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Bible Commentaries
1 Samuel 2

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

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Introducción

II.

( 1 Samuel 2:1 ) el c�ntico de Ana.

EXCURSUS A: SOBRE EL CANCI�N DE AN� ( 1 Samuel 2 ).

La canci�n de Ana pertenece a ese grupo de himnos inspirados del que se han conservado ejemplos en la mayor�a de los libros anteriores. G�nesis, por ejemplo, contiene el c�ntico prof�tico del moribundo Jacob, �xodo el himno de triunfo de Miriam, N�meros el glorioso canto prof�tico de Balaam, Deuteronomio la oraci�n agonizante y la profec�a de Mois�s; Jueces nos conserva el c�ntico de guerra de D�bora.
El Libro de los Salmos fue una colecci�n posterior de los himnos y c�nticos sagrados favoritos del pueblo, escritos principalmente en lo que podr�a denominarse la edad de oro de Israel, cuando David y Salom�n hab�an consolidado la monarqu�a.


Cada una de las canciones m�s importantes incluidas en los libros anteriores parece haber marcado un nuevo punto de partida en la vida del pueblo elegido.
Esto es especialmente notable en el c�ntico prof�tico de Jacob, que presagiaba el per�odo de la esclavitud egipcia y se�alaba un futuro glorioso que se extend�a m�s all� de los d�as de amarga opresi�n. Miriam cant� los triunfos del Se�or; sus apasionadas palabras introdujeron la vida libre en el desierto que sucedi� a los d�as de la esclavitud en Egipto.

Las grandes palabras de Mois�s fueron la preparaci�n para el asentamiento de las tribus en Cana�n.
Ana fue impulsada por el Esp�ritu del Se�or a hacer un extra�o anuncio con respecto a su hijo Samuel. Ella hab�a aprendido por revelaci�n divina que �l ser�a el instrumento elegido por Dios en el futuro: primero, como el restaurador de la verdadera vida en Israel, que entonces comenzaba a olvidar a su Dios-Amigo; y luego, como el fundador de una nueva orden real de gobernadores, que deber�a unir las tribus divididas y unir en una gran naci�n a las familias dispersas de Israel.


Es probable que estos "poemas", que encontramos incrustados en los registros hebreos m�s antiguos, fueron preservados en la naci�n, algunos como canciones populares, cantados y dichos entre la gente en sus reuniones p�blicas y privadas como la mejor y m�s noble expresi�n de su vida nacional ideal; algunos incluso como parte del servicio lit�rgico primitivo de esas reuniones sagradas del pueblo elegido que posteriormente se convirti� en la sinagoga, las conocidas asambleas sagradas de Israel.


Los diversos compiladores o redactores de los diversos libros del Antiguo Testamento, de acuerdo con esta teor�a, recogieron estos poemas, himnos y canciones de los labios del pueblo mientras los repet�an y cantaban en sus sagradas reuniones festivas.

EXCURSUS B: DIFICULTADES ALEGADAS EN LA ASCRIPCI�N DEL CANTO A AN� ( 1 Samuel 2 ).

Los defensores de una fecha posterior del c�ntico de Ana, con cierta fuerza, alegan dos puntos en la composici�n, que dicen les proh�be atribuir el �c�ntico� a la madre de Samuel, o incluso a la �poca en que vivi�. Ser� bueno examinarlos brevemente. Primero, la "canci�n", dicen, es una canci�n de triunfo, que celebra una victoria sobre algunos enemigos extranjeros. Sin embargo, tal teor�a malinterpreta por completo todo el himno.

En ninguna parte se habla de una victoria , y la canci�n contiene solo una alusi�n ( 1 Samuel 2:4 : �Los arcos de los valientes�) que tiene algo que ver con la guerra; y este pasaje solitario contrasta a los poderosos arqueros con los que tropiezan o son d�biles, y muestra c�mo, bajo el gobierno de Dios, el guerrero a menudo se confunde y el d�bil desarmado se fortalece.

De hecho, es s�lo una de varias im�genes v�vidas que pintan las maravillosas vicisitudes que, bajo la providencia de Dios, tan a menudo les suceden a los mortales. Los fuertes a menudo resultan d�biles y los d�biles, fuertes. Los enemigos a los que se alude en el himno de Ana no son los enemigos de Israel, sino los injustos del pueblo elegido en contraste con los piadosos y devotos.

En segundo lugar, el �c�ntico� de 1 Samuel 2:10 asume la existencia de un rey terrenal en Israel, mientras que cuando Ana cantaba, ninguna de las tribus reconoc�a a otro rey que Jehov�. Erdmann, en Lange's Commentary, observa bien, para explicar esto, que �en el per�odo en que Ana dio a luz a Samuel era indiscutible que en la conciencia del pueblo, y tambi�n en la parte m�s noble de �l, la idea de una monarqu�a hab�a luego se convirti� en un poder que aviv� cada vez m�s la esperanza de una realizaci�n de las antiguas promesas de que habr�a un dominio real en Israel, hasta que tom� forma en una demanda expresa que el pueblo hizo de Samuel.

La promesa divina de que este pueblo deber�a ser un reino se da desde el per�odo patriarcal ( G�nesis 17:6 ; G�nesis 17:16 . Ver tambi�n G�nesis 49:10 ; N�meros 24:17 ; N�meros 24:19 ; Deuteronomio 17:14 al final del cap�tulo).

Al final del per�odo de los jueces, cuando Ana vivi�, la necesidad de tal reino se sinti� con m�s fuerza porque el oficio al que se le confi� el deber de formar y guiar la vida teocr�tica de la naci�n, es decir, el sumo sacerdote. oficina, estuvo involucrado en la degradaci�n m�s profunda ".

EXCURSUS C: EL SUMO SACERDOCIO Y LA FAMILIA QUE LO TEN�A ( 1 Samuel 2 ).

La dignidad suprema en Israel estuvo en manos de la familia de Eleazar, el hijo de Aar�n, hasta la muerte del sumo sacerdote Ozi. No estamos en posesi�n de las circunstancias que llevaron a la transferencia del cargo a El�, el descendiente de Itamar, el hijo menor de Aar�n; probablemente el hijo superviviente del sumo sacerdote Ozi, de la casa de Eleazar, era un infante, o en todo caso muy joven, cuando muri� su padre, y El� - su pariente, sin duda - probablemente se hab�a distinguido en algunos de los incesantes guerras en las que el pueblo durante el tormentoso per�odo de los jueces estuvo continuamente involucrado, y en consecuencia fue elegido por la voz popular a la dignidad vacante.

Despu�s de la muerte de El� y sus dos hijos, Ofni y Finees, la dignidad de sumo sacerdote nunca parece haber recuperado su antiguo poder y dignidad. Los ojos de Israel se volvieron primero a Samuel, y luego a Sa�l y sus sucesores reales, David y Salom�n.
Durante la vida de Samuel, Sa�l y David, aunque despojado de sus antiguas proporciones y expuesto a muchas vicisitudes, el sumo sacerdocio continu� en la familia de El�, a quien sucedi� su nieto Ahitub, hijo de Finees.

En los d�as de Sa�l, Ah�as o Ahimelec, hijo de Ahitob, le dieron a David el pan de la proposici�n para que comiera en Nob, y por este acto fue asesinado por el rey Sa�l, junto con todos los sacerdotes que estaban en el santuario nacional. Su hijo, Abiathar, escap� de la masacre y se le permiti� asumir el cargo de su padre. Durante el reinado de David, este Abiatar continu� siendo sumo sacerdote, pero Salom�n lo destituy� arbitrariamente y restaur� a Sadoc, de la antigua l�nea de sumo sacerdote de Eleazar. Los descendientes de Zadok continuaron ocupando el cargo mientras dur� la monarqu�a.
La tabla adjunta muestra la doble l�nea de sumos sacerdotes durante el reinado de Salom�n: -

Versículo 1

(1) Ana or� y dijo.- �Orado�, no del todo en el sentido en que generalmente entendemos la oraci�n. Su oraci�n aqu� no pide nada; es m�s bien un canto de acci�n de gracias por el pasado, un canto que se convierte en expresiones de segura confianza para el futuro. Ella hab�a sido una mujer infeliz; su vida hab�a sido, pens�, un fracaso; sus m�s queridas esperanzas se hab�an visto frustradas; enfadada, atormentada, completamente abatida, hab�a huido a la Roca de Israel en busca de ayuda, y en la eterna compasi�n del Divino Amigo de su pueblo hab�a encontrado descanso y luego gozo; de su propia experiencia individual, el Esp�ritu del Se�or le ense�� a discernir las leyes generales de la econom�a divina; hab�a tenido una experiencia personal del gobierno bondadoso del Dios bondadoso y compasivo;

Estos pensamientos verdaderos y hermosos el Esp�ritu del Se�or plant� primero en el coraz�n de Ana, y luego le dio a sus labios gracia y poder para pronunciarlos en el lenguaje sublime de su himno, que se convirti� en uno de los c�nticos amados de la gente, y como tal fue transmitido de padres a hijos, de generaci�n en generaci�n, en Israel, en las mismas palabras que le cayeron por primera vez de la bendita madre del ni�o profeta en su tranquila casa de "Ram� de los Vigilantes".

Mi coraz�n se regocija. - El primer verso de cuatro l�neas es la introducci�n al canto Divino. Dar�a expresi�n a su santo gozo. �No hab�a recibido por fin la bendici�n que tanto ansiaban todas las madres de Israel?

Mi cuerno es exaltado. - Ella no quiere decir con esto, "estoy orgullosa", sino "soy fuerte" - poderoso ahora en el regalo que he recibido del Se�or: glorioso en la conciencia "Tengo un Dios-Amigo que me escucha". La imagen �cuerno� se toma de los bueyes y de aquellos animales cuya fuerza reside en sus cuernos. Es un s�mbolo hebreo favorito, y uno que se les hab�a vuelto familiar por su larga experiencia, que data de tiempos patriarcales lejanos, como pueblo pastor.

