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Bible Commentaries
Job 15

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

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Versículo 1

Entonces respondi� Elifaz temanita, y dijo:

Ver. 1. Entonces respondi� Elifaz, el temanita, y dijo ] Lapides locutus est. En este segundo encuentro, Elifaz cae sobre Job, no tanto con argumentos m�s fuertes como con palabras m�s duras; reproch�ndole duramente, o m�s bien reproch�ndole amargamente, Facundia quadam canina, con m�s elocuencia que caridad. Tan dif�cil es, dice Beza, especialmente en la disputa y el razonamiento, evitar el amor propio, como incluso en estos tiempos nos ense�a la experiencia cotidiana.

Supongo que insin�a en la conferencia p�blica entre �l y Jacobus Andreas en Mompelgard, en la que la lucha fue m�s bien agitada que escasa, como se queja Thuanus (Lib. 35, Hist.); o en la disputa de Possiacum, en la que Beza, portavoz del partido protestante (ante la reina madre de Francia, el joven rey Carlos y muchos pr�ncipes de sangre), entrando en el asunto de la Eucarist�a, habl� con tanto calor ( a menos que el historiador le haga da�o), que no dio m�s que satisfacci�n a los de su propio bando, por lo que se le orden� concluir.

Tales reuniones rara vez tienen �xito, dice Lutero, porque los hombres vienen con confianza e ingenio a la victoria en lugar de la verdad. En esta respuesta de Elifaz a Job podemos ver qu� maldad es dejarse llevar por los prejuicios y la pertinencia, que hacen que un hombre olvide toda modestia y se enfade con sus mejores amigos. Aqu� se dice lo suficiente como para haber llevado a este hombre apesadumbrado a la desesperaci�n total, si Dios no hubiera sostenido su esp�ritu, mientras se le acusa ferozmente de ser un hombre inicuo y odiado por Dios; ni ninguno de sus amigos le concede de ahora en adelante una exhortaci�n al arrepentimiento, ni una confortable promesa, como bien observa Lavater, Non afecto ullam consolationem, non invitat eum ad poenitentiam; sed potius ad desperationem compellat.

Versículo 2

�Acaso el sabio proferir� vano conocimiento y llenar� su vientre de viento solano?

Ver. 2. �Deber�a el sabio proferir vana sabidur�a ] Heb. Conocimiento del viento; discursos ligeros, espumosos, vac�os, que no tienen tachuela ni sustancia en ellos, sino s�lo palabras que no son mejores que el viento, un mero destello o nada aireado. Salom�n piensa que un hombre sabio debe tener cuidado de caer en esta falta, no sea que pierda su reputaci�n: Eclesiast�s 10:1"Las moscas muertas hacen que el ung�ento del boticario desprenda un olor pestilente; as� es un poco de locura el que tiene fama de sabidur�a y honor"; como las manchas se observan m�s pronto en las prendas m�s blancas y finas; y la envidia, como los gusanos y las polillas, suele alimentarse de la tela m�s pura. Se puede encontrar una gran cantidad de moscas muertas en una caja de alquitr�n, y no se hace da�o, pero una de ellas, que cae en una olla de olores dulces o perfumes preciosos, pronto puede contaminarlas y corromperlas.

Y llenar su vientre con el viento del este? ] Per ventrem, mentem inteligente, et per ventum Orientalem, vanam opinionem, dice Vatablus. Con el vientre se entiende la mente, y con el viento del este una vanidad o un conocimiento espumoso, que brota de un pecho hinchado, para da�o de otros; porque el viento solano destruye las hierbas y los frutos, Os 12: 1 G�nesis 41:6 .

Pero aqu� Elifaz, por esta burbuja de palabras y preguntas fanfarronas, que traicionan mucha c�lera y confianza, no cae en la misma falta que encuentra con Job; �No se llena tambi�n el vientre de calor (as� traduce la Vulgata este texto), que, encendido en su seno, resplandece en sus labios? �No ensalza este hombre airado la necedad y no se muestra como uno de los m�s sabios, aunque era el mayor de todos?

Versículo 3

�Deber�a razonar con palabras in�tiles? �O con discursos con los que no puede hacer ning�n bien?

Ver. 3. �Deber�a razonar con palabras in�tiles? ] �Por qu�? Pero si lo hace, �deber�a, por tanto, ser as� ondulado y toscamente cortado? �Y no m�s bien reducido y rectificado con argumentos duros y palabras suaves? El hombre es una criatura cruzada y cangrejera: Duci vult, trahi non vult, persuadirlo de que puedas; no puedes obligarlo. Tambi�n debe tomarse un tiempo adecuado para persuadirlo de que mejore, porque de lo contrario puede perder sus dulces palabras con �l.

El labrador no siembra en tormenta; el marinero no iza la vela con todos los vientos; los buenos m�dicos no evacuan el cuerpo en condiciones extremas de calor y fr�o. "Un hermano ofendido es m�s dif�cil de ganar que una ciudad fuerte", Proverbios 18:19 . Este Elifaz deber�a haber considerado, y no tan precipitadamente censurado a Job por tonto, y su charla por basura, sino haberlo tratado con ternura, considerando su condici�n, y haber deseado que explicara los discursos que �l pens� que no tan bien y sabiamente pronunci�. .

�O con discursos con los que no puede hacer ning�n bien? ] Esto es lo mismo con el primero; y de hecho, todo este vers�culo no es m�s que un dicho de lo claramente que en el vers�culo anterior hab�a dicho en sentido figurado.

Versículo 4

S�, rechazas el temor y refrena la oraci�n ante Dios.

Ver. 4. S�, quitas el miedo ] Heb. T� anulas el miedo; es decir, la religi�n, de la cual el temor de Dios es tanto el principio, Proverbios 1:7 , como el fin, Eclesiast�s 12:1 . Ciertamente, esta es una carga muy pesada; como si Job, al decir que las miserias extremas de esta vida son comunes a los piadosos y los malvados, hubiera ense�ado a los hombres a desechar toda religi�n por no rentable, lo que nadie m�s que un hombre tan desvergonzado como t�, dice Elifaz, jam�s hubiera hecho. afirm�.

No se puede negar, pero que Job, a trav�s de la amargura de su dolor y la irracionalidad de sus adversarios, a veces fue llevado m�s all� de los l�mites de la reverencia que se debe a Dios, y razona el asunto con Dios de alguna manera; pero que con ello traicion� su manifiesto desprecio por su majestad, desechando toda consideraci�n terrible y recurriendo a ella por medio de la oraci�n, como los malvados, que no invocan a Dios, Salmo 14:4 , esto era una mera conjetura, o m�s bien un insufrible da�o hecho al buen hombre, que dio suficiente testimonio de su temor a Dios, y pronto derram� su oraci�n en su presencia. Todo lo cual, no obstante, escucha en las siguientes palabras,

Y refrena la oraci�n delante de Dios ] Te abstienes de orar a ti mismo y desanimas a los dem�s. Si esto hubiera sido cierto, ciertamente hubiera sido una falta repugnante, porque mientras la oraci�n permanece quieta, todo el oficio de la piedad permanece igual; y desechar la oraci�n es desechar a Dios, Jeremias 10:25 . Debemos tener cuidado de apartarnos de los afectos de la oraci�n, aunque seguimos cumpliendo con el deber.

Como los vasos de vino, cuando se golpean por primera vez, son muy inteligentes y r�pidos, pero al final se vuelven extremadamente planos; tambi�n lo hacen muchos cristianos, a trav�s de la incredulidad y las preocupaciones y negocios mundanos, o las discordias dom�sticas, o algunos otros malestares, por los cuales se obstaculizan las oraciones, 1 Pedro 3:7 ; o rezan no con frecuencia, o no con fervor, sino de una manera habitual, formal y aburrida.

Y este Elifaz podr�a sospechar de Job y asignarlo como la causa de todos sus abortos involuntarios de palabra y obra. Cierto es que, como el sue�o compone la borrachera, as� la oraci�n los afectos; un hombre puede volver a rezar a s� mismo sobrio, como un reverendo (el Dr. Preston) extrae de este texto.

Versículo 5

Porque tu boca pronuncia tu iniquidad, Y escoges la lengua de los astutos.

Ver. 5. Porque tu boca da a conocer tu iniquidad ] Heb. Tu car�cter torcido e ir�nico, que est� frente a Dios y la bondad, Salmo 51:5 , Homo est inversus dec�logus. Salom�n habla de labios perversos, como si el labio superior estuviera donde deber�a estar el inferior, Proverbios 4:24 .

Y San Judas habla de duros discursos, pronunciados por imp�os pecadores, Jueces 1:15 , como Job no era ninguno, lo que sea que Elifaz, malinterpretando, hizo de �l, torciendo sus palabras en un sentido equivocado, como Salmo 54:5 , y, por una falta de educaci�n espiritual, haciendo lo peor de lo que dec�a; no habiendo nada que no se pueda tomar con la mano izquierda. Ahora bien, si esto le sucedi� a Job por parte de sus amigos y esas personas piadosas, �qu� maravilla, aunque algo parecido, y peor, nos sea hecho por enemigos inicuos?

Qui id quod boni est excerpunt, dicunt quod mali est.

Nihil est quin masculino narrando possit depravarier. - (Terent. Phorm.)

Y t� eliges la lengua de los astutos ] Que la cual nada es mayor enemigo de la piedad, dice un int�rprete. Los pol�ticos formalizan y debilitan el poder de la verdad, hasta que finalmente nos dejan una religi�n sin coraz�n y sin savia, dice otro. Tal Elifaz hace que Job sea: qd Sol�as hablar en oraci�n, pero ahora dices pol�tica, s�, decides hacerlo, amas el mal m�s que el bien, y la mentira antes que hablar bien, Salmo 52:3 . Tienes tantas vueltas y vueltas en tu mente como la serpiente tiene en su cuerpo (as� parece significar la palabra hebrea, Gen 3: 1). As� aumenta su carga y pone a�n m�s carga.

Versículo 6

Tu propia boca te condena, y no yo; tus propios labios testifican contra ti.

Ver. 6. Tu propia boca te condena, y no yo ] S�, t�, y nadie m�s que t�. El coraz�n de Job no lo condena (y de ah� su confianza en Dios, 1 Jn 3:21), mucho menos su boca, si sus palabras no hubieran sido mal interpretadas. Pero as� como la caridad da sentido a los discursos y pasajes dudosos, as� el prejuicio y el disgusto toman todas las cosas (aunque bien intencionadas) en el peor de los casos, y como hacen los l�gicos, Sequitur partem deteriorem.

Elifaz desentierra el mal, Proverbios 16:27 , y es como Aquiles, de quien Homero dice que fue un gran buscador de faltas (Il�ada, xi. 653).

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S�, tus propios labios testifican contra ti ] Heb. Responde contra ti. Porque los testigos normalmente responden a los interrogatorios. As� que el orgullo de Israel (brotando como una gran marca de viruela en su frente) testific� en su rostro, Oseas 5:5 , y el hereje se desprecia de s� mismo, Tito 3:11 . Pr�cticamente lo hace, aunque no formalmente. Pero Job no hizo ninguna de las dos cosas, buen Elifaz.

Versículo 7

Job 15:7 �Eres t� el primer hombre que naci�? �O fuiste hecho antes que las colinas?

Ver. 7. �Eres el primer hombre que naci�? ] O, �fuiste hecho antes de Ad�n? Ut vox Rishon non significet primus, sed prius (Lavat., Bucholc.). De la boca de Ad�n, como de una fuente, fluy� todo conocimiento, habilidad o sabidur�a provechosa que se encuentre en el mundo, dice el cron�logo divino. Job hab�a cobrado impuestos a Zofar por ser un joven endeble y novicio. Job 12: 9-12 A este Elifaz lo enciende y se encarga de responder a favor de Zofar.

Como de hecho estos tres oradores, Elifaz, Zofar y Bildad, estaban uno frente al otro, tanto como cualquiera de ellos lo hac�a por s� mismo, como si todos hubieran entrado en relaci�n y hubieran dado la seguridad de recibir ayuda rec�proca. Aqu� entonces Elifaz pregunta: �Eres t� el primer hombre nacido? es decir, �eres t� el hombre m�s sabio del mundo? y debemos todos ser ense�ados por ti, como los sobrinos de Ad�n lo fueron por �l, en las cosas divinas y humanas.

�O fuiste hecho antes que las colinas? ] es decir, ante los �ngeles, como algunos lo sienten. Pero t�malo literalmente para las monta�as, llamadas, por su antig�edad, las colinas eternas, Gen 49:26 Habacuc 3:6 , porque eran desde el principio, y continuar�n hasta el fin. Estos aparecieron primero en la separaci�n de las aguas, G�nesis 1:9,10 .

Y Cristo, para exponer su eternidad, dice, Proverbios 8:25 , "Antes que los montes fueran asentados, antes que los collados, fui yo engendrado". Entonces Salmo 90:2 .

Versículo 8

�Has o�do el secreto de Dios? �Y te reprimes la sabidur�a?

Ver. 8. �Has escuchado el secreto de Dios? ] As� contin�a burl�ndose de Job y acus�ndolo de arrogancia insolente, como si se hubiera tomado a s� mismo como parte del consejo del gabinete de Dios y, por lo tanto, hubiera sabido m�s de su mente que cualquier otro. Ahora bien, esto nunca entr� en el coraz�n de Job; pero esta gente de esp�ritu ardiente, Biliosi et bellicosi, cuando su c�lera est� en alto, no se apegar�n a decir nada contra otro a quien deseen hiel, y a hacer lo peor de sus palabras, cuando como ellos mismos no pueden aceptar una reprimenda, aunque nunca por lo que s�lo.

�Y te reprimes la sabidur�a? ] �Has absorbido toda la sabidur�a del mundo? y �tiene que vivir y morir contigo? �Es todo hombre un necio en la actualidad, que no es de tu mente y hecho? An solus sapis, ita ut te pereunte sit ipsa sapientia peritura? (Vatabl.) Epicuro ciertamente ten�a tal presunci�n; y Pulaemen, en Suetonius, y Laurentius Valla, con algunos otros �ltimamente: pero Job estaba lejos de eso, como parece por sus muchas expresiones auto-humillantes; y hubiera sido bueno para �l si sus tres amigos hubieran aprendido esa lecci�n en la escuela de Wisdom; verbigracia. juzgar esas cosas buenas que se encuentran en otro mejor de lo que son; y ciertos males, menos; cosas buenas dudosas, ciertas; y dudosos males, ninguno.

Versículo 9

�Qu� sabes t� que no sepamos? �Qu� entiendes t� que no est� en nosotros?

Ver. 9. �Qu� sabes t� que no sepamos? ] Aqu� Elifaz arremete contra el orgullo de Job, sed maiori cam fastu, pero con mayor orgullo, si no, �qu� significa esta comparaci�n arrogante? �No lo apart� el coraz�n enga�ado, como dice el profeta en otro caso? y �no se podr�a decir de �l, como una vez se dijo de Antonio, que odiaba a un tirano, pero no a la tiran�a? Ver Trapp en " Trabajo 12: 3 " Ver Trapp en " Trabajo 13: 2 "

Versículo 10

Con nosotros [est�n] tanto los hombres canosos como los ancianos, mucho mayores que tu padre.

Ver. 10. Con nosotros est�n los canosos, etc. ] Job hab�a dicho, Job 12:12 , "Con el anciano est� la sabidur�a, y en la extensi�n de los d�as est� el entendimiento". Esto, aunque hablado con modestia, fue muy mal interpretado; y aqu� se responde con mucho calor. Sed ita solent importuni homines, etc., dice Mercer aqu�; pero tal es el proceder y la costumbre de los hombres irracionales, de tomar todo de la peor manera y de tratar m�s con reproches que con razones; como Eccius, Sanderus, Genebrardus, toda la generaci�n de jesuitas, de los cuales Aurelius, el sorbonista, dice, y verdaderamente, que son una especie de hombres, qui nihil magis habent quam arrogantiam Theologicam: nihil minus possident quam Theologicam sclentiam;Arrogante y sin embargo ignorante; porque, aunque piensan que saben todas las cosas, no saben nada en absoluto como deber�an saber, 1 Corintios 8:2 .

En cuanto a la antig�edad, que aqu� se alega con tanta rigidez, no debe tener m�s autoridad de la que puede mantener. Los papistas se jactan de ello, como una vez hicieron los gabaonitas con los zapatos viejos y el pan mohoso. Pero la antig�edad, separada de la verdad, no tiene valor; porque, como bien dice Cipriano, Consuetudo mala, vetustas erroris est. Y nuestro Salvador no dice: Yo soy costumbre, sino: "Yo soy el camino, la verdad", etc. Y Dios dice, por el profeta Ezequiel: "No andes en los estatutos de tus padres, ni guardes sus juicios", etc.

