Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
StudyLight.org has pledged to help build churches in Uganda. Help us with that pledge and support pastors in the heart of Africa.
Click here to join the effort!

Bible Commentaries
Deuteronomio 18

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Buscar…
Enter query below:

Introducción

Se proh�ben las adivinaciones, se les promete un profeta, a quien se les ordena obedecer: se les ordena dar muerte a los falsos profetas, y se les da una se�al para discernirlos.

Antes de Cristo 1451.

Versículo 1

Ver. 1. Comer�n las ofrendas encendidas para el Se�or , no los holocaustos, porque �stos se consumieron enteramente sobre el altar; pero todas las dem�s ofrendas, de las cuales se asign� una parte a los sacerdotes. VerN�meros 9:10 ; N�meros 9:23 .

Versículo 3

Ver. 3. De los que ofrecen un sacrificio - Se pueden pronunciar estas palabras: Esto ser� lo que el sacerdote le debe a los que matan un animal: porque la palabra original no significa m�s que matar un animal. G�nesis 43:16 . Ver Calmet y Ainsworth. Fil�n, Josefo y muchos otros entienden esto de las bestias sacrificadas para comer en sus varias ciudades, no para sacrificios; porque en cuanto a los animales ofrecidos en sacrificio, s�lo el pecho y el hombro derecho deben ser entregados a los sacerdotes, pero no se dice una palabra de las dos mejillas y las fauces, por lo que se cree que significa el est�mago, particularmente la parte inferior. est�mago.Seg�n los naturalistas, los animales que rumian tienen cuatro conductos a trav�s de los cuales se transportan los alimentos a los intestinos, de los cuales el cuarto y m�s bajo, que se llama en griego, ? ???????? eneustron, y en lat�n, omasum, es el m�s gordo, y se contabiliza. por los antiguos una gran delicadeza.

Versículo 5

Ver. 5. Ponerse de pie para ministrar - Expresi�n que indica la postura en la que deb�an oficiar los sacerdotes y su asiduidad en el desempe�o de sus funciones. La expresi�n, en el nombre del Se�or, significa, por su nombramiento y por su servicio. Ver Outram de Sacrif. lib. ic 6.

Versículos 6-8

Ver. 6-8. Y si es un levita , es decir, uno de la tribu de Lev�, ya sea sacerdote o levita: vendr� con todo el deseo de su mente; es decir, con un deseo sincero de consagrarse enteramente al servicio del santuario, y de fijar su morada en el mismo lugar que el santuario; entonces ministrar� en el nombre del Se�or, ver. 7 o ministrar� al nombre del Se�or, como en la LXX; es decir, asistir� continuamente al altar para realizar el servicio del santuario, como lo hacen los dem�s sacerdotes en sus cursos. Este fue el caso de Samuel. Y tendr�n porciones iguales para comer,ver. 8 es decir, los dem�s sacerdotes que esperan en el altar dar�n a esa persona la misma porci�n que ellos mismos tienen en los sacrificios. Dispuesto a comprometer a los ministros de religi�n para que se consagraran enteramente a las funciones del ministerio, Mois�s aqu� determina, en general, que todos aquellos que de ahora en adelante deben venir a fijarse por completo en la casa del Se�or, deben ser tratados absolutamente con el en pie de igualdad con sus compa�eros, asociados a ellos en sus funciones y emolumentos.

Adem�s de lo que proviene de la venta de su patrimonio , significa, adem�s de qu� propiedad personal hab�a adquirido o le dejaron sus parientes, y cu�l deb�a venderse para su uso; porque, aunque los sacerdotes no ten�an participaci�n en la tierra de Cana�n que les fue dada en la divisi�n de ese pa�s, sin embargo pod�an comprar casas, bienes y ganado, y algunas veces tambi�n tierras; cuando leemos que Abiatar ten�a sus propios campos en Anathoth; 1 Reyes 2:26 y el profeta Jerem�as, que tambi�n era sacerdote, compr� un campo del hijo de su t�o. Jeremias 32:7 .

REFLEXIONES.� Se hacen provisiones para el apoyo de un ministerio piadoso. 1. No deb�an tener herencia entre sus hermanos, ni ning�n cuidado mundano que los apartara de cumplir con los deberes de su funci�n. Dios ser�a su porci�n; y aquellos que tienen su amor en el tiempo y la esperanza de su gloria en la eternidad, no necesitan desear otro mayor. Nota; Un sacerdote de mentalidad mundana es un esc�ndalo para su profesi�n y una mentira viviente. No es que deban desear una competencia, aunque se les prohibi� obtener ganancias mediante la agricultura o el comercio. Como sirvientes en el altar de Dios, ten�an una parte de cada sacrificio para su sustento; y les dieron las primicias del trigo y del vino y del vell�n de las ovejas, para que tuvieran suficiente alimento y vestido.