Versículo 2

Tampoco hay roca. - Este fue un s�mil favorito entre los escritores de canciones inspirados de Israel. La imagen, sin duda, es un recuerdo del largo vagabundeo del desierto. Los escarpados precipicios y las extra�as y fant�sticas rocas del Sina�, erguidas en medio de las cambiantes arenas del desierto, proporcionaban una imagen siempre presente de inmutabilidad, majestad y seguridad. El t�rmino roca, aplicado a Dios, se encuentra por primera vez en el Cantar de Mois�s ( Deuteronomio 32:4 ; Deuteronomio 32:15 ; Deuteronomio 32:18 ; Deuteronomio 32:30 ; Deuteronomio 32:37 ), donde la yuxtaposici�n de roca y salvaci�n en 1 Samuel 2:15 - �l estim� a la ligera la roca de su salvaci�n- parece indicar que Ana estaba familiarizada con esta canci�n o himno nacional de Mois�s. La misma frase es frecuente en los Salmos.

Que el t�rmino se aplic� com�nmente a Dios tan temprano como en la �poca de Mois�s, podemos concluir del nombre Zurishaddai: �Mi roca es el Todopoderoso� ( N�meros 1:6 ); y Zuriel: �Mi roca es Dios� ( N�meros 3:35 ). - Comentario del orador.

Versículo 3

Un Dios de conocimiento. - Las palabras hebreas se colocan as�: Un Dios de conocimiento es el Se�or. El Talmud comenta aqu� curiosamente lo siguiente: - Rab� Ami dice: �El conocimiento es de gran valor, porque se coloca entre dos nombres divinos; como est� escrito ( 1 Samuel 2:3 ), 'Un Dios de conocimiento es el Se�or', y por lo tanto, la misericordia debe ser negada al que no tiene conocimiento; porque est� escrito ( Isa�as 27:11 ), 'Es un pueblo sin entendimiento, por lo tanto, el que los hizo no tendr� misericordia de ellos.' �- Tratado Berachoth, fol. 33, Colosenses 1 .

Y por �l se pesan las acciones. - Este es uno de los quince lugares contabilizados por los masooritas donde en el texto hebreo original, en lugar de "lo" con un aleph, que significa no, "lo" con vaw, que significa a, o por �l, debe ser sustituido. A la lectura enmendada le sigui� la versi�n en ingl�s. El significado es que todas las acciones de los hombres son evaluadas por Dios de acuerdo con su valor esencial, todos los motivos que los llevaron a ellos son tomados en cuenta por �l, el Omnisciente, antes de pesarlos.

Versículo 4

Los arcos de los valientes est�n rotos. - Dios invierte las condiciones humanas, humillando a los malvados y levantando a los justos.

Von Gerlach escribe sobre estos vers�culos que "Todo poder que ser� algo en s� mismo es destruido por el Se�or: toda debilidad que desespera de s� misma se transforma en poder". �Los arcos de los h�roes�, es decir, los h�roes del arco, el s�mbolo del poder humano se pone po�ticamente en primer lugar en lugar del portador del s�mbolo. La siguiente l�nea contiene la ant�tesis: mientras los h�roes que se regocijan en su fuerza son destrozados, los tambaleantes e impotentes son fortalecidos por �l para la batalla.

Versículo 5

Los que estaban llenos. - Se esboza otra imagen para ilustrar las vicisitudes de los asuntos humanos, muy familiar para los habitantes de los campos de ma�z y vi�edos de Cana�n.

La est�ril ha dado a luz siete. - Aqu� el pensamiento de la cantante inspirada vuelve a s� misma, y ??las im�genes se extraen de la historia de su propia vida. Siete ni�os se mencionan como el n�mero total de la bendici�n divina en los ni�os (ver Rut 4:15 ; Jeremias 15:9 ). Hay una curiosa leyenda jud�a que relata c�mo por cada ni�o que naci� de Ana, murieron dos de Peninnah.

Versículo 6

El Se�or mata y da vida. - Tambi�n la muerte y la vida provienen de este mismo Se�or omnipotente: nada en los asuntos de los hombres es el juego del azar ciego. El reinado de una ley divina administrada por el Dios a quien Ana or� es universal y gu�a con una estricta justicia infalible lo que com�nmente se llama los altibajos, los cambios y las oportunidades de esta vida mortal. Las siguientes l�neas de los vers�culos 7, 8 y 9 refuerzan en diversos casos la misma verdad solemne.

El Talmud de Babilonia sobre estas palabras tiene una tradici�n curiosa e interesante: - �Tres clases aparecen en el d�a del juicio: los perfectamente justos, que est�n escritos y sellados a la vez para la vida eterna; los completamente malos, que a la vez est�n escritos y sellados para el infierno: como est� escrito ( Daniel 12:2 ), 'Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertar�n, unos para vida eterna, y otros para verg�enza y desprecio eterno '; y los del estado intermedio, que bajan al infierno, donde lloran y a�llan por un tiempo, de donde vuelven a ascender: como est� escrito ( Zacar�as 13:9 ), 'Y la tercera parte la pasar� por el fuego, y los refinar� como se refina la plata, y los probar� como se afina el oro; Invocar�n mi nombre, y yo los escuchar�.

'De ellos dijo Ana ( 1 Samuel 2:6 ):' El Se�or mata y da vida; hace descender al infierno y hace subir '�. Tratado Bosh Hashan�, fol. 16, Colosenses 2 .

