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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario del Pobre Hombre de Hawker Comentario del Pobre Hombre
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto Cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
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Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre 1 Corinthians 14". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/1-corinthians-14.html. 1828.
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre 1 Corinthians 14". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
CONTENIDO
El Ap�stol est� disertando en este Cap�tulo, sobre los dones espirituales y la profec�a. Se�ala la gran ventaja de ministrar en la congregaci�n en un idioma apropiado para los oyentes. Y el Ap�stol agrega, alguna Instrucci�n, para el mejor Orden de Adoraci�n.
Versículos 1-15
(1) Sigan la caridad y deseen los dones espirituales, pero m�s bien puedan profetizar. (2) Porque el que habla en lengua desconocida, no habla a los hombres, sino a Dios; porque nadie le entiende; sin embargo en el esp�ritu habla misterios. (3) Pero el que profetiza habla a los hombres para edificaci�n, exhortaci�n y consolaci�n. (4) El que habla en lengua desconocida, se edifica a s� mismo; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.
(5) Quisiera que todos hablaran en lenguas, pero m�s bien que profetizaran; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a menos que las interprete, para que la iglesia reciba edificaci�n. (6) Ahora bien, hermanos, si vengo a vosotros hablando en lenguas, �de qu� os beneficiar� si no os hablare por revelaci�n, o por conocimiento, profetizando o por doctrina? (7) Y aun las cosas sin sonido que dan vida, ya sea la flauta o el arpa, a menos que den una distinci�n en los sonidos, �c�mo se conocer� lo que se toca al flauta o al arpa? (8) Porque si la trompeta da un sonido incierto, �qui�n se preparar� para la batalla? (9) As� tambi�n vosotros, si no pronunci�is por la lengua palabras f�ciles de entender, �c�mo se conocer� lo que se dice? porque hablar�is al aire.
(10) Puede que haya tantos tipos de voces en el mundo, y ninguna de ellas carece de significado. (11) Por tanto, si no conozco el significado de la voz, ser� para el que habla un b�rbaro, y el que habla me ser� un b�rbaro. (12) As� tambi�n vosotros, en cuanto sois celosos de los dones espirituales, procurad sobresalir en la edificaci�n de la iglesia. (13) Por tanto, el que habla en lengua desconocida, ore para poder interpretar.
(14) Porque si yo oro en lengua desconocida, mi esp�ritu ora, pero mi entendimiento es infructuoso. (15) �Qu� es entonces? Orar� con el esp�ritu, y orar� tambi�n con el entendimiento; cantar� con el esp�ritu, y cantar� tambi�n con el entendimiento.
El lector debe observar que aqu� y en otras partes de las Escrituras, profetizar es un t�rmino que se usa para la predicaci�n. Ver Mateo 7:22 . Y, el profetizar o predicar el Evangelio, cuando es comisionado y enviado por el Esp�ritu Santo, es, como dice el Ap�stol, m�s deseable que cualquier otro don. Si el lector quisiera se�alar la gran diferencia, entre los enviados por Dios Esp�ritu Santo, y los que corren sin ser enviados; que compare Hechos 13:2 ; Jeremias 14:14 y Jeremias 13:21 con Hechos 16:9 ; Hechos 16:9
Lo que Pablo dijo, de hablar en una lengua desconocida, es decir, una que no fue entendida por la gente, es probable, aludi� al uso del hebreo original; que, aunque algunos de los hombres m�s instruidos pod�an hablar, era ahora, en su mayor parte, una lengua muerta. Pero, la parte m�s interesante a considerar, en lo que el Ap�stol ha dicho aqu�, al establecer reglamentos para la debida observancia de los mismos en el culto divino, es lo que ha entregado, con respecto a los dones de Dios el Esp�ritu Santo.
Todas las instituciones de la Iglesia de Dios, para hacerlas rentables, deben estar excitadas al principio, dirigidas e influenciadas en cada parte, y tanto al principio como al final, deben estar totalmente bajo las operaciones dulces y santificadoras de Dios el Esp�ritu. Debemos orar con el Esp�ritu y cantar con el Esp�ritu, cuando uno o ambos se hacen correctamente, o el todo no vale nada a los ojos de Dios. Todas las preparaciones del coraz�n y las respuestas de la lengua son del Se�or, Proverbios 16:1 .
