Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
For 10¢ a day you can enjoy StudyLight.org ads
free while helping to build churches and support pastors in Uganda.
Click here to learn more!

Bible Commentaries
Isaías 51

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Recherche de…
Enter query below:

Versículo 1

CONTENIDO

Aqu� hay otro Cap�tulo bendecido, lleno de Cristo y las bendiciones de su evangelio, el Se�or est� llamando a su pueblo, bajo varios personajes entra�ables, para que lo atiendan, como la �nica fuente de esperanza y salvaci�n.

Versículos 1-2

Al abrir este Cap�tulo, y al escuchar el llamado de Dios en este vers�culo, ruego recordarle al lector las observaciones al final de Isa�as 46:1 , porque esto no es m�s que una continuaci�n del mismo gracioso tema. De hecho, se puede considerar que el Profeta, desde el comienzo de Isa�as 40:1 , hasta el final de su profec�a, estaba predicando un solo y mismo serm�n.

El texto es Cristo, y todo el tema es Cristo, y no otro. En estos vers�culos, se habla a las personas que buscan al Se�or, y se las dirige particularmente, con miras a encontrarlo, a considerar lo que son en s� mismas, a fin de que est�n mejor preparadas para saber qu� es el Se�or. en s� mismo y lo que es para su pueblo. Esta ense�anza divina fue lo que Jes�s les dijo a sus disc�pulos que el Esp�ritu Santo llevar�a a cabo en el coraz�n de la gente.

�l convencer�, dijo Jes�s, de pecado, de justicia y de juicio. Y esto corresponde con lo que se dice aqu�, de mirar a Abraham y Sara; es decir, mir�ndolos as�, como, en su nada y pecaminosidad original, para rastrear la nuestra; y dejar que Dios tenga, lo que le es m�s justo, toda la gloria de nuestra conversi�n. Porque Abraham, el gran padre de los fieles, fue originalmente un id�latra; y Sara una hija de Eva; y ambas eran de esa estirpe, de la cual se dice verdaderamente, no hay quien haga el bien, ni uno solo.

Por lo tanto, cuando el Se�or manda a su pueblo, que sigue la justicia y busca al Se�or, que mire atr�s y mire hacia adentro, es para que puedan mirar hacia Aquel, de quien solo proviene todo bien y cada regalo perfecto. �Lector! usted y yo nunca podremos valorar correctamente la justicia del Se�or, hasta que estemos convencidos de que no tenemos ninguna: entonces Jes�s ser� verdaderamente precioso como Salvador, cuando sintamos, sepamos y estemos convencidos de que somos pobres perdidos. pecadores.

G�nesis 11:31 ; Romanos 4:1 ; Jn 16: 7-8; 1 Pedro 2:7 .

Versículo 3

Esta dulce promesa llega con mucha bendici�n, despu�s de las humillantes opiniones que el Se�or hab�a ordenado a los buscadores que lo siguieron que tomaran de s� mismos. El Se�or dar� gracia a los humildes; y el que da gracia, tambi�n da gloria. �l es quien hiere y �l quien sana. Santiago 4:6 ; Salmo 84:11 ; Deuteronomio 32:39 .

Versículos 4-6

Aqu� hay otro llamado bondadoso del Se�or, lleno de misericordia y amor, como el anterior; aparentemente dirigido a aquellos que no solo han buscado al Se�or, sino que est�n unidos en un pacto con �l y lo conocen. El profeta Jerem�as los ha descrito bajo estos caracteres, Jeremias 50:4 . �Cu�n verdaderamente bendita es la proclamaci�n del Se�or a todos ellos! Dios los posee para su pueblo: a ellos pertenecen todos los privilegios del evangelio; y como todas las promesas en Cristo Jes�s son de ellos mismos, porque Cristo es de ellos; as� que su justicia es de ellos, �para siempre! Y todas estas bendiciones son para siempre; nunca se perder�, nunca se volver� a llamar.

Comienzan en el Se�or; y como el oc�ano que env�a todos sus r�os y arroyos, y los recibe de regreso; as� que lo que comienza en el Se�or termina en �l. As� dice el c�ntico en el cielo, Apocalipsis 5:9 . La redenci�n de Jehov� es la primera causa, y la redenci�n de Jehov� es el fin. �Lector! �No se alegra vuestro coraz�n en la contemplaci�n?

Versículos 7-8

Aqu� hay otro llamado de gracia del Se�or, en el que el tema se lleva a su altura: porque es para aquellos que no solo han buscado al Se�or y han seguido su justicia, sino que tambi�n lo han encontrado. Y estas son las personas que, seg�n mi comprensi�n, conocen a Cristo como el Cristo de Dios y viven en �l. El Se�or mismo define su car�cter: Pueblo en cuyo coraz�n, dice el Se�or, est� mi ley; esto es, Cristo, fin de la ley para justicia a todo aquel que cree; y en cuyo coraz�n �l es formado, y reina, y gobierna, como la esperanza de gloria.

Ellos caminan en Cristo, act�an cada gracia sobre Cristo y cumplen cada deber con la fuerza de Cristo. Jes�s es su todo, para la vida, para la fuerza, para la gracia, para la salvaci�n. �Lector! �Es as� que conoces la justicia? �Eres de ese pueblo en cuyo coraz�n est� la ley del Se�or? Si es as�, todo lo dem�s es, como dice el Se�or, polillas y gusanos. �Cu�les son todos los reproches de los hombres, si Jes�s habita dentro y susurra paz? �Qu� son todos los desprecios de los hombres, si Dios dice: Vosotros sois mi pueblo?

