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Bible Commentaries
Job 10

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

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Versículos 1-22

EXPOSICI�N

Job 10:1

Despu�s de responder a Bildad, Job procede a derramar la amargura de su alma en una queja pat�tica, que dirige directamente a Dios. No hay mucho de novedoso en la larga exposici�n, que va sobre el terreno cubierto en Job 3:1; Job 6:1; Job 7:1; pero algunos motivos nuevos se alegan como s�plicas de misericordia, si no es por justicia. Estos son

(1) que �l es el gesto de Dios, y en el pasado (en cualquier caso) ha sido objeto de su cuidado ( Job 7:3, Job 7:8);

(2) que Dios debe estar por encima de juzgar como el hombre juzga ( Job 7:4, Job 7:5);

(3) que Dios conoce su inocencia ( Job 7:7); y

(4) que �l (Job) est� enteramente en el poder de Dios ( Job 7:7).

En conclusi�n, Job pide un peque�o respiro, un poco de consuelo (vers�culo 20), antes de descender a la oscuridad de la tumba (vers�culos 21, 22).

Job 10:1

Mi alma est� cansada de mi vida. Esto es mejor que la representaci�n marginal, y expresa bien el original. Toca la nota clave del cap�tulo. Dejar� mi queja sobre m� mismo; m�s bien, dar� curso gratuito a mi queja sobre m� mismo, o me permitir� expresarlo (ver la Versi�n Revisada). Job implica que hasta ahora se ha limitado a s� mismo, pero ahora dar� expresi�n plena y libre a sus sentimientos. Hablar� en la amargura de mi alma (comp. Job 7:11).

Job 10:2

Dir� a Dios: No me condenes; literalmente, no me declares malvado. Mis amigos, como se llaman a s� mismos, me han condenado a todos: no me conden�is a m� tambi�n. Un llamamiento conmovedor! Mu�strame por qu� contestas conmigo. Una de las principales pruebas de Job es la perplejidad en la que lo han arrojado sus sufrimientos inigualables. No puede entender por qu� ha sido objeto de un castigo tan tremendo, cuando no es consciente de s� mismo de ninguna impiedad u otro pecado atroz contra Dios. As� que ahora, cuando ha decidido desahogar toda la amargura de su alma, se aventura a hacer la pregunta: �Por qu� est� tan probado? �Qu� ha hecho para hacer de Dios su enemigo? �Por qu� Dios lucha contra �l continuamente?

Job 10:3

�Te conviene que oprimas? Job supone que est� oprimido. No tiene idea de que sus sufrimientos son una purificaci�n ( Juan 15:2), con la intenci�n de conducir a la elevaci�n y la mejora de su car�cter moral. Por lo tanto, pregunta: �Es digno de Dios, es bueno en �l, es compatible con su excelencia perfecta, ser un opresor? Es una especie de argumento ad verecundiam, bastante bien entre hombre y hombre, pero bastante fuera de lugar entre un hombre y su Creador. Que debes despreciar el trabajo de tus manos (comp. Salmo 138:8). Este argumento es m�s leg�timo. Se puede esperar que Dios no desprecie, sino que cuide la obra de sus propias manos (comp. Isa�as 19:25; Isa�as 29:23; Isa 64: 1-12: 21; Isa�as 64:8; Efesios 2:10). Todo creador de una cosa, como dice Arist�teles, ama su trabajo y, naturalmente, lo guarda, lo cuida y lo aprecia. Y brillar sobre el consejo de los imp�os (comp. Job 9:24). La prosperidad de los malhechores debe surgir, piensa Job, de Dios permitiendo que su semblante brille sobre ellos.

Job 10:4

�Tienes ojos de carne? o ves como el hombre ve? A pesar del antropomorfismo de su lenguaje, los escritores sagrados son tan conscientes como sus cr�ticos modernos de la inmaterialidad de Dios y la inmensa brecha que separa su naturaleza de la naturaleza humana. Es en esto que Job ahora habita. Dios, al estar muy por encima del hombre, tener ojos que no son de carne y no verlo como un hombre, no debe juzgar como el hombre juzga, con parcialidad o prejuicio, o incluso con extrema severidad (vers�culo 6).

Job 10:5

�Son tus d�as como los d�as del hombre? En el hombre ef�mero, la miop�a y los prejuicios son excusables, pero no en uno cuyos d�as son diferentes a los d�as del hombre, cuyos "a�os perduran por todas las generaciones". Tal persona deber�a estar por encima de toda enfermedad humana. �O tus a�os como los d�as del hombre? Deber�amos haber esperado "como los a�os del hombre". Pero marca la disparidad con m�s fuerza decir: "�Tus a�os no son m�s numerosos que los d�as del hombre [literalmente, 'un hombre fuerte']?"

Job 10:6

Que investigas mi iniquidad y buscas mi pecado. A Job le parece que Dios debe haber sido "extremo para marcar lo que ha hecho mal" (Salmo 130:3), debe haber buscado en todos los rincones de su vida y haber cazado todos sus pecados y defectos. han podido reunir contra �l a un total o incluso aproximadamente proporcional, con el castigo con el que lo ha visitado.

Job 10:7

T� sabes que no soy malo; m�s bien, aunque lo sepas (ver la versi�n revisada). Consciente de su propia integridad y fidelidad, Job siente que Dios tambi�n debe conocerlos; por eso le parece a�n m�s dif�cil que se le haga sufrir como si fuera un "pecador principal". Y no hay ninguno que pueda entregar de tu mano.

"Es excelente tener la fuerza de un gigante; pero tir�nico usarlo como un gigante".

El �ltimo motivo de apelaci�n de Job es que est� totalmente a merced de Dios, no puede buscar otro libertador, ning�n otro apoyo o permanencia. �No tendr� Dios, entonces, piedad y "le ahorrar� un poco, para que pueda recuperar su fuerza antes de irse, y ya no se le vea"? (ver Sal 39: 1-13: 15; y comp. m�s abajo, vers�culo 20).

Job 10:8

Aqu� tenemos una expansi�n de la s�plica en Job 10:3, "�Es bueno para ti despreciar el trabajo de tus propias manos?" Job apela a Dios, no solo como su Mayor, sino como, hasta cierto tiempo, su Partidario y Sustentador.

Job 10:8

Tus manos me han hecho y me han moldeado juntas. Canon Cook observa con mucha verdad: "Los procesos de la naturaleza siempre se atribuyen en las Escrituras a la acci�n inmediata de Dios. La formaci�n de cada individuo se sit�a, en el lenguaje del Esp�ritu Santo, precisamente en el mismo pie que el del primer hombre ". Sin embargo, me destruyes; literalmente, devorame (comp. Job 9:17, Job 9:22).

Job 10:9

Recuerda, te ruego, que me has hecho como el barro; m�s bien, que me has formado como el d�a; es decir, "Me has formado, como un alfarero hace una olla de arcilla". Esto es apenas una referencia a G�nesis 3:19, sino un uso temprano de lo que se convirti� en una met�fora com�n (comp. Isa�as 29:16; Isa�as 30:14:; Isa�as 45:9; Isa�as 64:8; Jeremias 18:6; Romanos 9:21, etc.). �Y nos volver�s a convertir en polvo? Despu�s de haberme convertido en arcilla en una forma humana, �deshacer�s tu propio trabajo, me desmenuzar�s y me har�s polvo una vez m�s?

Job 10:10

�No me has derramado como leche y me has cuajado como queso? "No lo hiciste", es decir; "�Formarme como un embri�n en el �tero, solidificando gradualmente mi sustancia y transformando los jugos suaves en una masa firme pero tierna?"

Job 10:11

Me has revestido de piel y carne. "A ti", es decir, "le debo la delicada piel que encierra mi cuerpo y la mantiene compacta; a ti te debo la carne en que consiste principalmente mi cuerpo". Y me has cercado con huesos y tendones; m�s bien, y me has tejido, o me han unido (ver la Versi�n Revisada, y comp. Salmo 139:13, donde se usa el mismo verbo en el mismo sentido). La idea es que todo el cuerpo est� tejido y compactado de piel, hueso, carne, tendones, etc. en una prenda delicada y elaborada.

Job 10:12

Me has concedido vida y favor. Dios, adem�s de proporcionarle a Job un cuerpo tan delicadamente y maravillosamente construido, hab�a agregado el don de "vida" ( G�nesis 2:7), y tambi�n el de "favor", o amoroso cuidado providencial, por el cual su vida era preservado desde la infancia hasta la virilidad, y desde la virilidad hasta una edad madura, en paz y prosperidad. Job no ha olvidado su estado anterior de felicidad temporal ( Job 1:2), ni dej� de sentir gratitud a Dios por ello (comp. Job 2:10). Y tu visitaci�n ha preservado mi esp�ritu; o tu providencia: "tu cuidado continuo".

Job 10:13

Y estas cosas escondiste en tu coraz�n; m�s bien, consigue estas cosas que escondiste en tu coraz�n; es decir, "todo el tiempo, a pesar de tu cuidado protector y tu amable gracia, estabas escondiendo en tu coraz�n la intenci�n de traer todos estos males sobre m�; no pod�as sino haber sabido lo que estabas por hacer, aunque ocultaste tu intenci�n y no permitas que se te escapen las se�ales ". S� que esto es contigo; m�s bien, s� que esto fue contigo; es decir, esta intenci�n de destruir mi felicidad fue "contigo", presente a tu pensamiento, incluso mientras me cargabas con el favor. La declaraci�n de Job no puede ser ganada; pero no implica ning�n cargo real contra Dios, quien asigna a los hombres prosperidad o sufrimiento como es mejor para ellos en ese momento.

Job 10:14

Si peco, entonces me marcas; m�s bien, si pequ�, entonces me observaste. Tomaste nota de todos mis pecados cuando los comet�, y los guardaste en tu memoria. Y no me absolver�s de mi iniquidad. A�n tienes este registro de mis ofensas contra m�, y no puedo esperar que me absuelvas de ellas. Sin alguien para expiarlos, los hombres no pueden ser absueltos de sus delitos.

Job 10:15

Si soy malo, �ay de m�! Si, en general, este registro de mis pecados es tal que soy declarado culpable ante Dios, entonces acepto mi destino. �Ay de m�! Debo someterme a sufrir. Y si soy justo, no levantar� la cabeza. Si, por el contrario, se admite que no he pecado tan gravemente como para ser declarado injusto, aun as� no ser� bestia; No me exaltar� a m� mismo; No levantar� la cabeza como si no tuviera pecado. Estoy lleno de confusi�n Esta cl�usula no debe separarse de la anterior. El sentido contin�a: "No levantar� la cabeza (estando, como estoy), lleno de confusi�n" o "de verg�enza", a trav�s de la conciencia de mis propias imperfecciones (ver la Versi�n Revisada). Mira, pues, mi aflicci�n; m�s bien, y viendo mis aflicciones. El sentido dado en la versi�n autorizada es mantenido por Rosenmuller, De Wette, Stanley Leathes y Merx, y defendido por Canon Cook; pero con la oposici�n de Schultens, el profesor Lee y nuestros revisores. Si aceptamos los puntos de vista de estos �ltimos, todo el pasaje se desarrollar� as�: "Si soy [pronunciado] malvado, �ay de m�, pero si es justo, no levantar� la cabeza, estando [como estoy] lleno de confusi�n y viendo mis aflicciones ". Job todav�a ve sus aflicciones como signos de la desgracia de Dios, y por lo tanto, pruebas de su pecaminosidad.

