Lectionary Calendar
Friday, September 27th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
advertisement
advertisement
advertisement
Attention!
For 10¢ a day you can enjoy StudyLight.org ads
free while helping to build churches and support pastors in Uganda.
Click here to learn more!
free while helping to build churches and support pastors in Uganda.
Click here to learn more!
Bible Commentaries
Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar Comentario Crítico Sin Abreviar
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ezekiel 8". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/ezekiel-8.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ezekiel 8". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-18
CAPITULO 8Vv. 1-18. Este cap�tulo ocho da principio a una nueva divisi�n de las profec�as de Ezequiel, la cual contin�a hasta el fin del cap�tulo once. Las visiones unidas del cap. 3:12 hasta el fin del cap. 7 comprenden a Jud� e Israel; pero las visiones (cap. 8 a cap. 11) se refieren inmediatamente a Jerusal�n y al remanente de Jud� bajo Sedequ�as, como distintos de los babil�nicos.
1. el sexto a�o-es decir, del cautiverio de Joaqu�n, como en el cap. 1:2 se se�ala el �a�o quinto�. El dormir sobre su lado 390 y 40 d�as (cap. 4:5, 6) ya se hab�a cumplido, por lo menos en visi�n. Aquel acontecimiento fu� naturalmente una �poca memorable para los desterrados; y el calcular los a�os desde dicho acontecimiento hab�a de humillar a los jud�os, como tambi�n mostrar su perversidad por no haberse arrepentido, a pesar de ser castigados tanto tiempo y tan severamente, ancianos-los llevados cautivos junto con Joaqu�n, y ahora en Quebar. estaban sentados delante de m�-para o�r de m� la palabra de Jehov�, en ausencia del templo y otros lugares p�blicos de adoraci�n sab�tica, durante el exilio (cap. 33:30, 31). Fu� ordenado por Dios de modo que ellos estuviesen presentes en el momento de pronunciar esta profec�a, y por lo tanto quedaron sin excusa. cay� sobre m� la mano del Se�or Jehov�-La poderosa operaci�n de Dios cay�, como un rel�mpago, sobre m� (en cap. 1:3, se expresa con menos fuerza, �estaba sobre �l�); todo cuanto, pues, ha de pronunciar �l, no ser� suyo, porque se ha desvestido el mero hombre, mientras reine en �l el poder de Dios (Calvino).
2. semejanza-se entiende, �de un hombre�, es decir, del Mes�as, el Angel del pacto, en la persona de quien s�lo Dios se manifiesta (cap. 1:26; Joh 1:18). El �fuego� desde �sus lomos para abajo�, representa la venganza de Dios encendida contra los jud�os malvados, mientras buscaba y purificaba el resto que hab�a de ser perdonado. El �resplandor� �hacia arriba� representa su majestad inaccesible (1Ti 6:16). Por la palabra hebrea �eesh�, fuego, la Versi�n de los Setenta, y otras traducen �ish�, hombre. la vista de �mbar-el lustre de �chasmal� [Fairbairn]. (Nota, cap. 1:4, �bronce bru�ido�).
3. En lugar de que Ezequiel hablase directamente a los ancianos en su presencia, el Esp�ritu se lo lleva en visi�n (no en persona o corporalmente) al templo de Jerusal�n; �l en seguida les informa lo que presenciaba; su mensaje entonces se divide en dos partes: (1) Las abominaciones se�aladas en el cap. 8. (2) Los tratos de juicio y de misericordia a usarse para con los israelitas impenitentes y penitentes respectivamente (caps. 9-11). Los desterrados miraban con esperanzas hacia Jerusal�n, y, lejos de creer que las cosas all� estuviesen al borde de la ruina, esperaban un regreso en paz; mientras, los que hab�an quedado en Jerusal�n, miraban con desprecio a los desterrados, como si hubiesen sido rechazados por el Se�or, en tanto que ellos mismos estaban cerca de Dios y asegurados en la posesi�n de la tierra (cap. 11:15). Por lo tanto la visi�n aqu� de lo que afectaba a los que estaban en Jerusal�n, fu� inmediatamente una comunicaci�n oportuna a los desterrados all� lejos. la puerta de adentro-que daba hacia el norte, la direcci�n en que vino �l de Quebar, llamada la �puerta del altar� (v. 5); daba esta puerta al patio interior, donde estaba el altar de sacrificios quemados; el patio interior (1Ki 6:36) era el de los sacerdotes; el patio exterior (cap. 10:5) era el del pueblo, donde se congregaba. habitaci�n-m�s bien el pedestal de la imagen. imagen del celo-Astarte, o Asheera (como debe traducirse el hebreo �bosque�, 2Ki 21:3, 2Ki 21:7; 2Ki 23:4, 2Ki 23:7), eregida por Manas�s como rival a Jahov� en su templo, y que llamaba la atenci�n de todos los adoradores cuando entraban; era la Venus siria, adorada con ritos disolutos; la �reina del cielo�, esposa de Baal de los fenicios. Havernick cree que todas las escenas de idolatr�a presentadas en este cap�tulo son porciones sucesivas de la fiesta celebrada en honor de Tammuz o Adonis (v. 14). Probablemente, sin embargo, las escenas son pruebas por separado de la idolatr�a jud�a, m�s bien que limitadas a un solo �dolo. la que hac�a celar-que reclama una visitaci�n de la ira del �Dios celoso�, quien no ceder� su honor a otro (v�ase el segundo mandamiento, Exo 20:5). Jer�nimo compara este vers�culo a una estatua de Baal, la cual Jos�as hab�a derribado y que sus sucesorse hab�an vuelto a colocar.
4. la gloria del Dios de Israel-La nube de Shekinah y de la gloria de Jehov�, a pesar de la provocaci�n del �dolo, todav�a permanece en el templo, como la gloria que Ezequiel vi� �en el campo� (cap. 3:22, 23); hasta cap. 10:4, 18, no se apart� esta gloria del templo de Jerusal�n; lo que demuestra la paciencia de Dios, la cual deber�a conmover a los jud�os y conducirlo al arrepentimiento.
5. la puerta del altar-la principal avenida de acceso al altar de los holocaustos; acerca de su posici�n septentrional (�del lado del aquil�n�) v�ase 2Ki 16:14. Acaz hab�a quitado el altar de bronce desde frente de la casa de Jehov� hasta el norte del altar que �l mismo erigi�. La ubicaci�n del �dolo agrava la enormidad del pecado, delante del altar de Dios mismo.
6. hace aqu�, para alejarme de mi santuario-obligado por el pecado de ellos (Cap. 10:18); el precursor seguro de la destrucci�n del santuario.
7. la entrada del atrio-es decir, del patio interior (v. 3), el patio de los sacerdotes y levitas, al cual ahora se admiten otros en violaci�n de la ley. [Grocio.] en la pared un agujero-abertura o ventana en la pared de las c�maras de los sacerdotes, por la cual �l pod�a ver sus diferentes departamentos, en donde estaba el santuario idol�trico.
8. cava-porque hab�a sido bloqueada durante la reforma bajo Jos�as. O m�s bien, la visi�n no es una escena verdadera, sino una representaci�n pict�rica de las idolatr�as egipcias en las cuales el pueblo del pacto hab�a reca�do, practic�ndolas en lugares secretos, donde se escond�an de la luz del d�a [Fairbairn] (Joh 3:20). Pero v�ase acerca de la introducci�n literal de la idolatr�a en el templo, cap. 5:11; Jer 7:30; Jer 32:34.
10. serpientes, y animales de abominaci�n-adorados en Egipto; hallados todav�a pintados en las paredes de sus c�maras; as� tambi�n entre los trogloditas. en la pared alrededor-de todos lados ellos se rodeaban con estos motivos de superstici�n.
11. setenta varones-los setenta miembros que compon�an el sanhedr�n, o gran consejo de la naci�n, el origen del cual hallamos en los setenta ancianos, representantes de la congregaci�n, quienes sub�an con Mois�s a la monta�a para contemplar la gloria de Jehov� y para ser testigos de las transacciones secretas relacionadas con el establecimiento del pacto; tambi�n, en los setenta ancianos nombrados para compartir las responsabilidades del pueblo con Mois�s. �Cu�n terriblemente agrava el pecado nacional, el hecho de que los setenta, una vez admitidos a los consejos secretos de Jehov� (Psa 25:14) ahora, �en la obscuridad�, entrasen a los secretos de los malvados (Gen 49:6), que aquellos judicialmente obligados a suprimir la idolatr�a, fuesen los instigadores de ella! Jaazan�as-tal vez el jefe de los setenta, hijo de Saf�n, el escriba que ley� a Jos�as el libro de la ley; los privilegios espirituales de este hijo (2Ki 22:10-14) agravaban su culpabilidad. El nombre mismo de �l quiere decir �Jehov� oye�, y contradice la incredulidad que en efecto dec�a (cap. 9:9): �Jehov� no ve�, etc. (v�ase Psa 10:11, Psa 10:14; Psa 50:21; Psa 94:7, Psa 94:9). El ofrecer incienso no pertenec�a a los ancianos, sino a los sacerdotes; esta usurpaci�n agrava la culpa de aqu�llos. del sahumerio sub�a espesura de niebla-no ahorraban gastos en el servicio de sus �dolos, �Ojal� que hubiese la misma generosidad por la causa de Dios?
12. cada uno en sus c�maras pintadas-los ancianos aqu� son los representantes del pueblo, y no hay que considerarlos literalmente �viejos�. Generalmente los promotores de las supersticiones paganas secretamente se re�an de ellos, aunque profesaban fe en estas supersticiones como medida para tener al pueblo en sujeci�n. Lo que aqu� se indica es que el pueblo en general se dedicaba a la idolatr�a secreta, animado por sus ancianos; no hay duda de que tambi�n se hace alusi�n a los misterios, como en la adoraci�n de Isis en Egipto, y los misterios eleusinos en Grecia, etc., a los cuales se admit�a �nicamente a los iniciados. Las �c�maras pintadas� son sus propias imaginaciones perversas, correspondientes a las c�maras de los sacerdotes de la visi�n, en las cuales eran pintados cuadros de animales �sagrados� (v. 10). Jehov� ha dejado la tierra-esto piensan ellos porque Jehov� los ha abandonado a ellos en sus miserias, sin socorrerlos, de modo que ellos buscan la ayuda de otros dioses. En vez de arrepentirse, como deb�an, muerden la cadena que los sujeta. [Calvino].
14. De las abominaciones secretas de las c�maras pintadas, el ojo del profeta se dirige al atrio exterior junto a la puerta septentrional; dentro de este patio exterior no eran admitidas las mujeres, sino s�lo a la puerta. sentadas-en la actitud de enlutadas ( Job 2:13; Isa 3:26). Tammuz-de una ra�z hebrea, �derretir, fundir�. En lugar de llorar por los pecados nacionales, lloraban por el �dolo. Tammuz (el Adonis sirio), el amante de Venus, y del mismo nombre como el del r�o que fluye desde el L�bano-seg�n la leyenda, muerto por un jabal�, pero permitido a pasar medio a�o en la tierra, y obligado a pasar la otra mitad en el mundo subterr�neo. Se le dedicaba una fiesta anual en junio (entonces llamado Tammuz en el calendario jud�o) en Biblos de Fenicia, cuando las mujeres sirias arrancaban sus pelos y se entregaban a la prostituci�n, consagrando el precio de su infamia a Venus; luego segu�an d�as de regocijo por su regreso a la tierra, llam�ndose la primera fiesta la �desaparici�n de Adonis�, y la otra el �descubrimiento de Adonis.� Esta fiesta fenicia correspond�a a la similar en honor de Osiris en Egipto. La idea expresada en esta f�bula era la de las aguas del r�o y las hermosuras de la primavera destru�das por el calor del verano; o si no, la de que la tierra se cubre de hermosura, durante la mitad del a�o cuando el sol est� en el hemisferio septentrional, y que la pierde cuando pasa al otro hemisferio. Aqu� no se usa el nombre Adonis como Ad�n es el t�tulo apropiado a Jehov�.
15, 16. Las proximas son �abominaciones mayores, � no en cuanto a la idolatr�a, sino respecto al lugar y las personas que las practicaban. En el �atrio de adentro�, inmediatamente ante la puerta del templo de Jehov�, entre el p�rtico y el altar, donde se avanzaban los sacerdotes s�lo en ocasiones extraordinarias (Joe 2:17). veinticinco hombres, dirigentes de las veinticuatro �rdenes de los sacerdotes (1Ch 24:18-19. con el sumo sacerdote, �los pr�ncipes del santuario�, Isa 43:28), en representaci�n de todo el sacerdocio, como los setenta ancianos representaban todo el pueblo, all� estaban ellos, sus espaldas vueltas al templo y sus rostros hacia el este, rindiendo culto al sol naciente (contraste con 1Ki 8:44). El culto al sol vino de los persas, quienes consideraban al sol el ojo de su dios Ormuzd. Exist�a este culto aun en los d�as de Job ( Job 31:26; v�ase Deu 4:19). Jos�as pudo suspenderlo solamente durante su reinado (2Ki 23:5, 2Ki 23:11); fu� restablecido bajo sus sucesores. encorv�banse-en el hebreo una forma corrupta usada para expresar el sentimiento de Ezequiel por la inmunda corrupci�n de tal adoraci�n
17. ponen hedor a mis narices-frase proverbial, por decir que �arrugaban las narices en se�al de desprecio�, expresando su insolente seguridad. [Versi�n de los Setenta.] No contentos con �llenar la tierra de maldad� en violaci�n de la segunda tabla de la Ley, es decir, la de los deberes para con el vecino, ellos �se tornaron� para provocarme a m� por violaciones de la primera tabla. [Calvino.] M�s bien, ellos ten�an una rama de tamarisco a su nariz al alba, mientras cantaban himnos al sol naciente. [Estrab�n 1:15, p. 733.] Arboles sagrados eran s�mbolos frecuentes en el culto a los �dolos. Calvino traduce �a su propia ruina�, literalmente �a su nariz�, es decir, con el efecto de despertar mi ira (que es la misma palabra que �nariz� en hebreo) a su ruina.
18. gritar�n � y no los oir�-Pro 1:28; Isa 1:15).