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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario del Pobre Hombre de Hawker Comentario del Pobre Hombre
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto Cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
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Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Job 26". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/job-26.html. 1828.
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Job 26". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
CONTENIDO
Este cap�tulo, que contiene la respuesta de Job, es breve. El hombre de Uz parece insinuar que, aunque Bildad hab�a adelantado la verdad, no era nada para refutar lo que hab�a dicho antes. Job reflexiona maravillosamente sobre el poder infinito e inescrutable de Dios.
Versículos 1-4
(1) � Pero Job respondi� y dijo: (2) �En qu� has ayudado al que est� sin poder? �C�mo salvas el brazo que no tiene fuerza? (3) �C�mo has aconsejado al que no tiene sabidur�a? �Y c�mo has declarado abundantemente la cosa tal como es? (4) �A qui�n has dicho palabras? �Y de qui�n sali� el esp�ritu de ti?
El principal significado de la respuesta de Job, en estas palabras, parece estar dirigido a convencer a Bildad de que no hab�a respondido porque no pod�a contradecir lo que Job hab�a adelantado. Y si Bildad pens�, por lo que hab�a dicho, que hab�a beneficiado a la causa de DIOS, estaba muy equivocado. Pero, adem�s de lo que Job insinu� tambi�n, que si Bildad hubiera sido dirigida por el ESP�RITU DE DIOS, en este discurso, no s�lo habr�a notado el poder de DIOS, sino tambi�n su gracia; y especialmente cuando se necesitaba tanto para ser mostrado a una pobre criatura afligida, como Job.
Ahora, dijo Job (porque ese parece ser el tema de su respuesta) si el ESP�RITU del SE�OR viniera a ti en esta ocasi�n, habr�as visto cu�n necesario es consolar a un alma afligida, difundiendo ante �l dulces visiones del amor de DIOS. y gracia; y no tanto de su poder, cuando el coraz�n est� ante tan terriblemente alarmado en la contemplaci�n de su grandeza. Vea un dulce precepto para este significado, Isa�as 40:1 .
Versículos 5-14
(5) ?� Se forman cosas muertas debajo de las aguas, y sus habitantes. (6) El infierno est� desnudo delante de �l, y la destrucci�n no tiene cobertura. (7) Extiende el norte sobre vac�o, y cuelga la tierra sobre nada. (8) Ata las aguas en sus nubes; y la nube no se desgarra debajo de ellos. (9) Retiene el rostro de su trono y extiende su nube sobre �l.
(10) Cerr� las aguas con l�mites, hasta que se acab� el d�a y la noche. (11) Las columnas del cielo tiemblan y se asombran de su reprensi�n. (12) Dividi� el mar con su poder, y con su inteligencia derrot� a los soberbios. (13) Con su esp�ritu adorn� los cielos; su mano form� la serpiente tortuosa. (14) He aqu� algunas partes de sus caminos, pero �qu� poco se oye de �l? pero el trueno de su poder, �qui�n puede entender?
Por hermosa que sea esta relaci�n, con respecto a DIOS y sus gloriosos atributos, sin embargo, ciertamente no fue nada m�s que lo que podr�a haber sido tan bien disertado, sin tener en cuenta la disputa entre Job y sus amigos, como con ella. Forma un gran tema en la exhibici�n del poder de DIOS. Su omnipotencia en la creaci�n; su omnisciencia en la contemplaci�n. El infierno desnudo ante �l, es una descripci�n solemne, en pocas palabras, de todo lo espantoso y alarmante.
Pero estas cosas, le�das tambi�n desde un punto de vista espiritual, como refiri�ndose a su poder bondadoso al recrear las almas de su pueblo, observando los dolores del infierno en sus luchas con el reino de las tinieblas; reteniendo el rostro de su trono, cuando las estaciones oscuras los oprimen; esparciendo su nube sobre ella, cuando no hay respuesta a la oraci�n: estas son bellas ilustraciones de los caminos de Dios, aunque, como dice Job, estos son solo partes de sus caminos: y qu� peque�a porci�n, despu�s de todo, puede el m�s sabio descubrir de �l.
�Lector! es provechoso mirar estas cosas con referencia a nosotros mismos. Por hermosas e instructivas que son todas las escrituras, cuando se las ve como ejemplificadas en la historia de otros, sin embargo, seg�n nuestra propia experiencia, las que llegan a casa m�s cerca y m�s cerca del coraz�n, que hablan a la propia mente de un hombre. David ha hecho una observaci�n muy llamativa y justa sobre este terreno cuando dice: Nunca olvidar� tus mandamientos, porque con ellos me has vivificado. Salmo 119:93 .
Versículo 14
REFLEXIONES
Un tema interesante surge aqu�, de la lectura de este cap�tulo, en la desviaci�n del discurso de Bildad del punto principal en cuesti�n, por la instrucci�n que da a los ministros de la palabra y ordenanzas de DIOS, de que siempre tengan en cuenta las necesidades expresas de su pueblo. . Ese tema puede ser muy provechoso en otra temporada, lo que, en un momento de dolor, ser�a inadecuado e inoportuno. Lo que el Ap�stol llama, a tiempo y fuera de tiempo, implica que aquellos que visitan almas en aflicci�n, como se supon�a que hab�an hecho los tres amigos de Job, deber�an adecuar su discurso al alivio de su miseria.
El argumento seco, aunque el tema en s� sea cierto, no mitigar� la necesidad de un pobre pecador sediento. �Oh! Cu�n dulce es ese serm�n, que DIOS el ESP�RITU SANTO encarga al coraz�n, cuando un alma cansada, cargada y afligida siente aliento para venir a JES�S y echar toda su carga sobre �l, que es el �nico que puede sostenerlo. Esto es, en verdad, tener lengua de sabio, cuando un ministro est� capacitado para hablar una palabra, a tiempo, al que est� cansado.
Pero aqu�, precioso JES�S, como en todos los dem�s casos de misericordia, as� en esto, �c�mo puede mi alma pensar en la dulzura de los labios del consuelo sin recordar c�mo t�, en el d�a de tu carne, te dedicaste a atar hasta el coraz�n roto; y, como el buen samaritano, vertiste aceite y vino en las heridas mortales de nuestra naturaleza robada y arruinada. T� eres en verdad el consuelo mismo de tu pueblo, porque no hay otro; y hablas de los deseos y necesidades tuyos, en todas sus formas multiformes.
T� eres, como tu Profeta te describi�, el resto, con lo que har�s descansar al cansado, y t� eres su refrigerio. S� t�, pues, ahora, oh SE�OR, en el d�a de tu poder, el consolador incesante de tu heredad; visita tus almas angustiadas en su aflicci�n; bondadosamente propones ante ellos s�bditos tan dulces y apremiantes, para manifestar tu amor; y preg�ntate a ti mismo, oh SE�OR, bajo ese car�cter entra�able: Yo soy el SE�OR, que te ense�a para provecho.