Job 10:16

Para ello aumenta. T� me cazas. Este pasaje es muy oscuro y se ha tomado en varios sentidos muy diferentes. En general, no est� claro que se le pueda asignar un significado mejor que el de la Versi�n Autorizada, "Para mi aflicci�n aumenta" o "siempre est� en aumento. T� me persigues"; es decir, me persigues continuamente con tus plagas, tus "flechas" ( Job 6:4), tus "heridas" ( Job 9:17), tus ejes envenenados ( Job 6:4). No me das descanso, por lo tanto, siempre estoy consciente de mis aflicciones. Como un feroz le�n. Schultens considera a Job como el le�n, y por eso Jarchi y otros. Pero la mayor�a de los comentaristas opinan que el le�n es Dios (comp. Isa�as 31:4; Isa�as 38:13; Jeremias 25:38; Lamentaciones 3:10; Oseas 5:14; Oseas 13:7, Oseas 13:8). Y de nuevo te muestras maravilloso sobre m�; o, t� dejaste maravillosamente conmigo; es decir, "me infligen sufrimientos extra�os y maravillosos".

Job 10:17

Renuevas tus testigos contra m�. Cada nueva calamidad que Job sufre es un nuevo testigo de que Dios est� disgustado con �l, tanto en sus propios ojos como en los de sus "consoladores". Sin duda, su enfermedad progresaba continuamente y iba de mal en peor, de modo que todos los d�as parec�a sufrir una nueva calamidad. Y aumenta tu indignaci�n sobre m�; es decir, "cada vez es m�s evidente que apareces, que est�s enojado conmigo". Los cambios y la guerra est�n en mi contra; m�s bien, cambios y un anfitri�n; es decir, ataques que cambian continuamente: una gran cantidad de ellos, o "host tras host", vienen en mi contra.

Job 10:18

�Por qu� me sacaste de la matriz? Una recurrencia a su queja original ( Job 3:3); como si, despu�s de una consideraci�n completa, volviera a la convicci�n de que la ra�z de todo el asunto, de lo que realmente podr�a quejarse, �era que hab�a nacido vivo en el mundo! �Oh, que hubiera renunciado al fantasma! Antes del nacimiento, o en el acto de nacimiento (por lo tanto, Job 3:11). �Y ning�n ojo me hab�a visto! "Sin ojo", es decir; "hab�a mirado mi rostro vivo". Para entonces-

Job 10:19

Deber�a haber sido como si no hubiera sido; Deber�a haber sido llevado del �tero a la tumba. Una existencia tan breve habr�a sido lo pr�ximo a no existir en absoluto, y habr�a satisfecho igualmente mis deseos.

Job 10:20

�No son pocos mis d�as? Cesa entonces, y d�jame en paz, para que me consuele un poco. El trabajo aqu� regresa de vagos anhelos y aspiraciones ociosas a las realidades reales, los hechos del caso, y pregunta: "�No es el momento en que ahora tengo que vivir corto? �No debe mi enfermedad terminar en un espacio muy breve? Si es as�, �no puedo hacer una solicitud? Mi petici�n es que Dios 'cesar�' de m�, me conceda un respiro, 'd�jame en paz' ??por un corto tiempo, retire su mano pesada y permita que 'me consuele un poco, 'recupere mi fuerza y ??obtenga un espacio para respirar, antes de mi final real, antes de que llegue el momento de mi descenso al Sheol ", que se describe a continuaci�n (vers�culos 21, 22). El paralelo con Salmo 39:13 es sorprendente.

Job 10:21

Antes de ir de donde no regresar� (comp. Job 7:9; y ver 2 Samuel 12:23). Incluso a la tierra de la oscuridad y la sombra de la muerte. La idea de Job del recept�culo de los muertos, aunque tiene algunas analog�as con el inframundo egipcio, y a�n m�s con las concepciones griegas y romanas de Hades u Orcus, probablemente se deriv� de Babilonia, o Caldea, en la cual la tierra que �l habitado bordeado ( Job 1:17). Estaba dentro de la tierra, en consecuencia oscuro y sin sol (comp�rense las Umbras de los romanos, y la ?????? ???????? ??? ?????? ????? de Eur�pides), profunda ( Job 11:8), triste, abrochada con cinturones y barras ( Job 17:16). Los babilonios hablaron de ello como "la morada de la oscuridad y el hambre, donde la tierra era alimento de los hombres, y su alimento de arcilla; donde no se ve�a la luz, pero en la oscuridad habitaban; donde los fantasmas, como los p�jaros, revoloteaban sus alas; y donde, en las puertas y en los postes de las puertas, el polvo yac�a sin ser molestado ".

Job 10:22

Una tierra de oscuridad, como la oscuridad misma; o, una tierra de espesa oscuridad (ver la Versi�n Revisada). Y de la sombra de la muerte, sin ning�n orden. La ausencia de orden es una caracter�stica nueva y peculiar. No lo encontramos en las otras cuentas de Hades. Pero le da m�s horror y rareza a la escena. Y donde la luz es como la oscuridad. No, por lo tanto, absolutamente sin luz, sino con una luz que Milton llama "oscuridad visible".

HOMIL�TICA

Job 10:1

Job a Dios: el progreso de la tercera controversia: 1. El pat�tico gemido de un coraz�n aplastado.

I. Sollozando en el o�do de Dios.

1. El gemido de un coraz�n abatido. "Mi alma est� cansada de [literalmente, 'aborrece'] mi vida" (vers�culo 1). Lo que hab�a convertido la existencia en un disgusto de Job fue en parte su intensa aflicci�n corporal, pero principalmente la abrumadora extra�eza de la conducta Divina hacia �l. Si solo hubiera podido darse cuenta de que, a pesar de todas las apariencias contrarias, todav�a era un objeto de la compasi�n de Dios, sin duda habr�a podido soportar con paciencia continua y sumisi�n ejemplar las terribles calamidades que lo hab�an sobrecogido. Pero la visi�n celestial del esp�ritu de Job estaba oscurecida por sombr�as nubes de duda y miedo. La convicci�n comenzaba a forzarse hacia adentro de su alma de que Dios hab�a sido convertido en su adversario; y si eso fuera realmente as�, Job sinti� que la vida no valdr�a la pena. Entonces, David estim� el favor de Dios como vida, y la bondad amorosa de Dios como mejor que la vida (Salmo 30:5; Salmo 63:3; cf. homil�tica en Job 6:1).

2. La expresi�n de un esp�ritu desmayo. "Dejar� mi queja sobre m�" (vers�culo 1); es decir, le dar� alcance libre, me rendir� y permitir� que tome posesi�n de m�. La queja de Job era que Dios lo estaba tratando como culpable mientras era consciente internamente de ser inocente. Si esto hubiera sido realmente as�, Job habr�a tenido raz�n de su lado. Pero hasta ahora el antagonismo divino al que alud�a era solo una inferencia de sus grandes sufrimientos. Por lo tanto, la actitud asumida por Job era indefendible. Mucho m�s era inexcusable dar paso a un esp�ritu de rebela contra Dios. Si los sentimientos de enojo aumentaban dentro de �l, era su deber primordial reprimirlos. La ausencia de la luz del evangelio, sin embargo, puede servir en parte para atenuar la ofensa de Job. La filosof�a divina de la aflicci�n, tal como la expone el cristianismo, no fue entendida por �l. Si, entonces, desmayarse bajo la tribulaci�n estaba mal en el viejo patriarca �rabe, mucho m�s es indefendible en un creyente del Nuevo Testamento.

3. La resoluci�n de un alma amargada. "Hablar� en la amargura de mi alma" (vers�culo 1). Job era en este momento intensamente miserable. La vida era una carga. Dios estaba (o parec�a estar) en contra de �l. Su propio esp�ritu fue picado con un agudo sentido de injusticia. El resultado fue que la indignaci�n salvaje contra el Todopoderoso estaba comenzando a robar como un veneno por sus venas. Su alma se estaba incendiando r�pidamente. En circunstancias como estas, fue extremadamente imprudente en Job resolver hablar. La seguridad habr�a sido mejor asegurada por el silencio. La �nica caracter�stica favorable en el caso era que Job ten�a la intenci�n de no arrojar al extranjero sus apasionadas protestas a los vientos salvajes, sino respirarlas en el o�do de Dios. Si un santo o pecador se sintiera agraviado con Dios, es infinitamente m�s sabio ir directamente con su queja ante Dios mismo que meditar en secreto o decirlo al mundo.

II PLEGANDO ANTE EL TRONO DE DIOS.

1. Desaprobar la condena. "Dir� a Dios: No me condenes [literalmente, 'no me culpes']" (vers�culo 2). Las palabras pueden considerarse como el grito de un santo que es consciente de su propia integridad moral y espiritual interna, pero que, a trav�s de la aflicci�n corporal o la tentaci�n sat�nica, o ambas combinadas, se ha vuelto repentinamente aprensivo de haber perdido o perdido el favor divino. ; o cuando la oraci�n de un alma pecaminosa despierta por primera vez a una convicci�n de su culpabilidad ante Dios, que, en una agon�a de miedo, le ruega a Dios que no se aferre a ella, sino que la cancele y la perdone. En el primero de estos dos sentidos fue utilizado por Job, y por santos situados de manera similar todav�a puede ser empleado. Ninguna mayor consternaci�n puede apoderarse de la mente de un hijo de Dios que la producida por el temor de que Dios intente condenarlo. Pero tal miedo no tiene fundamento. A quien Dios justifica, tambi�n los glorifica ( Romanos 8:30). "Los dones y el llamado de Dios son sin arrepentimiento" ( Romanos 11:29). No hay condenaci�n para los que est�n en Cristo Jes�s ( Romanos 8:1). Dios, a veces esconde su rostro de un santo ( Isa�as 54:8), pero finalmente nunca le da la espalda ( Hebreos 13:5). En el segundo sentido, es una oraci�n apropiada para todos los pecadores despiertos. Y, gracias a la Divina misericordia, Dios nunca impone la culpa sobre un alma que se impone sobre s� misma, nunca condena a aquellos que se condenan sinceramente ( Isa�as 1:16; Isa�as 43:25; 1 Juan 1:9).