Nota; El que ama el altar de Dios, nunca se arrepentir� de una contribuci�n generosa para apoyar a aquellos que son elegidos por Dios para ministrar antes que �l. A quien Dios honra, debemos honrar. 2. Si un levita, por un celo santo por el servicio de Dios, deseara fuera de su carrera subir y servir en el altar, podr�a compartir el trabajo y el salario con sus hermanos all�: porque, al establecerse un cierto n�mero siempre Para ministrar, no se excluy� a quienes se ofrecieron voluntariamente. Nota; Adem�s del servicio generalmente establecido, un ministro celoso se deleitar� en ser empleado para Dios, tanto fuera del tiempo com�n como en el tiempo; y, aunque sus hermanos m�s fr�os pueden considerar este paso irregular, Dios lo considerar� altamente encomiable.

Versículo 10

Ver. 10. O que usa adivinaci�n - El hebreo es ????? ??? kesem kesamim, adivinar adivinaciones; que puede significar, ya sea adivinaci�n por suertes, a la manera de las sortes praenestinae, sortes Dodoneae, y otras entre los griegos y romanos, o adivinaci�n por flechas, la antigua ???????????, de la cual verEzequiel 21:22 . La forma de hacerlo fue, al inscribir en varias flechas los nombres de las ciudades que iban a atacar, y, despu�s de mezclar las flechas, se dibuj� una en una aventura, que presentaba el nombre de la ciudad que se atacar�a primero.

Algo de este tipo de adivinaci�n todav�a prevalece entre los mahometanos. V�ase la Introducci�n al Cor�n de Sale, la Bibliotheque Orientale de D'Herbelot, bajo la palabra ACDATT, y Pococke en sus notas sobre Abulfarage, p. 327, 328. Hab�a otro tipo de adivinaci�n horrible entre los paganos, formado tras la inspecci�n de las entra�as de las v�ctimas humanas. Ver Gensius de victim. humano. C. 21 y Jeremias 27:9 .

Un observador de los tiempos, o un encantador, o una bruja - VerLev�tico 19:26 . Se cree que un encantador, ????? menachesh, significa alguien que usa la adivinaci�n por medio de serpientes; (???? nachash, en hebreo, que significa serpiente ) , de la cual tenemos muchos ejemplos en los poetas paganos, particularmente Homero y Virgilio; ver Bochart, Hieroz. lib. ip 1. c. 3. Aunque, como los adivinos por serpientes se mencionan en el vers�culo siguiente, no es improbable que esta palabra pueda aludir a esa clase de adivinos que formaron sus augurios sobre el vuelo de los p�jaros, el movimiento de las nubes, las entra�as de los animales, &C.

El verbo ???? nachesh, en hebreo, significa ver, observar con atenci�n y, por lo tanto, usar augurios. La LXX lo traduce por ??????????; la Vulgata de augurari. Vea Parkhurst en la palabra. Respetando la palabra bruja, ver �xodo 7:11 .

Versículo 11

Ver. 11. O un encantador - en hebreo ??? ??? chober chober, jungens junctionem. La palabra ??? Chober, dice Parkhurst, significa que el encanto, o, por pretendidas encantamientos, a serpientes recogen, y otros animales nocivos juntos, sin da�o: as� Buxtorf,Salmo 58:5 . Un pasaje del autor de La conformidad de los indios orientales con los jud�os y otras naciones antiguas,ch. 28: puede arrojar algo de luz sobre el tema: "Sus encantamientos, o al menos aquellos de los que yo he tenido conocimiento, no tienen mucho en ellos, y no se extienden m�s all� de tomar v�boras y hacerlas bailar al son de m�sica de flauta, tienen varios tipos de v�boras, que guardan en cestas, las llevan de casa en casa y las hacen bailar cuando alguien les da dinero.

Cuando alguno de estos reptiles entra en las casas o jardines, la gente emplea a estos indios para expulsarlos; que tienen el arte de ponerlos de pie con el sonido de sus flautas y cantando ciertas canciones; despu�s de lo cual los toman a pu�ados, sin recibir el menor da�o ". A lo que agrega, de las Ceremonias y Costumbres Religiosas de todas las Naciones, vol. 3: p. 268, la siguiente nota:" En cuanto a las serpientes, es muy probablemente, que se deleiten con los sonidos musicales y que todo el encanto de los bramines se centre all�. Baldeus, autor de la Descripci�n de Coromandel en holand�s, relata que �l mismo fue testigo ocular de este conjuro con serpientes.�Los Psylli y Tesalios tambi�n, entre los antiguos, pretend�an encantar serpientes y manejarlas sin recibir ning�n da�o. "Tampoco era desconocido para los romanos el efecto de la m�sica sobre las serpientes. As� Virgilio:

Frigidus in pratis cantando rumpitur anguis. La serpiente t�rpida estalla por encantamiento. ECOLOG. 8.

Silius Italicus, hablando de los Marmaride, un pueblo de �frica, dice:

Ad quorum cantus serpens oblita veneni, Ad quorum cantus mites jacuere cerastae.

Su canto despoja a la serpiente de su aguij�n, La ca�da ceras por su canto desarmado.

El lector har�a bien en consultar, sobre este curioso tema, al erudito Bochart, vol. 3: p�g. 385 y seq.

O un consultor con esp�ritus familiares, o un nigromante , esp�ritu familiar; Hebreo ob, traducido al esp�ritu de Pytho. Ob significa originalmente una botella, y luego se toma por ese esp�ritu que habla desde el �tero de la Pitonisa. La mujer se llama esheth-baalath: y ob, es traducida por la LXX como una mujer que habla desde su vientre. Dice Maim�nides, ella que fue iniciada sostuvo en su mano una vara de mirto y recibi� sufumigaciones; y R. Ab. Ben-David, que estos ritos generalmente se realizaban en la tumba de alg�n muerto. Esta y las otras adivinaciones mencionadas aqu� eran las que se usaban entre los caldeos, comprendidas bajo el nombre general deMecatfim. Houbigant traduce esto muy apropiadamente, qui consulat Pythones, "alguien que consulta a Pythos"; sobre lo cual, ver Lev�tico 19:31 . Un nigromante es interpretado, con mucha justicia, por el Dr.

Waterland, quien consulta a los muertos; una pr�ctica supersticiosa, que se realizaba visitando las tumbas por la noche, y all� acostado, murmurando ciertas palabras en voz baja; por lo que pretend�an tener comuni�n con los muertos por medio de los sue�os, o por los muertos que se les aparec�an. V�ase Isa�as, cap. Deuteronomio 8:19 Deuteronomio 29:4 . Tenemos un ejemplo notable de esto en la bruja de Endor, 1 Samuel 28:7. Se acusa al emperador Juliano de practicar esta horrible superstici�n sobre los cuerpos de los ni�os y ni�as a los que hab�a matado para satisfacer su imp�a curiosidad, tanto para consultar sus entra�as como para evocar sus almas. V�ase Life of Julian, p�g. 220. Estos horrores no solo se practicaban entre los paganos en secreto; pero ten�an sus establecimientos p�blicos en lugares consagrados a la religi�n, donde sol�an evocar y consultar solemnemente a los muertos.

Ver Herodot. lib. 5: gorra. 7 y Vida de Cim�n de Plutarco. Los cabalistas distinguen un alma triple; uno divino, y perfectamente separado del cuerpo, al que llaman nethama, lo mismo que Virgilio, aurai simplicis ignem: el segundo es el alma racional , a la que llaman ruah; participa del cuerpo y de la divinidad, y los une: el tercero es enteramente corp�reo, una especie de imagen o sombra, y por as� decirlo, esfacelo del cuerpo: esto dicen que a veces es visible, y vaga un rato por el sepulcro donde se coloca el cuerpo; y esto, seg�n ellos, es lo que magos y nigromantesinvocar con sus hechizos. V�ase Leonis Allat. Syntag. de Engastromytho y Shuckford's Connection, vol. 2: p�g. 9.

Ver. 13. Perfecto ser�s con el Se�or tu Dios - La palabra hebrea ???? tamim, que traducimos perfecto, o completo, denota especialmente aqu� una perfecci�n de sentimiento, con respecto al punto en cuesti�n. Ver Proverbios 28:18 . Es como si Mois�s hubiera dicho: "Ser�s sincera y sin reservas dedicado al Se�or; no ceder a esas supersticiones, que borran por completo los sentimientos debidos a su majestad, y s�lo a �l".

Versículo 15

Ver. 15. El Se�or tu Dios te levantar� un profeta, etc.� Por clara que sea esta profec�a, ha sido extra�amente pervertida y mal aplicada: pero se concibe que nada faltar� para el correcto entendimiento tanto de la profec�a como de la la finalizaci�n, si podemos mostrar, primero, qu� profeta se pretend�a aqu� particularmente. En segundo lugar, que este profeta se parec�a a Mois�s en m�s aspectos que cualquier otra persona. Y, en tercer lugar, que los israelitas han sido, y todav�a son, severamente castigados por su infidelidad y desobediencia a este profeta.