Versículo 8

Los pilares de la tierra. Y el bondadoso Gobernante de Todo hace estas cosas, porque �l es al mismo tiempo Creador y Defensor del universo. Las palabras de estos cantos divinos que tratan de la cosmogon�a son las que se entender�an en la infancia de los pueblos. El pensador silencioso, sin embargo, se siente tentado a preguntarse si despu�s de 3.000 o 4.000 a�os, ahora, con la luz de la ciencia moderna brillando a nuestro alrededor, hemos logrado mucho progreso real en nuestro conocimiento de la g�nesis y el gobierno del universo.

Los pilares. - O columnas - Jerome, en la Vulgata, traduce esta palabra inusual por �bisagras� - cardines terr�.

Gesenius prefiere la traducci�n "fundamentos". En general, la palabra utilizada en la versi�n en ingl�s, "pilares", es la mejor.

Versículo 9

Se quedar� con los pies. - Esta fue la reconfortante deducci�n que Ana extrajo de las circunstancias de su vida: esta fue la grave reflexi�n moral que el Esp�ritu del Se�or le pidi� que dejara para el apoyo y el consuelo de todos los verdaderos servidores del Eterno en las edades venideras. Al ver que Jehov� de Israel gobierna el mundo, los justos realmente no tienen nada que temer; s�lo los malvados y rebeldes tienen motivos para tener miedo.

El Talmud de Babilonia tiene el siguiente comentario sobre estas palabras: - �Si alguno ha pasado la mayor parte de sus a�os sin pecado, no pecar� m�s. Si un hombre ha podido resistir la misma tentaci�n una o dos veces, no pecar� m�s; porque se dice ( 1 Samuel 2:9 ), '�l guardar� los pies de sus santos.' �- Tratado Yoma, fol. 38, Colosenses 2 .

Con la fuerza nadie prevalecer�. - El mismo pensamiento lo expresa muy grandiosamente el profeta: �No con ej�rcito, ni con fuerza, sino con mi Esp�ritu, ha dicho Jehov� de los ej�rcitos� ( Zacar�as 4:6 ). El Esp�ritu Santo, en una de las sublimes visiones de San Pablo, ense�� al ap�stol sufriente la misma gran verdad: �B�state mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad� ( 2 Corintios 12:9 ).

Versículo 10

Su rey ... de su ungido. - A Lapide, citado por Wordsworth, escribi� aqu�, " haec omnia spectant ad Christum", "todas estas cosas tienen que ver con Cristo". Los expositores jud�os tambi�n han interpretado generalmente estas palabras como una profec�a del Rey Mes�as. Las palabras recibieron un cumplimiento parcial en los espl�ndidos reinados de David y Salom�n; pero el jud�o piadoso ve�a el halo dorado que rodeaba estos grandes reinados como un p�lido reflejo de la gloria que acompa�ar�a al Rey Mes�as cuando �l apareciera.

Este es el primer pasaje del Antiguo Testamento que habla de "Su Ungido" o "Su Mes�as". La LXX. traducir las palabras " Christou autou".

Esta canci�n pronto fue evidentemente muy conocida en Israel. Las im�genes, y en varios pasajes las mismas palabras, se reproducen en los Salmos. Consulte Excursus A y B al final de este libro.

Versículo 11

Elcana fue a Ram�. - Estas simples palabras solo describen lo que sucedi� despu�s de que Hannah dej� a su hijo en Shiloh. Elcana se fue a casa, y la antigua vida familiar, con su tranquila confianza religiosa, fluy� en la tranquila ciudad de "Ram� de los Vigilantes" como lo hizo antes; el �nico elemento de tristeza perturbador fue eliminado en respuesta a las oraciones de la madre, y los ni�os peque�os crecieron ( 1 Samuel 2:21 ) alrededor de Ana y Elcana.

Pero la vida del dedicado ni�o Samuel fue diferente; viv�a bajo la sombra del santuario, ministrando con sus poderes de ni�o ante el altar del Invisible, y bien podr�amos suponer que se form� en todas las tradiciones y conocimientos de Israel por el viejo sumo sacerdote. La palabra �ministro� es el t�rmino oficial que se usa para significar los deberes que realizan los sacerdotes y los levitas en relaci�n con el servicio de Dios.

Versículos 11-36

(11-36) El servicio del ni�o Samuel en el santuario - La vida disoluta de los hijos de El� - La condenaci�n de la casa de Ithamar.

Versículo 12

Hijos de. - La palabra Belial est� impresa aqu� y en 1 Samuel 1:16 , como si Belial fuera el nombre de alguna deidad pagana, pero simplemente significa "inutilidad". Es un t�rmino com�n en estos registros de Samuel, que se usa unas nueve o diez veces. Rara vez se encuentra en los otros libros hist�ricos. "Hijos de Belial" significa, entonces, simplemente "hijos de inutilidad", hombres in�tiles y que no sirven para nada.

The Speaker's Commentary explica ingeniosamente el uso de Belial en la versi�n en ingl�s aqu�, y en otros lugares del Antiguo Testamento, refiri�ndose al contraste dibujado por San Pablo entre Cristo y Belial, como si Belial fuera el nombre de un �dolo. o la personificaci�n del mal ( 2 Corintios 6:15 ).