2. Iluminaci�n deseada. "Mu�strame por qu� contestas conmigo". Dios lucha con los hombres cuando en su providencia los aflige, y por su Esp�ritu los convence. �l lucha con los pecadores por su incredulidad ( Juan 16:8, Juan 16:9) y la maldad en general; �l puede contender con su gente debido a su retroceso ( Miqueas 6:2; Apocalipsis 2:4, Apocalipsis 2:5), su formalidad ( Apocalipsis 3:1), su indiferencia espiritual ( Apocalipsis 3:15, Apocalipsis 3:16), o simplemente para avanzar en su mejora individual ( G�nesis 32:24). Sin embargo, cuando Dios lo hace con un santo, la raz�n no siempre es patente ( Job 37:21). Por lo tanto, la oraci�n para ser instruidos divinamente en cuanto a los fundamentos de la controversia de Dios con el alma no solo no es pecaminosa, sino altamente apropiada y ventajosa. Solo debe presentarse con reverencia, con humildad, con docilidad.

III. LLAMANDO AL CORAZ�N DE DIOS. Job protesta con Dios contra el trato que se le otorga por dos motivos principales.

1. Es despectivo para el car�cter Divino. "�Es bueno para ti [literalmente, 'se est� volviendo'] que debes oprimir, despreciar la obra de tus manos y brillar sobre el consejo de los imp�os?" (vers�culo 3) Seg�n Job, tres consideraciones deber�an haber evitado que Dios le infligiera tales tremendas calamidades.

(1) Su grandeza personal. No se estaba convirtiendo en un Ser tan trascendentemente glorioso y poderoso como para ser culpable de la opresi�n.

(2) Su inter�s personal. �Qu� propietario destruy� alguna vez su propia propiedad? �Qu� alfarero alguna vez arroj� al suelo el exquisito recipiente que sus manos acababan de formar? �Pero Job era obra de Dios, y sin embargo Dios lo despreciaba y lo trataba como sin valor!

(3) Su integridad personal. Si Dios era un Ser de santidad absoluta y justicia incorruptible, entonces era claramente imposible que pudiera brillar sobre el consejo de los imp�os, o favorecer a los hombres malos. Pero esto, como le pareci� a Job, era lo que Dios estaba haciendo al afligirlo. El triple argumento era bueno si la premisa de Job era correcta. Pero la descripci�n de Job de la conducta divina hacia �l era en particular particular, falaz. El Todopoderoso nunca oprime a ninguna de sus criaturas, y menos al hombre. El Creador nunca desprecia nada de lo que ha hecho, y mucho menos sus propios hijos. El Gobernador del universo no puede hacer mal a los justos, y mucho menos puede favorecer a los imp�os. El argumento de Job, por lo tanto, deber�a haberlo llevado a buscar otra soluci�n para el oscuro problema que lo dej� perplejo. No podr�a ser que Dios lo estuviera tratando como se describe arriba: el car�cter de Dios lo prohibi�. Tampoco podr�a ser que �l, Job, fuera culpable: el testimonio de su propia conciencia protest� contra eso. (No es seguro que un cristiano hubiera sido tan tenaz de su inocencia personal como lo fue Job). �No ser�a, por lo tanto, que Job estaba poniendo una construcci�n equivocada en sus sufrimientos?

2. Es inconsistente con la perfecci�n divina.

(1) Con su omnisciencia. "�Tienes ojos de carne? �O ves como el hombre ve?" (vers�culo 4) Si Dios fuera como el hombre, un ser de capacidad limitada con respecto al conocimiento, si solo pudiera juzgar por su apariencia, entonces podr�a estar actuando en el presente caso bajo una idea equivocada de la culpa del patriarca. Pero contra eso surgi� la objeci�n trascendente de que los ojos de Dios no eran "ojos de carne" en absoluto, sino ojos "como una llama de fuego" ( Apocalipsis 1:14), de los cuales ning�n pensamiento puede sostenerse ( Job 42:2), y que ve cada cosa preciosa ( Job 28:10).

(2) Con su eternidad. "�Son tus d�as como los d�as del hombre? �Son tus a�os como los d�as del hombre, que investigas mi iniquidad y buscas mi pecado?" (Vers�culos 5, 6). Job confiesa que podr�a haber entendido que el Todopoderoso lo persegu�a si el Todopoderoso hubiera sido un ser ef�mero como �l, y tem�a que su criatura muriera antes de que se fuera con �l. Pero, entonces, Dios no era como el hombre. No hab�a temor de que Dios muriera. Por lo tanto, Job no pod�a ver la necesidad de una inquisici�n tan apresurada y terrible a la que hab�a sido sometido. Si descubrir su pecado era el objeto de Dios, �por qu� tanta prisa? �No ten�a Dios una eternidad para hacerlo?

(3) Con su justicia. "Sabes [m�s bien, 'aunque sabes'] que no soy culpable; y no hay nadie que [m�s bien, 'y aunque ninguno'] pueda librarte de tu mano" (vers�culo 7). La conducta divina habr�a sido perfectamente inteligible para Job sobre la hip�tesis de que Dios, como un peque�o tirano, hab�a recurrido a los tornillos de la aflicci�n para extorsionar la confesi�n de un prisionero que sab�a que era inocente, simplemente porque ten�a el poder para hacerlo. . Pero tal suposici�n era, por supuesto, insostenible. Por lo tanto, Job se sinti� acorralado por todas partes por una dificultad inextricable, y se vio obligado a llorar: "Mu�strame por qu� contiendes conmigo".

LECCIONES

1. Lo mejor que pueden hacer las almas cargadas es arrojarse a s� mismas y a sus cargas al regazo de Dios; no enojado, sino humildemente; no quej�ndose, sino confiadamente.

2. Hay una gran diferencia entre la contienda de Dios con su pueblo y la condena de Dios; esto nunca lo hace a menudo.

3. Cuando el car�cter de Dios y la conducta de Dios aparecen en conflicto, nos toca cuestionar nuestras interpretaciones de lo �ltimo en lugar de renunciar a nuestra confianza en lo primero.

Job 10:8

Job to God: el progreso de la tercera controversia: 2. Una contradicci�n inexplicable.

I. EL CUIDADO ANTIGUO DE DIOS.

1. Minutamente detallado.

(1) En la creaci�n de Job. Esto se afirma por primera vez en general, el patriarca se describe a s� mismo como hecho directamente, por la mano de Dios: "Tus manos me han hecho y me han formado". quiz�s en alusi�n a G�nesis 1:26 (cf. Deuteronomio 4:32; Job 12:10; Job 34:19; Salmo 33:15 ; Isa�as 45:12); completamente, en todas sus partes: "juntos ['literalmente,' todo de m� '] alrededor" (of. Salmo 139:15, Salmo 139:16; �xodo 4:11; Job 27:3; Salmo 94:9); cuidadosamente, con una habilidad exquisita: "Me has hecho como la arcilla", posiblemente un eco de G�nesis 2:7, aunque lo m�s probable es que la imagen sea la de un alfarero moldeando un recipiente exquisito. Y ciertamente el hombre es el m�s noble de Dios trabajo manual, ya sea que tengamos en cuenta su estructura f�sica o su organizaci�n mental y moral, y mucho m�s si incluimos ambos en nuestra contemplaci�n (cf. 'Hamlet', Hechos 2. sc. 2). El proceso de formaci�n del hombre se bosqueja en cuatro detalles, que muestran un notable conocimiento de los fen�menos fisiol�gicos relacionados con este tema misterioso: la generaci�n del ni�o; la producci�n del embri�n; el desarrollo gradual del feto; y el nacimiento real del ni�o (G�nesis 2:10-1); para m�s informaci�n sobre qu� puntos se puede consultar la Exposici�n.

(2) En la preservaci�n de Job. "Tu visita [literalmente, 'tu providencia'] ha preservado mi esp�ritu" (vers�culo 12). La existencia continua del hombre en la tierra es tanto un milagro del poder divino como su primera introducci�n a la vida. Solo el cuidado divino ejercido constantemente podr�a mantener un organismos delicados como el cuerpo humano, y mucho m�s un instrumento complicado como la mente humana, de caer en mal estado y eventualmente en disoluci�n. El hombre tambi�n tiene tantas necesidades que, a menos que la bondad divina lo atendiera diariamente, sucumbir�a r�pidamente debajo del golpe de la muerte. Por lo tanto, la Escritura asigna nuestro sustento no menos que nuestra formaci�n a Dios ( Deuteronomio 8:3; Salmo 36:6; Hechos 17:28).

2. h�bilmente empleado. Cuando Job recuerda el momento en que era un objeto de la solicitud paterna de Dios, no puede evitar demorarse en los dulces recuerdos con los que inunda su alma. Estableciendo, tambi�n, estas tiernas reminiscencias sobre el fondo oscuro de su dolor actual, se siente derretido y suavizado. La idea de ese amor divino que lo hab�a moldeado y favorecido enciende en su alma un extra�o anhelo por su regreso, lo que lo hace intentar, por as� decirlo, recordando los viejos tiempos a Dios, excitar un toque de piedad en el coraz�n divino. . "Tus manos me han hecho; �y aun as� me destruyes!" "Me has hecho como arcilla; �y a�n as� me vuelves polvo!" Hay pocos argumentos que tocan el coraz�n de Dios con tanta fuerza como el recuerdo de misericordias anteriores. "P�ngame en memoria", dice Dios ( Isa�as 43:26). "No olvides todos sus beneficios", dice David (Salmo 103:2; cf. Salmo 42:6; Salmo 77:10; Salmo 143:5).

II EL TRATAMIENTO CRUEL ACTUAL DE DIOS.

1. La trama divina. "Y estas cosas escondiste en tu coraz�n: s� que esto es contigo" (vers�culo 13). Job concibi� que sus terribles aflicciones eran el resultado de un dise�o oscuro y profundo que Dios hab�a formado con respecto a �l antes de que �l naciera; que, de hecho, Dios lo hab�a convocado a la existencia precisamente para perseguirlo en el camino a punto de ser descrito. Que Dios obra todas las cosas en la tierra de acuerdo con el consejo de su voluntad, que cada evento en la historia, as� como cada incidente en la experiencia individual, tiene su lugar en un plan eternamente existente y que abarca el universo, es una verdad de la religi�n natural. menor que la revelaci�n divina ( Hechos 15:18; Efesios 1:11). Pero que Dios cre� cualquier alma expresamente con el prop�sito de hacerla miserable, ya sea en el tiempo o en la eternidad, es una simple perversi�n de la verdad, inconsistente por igual con las nociones fundamentales del hombre sobre las ense�anzas expl�citas de la Deidad y las Escrituras en cuanto a la importancia de la predestinaci�n. Dios nunca conspira contra santo o pecador; pero nunca deja de planear para ambos, en los que debe haber consuelo para uno ( Romanos 8:28) y precauci�n para el otro ( Proverbios 15:3, Proverbios 15:11; Salmo 33:15).

