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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario del Pobre Hombre de Hawker Comentario del Pobre Hombre
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto Cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
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Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Isaiah 9". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/isaiah-9.html. 1828.
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Isaiah 9". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
CONTENIDO
Aqu� hay otra profec�a bendita, llena del Se�or Jes�s y de las misericordias del evangelio, plegada en �l. El profeta habla del gozo del pueblo de Dios cuando, en medio de las tinieblas, la luz de la venida de Cristo irrumpir� sobre ellos. El cap�tulo termina con juicios amenazados para los despreciadores de su palabra.
Isa�as 9:1
La apertura de este cap�tulo es una continuaci�n del mismo tema que el anterior. All� se dec�a que la Iglesia estaba en tinieblas. Y ciertamente, antes de la venida de Cristo, la oscuridad era extraordinariamente grande: porque desde la �ltima profec�a dada por Malaqu�as hasta la hora en que Zacar�as ministr� en el altar del incienso, no hubo visiones abiertas durante un per�odo de cerca de 350 a�os; Lucas 1:8 .
Versículo 2
Este bendito relato se cumpli� cuando el Se�or Jes�s, precedido por su heraldo, Juan el Bautista, se manifest� a Israel. El evangelio est� lleno de eso. Mateo 4:12 .
Versículos 3-5
El gozo del que se habla aqu� no es el gozo carnal que buscan los hombres del mundo; pero el gozo espiritual de la gracia en el coraz�n: y la semejanza de los cosechadores y los guerreros es extraordinariamente hermosa. El labrador siembra en esperanza; el soldado pelea en lo mismo: pero la carrera no es siempre para los veloces, ni la batalla para los fuertes. La semilla sembrada debe pasar por un proceso largo y ansioso; y el guerrero debe pasar por una campa�a larga y dolorosa, antes de poder gritar: �Victoria! Pero la alegr�a de ambos es grande, cuando el final ha coronado la acci�n.
Tal es el gozo de lo espiritual. Cuando el Se�or haya quebrantado el yugo del pecado y de Satan�s, esos enemigos, m�s tremendos que todo el ej�rcito de Madi�n, y sacado el alma de la c�rcel y de la c�rcel; y cuando esta batalla del guerrero, haya sido cumplida por la sangre de Cristo y el combustible del fuego del Esp�ritu; �Oh! �el gozo del alma en Cristo Jes�s! El Profeta est� aqu�, bajo el esp�ritu de profec�a, hablando de esas cosas como ya cumplidas, cuando todav�a Cristo, el �nico autor y consumador de ellas, no ha venido.
Pero esta es una de las caracter�sticas de la profec�a: porque lo que ciertamente suceder�, est� en la mente divina como si ya se hubiera cumplido. Por eso a Cristo, que hab�a de venir en el cumplimiento de los tiempos, se le llama el Cordero inmolado desde la fundaci�n del mundo, Apocalipsis 13:8 .
Versículos 6-7
Ahora viene esa bendita profec�a que ha refrescado a la Iglesia y, mientras dure el tiempo, continuar� refrescando a la Iglesia en todas las �pocas; y que, en comparaci�n con el logro, en la medida en que se ha completado en la persona y la obra del Se�or Jes�s, y cuya fe espera con ansias su completa realizaci�n, forma uno de los temas m�s benditos de todos, para convocar nuestro amor, contemplaci�n y alabanza, durante toda una vida de gracia, hasta que la fe sea absorbida en la gloria.
A nosotros, la Iglesia; nace un ni�o; Jes�s, al asumir nuestra naturaleza, la retoma desde la infancia: porque le conven�a en todo ser semejante a sus hermanos. Y no s�lo vino por su propia voluntad voluntaria, al llamado de Dios su Padre; pero el que lo llam� al servicio de Mediador, lo dio como su Hijo al pueblo. Estos son puntos de vista unidos (y los puntos de vista m�s benditos que son, cuando se ven juntos) mezclados en uno, de Cristo, el Redentor de su pueblo.
Su propia ofrenda voluntaria se volvi� esencialmente necesaria, para dar valor y eficacia a todo lo que hizo y sufri�. Y la autoridad de Jehov�, en el nombramiento, se volvi� igualmente necesaria para que la fe actuara, al defender la eficacia de sus m�ritos y la propiciaci�n ante Dios. Habi�ndolo presentado as� el Profeta, da ahora algunos de sus adorables nombres, que, como la hermosa constelaci�n de los cielos, se convierte en un c�mulo de glorias todo en uno, para se�alar la infinita hermosura y grandeza de su persona, y sus trascendentes excelencias. en todos sus oficios, personajes y relaciones.
