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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario del Pobre Hombre de Hawker Comentario del Pobre Hombre
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto Cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
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Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Isaiah 50". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/isaiah-50.html. 1828.
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Isaiah 50". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
CONTENIDO
A pesar de ciertas partes, aqu� y all�, en este Cap�tulo, que a primera vista pueden parecer tener una alusi�n hist�rica a Babilonia y el cautiverio; sin embargo, el punto grande y evidente en el conjunto se refiere al Se�or Jesucristo. Su persona, oficios y car�cter est�n fuertemente marcados.
Versículos 1-3
El profeta Oseas, cuyo ministerio no fue muchos a�os antes que el de Isa�as, ha utilizado la misma figura del estado matrimonial para representar la uni�n del Mediador con su pueblo; y aqu� el profeta Isa�as adopta el mismo m�todo. De hecho, es una figura muy llamativa, y el mismo Se�or Jes�s parece deleitarse con ella. V�ase Oseas 2:1 ; Jeremias 3:14 ; Mateo 22:2 .
Puede servir para ense�arnos algunas cosas preciosas y dulces. Al asumir nuestra naturaleza, el Se�or Jes�s ha demostrado que el alma es una criatura casadera con Cristo y, por lo tanto, capaz de una uni�n con �l y gozo en �l por toda la eternidad. �Qu� triste pensamiento es entonces, que por el pecado debemos en cualquier momento alejarnos de nuestro Se�or, nuestro esposo; �y que nuestras iniquidades act�en como una carta de divorcio! �Precioso Jes�s! sigue siendo nuestro marido y desempe�a el tierno oficio de marido y amigo, a pesar de nuestra reincidencia; porque el Se�or Dios de Israel dice que el que aborrece el repudio, Malaqu�as 2:16 .
Solo agrego que quiz�s las expresiones aqu� denotadas, concernientes al Se�or, secando el mar, haciendo de los r�os un desierto y haciendo que los peces apesten, tiene respeto por el despliegue de sus milagros en Egipto, para la liberaci�n de su pueblo. .
Versículos 4-9
Creo que es un servicio innecesario se�alar a qui�n se refiere este relato. Todo lo que aqu� se habla es tan directamente descriptivo de la persona del Se�or Jesucristo, que es casi imposible perder de vista a Jes�s mientras se lee lo que aqu� se dice. �De qui�n sino de Jes�s se podr�a decir alguna vez que ten�a lengua de erudito? �Qui�n podr�a decir al cansado: Venid a m�, y hallar�is descanso para vuestras almas? �De qui�n fue el o�do abierto, o aburrido, como siervo de Jehov�, que amaba a su amo, amaba a su esposa e hijos y, por lo tanto, no sal�a libre? �De qui�n sino de Jes�s se podr�a haber dicho esto en toda su extensi�n? Salmo 40:6 , comparado con �xodo 21:5 .
�Qui�n sino Jes�s dio la espalda a los heridores y no ocult� su rostro de la verg�enza y los escupitajos? Y lector, no pase por alto una parte tan interesante como cualquier otra en esta representaci�n de Jes�s; a saber, que fue el Se�or Dios Jehov�, quien asign� tu Fiador para todo esto. �Oh! �Qu� fuerza deriva la fe de la vista, cuando, en los sufrimientos de Cristo, trazamos la mano de Jehov� se�alando a todos! Esto fue lo que coron� todo, que Cristo no se glorific� a s� mismo para ser hecho sumo sacerdote; y en todo lo que llev� y padeci�, el Se�or carg� sobre �l las iniquidades de todos nosotros, Hebreos 5:5 ; Isa�as 53:6 .
Por lo tanto, cu�n segura era la dependencia de Cristo para el apoyo del Padre, para llevarlo a trav�s de la obra; �Y cu�n segura es nuestra dependencia y confianza en �l, para justificaci�n, como el Se�or nuestra justicia!
Versículo 10
Aqu� est� el Se�or Jes�s; teniendo la lengua de los eruditos, dando una palabra de consuelo al alma cansada y ejercitada. �Lector! Oren, observen cu�n probable, s�, cu�n apropiado es, que quien teme al Se�or, ande todav�a en tinieblas. Pero cu�n bienaventurado es el caso de tal, que, por oscuro que sea su andar, Jes�s est� al final para aligerarlo, y mientras tanto ser� su luz y salvaci�n. Salmo 27:1 .
Versículo 11
Tenemos varios ejemplos en el ministerio de los siervos de Dios, quienes, en sus animadas protestas, adoptan un lenguaje como este. El ap�stol Pablo, despu�s de terminar un solemne discurso a sus compatriotas, sobre el tema de la redenci�n de Cristo, hace uso del mismo, Hechos 13:41 ; y qu� terrible oscuridad ser� esa, en la que los hombres tendr�n que acostarse para siempre, si reh�san pasar toda la luz que no sea la de su propio fuego; �despreciando la luz de Jes�s, que es la luz, y la vida del mundo! �Oh! por la gracia, para que nunca sea la condenaci�n del escritor o del lector, que la luz ha venido al mundo, y los hombres aman las tinieblas m�s que la luz, �porque sus obras son malas! Juan 3:19
REFLEXIONES
�Cordero de Dios! �No te contemplo en esta representaci�n del Profeta, el var�n de dolores y familiarizado con el dolor? Y aunque pusiste tu rostro como un pedernal, en medio de todos los desprecios de los hombres, cuando condescend�as a la m�s profunda humillaci�n; sin embargo, Se�or, t� en verdad ten�as la lengua de los eruditos, y ahora, sabes c�mo hablar una palabra a tiempo a las almas cansadas, como lo hiciste entonces, cuando tu propia alma estaba entristecida, y al Se�or le agrad� herir. El e. �Oh! h�blame esa dulce palabra, en todo tiempo, que me haga descansar con plena certeza de fe en tu sangre y tu justicia.
�Por qu�, bendito Se�or, fue que t�, que eres t� mismo la luz y la vida de los hombres, andaste en tinieblas? �Por qu� fuiste desamparado del Padre, cuando, en esa inigualable temporada de agon�a en la cruz, sac� de tu alma gritos dolorosos? Querido Jes�s, �fue para que tu pueblo supiera, por tu brillante ejemplo, d�nde mirar y en qui�n confiar? �Y estuviste t� por un tiempo desierto y en tinieblas, para que tu pueblo no estuviera desierto para siempre? �Levantaos, pobres almas ignorantes, que ahora camin�is en tinieblas! �Mira a Jes�s y deja que �l sea tu luz, tu vida y tu salvaci�n! Y mientras otros caminan en las chispas de luci�rnagas de su propia confianza, �contemplas la gloria del Se�or que se eleva sobre ti, cuya luz no se apagar� m�s, ni te har� acostarte en el dolor?