, pero, "anda en mis estatutos, y guarda mis juicios, y ponlos en pr�ctica", Ezequiel 20:18,19 . Ver Trapp en " Trabajo 8: 8 " Ver Trapp en " Trabajo 8: 9 " Ver Trapp en " Trabajo 8:10 " Ver Trapp en " Trabajo 12:12 "

Versículo 11

Job 15:11 [�Son] peque�os los consuelos de Dios para ti? �Hay algo secreto contigo?

Ver. 11. Son los consuelos de Dios ] Sic fastuose suas consolationes appellat et sociorum, dice Mercer; de modo que Elifaz, con bastante afirmaci�n, llama los consuelos que �l y sus compa�eros hab�an ministrado a Job, prometi�ndole misericordia de Dios sobre su sano arrepentimiento; pero dici�ndole, adem�s, que a menos que se entregara a s� mismo como un hip�crita, esas promesas no le servir�an de nada. Si Job hubiera despreciado las preciosas promesas, esos conductos del consuelo, habr�a tenido mucha culpa, como lo fue, sin duda, quien dijo: Mi alma rechaz� los consuelos, Salmo 77:2 ; como un ni�o malhumorado, que no quiere comer su leche porque no la tiene en el plato de oro.

El alma est� dispuesta a volver el dorso de la mano, y no la palma, al b�culo de los divinos consuelos, diciendo: �Oh, terquedad m�a, etc., y m�s bien a moverse y eludir en cada esquina en busca de consuelo, que a chuparla! de esos pechos de consolaci�n, y Isa�as 66:11 satisfecho, Isa�as 66:11 . El ap�stol acusa a sus hebreos de que se hab�an olvidado del consuelo (para que se lean las palabras) que les hablaba como a ni�os, diciendo: Hijo m�o, etc.

, Heb 12: 5-11 Luchando con Dios cavilando objeciones, cuando m�s bien deber�an haber luchado con �l con fervorosas s�plicas, poniendo las promesas en juego y sacando aguas con gozo de esos pozos de consolaci�n, Isa�as 12:3 . Job no estaba del todo claro de esta falta. Estaba tan pobre y dolorido por fuera, y tan lleno de horror y terror por dentro, que estaba dispuesto, con Rachel, a negarse a ser consolado.

Se le ofrecieron misericordias, pero escaseaba en caso de recibirlas. El o�do, que saborea las palabras como la boca la carne, estaba tan lleno de c�lera que apenas pod�a disfrutar de ning�n consuelo. Las medicinas m�s f�ciles del agua son molestas para los ojos doloridos. La carne con sus rugidos y quejidos hace tal estruendo, que a veces la voz del consolador no puede o�rse bien en el mejor coraz�n. El Esp�ritu llama, pero no hay quien abrir; de ah� que se vaya afligido, y eso no deber�a ser as�.

�Hay algo secreto contigo? ] �Tienes algo de comer que no sepamos? �Hay para ti consolaciones tuyas mejores que las de Dios que te hemos servido? �Algunos lo rinden y hay algo escondido dentro de ti? es decir, una sabidur�a mayor y m�s profunda de la que todo hombre conoce; o si no, alg�n pecado secreto que debe ser expulsado antes de que las comodidades se apoderen de �l.

Porque como la herida no puede cerrarse y sanar mientras permanezca en ella alguna parte del arma de hierro; de modo que aqu�, en la Cordiaea passio, o pasi�n del coraz�n, el coraz�n est� tan oprimido y demasiado cubierto, que los cordiales m�s refrescantes no pueden acudir a �l, de modo que incluso se asfixia con el dolor. En alusi�n a lo cual, la Iglesia reza, Lamentaciones 3:65 , "Dales dolor de coraz�n.

"Este fue el caso de Spira; y por el momento podr�a ser el de Job. Posiblemente alg�n pecado o pena podr�a estar en la cabeza de los cuatro y detener el curso de sus comodidades. Este Elifaz pesc�, y lo habr�a descubierto y remediado.

Versículo 12

�Por qu� te lleva tu coraz�n? y a qu� te gui�an los ojos,

Ver. 12. �Por qu� te lleva tu coraz�n? ] Transportarte violentamente; Carolina del Sur. m�s all� de todos los l�mites de la raz�n y la modestia, Quis te furor cordis exagitat? (Pineda.) Hay otro cargo, y m�s alto que el anterior, como si hubiera sido emotae mentis, no bien de ingenio, pero salvaje y arbolado, como lo llaman; o, al menos, que sus pasiones eran demasiado duras para su raz�n, como lo hac�an

Rectam de cardine tollere mentem,

Estamos en un peligro no peque�o de nuestros corazones traviesos. No fue una mala oraci�n de uno, Se�or , al�jame de ese hombre travieso yo mismo, Domine, libera me a malo homine, meipso. Tampoco fue un mal consejo de otro, que dijo: As� que ten cuidado de ti mismo, que te cuides de ti mismo, Ita cave tibi ut caveas teipsum. Aunque no exist�a el diablo, nuestra naturaleza corrupta actuar�a como Satan�s contra s� misma; tendr�a una provisi�n de maldad (como una serpiente tiene veneno) de s� misma, tiene un manantial para alimentarla.

Guarda, pues, tu coraz�n con toda custodia, Proverbios 4:24 ; si no, se escapar� y te llevar� consigo.

�Y a qu� te gui�an los ojos? ] Nictant, celeriter scilicet, et subtiliter. Posiblemente, a Job, a trav�s del dolor y la angustia, se le podr�a hacer gui�ar un ojo mientras les hablaba a ellos, o ellos a �l; y esto lo interpretan err�neamente como hecho con desprecio. Ver Salmo 35:19 . O que estaba tramando alg�n mal, Proverbios 10:10 ; Proverbios 16:30 , o fingiendo una devoci�n extraordinaria y, por lo tanto, cerrando los ojos para ser m�s reservado a Dios. La Vulgata lo tiene: �Por qu� te alza tu coraz�n? y como si estuvieras pensando en grandes cosas, �por qu� est�n tus ojos tan fijos? es para nada bueno, seguro.

Versículo 13

�Que vuelves tu esp�ritu contra Dios, y dejas salir [tales] palabras de tu boca?

Ver. 13. Que vuelvas tu esp�ritu contra Dios ] Ciertamente una falta repugnante, pero simplemente por falta de una interpretaci�n justa. Es como si Elifaz debiera haber dicho: Tu esp�ritu ten�a raz�n cuando valientemente te abatiste bajo la mano afligida de Dios, Job 1:13,22 , pero debido a que la paciencia no ha tenido su obra perfecta, como se manifiesta por tus airadas protestas, tu disputando con Dios y charlando contra �l y sus procedimientos, por lo tanto, llego a la conclusi�n de que no eres perfecto y completo, no todo est� bien.

�Por qu� tu esp�ritu se hincha contra Dios (as� lo traduce la Vulgata)? "He aqu�, su alma que se enaltece no es recta en �l", es cierto, Habacuc 2:4 , Quid tumet contra Deum Spiritus tuus.

�Y dejar�s que tales palabras salgan de tu boca?] Palabras contundentes y blasfemas, no dignas de ser nombradas. Bona verba, quaeso Eliphaz. Es cierto que Job hab�a hablado algunas cosas con m�s franqueza de lo apropiado, y no sin una pizca de amargura. Pero la caridad hubiera hecho lo mejor de esos discursos que tan odiosamente agrava contra �l; y le he ense�ado a usar la misma equidad hacia los dem�s que desear�a que otros usaran para usted. Esa fe (y, por tanto, ese amor) se produce f�cilmente y ense�a a los hombres a creer y pensar bien de s� mismos, y lo que es peor, de los dem�s. Haremos una buena exposici�n si tenemos una buena disposici�n.

Versículo 14

�Qu� es el hombre para que sea limpio? y [el que es] nacido de mujer, para que sea justo?

Ver. 14. �Qu� es el hombre para que sea limpio? ] Elifaz ha terminado de rega�ar (ya es hora de que deba hacerlo), y se pone a razonar; donde, sin embargo, se muestra como un disputador vac�o y problem�tico, insistiendo nuevamente en los mismos argumentos que antes, Job 14:17,19 , y no descansando satisfecho en una respuesta suficiente.