Se necesitar�a un volumen de s� mismo para presentar al Se�or Jes�s bajo los varios nombres por los que el profeta lo ha distinguido aqu�; y estos son s�lo algunos de los innumerables nombres preciosos, en los que las Escrituras revelan a Cristo, por los cuales su pueblo lo conoce y lo usa como lo requieren sus necesidades diarias y su gloria. Su nombre ser� llamado Maravilloso, dice el Profeta. Pero, �qui�n es capaz de mostrar hasta qu� punto es as�? Las maravillas de su persona, como Dios y como hombre, y como ambos, formando un solo Cristo; las maravillas de su esencia, naturaleza y perfecciones; las maravillas de sus oficios, personajes y relaciones; las maravillas de su encarnaci�n, nacimiento, vida, ministerio, labores, muerte, resurrecci�n, ascensi�n y todos los grandes acontecimientos que est� llevando a cabo ahora en gloria:�
Las maravillas de la redenci�n que hizo, ahora est� cumpliendo y cumplir�; las maravillas de su amor, gracia, misericordia y compa�erismo, en todas sus alturas, profundidades, anchuras y longitudes; las maravillas de su gracia salvadora, en el coraz�n de los hombres, y en tu coraz�n, alma m�a, para ti; la mayor de las maravillas es que despu�s de tanta gracia y misericordia, y tus repetidas rebeliones, no se apague la chispa, no se apague el p�bilo humeante, ni se rompa la ca�a cascada; lo cual todo el infierno siempre est� tratando de lograr, y tu propio coraz�n indigno e incr�dulo se une con demasiada frecuencia a la confederaci�n para llevarlo a cabo. �No es maravilloso su nombre?�
Y su gracia para contigo, �no te hace maravillarte a ti mismo como consecuencia de ello? �Oh! �T�, maravilloso Se�or! �T�, infalible, fiel, bondadoso y tierno consejero, en quien est�n escondidos todos los tesoros de la sabidur�a y el conocimiento! �Oh! �T�, Dios poderoso! �T�, Jes�s todo suficiente! para ver la compra de tu sangre y el regalo de tu Padre completado y hecho efectivo. �Oh! �Padre eterno! en todas las cosas eternas, en amor, en provisi�n; en cuidado, en seguridad una bendita eternidad de todas las relaciones en uno eres t�, para tu pueblo.
Y ciertamente t� eres el Pr�ncipe de la paz, porque con la sangre de tu cruz hiciste la paz, y ordenaste la paz para siempre. �Oh! por la gracia de conocer tu nombre, y de todo nombre para poner nuestra confianza en ti; en tu nombre para regocijarnos todo el d�a, y en tu justicia para gloriarnos. Seguramente todo en tu reino debe corresponder a la grandeza de tu nombre. Debe ser un reino creciente, un reino justo, un reino pac�fico, un reino glorioso, s�, un reino eterno, que no tendr� fin.
El celo de tu Padre se encargar� eficazmente de esto: porque lo entregas todo para la gloria de tu Padre; y todo el prop�sito de la salvaci�n es que Dios sea glorificado en todas las cosas por medio de Jesucristo. �Oh! por la gracia de bendecir a un Dios del pacto en Cristo, por todas estas maravillas de la redenci�n, y ahora comienza el c�ntico, que nunca terminar� en la eternidad: �Salvaci�n a Dios y al Cordero!
Versículos 8-12
Lo que se dice aqu�, aunque puede tener una referencia peculiar al estado de la Iglesia en los d�as del profeta, no es tan limitado, sino que tiene respeto por la Iglesia en todas las edades. El Se�or envi� su palabra, su redenci�n, a su pueblo, y alumbr� hasta los fines de la tierra. �Pero Ay! Incluso hasta la hora presente, �qui�n ha cre�do sobre el informe? Todo siervo del evangelio exclamar� y dir�: �A qui�n se le revela el brazo del Se�or? Ni los juicios ni las misericordias, ni las providencias pr�speras ni humillantes, aunque acompa�en la palabra del Se�or, procurar�n reverencia a los mandamientos del Se�or.
Si el Se�or golpea en una dispensaci�n, el coraz�n orgulloso y sin humildad buscar� consuelo en otra; y aunque el Se�or derribe el edificio que el pecado erigi�, el pecado levantar� otro. Por lo tanto, el Profeta clama, y ??cada espectador bondadoso se une en la misma confesi�n: "Esta es la triste causa, por qu�. Los juicios contin�an, la ira del Se�or no se quita, �pero su mano a�n est� extendida!"