I. Entonces, algunos han Jueces 1:17 que Josu� era la persona, de Sir 46: 1 y Jueces 1:17 o que Jerem�as es fuertemente aludido en esta profec�a; y Abarbanel, en el prefacio de su Comentario sobre Jerem�as, cuenta catorce detalles en los que se parecen; observando que Jerem�as profetiz� cuarenta a�os, al igual que Mois�s. Otros, m�s numerosos, entienden esto de una sucesi�n de profetas; y encontraron su opini�n sobre el contexto: pero todos los partidarios de estos diferentes sentimientos generalmente est�n de acuerdo en que el fin principal y el alcance �ltimo de la profec�a era el Mes�as. El pasaje del cap. Deuteronomio 34:10se refiere claramente a esta predicci�n y refuta por completo la noci�n de que Josu� sea ??un profeta como Mois�s; porque afirma expresamente, que no surgi� un profeta desde entonces en Israel, como Mois�s. Si ese pasaje fue agregado despu�s de la muerte de Mois�s, como evidentemente lo fue y, como algunos imaginan, por el mismo Josu�; entonces, en consecuencia, este �ltimo no era un profeta como Mois�s, en la opini�n general.

Si la adici�n se hizo a una distancia considerable de tiempo despu�s de la muerte de Mois�s, como implican las palabras mismas; no se levant� un profeta DESDE, etc. Seguir�, que la iglesia jud�a no ten�a el concepto de una sucesi�n perpetua de profetas para ser levantados como Mois�s; y, si la adici�n fue hecha, como com�nmente se cree, por Esdras, despu�s del cautiverio en Babilonia, entonces es evidente que ni Jerem�as, ni ninguno de los profetas antiguos, fueron estimados como Mois�s. Adem�s, como bien observa Houbigant, no se pod�a referir a Josu�, ya que estaba vivo entonces, mientras que se habla de este profeta en el futuro; Me voy a levantar. Tampoco Josu� fue un legislador como Mois�s. La palabra est� en singular, profeta;�y por qu� entonces deber�amos entenderlo como una sucesi�n de profetas, o apartarnos de la construcci�n literal, sin ninguna aparente necesidad de ello? y como el conjunto corre en singular, nadie, con el menor conocimiento del idioma hebreo, puede imaginarse una sucesi�n de profetas.

Otras naciones escucharon a los encantadores y adivinos, ver. 14 pero el Se�or no les permiti� que lo hicieran: ya les hab�a dado una gu�a mejor, y les suscitar�a otro profeta, superior a todos los encantadores y adivinos del mundo, a quien deb�an escuchar. Si apelamos a los hechos, encontraremos que nunca hubo ning�n profeta, y mucho menos una sucesi�n de profetas, a quienes los jud�os estimaron como Mois�s. El m�s alto grado de inspiraci�n es llamado por ellos Mosaico;y enumeran cuatro circunstancias, en las que tuvo la ventaja de todos los dem�s profetas. El mismo Abarbanel renuncia a la pretensi�n de Jerem�as, quien, en su prefacio a los profetas menores, lo reconoce como inferior a Isa�as, y en muchas cosas no se puede comparar con Ezequiel: pero sin embargo, un profeta deb�a ser levantado como a Mois�s; �Y qui�n se le ha parecido alguna vez en su caracter�stica superioridad, sino Jes�s el Mes�as? Abarbanel tiene un vuelo noble en su comentario sobre los profetas menores, que limita la profec�a por completo a Cristo. "�l ser� exaltado sobre Abraham, exaltado sobre Mois�s, y m�s alto que los �ngeles"; y as� era, como aprendemos de sus propias palabras: antes que Abraham fuera, yo soy.

II. Debemos mostrar c�mo este profeta se parec�a a Mois�s. Eusebio, y algunos escritores modernos, han se�alado una variedad de detalles sorprendentes en los que Mois�s y Cristo se parec�an entre s�, y que se mencionan en las Reflexiones al final de este cap�tulo; pero la semejanza, que es la caracter�stica que distingue a Mois�s de todos los dem�s profetas, debe fundamentarse en su capacidad legislativa; y en esta cualidad nadie m�s que Cristo se le parec�a. Es en este sentido que Eusebio explica los t�rminos, como t�, cuando dice que significan un segundo legislador.como Mois�s; y la raz�n asignada en el texto para enviar a este profeta demuestra, no solo que iba a ser investido con este car�cter, sino que este era el gran punto de similitud entre �l y Mois�s. El pueblo hab�a pedido que las leyes divinas no les fueran entregadas de una manera tan terrible: Dios aprob� su solicitud y prometi� levantarles un profeta como Mois�s: es decir, un legislador, que les entregar�a sus mandamientos en de una manera familiar y gentil.

