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Bible Commentaries
Zacarías 1

Comentario de Calvino sobre la BibliaComentario de Calvino

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Versículo 1

Aqu� aprendemos lo que ya hemos dicho: que Hageo y Zacar�as fueron unidos por Dios, para que pudieran confirmar la doctrina del otro, porque ten�an que ver con un pueblo refractario: adem�s, el pueblo tuvo que soportar pruebas duras y arduas, para que necesitaran m�s que un testimonio com�n para confirmarlos. Hageo comenz� el trabajo de su oficina en el sexto mes; Zacar�as lo sigui� poco despu�s, en el octavo mes del mismo a�o. Ya se ha demostrado qui�n era el Darius mencionado aqu�; aunque algunos int�rpretes disienten, a�n podemos aprender de ciertas pruebas indudables de que era hijo de Hystaspes. Volveremos a hablar de este Darius, cuando se ofrezca una mejor ocasi�n: solo dese� decirlo de pasada.

La palabra de Jehov� vino a Zacar�as. Ya hemos dicho que la palabra de Dios viene de dos maneras para los hombres. Dios se dirige a todos, desde el m�s peque�o hasta el m�s grande; pero en primer lugar env�a su palabra especialmente a sus Profetas, a quienes les encomienda el oficio de ense�ar. La palabra de Dios llega as� a los particulares, y tambi�n a los maestros, que mantienen un car�cter p�blico y se convierten en int�rpretes o mensajeros de Dios. Fue as� que la palabra de Dios lleg� a Zacar�as, no para que �l pudiera guardar para s� lo que Dios hab�a dicho, sino para ser un fiel dispensador de su verdad.

Con respecto a Zacar�as, est�n equivocados y lo consideran como el hijo de Joiadah, est�n equivocados por Cristo en Mateo 23:35. De hecho, se dice que Zacar�as muri� all� entre el templo y el altar, y se le llama el hijo de Barachiah: (9) pero contar los a�os ser� prueba f�cilmente su error, qui�n lo har�a ser el mismo Zacar�as. El primero, llamado en la historia sagrada hijo de Joiada, el sacerdote, fue asesinado bajo Jo�s. Veamos ahora cu�ntos reyes le sucedieron, y tambi�n cu�ntos a�os rein�. Que Zacar�as deb�a haber tenido casi doscientos a�os en el exilio de Babilonia, si estaba vivo, hab�a sido un ni�o cuando fue apedreado. Ahora esta Zacar�as, de quien ahora hablamos, desempe�� el cargo de Profeta despu�s del regreso de la gente del exilio. Entonces debe haber tenido no solo m�s de ciento cincuenta a�os de edad, sino que debe haber superado los doscientos a�os cuando muri�. La idea de respetar el renacimiento de los hombres, siendo un ensue�o de los jud�os, no merece un registro, y mucho menos una refutaci�n. Sin embargo, se le llama hijo de Barachiah; pero la conjetura probable es que el sacerdote Joiadah ten�a dos nombres, y no parece que fuera un profeta. Sea como fuere, el Zacar�as que fue apedreado en el templo por orden del rey, era el hijo del sumo sacerdote y muri� m�s de cien a�os antes del exilio en Babilonia. Porque hemos dicho que este Darius no fue el Mede que rein� con Cyrus, sino el hijo de Hystaspes, que rein� mucho tiempo despu�s, es decir, despu�s de Cambises y los Reyes Magos. Su falta de conocimiento se prueba f�cilmente, quienes piensan que estos Profetas fueron enviados por Dios antes de la finalizaci�n del tiempo mencionado por Jerem�as. A medida que transcurr�an los setenta a�os, este Profeta sin duda naci� despu�s del tiempo en que la ciudad fue destruida, el templo derribado y la gente condujo cautiva a Babilonia. Vengo ahora a la doctrina misma.

Versículo 2

Enojado estaba Jehov� con ira contra tus padres (10) El Profeta aqu� se refiere a la severidad del castigo con el que los jud�os hab�an sido visitados, para que la posteridad pudiera sepa que Dios, que castiga tan r�gidamente a los que desprecian su palabra e instrucci�n, no debe ser provocado. Porque al decir que Dios estaba enojado con la ira, quiere decir que Dios no estaba ofendido con los jud�os en ninguna medida com�n, y que la miseria de su castigo era una clara evidencia de lo disgustado que estaba Dios con ellos. Pero el objetivo del Profeta era despertar a los jud�os, para que pudieran comenzar a temer seriamente a Dios al ver cu�n terrible es su ira. El Ap�stol lo declara como una verdad general, que es algo terrible caer en manos del Dios viviente, ( Hebreos 10:30 :) as� tambi�n la Escritura habla en todas partes. Pero Zacar�as menciona aqu� a su propio pueblo una se�al de la ira de Dios, que deber�a haberlos herido a todos con terror. Entonces no habla aqu� de algo desconocido, sino que les recuerda seriamente que consideren cu�n terrible es la venganza de Dios; Como prueba de esto, sus padres hab�an sido privados de su herencia perpetua, hab�an sufrido muchas degradaciones, y tambi�n hab�an sido acosados ??y oprimidos por los tiranos; en resumen, se hab�an hundido casi en las profundidades m�s bajas. Desde entonces, Dios ha tratado tan severamente a sus padres, el Profeta les pide que sepan que se debe temer a Dios, para que no se vuelvan desenfrenados o se entreguen a su manera habitual, sino para que desde el coraz�n se arrepientan, y no provoquen intencionalmente La ira de Dios, de la cual sus padres tuvieron una experiencia tan severa.

Wroth era Jehov�, Con tus padres se enoj�.

Esto es m�s coherente con los caracteres del idioma hebreo que la representaci�n habitual.

Versículo 3

Luego sigue, les dir�s: Devu�lveme, y yo volver� a ti (11) El Profeta ahora expresa m�s claramente con qu� prop�sito �l hab�a hablado de la venganza de Dios, con la que hab�a visitado a su pueblo elegido, incluso para que su posteridad se prestara atenci�n; para el proverbio com�n, "los tontos por la adversidad se vuelven sabios", en este caso deber�an haber sido verificados. Porque donde hay realmente un esp�ritu de ense�anza, los hombres se vuelven instant�neamente atentos a lo que Dios dice: pero incluso cuando son lentos y perezosos, es una maravilla, que cuando son golpeados, los golpes que sienten no se sacuden al menos en hasta cierto punto su letargo. De ah� que el Profeta, despu�s de haber hablado de los castigos que Dios hab�a infligido, exhorta a los jud�os al arrepentimiento.

Sin embargo, debe observarse que nuestro Profeta no solo habla de arrepentimiento, sino que tambi�n muestra su verdadero car�cter, que los jud�os podr�an no buscar descuidadamente agradar a Dios, como es el caso com�nmente, sino que podr�an arrepentirse sinceramente; porque �l dice, devu�lveme a m�, y yo volver� a ti. Y esto no se dijo sin raz�n, cuando consideramos en qu� tipo de delirios se permitieron los jud�os inmediatamente despu�s de su regreso. Hemos visto que se dedicaron a sus preocupaciones privadas, mientras el templo permaneci� desolado; y tambi�n sabemos lo que relata la historia sagrada, que se casaron con mujeres paganas, y tambi�n que muchas corrupciones prevalecieron entre ellas, por lo que la religi�n casi desapareci�. Ciertamente retuvieron el nombre de Dios, pero su impiedad se mostr� con signos claros. No es de extra�ar que el Profeta los estimule bruscamente al arrepentimiento.

Al mismo tiempo, debe notarse que no podemos disfrutar del favor de Dios, incluso cuando �l amablemente se ofrece a reconciliarnos con nosotros, excepto que de coraz�n nos arrepentimos. Por bondadoso que sea, entonces, Dios puede invitarnos a s� mismo, y estar listo para remitir nuestros pecados, a�n no podemos aceptar su favor ofrecido, excepto que nuestros pecados se vuelven odiosos hacia nosotros; porque Dios deja de no ser nuestro juez, excepto que lo anticipamos, y nos condenamos y menospreciamos el castigo de nuestros pecados. Por lo tanto, pacificamos a Dios cuando el dolor real nos hiere, y as� nos volvemos realmente hacia Dios, sin disimulo ni falsedad. Ahora la experiencia de la ira de Dios deber�a llevarnos a esto; porque extremadamente descuidados son aquellos que, habiendo encontrado que Dios es un juez, ignoran descuidadamente su ira, que deber�a haber llenado sus corazones de miedo. "Que nadie te enga�e con palabras vanas", dice Pablo, "porque a causa de estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de la incredulidad", o sobre todos los incr�dulos. ( Efesios 5:6.) Pablo nos pide que consideremos todas las evidencias que Dios da de su ira en el mundo, para que puedan instruirnos sobre el temor de Dios; �cu�nto m�s deber�amos observar los ejemplos nacionales? Porque el Profeta no habla aqu� de naciones extranjeras; pero dice: enojado ha estado Dios con ira contra tus padres. Como, entonces, parec�a evidente que Dios no hab�a escatimado ni siquiera a su pueblo escogido, deber�an, a menos que estuvieran en el extremo refractario, haber seguido cuidadosamente en obediencia a la ley. Por lo tanto, el Profeta aqu� condena su tardanza, en la medida en que hab�an hecho tan poco progreso bajo los castigos de Dios.

Por lo tanto, vemos que no se puede presentar ninguna excusa ante Dios, si no hacemos un uso correcto de todos los castigos por los cuales �l dise�a para recuperarnos de nuestros pecados. Nos hemos referido a la verdad general anunciada por Pablo, que el juicio de Dios, ejecutado sobre los incr�dulos, debe ser temido; Por lo tanto, se deduce que nuestra insensibilidad es extrema, si no nos conmovemos completamente cuando Dios nos ense�a por nuestra propia experiencia, o al menos cuando nos da ejemplos dom�sticos, como cuando castiga a nuestros padres y a otros que est�n relacionados con nosotros; porque este modo de ense�anza se acerca mucho m�s a nosotros.

Pero cuando el Profeta dice, devu�lvame a m�, y yo volver� a usted, quiere decir, como dije antes, que aunque Dios se encuentra con los pecadores y est� listo con los brazos extendidos para abrazarlos, su favor no puede llegar a quienes a quien se le ofrece, excepto que un verdadero sentimiento de penitencia los lleva a Dios. En resumen, el Profeta quiere decir que, aunque hab�an regresado del exilio, no pod�an esperar un estado permanente de seguridad, excepto que se volvieron del coraz�n hacia �l; porque si imitaban a sus padres, Dios estaba dispuesto a azotar mucho m�s severamente para castigarlos; y tambi�n podr�an ser conducidos nuevamente al exilio. luego les recuerda brevemente que si quer�an disfrutar de la bondad incomparable con la que Dios los hab�a favorecido, era necesario que volvieran seriamente a �l. Sin embargo, Dios ya hab�a regresado en parte a ellos, es decir, �l realmente hab�a demostrado que estaba pacificado y propicio para ellos, sin embargo, hab�a comenzado por muchas evidencias para mostrar que nuevamente se sinti� ofendido con ellos; porque su fruto se hab�a marchitado por el calor o hab�a sido golpeado por el granizo, como hemos encontrado en otros lugares; ( Hageo 2:17;) de modo que ya hab�an trabajado durante varios a�os por falta y otros males. Dios entonces no los hab�a bendecido tanto, que pudieran reconocer en todo sentido su favor paterno. Esta es la raz�n por la cual el Profeta dice: Volver� a ti cuando regreses a m�.

Ahora percibimos el significado del Profeta, que aunque Dios hab�a liberado a su pueblo, a�n deb�an haber temido que su ira no se quemara repentinamente contra los desagradecidos y los malvados, y que al no estar a favor, tambi�n deb�an he sabido que Dios todav�a estaba ofendido con ellos. Entonces, el Profeta les record� brevemente que no era de extra�ar que Dios los tratara con gran amabilidad, ya que no permitieron ning�n lugar para su favor, sino que provocaron su ira, como sus padres, en la medida en que no lo hicieron del arrepentimiento.

Los papistas alegan este pasaje en defensa del libre albedr�o; pero es un sofisma m�s pueril. Dicen que volverse de Dios a los hombres es lo mismo que volverse a �l, como si Dios prometiera la gracia de su Esp�ritu como ayuda, cuando los hombres lo anticipan. Se imaginan entonces que el libre albedr�o precede, y luego que la ayuda del Esp�ritu sigue. Pero esto es muy asqueroso y absurdo. El Profeta de hecho significa que Dios volver�a a los jud�os; porque �l muestra que Dios en todos los aspectos ser�a un padre para ellos, cuando demostraron ser hijos obedientes y respetuosos. Por lo tanto, debemos recordar que Dios no promete aqu� la ayuda de su Esp�ritu para ayudar al libre albedr�o y ayudar a los esfuerzos del hombre, como imaginan estos maestros tontos e insensatos, sino que promete regresar a los jud�os para bendecirlos. Por lo tanto, el regreso de Dios aqu� no es m�s que la prosperidad que deseaban; como si hubiera dicho: �Temedme desde el coraz�n, y no trabajar�is bajo el hambre y la sed; porque te satisfacer�, ya que ni tus campos ni tus vi�as decepcionar�n en lo sucesivo tus esperanzas. Me encontrar�s de lo m�s generoso cuando trates conmigo de manera fiel. Este es el significado.

Adem�s, debemos tener en cuenta que, de acuerdo con el uso com�n de las Escrituras, cada vez que Dios nos exhorta al arrepentimiento, no considera cu�l es nuestra capacidad, sino que exige lo que es justamente su derecho. Por lo tanto, los papistas adoptan lo que es absurdo cuando deducen el poder del libre albedr�o del mandato o la exhortaci�n a arrepentirse: Dios, dicen, no habr�a ordenado lo que no est� en nuestro poder hacer. Es un modo de razonamiento tonto y m�s pueril; porque si todo lo que Dios requiere estuviera en nuestro poder, la gracia del Esp�ritu Santo ser�a superflua; no solo ser�a como dicen una mente en espera, sino que ser�a completamente innecesario; pero si los hombres necesitan la ayuda del Esp�ritu, se deduce que no pueden hacer lo que Dios requiere de ellos. Pero parece extra�o que Dios le diga a los hombres que hagan m�s de lo que pueden. Parece as�, de hecho, lo permito, cuando formamos nuestro juicio de acuerdo con la percepci�n com�n de la carne; pero cuando comprendemos estas verdades, que la ley obra ira, que aumenta el pecado, que se dio que la transgresi�n se hizo m�s evidente, entonces la falsa noci�n de que Dios no requiere nada m�s que lo que los hombres pueden realizar, queda en nada. Pero es suficiente para nosotros saber que Dios al exhortarnos al arrepentimiento no requiere nada m�s que lo que la naturaleza dicta que debemos hacer. Como es as�, por cortos que estemos en el desempe�o, no es correcto acusar a Dios con demasiada rigor, que �l exija lo que est� m�s all� de nuestro poder.

La frecuente repetici�n del nombre de Dios por parte del Profeta es enf�tica; se hizo, que lo que �l ense�� podr�a incitar m�s agudamente los corazones de la gente. Si simplemente hubiera dicho que ten�a una comisi�n desde arriba para recordarle a la gente los castigos que sus padres hab�an sufrido y tambi�n para llamarlos al arrepentimiento, este modo de ense�anza no habr�a penetrado en sus corazones, como cuando el nombre de Dios es llevado con tanta frecuencia delante de ellos: dir�s: As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos: Regresa a m�, dice Jehov� de los ej�rcitos, y yo volver� a ti, dice Jehov� de los ej�rcitos. Seguramente les correspond�a a los jud�os, cuando escucharon el nombre de Dios pronunciado tres veces, despertarse y considerar con qui�n ten�an que ver. �Porque qu� puede ser m�s b�sico o m�s vergonzoso que para los hombres, cuando Dios los anticipa y desea unirse a ellos, negarse a responder y dedicarse a su servicio?

Es al mismo tiempo evidente que el Profeta adopt� un modo de hablar en uso, y sabemos que el idioma de los jud�os sufri� un cambio despu�s de su exilio en Babilonia. Perdi� esa claridad y elegancia que pose�a antes: como se desprende claramente del estilo de quienes escribieron despu�s del exilio. Permito tambi�n que anteriormente los Profetas no exhibieran el mismo grado de elocuencia; porque Isa�as difiere mucho de Jerem�as y de Am�s. A�n es bastante evidente a partir de los escritos de los �ltimos Profetas, que el lenguaje se hab�a vuelto algo turbio despu�s del regreso de la gente del exilio. Pasemos ahora -

Versículo 4

Con el fin de corregir y someter la obstinaci�n de la gente, �l los reprocha por haber descendido de padres malvados y perversos. Los jud�os, sabemos, se halagaron demasiado; y sabemos que estaban especialmente inflados con la vana jactancia de que derivaron su origen de los santos padres. Pero los Profetas ten�an algo m�s a la vista. De hecho, sabemos que cuando algo se vuelve habitual, casi todos se endurecen y se adulan en su vicio; pues la inmoralidad se cuenta casi como la ley, y lo que se sanciona por consentimiento p�blico parece l�cito. Desde entonces no hab�an cesado durante muchos a�os de provocar la ira de Dios, era necesario agregar esta reprensi�n, no sean como sus padres: porque sin duda se imaginaron que Dios los aprobaba, ya que no eran peores que sus padres. Pero Dios muestra que sus padres hab�an sido muy malvados y perversos.

Aprendamos de este pasaje, que los ejemplos que no se establecer�n como un escudo est�n tan lejos de tener ning�n peso ante Dios, que aumentan nuestra culpa: y sin embargo, vemos que esta locura enamora a muchos; porque en este d�a la religi�n de los papistas les parece sagrada e irreprensible, porque les fue transmitida por sus padres. Por lo tanto, cada vez que presentan a los padres, piensan que es una defensa suficiente contra la acusaci�n de cualquier error. Pero no ocurre nada con m�s frecuencia en los Profetas que la verdad, que los ejemplos tienden a encender m�s la ira de Dios, cuando algunos hombres se convierten en ocasi�n de pecado para otros, y cuando la posteridad piensa que todo lo que ha sucedido de sus padres es l�cito.

Pero al mismo tiempo debemos tener en cuenta el dise�o del Profeta, ya que no ten�a la intenci�n de mostrar simplemente que los jud�os en vano alegaban los ejemplos de lo antiguo; pero, como he dicho, ten�a la intenci�n de sacudirse sus halagos con los que se adormec�an; y ten�a la intenci�n especialmente de sofocar esas malas pr�cticas, que por mucho tiempo hab�an prevalecido entre ellas. Esta es la raz�n por la cual �l dice: No seas como tus padres. El Esp�ritu emplea el mismo sentimiento en muchos otros lugares, especialmente en el noveno y quinto salmo (Salmo 95:1), y tambi�n en otros salmos.

Luego dice que los Profetas, que hab�an sido enviados por Dios, hab�an llorado a sus padres, pero que no asistieron. Como entonces, el desprecio de la verdad hab�a prevalecido durante tantas edades entre los jud�os, y como esta impiedad no era aborrecida por ellos, ya que pensaban que estaban en posesi�n perpetua, estas son las razones por las cuales el Profeta los reprende expresamente. con esto, que la palabra de Dios hab�a sido despreciada anteriormente por su naci�n - el grito luego lo hicieron los antiguos Profetas. Tambi�n exagera nuevamente su crimen y su pecado, porque Dios a menudo los hab�a recordado para s� mismo pero sin �xito. Si los Profetas hubieran guardado silencio, y si Dios no hubiera aplicado remedio para su deserci�n, su ingratitud no habr�a sido excusable; pero como los profetas a menudo les hab�an sido enviados, en sucesi�n, uno tras otro, y cada uno se hab�a esforzado por restaurar a los miserables a un estado de seguridad, no para atender sus santas y serias advertencias, por las cuales Dios manifest� su cuidado por su bienestar era un crimen mucho m�s atroz.

Por lo tanto, aprendemos que cuando encontramos personas propensas a este o aquel vicio, debemos resistirlo con mayor diligencia; porque Satan�s casi siempre emplea este artificio, que cuando nos encuentra propensos a este o aquel vicio, dirige todos sus esfuerzos para llevarnos de frente a �l.

Como entonces los profetas hab�an sido despreciados por los jud�os durante mucho tiempo, Zacar�as les presenta esa perversidad que se conoc�a demasiado tiempo. gritaron entonces los antiguos Profetas, (12) diciendo As� dice Jehov� de los ej�rcitos: Regresa, te ruego, de tus malos caminos, y de tus malas obras; pero no escucharon ni asistieron. Despu�s de haber hablado de la amable invitaci�n de Dios, que era una promesa singular de su amor, ya que as� manifest� su preocupaci�n por su seguridad, muestra, por otro lado, cu�n indignamente se hab�an comportado los jud�os, porque rechazaron obstinadamente este favor de Dios. De hecho, fueron m�s que suficientemente probados culpables; porque al decir: Vuelve, te ruego, de tus malos caminos y de tus malas obras, �l asume como un hecho que las reprensiones dadas fueron justas. Y �l dice m�s lejos, que se negaron a escuchar. De ah� que su perversidad fuera menos soportable; porque aunque estaban condenados a s� mismos, a�n no se arrepintieron ni se dignaron a escuchar a Dios. Y �l une las palabras, ni asistieron; porque por esta repetici�n (13) se expresa m�s plenamente, no solo su estupidez, sino su extra�a locura, en la medida en que rechazaron a Dios y cerraron el puerta de su favor, como si buscaran a prop�sito alejarlo de ellos, para que no se acercara a ellos.

