la luz combinada de oxi-hidr�geno. �Cu�nto hizo Cristo de s� mismo! En un hombre ser�a doloroso ego�smo; �Por qu� no est� en �l? Porque su misi�n era manifestar a Dios a los hombres; entonces debe se�alarse a s� mismo. Toda su vida, discurso, acci�n, sufrimiento, fue una revelaci�n gradual de s� mismo, del profundo misterio de su origen, su reclamo, de Dios en �l. Pero lo que necesitamos ver m�s completamente de lo que lo hacemos es que, aparte de su muerte, al morir, su vida no podr�a haberlo revelado eficientemente. La muerte solo completa la prueba. Si fracasara en esa hora suprema, una filiaci�n imperfecta nunca podr�a habernos mostrado el Dios Padre perfecto. Podemos ver que solo la historia de su vida no podr�a haber sido suficiente, porque:

1. Sus enemigos tergiversaron esa vida y dijeron: "Tiene un demonio".

2. Los disc�pulos lo malinterpretaron y solo vieron su significado despu�s de su muerte.

3. Los cr�ticos ahora pueden explicar la vida, pero est�n desconcertados por el misterio de su muerte. Levantado, Cristo est� puesto ante nosotros

(1) como el hombre modelo;

(2) como no un simple hombre;

(3) como el Hijo de Dios con poder.

Y si la religi�n exige amor personal y confianza en el Se�or Jesucristo, entonces debemos conocerlo, debemos conocerlo completamente; y solo as� podemos conocerlo cuando es "elevado".

II CRISTO, EN SU CRUZ, SE MUESTRA ATRACTIVAMENTE A LOS CORAZONES DE LOS HOMBRES. Los hombres pueden ser impulsados ??o atra�dos por la bondad. El evangelio tiene su majestad de conducir, su "l�tigo de cuerdas peque�as". "Conociendo por lo tanto el terror del Se�or, persuadimos a los hombres". Pero su gran poder es su poder de atracci�n; su influencia moral; su restricci�n de los afectos y de la voluntad. Una voz del "Alf�rez", de Jes�s levantado, siempre nos llama y nos dice: "�No es nada para ustedes, todos los que pasan? He aqu� y ven". El sufrimiento tiene un poder extra�o en los corazones humanos. El sufrimiento abnegado nos conmueve de manera extra�a. La crucifixi�n era maldici�n y verg�enza, pero pon�a a Cristo en el ojo del mundo. Ning�n tipo de muerte podr�a levantarlo y obligar al mundo moribundo a mirar. Y Cristo crucificado sigue siendo la suprema persuasi�n, la atracci�n irresistible para los hombres. Jes�s levantado, un Alf�rez para la reuni�n de la gente, puede ser una historia vieja y desgastada, y puede haber perdido algo de su poder de atracci�n para ti. Ah! eso solo puede ser porque los hombres, y las palabras de los hombres, se pararon frente a �l y le quitaron los ojos de encima. Solo verlo. Mire al Alf�rez, y luego encontrar� su alma pregunt�ndose: "�Para qui�n, para qui�n, alma m�a, fueron soportadas todas estas penas?" y usted tambi�n sentir� "el fuerte y atractivo poder".

Isa�as 11:11

La unidad de la raza en el reino del Mes�as.

Esta unidad es el gran sue�o y la esperanza de la humanidad. Nunca se puede lograr en ning�n reino temporal, y podr�a ser solo una unidad formal y externa si lo fuera. No son posibles las unidades de la mente o del gobierno; pero la unidad del coraz�n es. Los hombres pueden ser uno en Dios; y uno en ese reino espiritual en el que Dios gobierna. Este vers�culo se usa como argumento para lo que se conoce como la segunda venida de Cristo. Su fuerza y ??valor en esa relaci�n que ahora no discutimos. La sugerencia espiritual del pasaje est� ahora ante nosotros, y debemos ver que Cristo es el v�nculo de la unidad para el mundo, que nunca puede ser uno salvo en su amor, en la vida que da, y en el Padre-Dios �l revela. Podemos asegurarnos plenamente de c�mo asegurar esta unidad si consideramos los siguientes puntos con respecto a la influencia de Cristo.

I. Atrae a todos. (Ver la homil�a anterior).

II EL DESMONTA TODAS LAS SEPARACIONES. De raza, clase, edad, prejuicio, formas religiosas, etc. En �l no hay "ni jud�o ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer. �l es todo y en todo".

III. ES SUPERIOR A TODAS LAS DIFICULTADES F�SICAS. Vienen a �l de todas partes. El Esp�ritu de Cristo triunfa sobre las monta�as y los mares. Entra en las tierras febriles y gana influencia en las zonas congeladas. Los misioneros van a todas partes predicando a Cristo, y su Esp�ritu en ellos es su dominio heroico de todas las discapacidades.

IV. PUEDE SATISFACER TODOS LOS CORAZONES. Corazones alegres y tristes. Corazones vac�os y llenos. Corazones solitarios y satisfechos. Corazones muertos y anhelos. �l tiene vida, amor, verdad, descanso, esperanza, paz, a sus �rdenes; y de esta gracia da a todos los hombres generosamente. Puede perfeccionar la unidad de la raza ganando el amor universal, el amor supremo, que es la vida de la humanidad, y la garant�a de la hermandad. Todos los hombres pueden ser hijos del �nico Padre en su amor. Todos los hombres pueden ser hermanos, de hecho, por el amor de su filiaci�n com�n. Cristo es Dios, y nos gana para Dios, y nos gana como Dios � R.T.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Isaiah 11". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/isaiah-11.html. 1897.
 
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