No conoc�an al Se�or. - Toda la conducta de estos sumos sacerdotes mostraba que eran totalmente incr�dulos. Utilizaron su posici�n sagrada simplemente como una oportunidad para sus extorsiones ego�stas; y, como sucede tan a menudo ahora, como entonces, su incredulidad fue la fuente de su inutilidad moral (ver 1 Samuel 2:22 ). �Ofni y Finees (los dos hijos de El�) son, para los estudiosos de la historia eclesi�stica, personajes eminentemente sugerentes. Son verdaderos ejemplos del clero codicioso y mundano de todas las edades.

�Fueron las fiestas de los sacrificios las que dieron lugar a su rapacidad. Fueron los bailes y asambleas de las mujeres en los vi�edos y antes de la fiesta sagrada los que dieron lugar a sus libertinajes. Fueron el peor desarrollo de la anarqu�a de la �poca, penetrando, como en el caso del levita errante del Libro de los Jueces, en los oficios m�s sagrados.

�Pero la tosquedad de estos vicios no hace que la moral sea menos puntual para todos los tiempos. El tenedor de tres puntas que pesca la carne hirviente es el tipo m�s temprano de aferrarse a las pluralidades y las preferencias de la Iglesia por medios b�sicos, el libertinaje abierto a la puerta del Tabern�culo es el tipo de muchos esc�ndalos provocados en la Iglesia cristiana por el ego�smo o sensualidad de los ministros ". - Dean Stanley, Sobre la Conferencia 17 de la Iglesia Jud�a , Parte I.

Versículo 13

La costumbre del sacerdote. - Es decir, la costumbre o pr�ctica introducida bajo estos sacerdotes ladrones, que no se contentaban con la modesta parte de las ofrendas que les asignaba la Ley de Mois�s. (Ver Lev�tico 7:31 ; Lev�tico 7:35 ; Deuteronomio 18:3 )

Versículo 15

Antes de quemar la grasa. - Esta fue una ofensa a�n m�s grave contra el ritual del sacrificio. Aqu� se ofreci� un insulto despectivo al Se�or. Nadie deb�a comer ni tomar esta grasa; era la porci�n de Dios, para ser quemada por el sacerdote sobre el altar ( Lev�tico 3:16 ; Lev�tico 7:23 ; Lev�tico 7:25 ; Lev�tico 7:30 ).

In all these strange rites and ceremonies there was a higher symbolism involved. This was ruthlessly set at nought and trampled on by these reckless, covetous guardians of the worship of Israel.
Portions of the sacrifice fell legally to the ministering priests in lieu of fee. It was fair �that they which ministered at the altar should live of the altar.� The �heave leg� and the �wave breast� of the slaughtered victim were theirs by right, and these the sacrificing priest was to receive after the fat portion of the sacrifice had been burnt upon the altar. But to take the flesh of the victim, and roast it before the symbolic offering had been made, was a crime which was equivalent to robbing God. It dishonoured the whole ceremony.

No tendr� carne empapada. - El significado de esto es que estos sacerdotes y sus asistentes insistieron en tener la mejor parte de la v�ctima sacrificada cruda, no hervida, es decir, fresca, llena de jugo y fuerza, antes de que se hiciera la ofrenda.

Versículo 16

Y si no, lo tomar� por la fuerza. - El ritual solemne del sacrificio no solo fue transgredido por estos sacerdotes ministros codiciosos, codiciosos, sino que los adoradores fueron obligados por la fuerza a ceder a estas nuevas costumbres an�rquicas, probablemente introducidas por estos hijos del sumo sacerdote El�.

Versículo 17

El pecado de los j�venes fue muy grande. - Grave peccatum sacerdotum ob scandalurn datum laicis (�el pecado de los sacerdotes fue grande, porque puso tropiezo en el camino del pueblo�). - A. Lapide, citado por Wordsworth. La religi�n estaba siendo desprestigiada por la conducta de sus principales ministros; �Era probable que la piedad, la justicia y la pureza fueran honradas y amadas en la tierra de Israel cuando los principales sacerdotes de su fe se burlaban abiertamente de todo el ritual de los sacrificios en el gran santuario del pueblo?

Versículo 18

Ministrado ... siendo un ni�o. - Se pretende establecer aqu� un contraste notable entre el ministerio codicioso y ego�sta de los sacerdotes mundanos y el servicio silencioso del ni�o dedicado por su padre y madre piadosos al servicio del santuario.

Ce�ido con un efod de lino. - El efod era un vestido sacerdotal, que Samuel recibi� en su juventud, porque, con la autorizaci�n formal del sumo sacerdote, hab�a sido apartado para un servicio de toda la vida ante el Se�or. Este efod era un vestido oficial y constaba de dos piezas, que descansaban sobre los hombros por delante y por detr�s, y estaban unidas en la parte superior y ce�idas al cuerpo con un cinto.

Versículo 19

Un peque�o abrigo . - La "peque�a t�nica" - hebreo, m'il - era, sin duda, muy parecida en forma a la m'il, o t�nica que aparentemente usaba el sumo sacerdote, solo la peque�a m'il de Samuel estaba sin los costosos ornamentos simb�licos unido a la t�nica del sumo sacerdote.

Este extra�o e inusual vestido fue, sin duda, arreglado para el ni�o por su protector y guardi�n, Eli, quien lo consideraba destinado a una gran obra relacionada con la vida del pueblo elegido. No es improbable que tambi�n el anciano, muy consciente del car�cter de sus propios hijos, esperara educar al ni�o predilecto, cuya conexi�n con �l mismo y el santuario hab�a comenzado de una manera tan notable, como su sucesor en la jefatura sagrada y civil. oficina en Israel.