Ahora, ninguno de los profetas jud�os fue legislador, en todo el espacio intermedio entre Cristo y Mois�s. Pondr� mis palabras en su boca, etc. demuestren claramente, dice Houbigant, una legislaci�n extraordinaria y diferente a la de Mois�s; porque, si hubiera sido ordinario y similar al de Mois�s, el pueblo no habr�a escuchado tanto a ese profeta como el mismo Mois�s. Como consecuencia de esta profec�a, hubo una expectativa general de que surgiera alg�n profeta extraordinario, que prevaleci� particularmente en la �poca de nuestro Salvador. Los jud�os entonces, as� como desde entonces, aplicaron esta profec�a al Mes�as, el �nico profeta a quien permitir�n que sea tan grande o m�s grande que Mois�s. Los cinco mil alimentados por milagro en el desierto confirman esta verdad. Esto es, de verdad,dijeron ellos, el profeta que vendr�a al mundo; y San Pedro y San Esteban aplican directamente esta profec�a a Cristo; Hechos 3:22 ; Hechos 7:37 lo cual puede muy bien estar justificado al hacerlo, ya que responde plenamente a todas las marcas y caracteres dados por el profeta como Mois�s.

Fue levantado de entre sus hermanos; tuvo comunicaci�n inmediata con la Deidad, como lo hizo Mois�s; realiz� se�ales y prodigios, aunque mucho mayores que los de Mois�s; y, como acabamos de observar, fue legislador, al igual que Mois�s. Les levantar� profeta, dice Dios; y el pueblo glorific� a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros. Lucas 7:16 . Pondr� mis palabras en su boca, dice Dios (o dar� mis palabras, como est� en hebreo); y nuestro Salvador dice : Las palabras que me diste les he dado. Juan 17:8 . Les hablar�is todo lo que yo os mande, dice Dios; y nuestro Salvador dice:No he hablado de m� mismo, etc. Juan 12:49 .; ver tambi�n ver. 46. ??Pero para m�s informaci�n sobre este tema, nos referimos a las Reflexiones al final del cap�tulo.

III. Debemos mostrar que los israelitas han sido y siguen siendo castigados por su desobediencia a este profeta. Ciertamente, no faltan muchas palabras para probar esto: es visible para todo el mundo; la profec�a es clara y expresa: a �l oir�is; ver. 19 y cualquiera que no escuche, se lo pedir�; es decir, seg�n la LXX, lo castigar� severamente por ello; el antecedente se pone por el consecuente. Los jueces primero preguntaron y luego castigaron. Esta profec�a, como hemos probado anteriormente, evidentemente se relaciona con Jesucristo. Dios mismo, en cierto modo, se lo aplica; porque cuando se transfigur�, Mateo 17:5 la voz dijo: O�dlo,Aludiendo claramente a estas palabras de Mois�s, le escuchar�is, y as� se lo se�alar�is al profeta como Mois�s. Suceder�, dice San Pedro, al citar esta profec�a, que toda alma que no escuche a ese profeta, ser� destruida de entre el pueblo: � una terrible denuncia! que sabemos que fue completamente ejecutado sobre los jud�os; y para m�s sobre eso, nos referimos, como antes, a las Reflexiones.Estamos en deuda principalmente por esta nota a la disertaci�n del obispo Newton. 6: vol. 1: donde quedar� satisfecho el lector que desee ver m�s sobre el tema; nada menos que consultando al obispo Sherlock sobre el uso y la intenci�n de la profec�a, Discurso 6: Defensa del obispo Chandler, cap. 6: secc. 2 y Ensayo de Sykes sobre la religi�n cristiana.

Solo agregaremos, que no hay necesidad de ser muy sol�cito con respecto a la conexi�n de estas palabras. El sentido del discurso est� terminado y completo en el vers�culo 14. All� Mois�s exhorta a los israelitas a evitar las supersticiones de sus vecinos paganos, a partir de una reflexi�n sobre el cuidado de Dios por ellos en cada detalle. En esa ocasi�n, recordando la promesa que Dios hab�a hecho a los hebreos, de un futuro y superlativamente excelente profeta en el futuro que se levantar�a e instruir�a, establece esa promesa; y la afinidad del sujeto lo lleva a hablar de la gran y principal regla por la cual se puede distinguir a los verdaderos profetas de los falsos. �sta es toda la conexi�n que debe buscarse al final de este cap�tulo; de una atenci�n a la que vemos,un profeta, pero una sucesi�n de profetas, no tiene ning�n fundamento. Pero aquellos que entrar�an m�s de lleno en esta investigaci�n, nos referimos a los Sermones del Dr. L. Twells, predicados en la Conferencia de Boyle, Serm. 10: y 11: Solo observar�amos que el testimonio que Dios le dio a Mois�s, N�meros 12 es posterior a m�s de un a�o de la promesa de un profeta como �l.

Versículos 21-22

Ver. 21, 22. Si dices en tu coraz�n, etc.� Deber�a observarse que esto debe entenderse absolutamente de un profeta israelita. Si tal profeta hablaba en nombre de cualquier otro dios que no fuera el Dios de Israel, no necesitaban m�s marcas para descubrir que era un impostor, v�ase el cap. Deuteronomio 13:2 pero si ven�a a ellos fingiendo una comisi�n de Jehov�, era necesario que tuvieran alg�n criterio cierto, por medio del cual saber si sus pretensiones eran verdaderas o falsas; y esto se establece en las siguientes palabras; si el asunto no sigue, es decir, lo que el Se�or no ha dicho:porque aunque el mero cumplimiento de una se�al, o la realizaci�n de un milagro aparente, no es suficiente por s� mismo para establecer la creencia de una doctrina falsa y malvada; sin embargo, por otro lado, fingir milagros y predicciones, y no poder realizarlos, es una marca absoluta de un impostor.

Observemos adem�s, que esto no tiene nada que ver con las predicciones condicionales, especialmente de un tipo amenazador, del Se�or. Ver Jeremias 18:7 . El verdadero significado, por lo tanto, parece ser que si un profeta apel� a alg�n milagro o evento futuro como una se�al absoluta de que hab�a sido enviado por Dios, y el milagro fracasaba, o lo predicho no suced�a, deb�a hacerlo. ser visto como un impostor. Por ejemplo, cuando Mois�s, en testimonio de su misi�n divina, arroj� su vara al suelo y dijo que se convertir�a en una serpiente; si no se hubiera transformado en una serpiente, habr�a sido condenado en abundancia por falsedad. Cuando se diga, no le temas, el significado es, como bien lo ha expresado Maim�nides, "no se deje aterrorizar o intimidar por su antiguo car�cter de integridad, piedad o aprendizaje, por esforzarse para que lo maten, ya que �l ten�a la arrogante presunci�n de afirmar que tales cosas eran revelado por Dios, como �l estaba consciente que Dios no lo hab�a revelado ".

Reflexiones sobre la semejanza entre Cristo y Mois�s.

Eusebio, al tratar las profec�as acerca de Cristo, primero presenta esto de Mois�s, y luego pregunta: �Cu�l de los profetas despu�s de Mois�s, Isa�as por ejemplo, Jerem�as, Ezequiel, Daniel o cualquier otro de los doce? legislador e hizo cosas como las de Mois�s? Mois�s primero rescat� a la naci�n jud�a de la superstici�n y la idolatr�a egipcias, y les ense�� la verdadera teolog�a: Jesucristo, de la misma manera, fue el primer maestro de la verdadera religi�n, santidad y virtud a los gentiles. Mois�s confirm� su religi�n mediante milagros; lo mismo hizo Cristo. Mois�s liber� a la naci�n jud�a de la servidumbre egipcia; y Jesucristo toda la humanidad del poder de los demonios malignos, y todos los que creen, de la servidumbre de sus propias pasiones malvadas. Mois�s prometi� Tierra Santa, y en ella una vida feliz, a quienes guardaran la ley; y Jesucristo un pa�s mejor, es decir, celestial, para todas las almas justas. Mois�s ayun� cuarenta d�as; lo mismo hizo Cristo. Mois�s suministr� pan al pueblo en el desierto; y nuestro Salvador aliment� a cinco mil a la vez y a cuatro mil en otra, con unos pocos panes.

Mois�s fue �l mismo y condujo al pueblo por en medio del mar; y Jesucristo camin� sobre el mar, y le permiti� a Pedro caminar de la misma manera. Mois�s extendi� su mano sobre el mar, y el Se�or hizo que el mar retrocediera; y nuestro Salvador reprendi� al viento y al mar, y hubo una gran calma. El rostro de Mois�s resplandeci� cuando descendi� del monte; y el de nuestro Salvador brill� como el sol en su transfiguraci�n. Mois�s, con sus oraciones, cur� a Mar�a de su lepra; y Cristo, con mayor poder, con una palabra, cur� a varios leprosos. Mois�s hizo maravillas con el dedo de Dios; y Jesucristo, por el dedo de Dios, ech� fuera demonios. Mois�s cambi� el nombre de Oshea a Joshua; y nuestro Salvador cambi� el de Sim�n por Pedro. Mois�s constituy� setenta gobernantes sobre el pueblo; y nuestro Salvador nombr� setenta disc�pulos. Mois�s envi� doce hombres a reconocer la tierra; y nuestro Salvador doce ap�stoles para visitar las naciones. Mois�s dio varios excelentes preceptos morales; y nuestro Salvador los llev� a la m�xima perfecci�n.