Versículos 13-17
Aqu� est� la triste causa del lamento del Profeta, y en verdad hace un final miserable del triste tema, en cada terminaci�n: porque la cosa se explica a s� misma. El Se�or corrige con misericordia; pero los hombres no lo consideran. El Se�or humilla a su pueblo, en sus casas y familias; en sus cargos y rango; en sus conexiones y relaciones; pero es todo lo mismo. Aunque sea derribado el sublime, y humillado el anciano y el honorable; aunque la muerte entre por sus ventanas, y sus j�venes sean cortados, y la angustia siga a los hu�rfanos ya las viudas; los juicios no reclaman; ning�n hombre se arrepiente de su maldad, diciendo �qu� he hecho? Jes�s y su salvaci�n no son buscados ni considerados. Se niegan a escuchar la voz del encantador, �nunca lo hechizan tan sabiamente! Por eso el profeta cierra este p�rrafo como el primero,
Versículos 18-21
Si el Lector compara este cap�tulo en varias partes del mismo, con Lev�tico 26:1 , encontrar� una explicaci�n solemne dada de lo que aqu� se dice, y marcar� la progresi�n de las visitaciones divinas en ambos. Todo manifiesta que cuando el Se�or golpea, es para reformar: y cuando las calamidades que env�a el Se�or, (como aqu� se se�ala), son llevadas al punto m�s alto cuando los hombres, como un ej�rcito sitiado y sin provisi�n, se reducen al extremo. de comer la carne de su propio brazo: si estas espantosas visitaciones no van acompa�adas de gracia; conf�a en ello, si el Se�or deja de corregir, los juicios est�n a la mano.
Por lo tanto, el Profeta repite de nuevo, como el lamento continuo de cada angustiosa visi�n del tema, "Estas son las tristes causas de la justa ira del Se�or", porque el pueblo no se vuelve al que lo hiere, ni busca al Se�or de los ej�rcitos. !
Versículo 21
REFLEXIONES
�Mi alma! he aqu� en la historia de Israel, la historia real de todos los hombres por naturaleza; y la �nica causa universal de la controversia del Se�or con los hijos de los hombres. Todos pecaron, y est�n destituidos de la gloria de Dios: Y piensa, alma m�a, qu� misericordia es que el Se�or corrige. De no ser por esto, no habr�a esperanzas de reforma. Una de las escrituras m�s tremendas es la que el Se�or proclama acerca de los incorregibles, al entregarlos para que se cumplan la medida de sus iniquidades: As� har� descansar mi furor contra ti y mi.
los celos se apartar�n de ti. �Se�or! Yo dir�a por m� mismo, y por cada pobre pecador como yo, no nos dejes comer el fruto de nuestras propias maquinaciones. Mejor es sufrir ahora que perecer para siempre. Pero �oh! acompa�a tus correcciones con tu gracia; y haz que tus hijos oigan la vara, y qui�n la dispuso.
�Precioso Jes�s! �Cu�n bienaventurado es, en tales circunstancias, contemplar esas dulces promesas que se dan en este cap�tulo acerca de ti y tu gran salvaci�n, por quien solo se efect�an todas las liberaciones! �Si no hubiera sido por ti, bondadoso y glorioso Se�or! aunque la ira del Se�or se hab�a extendido por toda la eternidad, ning�n alma podr�a haber encontrado la posibilidad de regresar a �l. Su justicia debe haber ardido hasta el �ltimo infierno: ni pudo haberse satisfecho para siempre, �Salve! �Todopoderoso Libertador de tu pueblo! �Damos la bienvenida a tu venida en el nombre del Se�or! Bendito sea para siempre el sonido de alegr�a, que nos ha nacido un ni�o; �A nosotros se nos ha dado un hijo! �Oh! la inefable felicidad de que el gobierno est� sobre tu hombro; y que todo el poder es tuyo, en el cielo y en la tierra.
Da entonces, amado Se�or, a tu pueblo, para conocerte, por cada nombre entra�able y en cada car�cter glorioso. �S� t� para m�, para cada uno, para todos, nuestro maravilloso Consejero, nuestro Dios poderoso, nuestro Padre eterno, nuestro Pr�ncipe de Paz! Y como en nosotros mismos, y en todas nuestras circunstancias, no somos nada, no podemos hacer nada, y por causa del pecado somos peores que nada; oh, Se�or, contin�a tu obra con poder en nuestras almas; y del aumento de tu gobierno y de la paz no haya fin.
Que est� siempre creciendo y que siga creciendo. Da un aumento de gracia en cada coraz�n de tus redimidos en la tierra. Y aun cuando hayas tra�do a casa a tu rescate de la tierra al cielo, y toda la obra y la gloria de la redenci�n se manifiesten plenamente como tuyas; sin embargo, bendito Jes�s, aun entonces, cuando hayas entregado el reino de tu poder mediador, y Jehov� en su triple car�cter de persona sea glorificado en la salvaci�n de la Iglesia; entonces, entonces, adorable Redentor, seguir�s siendo la gloriosa Cabeza, causa y fuente; de toda la bienaventuranza de tu Iglesia y pueblo; y cada nuevo regalo de felicidad que disfruten, lo disfrutar�n en ti, y de ti, y contigo, y ser� Jes�s, y su iglesia, los que ser�n gloriosos y continuar�n en gloria, por los siglos de los siglos, �Oh!