(lang. cy) Y rhai y galwodd arnynt y prophwydi blaenorol

Calvin en su versi�n representa [???], " quia ", lo cual no es correcto; deber�a haber sido " ouibus ". - Ed.

Versículo 5

En lo que consideramos ayer, Zacar�as les record� a los jud�os la conducta de sus padres, para que no pudieran, por sus pecados continuos, imponerse nuevos castigos. Muchos int�rpretes piensan que el sentimiento contenido al comienzo del cuarto verso ahora est� confirmado, sus padres, �d�nde est�n? porque les parece que Dios est� exultando sobre los jud�os: �Piensa ahora lo que le ha pasado a tus padres; �no se han ido y destruido todos? Suponen tambi�n que los jud�os responden, tomando la �ltima cl�usula tal como la dicen: "Los profetas tambi�n, �no han perecido? �Por qu� nos mencionas a los padres? No hay diferencia entre ellos y los Profetas; por lo tanto, no es un argumento adecuado ". Y luego, en tercer lugar, consideran que Dios refuta la respuesta dada por los jud�os: "Pero mi palabra y mis estatutos, lo que hab�a confiado a los Profetas, no han sido sin su efecto". Esta visi�n del pasaje ha sido adoptada por muchos y por todos los int�rpretes m�s antiguos; y los que los siguieron han sido dispuestos a suscribirse. (14) Pero lo m�s probable es la opini�n de Jerome, quien entiende la �ltima cl�usula de falsos Profetas, - "Tus padres y tus Profetas, �d�nde est�n?" como si Dios as� reprendiera a los jud�os: "Mira ahora, �no han perecido miserablemente tus padres, y tambi�n los profetas por quienes fueron enga�ados?" Por lo tanto, Jerome piensa que el objetivo en ambas cl�usulas es sacudirse las ilusiones de los jud�os, para que no puedan endurecerse contra los juicios de Dios, ni escuchar a los aduladores. Esta interpretaci�n se acerca al dise�o del Profeta, aunque me parece que tiene otra cosa a la vista.

Junto las dos cl�usulas, ya que pueden estar m�s unidas: �Tus padres y mis Profetas han muerto; pero despu�s de su muerte, el recuerdo de la doctrina, que no solo ha sido publicada por mis sirvientes, sino que tambi�n ha sido completamente confirmada, debe continuar, de modo que justamente deber�a aterrorizarlos; porque es muy insensato de tu parte preguntar si los Profetas siguen vivos o no; desempe�aron su cargo hasta el final de la vida, pero la verdad que declararon es inmortal. Aunque los Profetas est�n muertos, todav�a no se han llevado con ellos lo que ense�aron, porque nunca perece, ni puede extinguirse a ninguna edad. Los imp�os tambi�n est�n muertos, pero su muerte no debe borrar la memoria de los juicios de Dios; pero despu�s de su muerte, estos juicios deben ser conocidos entre los hombres y servir para ense�arlos, a fin de que la posteridad entienda que no son presuntuosamente para provocar a Dios ". Este parece ser el verdadero significado del Profeta.

Al decir: �D�nde est�n tus padres? y los profetas viven para siempre? �l hace una concesi�n, como si hubiera dicho: �Permito que tanto tus padres como mis Profetas est�n muertos; pero mis palabras est�n muertas? Dios, en una palabra, distingue entre el car�cter de su palabra y la condici�n de los hombres, como si hubiera dicho, que la vida de los hombres es fr�gil y limitada a unos pocos a�os, pero que su verdad nunca perece. Y con raz�n, menciona tanto a los imp�os como a los profetas; porque sabemos que cada vez que Dios castiga a los que desprecian su palabra, da ejemplos perpetuos, que pueden mantener a los hombres de todas las edades dentro de los l�mites del deber. Por lo tanto, aunque han pasado muchas eras desde que Dios derroc� a Sodoma y Gomorra, sin embargo, ese ejemplo permanece y se mantiene en uso hasta el d�a de hoy; porque la ruina de Sodoma es un espejo en el que podemos ver en este momento que Dios es el juez perpetuo del mundo. Desde entonces, los imp�os han perecido, el castigo con el que Dios visit� sus pecados no debe ser enterrado con ellos, sino ser recordado por los hombres. Esta es la raz�n por la cual dice: �tus padres est�n muertos: esto debes admitirlo; pero como hab�an sido severamente castigados, �no deber�an ustedes en este d�a sacar provecho de tales ejemplos? Luego dice: �Mis profetas tambi�n est�n muertos; pero era mi voluntad que fueran los predicadores de mi verdad, y para este fin, que despu�s de su muerte la posteridad supiera que una vez hab�a hablado a trav�s de ellos ". Con el mismo prop�sito est�n las palabras de Pedro, quien dice que trabaj� para que el recuerdo de lo que ense�� pudiera continuar despu�s de ser removido de su tabern�culo.

"Como entonces", dice, "el momento de mi disoluci�n est� cerca, me esfuerzo tanto como puedo, para que puedas recordar lo que ense�o despu�s de mi muerte". ( 2 Pedro 1:15.)

Ahora percibimos el objeto del Profeta.

Versículo 6

Luego agrega de inmediato, pero mis palabras y mis estatutos (15) que he encomendado a mis Profetas, �no han aferrado a vuestros padres? Hemos visto que hizo una concesi�n en el �ltimo verso; pero aqu� Dios declara expresamente lo que he dicho: que aunque los hombres desaparecen, o por lo tanto son eliminados despu�s de un corto tiempo, la verdad celestial siempre es firme y conserva su propio poder. Pero el Profeta usa otra forma de expresi�n, Mis palabras, dice, que he confiado a mis siervos, los Profetas, si no los imponen (16) �su padre? es decir, ��deber�a recordar el castigo con el que pretend�a ense�arte a ti, a tus hijos y a tus nietos, que no provocaras mi ira como lo hicieron tus padres? Dado que ustedes ven el efecto de mi doctrina en sus padres, �por qu� no consideran que, como siempre soy el mismo, mis palabras no pueden ser en vano en la actualidad o no tendr�n efecto? Ahora vemos cu�n claramente el Profeta distingue entre la palabra de Dios y la condici�n de los hombres; porque Dios no declara lo que est� vac�o, ni pronuncia palabras que no producen efecto; pero �l ejecuta lo que haya comprometido con sus Profetas.

Luego agrega: Regresaron y dijeron: (17) Como Jehov� de los ej�rcitos se hab�a propuesto hacernos a causa de nuestros caminos y nuestras obras, as� que tiene hecho. Aqu� se agrega una confesi�n, que deber�a haber estimulado perpetuamente a los jud�os, mientras ve�an que la obstinaci�n de sus padres hab�a sido sometida por los flagelos de Dios. De hecho, es cierto que, aunque fueron castigados severamente, muchos de ellos a�n no se arrepintieron realmente. Sin embargo, Dios les extorsion� la confesi�n de que fueron castigados con justicia. Incluso los imp�os se hab�an visto obligados a glorificar a Dios y a confesar que eran tratados con justicia como culpables; pero sus hijos se volvieron inmediatamente olvidadizos: �era una estupidez capaz de ser excusada? Al mismo tiempo, advierte indirectamente a la posteridad que no podr�an imitar la negligencia de sus padres, que no se habr�an arrepentido si no hubieran sido castigados severamente; pero que, por el contrario, podr�an anticipar el juicio de Dios. Entonces vemos por qu� el Profeta menciona que los jud�os, que hab�an sido severamente tratados, libremente confesaron que hab�an sido castigados por la mano de Dios; pero debemos notar las palabras.

�l dice que los padres hab�an regresado. Aunque su arrepentimiento no fue sincero, Dios insin�a que tal fue su castigo que les sac� la confesi�n que aqu� se menciona. �Qu� podr�a significar entonces su posteridad? �o c�mo podr�an volverse tan audazmente locos contra Dios, cuando vieron que sus padres y su obstinaci�n hab�an sido, por as� decirlo, destruidos por los golpes severos con los que Dios los hab�a herido? Luego se une y dice: Como Jehov� se ha preparado para hacer. Confesaron que sufrieron males no por casualidad, sino que as� se cumpli� el prop�sito de Dios, que previamente hab�an despreciado y casi ridiculizado. Adem�s confesaron que sufrieron justamente; y se refer�an a sus obras y a su curso de la vida. Dado que, entonces, el padre hab�a hecho esta confesi�n, que se hab�a endurecido por mucho tiempo en sus pecados, su posteridad no ten�a excusa para continuar hasta su propia ruina, conteniendo impenitentes, aunque advertidos por ejemplos tan memorables. Esta es la importaci�n del pasaje. Ahora sigue:

Versículo 7

Aqu� se relata una segunda profec�a, conectada con una visi�n. Al principio, solo Dios habl� y le dio la comisi�n a su Profeta para reprender a los jud�os: ahora confirma la predicci�n sobre la reducci�n de la ciudad; porque a la palabra se le agrega una visi�n, que es, como hemos visto en otras partes, una especie de sello. Como la visi�n es oscura, puede explicarse de diversas maneras, pero me esforzar� por adaptarla, sin ning�n tipo de refinamiento, a nuestro uso; y por lo tanto no quedar� ninguna ambig�edad, siempre que busquemos ser sobrios y moderadamente sabios, es decir, siempre que apuntemos a no m�s de lo que requiere la edificaci�n.

Versículo 8

El Profeta dice que se le dio una visi�n; y vio a un jinete entre los mirtos sentado en un caballo rojo; y con �l hab�a caballos rojos, abigarrados (18) y blancos, y sin duda jinetes. Entonces entiendo el pasaje; porque extremadamente asquerosa es la idea de que los caballos hablaron. Hab�a entonces, por as� decirlo, una tropa de jinetes; pero el Profeta dice que uno apareci� como el l�der principal, que estaba acompa�ado por otros. Mientras tanto, un �ngel se par� al lado del Profeta, quien lo gui�, y le mostr� su preocupaci�n por la ciudad santa y el pueblo elegido. Luego agrega que estos jinetes hab�an regresado de una expedici�n; porque hab�an sido enviados a revisar todo el mundo y sus diferentes partes. Por lo tanto, dice que hab�an regresado de su viaje, y tambi�n que toda la tierra estaba en silencio, que los hombres disfrutaban de paz y tranquilidad en todas partes. Finalmente, agrega, que el �ngel de Dios grit�: �Hasta cu�ndo, Jehov�, no mostrar�s misericordia a Jerusal�n? Para el �ngel, conmovido al escuchar que todos los paganos estaban disfrutando el descanso, se expone a Dios; porque parec�a muy impropio y extra�o que solo los fieles fueran oprimidos por las adversidades, mientras que otros viv�an en paz y disfrutaban de sus placeres. A continuaci�n sigue una respuesta de Dios, como veremos m�s adelante.

