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Bible Commentaries
Isaías 23

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

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Versículos 1-18

EXPOSICI�N

Isa�as 23:1

LA CARGA DEL NEUM�TICO. Los h�roes alcanzamos la �ltima de las "cargas": el cap�tulo final de la serie de profec�as denunciadoras que comenzaron con Isa�as 13:1. Es una eleg�a "en tres estrofas o estrofas" (Cheyne), la primera se extiende desde Isa�as 13:1 a Isa�as 13:5; el segundo, de all� a Isa�as 13:9; y el tercero de Isa�as 13:10 a Isa�as 13:14. Un trasfondo de tristeza, e incluso de pena, prevalece en todas partes, el profeta ve a Tiro como un compa�ero que sufre con Israel, perseguido y oprimido por el famoso enemigo, Asiria, que estaba empujando sus conquistas en todas partes y recientemente hab�a extendido su dominio incluso. sobre Babilonia ( Isa�as 13:13). Esta �ltima alusi�n fija la fecha de la profec�a en un momento posterior a B.C. 710, cuando el monarca asirio, Sarg�n, conquist� por primera vez el pa�s y tom� el t�tulo de rey.

Isa�as 23:1

Aullido (comp. Isa�as 13:6, 31). La expresi�n es com�n en los profetas (ver Jeremias 4:8; Jeremias 25:34, etc .: Ezequiel 21:12; Ezequiel 30:2; Joel 1:5, Joel 1:11, Joel 1:13; Sofon�as 1:11; Zacar�as 11:2, etc.). Ustedes naves de Tarsis. "Naves de Tarsis" se mencionan por primera vez en relaci�n con el comercio realizado por Salom�n. Aparentemente, el t�rmino all� designa una cierta clase de barco en lugar de aquellos que se dedican a un comercio en particular. Aqu�, sin embargo, se pueden prever naves fenicias, realmente dedicadas al comercio con Tartessus. Tartessus era un asentamiento fenicio muy antiguo en el sur de Espa�a, m�s all� de los Pilares de H�rcules, y era el centro de un comercio m�s importante y lucrativo. En el pasaje actual se dirige a la flota de mercaderes que regresa y se les dice que el puerto al que se apresuran est� cerrado, la ciudad desolada. De la tierra de Chittim. "Chittim" aqu�, como en G�nesis 10:4, y en otros lugares en general, es probablemente Chipre, cuya capital m�s antigua fue llamada por el gatito griego (ver Joseph, 'Ant. Jud,' 1.6, � 1). El nombre "Chittim" no es una variante improbable de "Khittim", "los hititas", que pueden haber sido los primeros en colonizar la isla. Una flota del Mediterr�neo occidental tocar�a naturalmente Chipre en su camino hacia Tyro, y all� aprender�a la calamidad.

Isa�as 23:2

Estate quieto; m�s bien, guarda silencio, como en el margen. Ser�a inactivo quejarse o lamentarse. Vosotros habitantes de la isla. Tyro estaba situado en una peque�a isla, que Alexander uni� al continente por medio de un topo (Arrian, 'Exp. Alex.,' 2.23). Sin embargo, es incierto si esta isla se entiende aqu�, o la franja de la costa fenicia, ya que el hebreo 'i tiene ambos significados. T� a quien los mercaderes de Zidon ... han reposici�n. Durante el floreciente per�odo de Tyro, Zidon, aunque en general ten�a sus propios reyes, desempe�� un papel secundario para Tiro y, en su mayor parte, accedi� a la supremac�a tiria. Sus mejores marineros sirvieron en la flota tiria ( Ezequiel 27:8), y sus comerciantes se contentaron con enriquecer la reconocida "ciudad principal".

Isa�as 23:3

Por grandes aguas; m�s bien, en grandes aguas; es decir, en las aguas del Mediterr�neo (cf. Salmo 107:23; Ezequiel 27:26). Los buques egipcios transportaron el ma�z destinado a la exportaci�n a los puertos en las desembocaduras del Nilo, donde fue transbordado a bordo de embarcaciones fenicias, que lo llevaron en mar abierto a los pa�ses que lo necesitaban. Nunca o�mos hablar de los egipcios que disputaban el comercio del Mediterr�neo con los fenicios y los griegos, aunque a veces ten�an buques mercantes en las aguas del Mar Rojo. La semilla de Sihor; es decir, el ma�z del valle del Nilo. "Si-her", o m�s bien "Shihor", es el �nico nombre propio por el cual se designa al Nilo en las Escrituras hebreas. Significa "la oscuridad", "el turbio", y puede compararse con el moderno "Bahr-el-azrak", usado en el Nilo oriental o abisinio, y con el t�rmino "Nilus", si eso significa "la oscuridad". corriente azul ". Ocurre, como el nombre del Nilo, solo en Josu� 13:3; 1 Cr�nicas 13:5; Jeremias 2:18; y el lugar presente Es su ingreso; es decir, "produce una parte de sus ingresos anuales". Y ella es un hombre de naciones (as� Gesenius y Ewald). Delitzsch y el Sr. Cheyne traducen: "Es la ganancia de las naciones", "refiri�ndose" al ma�z que exportaron los tirios.

Isa�as 23:4

Avergonzate, oh Zidon. Zidon, la m�s antigua y venerable de las ciudades fenicias ( G�nesis 10:15; Josu� 11:8; Josu� 19:28; Jueces 18:7; Justin, Jueces 18:3, etc.), se siente avergonzado porque Tire es capturado. La ruina de la ciudad metropolitana ser�a sentida como una desgracia por todas las ciudades menores, y especialmente por Zidon. El mar ... incluso la fuerza del mar; m�s bien, la fortaleza del mar; es decir, Tiro ella misma. Tiro declara que ella no tiene hijos, que no tiene ni hijo ni hija, es como si nunca hubiera tenido un parto ni tenido hijos. No trabajo, etc .; m�s bien, no he hecho el trabajo de parto, ni he dado a luz, ni me he alimentado, etc. Mis hijos est�n muertos o me han sido arrebatados, es como si nunca los hubiera tenido.

Isa�as 23:5

Como en el informe sobre Egipto; m�s bien, cuando el rumor llegue a Egipto. Estar�n muy dolidos. Los egipcios no ten�an gran afecto hacia ninguna naci�n extranjera. Eran un pueblo cuya caridad comenz� y termin� en casa. Pero la ca�da de Tiro siempre fue un shock para ellos, y se sinti� que presagiaba el mal para ellos. El poder asi�tico, que era lo suficientemente fuerte como para capturar la fortaleza de la isla, ser�a un enemigo formidable para el propio Egipto, y podr�a esperarse en ninguna fecha lejana que intentara la conquista del valle del Nilo.

Isa�as 23:6

Pasados ??a Tarsis. El consejo fue bueno, y quiz�s, tal vez, se haya seguido hasta cierto punto. Cuando Senaquerib atac� a Elulaeus de Sid�n, ese monarca huy� a trav�s del mar, probablemente a Chipre. Cuando Alexander finalmente arruin� a Tiro, una parte de la poblaci�n escap� a bordo de Cartago (Arrian, 'Exp. Alex.', 2.24, � 8). Un escape de este tipo est� representado en las esculturas asirias (Layard, 'Monuments of Nineveh', primera serie, pl. 7l).

Isa�as 23:7

�Es esta tu ciudad alegre? literalmente, tu alegre; es decir, �puede este miserable mont�n de ruinas ser el rico y alegre Tiro? Cuya antig�edad es de los d�as antiguos. Aunque considerado como menos antiguo que Zidon (Justin, 18.3), Tyro, sin embargo, reclam� una antig�edad muy remota. A Her�doto se le dijo que su templo de H�rcules (Melkarth) hab�a sido construido dos mil trescientos a�os antes (Herodes; 2.44). P. Curtius hace que la ciudad haya sido fundada por Agenor, el padre de Cadmo, quien supuestamente vivi� trescientos a�os antes de la Guerra de Troya ('Vit. Alex', 4.4). Sin embargo, debe notarse, por otro lado, que no hay ninguna menci�n de Tyro en Homero, y ninguna en las Escrituras hasta el tiempo de Josu� ( Josu� 19:29), sobre B.C. 1300. Sus propios pies la llevar�n lejos para quedarse (tan Lowth, Rosenm�ller, Gesenius, Ewald, Kay). Otros hacen el pasaje, "cuyos pies sol�an llevarla lejos para quedarse". En un caso, se se�ala el pr�ximo vuelo y el exilio, en el otro, la empresa comercial pasada de la ciudad.

Isa�as 23:8

�Qui�n ha tomado este consejo? �Qui�n puede haber concebido la idea de destruir una ciudad a la vez tan poderosa y tan propicia para la ventaja de otros estados? La respuesta se da en el siguiente verso. La ciudad coronada; es decir, "el dispensador de coronas". Ya sea a los gobernadores de sus colonias, o tal vez a las otras ciudades de Fenicia Propia. No est� del todo claro si los reyes de esas ciudades necesitaban la sanci�n de Tyro para confirmarlos en sus tronos, o no. La palabra hebrea utilizada ciertamente debe traducirse como "coronaci�n" y no "coronada". Cuyos comerciantes son pr�ncipes. En realidad, no soberanos, sino los hombres principales en el estado bajo el rey. Traficantes; literalmente, cananeos. Pero el nombre �tnico parece haber adquirido temprano el significado secundario de "comerciantes" (ver Proverbios 31:24; Job 41:6).

Isa�as 23:9

El Se�or de los ej�rcitos lo ha propuesto; m�s bien lo ha aconsejado. La palabra es la misma que la utilizada en la cl�usula de apertura de Isa�as 23:8. Dios ha concebido la idea de destruir Tiro, por las razones que el profeta procede a especificar:

1. Manchar el orgullo de toda gloria; o, de toda belleza. No es que la "gloria" o la "belleza" le desagraden o provoquen su envidia, como pensaba el pagano (Herodes; 7.10, � 4), sino que aquellos que se "enorgullecen" de su gloria y belleza lo ofenden.

2. Despreciar a todos los honorables de la tierra; es decir, hacer despreciables a los que el mundo honra, aunque no merecen honor.

Isa�as 23:10

Pasa por tu alabanza como un r�o; m�s bien, desbordar tu tierra, como el Nilo. Sacude toda restricci�n; es decir, d� rienda suelta a sus deseos, ya no se vea limitado y limitado por las restricciones de las encuestas de metro. Tartessus se dirige, como la colonia principal, y quiz�s la m�s oprimida; y en su persona todas las colonias est�n llamadas a liberarse de la ciudad madre. No hay m�s fuerza; m�s bien, no hay m�s una faja; es decir, no hay nada que necesite restringirlo: �el poder de Tiro se ha ido!

Isa�as 23:11

Extendi� su mano sobre el mar. Por "�l" debemos entender a "Jehov�" (ver Isa�as 23:9). Dios ha herido a Tyro, la gran potencia mar�tima, destruy� su dominio y liber� a las ciudades sujetas. Sacudi� los reinos; es decir, no solo Tiro, sino las otras ciudades de la costa fenicia, cada una de las cuales ten�a su propio rey. Contra la ciudad mercante; m�s bien, contra Cana�n. Fenicia se llama "Cana�n", como Inglaterra a menudo se llama "Gran Breta�a". Entonces la "mujer sirofenicia" de Marco 7:26 es "una mujer de Cana�n" en Mateo 15:22.

Isa�as 23:12

�l dijo. Jehov� contin�a sus amenazas. La virgen oprimida, hija de Sid�n, o mejor dicho, la virgen oprimida, hija de Sid�n, que �l tambi�n. Tire, que, seg�n algunos, fue construido por fugitivos de Zidon, o Fenicia en general, de los cuales Zidon, como "primog�nito" ( G�nesis 10:15), era una especie de madre. Pase a Chittim (comp. Isa�as 23:6). Chittim (Chipre) era un refugio m�s cercano que Tarsis, y mucho m�s f�cilmente accesible; pero, por otro lado, era mucho menos seguro. Sarg�n y Esarhaddon ambos ejercieron dominio sobre �l; y cuando Abdi-Milkut, rey de Sid�n, huy� all� durante el reinado de este �ltimo, el monarca asirio lo persigui�, lo atrap� y "le cort� la cabeza". A�n as�, los pr�ncipes que volaban desde Fenicia cuando los atacaba Asiria lo buscaban con tanta frecuencia que los eruditos cuneiformes lo llaman "el refugio habitual de los reyes fenicios". Tambi�n all� no tendr�s descanso. Chipre se someti� a Sarg�n, y nuevamente a Esarhaddon. Fue incluido en los dominios de Asshur-bani-pal. Despu�s de la conquista de Tiro por Nabucodonosor, fue anexionada por Egipto (Herodes; 2.182), en la conquista de qu� pa�s por los cambises se convirti� en persa. Los fenicios "no descansaron" all� despu�s de que Asiria hab�a encontrado una vez su camino a la isla.

Isa�as 23:13

He aqu� la tierra de los caldeos (comp. Isa�as 13:19; Isa�as 47:1, Isa�as 47:5; Isa�as 48:14, Isa�as 48:20). Al igual que Jerem�as y Ezequiel, Isa�as conoce a la gente como Chahleans (Kasdim), la capital como Babilonia. Kaldi, en las inscripciones, es una palabra rara, y el nombre de una tribu no muy importante. Sin embargo, Berosus usa el t�rmino para designar a toda la naci�n. Este pueblo no era; m�s bien no lo es; es decir, "ya no es un pueblo" - "ha dejado de existir". Sarg�n conquist� Babilonia en B.C. 710, y se hizo rey, gobern�ndolo, junto con Asiria, hasta B.C. 705, cuando se rebel� y recuper� su independencia. Senaquerib lo reconquist� en B.C. 704, y nuevamente en B.C. 700, cuando convirti� a su hijo mayor en virrey. Esarhaddon gobern� sobre ambos pa�ses, al igual que Asshur-bani-pal. Aunque m�s tarde Babilonia reafirm� su independencia y se convirti� en un gran imperio, Isa�as estaba justificado, en casi cualquier per�odo de su vida despu�s de B.C. 710, al hablar de ella como inexistente. Hasta que los asirios lo fundaron para los que habitan en el desierto. No hay "hasta" en el original. La cl�usula es separada e independiente, no est� gramaticalmente conectada con la anterior. Tampoco afirma que los asirios "fundaron" Babilonia para nadie, sino solo que "lo establecieron" o "lo designaron" como habitaci�n para "las bestias del desierto" (comp. Isa�as 13:21; Isa�as 34:14; Jer 1: 1-19: 39, etc.). El profeta considera que los asirios tienen la intenci�n de reducir a Babilonia a ruinas, y dejarlo vac�o y deshabitado. Sus torres; es decir, las torres de asedio necesarias para reducir una ciudad tan fuerte. Se levantaron; m�s bien, quedaron al descubierto (cf. Habacuc 3:9). Lo llev� a la ruina. "�l" es "el asirio". Se aduce el caso de Babilonia para aumentar la alarma de Tyro, recordando a los habitantes lo que los asirios le hab�an hecho a una ciudad m�s grande y m�s fuerte que la suya. La alusi�n es probablemente a ciertas severidades de Sargon en B.C. 710, que, sin embargo, son ret�ricamente exagerados. Nunca fue pol�tica de los asirios despoblar o destruir Babilonia.

Isa�as 23:14

Aullidos, naves de Tarsis (comp. Isa�as 23:1). Los barcos que comerciaban con Tarshish, no los que pertenecen a Tarshish, est�n destinados. Tu fuerza es arrasada; m�s bien, tu fortaleza; es decir, el propio neum�tico. La eleg�a termina como comenz�, con una declaraci�n del hecho desnudo. La destrucci�n de la ciudad por parte de Alejandro fue el cumplimiento final y completo de la profec�a. Las capturas de Esarhaddou, de Asshur-bani-pal y de Nabucodonosor fueron anticipaciones de la final y cumplimientos parciales de la profec�a.

Isa�as 23:15

RESTAURACI�N DE TYRE A LA PROSPERIDAD Y CONVERSI�N A JEHOV�. Despu�s de un intervalo, expresado por el n�mero simb�lico de "setenta a�os", Tiro se levantar� de sus cenizas y se convertir� una vez m�s en un estado pr�spero, reanudando su antigua ocupaci�n de una "ciudad mercante" y una vez m�s logrando grandes ganancias, que ella se dedicar� al servicio de Jehov�. San Jer�nimo pens� que esta profec�a no se hab�a cumplido en su d�a. Si es as�, no se puede decir que se haya logrado todav�a; a menos que, de hecho, se considere que Tiro representa el esp�ritu comercial que. bajo el cristianismo, no es necesariamente ajeno a la religi�n, pero a veces se muestra totalmente amigable con la Iglesia, proporcionando formas y medios para diez mil empresas filantr�picas y dignas de alabanza ( Isa�as 23:18).