2. La red cu�druple. Job revela la naturaleza de ese complot que �l concibe que Dios ide� contra �l.

(1) Suponiendo que pecara, Dios hab�a decidido marcarlo en su contra: "Si peco, entonces me marcas y no me absolver�s de mi iniquidad" (vers�culo 14). La hip�tesis era natural, ya que "no hay un hombre justo en la tierra que haga el bien y no pecare" (Salmo 14: 3; 1 Reyes 8:46; Romanos 3:12). La inferencia tambi�n fue correcta en el sentido de que Dios observa los pecados de todos los hombres (Salmo 33:13; Salmo 69:5; Proverbios 15:3; Hebreos 4:13 ), y de ninguna manera puede absolver al culpable ( Nah�m 1:3; �xodo 20:5; Romanos 6:23); pero como insinuaba que Dios estaba al acecho para atrapar a los hombres en transgresi�n, o que era r�pido para notar y castigar el pecado, era decididamente incorrecto (Salmo 130:3; Nehem�as 9:17; �xodo 34:6; Salmo 78:38). Es la gloria m�s alta de Dios que, aunque �l ve, ahora no puede marcar la iniquidad; que �l puede remitir la transgresi�n y absolver al pecador como consecuencia de la propiciaci�n de Cristo ( Romanos 3:25, Romanos 3:26).

(2) Suponiendo que perpetrara su maldad atroz, entonces su castigo ser�a simplemente indescriptible: "Si soy malvado, �ay de m�!" Todav�a es cierto que los transgresores obstinados e impenitentes no escapar�n del justo juicio del Dios Todopoderoso ( Isa�as 3:11; Isa�as 45:9; Proverbios 11:21; Job 31:3; Mateo 21:41; Mateo 24:51; Romanos 1:18; si. 8), pero tambi�n es una bendita verdad que el delincuente m�s notorio puede ser perdonado ( Isa�as 1:18; Jer 33: 8; 1 Juan 1:7, 1 Juan 1:9; 1 Timoteo 1:15).

(3) Si se demuestra que no tiene culpa forense, a�n debe degradarse como si fuera un criminal: "Si soy justo, no levantar� la cabeza". El lenguaje de Job aqu� sugiere dos verdades importantes: que ning�n hombre, aunque sea consciente de su inocencia, realmente puede levantar la cabeza ante Dios como si estuviera impecable; y que incluso aquellos que pueden levantar la cabeza, a trav�s de la justicia de Jesucristo, no tienen espacio para la exaltaci�n propia ( Romanos 3:27).

(4) Si se aventurara a disfrutar de tal sentimiento, entonces Dios redoblar�a sus intentos de humillarlo; caz�ndolo como una bestia salvaje, - "Me cazas [literalmente, 'me cazar�as'] como un le�n feroz: y de nuevo te muestras maravilloso sobre m� [o, 'me repetir�as tus milagros sobre m�']". como un culpable: "T� renuevas tus testigos contra m�"; siti�ndolo como una fortaleza, - "T� incrementas [o 'aumentar�as'] tu indignaci�n contra m�, con el anfitri�n anfitri�n sucesivo contra m�". Las im�genes pueden exponer la intensidad y variedad de los sufrimientos de Job; pero tambi�n es apropiado sugerir la oposici�n vehemente, implacable e incesante que Dios ofrece a todos los intentos por parte del hombre de vindicar su propia justicia. Es el objetivo primordial de Dios, en providencia y gracia, reducir al hombre a una posici�n de auto-humillaci�n y auto-condena; y para este fin emplea todo el poder sobrenatural de su Palabra y Esp�ritu, toda la evidencia y testimonio del coraz�n y la vida del pecador, todas las vicisitudes y pruebas de su providencia ordinaria. El objetivo de Dios al hacerlo es que �l pueda levantar la cuenta del pecador.

Aprender:

1. Que si Dios usa el rigor hacia el hombre, no lo hace de ninguna crueldad, ya que el hombre es la obra de Dios.

2. Ese hombre, siendo obra de Dios, nunca debe dejar de alabar a su Hacedor.

3. El origen humilde de ese hombre deber�a mantenerlo humilde y recordarle su �ltimo fin.

4. Que el poder y la gracia de Dios se reconozcan tanto en la preservaci�n del hombre como en la formaci�n del hombre.

5. Que "todas las cosas est�n desnudas y se manifiestan a los ojos de aquel con quien tenemos que ver".

6. Que Dios, si se nota r�pidamente, todav�a es m�s r�pido para perdonar, la iniquidad.

7. Que el camino real hacia el favor y el perd�n del Cielo es a trav�s de la humildad y la humillaci�n.

8. Que el fin de toda disciplina divina en la tierra es humillar al hombre en preparaci�n para la exaltaci�n eterna.

Job 10:18

Job to God: el progreso de la tercera controversia: 3. Una vieja queja renovada.

I. UNA GRAN MISERICORDIA DESPISADA. Vida. "�Por qu� me sacaste de la matriz?" (vers�culo 18). Job aqu� anuncia una verdad importante, que la extracci�n de un beb� del �tero es pr�cticamente la obra de Dios (Salmo 22:9; Salmo 71:6), pero tambi�n comete un pecado como un mal. fortuna lo que, correctamente meditado, deber�a haberse considerado una bendici�n valiosa. La vida, como Dios la otorga, es un regalo precioso; aunque con frecuencia, como lo hace el hombre, prueba una maldici�n terrible. La ingratitud de Job era tanto m�s reprensible que en su caso la vida hab�a sido coronada con misericordias, con gran riqueza material, con verdadero disfrute dom�stico, con inmensa influencia social, con rica gracia espiritual, con un favor divino palpable.

II Un arrepentimiento pecaminoso complacido. Que no lo hab�an llevado del �tero a la tumba. "�Oh, si hubiera renunciado al fantasma y ning�n ojo me hubiera visto!" (vers�culo 18). El arrepentimiento de Job fue:

1. pecaminoso; en la medida en que infravalora un regalo Divino.

2. antinatural; ya que contradec�a el instinto de amor a la vida que el Creador ha implantado en todas sus criaturas.

3. tonto; porque aunque Job pudo haber escapado as� del dolor corporal, tambi�n habr�a perdido mucha felicidad y muchas oportunidades de glorificar a Dios al hacer el bien y la aflicci�n duradera.

4. equivocado; como si Job hubiera sido llevado del �tero a la tumba, su expectativa, "Deber�a haber sido como si no hubiera sido", no habr�a resultado correcta. El ni�o que abre sus ojos en la tierra simplemente para cerrarlos nuevamente no regresa al amplio �tero de la nada cuando su peque�a forma se deposita en el polvo. El hecho de que sea parte de la raza de Ad�n lo convierte en un inmortal. La doctrina de la aniquilaci�n, si no es absolutamente no filos�fica, es ciertamente antinatural y no b�blica.

III. UN APRETADO APASIONADO OFRECIDO. Por un breve respiro en medio de sus sufrimientos. "�No son pocos mis d�as? Cesa entonces, y d�jame en paz, para que me consuele un poco".

1. La oraci�n. "Dejame solo." Job ansiaba un alivio moment�neo en sus problemas. Pocos enfermos carecen de esos intervalos de facilidad. Dios misericordiosamente mitiga el dolor humano al conceder breves per�odos de alivio; de lo contrario, los hombres ser�an aplastados y el fin de la aflicci�n ser�a derrotado.

2. El prop�sito. "Que pueda estar un poco alegre". Job no pod�a alegrarse mientras estaba atormentado por un dolor incesante y perseguido por un miedo continuo ( Job 9:27). Solo levantar la mano de Dios eliminar�a la carga de su coraz�n y la nube de su frente. Y esto le pareci� deseable antes de ir al mundo subterr�neo. La mayor�a de los hombres simpatizar�n con Job al desear un breve per�odo de libertad del dolor antes de pasar al mundo eterno, para permitirles calmar sus esp�ritus, reunir sus pensamientos, preparar sus almas para el �ltimo conflicto y el gran m�s all�.

3. El motivo. "�No son pocos mis d�as?" Job se pens� al borde de la tumba. En esto, sin embargo, se equivoc�. La mayor�a de los hombres se consideran m�s lejos del mundo invisible de lo que realmente son ( 1 Samuel 20:3), pero ocasionalmente los pacientes se juzgan m�s cerca del final de la vida de lo que finalmente demuestran ser. Si el primero es un pecado de presunci�n, el segundo es un error causado por una fe d�bil. Si el primero es peculiar para la juventud y la salud, el segundo no es infrecuente para el sufrimiento y la edad.

IV. Un futuro desmoralizado Infierno. La regi�n melanc�lica, en la que Job anticipaba una partida casi instant�nea, no era la tumba, que era, propiamente hablando, solo el recept�culo del cad�ver; pero Sheol, la morada de los esp�ritus difuntos. Tal como lo concibieron Job y otros santos del Antiguo Testamento, este no era un lugar donde el esp�ritu incorp�reo encontrara la aniquilaci�n o se hundiera en la inconsciencia, sino un reino en el que el esp�ritu, que existe aparte del cuerpo, retuvo su autoconciencia. Sin embargo, la tristeza que dominaba esta tierra silenciosa e impenetrable era tal que la hac�a extremadamente atractiva. Era una tierra de:

1. Perpetuo exilio. "Antes de irme, de donde no volver�" (vers�culo 21); "el pa�s no descubierto, de cuyo nacimiento no regresa ning�n viajero" ('Hamlet', Hechos 3 Hechos 3. sc. 1).

2. Densa oscuridad. "Una tierra de tinieblas, como la oscuridad misma" (vers�culo 22). Se emplean cuatro t�rminos diferentes para representar la penumbra de este mundo sombr�o; el primero (usado en G�nesis 1:2) probablemente representa una condici�n de cosas sobre las cuales la luz a�n no ha surgido; el segundo representa esta regi�n sin luz como la sombra de la muerte, es decir, el velo que la muerte dibuja alrededor de los ojos de los hombres; el tercero presenta esta oscuridad como la que cubre o rodea todas las cosas; y el cuarto apuntando al disparo completo de la luz, la penumbra m�s profunda y espesa. Esta horrible imagen del poeta termina agregando, "y la luz es como la espesa oscuridad", lo que significa que en esa triste regi�n la luz del d�a o el mediod�a es como la penumbra de la medianoche de la tierra: "no luz, sino oscuridad visible" (Milton, 'Paradise Lost', bk. 1.).

3. Desorden completo. Una tierra "sin ning�n orden" (vers�culo 22); es decir, sin forma ni contorno, cada objeto est� tan envuelto en la oscuridad que parece desprovisto de forma, o sin sucesi�n regular, de d�a y de noche; un reino sin luz, sin belleza, sin forma, sin orden; un oscuro caos subterr�neo lleno de fantasmas p�lidos, esperando en inactividad comparativa durante esa "noche en la que ning�n hombre puede trabajar", al amanecer de la ma�ana de la resurrecci�n. Contrasta con todo esto el Para�so Cristiano, donde los esp�ritus de los hombres justos hechos perfectos est�n ahora para siempre con el Se�or; no una alabanza de exilio de la que ya no se volver�, sino un pa�s mejor, incluso celestial, del que no se saldr� m�s ( Apocalipsis 3:12); no una regi�n de oscuridad, sino un reino brillante de luz ( Apocalipsis 21:23); no un caos de confusi�n, sino un glorioso cosmos de vida, orden y belleza ( Apocalipsis 21:1).

Aprender:

1. El peligro de la aflicci�n no santificada.

2. El poder de Satan�s sobre el coraz�n humano.

3. La miop�a del sentido y la raz�n.

4. La propiedad de estar siempre listos para nuestra partida al mundo invisible.

5. El valor del evangelio, que ha sacado a la luz la vida y la inmortalidad.

6. La ventaja que poseen los que viven bajo la dispensaci�n del evangelio.

7. La mayor responsabilidad de aquellos que disfrutan de mayor luz que Job.

HOMILIAS DE E. JOHNSON

Job 10:1

Apelar a la justicia, el conocimiento y la bondad de Dios.

En su extremo de dolor enloquecedor y en su desprecio por la vida, Job resuelve dar paso una vez m�s a las palabras (vers�culo 1). Y a medida que brotan a raudales desde el fondo de su coraz�n, percibimos que �l tiene en realidad pensamientos m�s verdaderos y justos sobre Dios que los expresados ??en el cap�tulo anterior. �l procede a apelar uno por uno a la perfecci�n m�s alta que se puede asociar con el Nombre Divino.

I. Apelaci�n a la bondad y la grandeza de Dios. (Versos 2-7.)

1. A su razonabilidad y justicia. (Verso 2.) "Condenarme sin ser escuchado, sin causa asignada; aclarar a mi mente, que no puede negar sus convicciones, mi culpa y su naturaleza". Tomando la analog�a del razonamiento de nuestro Se�or en el serm�n del monte, si condenar a un hombre sin causa se considera una injusticia odiosa, si es un punto cardinal en una constituci�n terrenal justa (por ejemplo, como se expresa en nuestra Ley de Habeas Corpus) que ning�n hombre sea capturado y retenido en prisi�n sin una pronta oportunidad de ser confrontado con sus acusadores, �c�mo podemos atribuir tal conducta al que se sienta en el trono eterno?

2. A su equidad. (Vers�culo 3.) �Puede ser correcto que Dios, por un lado, derribe a los d�biles e inocentes, y, por el otro, exalte y favorezca a los imp�os y malvados? Esto no ser�a para sostener incluso la balanza, el emblema eterno de la justicia. La verdadera soluci�n a la pregunta la da Cristo. Dios es bueno para todos por igual. Los grandes dones de la naturaleza (sol y lluvia) son comunes al bien y al mal, justos e injustos. Y en cuanto a las bendiciones espirituales, que son de su naturaleza condicionadas a la voluntad y b�squeda humanas, Dios es tan bueno para todos como su propio estado y disposici�n lo har�n sufrir. �Son, pues, los sufrimientos del bien contrarios a su justicia? No tan; pero caen bajo esa ley superior que Job y sus amigos a�n tienen que aprender, que el sufrimiento es una de las formas y manifestaciones de la bondad divina en la educaci�n de los seres humanos.

3. Apelar a su omnisciencia. (Vers�culo 4.) Dios ve todas las cosas, desde todos los comienzos, hasta todos los fines. No es un tirano miope que se ve tentado a forzar mediante la tortura una confesi�n de culpabilidad de un preso infeliz contra el cual solo tiene sospechas pero ninguna evidencia. Dios sabe que Job es inocente. Pero este hecho deber�a poner fin a sus murmullos, �podr�a ser totalmente fiel a su fe m�s alta en Dios? El derecho que Dios sabe que al final declarar�, y se ver� que ha defendido y protegido.

4. Apelar a su duraci�n eterna. (Vers�culos 5, 6.) La existencia tranquila y permanente de Dios seguramente debe liberarlo de esas tentaciones a las que est� sujeto el hombre ef�mero. La prisa, la impaciencia, la prisa, la impetuosidad, son caracter�sticas de la humanidad, porque los hombres saben que tienen mucho que hacer y poco tiempo para hacerlo. Por lo tanto, el tirano arrebatar� r�pidamente en venganza por cualquier afrenta o lesi�n que pueda haber sufrido. Pero, �qui�n puede escapar del poder y las penas del Eterno? Una vez m�s: �Dios sabe que es inocente (vers�culo 7)!

II LA RELACI�N ENTRE EL CREADOR Y LA CRIATURA. (Vers�culos 8-17.)

1. Comparaci�n del Creador y la criatura con el alfarero y su obra. (Verso 8.) El trabajo art�stico del alfarero es un trabajo en el que se ha dedicado el cuidado, el pensamiento, la elaboraci�n; es una "cosa de belleza", y �l la dise�a para ser una "alegr�a para siempre". No lo destruir� sin motivo, no soportar� verlo tan destruido. �Podemos creer lo contrario de Dios y su obra? Una analog�a muy verdadera y reveladora, y sobre la cual se puede fundar un argumento para la inmortalidad del alma. Si esa idea hubiera entrado en el horizonte de la visi�n de Job, su analog�a le habr�a brindado un profundo consuelo.

2. Contraste entre la cuidadosa producci�n y preservaci�n 'y la aparente destrucci�n imprudente de la criatura. (Vers�culos 10-17.) Por un lado vemos (vers�culos 10, 11) la maravillosa producci�n y desarrollo de la vida corporal desde el embri�n hasta la forma distinta y completamente desarrollada, organizada con todos los aparatos y mecanismos de nutrici�n y de movimiento. �Qu� deslumbrantes evidencias del pensamiento que Dios ha prodigado sobre su obra principal hacen que se desarrollen todos los descubrimientos de la fisiolog�a! Podemos leer al lado de este pasaje Salmo 139:1; y el noble himno de Addison, "Cuando todas tus misericordias, Dios m�o". Luego est� la dotaci�n de este maravilloso marco con el gran regalo de la vida y m�ltiples y ricos placeres, y su preservaci�n a trav�s de todos los peligros de la juventud hasta el momento presente (Salmo 139:12). �Pero qu� temor al otro lado del contraste! Detr�s de este elaborado dise�o se ocultaba desde el principio, como parece a la sombr�a reflexi�n de Job, un prop�sito deliberado de destrucci�n: la aniquilaci�n temeraria de esta espl�ndida obra de arte Divino (vers�culo 13). M�s bien, si rectificamos estos razonamientos pervertidos de un estado de �nimo m�rbido y angustiado, �qu� argumentos nobles e irresistibles derivamos de la experiencia y de la ciencia de nuestra vida f�sica para el eterno inter�s de Dios en lo que est� aqu� contenido: el alma? que participa de �l y no puede perecer! Luego sigue una imagen terrible de la relaci�n en la que el patriarca, en su miseria, se supone que est� de pie ante Dios. Est� en un "tetralemma", o red, del cual no puede ver escapatoria.

(1) Si comete el error m�s peque�o (vers�culo 14), esos son todos. Los ojos penetrantes lo siguen con su incesante reloj, y exigir�n la pena de cada falta.

(2) Si debe cometer iniquidad (vers�culo 5), sin embargo, lo ha hecho antes de estos sufrimientos, debe negarlo solemnemente, entonces ser� castigado con justicia.

(3) Pero incluso si estuviera en lo correcto, debe aparecer como culpable; no puede atreverse, libre y orgullosamente, a levantar la cabeza, porque est� lleno de ignominia y con sus propios ojos contemplando su humillaci�n (vers�culo 15).

(4) Y si esta cabeza inocente e insultada, incapaz de soportar m�s la ignominia, se levanta en libertad y en orgullo, como Job est� haciendo, de hecho, por. el tono de su discurso, entonces Dios, enfurecido con su resistencia, enviar� nuevamente los sufrimientos m�s severos sobre �l; lo cazar� como un le�n; se revelar� en nuevas maravillas de aflicci�n y juicio (vers�culo 16); producir� nuevos testigos, en forma de nuevos dolores, como acusadores en su contra. Al igual que los anfitriones que se derraman uno tras otro contra una ciudad asediada, estos problemas aparecer�n de manera espesa (vers�culo 17).

III. RENOVADA EXPLOSI�N DE DESPONDENCIA, IMPRECACIONES DE LA VIDA, DESEO DE DESCANSO. (Vers�culos 18-22.) Una vez m�s, desea no haber estado nunca (vers�culos 18, 19, repetidos de Job 3:11, etc.). Una vez m�s, insta a su fuerte petici�n de que pueda disfrutar de un breve respiro durante estos pocos d�as que quedan, libres del tormento incesante (vers�culo 20), antes de hundirse para siempre en el mundo inferior.

IV. IMAGEN DE HADES, O EL MUNDO INFERIOR.

1. Es la "tierra de tinieblas y oscuridad, como hasta la medianoche" (vers�culos 21, 22).

2. Por lo tanto, es la tierra del desorden y la confusi�n, donde nadie que est� acostumbrado a la luz y al orden puede sentirse como en casa.

3. Aunque incluso haya un ligero cambio de d�a y de noche, aunque sea brillante all�, es tan sombr�o como la medianoche en la tierra. Podemos comparar esas impresionantes im�genes del mundo inferior y el estado de los difuntos que encontramos en la 'Odisea' (11).

"Nunca el sol, que da luz al hombre, los mira con su ojo dorado, o cuando sube el arco estrellado, o cuando se inclina hacia la tierra, rueda sobre el cielo; pero la triste noche pesa sobre ellos con cansancio".

"En la esclavitud por miedo a la muerte". El conocimiento de otra y mejor vida �negado a Job� es evidentemente lo �nico que se necesita para satisfacer una mente honesta, abatida por el sufrimiento extremo, abrumada por el misterio, pero incapaz de renunciar a su fe en la justicia y la bondad de Dios. El cristianismo, al traer la vida y la inmortalidad a la luz, extiende un gran resplandor sobre el mundo. Es la comprensi�n firme de esta idea Divina lo que le permite al hombre soportar el sufrimiento con calma y paciencia. Que se elimine esta idea y, como vemos por el tono doloroso de aquellos en nuestros d�as que plantearon seriamente la pregunta: "�Vale la pena vivir la vida?", Incluso el sufrimiento ordinario puede resentirse como intolerable.

LECCIONES

1. Confianza fundada en nuestra relaci�n con Dios como un "Creador fiel". No puede abandonar el trabajo de sus propias manos.

2. Su bondad en el pasado es un argumento de confianza para el futuro.

3. Las perplejidades insolubles se deben a nuestra propia ignorancia de las condiciones completas de la vida. Dios es el m�s incomprendido de los seres.

4. Cada revelaci�n debe ser recibida con entusiasmo, cada h�bito mental alentado, lo que nos induce a considerar la vida como un bien, la muerte como una ganancia, y la escena m�s all� como un brillo eterno para todas las almas fieles.

Job 10:1

El grito suplicante de profunda tristeza.