�Job se afirm� alguna vez limpio? �No dijo lo contrario en muchos lugares? Vea Job 14:4 . Solo cuando fue lavado, santificado y justificado en el nombre del Se�or Jes�s y por el Esp�ritu de su Dios, 1 Corintios 6:11 , habl� de su integridad y justicia; no negarse a s� mismo de otro modo manchado por el pecado original y culpable de lo real; por la que pidi� perd�n; seg�n el tenor del pacto de gracia.

Y, por lo tanto, Elifaz podr�a haber ahorrado estas palabras y haber dedicado mejor sus dolores a consolar a Job y exhortarlo a la paciencia. Los jesuitas tienen en este d�a un dispositivo en el manejo de los textos de las Escrituras mediante sus agradables distinciones para desconcertar y oscurecer los lugares m�s claros; y para los que tienen dudas, nada para distinguirlos o ilustrarlos. Una vez m�s, en los puntos de controversia hacen un gran golpe sobre lo que no negamos, pero decimos poco o nada al negocio principal.

Haec quae desesperant renitescere posse relinquunt.

Versículo 15

He aqu�, no conf�a en sus santos; s�, los cielos no est�n limpios ante sus ojos.

Ver. 15. He aqu�, no conf�a en sus santos ] Aqu� procede a probar lo que Job nunca neg�; y Bildad tambi�n tiene lo mismo, Job 25:1,6 Lege eius verba, nam non male huc quadrant, dice Lavater; pon sus palabras a �stos, y se dar�n luz el uno al otro. Ver Trapp en " Job 4:18 ". All� se les llama sus siervos, aqu� sus santos o santos; estos eran los viejos patriarcas, dice la Septuaginta, con quienes Dios en ocasiones se enoj�; y aunque era un Dios que los perdon�, sin embargo se veng� de sus inventos, Salmo 99:8 . Otros lo entienden como los santos en el cielo o los santos �ngeles.

Y los cielos no est�n limpios ante sus ojos ] Ni los del cielo est�n limpios ante sus ojos, as� lo traduce Broughton. Los �ngeles son llamados �ngeles del cielo, Mat 24:36 G�latas 1:8 ; porque hecho con y en los cielos m�s altos, y designado all� para habitar. Sin embargo, en los �ngeles ap�statas y en el cielo, los ojos santos y puros de Dios hallaron impureza, y los entregaron, por tanto, a prisiones de tinieblas, 2 Pedro 2:4 .

Una vez m�s, estar limpio a los ojos de Dios es otra manera de ser que simplemente estar limpio; como ser justo es una cosa, y ser justo delante de Dios otra, Lucas 1:6 . Sordet in conspectu iudicis quod fulget in conceptu operantis. Algunos entienden que el texto es el cielo visible, la m�s pura de todas las criaturas inanimadas; y por lo tanto Cris�stomo, hablando de los santos que oraban que oraron a Pedro para que saliera de la c�rcel, Hechos 12:12,1712:12, 17 , dice que eran ipso coelo puriores afflictione facti, m�s puros que los cielos, pero no son puros ante los ojos de Dios. , pero tienen sus manchas, que contamos con sus bellezas.

Versículo 16

�Cu�nto m�s abominable y inmundo es el hombre que bebe la iniquidad como agua?

Ver. 16. �Cu�nto m�s abominable e inmundo es el hombre? ] Y, por lo tanto, abominable porque sucia, o apestosa y repugnante, como la carne podrida es para la nariz y el paladar. Ahora bien, este es el caso de cada hombre por naturaleza, Salmo 14:3 , nunca ha habido un barril de mejor arenque, sino todo en un escabeche, aunque pocos lo creen. K???? ??? ?????? ????? ?? ??? ????.

Prov. La circuncisi�n de anta�o les ense�� que aquello que fue engendrado por esa parte merec�a, igualmente, como abominable y maldito, ser cortado y desechado por Dios. �Y qu� m�s nos ense�a todav�a el bautismo? Ver Col 2: 11-13 1 Pedro 3:21 . David compara al hombre con las bestias que perecen, pecoribus morticinis, con las bestias que mueren de murrain, y as� se vuelven carro�a, y no sirven para nada, Salmo 49:20 ( Salmo 49:20 .

). Yace pudri�ndose en las tumbas del pecado, envuelto en la s�bana sinuosa de la dureza del coraz�n, y (como el cad�ver se arrastra de gusanos) plagado de concupiscencias nocivas, como el alma de Dios aborrece. �sta es su naturaleza; y por su vida,

Bebe la iniquidad como agua. ] Est� como completamente empapado y empapado en pecado; lo chupa con deleite, como un buey bebe agua o un borracho vino, que prefiere que le quites la vida como su licor, y en su coraz�n podr�a encontrarse ahogado en una culata de Malmsey; como George, duque de Clarence, estuvo en la Torre de Londres y, como dicen algunos, por elecci�n propia. Seguro que un trago de pecado es el �nico tiovivo para un hombre carnal; lo bebe con frecuencia y en abundancia, incluso hasta que se hincha con �l.

Aqu� se observa que Elifaz no dice: El hombre come, sino que bebe iniquidad; porque para comer, el hombre debe masticar, y esto lleva alg�n tiempo y deja libertad para escupir lo que no le agrada; pero la bebida baja sin demora, y generalmente bebemos m�s de lo que comemos; as� que aqu�.

Versículo 17

Te lo mostrar�, esc�chame; y lo que he visto, lo declarar�;

Ver. 17. Te lo mostrar�, esc�chame ] Aqu� Elifaz usa un prefacio breve pero elevado, llamando mucho la atenci�n y suscitando en Job una expectativa sin importancia. Pero

Quid dignum tanto feret hic promissor hiatu - (Horat.)

Este es su argumento:

Esto debe considerarse cierto, lo que demuestra la experiencia, y los sabios nos ense�an, tal como lo han aprendido de sus antepasados ??religiosos.

Pero, tanto la experiencia continua como el consentimiento de los hombres nos ense�an que los hombres malvados tienen terrores por dentro y problemas por fuera.

Por lo tanto, esto debe tomarse por una verdad. Por tanto, tambi�n, por consecuencia, es falso lo que has dicho acerca de la prosperidad de los imp�os, Job 12:6 . Tampoco puedes evitar la acusaci�n de maldad que sufre los castigos de los imp�os. Ahora bien, �qu� es todo esto m�s de lo que Elifaz hab�a dicho en un discurso anterior (de modo que Job podr�a haber gritado, Apage coccysmum? ) S�lo que all� bas� su argumento en una visi�n nocturna; aqu� con el testimonio y consentimiento de ciertos sabios, encomendados por su poder y justicia. Algunos piensan que se refiere a No� y su piadosa posteridad.

Lo que he visto, lo declarar� ] �No creer�s a un testigo ocular? �Qu� puede ser m�s seguro que la vista? Juan 1:1 . Sin duda, si conoci�ramos bien la historia de nuestras propias vidas y hubi�ramos dejado nuestras experiencias, podr�amos tener una divinidad propia. El Salmo 119 se compone de experimentos; y David a menudo nos cuenta lo que hab�a visto y observado.

Versículo 18

Lo que los sabios contaron a sus padres, y no lo ocultaron:

Ver. 18. Lo que los sabios han dicho de sus padres ] Quienes la han transmitido cuidadosa y fielmente como una verdad doctrinal a nosotros, su posteridad, de mano en mano. Porque en la �poca de Job es probable que las Escrituras a�n no estuvieran escritas. Qu�, o qu� cosas los sabios que hicieron, en sus generaciones, Deum recte cognoscere et colere, con raz�n conocen y adoran a Dios, que es la sabidur�a suprema, dice Lactancio.

Han dicho ] Lo he hablado tan clara y abundantemente, como si nos hubieran mostrado las cosas que actuaban ante nuestros ojos.

De sus padres ] Quienes tuvieron cuidado de inculcar buenas instrucciones y verdades celestiales en las mentes de sus hijos, sus familiares y familias, como lo hizo Abraham, G�nesis 18:17,19 , y otros seg�n la propia designaci�n de Dios, Deuteronomio 6:1,2

Y no lo escond� ] sino que lo comuniqu� por el bien de muchos. La luz se difunde por s� misma. El conocimiento se perfecciona mientras se comunica. Cuanto m�s ense�es e impartas a otros, dice uno, m�s rico y h�bil te vuelves (Bodin. Theat. Nat. P. 9). No es el derramamiento lo que seca los arroyos de la gracia, como ese aceite, 2 Reyes 4:6 . Ver Pro 11: 24-25 Salmo 78:2,4 .