Versículos 20-21

Y El� bendijo a Elcana ya su esposa ... Y el Se�or visit� a Ana. - La bendici�n de El�, una bendici�n que pronto dio sus frutos en la casa de la piadosa pareja, - Su educaci�n de Samuel y su inquebrantable bondad hacia el muchacho (v�ase el cap�tulo siguiente), - Su dolor por la maldad de sus hijos sacerdotales, - Su apasionado amor por su pa�s, todo indica que la influencia del d�bil pero amoroso sumo sacerdote siempre fue ejercida para mantener la fe del pueblo pura y la vida de Israel blanca ante el Se�or.

Evidentemente, hab�a dos partidos en Shiloh, el cuartel general de la religi�n nacional: la secci�n imprudente e incr�dula, encabezada por Ofni y Finees; y los partidarios de la antigua ley divina, temerosos de Dios y amantes de la ley, bajo la influencia del d�bil, pero religioso, El�. Estos �ltimos mantuvieron encendida la l�mpara de la fe amada, aunque tenuemente, entre el pueblo del pacto hasta los d�as en que la mano fuerte de Samuel tom� el tim�n del gobierno de Israel.

Versículo 24

Hac�is transgredir al pueblo del Se�or. - La vida llevada p�blicamente por los sacerdotes en el santuario, con su evidente incredulidad desde�osa en las santas ordenanzas divinamente establecidas por un lado, y su inmoralidad descarada por el otro, corrompi� la vida religiosa interior de todo el pueblo.

Versículo 25

Pecado contra el Se�or. - Esto toca el misterio del pecado. Hay transgresiones que pueden recibir perd�n una y otra vez, pero parece haber una transgresi�n m�s all� de los l�mites del perd�n divino. El lamentable Redentor, en un lenguaje no obsceno, dijo a sus oyentes la misma terrible verdad cuando les advirti� del pecado contra el Esp�ritu Santo.

Ellos no escucharon ... porque el Se�or los matar�a. - Aqu� se tocan los misterios relacionados con la presciencia de Dios y el libre albedr�o del hombre. La resoluci�n del Se�or de matarlos se bas� en el conocimiento previo eterno de su persistencia en la maldad.

Parece haber un per�odo en la vida del pecador cuando el Esp�ritu del Eterno deja de suplicar; entonces el hombre queda solo y ya no siente remordimiento por el mal hecho; en �xodo 4:21 se habla de �xodo 4:21 como "endurecer el coraz�n". Este per�odo en la vida de Ofni y Finees aparentemente hab�a llegado cuando el Se�or resolvi� matarlos.

Versículo 26

Creci� y estuvo a favor. - Las mismas expresiones del bi�grafo de Samuel fueron adoptadas por San Lucas cuando, en los primeros cap�tulos de su Evangelio, desea describir en unas pocas y llamativas palabras la ni�ez y juventud de Aquel que fue mucho m�s grande que el ni�o profeta. de Israel.

Versículo 27

Vino un hombre de Dios. - De este mensajero del Alt�simo, a quien, por su t�tulo peculiar, y tambi�n por el car�cter de su comunicaci�n, debemos considerar como uno del orden de los profetas, no sabemos nada. Aparece de repente en la escena de Shiloh, sin nombre y, hasta donde sabemos, sin hogar, entrega su mensaje de perdici�n y desaparece.

El t�rmino "hombre de Dios" lo encontramos aplicado a Mois�s ya diferentes profetas unas cuarenta o m�s veces en los Libros de los Jueces, Samuel y Reyes. Ocurre, aunque rara vez, en Cr�nicas, Esdras y Nehem�as, y en los libros prof�ticos solo una vez.
Hasta la aparici�n repentina de este "hombre de Dios", no se hab�a mencionado a un profeta en la historia de Israel desde los d�as de D�bora.

Aparec� claramente ... - Los interrogatorios en este mensaje divino no hacen una pregunta con miras a una respuesta, sino que simplemente apelan enf�ticamente a la conciencia de El�. A estas preguntas, respetando hechos notorios, el anciano respond�a con un "S�" silencioso. La �casa de tu padre� se refiere a la casa de Aar�n, el primer sumo sacerdote, de quien, a trav�s de Itamar, el cuarto hijo de Aar�n, descendi� El�.

El Talmud tiene una hermosa nota en este pasaje: - Rab� Shimon ben Yochi dijo: ��Ven y mira cu�n amado es Israel por el Santo! �Bendito sea! Dondequiera que sean desterrados, all� estar� la Shekinah con ellos; como se dice ( 1 Samuel 2:27 ): "�Me aparec� yo (Dios) claramente a la casa de tus padres cuando estaban en Egipto?" &C.

Cuando fueron desterrados a Babilonia, la Shekinah estaba con ellos; como se dice ( Isa�as 43:14 ): 'Por ustedes fui enviado a Babilonia'. Y cuando sean redimidos, la Shekinah estar� con ellos; como est� dicho ( Deuteronomio 30:3 ): "Entonces el Se�or tu Dios volver� con tu cautiverio"; no se dice, �l har� regresar (transitivamente), pero �l regresar� (intransitivamente) ". - Tratado Meguillah, fol. 29, Colosenses 1 .