Isa�as 23:15

Tyro ser� olvidado; es decir, "dejar� de ocupar los pensamientos de los hombres, como un factor en la pol�tica, pasar� de sus c�lculos y no contar� para nada". Setenta a�os. "Cuarenta a�os" y "setenta a�os" son los principales representantes en las Escrituras de un tiempo indefinido. La semana de la creaci�n parece haber dado a siete su car�cter casi sagrado, que pas� del n�mero primario al decimal correspondiente. El uso sagrado de "setenta" aparece primero en los "setenta ancianos" que acompa�aron a Mois�s a la fiesta del pacto en el Sina� ( �xodo 24:9). Despu�s de esto, los "setenta talentos" se mencionan como el peso de las ofrendas de bronce para el tabern�culo ( �xodo 38:29) y los "setenta" shekels como el peso de los cuencos de plata ofrecidos por los jefes de las tribus cuando se estableci� el tabern�culo ( N�meros 7:13-4). El "indefinido" de "setenta" es m�s evidente en expresiones como la de G�nesis 4:24, "Si Ca�n ser� vengado siete veces , seguramente Lamec setenta y siete veces "; y el de Mateo 18:22," No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete "." Setenta "tambi�n parece ser indefinido en �xodo 15:27; N�meros 33:9; Jueces 1:7; Jueces 12:13; 2 Samuel 24:15; 1Re 5:15: 1 Cr�nicas 21:14, etc. Es absurdo contar los "setenta a�os" del presente pasaje, como algunos lo hacen, desde la entrada de Nabucodonosor hasta la muerte de Nabonido, porque Tyro tampoco comenz� a olvidarse en el primer momento. a�o del pr�ncipe, ni ella se recuper� inmediatamente despu�s de la muerte del otro. Seg�n los d�as de ne rey; o, como los d�as de un rey. El per�odo, cualquiera que sea su longitud, debe ser Tipo "como los d�as de un rey"; es decir, inmutable, sin esperanza. Los reyes orientales se enorgullec�an de mantener una pol�tica inalterada (de. 2 Reyes 25:27; Isa�as 14:17). �Cantar�n Tiro como una ramera? literalmente, ser� para Tiro como [en] la canci�n de la ramera. Parece que se quiere decir una canci�n en particular, parte de la cual el profeta procede a citar en el siguiente verso.

Isa�as 23:16

Toma un arpa. Se esperaba que las rameras en el este, y de hecho en el oeste tambi�n en la antig�edad (Her; 'Epist.,' 1.14, 1. 25) fueran m�sicos. El arpa y la guitarra eran sus instrumentos habituales. Ramera olvidada. Direccionando. Tyro como una "ramera", el profeta no parece significar m�s que eso, sus objetivos eran, o al menos hab�an sido, ego�stas y mundanos, como la separaci�n entre el hombre y Dios. Ella hab�a buscado la riqueza por los placeres que le tra�a, no para hacer un buen uso de ella. La suya hab�a sido la codicia que es "idolatr�a" ( Colosenses 3:5).

Isa�as 23:17

El Se�or visitar� a Tiro. En misericordia, no en juicio (cf. Jeremias 27:22; Jeremias 29:10). Ella recurrir� a su contrato; es decir, "a su comercio", a su antiguo modo de vida. Pero con la diferencia observada en Isa�as 23:18.

Isa�as 23:18

Su mercader�a y su salario ser�n santidad para el Se�or. No hay nada intr�nsecamente incorrecto o degradante en el comercio. Perseguida correctamente y comprometida con el objetivo de dedicar las ganancias obtenidas a fines buenos y piadosos, la vida comercial puede ser tan religiosa y tan aceptable para Dios como cualquier otra. El mundo ha conocido a muchos comerciantes que eran cristianos, en el sentido m�s elevado de la palabra. Salom�n en sus mejores d�as era un comerciante ( 1 Reyes 9:27, 1 Reyes 9:28; 1 Reyes 10:22), pero uno que empleaba la riqueza que derivaba del comercio al honor y gloria de Dios No ser� atesorado ni guardado. Los comerciantes no lo guardar�n en sus propios cofres, sino que lo gastar�n sabia y religiosamente. Ser� para los que habitan delante del Se�or; es decir, se aplicar� a usos religiosos, a la sustentaci�n de ministros, al alivio de los pobres y necesitados entre el pueblo de Dios, y otros prop�sitos similares. Tal empleo de los logros obtenidos santifica el comercio y lo convierte en algo bueno y bendecido.

HOMIL�TICA

Isa�as 23:9

La ca�da de Tiro, una advertencia contra el orgullo en las glorias de la civilizaci�n y el arte.

Al destruir a Tiro, Dios, se nos dice, "con la intenci�n de manchar el orgullo de toda la gloria". La palabra traducida "gloria" tambi�n significa "belleza" ( 2 Samuel 1:19; Isa�as 4:2; Ezequiel 7:20); y la "gloria" por la que Tyro era reconocido consist�a, no en reputaci�n militar o capacidad gubernamental, sino en riqueza, comercio y producci�n de objetos hermosos, como prendas de vestir, cuencos, piezas de metal y otras obras de arte de �ter. Fue sobre la perfecci�n a la que hab�a llevado las artes que pretenden encarnar lo bello, lo que Tire se enorgulleci� especialmente. Su jactancia fue: "Soy de una belleza perfecta" ( Ezequiel 27:3). Por su destino nos ense�an

I. QUE EL CULTO DE LO HERMOSO TIENE SUS PELIGROS ESPECIALES A NUESTRA NATURALEZA MORAL. El trabajo art�stico parece emanar tan completamente de un hombre mismo, ser tan puramente su propia creaci�n absoluta, que naturalmente genera en �l una admiraci�n de s� mismo y una concepci�n exaltada de sus propios poderes. �C�mo no se enorgullecer� de las facultades que le permiten producir obras que env�an una emoci�n de placer a trav�s de las multitudes y que son reconocidas como posesiones para siempre! Una vez m�s, lo bello es tan encantador, tan atractivo, que puede parecer suficiente para un hombre, y as� absorber toda su atenci�n, y excluir todo pensamiento sobre cosas m�s elevadas y nobles. En nuestro tiempo, el culto se predica como una religi�n suficiente, y se les pregunta a los hombres qu� m�s pueden desear que deleitar la vista perpetuamente con objetos hermosos: edificios hermosos, muebles hermosos, ropa hermosa, cuadros, estatuas, estatuillas, armoniosas colores, texturas delicadas, luz suave y tenue, formas elegantes, contrastes agradables. Un entrenamiento as� produce una raza d�bil y afeminada; las virtudes robustas no son cuidadas; los hombres se ven envueltos en un sensualismo lujoso y necesitan una voz de advertencia, como la del profeta, para despertarlos de su delicioso sue�o a las severas realidades de la vida.

II QUE EL CULTO EXCLUSIVO DE LA HERMOSA PROVOCA LA FALTA DE DIOS Y LA VERDAD. El tipo no est� acusado de delitos. Ella no es una "ciudad sangrienta", como N�nive (Nab. Isa�as 3:1); ella no est� "llena de mentiras y robos". Su castigo no la ataca "por la violencia" que hay en ella, ni por la extrema arrogancia, ni por la hipocres�a. Su pecado parece estar en su lujo, en su suavidad, en su "belleza perfecta" ( Ezequiel 27:11). Ella es rica, es hermosa, tiene cosas hermosas sobre ella y est� contenta. Ella no quiere m�s. Lo bello y lo agradable la satisfacen. Pero Dios est� enojado por eso. Ni siquiera tendr� lo bello, aunque es una sombra de s� mismo, lo excluy� del primer lugar en los pensamientos de los hombres. Vindicar� su propio honor. No sufrir� rival cerca de su trono. Si los hombres est�n tan envueltos en algo como para olvidarlo, les recordar� a s� mismo mediante un juicio terrible, que no puede atribuirse a nadie m�s que a �l ( Isa�as 3:8).

Isa�as 23:17, Isa�as 23:18

La b�squeda de riqueza culpable o digna de elogio seg�n el objeto ten�a en mente.

Buscar ganancia por el bien de la ganancia, ya sea con el solo prop�sito de acumular y acumular, y as� tener la satisfacci�n de sentir que uno es rico (Ella; 'Sat.', 1.1, 11. 66, 67), o gastarlo en uno mismo en lujos y disfrutes de diversos tipos, aunque tal vez beneficioso para la comunidad a la que pertenece un hombre, es perjudicial para su propio car�cter moral y una ofensa para Dios. La codicia, nos asegura el ap�stol ( Colosenses 3:5), es idolatr�a, y tambi�n lo es el ego�smo de todo tipo. Aquellos que tienen su coraz�n puesto en cualquier otro fin, excepto agradar a Dios, son id�latras, cualquiera que sea el fin. Dejan que algo, que no es Dios, absorba sus pensamientos, ocupe sus mentes, se enamore de sus afectos. Gradualmente y en silencio, tal vez incluso inconscientemente, pierden el sentido de la presencia de Dios, de su providencia, al fin de su propia existencia. Se vuelven ateos pr�cticos. Por otro lado, buscar. Ganar con el prop�sito de hacer un uso correcto de �l, gastarlo al servicio de Dios, ya sea directamente en la construcci�n y dotaci�n de iglesias, o indirectamente en mejorar la condici�n de la humanidad en general o de cualquier clase especial de hombres, est� elevando al car�cter moral y agradable a la vista de Dios. Cualquier ocupaci�n que no sea err�nea en s� misma se hace honorable y, en cierto sentido, se santifica al perseguirla con este esp�ritu. Es mejor ser un "publicano", como Zaqueo, por desacreditado que sea el llamado a la vista del hombre, si la mitad de las ganancias obtenidas se dedican a alimentar a los pobres, que seguir el llamado m�s elevado y asignar todos los ingresos a la persona. yo. La "ganancia" se convierte en "piedad" cuando la gran riqueza, que es el resultado de las altas cualidades empleadas sabiamente y bendecidas por Dios en tal empleo, se le hace una ofrenda, en la persona de su Iglesia o de sus pobres.

HOMILIAS DE E. JOHNSON

Isa�as 23:1

La ca�da de Tiro.

I. LA ANTIGUA FAMA DE TYRO. Consagrado a Melkarth, el dios principal de la ciudad, Arrian dice que el templo de la isla, el supuesto sitio de la ciudad antigua, fue el m�s antiguo en la memoria del hombre. Ezequiel habla de Tiro como "en medio de los mares" ( Ezequiel 27:25, Ezequiel 27:26). Los tirios estaban estrechamente relacionados con los zidonios, esos famosos "cortadores de madera" ( 1 Reyes 5:6). Y tal vez los zidonios de Homero incluyen a los tirios. Adem�s de su renombre por la artesan�a forestal, eran h�biles trabajadores en lat�n y cobre. En la �poca de Salom�n hubo una estrecha relaci�n entre hebreos y tirios, los primeros intercambiaron su ma�z y aceite por madera de cedro y metales preciosos de los segundos ( 1 Reyes 9:11, 1 Reyes 9:20-11; 1 Reyes 10:22). La denuncia de los profetas contra Tiro comienza desde el momento en que los tirios y los fenicios comenzaron a comprar cautivos hebreos y a venderlos a los griegos: "Los hijos de Jud� y los hijos de Jerusal�n hab�is vendido a los griegos para que los quitaras. lejos de su doblador ( Joel 3:6; cf. Am�s 1:9, Am�s 1:10). Una gran gente comercial, plantaron Cartago, y se hicieron due�os de Chipre Encontramos a un Luliya (o Elulaeus) nombrado en Josefo ('Ant.' 9.14. 2) como gobernante sobre Tiro durante este pr�spero per�odo; �l parece haber sido, de hecho, el rey tambi�n de Zidon y el soberano de Fenicia. antes de Senaquerib a Chipre ('Registros del pasado', 7.61). Es a la luz de tales relaciones (Fenicia temblando ante el avance de Asiria y advertida por el destino de Babilonia) que debemos leer la profec�a o el or�culo.

II El rumor de la enfermedad. Vemos en esta imagen los barcos mercantes de los fenicios que regresan de sus lejanas colonias. Espa�a en el Baetis (o Guadalquivir) ... Su �ltimo lugar de aterrizaje en el camino a casa es Chipre, la tierra de Chittim (o Citium). Y aqu� les llega la noticia de que su puerto y su hogar est�n desolados. Y de la flota surge un poderoso aullido, mientras que los habitantes de la costa fenicia est�n mudos de dolor. Egipto tambi�n est� implicado en el destino de Tiro. En la descripci�n de Ezequiel de la riqueza de Tiro, leemos: "El lino fino con obras bordadas de Egipto fue lo que extendiste para ser tu vela" ( Ezequiel 27:7). As� que aqu� la "semilla de Sihor" (el Nilo) est� en la carretera del oc�ano, su comercio es el autom�vil, conducido por los fenicios. La costa fenicia era el "granero para el ma�z del Nilo", y lo distribuyeron a las naciones. Y ahora Fenicia se dirige a trav�s de Zidon, la antigua ciudad ancestral. La ciudad fue considerada en la antig�edad como femenina, a veces como una hija, a veces como una madre. As� que las monedas de Tyrian llevan la leyenda, "De Tiro, madre de los Zidoniaes" La fortaleza rocosa del mar habla y se queja de que es como una mujer est�ril; porque la guerra le ha robado a sus j�venes y doncellas. En efecto, ella dice: "Estoy destruida; mi riqueza y recursos se fueron, mi comercio fue aniquilado, dej� de plantar ciudades y colonias, y de nutrirlas y fomentarlas con mi comercio". Tiro, una hija del mar, es negada por su propia madre. Como Tiro era un puesto avanzado de Egipto contra los asirios, ella tambi�n est� "dolorida" por las tristes noticias.

III. LA LAMENTACI�N SOBRE LOS NEUM�TICOS. El profeta aconseja al pueblo que migre a sus colonias espa�olas; porque la capital ya no puede albergarlos. De �pocas posteriores tenemos una imagen de una escena similar a la que ahora pasa ante sus ojos. Cuando Alejandro Magno asedi� a Tiro, al principio se rieron del rey y del mont�culo que construy�, "como si pensara vencer a Poseid�n," dios del mar; luego, a medida que crec�a sorprendentemente, enviaron a sus hijos, esposas y ancianos a Cartago "(Muri�; 17:41). Y la LXX. dice que huyeron hacia all� en esta ocasi�n.

1. Lujo y orgullo avergonzados. El profeta mira en visi�n un mont�n de ruinas; Es como el cad�ver de una mujer una vez hermosa y orgullosa. Una vez que ella fue la "ciudad alegre, que habit� descuidadamente" ( Sofon�as 2:15), y se sinti� sin rival. Ella se jactaba de su antig�edad. Los tirios le dijeron a Her�doto (en el siglo V a. C.) que su ciudad ya hab�a sido fundada dos mil trescientos a�os (Sof 2: 1-15: 44). Sus comerciantes, como los de Venecia en la Edad Media, hab�an sido considerados iguales a los pr�ncipes y reyes (Jeremias 25:22). Pero la avaricia, la arrogancia, la conducta opresiva hacia otras naciones, la hab�an humillado.

2. El juicio de Dios. La mano de Jehov� debe ser rastreada y sentida en todo esto. �l trae lo bajo altivo, para que los mansos y despreciados puedan ser criados. La belleza, que tiene asociaciones de lo sagrado con la imaginaci�n, no es bella cuando dora y glorifica la infamia. Entonces Jehov� lo profana, y. trae desgracia sobre la gracia y el honor de los grandes simplemente mundanos. "Quienquiera que sea el instrumento, sin embargo, el derrocamiento de las ciudades y naciones malvadas, orgullosas y viciosas debe rastrearse hasta el Dios que gobierna en los imperios y reinos de la tierra; y a menudo selecciona las ciudades y los hombres m�s distinguidos e importantes para darles ejemplos a los dem�s y mostrar la facilidad con que �l puede traer todo a la tierra ". La dispersi�n de la gente contrasta fuertemente con su propia creencia en su origen arraigado e inmemorial en el suelo de Fenicia.