Versículo 19

A quien solo se le dio la tierra, y ning�n extra�o pas� entre ellos.

Ver. 19. A quien solo se le dio la tierra ] No� y su piadosa posteridad (como se se�al� anteriormente), a quienes Metodio y otros antiguos llaman, Mundi chiliarchos, los se�ores de todo el mundo, que les dio el poseedor del cielo y la tierra, como Melquisedec llam� primero a Dios, G�nesis 14:19 , y de �l a Abraham, otro pr�ncipe de Dios, G�nesis 22:3, como lo reconocieron aquellos paganos, y heredero de todo el mundo, Rom 4:13 En cuanto a Melquisedec (com�nmente tomado como Sem), �l era rey en Salem, y ning�n extra�o, es decir, ning�n enemigo, lo molestaba; no, no esos grandes saboteadores, Quedorlaomer y sus c�mplices; �stos nunca se entrometieron con Melquisedec y sus s�bditos (probablemente por respeto a su sabidur�a y santidad, por lo que era famoso), no, no cuando, marchando contra los reyes de Sodoma y Gomorra, asolaron y golpearon todos los pa�ses vecinos. Tan cierto de sus s�bditos y territorios fue lo que sigue aqu�,

Y ning�n extra�o pas� entre ellos ] a saber. De manera hostil, de manera guerrera, Neh 4:15 Algunos leen: No pasa nada extra�o entre ellos; como no espada devoradora, ni pestilencia que ande en tinieblas, ni destrucci�n que asola al mediod�a, Salmo 91:6 . Como fue el reinado de Fernando III, rey de Espa�a, durante treinta y cinco a�os. En quibus nec fames nec pestes fuit ni regno, dice L�pez, donde no ocurri� ni hambruna ni pestilencia (Gloss. In Prolog. P�rr. 1).

Versículo 20

El imp�o sufre dolores de parto todos los d�as, y el n�mero de a�os est� escondido para el opresor.

Ver. 20. El imp�o sufre dolores de parto todos los d�as ] Se atormenta a s� mismo, o se empuja a s� mismo (as� lo leen algunos), 1 Timoteo 6:10 . No descansa m�s que uno sobre un potro; tiene sus manos sobre sus lomos, como mujer de parto, Jeremias 30:6 ; se golpea en el muslo; sicut mulierculae in puerperio facere solent, dice Lutero en su nota marginal sobre Jeremias 31:19 .

Y si lo hiciera por su pecado, como lo hace por su miseria, pia esset illa tristitia, et, si disci potest, beata miseria, como lo dice Austin (Epista de agosto 545), su dolor ser�a piadoso, y Su miseria una bendici�n, Dios se compadecer�a de �l, como hizo su gemido haciendo a Efra�n, y todav�a lo recordar�a seriamente, Job 15:23 .

Pero, ay, que los imp�os son fuertes, el hip�crita de coraz�n, que acumula ira, as� no clama cuando Dios lo Job 36:16 , Job 36:16 . O si llora, es peligro, y no peccavi, estoy deshecho, y no, he hecho mal. Por eso Dios muchas veces suelta sobre �l esos tres buitres, cuidado, miedo y dolor, para que se alimenten de su coraz�n.

Rara vez se ve que Dios permite a los m�s queridos del mundo un perfecto contentamiento. En la persecuci�n misma de estas vanidades externas hay mucha angustia, muchos agravios, miedos, celos, deshonras, interrupciones, descontentos. En el goce no santificado de ellos, algo de lo que los malvados tendr�n que quejarse, que dar� una verdura desagradable a sus bocados m�s dulces y har� miserable su misma felicidad; testigo de Acab, Am�n, etc.

Pero luego sigue el aguij�n de la conciencia, que convierte a un Ca�n, a un Pashur, a un Ricardo III, en un terror para s� mismo. Y con este dolor algunos hombres malvados sufren todos sus d�as aqu�, pero de ahora en adelante atormentar� infaliblemente e inexpresablemente las almas de todos ellos, por toda la eternidad. Y esto, con las siguientes ilustraciones, es ese or�culo o sentencia divina que Elifaz recibi� de los hombres famosos antes mencionados, y que no aplica de manera oscura y contundente contra Job, a quien por lo tanto probar�a un hombre inicuo por sus propias confesiones, Job 3:25,26 ; Job 7:13,14, Deuteronomio 28:65 , Job 7:13,14 , comparado con Lev�tico 26:36 Deuteronomio 28:65 , porque lo que Elifaz hab�a o�do de sus antepasados ??no era sino la misma ley, en sustancia, que luego fue escrita por Mois�s.

Y el n�mero de a�os est� oculto al opresor ] Heb. Al terrible tirano, que, como no tiene un verdugo m�s cruel que su propia conciencia, no tiene un disgusto m�s sensible que saber que es mortal y, sin embargo, ignorar cu�ndo debe terminar su tiran�a. El n�mero de a�os de su tiran�a es incierto, dice la traducci�n de la Vulgata. Y de esta incertidumbre, que no sabe c�mo remediar (aunque a veces corre a encender una vela al diablo, a saber.

al consultar con adivinos y hechiceros, para saber de ellos cu�nto tiempo vivir� y qui�n lo suceder�, como hicieron Tiberio y otros tiranos), sigue la sospecha y el miedo, dice Aquino sobre este texto.

Versículo 21

Un sonido espantoso [es] en sus o�dos: en la prosperidad vendr� sobre �l destructor.

Ver. 21. Un sonido espantoso llega a sus o�dos ] Heb. Un sonido de miedo y terror. No uno, sino muchos a la vez, de modo que es un Magormissabib, factus a corde sua fugitivus (Tertul.), Como Ca�n, ese miserable, y esos heveos, con sus avispones de conciencia clamorosa, peor para ellos que si sus cuerpos hab�a sido atormentado con picaduras o desgarrado con rayas, �xodo 23:28 .

�Qu� sonido de terror en sus o�dos asust� a esos sirios! 2 Reyes 7:6 ; �Y esos persas y sarracenos vencidos por Teodosio! Panico terrore incusso, dice el historiador, temerosos de sus propias sombras, se arrojaron desesperadamente al r�o �ufrates, y all� perecieron m�s de cien mil de ellos, A.

D. 394. Los imp�os huyen sin que nadie los persiga, Proverbios 28:1 ; el sonido de una hoja sacudida lo persigue, Lev�tico 26:36 , cuando el justo es valiente como un le�n, y no se asusta por las malas noticias, Salmo 112:7 . Su coraz�n est� equilibrado con el temor de Dios; y de all� es que flota firmemente; sople el viento que quiera, navega al puerto; las tormentas y las tempestades no hacen m�s que golpearlo.

En prosperidad vendr� sobre �l destructor ] Heb. En paz, cuando diga: Paz y seguridad, 1 Tesalonicenses 5:3 . Cuando est� en lo m�s alto ser� destruido, Daniel 4:30,31 . En la plenitud de su suficiencia estar� en apuros, Job 20:22 .

Su corta primavera tendr� un invierno eterno, Salmo 92:7 . Ultimus sanitatis gradus est morbo proximus, dicen los m�dicos, el grado m�ximo de salud es el m�s cercano a la enfermedad; as� los malvados, cuando est�n m�s cerca de la miseria, tienen mayor prosperidad.

Versículo 22

No cree que volver� de las tinieblas, y es aguardado por la espada.

Ver. 22. No cree que volver� de las tinieblas ] Se desanima y desespera de una mejor condici�n, suspirando esa canci�n triste, Spes et fortuna valete; Adi�s esperanza y fortuna, no busca m�s luz y deleite de comodidades anteriores; sabe que los que descienden al abismo oscuro no pueden esperar la verdad de Dios, Isa�as 38:18 ; no quedando ni esperanza de mejor ni lugar de peor. Desperat qui summus est diffidentiae gradus (junio).

Y es aguardado por la espada ] O, mirado por la espada, que aguarda, por as� decirlo, una oportunidad para matarlo. Circumspectans undique gladium, por lo que la Vulgata; mira de esta manera y de esa manera, como temiendo al asesino; su culpa representaba para �l por todos lados nada m�s que espadas desnudas; cree que lo asesinar�n en su cama. Este fue el caso de Saulo, quien sospechaba de sus mejores servidores; del tirano Dionisio, que no se atrevi� a confiar la garganta a su propia hija; de Alejandro Fereo, que no se acostaba con su esposa Tebe, a quien amaba, hasta que primero hab�a registrado la habitaci�n y su bolsillo en busca de herramientas de borde (Cicer�n.

