Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
Take your personal ministry to the Next Level by helping StudyLight build churches and supporting pastors in Uganda.
Click here to join the effort!

Bible Commentaries
Deuteronomio 11

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

Recherche de…
Enter query below:

Versículo 1

1. Por lo tanto, amar�s al Se�or tu Dios. Todo el discurso tiene este alcance, que las personas deben testificar su gratitud por su obediencia, y as� ser seducidos por las recompensas de Dios, deben abrazar su Ley con reverencia. Tambi�n por este motivo, les exige que amen a Dios, antes de exhortarlos a obedecer la Ley misma. Porque, aunque podr�a haberlos ordenado imperiosa y amenazantemente, prefiri� guiarlos suavemente a la obediencia, presentando ante ellos la dulzura de su gracia. En resumen, les exhorta a que, siendo invitados por el amor de Dios, ellos deber�an amarlo a cambio. Mientras tanto, es bueno observar que el afecto libre es el fundamento y el comienzo de obedecer debidamente la Ley, ya que lo que surge de la restricci�n o el miedo servil no puede agradar a Dios. �l designa los preceptos de la Ley con varios nombres, para que puedan aplicarse celosamente y con atenci�n para escuchar a Dios, quien no ha omitido nada calculado para regular su vida; porque, por esta variedad de palabras, significa que Dios hab�a ense�ado familiar y perfectamente todo lo que se requer�a. En cuanto a las tres �ltimas palabras, "sus estatutos, y juicios y mandamientos", a lo que he observado en G�nesis y en los Salmos se puede referir. La palabra ?????, (254) meshamroth, o guardias, (custodiae), que aqu� se destaca primero, se pronuncia en elogio de la Ley sobre esta base, que valla en nuestra vida, por as� decirlo, con rieles, para que no est� expuesto a errores en la mano derecha y en la izquierda. Al final del verso, los exhorta a la perseverancia, porque no era posible que cesara el recuerdo de su liberaci�n.

Versículo 2

2. Y conoceos hoy. Nuevamente confirma la oraci�n anterior; porque los ilustres actos de Dios les hab�an ense�ado lo suficiente, cu�n grande era su poder y cu�n notable era su misericordia hacia ellos mismos. Se pueden dar dos significados a las palabras; porque algunos los conectan as�: "Conoce hoy el castigo del Se�or" e incluye entre par�ntesis la cl�usula, "porque no hablo con tus hijos, que no han conocido ni han visto"; pero otros leen la palabra de exhortaci�n "conoceos" por separado, y (255) sin ninguna conexi�n. La �ltima opini�n me agrada m�s; aunque afecta poco a la sustancia del asunto que exposici�n seguimos. Porque Mois�s los amonesta, que, si solo prestan atenci�n a las obras de Dios, su gloria, que puede instruirlos a temerle, puede verse claramente en ellos. Sin embargo, para instarlos con m�s vehemencia, agrega, que no habla a la posteridad, a la que llegar�a la fama de estos milagros, sino que se dirige a testigos presenciales, que no necesitan pruebas de ellos, despu�s de haber tenido la seguridad. de ellos por cierta experiencia. Celebra en muchas expresiones de elogio estos milagros, por los cuales Dios les hab�a dado testimonio de su poder y bondad, para que no pasaran por alto lo que merec�a su m�s sincera atenci�n y su constante meditaci�n. Ahora me abstengo de hablar de otros puntos, que ya he comentado en otra parte. La palabra ???? (256) musar, que est� en primer lugar, es general y se extiende a todos los t�rminos espec�ficos que siguen; algunos, por lo tanto, incorrectamente lo convierten en "castigo". Cuando se dice al final del vers�culo 4, que los egipcios fueron "destruidos hasta ese d�a", debemos entender que los efectos de la matanza, con la que Dios los destruy�, se sintieron como si todav�a estuvieran presentes.

Versículo 5

5. Y lo que te hizo. Se hablar� de estas cosas en su lugar apropiado en el curso regular de la historia, desde el cual mi m�todo de ense�anza me ha obligado a divagar un poco. Para que Mois�s, para elevar la autoridad de la Ley, les presente de manera compulsiva las circunstancias que hab�an ocurrido en el desierto, en parte para que los juicios de Dios pudieran alarmarlos por su severidad, y en parte para que Sus misericordias pudieran atraer sus mentes hacia �l por su gracia. Finalmente, concluye diciendo que no habla de cosas desconocidas, sino que se limit� a recordar que recordaron las obras de Dios de las cuales ellos mismos hab�an sido espectadores.

Versículo 16

16 Presten atenci�n a ustedes mismos. Al inculcar a menudo lo mismo, a saber, que deben prestar atenci�n diligentemente, indirectamente critica la propensi�n del hombre a la superstici�n; y esto tambi�n se expresa nuevamente en las palabras, "para que tu coraz�n no sea enga�ado"; porque por ellos significa que, a menos que presten atenci�n diligente a s� mismos, nada ser� m�s f�cil que caer en las trampas de Satan�s. Por lo tanto, la insolencia de los papistas es menos excusable, quienes intoxican sus propias mentes y las de los dem�s con seguridad, cuando Dios los exhorta constantemente a la solicitud. Aprendamos, entonces, que dado que muchas imposturas y enga�os nos asedian por todos lados, en la vanidad de nuestra naturaleza seremos capaces de caer inmediatamente en ellos, a menos que nos cuidemos cuidadosamente. Con la expresi�n "apartarse", implica lo que se ha dicho antes, que quien declina a la adoraci�n corrupta, se aleja imp�amente del Dios verdadero. Los incr�dulos, pero poco piensan as�, porque con ellos es una ligera transgresi�n exceder a este respecto; y voluntariamente cegar�an los ojos de Dios con sus inventos (commentis), no, no hay nada demasiado tonto para que deseen ser aprobados y sancionados por Dios. Pero si se objeta que la obediencia es mejor que el sacrificio, se protegen al amparo de su buena intenci�n, como si Dios no tuviera la libertad de repudiar lo que le impiden tontamente. En cualquier caso, se entregan tan pertinazmente a su celo desconsiderado, que apenas reconocer�n la m�s m�nima falla. Pero, por otro lado, Dios declara que todos son ap�statas que no se limitan a la simplicidad de la Ley. Una vez m�s se agrega una amenaza, que Dios vengar� la violaci�n de su adoraci�n, y maldecir� su tierra, hasta que los destruya por escasez y hambre; y, finalmente, �l declara que perecer�n de esa tierra que Dios les hab�a prometido hasta el final para que �l pudiera estar all� exclusivamente adorado.

Versículo 18

18. Por lo tanto, debe poner estas mis palabras. Nuevamente exige su atenci�n seria, para que la doctrina que propone no se reciba con ligereza y descuido, se deje escapar r�pidamente; porque acostarse en el coraz�n o sobre �l es lo mismo que esconderse profundamente en �l; aunque, cuando se agrega la palabra "alma", el "coraz�n" se refiere a la mente, o las facultades intelectuales. En resumen, les ordena que tengan la Ley no solo impresa en la mente, sino que la abracen con sincero afecto. En el siguiente lugar, �l ordena esa ayuda a la memoria que acabamos de considerar, a saber, que deben usar los preceptos en los brazos y la frente; como si Dios los encontrara constantemente, para despertar sus sentidos. Porque (como se ha dicho) Dios no ten�a en cuenta las bandas mismas, pero las har�a ver en sus brazos y en la frente por otro objeto, a saber, (236) sugerir y renovar su cuidado por la religi�n. Nuevamente, los design� para ocupar el lugar de los adornos, a fin de acostumbrar a la gente a deleitarse al meditar en la Ley. As�, esa tonta ambici�n se refuta lo suficiente, cuando los hip�critas buscan una reputaci�n de santidad por parte de sus franjas y otras personas, as� como ese grave error de todo el pueblo, al pensar que cumplieron su deber hacia Dios por su vestimenta exterior. Lo que sigue despu�s, que los preceptos deben escribirse en las puertas de sus ciudades, y en sus casas particulares, tiende a la misma cosa; porque hemos dicho que, dado que las mentes de los hombres son propensas a la vanidad, y se distraen f�cilmente por innumerables atractivos, necesitan esas estancias para contenerlas. Y este objeto se expresa claramente, cuando �l les ordena que hablen solidariamente de los preceptos de la Ley, ya sea que est�n sentados en casa, o que vayan al extranjero, o que se acuesten o se levanten; porque sin un ejercicio diligente, generalmente sucede que cualquier cosa que los hombres hayan aprendido alguna vez pronto se pierde. A�ade, tambi�n, otro efecto de esta diligencia, a saber, que no solo cada uno de ellos debe consultar su propia ventaja individual, sino tambi�n ense�ar a sus hijos, por lo que la Ley de Dios se mantendr�a en rigor por la sucesi�n perpetua.

Versículo 26

26. He aqu�, te presento hoy. Ahora abraza los dos puntos a la vez, a saber, que ser�an bendecidos si se aplicaran fervientemente a la observancia de la Ley, y maldecidos si se sacuden el yugo y se deleitan en sus lujurias. Pero, cuando dice que aqu� les presenta una bendici�n y una maldici�n, es tanto como declarar que no solo les dice lo que es correcto, sino que la recompensa est� preparada si obedecen; y si no, que el castigo tambi�n est� a la mano. As� vemos, que la doctrina que �l hab�a entregado hasta ahora est� sellada por la esperanza y el miedo, ya que no perder�an su trabajo si lo obedec�an, ni quedar�an impunes si lo rechazaran. Pero, para que aprendan seguramente a aceptar las promesas y a temer las amenazas, �l repite lo que hemos conocido antes, (203) que Dios, que es tanto un fiel galardonador como un juez severo, es el Autor de la Ley; sin embargo, al mismo tiempo, �l magnifica su propio ministerio, (204) ya que les correspond�a depender de Dios y aceptar sus mandamientos de tal manera. como a�n para someterse a su profeta. Porque tal es el orgullo de los hombres, que desean volar sobre las nubes para escuchar a Dios; mientras ser�a escuchado en sus siervos, por cuya boca habla. Mois�s, por lo tanto, volver�a a imponerles esta humildad cuando declara que ordena lo que Dios ha ordenado, como si se llamara a s� mismo el �rgano del Esp�ritu Santo.

Versículo 29

29. Y suceder� cuando el Se�or. �ltimamente expuse un pasaje similar que, aunque es posterior en el orden observado por Mois�s, sin embargo, en la medida en que expone el asunto con mayor claridad, no he dudado por el bien de la visibilidad para poner primero. Dije que la intenci�n de Dios era, mientras nombraba a los israelitas para proclamar su propia condena, ponerlos bajo una obligaci�n m�s solemne de guardar la Ley. Si �l mismo hubiera declarado su voluntad solo a trav�s de los levitas, deber�an haber sido seriamente afectados y haber escuchado con reverencia tanto las bendiciones como las maldiciones; pero cuando cada uno de ellos testifica con su propia boca lo que los levitas dictaron por orden de Dios, la introducci�n de este asentimiento, como una ratificaci�n solemne, (205) fue m�s eficaces para despertar su celo y atenci�n. Sin embargo, una temporada m�s adecuada para esta protesta fue despu�s de haber entrado en la tierra prometida que como si se hubiera hecho en la llanura de Moab; porque la vista de la tierra tend�a a su confirmaci�n, como si hubieran sido llevados a la corte para hacer un pacto con Dios.

Estas (206) dos monta�as est�n situadas una frente a la otra, de tal manera que las dos divisiones de la gente puedan f�cilmente bendecir y maldecir, por lo que para que, en concierto, aprueben las promesas y amenazas de Dios.

Versículo 30

30. �No est�n al otro lado de Jordania? Aunque la forma de interrogatorio es com�n en hebreo, en este lugar Mois�s afirma con m�s vehemencia que como si solo hubiera declarado directamente que estas monta�as estaban en la tierra de Cana�n; porque desea alentarlos en la confianza de entrar en la herencia prometida; tal como �l agrega inmediatamente despu�s: "Pasar�is el Jord�n". Porque, aunque ya hab�an experimentado el poder milagroso de Dios en la conquista de los amorreos, y en la ocupaci�n de la tierra de Bas�n, su tal incredulidad era tal que era necesario disipar constantemente sus temores, para que pudieran sentar Deje de lado toda duda, y audazmente prep�rese para avanzar. Finalmente, �l encuentra una exhortaci�n sobre esta gran bondad de Dios; porque el disfrute real de la tierra deber�a haberlos estimulado m�s al servicio de Dios, porque fueron hechos para heredarla con el prop�sito de guardar la Ley.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre Deuteronomy 11". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/deuteronomy-11.html. 1840-57.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile