Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
advertisement
advertisement
advertisement
Attention!
Take your personal ministry to the Next Level by helping StudyLight build churches and supporting pastors in Uganda.
Click here to join the effort!
Click here to join the effort!
Bible Commentaries
Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar Comentario Crítico Sin Abreviar
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Romans 4". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/romans-4.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Romans 4". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-25
CAPITULO 4LA PRECEDENTE DOCTRINA DE LA JUSTIFICACION POR LA FE ILUSTRADA POR EL ANTIGUO TESTAMENTO. En primer lugar: Abrah�n fu� justificado por la fe.
1-3. �Qu�, pues, diremos que hall� Abraham nuestro padre seg�n la carne?-Esto es, (como ense�a el orden en el original) �hall�, en cuanto a (seg�n, o por medio de) la carne,� es decir, �por todos sus esfuerzos naturales o por su obediencia a la ley. (Es la opini�n del Traductor que nuestra versi�n es m�s correcta: �seg�n la carne� rige el �padre,� y no el verbo �hall�.� Nota del Trad.) justificado por las obras, tiene de qu� gloriarse-�Si las obras fueran la base de la justificaci�n de Abrah�n, tendr�a de qu� gloriarse; pero por cuanto es absolutamente cierto que ninguna de ellas tiene valor ante los ojos de Dios, se sigue que Abrah�n no podr�a haber sido justificado por obras.� Y con esto concuerdan las palabras de la Escritura. Porque �qu� dice la Escritura? Y crey� Abraham a Dios, y le fu� atribu�do [es decir, su fe] a justicia-(Gen 15:6.) Los expositores romanistas y protestantes arminianos hacen que esto signifique que Dios acept� el acto de creer de parte de Abrah�n, como substituto de la completa obediencia. Pero tal cosa est� en contradicci�n con todo el esp�ritu y la letra de la ense�anza del ap�stol. Al trav�s de todo su argumento, la fe est� contrapuesta directamente a las obras, en el asunto de la justificaci�n-y asimismo en los dos vers�culos siguientes. El sentido, pues, no puede ser que el mero acto de creer-el cual en s� es tanto una obra como cualquier otro caso de obediencia exigida (Joh 6:29; 1Jo 3:23)-fuera imputado a Abrah�n como equivalente a toda obediencia. El sentido claramente es, que Abrah�n crey� en las promesas que comprend�an a Cristo (Gen 12:3; Gen 15:5, etc.), as� como nosotros creemos en Cristo mismo; y en ambos casos, la fe es tan solamente el instrumento que nos pone en posesi�n de la bendici�n gratuitamente impartida.
4, 5. Empero al que obra [cual jornalero], no se le cuenta el salario por merced [como asunto de favor], sino por deuda-como asunto de derecho. Mas al que no obra [el que deja de confiar en que Dios le aceptar� de acuerdo con �las obras�], pero cree en aqu�l que justifica al imp�o-Se arroja en brazos de la misericordia de aquel que justifica a los que merecen s�lo la condenaci�n. la fe le es contada por justicia-V�ase nota, v. 3. En segundo t�rmino: David canta la misma justificaci�n.
6-8. David dice ser bienaventurado el hombre-Lit., �habla de la bienaventuranza del hombre� al cual Dios atribuye justicia sin obras-A quien, aunque carece de buenas obras, sin embargo lo tiene por justo y le trata como justo. diciendo: Bienaventurados, etc.-(Psa 32:1-2.) David aqu� canta en t�rminos que expresan solamente �las transgresiones perdonadas, el pecado encubierto, la iniquidad no imputada;� pero como la bendici�n negativa necesariamente incluye la positiva, lo dicho es pertinente.