Este es el grito de alguien que declara: "Mi alma est� cansada de mi vida". �l abre los labios para que la corriente de su "queja" fluya sin control. Sin embargo, es humilde y moderado, aunque adopta casi el tono de la exposici�n. Se ha confesado ser desigual a la contienda. �l no puede dar respuesta a Dios; �l ha reconocido su culpa e impotencia. Ahora sabr�a "por qu�" Dios lucha con �l. Este es el deseo de incluso la v�ctima m�s resignada. Ciertamente, el grito que sale de los labios de los profundamente afectados es: "�Por qu� me hacen sufrir as�?" Si el principio cristiano y la fe tranquila retienen la demanda, "Mu�strame por qu�", sin embargo, se escucha con el trasfondo de asombro y sorpresa ante los tratos inexplicables e incluso severos de un Dios amoroso: "�Ah, es misterioso!" La confesi�n del misterio del sufrimiento humano es un grito reprimido para que se aclare el misterio. El grito de Job toma la forma de:

I. EL DESEO DE SER LIBERADO DE LA CONDENACI�N. "Dir� a Dios: No me condenes". Este es el primer deseo de la v�ctima resignada. Que no sea como castigo por mi transgresi�n. "Condenarme no" es otra forma de instar, "�Perd�n por mi ofensa que! Confiesa". Es una oraci�n de perd�n. Hasta esto, la confesi�n previa de indignidad e incluso de pecado ha conducido adecuadamente. Es el primer descanso del alma. Mientras las condenas confesas de la culpa est�n sobre ella, no puede haber paz. Feliz el que en lo profundo de su sufrimiento hace su confesi�n; m�s feliz a�n el que escucha la palabra de perd�n gracioso. Esto es seguido por:

II El anhelo insuperable de conocer la raz�n de las divinas aflicciones. "Mu�strame por qu� contestas conmigo". �Qu� natural desear esto! Pero los caminos Divinos son "descubrimientos pasados". "�l no da cuenta de sus caminos" Ciertamente, a Job no lleg� una respuesta suficiente. Quedaba para los d�as posteriores aprender: "A quien el Se�or ama, castiga". A todas las sugerencias de Job se le puede dar una respuesta negativa.

1. No es "bueno" (es decir, agradar) a Dios "oprimir", (parecer) "despreciar" a sus criaturas; o, como parece, "brillar sobre el consejo de los imp�os"

2. No tiene "ojos de carne". No ve "lo que el hombre ve", mirando solo la apariencia externa y juzgando solo por eso. Dios mira el coraz�n y estima el acto humano por el motivo que lo impulsa. �l tiene en cuenta la fragilidad humana m�s que incluso la fragilidad, el hombre errante hace por su propio hermano. �l es justo en su opini�n, y no deformado como es el juicio de la carne d�bil.

3. Sus d�as no son "como los d�as del hombre". Son los d�as de la eternidad, la mentira puede esperar hasta el futuro para justificar la conducta de Job. No tiene que apresurarse para provocar una crisis en la historia de Job. No necesita apurarse para poner a prueba a Job. Nuestras reflexiones sobre los tratos divinos pueden corregirse justamente al reflexionar debidamente sobre esta historia. En nuestra integridad asegurada podemos esperar. En nuestra pecaminosidad consciente estamos m�s seguros en las manos del Se�or; del cual, de hecho, no podemos escapar. "No hay nadie que pueda librarte de tu mano". - R.G.

Job 10:8

El hombre, la criatura de Dios.

Job ahora busca consuelo en otros cursos de reflexi�n, aunque surgen de lo anterior. Le gustar�a sacar el consuelo que pueda del conocimiento del hecho de que �l es la criatura de Dios. "Tus manos me han hecho y me han formado juntas". Tu habilidad y paciencia, tu pensamiento y atenci�n, me han sido otorgados. �Dejar�s el trabajo de tus manos? �Es solo por este tiempo de problemas que me has tra�do? Una meditaci�n tranquila sobre la verdad, "Soy la criatura de Dios, creada por las manos divinas, el producto de su actividad", se calcula para traer consuelo, para�

I. ES UN COMPROMISO DE BENDICION. Incluso el hombre errante es considerado con su propio trabajo. El trabajo de Cod es perfecto. Pero es as� porque lo guarda moment�neamente. Lleva adelante todos los procesos que los modernos llamamos "leyes de la naturaleza". Job vio la "mano" de Dios en todos los cambios de la tierra, los cielos y la vida humana. Por lo tanto, saber que soy una criatura de Dios es saber que mi vida est� en sus manos. Sirvo a su prop�sito. El es el Se�or de todos. Cada acto de su mano es pura bendici�n. No puede hacer el mal. Mi criatura es una promesa suficiente de cierta bendici�n para m�. �l trabaja por el bien de todas las criaturas de sus manos: ovejas y bueyes, p�jaros de aire y peces de mar. As� que su trabajo en mi extremidad es la verdadera garant�a de bien para m�.

II ES UNA FUENTE DE CONFORT. Nadie puede reflexionar con calma sobre el hecho de su criatura sin encontrar un motivo de consuelo. Cada uno puede dejarse en manos de su due�o. Es la base del verdadero consuelo. "Soy tuyo" debe justificar la oraci�n, "S�lvame". La vida humana puede quedar en manos divinas. El pobre, fr�gil e indefenso puede comprometerse con Dios. Hay un gran consuelo en el conocimiento del hecho de que el Se�or de toda la tierra es mi Creador. Que debe "destruir", o parecer que destruye, se reconoce de inmediato que la pobre v�ctima es motivo de sorpresa. Bajo la sombra de las alas del Creador Todopoderoso, cada criatura puede encontrar refugio.

III. ES UNA GARANT�A DE CUIDADO DIVINO. "�Entonces me volver�s a convertir en polvo?" Este es el pensamiento inevitable en el coraz�n de aquel que se reconoce a s� mismo como la criatura de Dios, que dice: "Me has hecho como el barro". Es el instinto del hombre fr�gil cuidar de los suyos. �Cu�nto m�s es el m�todo Divino! Job ya ha declarado su fe al decir: "�Desprecias la obra de tus propias manos?" Me has levantado del polvo; �Me volver�s a convertir en polvo? �Escribes que frustras tu propio prop�sito? As�, Job razona, y sabiamente. Es la seguridad de la sabidur�a tranquila, la fe que tiene una base firme. El que me ha tra�do a la vida, me cuidar�, me sostendr�, me defender�.

IV. DICHA GARANT�A ES UN FUNDAMENTO SUFICIENTE DE CONFIANZA Y REPOSO TRANQUILO. Descansando es el esp�ritu de fe; y cuanto m�s simple es la fe en sus razonamientos, m�s segura es su paz. La conciencia del pecado conducir�a a la angustia de la mente y al miedo cuando se recuerda: "Tus manos me han formado"; pero para el coraz�n asegurado de su integridad, esta verdad es la base del reposo tranquilo. La oraci�n puede basarse en esto. La fe aqu� puede encontrar su apoyo; amor, su inspiraci�n. � R.G.

Job 10:13

Los prop�sitos ocultos de la aflicci�n.

Job ha razonado mucho y ha pedido una explicaci�n del prop�sito divino. "�Por qu� contiendes conmigo? Sin duda, �l juzga, al igual que sus amigos, que el sufrimiento es la consecuencia natural y cierto castigo por el mal. Pero �l es concienzudo al afirmar su inocencia de transgresi�n, y el testimonio divino de su bondad est� de acuerdo con esto ( Job 2:3). �Cu�l es, entonces, la explicaci�n del todo? �Podemos esperar saber en este mundo cu�les son los prop�sitos profundos de Dios en las aflicciones de las cuales es capaz la vida humana, y especialmente en los sufrimientos de los piadosos? No. Los prop�sitos, aunque parcialmente revelados, todav�a est�n en gran medida "ocultos", ocultos en el "coraz�n" de Dios. Job se siente acorralado. Est� "lleno de confusi�n". "Debemos recordar que Job no ten�a la luz clara en la que vemos la obra Divina. Sin embargo, incluso de nosotros sus caminos est�n ocultos. Debemos decir:" Las nubes y la oscuridad lo rodean ".

I. DEBEMOS VER QUE ES PERFECTAMENTE NATURAL QUE LOS DIVINOS DEBEN OCULTARSE A LOS HOMBRES. �C�mo debe ser capaz el hombre de rastrear el prop�sito divino? Es alto; �l no puede alcanzarlo. Escondido en la mente Divina, no siempre revelado por los incidentes de aflicci�n. "Estas cosas has escondido en tu coraz�n".

II La ocultaci�n de los prop�sitos divinos es una prueba saludable para la fe. La fe en Dios es necesaria para una correcta relaci�n del alma humana hacia Dios. Es la base de la paz; est�mulo a la obediencia; tierra de santo temor; Ayuda al santo amor. Pero la prueba de la fe conduce a una dependencia m�s espiritual de Dios, a una referencia m�s frecuente del coraz�n hacia �l. Caminar por fe honra a Dios. Fe necesaria para las mismas condiciones de la vida humana. Su ejercicio promueve su crecimiento.

III. LA OCULTURA DEL PROP�SITO DIVINO ES UN DISE�O GRACIOSO POR PARTE DE DIOS M�S EFECTIVO PARA RESOLVER SU VOLUNTAD SOBRE EL HOMBRE. Los rebeldes, sin saberlo, no pueden frustrarlo. Secretamente, la voluntad divina se forja en la experiencia y la historia de la v�ctima. Se alienta toda la dependencia del alma de Dios. Esto debe conducir a la sumisi�n, y sumisi�n en la fe. La confianza del alma debe estar en el car�cter de Dios, y no en las circunstancias e incidentes.

IV. LA OCULTACI�N DE LOS DIVINOS PROP�SITOS CUESTA EN LA PERFECCI�N DE LA EXCELENCIA SUPREMA DEL CAR�CTER HUMANO: LA PACIENCIA. Por lo tanto, tiene su "trabajo perfecto", y el alma queda "entera, sin nada". Quien puede esperar paciente y confiadamente en Dios, soportando la presi�n de las circunstancias aflictivas, adquiere vigor y belleza de car�cter. Si falta paciencia, todas las dem�s cualidades del personaje se ven afectadas. La sabidur�a del hombre es estar satisfecho con comprometerse con los prop�sitos ocultos de Dios. En la fe para confiar en ellos como sabios y buenos. Con paciencia para esperar su exposici�n cuando a Dios le agrade revelarlos.

HOMILIAS DE W.F. ADENEY

Job 10:1

El cansancio de la vida.

No debemos sorprendernos de que Job estuviera cansado de su vida. Suplicado, despojado de su familia, herido por una enfermedad dolorosa y repugnante, atormentado por la cruel comodidad de sus amigos, no pod�a ver nada m�s que miseria a su alrededor. Pocos, si alguno, han estado en su penosa situaci�n. Sin embargo, otros han sentido el mismo cansancio de la vida que el patriarca experiment� tan naturalmente. Miremos la triste condici�n y su remedio divino.