IV. EMANCIPACI�N DE LAS COLONIAS TIRIANAS. Tratados con dureza, tal vez, aprovechan la primera oportunidad para deshacerse del yugo de la ciudad madre. Especialmente se menciona a Tartessus. Ahora puede desbordar libremente y sin obst�culos la tierra, incluso cuando, en el momento de la inundaci�n, las aguas del Nilo se extendieron por Egipto ( Am�s 8:8; Am�s 9:5). No hay "faja"; quiz�s ya no haya brida en la mano de Tiro para frenar la desafiante independencia de su colonia. Todos los reinos que bordean el mar, especialmente Fenicia y Siria, se han convulsionado con alarma, ya que la mano de Jehov� se extendi� y se dio la orden de destruir los lugares fuertes de Cana�n. Luego, bajo la figura favorita de la mujer, la ciudad ya no parece una doncella inviolada, sino deshonrada y contaminada. Chipre no ofrecer� refugio a los fugitivos, porque se regocijar� por la liberaci�n del yugo fenicio y no les dar� la bienvenida; o el "brazo largo" del asirio los alcanzar� all�. Ning�n poder, por bien fundado y extendido que sea, puede resistir el fiat del Todopoderoso. Puede parecer imposible que una ciudad tan celebrada y tan poderosa, tan bien defendida y fortificada, y asociada con muchos aliados y confederados, sea destruida y derribada; pero "todo lo que parece permanente en el gusano se mantiene o cae seg�n la voluntad de Dios, y no hay necesidad de los instrumentos de guerra para derrocar el mejor lugar fortificado, pero la mera expresi�n de la voluntad de Dios es suficiente" (Calvino ) Advertencia del destino de los Kasdim. Sabemos poco acerca de este pueblo, que tal vez se utiliza para denotar a Babilonia en general, conquistada por Sarg�n. Esta tierra se ha convertido en un desierto y una guarida de bestias salvajes. Los motores de matanza de los asirios han reducido sus fortalezas a la ruina. Todo alrededor denota la ruina inminente para Tyro.

V. LA RESTAURACI�N DEL NEUM�TICO. Al final de los "setenta a�os", probablemente por un largo per�odo, parece que el comercio revivir�, "pero solo como la esclava de la religi�n". Esta es la verdad principal en la que debemos pensar, y la oscuridad del pasaje debe dejarse a los exegetas. Volviendo a la ciudad bajo la imagen de la mujer, ahora una mujer resonante, el profeta espera con ansias el momento en que se producir� la alegr�a de la prosperidad restaurada en los asientos de Tyro. "Cuando comience nuevamente a hacer el amor con todo el mundo, se enriquecer� nuevamente con las ganancias adquiridas por esta relaci�n mundana. La riqueza ya no se almacenar� y capitalizar� como antes, pero se dar�n tributos y regalos a Israel, y por lo tanto, ayudar a mantener en abundancia y vestir de manera majestuosa a la naci�n que habit� antes de Jehov�, es decir, cuya verdadera morada estaba en el templo antes de la presencia de Dios (Salmo 27:4; Salmo 84:5) "(Delitzsch). En los tiempos cristianos hab�a una Iglesia en Tiro, visitada por San Pablo ( Hechos 21:3, Hechos 21:4), por lo que su comercio estaba relacionado con la difusi�n del evangelio.

LECCIONES

1. Dios mezcla la compasi�n con sus castigos de ciudades, pueblos e individuos. Si es as� hacia los malvados, �cu�nto m�s hacia los hijos de su adopci�n y amor! La restauraci�n, los avivamientos de la prosperidad, son de aquel que, como dice el proverbio, "nunca golpea con ambas manos".

2. Hay un esp�ritu ego�sta y corrupto y verdadero y generoso en el comercio. Se contempla un momento en que las riquezas ya no ser�n absorbidas por unos pocos capitalistas enormes, sino que se difundir�n por el bien com�n. El comercio de mente estrecha es el signo del coraz�n estrecho; Los mejores traders son aquellos a quienes el amor a su especie les ha ense�ado a unir el inter�s personal con el bien general. La acumulaci�n de una inmensa riqueza dif�cilmente puede ser el objeto de una ambici�n cristiana. Apresuremos, orando, ense�ando, por ejemplo, el tiempo en que la riqueza no ser� atesorada ni acumulada:

"Nunca m�s descansar� en montones amontonados, sino que se derretir� lentamente con luz m�s libre; en muchas corrientes para engordar las tierras bajas, y la luz se extender�, y el hombre ser� como el hombre durante toda la estaci�n del a�o dorado".

3. El comercio y el cristianismo deben ir de la mano. Nuestros marineros y nuestros comerciantes deber�an ser los mejores pioneros del evangelio, y nuestros misioneros, los amigos m�s iluminados del comercio y la civilizaci�n. As� que nuestro

"Velas felices ... Teje de tierra a tierra y vuela hacia el cielo Con sedas, frutas y especias, sin peaje, Enriquece los mercados del a�o dorado".

J.

HOMILIAS DE W.M. ESTATAM

Isa�as 23:3

La cosecha del r�o.

Egipto fue la primera de las naciones, y los m�stiles de los barcos se alzaban en las altas ca�as de los r�os junto a sus orillas. �Qu� expresivas son las palabras! Hay vida de donde viene el r�o, vida a lo largo de los bancos de esmeraldas a los que llega el ganado, y en los campos donde se desbordan las aguas.

I. TODAS LAS TIERRAS TIENEN SUS R�OS. Piense en el T�ber, el Tigris, el T�mesis, el R�dano, el Rin, el Nilo, el N�ger. Las ciudades se alzan en sus orillas que son, como Tiro, populosas y pr�speras. La cosecha es muy grande. Barcos que est�n cargados de art�culos de primera necesidad y lujos, con las obras de arte, el bot�n del mar y el producto de las lejanas alabanzas, todos suben por el r�o. �Qu� maravilla que el r�o se convierta en un tipo de bendiciones del evangelio, que el profeta nos diga "las aguas vivas fluir�n de Jerusal�n!"

II Las cosechas son m�ltiples. Estamos tan acostumbrados a pensar en las gavillas doradas de los campos de ma�z cuando mencionamos los r�os, que es probable que olvidemos cu�n endeudados estamos con los amplios estuarios que llevan en su seno la riqueza de muchas naciones. �Cu�n m�ltiples tambi�n son nuestras cosechas bajo el evangelio! Donde eso viene la filantrop�a vive, y fluye la pureza social, y la justicia es sagrada en sus r�os de justicia, y llega la salvaci�n, liber�ndonos de la sensualidad y el pecado. Las cosechas? Seguramente el cristiano deber�a notar cu�n amplias y vastas son las aguas del evangelio.

III. SU SECADO ES LA MUERTE. No podemos vivir sin lluvia y r�os. El ganado perece. Verdure se marchita. El hombre mismo muere. Ninguna riqueza puede comprar lo que Dios da tan abundantemente. "�Tiene la lluvia un padre?" Oh si. No un mero Creador, sino un Padre; porque es rico en evidencias de su cuidado y amor universales. Dios da "la lluvia primera y la �ltima", y a lo largo de los siglos los r�os desembocan en el mar. �Entonces la verdad de Dios permanece! El agua viva fluye, y la voz todav�a se escucha: "�l, todo el que tiene sed, vengan a las aguas". - W.M.S.

HOMILIAS DE W. CLARKSON

Isa�as 23:1

Aspectos del juicio divino.

I. SU CERTEZA.

1. La duraci�n del tiempo no es garant�a contra su venida; Tiro era una "ciudad alegre, cuya antig�edad era de la antig�edad" ( Isa�as 23:7), pero el juicio recaer�a sobre ella en el tiempo elegido por Dios. Tanto los hombres como las naciones son propensos a pensar que una prolongada continuidad en la comodidad es una promesa suficiente de que nunca ser� perturbada; la duraci�n engendra una falsa sensaci�n de seguridad. Si los hombres solo pudieran ver las cosas como son, percibir�an que el argumento verdadero es exactamente opuesto al que se entregan; cuanto m�s tiempo haya estado viviendo un hombre en una transgresi�n no visitada, m�s tiempo se le debe pagar una penalidad y antes podr� esperar con confianza que llegue la retribuci�n.

2. Las defensas ordinarias no sirven de nada contra ella. El comercio y la consiguiente riqueza de Tiro ( Isa�as 23:2, Isa�as 23:3), sus reposiciones, de Zidon, y sus enriquecimientos de Egipto no la salvar�an; ni la estaci�n alta a la que ella hab�a montado, ni la posici�n social de sus hijos; para el justo Dios no era nada que la consideraran una "ciudad coronada" ( Isa�as 23:8), y que sus mercaderes fueran pr�ncipes. Ninguna defensa que podamos levantar impedir� el juicio de Dios cuando llegue la hora de ejecutar la sentencia. La riqueza no puede compensar la retribuci�n, ni el rango puede interponer su influencia para evitarla; la ciencia no puede ense�arnos c�mo eludirlo; y el brazo de afecto es impotente para protegernos de su golpe. No hay ninguna barrera que el hombre pueda levantar que no sea derribada en un momento en que Dios se levante para juzgar.

II Su plenitud y eficacia.

1. Se silencia. ( Isa�as 23:2.) Lleva las maldiciones, los clamores, los castigos, las acusaciones difamatorias, las vergonzosas insinuaciones de impiedad y de malignidad a un final vergonzoso. "Dios hace silencio a trav�s de todos ellos".