Es el Esp�ritu Santo, el �nico que puede despertar un sentimiento de necesidad en el alma. Es el Esp�ritu Santo, que puede hacer sensible, donde solo pueden suplirse las necesidades de la plenitud de Cristo. Es solo el Esp�ritu Santo el que puede abrir una comunicaci�n entre Cristo y el alma, y ??dar un refrigerio, tanto en el esp�ritu como en el entendimiento, para la gloria del Se�or y la felicidad de sus pueblos. Y muy bienaventurado es cuando el pueblo del Se�or es sometido a las graciosas impresiones de Dios el Esp�ritu, y conoce, siente y disfruta estas cosas en los tiempos de adoraci�n santa.
Bienaventurado el pueblo que conoce el alegre sonido; Caminar�n, oh Se�or, a la luz de tu rostro. Salmo 89:15 .
Versículos 16-22
(16) De lo contrario, cuando bendigas con el esp�ritu, �c�mo dir� am�n el que ocupa el lugar de los ignorantes en tu acci�n de gracias, si no entiende lo que dices? (17) Porque de cierto, bien das gracias, pero el otro no es edificado. (18) Doy gracias a mi Dios, hablo en lenguas m�s que todos vosotros: (19) Sin embargo, en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para que con mi voz pueda ense�ar tambi�n a otros, que diez mil palabras en un lengua desconocida.
(20) Hermanos, no sean ni�os en entendimiento; aunque sean hijos con malicia, pero sean hombres con entendimiento. (21) En la ley est� escrito: Con hombres de otras lenguas y de otros labios hablar� a este pueblo; y sin embargo, a pesar de todo, no me oir�n, dice el Se�or. (22) Por tanto, las lenguas son por se�al, no para los que creen, sino para los que no creen; pero la profec�a no sirve a los que no creen, sino a los que creen.
He notado en mi Concordancia del pobre, algo en relaci�n con el Am�n, con el que nos encontramos con tanta frecuencia en las Escrituras. De modo que no creo necesario en este lugar, ampliarlo al m�ximo. Sin embargo, adem�s de lo que all� se ofreci�, quisiera comentar, que m�s all� del sentido muy dulce y bendito que tiene, en alusi�n al Se�or Jesucristo, y como uno de sus nombres expresos; tiene otros objetos de importancia que merecen nuestra atenci�n.
Sin duda, en todos los sentidos de la palabra, su m�s alto y mejor significado se refiere a Cristo; s�, significa Cristo mismo: el Am�n, el testigo fiel y verdadero. Y en cada uso de �l, toda la Iglesia un Dios debe detenerse con profunda reverencia, en el recogimiento del Se�or Jesucristo. Lo considerar�a verdaderamente como de Jehov�; su Palabra inalterable, prop�sito, voluntad, placer, deleite, en Cristo.
Pero, por lo que el Ap�stol dice aqu�, de los ignorantes diciendo Am�n, al dar gracias, parece que el uso de la palabra en la Iglesia ten�a la intenci�n de expresar algo de no poca importancia. Una ignorancia de lo que se hab�a dicho, o un malentendido, o la falta de un consentimiento sincero y cordial, con quiz�s otras cosas de naturaleza similar, lo hac�an excepcional; y luego, se volvi� inapropiado.
Pablo parece enfatizar el mal uso de �l, que en ese caso, la persona que lo usa no se edifica. El Am�n, era una antigua costumbre en la antigua Iglesia. Y, sin duda, su uso fue con la mirada puesta en Cristo, 1 Cr�nicas 16:36 ; Nehem�as 8:6 .
Algunos escritores antiguos nos dicen que los jud�os ten�an varias formas de usar la palabra; y seg�n ese uso, ten�a diferentes significados. Un am�n sincero, largo y pleno estaba destinado a intimar, todo de bienaventuranza. Por el contrario, una expresi�n fr�a, corta y apresurada de la palabra llevaba consigo la idea de que la persona no era sincera en lo que dec�a. �Lector! mientras t� y yo nos bendecimos, en nuestro glorioso Am�n, Cristo Jes�s, el Dios de verdad, tendremos toda la verdadera bienaventuranza de la palabra; y poder en todo tiempo poner a nuestro Am�n que Dios es veraz, Isa�as 65:16
No puedo pasar por alto sin darme cuenta, lo que dice Pablo, de que los hermanos no son ni�os en el entendimiento. Es una consideraci�n melanc�lica, cu�ntos de los amados hijos de Dios contin�an d�biles, en el punto de entendimiento, y permanecen como beb�s en Cristo la mayor parte de su vida. No puedo llamar a ese hombre, que no sea un ni�o, un mero beb� en la gracia, que nunca pasa de las dudas y temores, los altibajos de la incredulidad.
La madurez, y la madurez en la gracia, se conoce, por un establecimiento y firmeza, en la fe y la esperanza de los hijos de Dios. El amado Ap�stol habla de j�venes fuertes, y a quienes hab�a escrito sobre eso; y la palabra de Dios permanec�a en ellos, y hab�an vencido al maligno, 1 Juan 2:14 . Y aqu� radica la fuerza de los tales en el Se�or.
Son fuertes en la fe, que Dios es m�s honrado, m�s glorificado por la obediencia y muerte de Cristo, como Fianza y Representante del pecador; que Dios es deshonrado por los pecados y transgresiones del pecador y toda su indignidad. Y por eso, cuando se establece por gracia, firme e inquebrantable en este bendito principio: el hombre ya no es un ni�o en el entendimiento; pero bien ense�ado y bien establecido por Dios.
�Pero lector! esta es la obra de Dios; no del hombre. As� dice el Se�or, y as� lo sabe el pueblo del Se�or. Ver 2 Corintios 1:20 .
Versículos 23-40
(23) Si, pues, toda la iglesia se re�ne en un mismo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o incr�dulos, �no dir�n que est�is locos? (24) Pero si todos profetizan, y entra uno que no cree, o un ignorante, est� convencido de todo, es juzgado por todos: (25) Y as� se manifiestan los secretos de su coraz�n; y as�, postr�ndose sobre su rostro, adorar� a Dios e informar� que Dios est� en ti de verdad.
(26) �C�mo es entonces, hermanos? cuando os reun�s, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelaci�n, tiene interpretaci�n. Deje que todo se haga para edificaci�n. (27) Si alguno habla en lengua desconocida, sea de dos, o como mucho de tres, y eso por supuesto; y deja que uno interprete. (28) Pero si no hay int�rprete, guarde silencio en la iglesia; y que hable consigo mismo y con Dios.
(29) Que los profetas hablen dos o tres, y que el otro juzgue. (30) Si algo se revela a otro que est� sentado, el primero calla. (31) Porque todos pod�is profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean consolados. (32) Y los esp�ritus de los profetas est�n sujetos a los profetas. (33) Porque Dios no es autor de confusi�n, sino de paz, como en todas las iglesias de los santos.
(34) Callen vuestras mujeres en las iglesias, porque no les est� permitido hablar; pero se les manda obedecer, como tambi�n dice la ley. (35) Y si quieren aprender algo, que pregunten a sus maridos en casa, porque es una verg�enza que las mujeres hablen en la iglesia. (36) �Qu�? �Sali� de ti la palabra de Dios? �O te lleg� solo a ti? (37) Si alguno se cree profeta o espiritual, reconozca que lo que les escribo son mandamientos del Se�or. (38) Pero si alguno es ignorante, ignore. (39) Por tanto, hermanos, codiciad profetizar, y no prohib�is hablar en lenguas. (40) H�gase todo con decencia y en orden.
S�lo detendr� al lector con una breve observaci�n, sobre lo que el Ap�stol ha dicho aqu�, de una Iglesia del Evangelio, y la convicci�n forjada por el Esp�ritu de Dios, en el coraz�n de un pobre pecador, entrando inesperadamente y contemplando la palabra del Se�or. gente as� reunida y sintiendo la bendita influencia de la gracia del Se�or en su coraz�n. �Qu� hermosa representaci�n ha hecho de una Iglesia as�! �Y qu� est�mulo para el pueblo del Se�or reunirse! �Y qui�n dir�, hasta qu� punto, tales eventos ocurren continuamente en la vida? �Qui�n calcular� el n�mero de conversos salvadores, bajo un evangelio predicado, por Dios el Esp�ritu, mediante el ministerio de su bendita Palabra? La descripci�n del Ap�stol, de los secretos del coraz�n del pobre pecador, que se manifiestan, y el postrarse sobre su rostro, en confesi�n abierta, del Se�or ' la palabra est� armada con el poder del Se�or; son hermosas representaciones del caso.
�Y lector! cuando usted y yo consideramos, que a esta convicci�n del alma por el Esp�ritu Santo, como se dirigen las flechas del carcaj del Se�or, en su Palabra sagrada, que todas las Personas de la Deidad concurren en el vasto designio: Dios el Padre atrae a Cristo: Juan 6:44 . Dios el Hijo atrae hacia s� mismo: Juan 12:32 , y Dios el Esp�ritu hace que el alma quiera en el d�a de su poder, Salmo 110:3 : qu� obra maravillosa debe ser en s� misma; �Y cu�n enormemente importante a los ojos de Dios? �Lector! �Ha tenido lugar en su coraz�n un efecto como el que aqu� describi� el Ap�stol? �Has sentido, en la asamblea del pueblo de Dios; la palabra del Se�or, viva y poderosa, y m�s cortante que cualquier espada de dos filos? Hebreos 4:12; 2 Corintios 10:5 .
Es muy bienaventurado cuando la palabra de Dios se confirma en el alma; y cuando, como dice el Ap�stol, por boca de dos o tres testigos, toda palabra sea confirmada: cuando Dios el Esp�ritu mismo; y por su palabra, obra en el coraz�n y en la conciencia para la consecuci�n de efectos tan sorprendentes, como aqu� se describen.
Versículo 40
REFLEXIONES
Pasando por muchas observaciones muy �tiles, que en relaci�n con el gobierno de la Iglesia, podr�a tomar de este Cap�tulo; S�lo pedir� al lector que haga una mejora general del conjunto, con respecto a lo que el Ap�stol llama aqu� profetizar o predicar. El absurdo que muestra que surge de la predicaci�n en una lengua desconocida, no es m�s evidente que el de predicar en un estilo y un lenguaje, inadecuado a las capacidades de los oyentes, que tambi�n es un poco menos desconocido.
Nada puede ser m�s evidente que todo el prop�sito del Evangelio es proclamar al hombre ca�do y pecador las nuevas de la Salvaci�n. Cuando los �ngeles descendieron del cielo para contarle a un mundo perdido de la venida de un Salvador; su predicaci�n fue breve, pero completa, �he aqu�! (dijeron) les traemos buenas nuevas de gran gozo, que ser�n para todos los pueblos. Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Se�or.
Pero supongamos que esos �ngeles hubieran tra�do esas noticias en un idioma, a un mundo perdido, que nadie entend�a; �Qu� importancia habr�a tenido su mensaje? Cuando un predicador habla con un estilo de estudiada elegancia, per�odos alt�simos y palabras floridas, que el oyente no puede comprender; �De qu� sirve todo el resumen y la sustancia de su serm�n? Y de la misma manera, cuando el discurso se dirige a extenderse sobre la gran excelencia de la virtud y la felicidad que surgir� del desempe�o de todos los altos deberes de la vida; y cuando un pobre pecador, con un coraz�n pecador, afligido y quebrantado, oye de esta bienaventuranza, pero es consciente de que no hab�a hecho nada para merecerla, sino que toda su vida merec�a lo contrario, en castigo; �De qu� posible utilidad pueden estos predicadores probar a un alma herida como la suya? Si de hecho, los predicadores ten�an que ver con oyentes que no eran pecadores y contaminados, que no sent�an preocupaci�n por el pecado, porque no ten�an por qu� responder; entonces, lo confieso, los Ensayos Morales, como se les llama, y ??las arengas sobre la hermosura de la virtud, podr�an hacer muy bien para divertir y gratificar el orgullo de la naturaleza humana.
�Pero, hermano m�o! �mi hermano! Si todo hombre es pecador ante Dios, y todo hombre, como declaran solemnemente las Escrituras, tiene necesidad de salvaci�n; �Oh! cu�n necesario debe ser predicar a Cristo llana, plena y completamente. Todo predicador, sensible a la plaga de su propio coraz�n (y el que no es sensible a la plaga de su propio coraz�n, no es apto para predicar a otros), m�s bien, como dice Pablo, hablar� cinco palabras con su entendimiento, y tambi�n para ser comprendido por otros, que diez mil palabras en una lengua desconocida. �Se�or Jesus! Cierra la boca de los que corren sin ser enviados: �los que predican, no saben qu�! Pero �oh! Env�a pastores conforme a tu coraz�n, que alimentar�n a tu pueblo con conocimiento y entendimiento.