I. LA CONDICION DOLOROSA.

1. La miseria de esto. La vida es naturalmente dulce. Es un acuerdo muy misericordioso de Providence que el lote dif�cil que parecer�a insoportable cuando se lo mira desde afuera tiene muchos alivios y consuelos para aquellos en cuya parte ha ca�do. Hay pocas vidas en las que nunca cae un rayo de sol. Pero estar cansado de la vida es haber perdido todo el sol y estar en la desesperaci�n oscura. Como "Mariana del grange con foso", la desolada llora:

Estoy cansado, cansado; �Oh Dios, que estaba muerto!

2. Los peligros de esto.

(1) Tenta al suicidio, y eso es pecado.

(2) Conduce al descuido del deber; porque si un hombre no tiene esperanza ni coraz�n en la vida, es dif�cil para �l asumir sus tareas. Cuando ya no vale la pena vivir la vida misma, es dif�cil reunir energ�a para el trabajo.

(3) Nos ciega a los remedios. Como Agar en su desesperaci�n, no levantamos los ojos para ver la fuente. La desesperaci�n se justifica ceg�ndonos a la esperanza.

3. Las causas de esto. Este cansancio de la vida puede generar una terrible conjunci�n de circunstancias externas, como lo hizo en parte con Job. Pero las causas internas generalmente cooperan. A veces, la desesperaci�n es el resultado de una enfermedad corporal o cerebral, y la v�ctima debe ser compadecida y tratada en consecuencia. Pero puede provenir de meditar demasiado sobre el lado oscuro de la vida, de la desconfianza de Dios, de la conciencia del pecado o de los pensamientos impenitentes y rebeldes. Ennui es el producto de la indolencia. El cansancio de la vida es a menudo el resultado del sentimentalismo ocioso.

II El remedio divino. Este mal no es incurable. Porque la desesperaci�n es un enga�o. Nadie se cansar�a de la vida si supiera todas sus posibilidades futuras. Si la desesperaci�n es el resultado de un trastorno cerebral, el remedio est� en la medicina, no en la teolog�a. Aqu� hay una tierra m�s dura donde las dos facultades se tocan; por lo tanto, un hombre que practica cualquiera de los dos no debe ser ajeno al otro. La desesperaci�n puede dar paso a un cambio de escena y un r�gimen de refuerzo sin ning�n argumento. Pero cuando las causas son m�s profundas y m�s espirituales, se debe buscar un remedio correspondiente. Esto no se encontrar� en ninguna filosof�a mundana de la vida. La maravilla no es que algunas personas est�n cansadas de la vida, sino que todos los que est�n "sin Dios en el mundo" tampoco lo est�n "sin esperanza". El pesimismo es el objetivo natural del epic�reo. La vida no vale la pena vivir sin Dios. El gran remedio para el cansancio de la vida es el descubrimiento del verdadero valor de la vida cuando es redimida por Cristo y consagrada a Dios. Entonces no depende del placer por sus motivos, ni se siente desesperado por el dolor. Tiene una mayor bendici�n que cualquier posesi�n terrenal puede dar, al hacer la voluntad de Dios en la tierra con la perspectiva de disfrutarlo para siempre en gallina. Pero incluso el servicio desinteresado de nuestro hermano ayudar� a conquistar el cansancio de la vida. Si Mariana hubiera estado bien ocupada, podr�a haber superado su miseria. Hay una gracia curativa en el cumplimiento del deber, y m�s en perdernos a nosotros mismos mientras servimos a los dem�s. � W.F.A.

Job 10:4

La visi�n de Dios del hombre.

�C�mo nos ve Dios? �Est� tan por encima de nosotros que no puede vernos como somos? �Es tan grande que no puede concebir nuestra peque�ez? �Son sus ideas tan diferentes de las nuestras que no puede entender nuestra vida y simpatizar con ella? �O no es Dios tan supremo en su visi�n del hombre que no puede cometer los errores que cometemos y debe vernos realmente tal como somos? Si w, �por qu� Dios parece actuar como si tuviera la visi�n limitada del hombre? Preguntas de este tipo parecen ser desconcertantes para Job. �C�mo se pueden cumplir?

I. DIOS NOS VER� REALMENTE COMO SOMOS. No es atributo del infinito estar por encima de ver lo que es peque�o. Como Dios es infinito, puede descender a lo infinitamente peque�o y comprender lo infinitamente grande. Adem�s, no nos trata como seres insignificantes indignos de su atenci�n, sino que nos considera sus hijos. Los mismos cabellos de nuestra cabeza est�n contados por Dios. Su grandeza se ve en la verdad y minuciosidad de su visi�n. No mira a trav�s de medios distorsionantes, ni solo ve un aspecto de las cosas, como es el caso con nosotros. �l lo ve todo y mira a trav�s de todas las cosas. No hay secreto escondido de Dios. �l entiende lo que ve, porque su visi�n infinita est� acompa�ada de una comprensi�n infinita.

II Dios nos juzga por un est�ndar m�s alto que el nuestro. Nos obstaculizan las ideas estrechas; nuestro juicio est� deformado y limitado por prejuicios y errores. Nuestra ignorancia, necedad y pecado incluso estropean los est�ndares por los cuales juzgamos. La estimaci�n de Dios es supremamente justa, y est� basada en las m�s altas y puras ideas de juicio.

III. EL EST�NDAR DE JUICIO DE DIOS NO ES EXTRANJERO A NUESTROS. Podr�amos estar consternados por la elevaci�n y perfecci�n del m�todo de juicio de Dios, pensando que es totalmente diferente del nuestro. Si este fuera el caso, la conciencia ser�a un enga�o. Pero Dios es el Creador de la conciencia, y aunque esto es limitado, y en cierta medida pervertido, a�n conserva el car�cter esencial que Dios le dio. "Dios hizo al hombre a su propia imagen" ( G�nesis 1:26). Por lo tanto, el juicio honesto del hombre debe ser un reflejo del juicio de Dios. Dios, ve como vemos, hasta donde vemos de verdad. Su juicio es solo la correcci�n y la perfecci�n de nuestro juicio.

IV. DIOS HA ENTRADO EN NUESTRA VIDA PARA QUE NOS VEA CON NUESTROS PROPIOS OJOS. Esto parece ser parte del prop�sito de la Encarnaci�n. Cristo es un hermano hombre. Nos mira con ojos humanos. Uno con nosotros por naturaleza, puede entendernos perfectamente. Ni siquiera podemos entender a nuestro perro favorito cuando nos mira con su mirada tonta y pat�tica, porque es de una especie diferente. Cristo se hizo uno con nosotros, una de nuestras especies. As� podemos entenderlo, y �l puede simpatizar perfectamente con nosotros. Aparte de Cristo, Dios parece ser distante y completamente diferente de nosotros mismos. En Cristo, �l es uno con nosotros, cercano a nosotros, y capaz de mirarnos con los ojos de un hermano. � W.F.A.

Job 10:8

Creaci�n y sus consecuencias.

Job apela a Dios como su Hacedor. �l protesta con el Creador por aparentemente destruir su propio trabajo. Si Dios hab�a hecho al hombre por primera vez, �por qu� deber�a Dios volverse contra su criatura para "trag�rselo"? Esto no es tanto una apelaci�n a la piedad o la justicia, como a una raz�n y consistencia.

I. DIOS ES EL CREADOR DE CADA HOMBRE INDIVIDUAL. Los te�logos alguna vez se dividieron entre dos teor�as sobre el origen de las almas humanas, llamadas respectivamente "creacionista" y "traducianista". Los crestionistas sosten�an que cada alma fue creada por Dios; los traducianistas dicen que las almas se derivaron por descendencia, se transmitieron por nacimiento de almas ancestrales y originalmente de Ad�n y Eva, al igual que los cuerpos que habitan. �No fue injusto limitar el nombre "creacionista" a la antigua escuela? La idea de descendencia de los padres no excluye la acci�n divina. El padre no es el creador. La gran Causa original debe ser la Fuente de todo lo que sigue. Si Dios solo cre� de una vez por todas al principio del mundo, a�n as� cre� a cada individuo, porque cada individuo simplemente proviene de esa creaci�n original. Si se pudiera demostrar que el hombre no fue creado por separado, sino que deriva su origen de criaturas inferiores por evoluci�n, no ser�a menos creado por Dios; porque �c�mo podr�a originarse o progresar el maravilloso proceso de evoluci�n, a menos que el Todopoderoso y el Sabio lo hayan comenzado? No, es razonable creer que Dios siempre est� creando. No de una vez por todas, sino en cada etapa de la evoluci�n, la mano Divina est� elaborando el plan eterno. As� tambi�n cada vida individual est� moldeada por esa misma mano creativa. Dios est� trabajando eternamente, porque las leyes de la naturaleza no son m�s que los caminos de Dios. �l fue tan verdaderamente el Creador de Job como de Ad�n; y ahora hace a cada hombre por nacimiento tan real como hizo la primera vida con materia inorg�nica.

II EL HECHO DE QUE DIOS ES EL CREADOR DE CADA HOMBRE DEBE AFECTAR SU TRATAMIENTO DE TODAS SUS CRIATURAS.

1. No puede haberlos predestinado a la ruina. Afirmar que podr�a hacerlo es decir que el Creador no es Dios, sino el diablo. Un dios que era simplemente indiferente a sus criaturas no ser�a desde el primer plan su destrucci�n. Si se sugiere que Dios podr�a hacer esto para mostrar su propia gloria, la respuesta es que tal acci�n no podr�a mostrar gloria, sino lo contrario. Decir que Dios puede hacer lo que quiera con los suyos es irrelevante. Sus derechos absolutos sobre sus criaturas no excluyen consideraciones morales. Adem�s, el car�cter santo, justo y amoroso de Dios hace que sea absolutamente seguro que �l no podr�a planear arruinarlos.

2. Nunca puede consentir que se arruinen. "No odia nada de lo que ha hecho". El hecho mismo de la creaci�n le da a Dios un inter�s en sus criaturas. El artista no puede ser indiferente al destino de sus obras. Pero Dios es m�s que un artista; �l es un padre, y un padre no puede ser indiferente al destino de sus hijos. Puede ser necesario que el padre castigue, pero ning�n padre verdadero y digno realmente querr� lastimar a su descendencia. �Podemos pensar que Dios es menos fuerte en el amor de los padres que nosotros? Es necesario que Dios se enoje con los malvados, y existe un terror en la ira de Dios que los hombres solo pueden despreciar a su propio riesgo, pero detr�s de esa barrena no puede haber temperamento vengativo, y mucho menos puede haber una malignidad rencorosa. Dios solo desea el bienestar de sus hijos. � W.F.A.

Job 10:12

La vida y el favor de Dios.

I. DIOS LA FUENTE ORIGINAL. Job apela a su Creador y reconoce la Fuente Divina de todo lo que es y todo lo que tiene. El pr�logo muestra que Job siempre hab�a sido un hombre devoto, sin olvidar a Dios. Pero sus terribles p�rdidas y problemas le trajeron a casa el pensamiento de sus relaciones con Dios con una viveza nunca antes experimentada. Job ahora est� cara a cara con Dios. Enormes calamidades han barrido todos los intereses intermedios, y sobre los restos de su vida desperdiciada, �l mira directamente a Dios, su Hacedor. Horas terribles de angustia revelan los hechos m�s profundos de la vida, ya que el terremoto expone los cimientos de granito de las colinas. La tragedia destruye la superficialidad. Aquellos que han atravesado las aguas furiosas y los problemas est�n mejor capacitados para percibir la Fuente Divina de todas las cosas.

II LOS PRIMEROS REGALOS DE DIOS.

1. La vida.

(1) Esto solo puede venir de Dios. El qu�mico puede analizar los elementos que componen nuestro cuerpo, pero el sutil principio de la vida nunca puede quedar atrapado en su crisol. El ingeniero puede construir una m�quina muy delicada, pero nunca puede darle vida. Dios es la �nica fuente de vida.

(2) Esto es esencial para todo lo dem�s. Aqu� estamos en el primer y m�s fundamental regalo. Los hombres pueden enterrar tesoros con los muertos, pero los durmientes silenciosos en la tumba nunca pueden tocar uno de los regalos que se oxidan y moldean a su lado. Debemos vivir si queremos poseer o usar algo. Debemos tener la vida espiritual para disfrutar las bendiciones del evangelio.

2. Favor. La vida es en s� misma un favor. Nunca es merecido; Sin embargo, es bueno vivir. Pero con la vida, Dios da otros favores. Incluso Job, en su desolaci�n, no olvid� este hecho, ya que algunos parecen olvidarlo cuando murmuran contra la Providencia y se quejan del mundo como si todo funcionara para la miseria del hombre. M�s grande que todo favor terrenal es la gracia de Cristo, el favor mostrado al hombre ca�do en la redenci�n de la raza por el sacrificio del Hijo de Dios.

III. DIOS CONTINU� LA BIENESTAR. Job reconoce que su propio aliento es continuado por el cuidado de Dios. Dios no solo crea una vez para ell; �l preserva a sus criaturas. Si �l retirara su mano por un momento, dejar�an de serlo. Que estemos vivos ahora es una se�al de que Dios ahora es bueno con nosotros. La existencia presente es una prueba de la providencia presente. Por lo tanto, nuestra acci�n de gracias debe ser fresca; no las flores marchitas de ayer, sino las nuevas flores de hoy, con el roc�o todav�a sobre ellas. Misericordias renovadas diariamente requieren elogios renovados diariamente. No tenemos que buscar lejos a Dios, buscar en los anales de la antig�edad, indagar los hechos de la historia del viejo mundo o reunir los registros geol�gicos de las rocas. Dios est� con nosotros en el nuevo amanecer, en la vida y bendici�n de cada d�a.

IV. EL CASO ASEGURADO DE DIOS. No puede ser como supone Job. Su protesta es natural para �l, pero es innecesaria. Si Dios nos hizo y nos preserv�, es imposible que se vuelva contra nosotros. Sus favores pasados ??y presentes son pruebas de su amor inmutable. Aunque golpea, no puede odiar. Aunque retira su semblante sonriente, no quita sus baudios de apoyo. La creaci�n y la preservaci�n son profec�as de redenci�n y salvaci�n. � W.F.A.

Job 10:13

Las cosas que est�n escondidas en el coraz�n de Dios.

Job est� pose�do por un pensamiento temeroso. Sus tremendos problemas y las crueles acusaciones de sus amigos lo han llevado a la conclusi�n de que Dios debe haber concebido la idea de atormentarlo mucho antes de que Job supiera nada al respecto; que Dios debe haber escondido el terrible prop�sito en su coraz�n; que todo el tiempo que Job disfrutaba complacientemente de su prosperidad, Dios estaba cuidando el dise�o secreto de dispersarlo a los vientos, y hundir a su sirviente en las profundidades de la miseria.

I. LOS PROP�SITOS DE DIOS EST�N OCULTOS DEL HOMBRE. Est�n m�s ocultos de lo que Job supon�a. Pens� que el plan Divino acababa de aparecer. Pero fue m�s profundo de lo que imaginaba. No solo estaba oculto en los d�as soleados de prosperidad; Tambi�n estaba oculto en los oscuros y terribles d�as de miseria. Si Job hubiera conocido el prop�sito Divino, sus sospechas se habr�an disipado y habr�a visto lo injusto que era su acusaci�n contra la Providencia. Todav�a no podemos ver el pensamiento Divino. Si se nos revelara, la disciplina del juicio se frustrar�a. Adem�s, es demasiado profundo y ancho para que podamos comprenderlo. Por lo tanto, debemos caminar por fe ( 2 Corintios 5:7).

II DIOS APARECE PARA OCULTAR DISE�OS OSCUROS. Eso pens� Job, y as� los acontecimientos de su vida parec�an mostrarse. Cuando la cortina se levant� lentamente, se descubrieron cosas terribles detr�s. Dios siempre estuvo en el futuro, prepar�ndolo para su advenimiento; Sin embargo, cuando lleg� apareci� en truenos y ruina. �Estaba Dios planeando secretamente toda esta miseria en los viejos y tranquilos d�as en que Job no sospechaba peligro? El desenrollamiento de muchas historias de vida parece contar la misma historia de los pensamientos secretos de Dios que se manifiestan en la calamidad.

III. DIOS REALMENTE OCULTA PROP�SITOS DE AMOR EN SU CORAZ�N.

1. Debe hacerlo porque es amor. No podemos entender sus planes, pero podemos entender su naturaleza hasta donde se nos revela. Ahora la revelaci�n de Dios es totalmente de bondad. Esto incluye la ira contra el pecado, pero sin injusticia, sin dureza, sin deleite en infligir miseria. Por lo tanto, aunque no vemos la intenci�n Divina, podemos estar seguros de que es amable.

2. Se ve que lo hace en la medida en que se revelan sus prop�sitos.

(1) En las Escrituras. La profec�a antigua y el evangelio del Nuevo Testamento coinciden en establecer el plan Divino, y aunque esto incluye el juicio y el castigo del pecado, su dise�o principal es la redenci�n del hombre.

(2) En experiencia. Algunos de los prop�sitos de Dios son maduros y cumplidos, desafiando nuestra vida terrenal. Estos son vistos como buenos y amables. Es solo el prop�sito no cumplido el que lleva un aspecto amenazante.

IV. LOS PROP�SITOS OCULTOS DEL CORAZ�N DE DIOS SER�N REVELADOS ULTIMADAMENTE. Dios no se deleita en el secreto, y mucho menos tenta a sus criaturas al dejarlos perplejos con misterios innecesarios y alarmarlos con miedos falsos. Lo que no sabemos ahora lo sabremos m�s adelante ( Juan 13:7). El gran apocalipsis del futuro responder� a muchos enigmas oscuros de la providencia a la luz del amor eterno. Tenemos que poseer nuestras almas con paciencia, y todo estar� claro. El problema de la vida de Job se resolvi� por fin. Cuando lo nuestro quede claro, solo aumentar� nuestra asombrosa gratitud por la profundidad del amor que Dios hab�a escondido en su coraz�n. � W.F.A.

Job 10:21, Job 10:22

La tierra de la oscuridad.

I. LA MUERTE APARECE PARA LLEVAR A UNA TIERRA DE OSCURIDAD.

1. No podemos ver lo que hay m�s all�. La ciencia no puede penetrar este misterio de misterios. En el mejor de los casos, ella puede conjeturar d�bilmente la existencia de un "universo invisible". La filosof�a puede razonar sobre la inmortalidad del alma, pero no puede arrojar luz a la tumba. La mente se lanza en vano contra el horrible muro que lo separa del mundo m�s all�. Uno por uno, nuestros amigos m�s �ntimos nos dejan, y las puertas oscuras se abren para recibirlos, pero nunca sale un rayo de luz, y "el resto es silencio".

2. Nos encogemos por instinto natural de la muerte. Por razones que podamos, la tumba es un horror para nosotros. Somos personas de la tierra de los muertos con terrores de la imaginaci�n. La Rochefoucauld dice: "Ni el sol ni la muerte se pueden mirar constantemente"

"La muerte es algo temible ... Morir e ir, no sabemos d�nde yacer en una fr�a obstrucci�n y pudrirse; este movimiento c�lido y sensible para convertirse en un terr�n amasado; y el esp�ritu encantado de ba�arse en inundaciones ardientes o residir en regiones emocionantes de sota de costillas gruesas; Para ser encarcelado en los vientos sin vista, Y soplado con violencia inquieta alrededor del mundo pendiente, o para ser peor que el peor de esos, esos pensamientos sin ley e inciertos �Imag�nense aullar! �Es demasiado horrible! La vida mundana m�s odiada que hace tanto, el dolor, la penuria y el encarcelamiento pueden poner en la naturaleza, es un para�so para lo que tememos a la muerte ".

(Shakespeare)

II SI LA MUERTE LLEVAR� A UNA TIERRA DE OSCURIDAD DEPENDE DE NUESTRO USO DE LA VIDA. La naturaleza, la ciencia, la filosof�a, todo deja el futuro oscuro. Pero Dios ha levantado el velo en el evangelio lo suficiente como para darnos orientaci�n, advertencia y consuelo. Aprendemos de la revelaci�n de Cristo que la tierra invisible no necesita ser un lugar de terror y oscuridad. Lo que ser� depende de nuestra conducta actual.

1. La muerte lleva al pecador impenitente a una tierra de oscuridad. Para �l, los horrores de la imaginaci�n no pueden ser demasiado negros. Nadie puede concebir la fr�a desolaci�n de la "oscuridad exterior", la terrible desesperaci�n de ver la "puerta cerrada" en un alma rechazada. La oscuridad consistir� en la separaci�n de Dios, de la compa��a bendecida, de la alegr�a, de la vida, porque la existencia futura de los perdidos nunca se llama vida futura. Las dolorosas palabras de Job no son demasiado fuertes para el destino de las almas perdidas.

2. La muerte lleva al pueblo de Dios a una tierra de luz. La penumbra del bosquecillo del viejo mundo se disipa por Cristo, que "ha tra�do la vida y la inmortalidad a la luz a trav�s del evangelio" ( 2 Timoteo 1:10). Aqu� tenemos un gran avance desde el punto de vista del Antiguo Testamento: "La resurrecci�n de Cristo ha arrojado un torrente de luz a las regiones m�s all�. Nos ha mostrado una" tierra de la lealtad ", donde los benditos habitan en la luz eterna San Pablo incluso podr�a desear partir y estar con Cristo, contando que gana para morir ( Filipenses 1:21). Todos los que se han convertido del pecado a Cristo pueden despreciar la oscuridad de la muerte, porque esto no es m�s que el portal al hogar de vida eterna. � WFA

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Job 10". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/job-10.html. 1897.
 
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