2. Se dispersa, se disuelve. ( Isa�as 23:6, Isa�as 23:7, Isa�as 23:10.) Env�a a los hijos de la iniquidad, del vicio, del crimen, a "los cuatro rincones de la tierra ; " los dispersa por mar y tierra. Las bandas del pecado est�n rotas, y sus miembros culpables est�n dispersos por todas partes.

3. Humilla. ( Isa�as 23:12.) La hija virgen de Zidon deber�a ser humillada; Los juicios de Dios llevan al polvo de la humillaci�n a aquellos que han levantado la cabeza y han tratado a los dem�s con indignidad.

4. Se persigue. ( Isa�as 23:12.) "Tampoco tendr�s descanso". El castigo del pecado de un hombre lo descubre donde quiera que vaya para escapar de �l. Jon�s "huye de la presencia del Se�or"; pero �a d�nde huir� el hombre de su presencia o del golpe de sus castigos? Ning�n cambio de cielos, de escenas, de sociedad, de ocupaciones, excluir� los recuerdos acusadores del alma, o el escudo de las correcciones incompletas de la mano divina. La violaci�n grave y repetida de los "mandamientos mayores" de Dios se acompa�a con castigos que persiguen al alma de un lugar a otro, y de un per�odo a otro, en todo el viaje de nuestra vida.

5. Incapacita. (Verso 4.) Tiro deber�a perder su poder para fundar colonias y para sostener ciudades; ella se ver�a reducida a la impotencia y la incapacidad. Este es el destino de aquellos a quienes supera el juicio de Dios. Lo que una vez hicieron con orgullo y alegr�a ya no lo pueden hacer, a pesar de que expusieron todos sus poderes restantes; "no hay fuerza en su mano derecha". Las energ�as de la mente, el vigor del alma, el oficio de la mano, todo se ha ido.

III. SUS EFECTOS REMOTOS. Cuando Tiro cay�, las naves de Tarsis tendr�an ocasi�n de lamentarse (vers�culos 1, 14), Zidon tendr�a que avergonzarse de su hija (vers�culo 4) y Egipto sufrir�a mucho (vers�culo 5). Lejos al otro lado del mar y la tierra, y muy lejos en los a�os que vienen y salen, llegan a las tristes consecuencias de la culpa. El moralista m�s sabio no puede se�alar el lugar donde no se encontrar�n, ni la calculadora m�s inteligente indica el momento en que no lo har�.

IV. Su significado divino. "El Se�or de los ej�rcitos lo propuso, manchar el orgullo de toda gloria", etc. (vers�culo 9). Dios env�a el castigo porque es debido; porque, en el ejercicio de su justicia, el pecado debe estar marcado con los signos de su profundo disgusto; pero �l env�a tales penas como lo hace para obligar a sus s�bditos a ver y sentir que la gloria del hombre puede ser dispersada en un momento, y que sobre toda su magnificencia la sombra de la muerte ser� arrojada por la mano del Divino. el juicio se eleva. Las visitas de Dios son oportunidades del hombre; entonces puede aprender y sentir, como nunca lo har�a, que su �nica sabidur�a es el abandono instant�neo de todo mal camino, y el retorno inmediato, en penitencia y fe, a un Salvador que perdona y restaura. C.

Isa�as 23:18

Ganancia y devoci�n.

Se nos recuerda que

I. NO PODEMOS DEVOTAR AL SERVICIO DE DIOS NADA QUE NO HEMOS GANADO HONORABLEMENTE. Se puede decir que el texto, tomado con su contexto (ver Isa�as 23:17), no sostiene este pensamiento; que, de hecho, apunta en la direcci�n opuesta. Pero adem�s de prohibiciones tan expl�citas como las de Deuteronomio 23:18, tenemos toda la tensi�n y el esp�ritu de la Ley de Dios. Es la gloria de esa Ley que establece, establece, protege, hace cumplir, enfatiza, la pureza del Legislador Divino que si alg�n pasaje solitario como este parece sancionar lo que es inconsistente con �l, estamos bastante seguros de que, ya sea en su interpretaci�n o en nuestra interpretaci�n de la misma, debe haber un error. Se hizo todo lo posible para separar al pueblo de Dios de las impurezas e iniquidades en las que otras naciones hab�an ca�do, y en la sanci�n de las cuales hab�an presionado incluso sus ritos religiosos. Podemos estar inseguros acerca de muchas cosas en la Escritura, pero estamos bastante seguros de esto, de que no se debe dar el menor semblante en una sola parte a la devoci�n de ganancias mal ganadas al servicio del Dios santo (ver Hechos 19:18, Hechos 19:19). No solo las "contrataciones" que parecen insinuarse aqu�, sino todos los ingresos que se obtienen por medios indignos, sin principios ni conciencia, deben ser totalmente inadecuados para una ofrenda en el altar de Dios.

II QUE NO TENEMOS DERECHO A RETIRAR DEL SERVICIO DE DIOS LOS RECURSOS QUE PODEMOS CONTROLAR. No deben ser "atesorados o guardados". Para mantenerlos de nuevo en uso en el futuro, mantenerlos en reserva para alguna posible emergencia, es:

1. Desobediente. Dios nos exige clara y repetidamente que debemos poner nuestros "talentos" en su servicio y en el de nuestros semejantes; y todos los recursos que podemos tener a nuestra disposici�n de todo tipo son talentos comprometidos con nuestro cargo.

2. Desconfiado. Indica una falta de fe en la disposici�n de Dios para satisfacer nuestros deseos que regresan y satisfacer nuestras necesidades a medida que surgen.

3. Ego�sta y antip�tico. Es la acci�n de alguien que no tiene coraz�n para sentir los fuertes y apremiantes reclamos de ignorancia, tristeza y degradaci�n en nuestra piedad y nuestra ayuda.

4. Derrochador.

III. QUE DEBEMOS DEVOTAR ALGUNA BUENA PARTE DE NUESTRA SUSTANCIA AL MANTENIMIENTO DE LA ADORACI�N P�BLICA. "Para los que moran delante del Se�or", etc.

1. Todas nuestras posesiones deben ser ganadas, mantenidas y utilizadas religiosamente; deben ser "santidad para el Se�or".

2. Mucho de lo que tenemos a nuestra disposici�n debe gastarse en el fomento de la filantrop�a: en la causa de la educaci�n; en la restauraci�n de los enfermos y sufrientes; en el reclamo de los ca�dos; en la ayuda y rehabilitaci�n de los desafortunados, etc.

3. Algunos de nuestros "medios" debemos aplicar especialmente al mantenimiento de la adoraci�n cristiana y del ministerio cristiano. Es, de hecho, posible dar generosamente hacia la construcci�n de estructuras sagradas y, al hacerlo, ministrar a nuestra propia importancia; los hombres pueden magnificarse cuando proponen y fingen honrar a Dios. Pero, por otro lado, prestamos un servicio verdadero, aceptable y duradero cuando damos libremente, y de tal manera que fomentemos una generosidad similar en los dem�s, hacia la adoraci�n a Dios, hacia la publicaci�n de la verdad redentora en el hogar o en el extranjero. , hacia el apoyo de aquellos que emplean todo su tiempo y gastan todas sus fuerzas en el noble trabajo de salvar a los hombres y entrenarlos para el reino de los cielos.

HOMILIAS POR R. TUCK

Isa�as 23:1

La misi�n de Tiro, el comercial.

Este es el aspecto bajo el cual Tiro es m�s conocido y recordado. Dean Stanley da una descripci�n breve pero caracter�sticamente sugestiva. "Los restos masivos de las antiguas murallas de Arvad, que casi rodean la isla de la Ruad moderna, dan una idea de las defensas de Tiro. El tama�o limitado de la isla llev�, tanto en Tiro como en Arvad, a los arreglos que debieron haberlos prestado. Una notable excepci�n a la mayor�a de las ciudades orientales y m�s antiguas. En aras de economizar el espacio estrecho, las casas de ambos fueron construidas, sin miedo a los terremotos, a la altura de muchas historias, recordando, dice Strabo, el aspecto de lo gigantesco. mansiones de la Roma Augusta. Con esta gran masa de edificios que se alza sobre su roca ce�ida al mar, Tiro podr�a considerarse un tipo adecuado de la antigua reina del comercio, y el profeta naturalmente habl� de ella como un palacio flotante, como un barco. amarrados por la larga hebra, 'en medio de los mares', con sus 'm�stiles de cedro,' sus 'velas de lino fino, azul y p�rpura,' sus 'marineros, remeros y pilotos' ". El punto pr�ctico para tener en cuenta es que las naciones comerciales siempre est�n en peligro de llegar a simplemente usar otras naciones, y as� descuidar sus responsabilidades hacia ellos. A este peligro, la Inglaterra comercial est� ahora expuesta. Gran parte de la charla del d�a se da por supuesto que el mundo entero fue creado por el bien de Inglaterra. Se nos recuerda constantemente nuestra individualidad y la misi�n precisa del individuo; Es posible que se nos recuerde provechosamente que existe una individualidad de las naciones, y que cada naci�n tiene su misi�n y responsabilidad por separado. El Dr. Arnold ilustra esto cuando dice: "Hay tres pueblos elegidos por Dios: Roma, Atenas y Jerusal�n; dos para las cosas temporales y una para las cosas eternas. Sin embargo, incluso en las cosas eternas se les permiti� ministrar. Cultivo griego y La pol�tica romana prepar� a los hombres para el cristianismo ". "Dios parece haber comunicado todo el conocimiento religioso a la humanidad a trav�s del pueblo jud�o, y toda la civilizaci�n intelectual a trav�s de los griegos". Como ciudad distintivamente comercial, podemos observar:

I. LA MISI�N DEL NEUM�TICO EN LA CIVILIZACI�N. El refinamiento de la sociedad humana se produce mediante el funcionamiento de las leyes de asociaci�n y emulaci�n, al igual que el refinamiento del individuo y la familia. Al ver las cosas que poseen los dem�s y las formas en que otros toman, nos incitan a mejoras personales, familiares y sociales. Las familias que se encierran de la sociedad mantienen sus modales groseros. Las naciones aisladas por la situaci�n natural se civilizan muy lentamente. Exactamente lo que les sucede a los j�venes a trav�s del viaje continental le sucede a una naci�n cuando llega a otras tierras de la mano del comercio. En ninguno de los casos el resultado es totalmente bueno, pero hay una gran parte de bondad en �l, porque el crecimiento intelectual y el avance moral siempre van de la mano con las ventajas materiales de la civilizaci�n.

II LA MISI�N DEL NEUM�TICO EN LA HERMANDAD DE LA CARRERA. La dispersi�n de las naciones sobre la tierra; el desarrollo de tipos especiales de raza; Las separaciones hechas por los intereses antag�nicos y los individuos engrandecidos tienden a destruir el sentido de hermandad mutua. Y solo estas naciones comerciales reviven, al ver claramente c�mo la prosperidad de una naci�n depende de la prosperidad de otra, y c�mo el bienestar de toda la familia racial solo puede garantizarse mediante la libertad universal, la paz y la amabilidad. . Tennyson recuerda esto en las l�neas:

"Teje de tierra en tierra y vuela hacia el cielo ... Enriquece los mercados del a�o dorado".

III. SU MISI�N EN LA DEMANDA DE LA HUMANIDAD PARA EL TRABAJO. Es singular que la idea de felicidad del hombre se haya convertido en "ociosidad". El fin establecido ante un hombre en esta vida es que ya no tendr� necesidad de trabajar. Sin embargo, el trabajo es bueno para el hombre: la idea divina en su creaci�n; la agencia divina para su cultura; y lo inexpresablemente triste de decir sobre cualquier hombre, aqu� o all�, es que no trabaja. Y el comercio, al crear constantemente nuevas demandas y enriquecer nuestras tiendas de materia prima, hace el trabajo. Todos los obst�culos al comercio, como los impuestos y la guerra, perjudican a las naciones al poner limitaciones al trabajo. La paz universal significar�a una actividad saludable en todo el mundo. Cada hombre usa su habilidad al servicio de su pr�jimo y recibe, como su regreso, el servicio de su pr�jimo. Pero hay males que asisten a la difusi�n del comercio. Especialmente como seguir la parte indebida de la riqueza que poseen los individuos. Shelley habla de ello as�:

"El comercio ha marcado el ego�smo, el sello de su poder esclavizador, sobre un mineral brillante, y lo llam� oro; ante cuya imagen se inclina el vulgar grande, el vanamente rico, el miserable orgulloso, la multitud de campesinos, nobles , sacerdotes y reyes, y con sentimientos ciegos reverencian el poder que los convierte en polvo de miseria ".

A esto tambi�n debe agregarse la tendencia del comercio a crear intereses ego�stas: destruir la idea y el sentimiento del honor personal y nacional, que busca sus reivindicaciones en la guerra, y alentar la noci�n de que debemos utilizar a otras personas en lugar de servir ellos, siendo el servicio la idea suprema de la humanidad regenerada de Cristo: "Yo estoy entre ustedes como el que sirve". "El Hijo del hombre vino, no para ser ministrado, sino para ministrar".

Isa�as 23:2

La dependencia de una naci�n de otra.

Tire era, seg�n algunas autoridades, una colonia de Zidon. Y la figura en el texto establece un cuerpo corporativo, cada parte depende de la otra. Neum�tico insular directamente dependiente del continente, y ambos estrechamente relacionados con Zidon. Y a�n m�s, los egipcios no ten�an madera en su pa�s para la construcci�n de barcos en condiciones de navegar, por lo que los fenicios continuaron con su comercio exterior. Algunas de las naciones europeas ahora est�n presionando para asegurar puertos mar�timos, con el fin de aliviar su sensaci�n de dependencia de los dem�s. La Inglaterra insular hace el comercio de transporte para el mundo, por lo que todas las naciones dependen de ella, y ella a su vez depende del comercio de las naciones. En los distritos de alfarer�a se nos dijo que la arcilla blanca, de la que se hace la galleta china, se tra�a desde Cornwall, porque puede transportarse m�s f�cilmente que la arcilla m�s pesada y el carb�n, que son necesarios para el proceso de cocci�n. . Entonces, incluso Staffordshire depende de Cornwall y Cornwall en Staffordshire. Algunos pa�ses nos env�an ma�z, algo de az�car, algunas especias, algo de algod�n, algo de fruta. Los pa�ses var�an en su genio. Roma encuentra la ley para el mundo, Grecia encuentra el arte y Palestina encuentra la religi�n. Para su mayor bienestar, ninguna naci�n puede separarse de las dem�s. Vive y prospera por su propia dependencia. Solo notamos

I. QUE ESTA DEPENDENCIA MUTUA TENDE A VERIFICAR EL ESP�RITU DE GUERRA. La gente de las naciones nunca quiere la guerra. Pueden ser despertados a una fiebre de pasi�n, y as� ser conducidos a la guerra; pero la larga experiencia de todas las �pocas demuestra que, quienquiera que salga bien de la guerra, la gente siempre sufre. Las clases de la sociedad quieren la guerra; pero solo para el mantenimiento de intereses ego�stas. El mal de la guerra se ve en el cierre de los mercados del mundo. Tal es la dependencia de Inglaterra del ma�z extranjero, y casi consume sus tiendas frente a la nueva cosecha, que seis meses de guerra amenazar�n la hambruna. Todas las clases, excepto aquellas que comercian con guerra y material de guerra, rezan y luchan por la paz universal. Los verdaderos intereses del hombre apoyan los principios cristianos.

II QUE ESTA DEPENDENCIA MUTUA ENRIQUECE TODAS LAS SECCIONES. Dios ha ordenado su mundo para que nadie sea "suficiente para s� mismo". Y cuanto m�s parece tener un hombre, m�s dependiente se vuelve, debido al aumento de sus necesidades. El hombre m�s independiente es el trabajador ignorante, que puede acostarse en cualquier lugar y comer cualquier cosa; el menos rico, el hombre rico que ha fomentado diez mil deseos y lujos innecesarios. Dios pone la abundancia de una cosa en una tierra, y de otra cosa en otra. Y el intercambio de mercanc�as enriquece a todos. El mundo es un cuerpo, "y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con �l". El inter�s de una naci�n es el inter�s de todos. Dios es el Dios y el Padre de todos.

Isa�as 23:9

La constante obra de Dios de humilde orgullo.

"Jehov� Sabaoth lo ha ideado para profanar el orgullo de toda gloria". Es posible que se haga referencia a la profanaci�n del templo tir�nico de H�rcules, que se dice que fue el m�s antiguo del mundo. Pero la referencia puede ser general, y cualquier caso real ilustrar�a la verdad general. "Dios no trajo estas calamidades sobre Tiro en una forma de soberan�a, para mostrar un poder arbitrario e irresistible; pero lo hizo para castigar a los tirios por su orgullo. Muchos otros pecados, sin duda, reinaron entre ellos: idolatr�a, sensualidad, y la opresi�n, pero el pecado del orgullo est� sujeto a lo que fue el motivo particular de la controversia de Dios con Tiro, porque �l resiste al orgulloso. Que la ruina de Tiro sea una advertencia a todos los lugares y personas para que presten atenci�n al orgullo; proclama a todo el mundo que el que se exalta a s� mismo ser� humillado ". Thomson, en 'La tierra y el libro', describe a la fuerza la condici�n actual de Tiro humilde y arruinado: "Esto (un pueblo insignificante) es todo lo que queda de ella. Pero no llores por Tiro; este mismo silencio y reposo son muy elocuentes y enf�tico en temas de la �ltima importancia para la fe cristiana. Aqu� no hay nada de lo que llev� a Josu� a llamarla "la ciudad fuerte" hace m�s de tres mil a�os ( Josu� 19:29); nada de eso poderosa metr�poli que desconcert� al orgulloso Nabucodonosor y todo su poder durante trece a�os, hasta que cada jefe de su ej�rcito se qued� calvo, y cada hombro se despeg� en el duro servicio contra Tyrus ( Ezequiel 29:18); nada en esta miserable carretera y mercados vac�os para recordar una de las veces en que los alegres marineros cantaban en sus mercados; no hay rastro visible de esas murallas imponentes que resistieron tanto tiempo a los esfuerzos del gran Alejandro; todos se han desvanecido como un sue�o problem�tico. y ha sido durante mucho tiempo, Tiro es el testigo de Dios; pero genial, po alegre y populosa, ser�a la jactancia del infiel ". El punto a ilustrar es que Dios se asegurar� de tratar con los individuos y las naciones, para humillar y aplastar el orgullo. Lo har� porque:

I. EL ORGULLO IMPLICA EL PELIGRO DEL PERSONAJE PROPIO DE UN HOMBRE. No puede haber un crecimiento saludable donde est� presente. Las virtudes pasivas, tan especialmente recomendadas en el cristianismo, no pueden vivir con orgullo, tan estrechamente relacionado con la satisfacci�n en uno mismo y el desprecio de los dem�s. El orgullo es un gusano en el bot�n del �rbol del personaje.

II Orgullo destruye la comodidad de las relaciones de un hombre con sus amigos. El hombre orgulloso trata de mantenerse alejado de sus compa�eros. Y sus compa�eros est�n lo suficientemente contentos como para mantenerse alejado de �l. Es inconcebiblemente miserable que un "hombre sea colocado solo en medio de la tierra".

III. EL ORGULLO DA�A LAS RELACIONES DE UN HOMBRE CON DIOS. Se basan en la humildad adecuada de la criatura sumisa y dependiente. Para el hombre, la ley universal es: "Hum�llense bajo la poderosa mano de Dios, para que �l los exalte a su debido tiempo", o de lo contrario ciertamente deben, como Tiro, ser humillados.

Isa�as 23:12

No hay escapatoria de los juicios de Dios.

"Tampoco tendr�s descanso". O los colonos no los recibir�an, o sus enemigos a�n los perseguir�an, busc�ndolos incluso donde hab�an encontrado refugio. Se hace referencia a esas calamidades que sucedieron a los tirios en sus asentamientos posteriores: Chipre, Sicilia, Cartago y Espa�a. Cheyne ilustra la expresi�n al mostrar que "el largo brazo de Asiria los alcanz� incluso en Chipre, donde Lull, rey de Zidon, ya hab�a buscado refugio". La importancia de Chipre como estaci�n naval fue reconocida por los babilonios quince o diecis�is siglos antes de Cristo. La inscripci�n de Sarg�n, rey de Agane, relata c�mo "cruz� el mar del sol poniente" y, en el tercer a�o, conquist� una tierra que dif�cilmente puede ser otra que Chipre. Chipre tambi�n fue conquistada por el Sarg�n asirio. Los juicios de Dios nunca se agotan en actos que no logran los fines deseados de humillar el orgullo de los hombres y corregir las faltas de los hombres. Contin�an hasta que se alcanza su prop�sito. El punto que debe ilustrarse aqu� es que los juicios de Dios no pueden escaparse huyendo del lugar donde descansan los juicios de Dios. El juicio fue sobre los tirios, y afect� a Tiro solo por ellos. Por lo tanto, escapar de Tiro no podr�a resultar en alejarse de la mano afligida y humilde de Dios. Esto puede ilustrarse eficientemente a partir de la historia de Jon�s, quien se apresur� desde los distritos de las tierras altas de Palestina para tomar un barco en Joppa, huir a trav�s del gran mar y alejarse de la presencia del Se�or. �l no podr�a. Dios guarda "los vientos en sus pu�os y las aguas en el hueco de su mano", y puede enviarlos para ejecutar sus juicios. Y a�n as�, es una idea fija de los hombres, de los cuales necesitan ser expulsados, que pueden liberarse de sus discapacidades y del juicio Divino como correcci�n del pecado, cambiando sus circunstancias o yendo de un lugar a otro. Nunca. Dios trata con el robo, y solo en un sentido secundario con sus circunstancias. Mientras pecamos, llegamos al juicio Divino. Si sufrimos y, sin embargo, el mal no se cura, los juicios divinos deben continuar. "Por todo esto, su ira no se desv�a, pero su mano a�n est� extendida". Y a veces la libertad que hemos buscado al cambiar nuestro lugar cambia a una forma de castigo a�n m�s humillante, ya que los tirios soportaron cosas peores en su escape que si se hubieran quedado en casa. Sin embargo, huimos de los problemas, nunca podemos huir de nosotros mismos, y nunca arrojarnos de Dios.

Isa�as 23:18

Comercio de la sierva de la religi�n.

"Su mercader�a y su salario ser�n santidad para el Se�or". Esto parece ser una predicci�n de la conversi�n de los tirios a la adoraci�n y al servicio del Dios verdadero. "En lugar de acumular sus ganancias, o dedicarlas como regalos al templo de H�rcules, como lo hab�an hecho anteriormente, ahora los consagrar�an al apoyo de la verdadera religi�n". En la l�nea de cumplimiento, podemos notar que Jesucristo visit� el vecindario ( Mateo 15:21); San Pablo encontr� disc�pulos all� ( Hechos 21:3); y pronto se convirti� en obispado cristiano. La profec�a se cumplir�a si los cristianos de Tiro enviaran muchachas a Jerusal�n; como tales regalos ser�an considerados como representativos de la "mercanc�a". Dean Plumptre dice: "Interpretado religiosamente, el profeta ve la admisi�n de pros�litos para la adoraci�n a Israel en el futuro, como lo hab�a visto probablemente en los d�as de Ezequ�as (Salmo 87:4). Interpretado pol�ticamente, el las palabras apuntan a un retorno a la antigua alianza entre Jud� y Tiro en los d�as de Salom�n ( 1 Reyes 5:1), y a los dones que involucraba esa alianza (Salmo 45:12) ". Los tirios y zidonios contribuyeron a la construcci�n del segundo templo ( Esdras 3:7). Comercio. como teniendo en cuenta los intereses puramente mundanos, se llama "prostituci�n". "Los grandes mercados de comercio a menudo se comparan con las rameras que buscan muchos amantes, es decir, cortejan a los comerciantes y admiten a cualquiera por el bien de la ganancia". El comercio es la sirvienta de la religi�n cuando ella es ...

I. EL AGENTE DE JUSTICIA. En el sentido de la rectitud y la equidad entre el hombre y el hombre. La religi�n es el principal apoyo de la rectitud pr�ctica, la verdad a la palabra y la promesa, la toma justa de muestras, los salarios honestos, las ganancias razonables y hacer lo mejor para quienes nos compran y quienes nos venden. Pero la religi�n se alegra de la ayuda de todos los buenos principios comerciales y todas las buenas costumbres comerciales. La religi�n se fortalece con el sentido del honor que se encuentra en los hombres comerciales. El comercio honesto ayuda en el trabajo que la religi�n har�a en el mundo.

II EL AGENTE PARA LA CARIDAD En el sentido de consideraci�n gentil por los dem�s, y ayuda a todos los que est�n angustiados. La tendencia del comercio es hacia el ego�smo, pero cuando es tocado por el esp�ritu de la religi�n, es sensible a las necesidades de los pobres, que siempre se multiplican por el avance de la civilizaci�n. La religi�n inspira a los trabajadores entre los pobres, los que sufren y los discapacitados. El comercio es noble cuando, actuando como sirvienta de la religi�n, apoya a los trabajadores con su riqueza, ayudando a los hambrientos y marginados a "suficiencia para comer y ropa duradera" - R.T.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Isaiah 23". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/isaiah-23.html. 1897.
 
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