Offic. lib. 2); de Ricardo III, quien, despu�s de la muerte de sus dos sobrinos inocentes, tuvo sue�os y aprensiones espantosos, de tal manera que a menudo saltaba de su cama en la oscuridad y agarraba su espada (que, siempre desnuda, clavada a su lado) , se fue distra�do por la c�mara, en todas partes buscando descubrir la causa de su propia inquietud ocasionada, dice el cron�logo (Dan. Hist. 249).

Tiberio sinti� tan violentamente el remordimiento de conciencia, que protest� ante el Senado de que sufr�a la muerte a diario por miedo a la muerte; despu�s de lo cual el historiador hace esta provechosa observaci�n, Tandem facinora et flagitia in supplicium vertuntur, Los pecados atroces tendr�n por fin severos castigos (T�cito).

Versículo 23

Vaga por el pan, [diciendo]: �D�nde est�? �l sabe que el d�a de las tinieblas est� listo a su mano.

Ver. 23. Vaga por el pan, diciendo: �D�nde est�? ] Es dif�cil para lo necesario, y se alegrar�a de un pedazo de pan, como 1 Samuel 2:5 ; 1 Samuel 2:36 . Este fue el caso de Pythias, una vez tan rico, que entretuvo a un mill�n de hombres (incluso a la enorme hueste de Jerjes) durante tres d�as a su cargo; pero despu�s tan pobre, que muri� de hambre (Herodot.

). Y lo mismo le sucedi� a Gillimer, rey de los v�ndalos, de quien se cuenta la historia, que siendo vencido y asediado por Belisario, le envi� a buscar una esponja para secar sus l�grimas, un c�trico para aliviar su dolor y un trozo de pan para Salva su vida. El propio Belisario se alegr� m�s tarde de mendigar su pan. Y Enrique IV, emperador de Alemania, despu�s de diez a�os de reinado, fue depuesto y conducido a la misma exigencia; con lo cual se dice que hizo uso de esas palabras de Job, Job 19:21 : "Ten piedad de m�, ten piedad de m�, oh amigos m�os, porque la mano de Dios me ha tocado". Y no hay duda de que Elifaz mira a Job en todas estas expresiones, como si fuera el hombre a quien describe aqu� con mucha elocuencia, pero poca caridad.

�l sabe que el d�a de las tinieblas est� listo en su mano ] Su conciencia le dice que a�n no est� en el peor de los casos; �l sabe en s� mismo, dice la Septuaginta, que m�s mal vendr� sobre �l, que su miseria es inevitable y est� al lado; y este conocimiento, estando lleno de miedo, tambi�n est� lleno de tormento; incluso es el infierno de antemano y por encima del suelo.

Versículo 24

La angustia y la angustia lo atemorizar�n; prevalecer�n contra �l, como un rey listo para la batalla.

Ver. 24. El problema y la angustia lo atemorizar�n ] O lo asustar�n, no s�lo por sus comodidades, sino tambi�n por su ingenio y sus sentidos, como lo hizo Carlos el Grande, cardenal de Lorena (Meutis inops moritur). Ver Deuteronomio 28:34 . Tullus Hostilius, el tercer rey de los romanos, ridiculizando la religi�n de su predecesor Numa, como la que emascul� la mente de los hombres, se sinti� tan aterrorizado despu�s que estableci� y ador� a dos nuevos dioses, a saber.

Pavorem et Pallorem, problemas y angustias, que �l ten�a siempre presente con �l, como relata Lactancio. Dio en su Vida (E???????? ??? ??? ???? ??????? ????? ?? ???????) la lamentable agon�a en la que estaba Vitelio el emperador cuando el ej�rcito de Vespasiano march� hacia Roma. Poco tiempo despu�s, en el saqueo de Jerusal�n, algunos jud�os se suicidaron para no caer en manos de los soldados de Vespasiano.

Hic rogo; no furor est, ne moriare, mori?

Ellos prevalecer�n contra �l ] O, rogadle, como un rey est� rodeado, en paz por su guardia, en guerra por su ej�rcito. O lo destruir�n, como un rey listo para la batalla hace las fuerzas de sus enemigos, que �l encamina y arruina. El miedo tiene una fuerza mortal sobre los esp�ritus d�biles; tampoco es de extra�ar que hagan sonar sus campanas al rev�s cuando las cosas comienzan una vez a arder.

Versículo 25

Porque �l extiende su mano contra Dios, y se fortalece contra el Todopoderoso.

Ver. 25. Porque extiende su mano contra Dios ] Digno, por tanto, de que le transfundan en �l una par�lisis muerta, o se seque, como la de Jeroboam, cuando se extend�a contra un profeta; y como Valente, la mano del emperador no pudo sostener una pluma, habr�a suscrito una orden para el destierro de Basilio. Una generaci�n semejante a gigantes hay hasta el d�a de hoy entre los hombres, que enfrentan los cielos, arrojan el guante contra Dios, Erecto collo valido impetu, arrogantia incurva cervice, dice Brentius sobre el texto, con rigidez en el cuello, con toda su fuerza e insufrible. insolencia, como si fuera a prop�sito para cruzar al Todopoderoso y luchar contra una ca�da con �l; pecan con mano en�rgica, Lev 26:21 N�meros 15:30 , y hacen todo lo mal que pueden, Jeremias 3:5, s�, con ambas manos seriamente, Miqueas 7:3 ; persiguiendo a su pueblo que es para �l como la ni�a de sus ojos, y resistiendo siempre al Esp�ritu Santo, Hechos 7:51 .

Seguramente incluso destruir�a a Dios si pudiera, porque lo odia, Romanos 1:30 , con un odio infernal, como la palabra ?????????? all� significa, tal como golpea la esencia misma de Dios, Salmo 18:40 ; conferir 1 Juan 3:15 .

Y se fortalece contra el Todopoderoso ] Sed vanae sine viribus irae. A sus tendones de hierro a�adi� cejas de bronce, Isa�as 48:4 . A su natural hosquedad habitual dureza y dureza; de modo que ahora, como un valiente guerrero, dobla todas sus fuerzas contra el Todopoderoso, pero sin m�s �xito que ser hecho pedazos, Isa�as 8:9 , con su maza de hierro, Salmo 2:9 , Senaquerib por ejemplo. Ver Trapp en " Trabajo 9: 4 "

Versículo 26

Sobre �l corre, [aun] sobre [su] cuello, sobre las gruesas protuberancias de sus pabellones;

Ver. 26. �l corre sobre �l, incluso sobre su cuello ] Vulgata, �l corre sobre �l (Dios) con el cuello erguido; tal es su audacia e insolencia, atrevi�ndose a cometer cualquier maldad atroz, y no temiendo correr contra la parte m�s fuerte de la armadura de Dios, aunque capaz de molerlo hasta convertirlo en polvo. El pecado ha grabado tal descaro en su rostro, que se atreve con la frente llena a encontrarse con Dios, incluso en los puntos de su justicia y juicios justos, en los que �l es el m�s capaz de darnos el impacto, etc.

As�, algunos sienten el texto. Otros (de buena nota tambi�n) refieren que la palabra corre a Dios, y la traducen as�, Dios corre sobre �l, incluso sobre el cuello, etc. Rompiendo sus escudos, cu�ntos y cu�n gruesos sean, lo arrastra por el cuello, como un miserable desdichado vencido, y le impone castigos exquisitos y altos, de acuerdo con Job 31:3 , "�No es destrucci�n para el �malvado? �y extra�o castigo para los que hacen iniquidad? "

Sobre las gruesas protuberancias de sus escudos ] Con lo que el belialista, este campe�n del infierno, se cree mejor armado y protegido contra la fuerza del divino disgusto. Bucklers, adem�s de otros jefes para adorno, ten�an un gran jefe en el medio, con una punta afilada para usar, para perforar y herir al adversario. Ahora bien, Dios tambi�n corre sobre esto, y por ello no se le impide castigar a los refractarios, a estos grandes tentadores, a estos monstruosos hombres de condici�n, que tan ferozmente y sin miedo levantan sus manos contra el cielo, como si quisieran sacar a Dios de sus manos. trono, y arrojar la casa, s�, el mundo, por las ventanas.

Ciertamente, as� como el orgullo resiste a Dios de una manera especial, as� Dios lo resiste de una manera especial, 1 Pedro 5:5 . La raz�n de lo cual la da Boetius: Todos los dem�s vicios, dice �l, huyen de Dios, s�lo el orgullo vuela hacia �l, se destaca y se enfurece contra �l.

Versículo 27

Porque cubre su rostro con su gordura, Y hace collares de gordura en [sus] flancos.

Ver. 27. Porque se cubre el rostro con su gordura ] Esto se menciona como una de las principales causas de su insolencia; �l es un dios del vientre, hace trenzas en la barriga, por lo que Broughton lo hace; ha engordado sus tripas, as� Calvino; se ocupa de mimar su cuerpo; Tambi�n su coraz�n es gordo como la grasa, Salmo 119:70 .

Bene curavit cutem suam in hoc mundo Cuida bien su piel en este mundo. (IVA.). Se engorda, es decir, la prosperidad se enorgullece, y se alegra, Deuteronomio 32:15 . El orgullo y la plenitud del pan fueron los pecados gemelos de Sodoma, Ezequiel 16:49 .

Cuando las personas se sienten irritadas, como lo llamamos, f�cilmente convierten la gracia de Dios en lascivia, Jueces 1:4 , y esa plenitud engendra olvido; como el halc�n alimentado pronto olvida a su amo, y la luna en su plenitud se aleja m�s del sol. Los sensualistas que aman las fiestas, Jueces 5:10 , carecen del Esp�ritu, Jueces 1:19 .

El vientre lleno ensucia el coraz�n. Las malas hierbas m�s rancias crecen en la tierra m�s gruesa; y los que hacen de sus tripas un abismo, bueno, pueden tener collops en sus flancos, pero tienen delgadez en sus almas; de hecho, tienen (como cerdos) sus almas s�lo por sal, para evitar que sus cuerpos se pudran.

Y hace gordura en sus flancos ] Heb. Y hace bocas, es decir, arrugas, sobre sus costados. �l es activo al respecto y se ocupa de hacer provisi�n para la carne, Romanos 13:14 . Trabaja "por la carne que perece", Juan 6:27 .

Vive para comer y se r�e gordo, hasta que su coraz�n, ahora endurecido por el enga�o de su pecado, se vuelve tan insensible como el de Dionisio, el Heraclot, que no sent�a cuando los hombres le clavaban agujas en su grueso vientre; o esos osos de Plinio, que no se mov�an con los aguijones m�s agudos.

Versículo 28

Y habita en ciudades desoladas, [y] en casas donde nadie habita, que est�n listas para convertirse en montones.

Ver. 28. Y habita en ciudades desoladas ] Como antes hab�an sido desoladas, pero ahora son edificadas por �l nuevamente, para darle un nombre y renombre entre los hombres, y hacerse formidable, como lo hacen los que se construyen fortalezas en las alturas. rocas, como si fueran a hacer la guerra contra el cielo, Ad numinis contemptum et hominum terrorem (Merl�n). Quiz�s, dice aqu� Diodati, se refiere a aquellos reyes de imperios violentos, que repararon o edificaron grandes ciudades despu�s del diluvio, como Nimrod, Ashur y otros, Gen 10: 8 Job 3:14 Isa�as 23:13 , y se levantaron sobre otros ruinas de hombres. El alcance de Elifaz es mostrar que un hombre que tiene un gran poder entre los hombres comienza a pensar que tambi�n es lo suficientemente fuerte para Dios.

Y en casas donde nadie habita ] Porque ha expulsado a los habitantes a causa de sus opresiones. Este es el pecado clamoroso de los despobladores, que se edifican lugares desolados, Job 3:14 ; y cercadores, que traicionan las ciudades, como Roma hizo con Cartago, con distinci�n, Salvaremos la ciudad, pero destruiremos la ciudad. Esto se ha se�alado como una gran falla en nuestra naci�n, y por lo tanto Goropius cree que los ingleses se llamaban Angli porque eran buenos pescadores y ten�an habilidad para colocar varios cebos cuando pescaban para ganarse la vida de otros hombres.

Pero �se es su error, aunque quiz�s deliberado, porque fuimos llamados as� por el viejo Angli que lleg� con los sajones, y fuimos sometidos por los normandos, cuyo duque, Guillermo el Conquistador, pag� caro sus despoblaciones en New Forest, donde Se demolieron treinta y seis iglesias parroquiales y se removi� a sus habitantes para dar cabida a la caza de animales o perros. Varios de sus hijos y sobrinos llegaron all� con fines prematuros, por lo que es peligroso para los hombres probar Abaddons o destructores.

Que est�n a punto de convertirse en montones ] Montones de piedras: las estructuras m�s fuertes del mundo est�n sujetas a la ruina. Aseg�rate del cielo, que el fil�sofo so�aba con cari�o que estuviera hecho de piedra (arcos), y que alg�n d�a se arruinar�a. Pero cualquier cosa que suceda con los cielos visibles, que ser�n purificados por el fuego del �ltimo d�a, bien podemos escribir sobre lo invisible, como nos dice Hip�crates que fue grabado en las puertas de cierta ciudad, Intacta manet, permanece intacto.

Y como los venecianos se jactan de su ciudad, que todav�a es virgen, porque desde la primera fundaci�n de la misma (que es de 1200 a�os desde o cerca) nunca lleg� a manos de un enemigo extranjero.

Versículo 29

No se enriquecer�, ni sus bienes subsistir�n, ni prolongar� su perfecci�n sobre la tierra.

Ver. 29. No se har� rico, ni tampoco su patrimonio, etc. ] Si es rico, es para maldad, y tampoco es probable que contin�e con �l, porque Dios soplar� y destruir� su sustancia, que es el fuerte y la fortaleza, Isa�as 10:14 . Resuelve que ser� rico, 1 Timoteo 6:9 , y est� decidido a ello.

Dios, para enfadarlo, dice aqu�: No se har� rico, pero yo har� de �l un pobre tonto, seg�n Jeremias 17:11 , "Como la perdiz se posa sobre huevos y no los incuba, as� el que hace riquezas y no por derecho, los dejar� en medio de sus d�as, y al final ser� un necio ". Hay una maldici�n sobre las pr�cticas ilegales, aunque los hombres sean trabajadores, como en Joacim, Jer 22:19. Es Dios quien da poder para hacer riquezas, Deuteronomio 8:18 . Nuestro cuidado no puede agregar un centavo a nuestra herencia m�s de lo que puede agregar un codo a nuestra estatura, Mateo 6:27 .

No prolongar� su perfecci�n ] Vulgata, no enviar� su ra�z en la tierra. "El hombre no ser� establecido por la maldad", dice Salom�n: "pero la ra�z de los justos permanecer�", Proverbios 12:3 ; Ver Trapp en " Pro 12: 3 "

Versículo 30

No saldr� de las tinieblas; la llama secar� sus ramas, y con el aliento de su boca se marchar�.

Ver. 30. No saldr� de las tinieblas ] Sino que ser� retenido bajo una miseria sin remedio, siendo siempre condenado e ignorado, hasta que Dios por fin infunda sobre �l su desagrado final. Cuando Dios puso a los imp�os en apuros, all� los retiene; no as� los piadosos, Salmo 34:19 , est�n seguros de liberaci�n a su debido tiempo.

Y como antes de la luz de la ma�ana es la oscuridad m�s espesa, as� antes de ayudar a las pruebas m�s duras. Post tenebras lux, Despu�s de las tinieblas, la luz es el lema cristiano; no as� los imp�os, son ex tenebris in tenebras, infelieiter exclusi, infelicius excludendi, como dice Austin, para pasar de una oscuridad a otra, hasta ser arrojados a la m�s absoluta oscuridad (Hom. 16).

La llama secar� sus ramas ] Que ventus urens et exsiccans de la ira de Dios arder� y consumir�, no s�lo a su descendencia, sino a toda su belleza y valent�a; Ser� como �rbol golpeado por el trueno, Zacar�as 11:16 .

Y por el aliento de su boca se marchar�] Dios lo destruir�, su mismo aliento lo dejar� sin aliento, Isa 11: 4 Salmo 18:15 Job 4:9 ; Ver a Trapp en " Isa 11: 4 " Ver a Trapp en " Sal. 18:15 " Ver a Trapp en " Job 4: 9 " Otros entienden que es la boca del malvado, y toman esto como el sentido, �l ser� tan col�rico e impaciente en su aflicci�n, que de repente lanzar� su �ltimo aliento en un arrebato apasionado. Tambi�n lo hicieron Nerva, el emperador, Valentiniano, Wenceslao, rey de Bohemia y nuestro Enrique II.

