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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario Popular de la Biblia de Kretzmann Comentario de Kretzmann
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Job 2". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/job-2.html. 1921-23.
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Job 2". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
Nuevamente hubo un d�a, alg�n tiempo despu�s de que Satan�s hab�a agotado sus esfuerzos para sacudir la piedad de Job mediante la destrucci�n de su propiedad y la matanza de sus hijos, cuando los hijos de Dios, los �ngeles, como ministros de Jehov�, llegaron al presente. ellos mismos ante el Se�or, y Satan�s tambi�n vino entre ellos para presentarse ante el Se�or, como en la ocasi�n anterior, 1:13.
Versículos 1-8
Trabajo afectado por una enfermedad grave
Versículo 2
Y el Se�or dijo a Satan�s: �De d�nde vienes? Y Satan�s respondi� al Se�or y dijo, tal como lo hab�a hecho antes: De ir y venir por la tierra y de andar de un lado a otro en ella, en su esfuerzo incansable e incesante de da�ar las obras del Se�or y de conducir a los hombres a la tierra. pecado.
Versículo 3
Y el Se�or dijo a Satan�s: �Has considerado a mi siervo Job, es decir, al concentrar su atenci�n en �l, que no hay otro como �l en la tierra, un hombre perfecto y recto, que teme a Dios y se aparta del mal? Cf 1: 1. Y a�n as�, a pesar de la severa aflicci�n que le hab�a sobrevenido, mantiene firme su integridad, su piedad y la perfecci�n de su justicia delante de los hombres, aunque me empujaste contra �l para destruirlo sin causa,es decir, d�ndole permiso a Satan�s para enviarle tales grandes desgracias, parte de las cuales inclu�a el uso de las fuerzas de la naturaleza, que Dios; en cierto modo, puesto a su disposici�n. N�tese la iron�a divina en el lenguaje de Jehov�, especialmente en contraste con la burla desconcertada de Satan�s.
Versículo 4
Y Satan�s respondi� al Se�or y dijo, en la ira debido a su fracaso, Piel por piel; s�, todo lo que un hombre tiene lo dar� por su vida. El significado de este dicho proverbial es que nada externo es tan caro para un hombre, pero que con gusto lo dar� por algo similar; la vida de un hombre, sin embargo, no puede ser reemplazada y, por lo tanto, un hombre sacrificar� todo lo dem�s por el bien de su vida.
Versículo 5
Pero extiende tu mano ahora y toca su hueso y su carne, golpe�ndolo incluso desde la distancia al hacer un pase por su vida, y �l te maldecir�, renunciar� y te rechazar� en tu rostro.
Versículo 6
Y el Se�or, queriendo permitir incluso esta prueba de la integridad de Job, de la sinceridad de su justicia y piedad, dijo a Satan�s: He aqu�, �l est� en tu mano, es decir, para afligir con enfermedades graves; pero, salvo su vida, este �ltimo podr�a estar en peligro en la prueba propuesta, pero no debe ser privado de ella.
Versículo 7
As� sali� Satan�s de la presencia del Se�or e hiri� a Job con llagas desde la planta del pie hasta la coronilla, siendo la enfermedad la peor forma de lepra, con �lceras o fur�nculos horribles y una condici�n inflamada de las articulaciones, que caus� dolor. la persona afligida casi indefensa.
Versículo 8
Y le llev� un tiesto para rascarse, evidentemente para aliviar el intolerable picor de las llagas supurantes; y se sent� entre las cenizas, para indicar que estaba sumergido en el dolor y el duelo. Las pocas palabras pintan un cuadro de tan absoluta degradaci�n y miseria despu�s de la gran felicidad de la que Job hab�a disfrutado, que el contraste es extremadamente impactante. Rara vez un creyente es probado tan severamente como Job y, por lo tanto, su ejemplo sirve para animar e inspirar a los hijos de Dios para siempre.
Versículo 9
Entonces le dijo su esposa, cuya confianza en Dios evidentemente no estaba tan firmemente fundada como la de la v�ctima, a �l: �A�n retienes tu integridad? Se estaba aferrando a una virtud que, como ella supon�a, no le serv�a de nada en ese momento. El asombro mostrado por la esposa de Job es el que se encuentra en todos los incr�dulos y falsos cristianos cuando no pueden explicar a su propia satisfacci�n cada acto de Dios y cada desgracia que les acontece. Maldice a Dios y muere. Quer�a que �l renunciara a Dios, toda su confianza en Jehov�, y luego abandonara la lucha por la vida o sufriera el castigo de la blasfemia.
Versículos 9-13
Job reprende a su esposa
Versículo 10
Pero �l, reprendi�ndola duramente por su falta de confianza en la bondad de Jehov�, le dijo: T� hablas como habla una de las mujeres insensatas, de una manera imp�a y sin Dios, que �l, como sus palabras implican, no habr�a esperado. de ella. �Qu�? �Recibiremos el bien de la mano de Dios, y no recibiremos, aceptaremos y soportaremos voluntariamente el mal? En todo esto Job no pec� con sus labios. Si hab�a una tentaci�n de murmurar en el coraz�n de Job, hasta ahora la hab�a combatido.
Versículo 11
Cuando los tres amigos de Job se enteraron de todo este mal que le hab�a sobrevenido, vinieron cada uno de su propio lugar: Elifaz, el temanita, probablemente de Idumea, y Bildad, el suhita, en el desierto al este del mar Muerto, y Zofar, el naamatita, es decir, de una regi�n de la Baja Arabia; porque hab�an concertado una cita para venir a llorar con �l y consolarlo, se reunieron con cita previa y viajaron a la casa de Job para traerle alg�n tipo de consuelo, si eso era posible.
Versículo 12
Y cuando alzaron los ojos de lejos y no lo reconocieron, no reconocieron a su amigo en esta masa informe de carne enferma, alzaron la voz y lloraron, en simpat�a por el sufrimiento de su amigo; y rasgaron a cada uno su manto y rociaron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo, es decir, arrojaron pu�ados de polvo lo m�s alto posible para significar que la miseria de Job clam� al cielo, y luego lo dejaron caer sobre sus cabezas para mostrar la profundidad de su dolor.
Versículo 13
De modo que se sentaron con �l en el suelo siete d�as y siete noches, y nadie le habl� una palabra, pues su dolor de compasi�n era demasiado grande para expresarlo; porque vieron que su dolor era muy grande, que la aflicci�n de su dolor era insoportable. Es totalmente encomiable que los amigos se compadezcan de un que sufre, mezclen sus propias l�grimas con las de �l y demuestren que realmente lo sienten, Romanos 12:15 .