Versículos 9-11

Esta preciosa porci�n parece ser una respuesta a lo que se hab�a dicho antes. El Se�or hab�a estado dando preciosas y grand�simas promesas a su pueblo, y ahora su pueblo, como a una sola voz, le da al Se�or una respuesta agradecida, en oraci�n y alabanza, para que Dios lo haga. Es el lenguaje de una fe firme, ofrecida en Cristo Jes�s. Porque el brazo del Se�or es Cristo, Deuteronomio 7:19 ; por eso, cuando el Profeta se queja del poco �xito de la predicaci�n del evangelio, lo llama el brazo del Se�or, Isa�as 53:1 ; y por lo tanto, el lector tambi�n percibir� que el Profeta est� celebrando a Cristo en ese brazo del Se�or, que cort� a Rahab e hiri� al drag�n; y sec� el mar, y atraves� a su pueblo.

Porque �qui�n se refiere a Rahab, sino a Fara�n, el drag�n, el leviat�n? �Y qu� mar era este sino el Mar Rojo? Este es �l, dice Esteban, que estaba en la Iglesia en el desierto, Hechos 7:38 . Lector, �qu� bendici�n es seguir a Cristo en toda la redenci�n de su pueblo! Vea esas escrituras, Habacuc 3:8 , hasta el final; Salmo 74:13 .

Y observe, en esta �ltima escritura, c�mo el escritor sagrado hace que el triunfo del pueblo de Dios sobre el fara�n y su ej�rcito sea como alimento para ellos en el desierto; es decir, que en la experiencia de la victoria del Se�or entonces, encontraron alimento para mantener viva su fe, en todos los ejercicios posteriores a los que fueron llamados. �Y cu�l es la �ltima canci�n de triunfo, pero la misma? Isa�as 35:10 ; Apocalipsis 15:3 .

Versículos 12-16

Esta es la respuesta del Se�or, conforme a esa promesa, Isa�as 65:24 . Y observe c�mo el Se�or propone consuelo a su pueblo, incluso a s� mismo. Como si el Se�or hubiera dicho: "Grande fue la liberaci�n en el Mar Rojo; pero que tu gozo por esa liberaci�n est� en m�, el dador". La redenci�n es bendita, pero el Autor de ella lo es m�s.

El Se�or es el �nico consuelo y el consolador de su pueblo; �Y qu� infantil es temer al hombre, mientras el Se�or es nuestro refugio! El temor infantil del Se�or eliminar� todo temor a los hombres o demonios; as� como el fuego del sol apagar� el fuego del hogar. �Oh! �para un conocimiento de esto, en todas las circunstancias de la vida! 2 Corintios 1:3 .

Versículos 17-23

�Qu� hermoso y gracioso es esto! Parece como si el Se�or respondiera a su pueblo con sus propias palabras. La iglesia le hab�a pedido que despertara; y ahora el Se�or ordena a Jerusal�n que se despierte con su fuerza. El Se�or le recuerda c�mo se hab�a ejercitado y c�mo hab�a probado la hiel y el ajenjo; pero ahora, en la redenci�n por Cristo, no beber� m�s de �l. Y como un pobre pecador iracundo, hasta que sea aliviado por la redenci�n de Jes�s, es enredado e incapaz de liberarse, como un toro en una red; as� que cuando el Hijo ha hecho libre al pecador, �entonces es verdaderamente libre! �Oh! la miseria del pecado! �Oh! la rica salvaci�n de Jes�s! �Alabado sea Dios por su don inefable! Juan 8:36 ; 2 Corintios 9:15 .

Versículo 23

REFLEXIONES

�Oh! por la gracia de buscar al Se�or y seguir la justicia. Bendita el alma que as� es ense�ada por Dios; �l escuchar� al Se�or. Sea mi porci�n, oh Se�or, hacerlo as� y ser seguidor de ellos, quienes por la fe y la paciencia heredan las promesas. Y ciertamente, bendito Jes�s, fijar� mis ojos, mi coraz�n y mis afectos, todo en ti, y apreciar� tu rica salvaci�n mientras guardo en memoria la roca de donde fui tallado, y el hoyo del hoyo de donde fui. cavado.

�Oh! por la gracia, pero en porciones m�s grandes y m�s abundantes, para conocer al Se�or, y as� conocerlo, como para vivir de �l por fe, hasta que llegue al disfrute pleno y eterno de �l por la vista. Tales son los privilegios de tu pueblo: �Se�or, que tales sean m�os! Entonces no temer� los reproches de los hombres, ni considerar� sus injurias. Ocupada con objetos superiores, mi alma se ocupar� incesantemente de contemplarte a ti, y la plenitud de esa justicia, que es para siempre, y tu salvaci�n, que es de generaci�n en generaci�n.

Despierta, pues, Se�or, y hazme triunfar con tu fuerza; y �oh! eso, a trav�s de ti; mi alma est� eternamente despierta para seguirte en la regeneraci�n, para que cuando vengas a hacer tus joyas, pueda ser hallado entre los redimidos del Se�or, los cuales volver�n y vendr�n con c�nticos a Sion, cuando el gozo eterno est� sobre m�. nuestras cabezas, y obtendremos alegr�a y gozo; y el dolor y el lamento se desvanecer�n. Am�n.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Isaiah 51". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/isaiah-51.html. 1828.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile