Bible Commentaries
Apocalipsis 15

Versículo 1

"Y vi otra se�al en el cielo, grande y maravillosa, siete �ngeles que ten�an las siete plagas postreras, porque en ellas se consuma la ira de Dios".

As� como hab�a siete sellos y siete trompetas que eran s�mbolos de juicio sobre Jerusal�n; as� que ahora hay siete copas que son s�mbolos del juicio sobre Roma.

Son llamadas las siete postreras plagas; fueron los �ltimos en cuanto a Roma; la �ltima advertencia que recibir�a antes de su ca�da. Dios da a los hombres espacio para arrepentirse, soporta mucho y advierte a menudo porque es lento para la ira y grande en misericordia; pero la �ltima vez llega por fin.

Versículos 2-8

Luego sigue otra escena en el cielo. El curso de los acontecimientos se detiene un poco antes de que esos �ngeles derramen sus copas de ira. Y mientras el juicio se detiene un poco de tiempo, se nos permite ver a los santos en el cielo que han obtenido la victoria sobre la bestia y sobre su imagen y su marca y el n�mero de su nombre.

Y est�n de pie sobre un mar de vidrio y con las arpas de Dios, cantan el c�ntico de Mois�s y el c�ntico del Cordero. Sin duda se llama el c�ntico de Mois�s en referencia al c�ntico que cant� Mois�s a orillas del Mar Rojo. Esa fue una canci�n de acci�n de gracias por la liberaci�n; y este c�ntico de los santos es el mismo. Se llama el c�ntico del Cordero porque vencieron por la sangre del Cordero y por la fuerza llena de gracia proporcionada por un Redentor triunfante, resucitado y ascendido. Esa peque�a escena en el cielo, antes de que caiga el juicio, presagia la victoria.

Y los siete �ngeles salieron del templo de Dios en el cielo y se les dieron las siete copas llenas de la ira de Dios. Y el templo se llen� de humo por la gloria de Dios y por su poder, y nadie pod�a entrar en el templo hasta que se cumplieran las siete plagas de los siete �ngeles.

Que el templo estuviera lleno de humo indicaba que Dios estaba en su templo. Cuando Salom�n dedic� el templo que construy�, se llen� con una nube para indicar la presencia y la gloria de Dios para que los sacerdotes no pudieran ministrar a causa de la nube.

Aqu� se dice que nadie pod�a entrar en este templo del cielo hasta que se cumplieran las siete plagas. Sin duda, esto era para mostrar que ninguna intercesi�n servir�a ahora para los pecadores condenados. Su d�a de gracia hab�a pasado. El juicio ahora iba a caer sin impedimento ni obst�culo, as� como vimos en el caso de Jerusal�n que un �ngel se par� sobre la tierra y el mar y levant� su mano y jur� que el tiempo no ser�a m�s largo, o que no ser�a m�s demora. otorgada. As� que aqu� Roma ha venido a su juicio, y las copas de la ira ser�n derramadas, y nada servir� para detener el juicio.