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Bible Commentaries
2 Reyes 19

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-37

EZEQUIAS EN PROFUNDA AFLICCION.

1. como el rey Ezechías lo oyó, rasgó sus vestidos, etc.—El rasgar los vestidos era un modo de expresar horror por la atrevida blasfemia; el tomar saco, señal de angustia mental: la entrada al templo para orar, el refugio de un hombre piadoso en aflicción; y el enviar el relato del discurso del asirio a Isaías fué para recibir el consejo y consuelo del profeta. La expresión en que el mensaje fué llevado, describió, por una figura fuerte, la condición desesperada del reino, junto con su propia inhabilidad para ayudarse a sí mismos; y en él se insinuaba una esperanza de que el desafío blasfemo al poder de Jehová por el asirio impío, pudiese intervenir en alguna forma directa, para vindicación de su honra y supremacía sobre todos los dioses paganos.

4. al Dios vivo—es una expresión significativa tomada en conexión con las deidades insensibles de las cuales se jactaba Rabsaces de que eran impotentes para resistir las armas victoriosas de su señor.

6, 7. CONFORTADO POR ISAIAS

6. Isaías les respondió: … No temas—La respuesta del profeta fué de lo más alentadora, ofrecía la perspectiva de una liberación rápida del invasor. El espíritu (viento, soplo), el rumor, y la caída a cuchillo contenían una predicción breve que pronto fué cumplida en todos los tres puntos particulares—la alarma que apresuró su retirada, la destrucción que alcanzó su ejército, y la muerte violenta que repentinamente terminó su carrera.

8-13. SENNAQUERIB ENVIA A EZEQUIAS UNA CARTA BLASFEMA.

8. Rabsaces, halló al rey de Asiria combatiendo a Libna—Si Laquís había caído, no se dice. Pero Sennaquerib había transferido sus arietes contra la fortaleza vecina de Libna ( Josué 10:29; cf. 31; Josué 15:42), donde el jefe copero informó sobre el cumplimiento de su misión.

9. oyó decir de Thiraca rey de Etiopía: He aquí es salido para hacerte guerra—Este fué el “rumor” a que se refirió Isaías. Tiraca reinó en el Alto Egipto, mientras So o Sabaco gobernó en el Bajo Egipto. Fué monarca poderoso, otro Sesotris, y tanto él como Sabaco han dejado monumentos de su grandeza. El nombre y la figura de Tiraca, en el acto de recibir cautivos, todavía se ven en el templo egipcio de Medinet Abou. Esta era la ayuda esperada de la cual se burló (cap. 18:21) Rabsaces como “caña cascada”. La ira contra Ezequías por haberse aliado con Egipto, o la esperanza de poder mejor hacer frente al ataque desde el sur, le indujo, después de oír el rumor del avance de Tiraca, a enviar una carta amenazante a Ezequías, a fin de obligar al rey de Judá a una rendición inmediata de la capital. Esta carta, redactada en el mismo estilo jactancioso y despótico que el discurso de Rabsaces, excedió en blasfemia, y contenía una enumeración más larga de lugares conquistados, con miras de espantar a Ezequías, y mostrarle lo inútiles que serían todas las tentativas de resistirse.

14-34. LA ORACION DE EZEQUIAS.

14. tomó Ezechías las letras … subió a la casa de Jehová—Después de leer la carta, Ezequías se apresuró a ir al templo, y la extendió con infantil fe delante del Señor la cual contenía burlas que hondamente afectaban el honor divino, e imploró libramiento de mano de ese orgulloso desafiador de Dios y de los hombres. El espíritu devoto de esta oración, el reconocimiento del Ser divino en la plenitud de su majestad—tan notablemente contrastado con la imaginación de los asirios acerca de su poder meramente local—su confesión de las conquistas alcanzadas sobre otras tierras, y de la destrucción de sus ídolos de madera, que según la costumbre de los asirios, eran echados a las llamas—porque sus deidades tutelarios no eran dioses; y el objeto por el cual suplicaba la intervención divina, era que todos los reinos de la tierra supiesen que Jehová era el único Dios; ésta fué una actitud digna de un piadoso rey teocrático del pueblo escogido.

20. Entonces Isaías … envió—Habiéndose hecho una revelación a Isaías, el profeta anunció al rey que su oración fué oída. El mensaje profético consistía en tres partes diferentes: Primero, Sennaquerib es apostrofado (vers. 21-28) en lenguaje altamente poético, admirablemente descriptivo de la vanidad pomposa, las orgullosas pretensiones y la impiedad presuntuosa del déspota asirio. Segundo, se dirige a Ezequías (vers. 29-31), y se da una señal de la liberación prometida de que por dos años la presencia del enemigo interrumpiría las ocupaciones pacíficas de la labranza; pero que en el tercer año el pueblo estaría en condiciones de trabajar sus campos y viñas, y cosechar los frutos como antes. Tercero, se anuncia el resultado de la invasión de Sennaqueríb (vers. 32-34).

32. no entrará en esta ciudad—Ni se acercaría bastante para tirar una flecha, ni de las máquinas más poderosas que las arrojan a grandes distancias, ni ocuparían alguna parte del terreno ante la ciudad con “escudo” o mantelete, que sirviera de defensa a sus soldados, ni sería echado “baluarte”, o terraplén para subir más alto que el muro para dominar la ciudad. Ninguna de estas cosas, que eran los principales modos de ataque según el arte militar antiguo, sería permitido a Sennaqueríb emplear. Aunque el ejército de Rabsaces se marchó hacia Jerusalem, y se acampó a cierta distancia con miras de ponerle sitio, demoraron, probablemente esperando que el rey, después de tomar a Laquís y Lebna, trajera sus fuerzas, para que el ejército combinado cercara la capital. Tan resuelto estaba el invasor a conquistar Judá y los países vecinos ( Isaías 10:7), que sólo la intervención divina podría salvar a Jerusalem. Se podría suponer que el poderoso monarca que invadió la Palestina y se llevó las diez tribus de Israel, dejaría memoriales de sus hazañas en piedras esculpidas y bulas votivas. Un relato largo y detallado de esta expedición se halla en los Anales de Sennaquerib, traducción de los cuales se ha hecho al inglés, y, en sus comentarios sobre él, dice el Coronel Rawlinson que la Versión Asiria confirma los aspectos más importantes del relato de las Escrituras. Las narraciones judía y asiria de la campaña, en general se ilustran mutuamente. (Outlines of Assyrian History).

35, 36. UN ANGEL DESTRUYE A LOS ASIRIOS.

35. por la mañana, he aquí los cuerpos de los muertos—Fué la interposición milagrosa del Todopoderoso lo que defendió a Jerusalem. En cuanto al agente secundario empleado en la destrucción del ejército asirio, es más probable que se efectuara por un viento cálido del sur—el simum, viento “envenenado”—tal como hasta hoy envuelve y destruye caravanas enteras. Esta suposición se apoya en v. 7, y Jeremias 51:1. La destrucción fué en la noche; sintiéndose en completa seguridad los oficiales y soldados, estaban descuidados, estaba relajada la disciplina y los centinelas no estaban alerta, o tal vez ellos mismos fueron los primeros muertos, y los que dormían no estaban envueltos, y absorbieron el veneno del aire en cantidades. Si ésta era una noche de júbilo libertino (cosa común en los campamentos), su alegría (tal vez por una victoria segura), o “la primera noche de atacar a la ciudad”, dice Josefo, vino a ser, por sus efectos, un medio de destrucción. (Calmet’s Fragments).

36. Entonces Sennacherib, rey de Asiria se partió, y tornó a Nínive—El camino por el cual había venido (v. 33). La ruta se describe en Isaías 10. La antigua huella de los carros cerca de Beyrut está en la dura roca de la falda del Líbano, que linda con el antiguo Río Lycus—hoy Nahr el Kelb, “río del perro”. Sobre la superficie perpendicular de piedra, a alturas diferentes, se ven inscripciones en caracteres asirios, las cuales han sido descifradas, y contienen el nombre de Sennaquerib. De modo que por la preservación de estas inscripciones, la ira de los invasores asirios está alabando a Dios. tornó a Níneve, donde se estuvo—Este dicho indica un período considerable, y sus anales continúan su historia por lo menos cinco años después de su desastrosa campaña en Jerusalem. No se halla ningún recuerdo de su catástrofe, pues la costumbre asiria era la de recordar sólo las victorias. Las esculturas presentan sólo el lado agradable del cuadro.

37. SENNAQUERIB ES MUERTO. estando él adorando en el templo de Nisroch su dios—Assarae, o Asshur, el jefe del Panteón Asirio, representado no como figura con cabeza de buitre—se sabe ahora que esa es un sacerdote—mas como figura alada en un círculo, que es la deidad guardadora de Asiria. El rey se representa en los monumentos de pie o de rodillas bajo esta figura, con las manos levantadas en oración o adoración. sus hijos lo hirieron a cuchillo—El genio de Sennaquerib, exasperado tal vez por sus reveses, se manifestó en la crueldad más salvaje y una tiranía intolerable sobre sus súbditos y esclavos, hasta que al fin fué asesinado por sus dos hijos, a los cuales, se dice pensaba sacrificar para apaciguar a los dioses y para disponerlos a que le concedieran el retorno de su prosperidad. Como los dos parricidas huyeron a Armenia, su hijo tercero, Esar-hadón, ascendió al trono.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 2 Kings 19". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/2-kings-19.html. 1871-8.
 
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