Dr. Jortin, en sus Comentarios sobre Historia Eclesi�stica, vol. 1: p�g. 203 y c. ha ampliado estos indicios de Eusebio, y les ha hecho varias mejoras y adiciones: observando que "Mois�s, en su infancia, fue maravillosamente preservado de la destrucci�n de todos los hijos varones; tambi�n lo fue Cristo. Mois�s huy� de su pa�s para escapar las manos del rey; as� lo hizo Cristo, cuando sus padres lo llevaron a Egipto. Despu�s, el Se�or dijo a Mois�s en Madi�n: Ve, vu�lvete a Egipto, porque han muerto todos los hombres que buscaban tu vida; �xodo 4:19 as� el �ngel del Se�or le dijo a Jos�, casi con las mismas palabras: Lev�ntate, toma al ni�o y vete a la tierra de Israel, porque han muerto los que buscaban la vida del ni�o, Mateo 2:20se�al�ndolo, por as� decirlo, para ese profeta que se levantar�a como Mois�s. Mois�s se neg� a ser llamado hijo de la hija de Fara�n, prefiriendo sufrir aflicci�n; Cristo se neg� a ser rey, prefiriendo sufrir aflicci�n.

Mois�s, dice San Esteban, fue erudito, ?????????, en toda la sabidur�a de los egipcios; y Josefo (Antiq. lib. ii. c. 9.) dice, que era un joven muy avanzado y consumado, y ten�a sabidur�a y conocimiento m�s all� de sus a�os: San Lucas observa de Cristo, que aument� (a tiempo) en sabidur�a y estatura, y en el favor de Dios y de los hombres;y sus discursos en el templo con los m�dicos, cuando ten�a doce a�os, fueron una prueba de ello. Mois�s contendi� con los magos, quienes se vieron obligados a reconocer el poder divino por el cual fue asistido; Cristo expuls� a los esp�ritus malignos y recibi� el mismo reconocimiento de ellos. Mois�s no solo fue legislador, profeta y hacedor de milagros, sino rey y sacerdote: en todos estos oficios el parecido entre Mois�s y Cristo era singular. Mois�s trajo tinieblas sobre la tierra; el sol apag� su luz en la crucifixi�n de Cristo: y, como la oscuridad que se extendi� sobre Egipto fue seguida por la destrucci�n de su primog�nito, y de Fara�n y su ej�rcito; as� que la oscuridad a la muerte de Cristo fue la precursora de la destrucci�n de los jud�os.

Mois�s predijo las calamidades que sobrevendr�an a la naci�n por su desobediencia; Cristo tambi�n. El esp�ritu que estaba en Mois�s fue conferido, en cierto grado, a los setenta ancianos, y ellos profetizaron; Cristo confiri� poderes milagrosos a sus setenta disc�pulos. Mois�s triunf� sobre reyes poderosos y grandes naciones; tambi�n lo fue Cristo, por los efectos de su religi�n y por la ca�da de los que persegu�an a su iglesia. Mois�s conquist� a Amalec levantando ambas manos; Cristo venci� a sus enemigos y a los nuestros cuando sus manos se sujetaron a la cruz. Mois�s intercedi� por los transgresores, hizo que se hiciera expiaci�n por ellos y detuvo la ira de Dios; Cristo tambi�n. Mois�s ratific� un pacto entre Dios y el pueblo, roci�ndolos con sangre; Cristo, con su propia sangre. Mois�s deseaba morir por el pueblo, y or� para que Dios los perdonara o lo borrara de su libro; Cristo hizo m�s, muri� por los pecadores. Mois�s instituy� la pascua, cuando se sacrificaba un cordero, ninguno de cuyos huesos deb�a ser quebrantado, y cuya sangre proteg�a al pueblo de la destrucci�n; Cristo fue ese cordero pascual.

Mois�s alz� la serpiente para que los que la vieran fueran sanados de sus heridas mortales; Cristo fue esa serpiente sanadora. Todo el afecto de Mois�s hacia el pueblo, todos sus cuidados y fatigas por ellos, fueron recompensados ??por ellos con ingratitud, murmuraciones y rebeliones; las mismas devoluciones hicieron los jud�os a Cristo por todos sus beneficios. Mois�s fue maltratado por su propia familia; su hermano y su hermana se rebelaron contra �l: hubo un tiempo en que los propios hermanos de Cristo no creyeron en �l. Mois�s ten�a una generaci�n muy malvada y perversa comprometida con su cuidado y conducta; para permitirle gobernarlos, se le otorgaron poderes milagrosos, y utiliz� su mayor esfuerzo para hacer que el pueblo fuera obediente a Dios y salvarlo de la ruina, pero en vano; en el espacio de cuarenta a�os todos cayeron en el desierto, excepto dos: Cristo tambi�n fue dado a una generaci�n no menos malvada y perversa; sus instrucciones y sus milagros se perdieron en ellos, y aproximadamente en el mismo espacio de tiempo despu�s de que lo rechazaron fueron destruidos.

Mois�s era manso m�s que todos los hombres que hab�a sobre la faz de la tierra; tambi�n Cristo. El pueblo no pudo entrar en la tierra prometida hasta que Mois�s muri�; por la muerte de Cristo, el reino de los cielos se abri� a los creyentes. En la muerte de Mois�s y Cristo, tambi�n hay una semejanza en algunas circunstancias: Mois�s muri�, en un sentido, por las iniquidades del pueblo; fue su rebeli�n la que la ocasion�, y atrajo el disgusto de Dios sobre ellos y sobre �l. Mois�s subi�, a la vista del pueblo, a la cumbre del monte Nebo, y all� muri�, cuando estaba en perfecto vigor, cuando su ojo no se nublaba, ni su fuerza natural disminu�a;Cristo sufri� por los pecados de los hombres y fue llevado, en presencia del pueblo, al monte Calvario, donde muri� en la flor de su �poca. Ni Mois�s ni Cristo, por lo que podemos recoger de la Historia Sagrada, alguna vez enfermaron, o sintieron alguna decadencia o dolencia corporal que pudiera hacerlos incapaces de soportar las fatigas que sufrieron; sus sufrimientos eran de otro tipo. Mois�s fue enterrado y nadie sab�a d�nde estaba su cuerpo; ni los jud�os pudieron encontrar el cuerpo de Cristo. Por �ltimo, como Mois�s, un poco antes de su muerte, prometi� otro profeta, as� Cristo otro consolador ".

Una imaginaci�n fecunda puede encontrar una semejanza donde no la hay: pero, como concluye el mismo excelente escritor: "�Es esta semejanza y correspondencia en tantas cosas entre Mois�s y Cristo el efecto de la mera casualidad? historia, y ver si podemos encontrar un hombre que fuera tan parecido a Mois�s como lo fue Cristo, y tan parecido a Cristo como lo fue Mois�s. Si no podemos encontrar uno as�, entonces lo hemos encontrado, de quien Mois�s en la ley y los profetas escribieron, Jes�s de Nazaret, el hijo de Dios ".
Para corroborar esta parte de la profec�a, vemos tambi�n notablemente cumplida en ella la denuncia sobre los que rechazaron al Mes�as. Los jud�os no le escucharon;�y no han sido eminentemente castigados? La escisi�n completa de esa naci�n incr�dula, poco despu�s de que termin� su ministerio entre ellos, y despu�s de que sus ap�stoles tambi�n predicaron en vano, es una conclusi�n notable de la amenaza que sufrieron por no escucharlo . Podemos estar m�s seguros de esta aplicaci�n, ya que nuestro Salvador mismo no solo denunci� la misma destrucci�n, sino que tambi�n predijo las se�ales, la manera y las circunstancias de la misma, con una particularidad y exactitud que nos asombrar�, como veremos. en lugar apropiado: y los jud�os que creyeron en su nombre, recordando la precauci�n y siguiendo el consejo que les hab�a dado, escaparon de la ruina general de su pa�s, como tizones arrancados del fuego.

El grueso de la naci�n pereci� en su infidelidad o fue llevado cautivo a todas las naciones; �Y no han sido desde entonces, persistiendo en la misma infidelidad, odiados por el mismo castigo, y han sido vagabundos, afligidos y miserables en la tierra? La mano de Dios casi nunca fue m�s visible en ninguna de sus dispensaciones: debemos estar ciegos para no verla; y al verlo, no podemos dejar de admirarlo y adorarlo. �Qu� otra explicaci�n probable pueden dar ellos mismos de su largo cautiverio, dispersi�n y miseria? Su cautiverio anterior, como castigo de toda su maldad e idolatr�a, dur� s�lo setenta a�os; pero han vivido en su actual dispersi�n, aunque no han sido id�latras, ahora estos mil setecientos a�os, y sin embargo sin ninguna perspectiva inmediata de su restauraci�n. �Qu� enorme crimen podr�a haber provocado, y, sin arrepentirse de �l, todav�a contin�a atrayendo, estos duros juicios sobre ellos? Decimos, que fueron cortados por su infidelidad, y que cuando se vuelvan a la fe ser�n injertados nuevamente.

Uno pensar�a que valdr�a la pena probar el experimento. Estamos seguros de que han sido durante mucho tiempo monumentos de la justicia de Dios: creemos que por su fe y arrepentimiento volver�n a ser objetos de su misericordia y, mientras tanto, con San Pablo ( Romanos 10:1 . ). El deseo de nuestro coraz�n y sacerdote de Dios para Israel es que sean salvos. V�ase el obispo Newton sobre las profec�as, disertaci�n. 6.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Deuteronomy 18". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/deuteronomy-18.html. 1801-1803.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile