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Bible Commentaries
1 Corintios 7

La Biblia Anotada de GaebeleinAnotaciones de Gaebelein

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Versículos 1-40

4. Sobre la relaci�n entre el hombre y la mujer

CAP�TULO 7

1. La vida soltera y conyugal. ( 1 Corintios 7:1 ).

2. Separaci�n y divorcio. ( 1 Corintios 7:10 ).

3. Permanecer en los diferentes llamamientos. ( 1 Corintios 7:17 ).

4. Los solteros y los casados ??en contraste. ( 1 Corintios 7:25 ).

Es evidente por el primer vers�culo que los corintios hab�an preguntado al Ap�stol sobre el matrimonio y la relaci�n entre el hombre y la mujer. Era una cuesti�n importante en una ciudad del car�cter de Corinto, tan llena de inmoralidad. Este cap�tulo responde a su pregunta y da instrucciones sobre los solteros y los que est�n unidos en matrimonio. �Es bueno que el hombre no toque a una mujer� se ha utilizado para sancionar el celibato y desacreditar la uni�n matrimonial.

Ese no es el caso. El estado de soltero tiene para el cristiano, que est� plenamente dedicado al Se�or, ciertas ventajas espirituales. �El soltero se preocupa por las cosas del Se�or, de c�mo agradar al Se�or� (( 1 Corintios 7:32 ). Compare esto tambi�n con las palabras de nuestro Se�or en Mateo 19:4 .

El ap�stol Pablo no estaba casado (( 1 Corintios 7:8 ) y se neg� a s� mismo el privilegio legal de tener una esposa (9: 5) para ser libre en todas las cosas para servir al Se�or. Pero hab�a grandes peligros, especialmente en los paganos de Corinto, donde la fornicaci�n estaba sancionada religiosamente, por eso el Ap�stol les manda que cada hombre tenga su propia esposa y cada mujer tenga su propio marido.

Y en esta relaci�n, plenamente aprobada por el Se�or, ambos deben ser fieles a sus demandas naturales. En cuanto al cuerpo, el marido pertenece a la esposa y la esposa al marido. No deben defraudarse unos a otros. Sin embargo, de mutuo acuerdo pueden estar separados por un tiempo para dedicarse a la oraci�n. Y esto lo escribi� no como una orden, sino como un permiso. �El Ap�stol da sus pensamientos y juicio como un hombre espiritual, su mente animada y guiada por el Esp�ritu, y la contrasta con la inspiraci�n y lo que el Se�or dijo�.

Luego se aborda la cuesti�n de la separaci�n y el divorcio. La indisolubilidad del v�nculo matrimonial hab�a sido declarada por el Se�or y aqu� se confirma. "Por tanto, lo que Dios junt�, nadie lo separe". �Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, si no es por fornicaci�n, y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la repudiada comete adulterio.

�( Mateo 19:6 ; Mateo 19:9 ). Y entonces el Ap�stol escribe lo que es un mandamiento que no viene de �l sino del Se�or, que si se produce una separaci�n entre marido y mujer, ella debe permanecer soltera o reconciliarse. El esposo no debe repudiar a su esposa. Cu�n poca atenci�n se presta a todo esto entre los que profesan ser cristianos en nuestros d�as. El aumento de divorcios no b�blicos es espantoso.

A continuaci�n se considera el caso de los matrimonios mixtos. Lo m�s probable es que existieran muchos casos de este tipo en Corinto. �Seg�n la ley, un hombre que se hab�a casado con una mujer de los gentiles (y por lo tanto era profano o inmundo) se contamin� a s� mismo y fue obligado a despedirla; y sus hijos no ten�an derecho a privilegios jud�os; fueron desechados por inmundos. (Ver Esdras 10:3 ).

Pero bajo la gracia era todo lo contrario. El esposo convertido santific� a la esposa, y viceversa, y sus hijos fueron contados limpios ante Dios; ten�an parte en los derechos eclesi�sticos de sus padres. Este es el sentido de la palabra "santo", en conexi�n con la cuesti�n del orden y de la relaci�n exterior con Dios, que fue sugerida por la obligaci�n legal de despedir a la esposa y los hijos en un caso similar.

Por lo tanto, el creyente no deb�a despedir a su esposa ni abandonar a un esposo incr�dulo. Si el incr�dulo abandonaba definitivamente al creyente, este �ltimo (hombre o mujer) quedaba libre 'd�jelo partir'. El hermano ya no estaba obligado a considerar a quien lo hab�a abandonado como su esposa, ni a la hermana al hombre que la hab�a abandonado como su marido. Pero fueron llamados a la paz y no a buscar esta separaci�n; porque �c�mo sab�a el creyente si �l no deb�a ser el medio para la conversi�n del incr�dulo? Porque estamos bajo la gracia ". (Sinopsis de la Biblia JND)

Por supuesto, el esposo incr�dulo al estar unido a una esposa creyente no fue realmente santificado. Esto requiere fe en el Se�or Jesucristo. Pero el esposo incr�dulo de una casa de Corinto, cuya esposa era creyente, ya no estaba en las tinieblas del paganismo; estaba rodeado por la luz del cristianismo y hab�a pasado por estar vinculado con un creyente bajo su bendita influencia. Y as�, la descendencia de tal uni�n.

Grace busc� tanto al esposo incr�dulo como a los hijos. Pero los matrimonios mixtos nunca deben fomentarse. 2 Corintios 6:14 proh�be.

( 1 Corintios 7:17 son entre par�ntesis. Y todo hombre debe permanecer en el llamamiento al que es llamado. Cada uno debe permanecer con Dios (( 1 Corintios 7:24 ) en su propio llamamiento particular y as� glorificar a Dios en �l. . El creyente debe estar por encima de todas las circunstancias terrenales. La �nica gran cosa es rendir obediencia a Dios. "Comprados sois por precio; no se�is siervos de los hombres".

El p�rrafo final de este cap�tulo (( 1 Corintios 7:25 ) da los contrastes entre los que se casan y los que no. Escuchemos estas benditas exhortaciones de tanta importancia para el pueblo de Dios. �Digo, hermanos, el tiempo es breve. �Si eso era cierto entonces, cu�nto m�s lo es en los d�as significativos en los que nuestro destino est� echado.

Con las se�ales cada vez mayores del fin de la era y la venida del Se�or a nuestro alrededor, sabemos que el tiempo es corto. En vista de este hecho, los que tienen esposas deben ser como si no las tuvieran; los que lloran, los que pasan por el sufrimiento, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no tuvieran; y los que usan el mundo para no abusar de �l, porque la moda de este mundo pasa.

Debemos estar sin cuidado ni distracci�n, para que podamos servir al Se�or. Mucho aqu� es el consejo del Ap�stol con respecto a ceder a la naturaleza, que es perfectamente l�cita, o no ceder a ella en cuanto al matrimonio. No es el mandamiento del Se�or. Sin embargo, debemos recordar que si da su consejo apost�lico, es un consejo inspirado, el consejo del Esp�ritu Santo.

Información bibliográfica
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre 1 Corinthians 7". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gab/1-corinthians-7.html. 1913-1922.
 
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