Versículo 28

�Lo eleg� de entre todas las tribus de Israel? ... - Despu�s de que se hubieran conferido tan gloriosos privilegios a esta casa favorecida, y se hubieran hecho tan amplia provisi�n para todas sus necesidades, fue de hecho un crimen de los m�s negros. ingratitud de que sus miembros principales derramen deshonra sobre su Rey y Benefactor invisible.

Para llevar un efod delante de m�. - Esto inclu�a el privilegio, que pertenec�a al jefe de la casa de Aar�n, el sumo sacerdote reinante, de entrar en el Lugar Sant�simo, ese santuario interior sin luz donde la presencia visible del Eterno ten�a el agrado de morar para siempre, y tambi�n la posesi�n del misterioso Urim y Thummim, mediante los cuales se pod�a investigar la voluntad del invisible Rey de Israel.

Versículo 29

Por tanto, patead mi sacrificio. - Las im�genes de las palabras est�n tomadas de Deuteronomio 32:15 : �Jesur�n engord� y pate� ... luego abandon� al Dios que lo hizo, y tuvo en poco valor la Roca de su salvaci�n�. La imagen es una extra�da de la vida pastoral del pueblo: el buey o el asno sobrealimentado, mimado y mimado, se vuelve ingobernable y se niega a obedecer a su bondadoso amo.

Y honra a tus hijos m�s que a m�. Aunque El� sab�a bien lo que era correcto, el necio cari�o por sus hijos parece haber cegado en parte sus ojos a la enormidad de su maldad. Tambi�n es probable que no se sintiera influido por sentimientos de afecto d�bil, sino tambi�n por la falta de voluntad para desviar de su propia familia la rica fuente de riqueza que proced�a de las ofrendas de los peregrinos de todas partes del pa�s.

Estas consideraciones lo indujeron a mantener a estos hombres malos y codiciosos como sus representantes reconocidos en el santuario nacional de Shiloh. Entonces El� permiti� que las cosas, que gradualmente empeoraban, se desviaran y simplemente interfirieron con una d�bil reprimenda; pero el d�a del juicio final estaba cerca.

Versículo 30

... pero ahora el Se�or dice: Al�jate de m�. - Pero el cumplimiento de la gloriosa y misericordiosa promesa que implic� el caminar de la casa favorecida para siempre a la luz del Se�or en los benditos atrios del santuario sin preocupaciones mundanas - �no fueron ampliamente provistos sin sembrar y cosechar? - �No fueron investidos con altos honores y consideraci�n universal? - depend�a necesariamente de aquellos que caminaban, la casa favorecida cumpliendo su parte del pacto.

Para ser honrados por Dios, ellos, por su parte, deben ser sus siervos fieles. Ahora bien, la vida y conducta de la casa sacerdotal hab�a provocado la m�s grave deshonra y la m�s profunda verg�enza sobre el culto y el santuario del "Rey en Jesur�n".

Versículo 31

Te cortar� el brazo. - "El brazo" significa poder y fuerza: "Tu poder y fuerza, y el de tu casa est� condenado". (V�ase la figura de Job 22:9 ; Salmo 37:17 .)

Y no habr� anciano en tu casa. - Nadie m�s en tu casa, oh Sumo Sacerdote, que hayas fallado tan notablemente en tu solemne deber, llegar� a la vejez; la enfermedad o la espada consumir� siempre sus miembros. Esta extra�a denuncia del " hombre de Dios" se enfatiza al repetirse en el siguiente (32) vers�culo, y en diferentes palabras nuevamente en 1 Samuel 2:33 .

Versículo 32

Y ver�s un enemigo. - Algunos - por ejemplo, la Vulgata - entienden por enemigo un �rival�: ver�s a tu rival en el Templo. Las palabras, sin embargo, apuntan a algo que Eli vivir�a para ver con dolor y horror. Sin duda, la referencia es a la captura del arca por los filisteos en la batalla donde sus hijos fueron asesinados. La morada terrenal del Eterno fue despojada de su gloria y orgullo, porque el arca del pacto era el coraz�n del santuario.

En todas las riquezas que Dios dar� a Israel. - �La aflicci�n de la casa de Dios por la p�rdida del arca permaneci� mientras, bajo la direcci�n de Samuel, lleg� la bendici�n al pueblo�. - Erdmann.

Hay otra explicaci�n que refiere el cumplimiento de esta parte de la profec�a al per�odo del reinado de Salom�n, cuando Abiatar, de la casa de El�, fue depuesto de la dignidad de sumo sacerdote para dejar lugar a Sadoc, pero la referencia a la captura de el arca es mucho m�s probable.

Versículo 33

Para consumir tus ojos y entristecer tu coraz�n. - El Comentario del Orador se refiere bien a 1 Samuel 2:36 para una explicaci�n de estas dif�ciles palabras. "Los que no son cortados en la flor de su juventud estar�n en peor situaci�n que los que s� lo son, porque tendr�n que mendigar el pan".

Y morir� todo el aumento de tu casa. - En el Talmud de Babilonia, los rabinos han relatado que una vez hubo una familia en Jerusal�n cuyos miembros murieron regularmente a los dieciocho a�os de edad. El rabino Jochanan ben Zacchai astutamente supuso que eran descendientes de El�, de quien se dice ( 1 Samuel 2:33 ), �Y todo el aumento de tu casa morir� en la flor de su edad; �Y en consecuencia les aconsej� que se dedicaran al estudio de la Ley, como medio seguro y �nico de neutralizar la maldici�n.

Actuaron siguiendo el consejo del rabino; en consecuencia, sus vidas se prolongaron; y desde entonces pasaron por el nombre de su padre espiritual. - Rosh Hashan�, fol. 18, Colosenses 1 .

Versículo 34

En un d�a morir�n los dos. - Vea para un cumplimiento literal el recital en 1 Samuel 4:11 . Este presagio de la terrible calamidad que le sobrevendr�a a Israel iba a ser una se�al para El� de que todas las horribles predicciones sobre el destino de su casa condenada se llevar�an a cabo hasta el amargo final.

Versículo 35

Un sacerdote fiel. - �A qui�n alude aqu� este sacerdote fiel , de quien se predijo una vida tan noble, y a quien se le hizo una promesa tan gloriosa como que �caminar�a delante de mi ungido para siempre�? Muchas de las condiciones son cumplidas justamente por Samuel, a quien naturalmente nuestros pensamientos se dirigen de inmediato. Ocupa un lugar destacado en la larga historia jud�a e inmediatamente sucedi� a El� en la mayor�a de sus importantes funciones como jefe reconocido de la vida religiosa y pol�tica en Israel.

Tambi�n fue eminente y consistentemente fiel a su maestro y a Dios durante toda su vida. Samuel, aunque era levita, no era de los hijos de Aar�n; sin embargo, parece que, incluso en los d�as de El�, ministr� como sacerdote ante el Se�or, siendo excepcionales las circunstancias de su conexi�n inicial con el santuario. Despu�sLa muerte de El�, cuando el ejercicio regular del ritual lev�tico y el sacerdocio fue suspendido por la separaci�n del arca del tabern�culo, Samuel evidentemente ocup� una posici�n sacerdotal, y lo encontramos durante un largo per�odo como mediador entre Jehov� y Su pueblo, en sacrificio, oraci�n e intercesi�n, en el desempe�o de los cuales altos oficios su deber, despu�s de la unci�n solemne de Sa�l como rey, era caminar ante el ungido del Se�or (Sa�l), mientras (para usar las palabras de Von Gerlach, cit� por Erdmann), el sacerdocio aar�nico cay� durante mucho tiempo en tal descr�dito que tuvo que suplicarle honor y apoyo ( 1 Samuel 2:36 ), y se volvi� dependiente del nuevo orden de cosas instituido por Samuel. (Ver Excursus C al final de este libro).

La predicci�n �Le edificar� una casa segura� se cumple en la casa fuerte y en la posteridad numerosa dada a Samuel por Dios. Su nieto Hem�n era "el vidente del rey en las palabras de Dios", y el rey David lo coloc� al frente del coro de la casa de Dios. Este eminente personaje, Hem�n, tuvo catorce hijos y tres hijas ( 1 Cr�nicas 6:33 ; 1 Cr�nicas 25:4 ).

Samuel tambi�n cumpli� la profec�a: �Andar� delante de mi ungido para siempre� en su estrecha e �ntima relaci�n con el rey Sa�l, a quien encontramos, incluso despu�s de la muerte del fiel profeta, aunque los actos posteriores de Sa�l hab�an alejado al profeta de su soberano. convocando al esp�ritu de Samuel como el �nico que pudo aconsejarlo y fortalecerlo ( 1 Samuel 28:15 ).

De las otras interpretaciones, la de Rashi y Abarbanel, y muchas de las modernas, que supone la referencia a ser Sadok, de la casa de Eleazar, quien, en el reinado de Salom�n, reemplaz� a Abiathar, de la casa de Ithamar (el antepasado de Eli), por s� solo satisface bastante la mayor�a de las diferentes predicciones, pero nos encontramos con esta dificultad insuperable desde el principio: �Podemos suponer que el Zadok comparativamente desconocido, despu�s del lapso de tantos a�os, fue se�alado por las magn�ficas promesas contenidas en las palabras del "hombre de Dios" a El�? Las palabras del "hombre de Dios" seguramente indican a uno mucho m�s grande que cualquier sumo sacerdote de la �poca de Salom�n.

En los d�as dorados de este magn�fico rey, el sumo sacerdote, eclipsado por el esplendor y el poder del soberano, era una figura muy subordinada en Israel; pero el tema de esta profec�a evidentemente no estaba destinado a ocupar una posici�n secundaria o inferior.

Algunos comentaristas, con una singular confusi�n de ideas, ven una referencia a Cristo en el �sacerdote fiel�, olvidando que este �sacerdote fiel� que se levantar�a en lugar de El� deb�a caminar ante el Cristo del Se�or, o el Ungido.

En conjunto, la referencia a Samuel es la m�s satisfactoria, y parece en todos los puntos -sin presionar injustamente de ninguna manera las referencias hist�ricas- cumplir esa parte de la predicci�n del �hombre de Dios� a El� respecto al elegido para reempl�celo en su puesto de juez y gu�a de Israel.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Samuel 2". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/1-samuel-2.html. 1905.
 
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