Pero ahora investiguemos el dise�o del Profeta. Considero esto como el objeto: que los jinetes fueron presentados al Profeta, para que �l supiera que Dios no permanece encerrado en el cielo y descuida los asuntos de los hombres; pero que tiene, por as� decirlo, caballos r�pidos, para que sepa qu� cosas se llevan a cabo en todas partes. Como los reyes que tienen caballos al mando, env�e a sus jinetes aqu� y all�, y p�dales que regresen pronto para que sepan qu� hacer; as� que el Profeta atribuye aqu� a Dios el car�cter de un soberano jefe, que pregunta respetando todos los asuntos de los hombres. De hecho, es cierto que Dios no recibe informaci�n de los �ngeles, porque nada se le oculta: no, todas las cosas le eran completamente conocidas antes de que creara �ngeles. Dios, por lo tanto, no necesita tales ayudas para saber qu� est� pasando desde el amanecer hasta la puesta del sol; pero tal modo de hablar a menudo ocurre en las escrituras; y es una cosa com�n, que Dios asume el car�cter del hombre para que pueda instruirnos m�s familiarmente. Recordemos especialmente que los jinetes que se le aparecieron al Profeta eran �ngeles, que siempre est�n listos para servir a Dios. Y fueron enviados aqu� y all�, no para que puedan declararle a Dios algo desconocido para �l, sino para que podamos creer que Dios se preocupa por los asuntos humanos; y que aunque los �ngeles no se nos parecen, siempre est�n comprometidos y examinan el mundo, para que no se haga nada sin el conocimiento y la voluntad de Dios. Esta es una cosa

El Profeta dice tambi�n que la visi�n se le dio en la noche: se refiere sin duda a lo que realmente sucedi�, y tambi�n a la manera en que se le ense��; porque aunque la visi�n no fue dada en vano, Dios quiso decir que no deber�a ser clara, a fin de poder dar un poco de esperanza a los jud�os. Como entonces Dios no ten�a la intenci�n de exhibir a plena luz lo que luego les ense�� a su debido tiempo, la visi�n apareci� en la noche. Y con el mismo prop�sito es lo que �l dice respetando a los �ngeles, que estaban en un lugar oscuro o profundo, y que estaban entre los mirtos. Porque considerar lo que aqu� se dice aleg�ricamente me parece fr�volo. Por lo tanto, no discutir� refinamente aqu� la naturaleza de los mirtos: pero como sabemos que los �rboles son oscuros y tienen una sombra espesa, Dios pretendi�, no tengo dudas, al verlos, producir un efecto en el Profeta. mente, para que pudiera entender que la profec�a a�n era oscura, y que no hab�a llegado el momento de una revelaci�n clara y clara. Hab�a entonces jinetes entre los mirtos, es decir, debajo de estos �rboles oscuros y sombreados; y tambi�n en un lugar profundo y en una sombra espesa. Vemos cu�n acertadamente corresponden estas cosas. Algunos piensan que por sus colores se designa el estado de las personas, siendo el de tristeza y de alegr�a; porque aunque la tranquilidad en parte fue restaurada para la gente, a�n quedaba mucha oscuridad y mucha perplejidad en sus asuntos: pero como esta idea es probable, no la rechazo, siempre que retengamos lo que he dicho, que la oscuridad de la Profec�a es notado por el profundo valle y los mirtos.

Hab�a uno m�s eminente que el resto, y en esto no hay nada inusual; porque cuando Dios env�a una compa��a de �ngeles, dirige a alguien: y esta es la raz�n por la cual se describe a uno aqu� como m�s ilustre que todos los dem�s. Si consideramos que este �ngel es Cristo, la idea es consistente con el uso com�n de las Escrituras; Porque sabemos que Cristo, al ser la cabeza de los �ngeles, ejerce tal dominio sobre ellos, que al obedecer a Dios no hacen nada m�s que bajo su autoridad. Puede ser entonces que un �ngel asumi� aqu� una preeminencia sobre el resto, que el Profeta podr�a pensar en el Redentor, que ejerce poder sobre los �ngeles y toda la Iglesia.

Con respecto a los diferentes colores, el Profeta sin duda entendi� que designaron las oficinas asignadas a los �ngeles, ya que algunos transmiten los beneficios de Dios, y otros vienen armados de azotes y espadas. �Cu�l fue el dise�o de la visi�n en la que algunos jinetes aparecieron en caballos blancos, algunos en rojo y otros en bah�a, (o, en aquellos de color mixto, lo cual es m�s probable), excepto que Dios ten�a la intenci�n de mostrar que �l �enviaron �ngeles, no solo para que pudieran examinar el estado de las cosas, sino que tambi�n pudieran venir a castigar a los hombres, o ser ministros de sus beneficios? Adem�s, era el prop�sito de Dios, como ya he insinuado, dar a conocer, que en este mundo no se lleva a cabo nada m�s que lo que saben los �ngeles, que son sus emisarios y agentes.

"Ten�an caballos para mostrar su poder y celebridad, y caballos de diferentes colores para intimar la diferencia de sus ministerios". - Reci�n llegado.

Versículo 11

Dijeron que toda la tierra estaba en silencio, (19) es decir, los pa�ses lim�trofes de Judea, o las regiones orientales. Por lo tanto, los jud�os podr�an recibir una mayor confianza, ya que con la oraci�n del �ngel se conecta una queja: "Dios de los ej�rcitos, �cu�l es tu prop�sito?" es decir, ��Es tu voluntad que todos los dem�s disfruten de tranquilidad y paz, mientras que los enemigos son continuamente hostiles y problem�ticos para tu pueblo? �Es correcto que tu Iglesia est� siempre angustiada, mientras que los paganos, a quienes no les importa la religi�n, deber�an ser tan generosamente favorecidos por ti? �No es mejor que el recuerdo de tu nombre se extinga, y que toda adoraci�n caiga al suelo, que que una recompensa tan injusta sea devuelta a tus sirvientes? Ahora vemos el dise�o de la visi�n, incluso para que los jud�os puedan estar seguros de que las angustias que soportaron no ser�n perpetuas. �C�mo es eso? porque Dios no dorm�a en el cielo, sino que ten�a sus corredores; y adem�s, dado que su voluntad era que todas las naciones estuvieran tranquilas, sin duda tendr�a un gran respeto por su propio pueblo, para librarlos de sus problemas.

Aunque la visi�n es oscura, su dise�o no es dudoso. Adem�s, si estamos contentos con lo que es moderado, aqu� no encontraremos nada tan desconcertante que podamos aprender f�cilmente, al menos, la importancia de la Profec�a. Pero la curiosidad de esos int�rpretes ha hecho mucho da�o, quienes al examinar cada s�laba han avanzado muchas cosas pueril. Por lo tanto, no hay nada mejor que prestar atenci�n al dise�o del Profeta, y luego considerar las circunstancias del tiempo, y en tercer lugar, seguir la analog�a entre los signos y las cosas significadas.

He dicho que los �ngeles son presentados aqu�, porque ser�a dif�cil para nosotros ascender a la gloria m�s alta de Dios. Sabemos que Dios no est� obligado por la necesidad de emplear �ngeles como ministros para ejecutar sus juicios, castigar a los hombres o conferir beneficios: porque Dios mismo es suficiente para todas estas cosas. �Por qu� entonces �l emplea �ngeles y hace uso de su ministerio, si es superfluo? La respuesta obvia es esta: como somos propensos a la incredulidad, siempre temblamos de peligro, excepto que sabemos que Dios est� preparado con muchas fuerzas para ayudarnos en tiempos de necesidad. Cuando se dice en Salmo 24 que los �ngeles acampan alrededor de los que temen a Dios, �no es un alivio mucho m�s efectivo que si se hubiera dicho simplemente que Dios es nuestra ciudadela? De hecho, en muchos lugares se dice que Dios es una fortaleza inexpugnable; pero como muchos contin�an dudando cuando escuchan que hay una defensa suficiente para ellos en Dios, �l consulta ahora su debilidad y agrega: �Vengo con un gran anfitri�n; No estoy solo, tu ayudante, pero hay un gran ej�rcito listo a mi disposici�n. Siempre que me pueda gustar una tropa de �ngeles, s�, se reunir�n muchas mir�adas. Por lo tanto, cuando Dios habla as�, es un modo de ense�anza adecuado a las capacidades de los hombres. As� que ahora, cuando Zacar�as ve muchos corredores, que han sido enviados por Dios para deambular y examinar la tierra, se puede aprender con mayor certeza que nada se lleva a cabo sin un dise�o o por casualidad en el mundo, pero que todas las cosas suceden antes Dios, y que la forma en que ocurren todas las cosas es expuesta por los �ngeles. De la misma manera, la representaci�n se da en el primer cap�tulo de Job ( Job 1:1) Todos los hijos de Dios, es decir, los �ngeles, vinieron ante su trono; y tambi�n entre ellos vino Satan�s; porque aunque no obedece voluntariamente a Dios, sin embargo, mientras deambula por la tierra, al mismo tiempo ejecuta los juicios de Dios, aunque de mala gana. Ahora vemos la raz�n por la cual Dios mismo no apareci�, y testific� al Profeta, que lo que sucedi� entre las naciones era conocido por �l; pero �l muestra que sus corredores cabalgaron r�pidamente por toda la tierra, y luego regresaron al tribunal celestial, y probaron que hab�an desempe�ado cuidadosamente su oficio.

Ahora el Profeta dice que tuvo esta visi�n en el und�cimo mes, llamado Sebat, (20) y el vig�simo cuarto d�a del mes; es decir, en el tercer mes despu�s de su primera profec�a. En el octavo mes hab�a reprochado duramente a los jud�os: ahora se agrega un consuelo, para que no se desesperen, pero sepan que todav�a eran objeto del cuidado de Dios. Y posiblemente la reprensi�n mencionada hab�a sido efectiva; No, es probable que el Profeta no haya trabajado en vano para exhortar a los jud�os al arrepentimiento verdadero y sincero. Por lo tanto, cuando dieron alguna evidencia de religi�n, vemos que Dios luego los trat� con m�s amabilidad y les present� la esperanza de una futura liberaci�n.

Con respecto a la noche, es importante observar que, aunque Dios no siempre expone con total claridad sus predicciones, todav�a no est�n sin instrucci�n, siempre que estemos atentos, y siempre que suframos, mientras estamos en la oscuridad , para ser gobernado por el esp�ritu del conocimiento. Por cualquier medio diferente que Dios pueda ense�ar a su pueblo fiel, siempre les ense�a algo �til, siempre que no murmuren cuando algo es oscuro por un tiempo, sino que esperan el d�a de la revelaci�n completa. Y este es el dise�o de la advertencia de Pablo: "Si piensas lo contrario, esto tambi�n te lo revelar� Dios". Entonces, sepamos que la manera de ense�ar de Dios no siempre es la misma, pero que su ense�anza siempre es rentable, siempre que los fieles conserven la moderaci�n y la sobriedad debidas, y se dejen guiar paso a paso por Dios. Esta observaci�n se aplicar� a todo el verso, cuando se dice, que los caballos y los jinetes estaban debajo de los mirtos, y tambi�n en un lugar bajo.

Y, entonces, en cuanto a los diversos colores de los caballos, no deber�a considerarse extra�o, que Dios deber�a asignar diferentes oficios a los �ngeles; porque no siempre nos castiga con el ministerio de Satan�s. �l tiene �ngeles celestiales, cuando le agrada, como verdugos de su venganza; y a veces emplea demonios para este prop�sito. Sea como fuere, est� en su poder delegar �ngeles como ministros de su bondad, o enviarlos a ejecutar su venganza, para que aparezcan en color rojo, o en alg�n otro. En conclusi�n, tambi�n debe tenerse en cuenta que los �ngeles se presentan ante el tribunal de Dios, despu�s de haber peregrinado diligentemente la tierra, no a la manera de los hombres: porque ser�a grosero y pueril imaginar a los �ngeles sentados en caballos, en la medida en que son esp�ritus que est�n confinados a ning�n lugar seguro; pero como no podemos entender, de acuerdo con nuestras capacidades, los misterios celestiales de Dios, es necesario que tales representaciones se presenten ante nuestros ojos. sin embargo, esto puede ser, deber�a seguir siendo un principio fijo, que los �ngeles siempre est�n empleados, ya que examinan la tierra, que nada se puede hacer o llevar a cabo sin un dise�o; y tambi�n son enviados con poder y autoridad, de modo que son, por as� decirlo, la mano de Dios: y en alg�n momento ejecutan sus juicios, infligen castigos, como se ha dicho; y en otro vienen con bendiciones de Dios. Este es el significado de los jinetes. No puedo seguir adelante: el resto lo aplazar�.

Versículo 12

El Profeta ahora muestra que el �ngel que era su gu�a y maestro, se convirti� incluso en un suplicante ante Dios en beneficio del bienestar de la Iglesia. Por lo tanto, la opini�n probable es que este �ngel era Cristo el Mediador. Porque aquellos que dicen que fue el Esp�ritu Santo, quien forma oraciones en nuestros corazones, parecen alejarse mucho del significado del Profeta: y no es nada nuevo, que Cristo debe tener cuidado sobre su Iglesia. Pero si se desaprueba este punto de vista, podemos tomar a cualquiera de los �ngeles en el sentido. Es cierto que se les ordena a todos ministrar a la salvaci�n de los fieles, de acuerdo con lo que dice el Ap�stol en el primer cap�tulo de los Hebreos Hebreos 1:1; y, de hecho, toda la Escritura est� llena de evidencias, que prueban que los �ngeles son guardianes de los justos y los vigilan; para el Se�or, para cuyo servicio est�n siempre preparados, as� los emplea: y en esto tambi�n vemos el amor singular de Dios hacia nosotros; porque �l emplea a sus �ngeles especialmente para este prop�sito, para que pueda mostrar que nuestra salvaci�n es muy valorada por �l.

Entonces no hay nada malo, si decimos que alguno de los �ngeles or� por la Iglesia. Pero absurdamente, y muy tontamente, los papistas concluyen que los santos muertos son nuestros defensores ante Dios, o que rezan por nosotros; porque nunca leemos que es una oficina comprometida con los muertos para interceder por nosotros; No, los deberes del amor, sabemos, est�n confinados a la vida presente. Cuando, por lo tanto, los fieles se retiran de este mundo, despu�s de haber terminado su curso, entran en una vida bendecida. Aunque el caso es diferente, los papistas pasan tontamente de �ngeles a muertos: porque, como se ha dicho, el caso de los fieles se ha comprometido con los �ngeles, y siempre vigilan todo el cuerpo y cada miembro de eso. No es extra�o que ofrezcan oraciones por los fieles; pero no se deduce que los �ngeles sean invocados por nosotros. �Por qu� las Escrituras testifican que los �ngeles suplican a Dios por nosotros? �Es que cada uno de nosotros puede huir a ellos? De ninguna manera; pero al estar seguros del amor paternal de Dios, podemos tener m�s esperanza y confianza; s�, para que podamos luchar valientemente, teniendo la certeza de la victoria, ya que las huestes celestiales compiten por nosotros, de acuerdo con lo que parece de muchos ejemplos. Porque cuando el sirviente de Eliseo no vio los carros volando en el aire, casi se perdi� en la desesperaci�n; pero su desesperaci�n se desvaneci� al instante, cuando vio tantos �ngeles listos para pedir ayuda ( 2 Reyes 6:17), as� que cada vez que Dios declara que los �ngeles son ministros para nuestra seguridad, quiere animar nuestra fe; al mismo tiempo no nos env�a a los �ngeles; pero esto es suficiente para nosotros, que cuando Dios es propicio para nosotros, todos los �ngeles se preocupan por nuestra salvaci�n. Y debemos notar lo que dice Cristo:

"en adelante ver�s �ngeles ascendiendo y descendiendo" ( Juan 1:51,)

lo que significa que cuando nos unamos a la cabeza, de all� proceder� una uni�n sagrada entre nosotros y los �ngeles; Porque sabemos que Cristo es igualmente el Se�or de todos. Cuando, por lo tanto, estamos unidos al cuerpo de Cristo, es cierto que los �ngeles est�n unidos a nosotros, pero solo a trav�s de Cristo. Todo este favor depende del verdadero Mediador. Lejos de ser el caso, la Escritura representa a los �ngeles como mecenas a quienes podemos rezar. Entonces, el significado es lo que hemos dicho, cuando Zacar�as dice, que el �ngel or� as�, oh Jehov� de los ej�rcitos, �hasta cu�ndo no tendr�s misericordia de Jerusal�n y las ciudades de Jud�?

En este lugar, el �ngel parece haber culpado indirectamente a Dios por haberse demorado demasiado en llevar ayuda a su Iglesia: pero sabemos que este modo de hablar ocurre con frecuencia en las oraciones de los santos; de alguna manera acusaron a Dios de demora, es decir, de acuerdo con la percepci�n de su carne. Pero esto no es inconsistente con la obediencia a la fe, ya que los fieles se someten extensamente al consejo de Dios. Por lo tanto, por familiar que sea, a menudo pueden exponerse ante Dios, cuando �l parece retrasarse y retener su ayuda, a�n se contienen, y al final se sienten seguros de que lo que Dios ha designado es lo mejor. Pero as� vierten sus preocupaciones y sus penas en el seno de Dios, para descargarse. El �ngel ahora adopta esta forma cuando dice: "�Hasta cu�ndo no mostrar�s misericordia?" Sin embargo, no es la queja de un fervor irracional, como el de los imp�os, quienes al orar acusan a Dios, se enfurecen contra �l y pelean con sus juicios. El �ngel no se sinti� conmovido por ning�n sentimiento turbulento, ni los santos, cuando adoptaron este modo de orar; pero hicieron lo que Dios nos permite hacer a todos; Deshicieron as� sus preocupaciones y penas.

Al mismo tiempo, deber�amos notar la importancia especial de las palabras, "cu�nto tiempo", ??-???, od-mati? El �ngel de hecho luego se explica, cuando menciona expresamente el t�rmino de setenta a�os. (21) No fue entonces sin dise�o, o por un fuerte impulso de sentimiento, que el �ngel dijo: �Cu�nto tiempo? pero ten�a en cuenta una profec�a memorable, que estaba en boca de todos los piadosos; porque Dios hab�a fijado setenta a�os para el exilio de la gente. Como la gente sab�a que Dios hab�a predeterminado un tiempo, �l no suplica aqu� a Dios de acuerdo con su propia voluntad, sino que solo alega la promesa misma: y es algo habitual con los santos suplicar ante Dios lo que ha prometido. ellos. �Qu� es lo que realmente puede sostener mejor nuestra esperanza? �Y qu� puede darnos un mayor est�mulo para orar, que cuando suplicamos a Dios de acuerdo con sus promesas? Porque Dios har� que nuestras oraciones se funden primero en su bondad gratuita, y luego en la constancia de su fidelidad y verdad. Cuando, por lo tanto, se dirigen a Dios, �Oh Se�or, eres verdadero, y nos lo has prometido; confiando en tu palabra, nos atrevemos a preguntar lo que de otra manera no podr�amos �, ciertamente no exceden los l�mites como si le hubieran prescrito a Dios una ley, pero buscan ansiosamente obtener lo que se les hab�a ofrecido libremente. Hemos visto que el �ngel aqu� no se queja de demora, sino que fund� su s�plica en esa notable profec�a, en la que Dios hab�a fijado el t�rmino de setenta a�os para su pueblo.

En este lugar, el �ngel parece haber culpado indirectamente a Dios por haberse demorado demasiado en llevar ayuda a su Iglesia: pero sabemos que este modo de hablar ocurre con frecuencia en las oraciones de los santos; de alguna manera acusaron a Dios de demora, es decir, de acuerdo con la percepci�n de su carne. Pero esto no es inconsistente con la obediencia a la fe, ya que los fieles se someten extensamente al consejo de Dios. Por lo tanto, por familiar que sea, a menudo pueden exponerse ante Dios, cuando �l parece retrasarse y retener su ayuda, a�n se contienen, y al final se sienten seguros de que lo que Dios ha designado es lo mejor. Pero as� vierten sus preocupaciones y sus penas en el seno de Dios, para descargarse. El �ngel ahora adopta esta forma cuando dice: "�Hasta cu�ndo no mostrar�s misericordia?" Sin embargo, no es la queja de un fervor irracional, como el de los imp�os, quienes al orar acusan a Dios, se enfurecen contra �l y pelean con sus juicios. El �ngel no se sinti� conmovido por ning�n sentimiento turbulento, ni los santos, cuando adoptaron este modo de orar; pero hicieron lo que Dios nos permite hacer a todos; as� descargaron sus preocupaciones y penas. (22)

He dicho que es m�s adecuado para el pasaje decir que las ciudades hab�an sido despreciadas por Dios: pero si alguna prefiere la otra opini�n, no contendr�; sin embargo, cualquiera que considere minuciosamente la intenci�n del Profeta, creo, aceptar� f�cilmente la idea de que las ciudades hab�an sido despreciadas o rechazadas por Dios, porque no les dio se�ales de su misericordia. (23) Ahora sigue:

Versículo 13

El Profeta muestra aqu� que, aunque Dios no extendi� inmediatamente su mano a los miserables jud�os el primer d�a, todav�a era propicio para ellos. Pero debemos notar que Dios solo habla y a�n no manifiesta su poder. El dise�o del Profeta debe ser observado aqu�; porque primero les recuerda a los fieles que no hab�a raz�n para que se desesperen o se sientan abatidos por el dolor; porque los �ngeles celestiales oraron a Dios por ellos y suplicaron por su salvaci�n. Esta es una cosa Pero se agrega una confirmaci�n mayor y m�s completa; porque Dios testifica que est� listo para liberar a los jud�os, aunque al principio no declara esto de inmediato. Y aqu� podemos se�alar, que deber�a ser suficiente para mantener nuestra esperanza y paciencia, cuando Dios testifica y afirma que nos favorece, y que nuestra salvaci�n es querida por �l, por miserable que pueda parecer nuestra condici�n. Dios podr�a haber dado inmediatamente una prueba real a los jud�os de que hab�a llegado el momento de restaurarlos a la prosperidad plena: esto no lo hizo, sino que solo hizo una promesa. Solo dio palabras: pero su prop�sito fue, mediante un juicio real, demostrar la paciencia y la obediencia de su pueblo, cuando dijo que no hab�a olvidado su pacto, del cual depend�an todas las promesas hechas previamente.

Pero el Profeta parece aludir a una profec�a de Isa�as en el cuadrag�simo cap�tulo:

"Consolaos, pueblo m�o, dice vuestro Dios". Isa�as 40:1

Los Profetas hab�an estado en silencio durante mucho tiempo: era cierto que los jud�os deb�an seguir luchando durante mucho tiempo, ya que durante tantos a�os se hab�an endurecido contra todas las amenazas e incluso despreciaban todos los juicios de Dios, seg�n lo que dice Isa�as:

"Comamos y bebamos, ma�ana moriremos". ( Isa�as 22:13.)

Como entonces la obstinaci�n de la gente hab�a sido tan grande, era apropiado que lloraran por mucho tiempo sin consuelo. Pero Isa�as dice que llegar�a el momento en que Dios ordenar�a a sus siervos que reconfortaran a su pueblo nuevamente como en tiempos pasados. Zacar�as dice ahora que Dios habl� palabras consoladoras. Por lo tanto, aprendemos que los deseos de los piadosos y la oraci�n del �ngel se hab�an escuchado; porque la redenci�n estaba ahora cerca, de acuerdo con lo que se dice en el salmo ciento, "Es hora de que, oh Dios, tengas misericordia de Si�n, porque ha llegado su hora"; es decir, "Los setenta a�os se han completado, lo que te ha complacido asignar para nuestro exilio". Ahora sigue:

Versículo 14

Zacar�as ahora menciona el consuelo principal al que se hab�a referido; porque no habr�a sido suficiente decir en general, y en pocas palabras sin explicaci�n, que Dios le dio una respuesta amable al �ngel. Porque sabemos cu�n fuertes fueron esas tentaciones con las cuales los fieles tuvieron que luchar. Entonces era necesario que fueran provistos, no con armas ligeras, en un concurso tan arduo. Esta es la raz�n por la cual Zacar�as expres� m�s plenamente las palabras por las cuales Dios fortaleci� la fe de su pueblo.

�l dice que el �ngel hab�a hablado; y por lo tanto insin�a que el consuelo no se le dio en privado al �ngel para que pudiera guardarlo en su propio seno, sino transmitirlo a todo el pueblo. Esto no fue entonces un consuelo secreto, sino lo que el Se�or pretend�a que sus profetas proclamaran, de acuerdo con lo que dijo Isa�as en el pasaje al que ya nos hemos referido: "Consolaos, consolaos, mi pueblo dice tu Dios".

Lo que Dios dice, que fue movido con gran celo por Jerusal�n y Si�n, (24) est� de acuerdo con el lenguaje com�n de las Escrituras. Como Dios no puede expresar lo suficiente el inefable favor que tiene hacia sus elegidos, se complace en adoptar esta similitud, que se compromete a defender a su pueblo de acuerdo con lo que hace un esposo que lucha con el mayor celo por su propia esposa. . Esta es la raz�n por la que dice que era celoso de Jerusal�n. Y deber�amos notar especialmente este modo de hablar, para que no pensemos que Dios es indiferente cuando retrasa y difiere su ayuda: porque como somos apresurados en nuestros deseos, tendr�amos a Dios precipitado de la misma manera; y le atribuimos indiferencia cuando no se apresura de acuerdo con nuestros deseos. Estas dudas que Dios verifica cuando testifica que es celoso: porque �l insin�a que su lentitud no procedi� de la negligencia o porque los despreciaba o los despreciaba; pero que hab�a otra raz�n por la cual los manten�a en suspenso. Por lo tanto, podemos estar completamente persuadidos de que, incluso cuando Dios retiene su ayuda, no se ve afectado de otra manera hacia nosotros que el mejor de los padres hacia sus propios hijos; y adem�s que los signos de su amor no aparecen porque no siempre es conveniente que seamos liberados pronto de nuestros problemas. Que este sea nuestro escudo contra todos los deseos apresurados, para que no podamos satisfacer nuestros deseos demasiado ardientes, o pensar que Dios descuida nuestra salvaci�n, cuando se esconde por un tiempo y no extiende su mano inmediatamente para ayudarnos. . Sigue -

Versículo 15

Dios aqu� obvia la duda que f�cilmente podr�a haberse infiltrado en las mentes de los piadosos. "�Por qu� deber�a entonces renunciar a los miserables jud�os a la voluntad de los gentiles, y sufrir a estos paganos al mismo tiempo para estar en un estado tranquilo y disfrutar de sus placeres?" De hecho, esto a primera vista parec�a muy extra�o: si Dios ten�a tanto celo hacia Jerusal�n, �por qu� no dio al menos alguna muestra de su favor? Por lo tanto, da esta respuesta: que aunque la condici�n de los gentiles era ahora mejor, todav�a no hab�a raz�n para que los jud�os se sintieran descontentos con sus problemas, porque deb�an esperar el fin que estaba por venir. Adem�s, debe notarse que Dios solo habla aqu�, y no est� preparado para ejecutar su venganza: y es una prueba de fe real y justa, cuando Dios nos ordena que dependamos de su palabra.

La manera de hablar, usada aqu� merece atenci�n, Dios estaba enojado con las naciones tranquilas. No se trata de una repetici�n superflua, cuando se dice, que las naciones estaban en silencio. Algunos hacen que la palabra sea rica, pero no tan adecuada; porque como hemos dicho antes, el �ngel se quej� de que mientras todo el mundo estaba tranquilo, Dios castig� severamente a su Iglesia sola. Dios entonces anticipa una tentaci�n que de otra manera hubiera angustiado e incluso desanimado por completo a los fieles; y, en efecto, dice: "Es cierto que los gentiles a su alrededor est�n callados, que no hay calamidades, que no hay enemigos y que no est�n sujetos a ning�n mal: esto es sin duda cierto; pero como estoy enojado, su felicidad, mientras me opongo y estoy disgustado con ellos, es una maldici�n ". Dios, entonces, eleva aqu� los pensamientos de los santos, para que sepan que la felicidad se encuentra solo a su favor, y que cada vez que est� enojado o disgustado, aunque los hombres pueden considerarse felices, halagarse y exultarse. su condici�n, todav�a est�n en el estado m�s miserable; porque toda felicidad es ruinosa que no fluye de la fuente del amor gratuito de Dios; en resumen, cuando Dios no es nuestro Padre, cuanto m�s abundamos en todo tipo de bendiciones, m�s nos hundimos en todo tipo de miserias. Este es el significado, cuando Dios dice que estaba enojado con las naciones tranquilas.

�Cu�l es, entonces, la aplicaci�n de esta doctrina? Que los jud�os se comportaron, aunque su condici�n era muy dif�cil seg�n la percepci�n de los hombres, de haber aceptado a�n en el amor de Dios, porque sab�an que �l era su Padre, y tambi�n, aunque ve�an felices a sus enemigos, a�n no lo consideraban m�s que una felicidad maldita. as� tambi�n en el salmo trig�simo s�ptimo, los fieles est�n dispuestos a no envidiar a los incr�dulos, mientras los ve�an florecer en riqueza y revolcarse en placeres; porque les comport� considerar su fin. Aprendamos, por lo tanto, a plantear nuestros pensamientos a la contemplaci�n del amor oculto de Dios, cuando trata severamente con nosotros, y a estar satisfechos con su palabra, ya que tenemos all� una evidencia indudable de su favor: ni envidiemos a nuestros enemigos y los malvados, sin embargo, todo el mundo puede aplaudirlos, y ellos mismos disfrutan de sus bendiciones, porque sabemos que Dios es adverso a ellos.

Una raz�n tambi�n sigue, porque Dios estaba un poco enojado, y ellos ayudaron a avanzar el mal; es decir, excedieron la moderaci�n. El significado es que la recompensa de la crueldad se devolver�a a todos los enemigos de la Iglesia, porque hab�an ejercido una severidad desmesurada, cuando era el prop�sito de Dios castigar a sus hijos de una manera gentil y paterna.

Puede preguntarse aqu� primero: �c�mo es que Dios declara que hab�a estado un poco enojado con su pueblo, ya que su juicio, como lo pronunciaron sus siervos, fue m�s severo?

"Cualquiera que escape de la hambruna, caer� por la espada; el que escape de la espada, caer� entre las bestias salvajes ". ( Ezequiel 14:14.)

Y en muchos otros lugares declara lo mismo, que no habr�a esperanza de perd�n para la gente, sino que todos perecer�an; es decir, todo el cuerpo: "Aunque No�, Daniel y Job", dice, "estaban en esta ciudad, entregar�n solo sus vidas; pero no escuchar� sus oraciones por esta gente irrevocable ". Pero la peque�a part�cula, ???, mot, debe aplicarse a los elegidos: porque aunque Dios, en su terrible venganza, consumi� a casi todo el pueblo, sin embargo, un remanente, como sabemos, fue preservado. Esta es la raz�n por la cual Dios dice que estaba un poco enojado con su pueblo; porque no habla de los reprobados y de esa masa impura de la que se propuso limpiar su propia casa; pero �l respeta su pacto. Ahora percibimos con qu� prop�sito dice Zacar�as que Dios estaba moderadamente enojado con su pueblo.

Pero nos encontramos con otra dificultad: �en qu� sentido ayudaron las naciones al mal? Por lo tanto, se deduce que a los paganos no se les impidi� enfurecerse inmoderadamente y a su gusto. Y este lugar tambi�n se ha apoderado de ese malhechor, que �ltimamente ha estado escribiendo en contra de la providencia de Dios, sosteniendo que los malvados se vuelven desenfrenados por medio de la mano y el poder de Dios, y por lo tanto no est�n restringidos. Pero esto es extremadamente tonto; porque el Profeta aqu� no considera lo que las naciones pudieron hacer o hicieron; pero, por el contrario, habla de su crueldad, que pensaron que no deber�a haber fin hasta que el recuerdo de esa gente hubiera sido borrado. Y esta es la raz�n por la cual Isa�as dice: "No has visto su fin". Por lo tanto, reprende a los incr�dulos, que no calcularon correctamente el fin de la Iglesia; porque el incr�dulo intent� furiosamente destruirlo, como si esa promesa pudiera ser anulada, "Mi misericordia no la quitar�". Como el incr�dulo no vio su fin, porque era la voluntad del Se�or preservar alg�n remanente entre su pueblo elegido, dice el Profeta, que ayudaron a avanzar el mal. Ahora percibimos la intenci�n del Profeta, y vemos que el objeto no es otro sino mantener la esperanza de los fieles, hasta que lo que escucharon de la boca de Dios realmente tuvo lugar. Sigamos -

Versículo 16

Esta es una confirmaci�n de la �ltima profec�a, que Dios se propuso poner fin a su castigo, como lo dice Isa�as: "Han recibido el doble de la mano de Jehov� por todos sus pecados". En estas palabras, Dios nos recuerda que estaba satisfecho con el castigo que hab�a infligido a su pueblo, como un padre, que piensa que hab�a sido lo suficientemente severo y r�gido al castigar a su hijo. As� que ahora, as� dice Jehov�, he regresado a Jerusal�n en misericordia: porque era necesario darle al pueblo la esperanza del perd�n y la reconciliaci�n, para que pudieran mirar hacia adelante con confianza. Los hip�critas levantan r�pidamente sus crestas tan pronto como se les dirige una palabra amable; pero los fieles, conscientes de lo que est� mal y teniendo sus pecados ante sus ojos, no se animan tan f�cilmente; ni pueden hacerlo, hasta que est�n convencidos de que sus pecados est�n enterrados y de que ellos mismos est�n libres de culpa. Por lo tanto, el Profeta dice que Dios se hab�a vuelto a Jerusal�n, para que los jud�os pudieran saber que el castigo con el que Dios los hab�a visitado era solo por un tiempo.

Pero mientras tanto, los exhorta a la humildad: porque la gente no pod�a desde esta profec�a tener ninguna esperanza, excepto que consideraban debidamente que hab�an sufrido justamente, porque hab�an provocado la ira de Dios. Por lo tanto, el Profeta les recuerda que lo que hasta ahora hab�an soportado era ser imputados a sus pecados; pero que Dios todav�a ten�a la intenci�n de tratarlos de manera paterna; porque, como ya he dicho, hab�a prometido que su misericordia hacia sus elegidos y fieles ser�a perpetua. Por eso dice que hab�a regresado en misericordia a Jerusal�n.

Luego agrega: Mi casa ser� construida en ella; y sobre Jerusal�n se extender� una l�nea. La l�nea, ???, kue, debe tomarse como una l�nea perpendicular, como en Isa�as 28:17, y en otros lugares. Aqu� hay una adici�n de ?, porque, como se ha dicho en otra parte, el lenguaje se ha degenerado un poco. La importancia del conjunto es que hab�a una esperanza de que el templo y la ciudad se construyeran, porque Dios hab�a vuelto a ser favorecido con la gente. Entonces hay dos cosas que se deben notar, que Dios estaba ahora pacificado hacia Jerusal�n, y que el fruto de la reconciliaci�n ser�a la construcci�n del templo, el establecimiento de la adoraci�n divina y la dignidad del reino. El Profeta nos ense�a al mismo tiempo, que no era de esperar la construcci�n del templo, sino como una instancia del favor gratuito de Dios, para que los jud�os pudieran saber que toda esperanza habr�a sido cortada, si Dios no hubiera estado complacido abolir su culpa.

Esta doctrina tambi�n debe extenderse al estado de la Iglesia en todo momento: �de d�nde viene que la Iglesia permanece segura en el mundo? No, �c�mo es que a veces aumenta, excepto que Dios nos complace de acuerdo con su bondad infinita? Porque no dejamos de provocarlo a diario y merecemos ser exterminados por completo del mundo. Entonces no habr�a Iglesia, si Dios no la preservara de una manera maravillosa a trav�s de su bondad y misericordia, y tambi�n la restaurara cuando parezca haber ca�do por completo. Por fin agrega:

Versículo 17

En mi �ltima conferencia no pude explicar completamente el vers�culo en el que el Profeta dice que el �ngel le orden� que llorara nuevamente, que Dios hab�a regresado a Jerusal�n en misericordia. El dise�o de las palabras es el siguiente: que aunque era dif�cil creer la restauraci�n de Jerusal�n, a�n era de esperar, porque el Se�or as� lo hab�a designado. Pero �l ampl�a lo que he dicho antes; porque la bendici�n de Dios se extiende a las ciudades de Jud�, aunque solo se hace menci�n expresa de Jerusal�n. Sin embargo, las ciudades, dice, se desgastar�n por la abundancia de bendiciones; porque as� creo que el verbo ??????, tephutzne, debe tomarse, ya que futs significa extenderse, y tambi�n desgastarse y romperse. Algunos obtienen un significado forzado, que las ciudades se extender�an por s� mismas; otros, que estar�an separados, es decir, que la seguridad ser�a tan grande, que las ciudades, aunque distantes entre s�, no tendr�an peligro ni temor. Pero el significado del Profeta es claro, a menos que lo pervertamos en un asunto tan manifiesto y f�cil. Las ciudades, dice, estar�n desgastadas o desgastadas por la abundancia de bendiciones, o como decimos, elles seront entassees; porque donde hay un gran mont�n, hay aplastamiento. Por lo tanto, dice que tan grande y tan completa ser�a la abundancia de todas las cosas, que el ma�z se presionar�a y que los recipientes dif�cilmente contendr�an la cosecha. Ahora percibimos lo que el Profeta quiere decir, que Jerusal�n a�n estar�a completa, y tambi�n que otras ciudades estar�an llenas de todas las cosas buenas, porque Dios extender�a su favor a todo el pueblo. (25)

Luego agrega, Comfort Sion todav�a ser� Jehov�, y a�n elegir� a Jerusal�n. La part�cula ???, oud, a�n, se repite; porque la suspensi�n del favor, de la que hemos hablado antes, podr�a haber impedido de alguna manera que los fieles cumplieran la promesa. Como entonces el favor de Dios estuvo escondido por un tiempo, el �ngel declara que ese ser�a el cambio, que la bondad y el amor de Dios hacia su pueblo elegido brillar�an nuevamente como en los d�as anteriores.

En cuanto a la palabra "elegido", debe observarse que se aplica, no en su sentido estricto, al efecto o la evidencia de la elecci�n; porque Dios hab�a elegido antes de la creaci�n del mundo a quien hab�a dise�ado para ser suyo. Pero se dice que elige a qui�n recibe a favor, porque su adopci�n parece borrada a los ojos de los hombres, cuando no parece haber evidencia de su favor paterno. Como por ejemplo, cada vez que leemos que Dios hab�a repudiado a su propio pueblo, es seguro, como dice Pablo, que el llamado de Dios es sin arrepentimiento, ( Romanos 11:29 :) ni declara esto solo de la elecci�n secreta de cada uno, pero tambi�n de esa elecci�n general, por la cual Dios hab�a apartado a la raza de Abraham del resto de las naciones. Al mismo tiempo, muchos de los hijos de Abraham fueron reprobados, como lo hace en el caso de Esa� y de otros: sin embargo, la elecci�n de Dios fue inmutable; y por lo tanto, todav�a quedaba alguna esperanza en cuanto a ese pueblo, que Dios finalmente reunir�a para s� una Iglesia de los jud�os y de los gentiles, para que aquellos que estaban separados pudieran unirse en el m�s all�. Desde entonces, el llamado de Dios es sin arrepentimiento , ????? ???????, �c�mo es que a menudo se dice que el Se�or elige, y tambi�n se dice que rechaza a su elegido? Estas expresiones se refieren a la apariencia externa de las cosas. Dios por lo tanto asegurar� su propia elecci�n hasta el final; pero como no podemos percibir de otro modo, sino que somos rechazados por Dios cuando aparta su rostro de nosotros, se dice que elige de nuevo a quienes ha repudiado, es decir, cuando realmente y por una evidencia clara demuestra que no lo ha hecho. olvid� su primera adopci�n, pero que �l contin�a inmutable en su prop�sito.

Ahora entendemos lo que significa el Profeta. Me he centrado m�s en este punto, porque es necesario comprender esta gran verdad, que cualquier bendici�n que Dios le otorgue a su propio pueblo procede de la elecci�n eterna, que esta es una fuente perpetua y, sin embargo, esa elecci�n es catacresticamente (26) aplicado a sus evidencias o efectos, ya que tambi�n el rechazo debe tomarse en el mismo sentido como castigo externo, lo que a primera vista parece ser una evidencia de rechazo , aunque en realidad no sea as�. Pasemos ahora -

De nuevo estallar�n mis ciudades en abundancia.

La referencia parece ser su ampliaci�n, y no su multiplicidad, como piensa Newcome, y que a trav�s de la abundancia de bendiciones, literalmente, "aunque bueno", [????], o cosas buenas, lo po�tico singular en lugar del plural. - Ed.

Versículo 18

Ahora sigue otra visi�n, por la cual Dios confirma lo que hab�a testificado antes a su Profeta. Luego dice que aunque los enemigos deber�an levantarse contra la Iglesia por todos lados y causarle muchos problemas, todav�a hab�a un remedio en la mano de Dios, ya que romper�a en pedazos todos los cuernos con sus martillos. Compara a los gentiles, que hab�an sido hostiles con los jud�os, a los cuernos; y luego compara a los obreros con los otros enemigos, cuya mano y trabajo Dios usar�a con el prop�sito de romper los esfuerzos de todos aquellos que ser�an problem�ticos para la Iglesia. La importancia del todo es, entonces, que aunque la Iglesia no estar�a exenta y libre de problemas, y esos muchos, Dios tendr�a en su mano los remedios por los cuales �l verificar�a todos los ataques de los imp�os, aunque impetuosamente violentamente pueden enfurecerse contra su miserable Iglesia.

Pero veamos en primer lugar por qu� el Profeta menciona cuatro cuernos. Los jud�os se refieren a los asirios y los babilonios, a los persas, los griegos y los romanos; porque encontramos en otros lugares, y Daniel especialmente muestra muy claramente, ( Daniel 2:32), que habr�a cuatro monarqu�as principales, mediante las cuales Dios ten�a la intenci�n de dar ejemplos claros y memorables de sus juicios. Pero el Profeta, no tengo dudas, habla aqu� de los moabitas y de los sirios, y de otras naciones, as� como de los asirios o caldeos. Entonces se equivocan, como creo, quienes suponen que estas cuatro monarqu�as est�n destinadas aqu�: (27) pero Zacar�as dice que eran cuatro cuernos, porque surgieron de los cuatro cuartos del mundo; porque sabemos que los jud�os no fueron acosados ??solo por un lado, sino por el este y el oeste, por el norte y el sur. Desde entonces, los enemigos de cada lado unieron sus fuerzas y sus fuerzas contra los jud�os, por lo que hab�a una causa de temblor en los cuatro cuartos del mundo, es decir, desde todos los lugares a su alrededor, dice el Profeta, que se hab�an dispersado. por cuatro cuernos

Sin embargo, este punto de vista todav�a parece fr�o, porque no era necesario que el Profeta dijera lo que todos sab�an bien, pero Dios ten�a la intenci�n de mostrar que las naciones que hab�an sido hostiles y hostiles a los jud�os, no hab�an hecho nada m�s que a trav�s de su impulso oculto, para que los jud�os pudieran entender que estos eran tantos flagelos por los cuales �l se propuso castigarlos.

Versículo 20

Pero debemos unir la �ltima parte, que Dios tambi�n le mostr� al Profeta cuatro herreros, porque estas dos visiones est�n conectadas entre s�. Quien entonces toma solo la primera parte, act�a de manera muy absurda, ya que el significado de la profec�a no ser� tan evidente. Si no mutilamos lo que est� conectado, no debemos separar lo que se agrega respetando a los cuatro herreros. En la medida en que los jud�os hab�an estado oprimidos por todos lados, Dios muestra que tiene suficientes remedios, e incluso de varios sectores. El Profeta hab�a visto cuatro cuernos; ahora ve cuatro herreros, es decir, se le hace saber que Dios puede encontrar inmediatamente los medios para controlar todos los trastornos y tumultos; porque �l puede golpear, por as� decirlo, en un yunque estos cuernos, y romper en pedazos los que previamente hab�an dispersado a los jud�os. El mismo punto de vista debe ser tomado del n�mero cuatro como en el caso anterior: porque como los caldeos se hab�an enfurecido contra los jud�os, el Se�or muestra que ten�a enemigos a mano, como ya lo hab�a hecho en parte; porque �c�mo fue que los persas y los medos hab�an tomado posesi�n de Babilonia tan repentinamente, no hab�an sido obreros a quienes Dios hab�a empleado para tocar el cuerno de Babilonia? �Y de d�nde fueron postrados los sirios, los egipcios y otras naciones? Fue porque eran cuernos. Pero el Se�or rompi� la ferocidad de tantas naciones por sus muchos trabajadores, porque los emple� como si estuvieran contratados y listos para hacer su servicio. Ahora aprehendemos el objeto real del Profeta.

Pero aunque el Profeta pretend�a con esta profec�a animar y animar a la paciencia de su propia naci�n, como el Esp�ritu de Dios le hab�a dado este oficio; Sin embargo, el Se�or nos ha presentado aqu� como en un espejo, la verdadera condici�n de la Iglesia en este d�a. Entonces, no nos preguntemos si el mundo se enfurece por todos lados contra la Iglesia y si surgen tormentas y tempestades tanto del este como del oeste: ni es algo nuevo que muchos enemigos de diversas partes se unan; y que la Iglesia de Dios deber�a soportar muchos asaltos. Esta es una cosa Mientras tanto, que este sea nuestro consuelo: que Dios tiene muchos herreros a mano. Muy apropiado es la met�fora del Profeta; porque la resistencia de los cuernos era formidable para los jud�os; pero el Profeta insin�a que hay una dureza en los martillos, capaz de romper en pedazos todos los cuernos. Dios entonces, aunque podamos ser golpeados por nuestros enemigos, encontrar� herreros para romperlos en pedazos; y esto es lo que hemos encontrado por experiencia. �C�mo es que el peque�o n�mero de quienes adoran puramente a Dios siguen existiendo, a pesar de la furia de los enemigos y a pesar de tantas consultas y dispositivos? �Por qu� todas las monarqu�as desean m�s, o con mayor avidez, que extinguir la memoria del evangelio? Si luego preguntamos, cu�l es la condici�n del mundo entero en este d�a, encontraremos que apenas hay una ciudad o un pueblo, o un monarca, o incluso uno de los pr�ncipes menos importantes, cuya raza no se exhibe contra la Iglesia . �C�mo es que no exponen su fuerza y ??derriban la Iglesia, que de un solo golpe podr�a caer cien veces al suelo? �C�mo es esto, excepto que Dios por sus manejadores rompe los cuernos, y eso por medio de herreros?

Versículo 21

�Y qui�nes son estos herreros? Tambi�n son cuernos; porque todos desean destruir tanto como puedan a la Iglesia; pero Dios no los permite; al contrario, los excita a guerras mutuas para destruirse unos a otros. Aunque todos estos son cuernos, listos para atacar a la Iglesia, y parece evidente por la comparaci�n que son como toros furiosos y viciosos, y tanto como pueden unirse para dispersar a la Iglesia, sin embargo, Dios da martillos a dos o tres de ellos, y les pide que verifiquen la ferocidad de sus asociados. Si bien todo esto tiene la intenci�n de golpear y dispersar a la Iglesia por sus cuernos, el Se�or los llama a una obra diferente y, como he dicho, les pide que sean herreros para que puedan golpear y romper en pedazos estos cuernos, incluso sus asociados, con quien previamente hab�an conspirado perversamente. Y ciertamente es un maravilloso ejemplo de la providencia de Dios, que en medio de conmociones tan violentas y turbulentas, la Iglesia debe respirar, aunque bajo la cruz; porque, salvo que estos martillos hab�an roto los cuernos, debimos habernos atravesado, no solo cien, sino mil veces, y habernos hecho pedazos. Pero Dios ha desviado sus golpes y asaltos con sus martillos, y, como he dicho, ha empleado a sus enemigos para este prop�sito.

Ahora vemos que esta profec�a no solo fue �til en la era de Zacar�as, sino que lo ha sido en todas las �pocas, y que no debe limitarse a los pueblos antiguos, sino extenderse a todo el cuerpo de la Iglesia.

Pero el Profeta, al decir que le pregunt� al �ngel, nos presenta un ejemplo de una disposici�n verdaderamente ense�able. Aunque el Se�or puede que no nos explique inmediatamente sus mensajes, todav�a no hay raz�n para que desde�emos rechazar lo que es oscuro, como vemos que muchos hacen en nuestros d�as; porque cuando algo les parece ambiguo, lo rechazan de inmediato y tambi�n se quejan de que la palabra de Dios es extremadamente dif�cil; y tales blasfemias son pronunciadas por muchos en este d�a. Pero el Profeta, aunque perplejo, todav�a no rechaz� malhumoradamente lo que Dios hab�a mostrado; al contrario, les pregunt� a los �ngeles. Aunque los �ngeles no est�n cerca de nosotros, o al menos no se nos aparecen de forma visible, Dios puede de otra manera brindarnos ayuda cuando hay alguna perplejidad en su palabra: promete darnos el esp�ritu de comprensi�n y sabidur�a. , siempre que sea necesario; y tambi�n sabemos que la predicaci�n de la palabra y los sacramentos son ayudas para guiarnos hacia s� mismo. Si luego no descuidamos estas ayudas que Dios nos brinda, y especialmente si le pedimos que nos gu�e por su Esp�ritu, ciertamente no habr� nada oscuro o intrincado en las profec�as, que no har�, en la medida en que sea necesario, conocido por nosotros De hecho, no da el Esp�ritu en igual grado a todos; pero debemos sentirnos seguros de que, aunque las profec�as pueden ser oscuras, habr� un beneficio seguro derivado, si se nos ense�a y se somete a Dios; porque encontramos que Zacar�as no fue privado de su pedido, ya que el �ngel le dio una respuesta inmediata.

Tambi�n debe observarse que en un lugar lo llama Jehov�, y en otro �ngel; y de hecho habla as� indiscriminadamente de una y la misma persona. Por lo tanto, se deduce que Dios apareci� entre los �ngeles. Pero debemos recordar lo que ya he dicho, que este �ngel principal era el Mediador y la Cabeza de la Iglesia; y lo mismo es Jehov�, porque Cristo, como sabemos, es Dios manifestado en la carne. Entonces no es de extra�ar que el Profeta lo llame indiscriminadamente �ngel y Jehov�, siendo �l el Mediador de la Iglesia, y tambi�n Dios. �l es Dios, siendo de la misma esencia con el Padre; y Mediador, que ya hab�a emprendido su oficio de Mediador, aunque no vestido de carne, para convertirse en nuestro hermano; porque la Iglesia no pod�a existir, ni estar unida a su Dios sin cabeza. Por lo tanto, vemos que Cristo, en cuanto a su esencia eterna, se dice que es Dios, y que se le llama un �ngel a causa de su cargo, es decir, de un Mediador.

El significado ahora es evidente: Dios declara que los cuernos fueron aquellos que dispersaron o dispersaron a Jud�, as� como a Jerusal�n, y al reino de Israel: pero que ten�a tantos herreros, (28) quien, por la fuerza y ??con martillos, destrozar�a estos cuernos en pedazos, aunque durante un tiempo acosar�an mucho a la Iglesia. Tambi�n debe notarse que la bocina se debe tomar de manera diferente cuando se cambia el n�mero: los gentiles se llaman cuernos en el n�mero plural para mostrar su dureza o su fuerza; y luego se dice que levantan la bocina en un n�mero singular para mostrar que ejercieron ferozmente todo su poder para postrarse o dispersar al pueblo de Dios. Luego sigue -

Para dar el significado de aterrador a [?????] no parece adecuado aqu�: la idea debe ser similar a la incluida en [????], que no se presenta como explicativa. Hacer volar o moverse r�pidamente, es el significado m�s com�n del primer verbo, para que pueda traducirse, "conducir o apresurarse": y el otro verbo significa lanzar o lanzar, lanzar, lanzar o lejos Parece notar una acci�n m�s fuerte, o una fuerza mayor que la primera.

Aqu� hay un caso evidente en el que [???] debe repetirse, esos y estos; De lo contrario, hay una confusi�n en el pasaje. Ofrezco la siguiente versi�n: -

21. Y dije: "�Qu� van a hacer estos?" Y �l dijo, diciendo: �Esos son los cuernos que dispersaron a Jud�, de modo que nadie levant� la cabeza; y estos han venido para ahuyentarlos, para ahuyentar los cuernos de las naciones que han levantado el cuerno sobre la tierra de Jud�, para esparcirla por el exterior ".

A pesar de esta diferencia en cuanto a la interpretaci�n literal de este vers�culo, la deriva general de los comentarios de Calvino sigue siendo la misma. - Ed.

Información bibliográfica
Calvino, Juan. "Comentario sobre Zechariah 1". "Comentario de Calvino sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cal/zechariah-1.html. 1840-57.
 
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