Versículo 31

El enga�ado no conf�e en la vanidad, porque la vanidad ser� su recompensa.

Ver. 31. No conf�e el enga�ado en la vanidad ] Baste que ya haya sido enga�ado una vez por la incertidumbre de las riquezas, que nunca fueron fieles a los que confiaban en ellas, ni lo ser�n, 1 Timoteo 6:17 . Como sol�a decir Carondas de hacerse a la mar, y otro de ir a la justicia, que no se preguntaba por los que van una vez, sino por los que van por segunda vez.

As� tambi�n nosotros con aquellos que habiendo hallado el enga�o del pecado y la inestabilidad de las comodidades de las criaturas, sean nuevamente atra�dos y enga�ados. Aqu� Elifaz advierte a Job de esta locura, y no quiere que tropiece dos veces con la misma piedra, sino que libere su alma, si alguna vez Dios lo restaurara y dijera: "�No hay mentira en mi mano derecha?" �Por qu� me alimento de cenizas? & c., Isa�as 44:20 .

Porque la vanidad ser� su recompensa ] es decir, la pobreza y la miseria ser�n su porci�n, como la verg�enza ser� la porci�n de los necios, Proverbios 3:35 . Como �l sembr� viento, as� segar� torbellino, del cual es probable que tenga una gran cosecha, Oseas 8:7 ; Ver Trapp en " Hos 8: 7 "

Versículo 32

Se cumplir� antes de tiempo, y su rama no estar� verde.

Ver. 32. Se cumplir� antes de su tiempo ] Heb. En no su d�a. Aquella recompensa antes mencionada de calamidad y muerte ser� apresurada, de modo que no vivan la mitad de sus d�as, Salmo 55:22 , sino die tempore non suo, Eclesiast�s 7:15 , entonces cuando les fuera mejor hacer algo m�s bien que morir, ya que perecen en sus corrupciones, mueren con la muerte, Apocalipsis 2:23 ; ver Proverbios 7:27 .

La muerte se lleva siempre a un hombre malvado sin provisi�n, Haec enim vena nobis ab Adam agnata est, ut nullam arborem ad suspendium aptam invenire possimus: neque unquam caro mortem eligit, nisi pressa iudicio (Brent. In loc.). Aqu�, naturalmente, so�amos con una inmortalidad, ni nos entregamos a morir hasta que haya una necesidad, Miserandum est autem, dice Lavater; pero es una l�stima que, siendo todos tan deseosos de la vida, debamos tan poco preocuparnos por aquellas cosas que alargar�an nuestra vida, como la piedad, la justicia, la templanza, etc. olvidamos ese corto camino a una larga vida, Salmo 34:12 .

Su rama no ser� verde ] Heb. Su rama torcida o inclinada; esta es su propiedad completa o abundante, esas ramas suyas, cargadas e inclinadas de frutos, no estar�n verdes, sino que estar�n arrugadas y secas; ramificans eius non virescet. Es una miseria ser el v�stago de una estirpe malvada, porque los tales, como dejan el resto de sus bienes a sus peque�os, Salmo 17:14 , as� les dejan la maldici�n de Dios, como legado de Joab, 2 Samuel 3:29 , o como la lepra de Giezi, 2 Reyes 5:27 , un legado miserable.

Versículo 33

Sacudir� su uva verde como la vid, y su flor como la aceituna arrojar�.

Ver. 33. �l sacudir� sus uvas verdes como la vid ] Filios intelligit per batra, et pueros per florem, dice Vatablus: es decir, por uvas verdes se refiere a los hijos del imp�o que han crecido; y por las flores del olivo, sus peque�os: y as� ocurre con el primero, solo que florecido con dos semejanzas, �l (es decir, Dios) arrancar� sus uvas agrias como las vides; as� lo tradujo Broughton: Luctuosa foecunditas (como la de Laeta, en Jer�nimo, Epist.

7, que enterr� a muchos ni�os) es una aflicci�n dolorosa. Si el capullo o la flor se pudren, �qu� esperanza puede haber del fruto? Otros entienden que es la muerte prematura, como antes, o la decadencia de sus riquezas y posesiones.

Versículo 34

Porque la congregaci�n de los hip�critas [ser�] asolada, y fuego consumir� los tabern�culos de soborno.

Ver. 34. Porque la congregaci�n de los hip�critas ser� desolada ] Heb. Del hip�crita; donde parece se�alar a Job, como por las uvas verdes y las flores del olivo, �l hab�a entendido a los hijos y posesiones de Job 15:33 , Job 15:33 . Ahora toda la congregaci�n o el adiestramiento y el s�quito del Dios hip�crita desanimar�n y arruinar�n, dice Elifaz; todos ser�n como uno solo, as� lo tiene el original.

Y el fuego consumir� los tabern�culos del soborno ] Heb. Los tabern�culos de un soborno. Bajo estas dos cabezas, dice uno, podemos reducir toda clase de pecadores; pecadores contra Dios bajo la noci�n de hip�critas; y pecadores contra los hombres bajo la noci�n de sobornadores; ??????????, dice la Septuaginta, es decir, receptores de regalos; y la palabra hebrea significa, un regalo en general; tambi�n se toma como soborno, porque muchos regalos son sobornos, Munera sunt honoraria vel corruptoria (Lavat.

en loc.). Ahora las casas construidas con sobornos o con much�simos regalos ser�n consumidas y quedar�n en nada, Jer 22: 13-17 Habacuc 2:9,12 ; vea la nota all�. Este Elifaz se burla de Job, pero en esto lo trat� tan injustamente como lo hizo Bouner con Philpot, el m�rtir, cuando le dijo: Tambi�n acuso tu cargo, que mataste a tu padre, y que tu madre te maldijo en su lecho de muerte (Hechos y Mon. fol. 1650).

Versículo 35

Conciben maldad, dan a luz vanidad, y su vientre prepara enga�o.

Ver. 35. Conciben la travesura y dan a luz la vanidad ] Aqu� Elipbaz para terminar, mediante una met�fora elegante y habitual tomada de la maternidad, muestra que todos los que conciben con enga�o o mal a los dem�s, para ese momento han calculado bien sus meses. aunque nunca crezcan tanto, no producir�n m�s que viento y vanidad. Como una mujer que piensa que ha concebido y es enga�ada, se complace con los pensamientos de un ni�o, pero no produce nada m�s que viento, agua o alguna masa muerta.

Brentius ejemplifica esto por los papistas, ideando tot modos et formas confitendi et missandi, tantas formas y formas de confesar y concentrar. Las almas pobres, cuando son picadas por los sermones de los frailes, o cuando tienen la mente turbada, corren a esas pr�cticas en busca de ayuda, pero todo en vano; porque aunque se quedan quietos por un tiempo, la conciencia se rebela sobre ellos y, haci�ndolos miserables, los deja desesperados, como el papado es una doctrina de desesperaci�n.

Mientras tanto, hasta que sean refutados por el evento, los hombres malvados se complacen a s� mismos no poco en sus concepciones pecaminosas; tienen una especie de sensus veneris (que Scaliger tendr� que ser el sexto sentido, adem�s de los cinco com�nmente contados), un deleite sensual en sus proyectos pecaminosos, In male agendo voluptatem quaesierunt (Merl�n). Como alguien, hablando del Concilio de Trento, dice: Que fue llevado a cabo por el Papa con una astucia y un arte tan infinitos, que ellos mismos sonreir�n incluso en los triunfos de su propio ingenio, cuando lo escuchen pero mencionado, como en una estratagema maestra (Spec.

Europ.). Estos paganos (as� se les llama, Apocalipsis 6: 2) no consideran, que mientras se agitan as�, imaginan una cosa vana, Salmo 2:1 , y que el nombre del ni�o es vanidad, como aqu�.

Y su vientre prepara enga�o ] No su cabeza, sino su vientre, prepara (con precisi�n y fuerza, por eso la palabra significa) enga�o, autoenga�o (as� algunos lo sienten), o m�s bien para enga�ar y deshacer a otros a quienes no pueden vencer con poder. , para vencer por la astucia. Y en estos proyectos enga�osos se deleitan y obtienen una especie de placer contemplativo, como lo hace la persona voluptuosa en su lujuria, Salmo 52:1,2 .

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre Job 15". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/job-15.html. 1865-1868.
 
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