9-12. �Es pues esta bienaventuranza solamente en la circuncisi�n?-�No debe decirse que todo esto se refiere a los circuncidados, y que por tanto no hay evidencia alguna de una manera general de parte de Dios de justificar a los hombres; porque la justificaci�n de Abrah�n se efectu� much�simo tiempo antes de que fuera circuncidado, y no pudo haber tenido dependencia alguna de aquel rito; m�s bien, �la se�al de la circuncisi�n� le fu� dada como �sello� de la justicia (justificadora) que ten�a antes que fuera circuncidado, a fin de que se destacara en todas las edades como el padre de los creyentes-el hombre modelo de la justificaci�n por la fe-conforme a cuyo tipo, como el primer ejemplo p�blico de ello, hab�an de ser amoldados, fuesen jud�os o gentiles, todos los que desde entonces creyesen para vida eterna.�
13-15. no por [medio de] la ley [en virtud de la obediencia de la ley] fu� dada-Esto no es m�s que una ampliaci�n del raciocinio anterior, aplic�ndose a la ley lo que se acababa de decir de la circuncisi�n. que ser�a heredero del mundo-o, que �todas las familias de la tierra ser�n bendecidas en �l.� sino por la justicia de la fe-En virtud de su sencilla fe en las promesas divinas. Porque si los que son de la ley son los herederos-Si la bendici�n ha de ser ganada, o merecida, por la obediencia a la ley. vana es la fe-Todo el m�todo divino ser�a desvirtuado.
15. Porque la ley obra ira-No tiene nada que dar a los que la quebrantan sino la condenaci�n y la venganza. donde no hay ley, tampoco hay transgresi�n-Es precisamente la ley que obra transgresi�n, en el caso de los que la infringen; ni puede existir la una sin la otra.
16, 17. Por tanto � etc.-Tenemos aqu� un resumen general que significa que: �La justificaci�n es por la fe, a fin de que su car�cter puramente de gracia sea revelado, y que todos los que siguen en las pisadas de la fe de Abrah�n-sean o no de su simiente natural-est�n seguros de la misma justificaci�n de que goz� el padre de los creyentes.� Como est� escrito-(Gen 17:5.) Se cita este texto para justificar el que �l llame a Abrah�n el �padre de todos nosotros,� y debe ser tomado como un par�ntesis. delante [esto es, �en la estimaci�n�] de Dios, al cual crey�-As�mismo Abrah�n, en la estimaci�n de aquel en quien crey�, es el padre de todos nosotros, a fin de que a todos se les diese la seguridad de que si obran como �l obr�, ser�n tratados tambi�n como �l. el cual da vida a los muertos-La naturaleza y la grandeza de aquella fe de Abrah�n que hemos de emular est�n aqu� notablemente descritas. Siendo superior a la naturaleza lo que �l debi� creer, su fe tuvo que asirse del poder que Dios tiene para superar la incapacidad f�sica a fin de crear lo que entonces no exist�a. Pero por cuanto Dios hizo la promesa, Abrah�n crey� a pesar de estos obst�culos. Esto est� ilustrado aun m�s en lo que sigue.
18-22. El crey� en esperanza-Esto es, alentaba la confiada expectaci�n-contra esperanza-cuando no hab�a nada en qu� basar su esperanza-para venir a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que le hab�a sido dicho: As� [�como las estrellas del cielo�-Gen 15:5] ser� tu simiente-No hizo caso de aquellos obst�culos f�sicos, en s� mismo o en Sara, que hubieran hecho flaquear la fe en el cumplimiento de la promesa. no se enflaqueci� en la fe [no vacil�] antes fu� esforzado en fe, dando gloria a Dios-Reconociendo su poder para cumplir su palabra pese a todos los obst�culos. plenamente convencido �-Es decir, la gloria de la fe de Abrah�n consist�a en que, estando firme en la persuasi�n del poder de Dios para cumplir su promesa, no vacilaba frente a todas las dificultades. Por lo cual tambi�n le fu� atribu�do a justicia-Es decir: �Dense cuenta pues todos de que esto no fu� a causa de nada meritorio que hiciese Abrah�n, sino solamente porque en la promesa de Dios crey�.�
23-25. Y no solamente, etc.-He aqu� la aplicaci�n de todo el argumento acerca de Abrah�n: �Estas cosas no est�n escritas como meros datos hist�ricos, sino como ejemplos para todos los tiempos, del m�todo de Dios para la justificaci�n por la fe.� Sino tambi�n por nosotros, a quienes ser� imputado, esto es, a los que creemos-Los que confiamos en aquel que ha hecho esto, as� como Abrah�n crey� que Dios despertar�a simiente en la cual todas las naciones ser�an bendecidas. fu� entregado por [a causa de] nuestros delitos-a fin de expiarlos por su sangre. y resucitado para [a causa de] nuestra justificaci�n-Ya que su resurrecci�n fu� la divina garant�a de que �l hab�a �quitado el pecado por el sacrificio de s� mismo,� y la coronaci�n de toda su obra, nuestra justificaci�n se relaciona propiamente con acto tan glorioso. N�tese: (1) La doctrina de la justificaci�n por las obras, por cuanto genera el ensalzamiento ego�sta, es contraria a los principios m�s sobresalientes de toda religi�n verdadera (v. 2, y v�ase nota, cap. 3:21-26). (2) El m�todo usado para la justificaci�n del pecador ha sido el mismo en todo tiempo, y el testimonio del Antiguo Testamento sobre el particular es el mismo que el del Nuevo (v. 3, y v�ase nota, cap. 3:27-31). (3) La fe y las obras, en el asunto de la justificaci�n, son opuestas e irreconciliables, as� como la gracia y la deuda son contrarias. (vv. 4, 5; y v�ase nota, cap. 11:6). Si Dios �justifica al imp�o,� no pueden las obras, en ning�n sentido ni en ning�n grado, ser la base de la justificaci�n. Por la misma raz�n, el primer requisito para la justificaci�n, debe ser (bajo la convicci�n de que somos �imp�os�) el perder toda esperanza de lograrla por medio de las obras; y el segundo, �creer en aquel que justifica al imp�o,� es decir, en aquel que tiene una justicia justificadora que impartir, y est� pronto para impartirla a aquellos que, sin merecerla, est�n dispuestos a aceptarla as�. (4) Los ritos de la iglesia nunca se destinaron ni fueron establecidos con el fin de conferir gracia, ni las bendiciones propias de la salvaci�n, a los hombres. Su debida funci�n es el poner un sello divino en un estado ya existente, presuponiendo as� que ellos (los ritos) no crearon este estado (vv. 8-12). As� como la circuncisi�n meramente �sell� la aceptaci�n de Abrah�n, ya existente de parte de Dios, as� tambi�n los ritos del Nuevo Testamento desempe�an esta misi�n. (5) As� como Abrah�n es �el heredero del mundo,� al haber sido bendecidas en �l todas las naciones, por medio de su simiente Cristo Jes�s, y justificados solamente seg�n el modelo de la fe que �l tuvo, as� la transmisi�n de la religi�n verdadera, y toda la salvaci�n que el mundo jam�s experimentar�, ser�n trazadas con admiraci�n, gratitud, y gozo all� hasta aquella ma�ana cuando �el Dios de la gloria apareci� a nuestro Padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Char�n,� Act 7:2 (v. 13). (6) Nada glorifica a Dios m�s que la sencilla fe en su palabra, especialmente cuando todas las cosas parecen hacer imposible su cumplimiento (vv. 18-21). (7) Todos los ejemplos de la fe en las Escrituras, est�n escritos con el fin de engendrar y alentar fe semejante en toda edad sucesiva (vv. 23, 24, comp. con el cap. 15:4). (8) La justificaci�n, en este argumento, no puede ser entendida-como los romanistas y otros erroristas insisten-en el sentido de un cambio operado en el car�cter de los hombres; porque adem�s de eso, significa confundirla con la santificaci�n, doctrina que tiene su debido lugar en esta ep�stola; y todo el argumento del presente cap�tulo-en casi todas sus cl�usulas m�s importantes, expresiones y hasta en sus palabras-ser�a en tal caso incompatible y apto s�lo para enga�ar. Fuera de toda duda, la justificaci�n significa exclusivamente un cambio del estado o condici�n del hombre para con Dios; o en lenguaje cientifico, es un cambio objetivo y no subjetivo: cambio de culpa y condenaci�n a absoluci�n y aceptaci�n. Y la mejor evidencia de que esto es la clave de todo el argumento, es que explica muchos de los asuntos complejos enriqueciendo as� esta ep�stola.