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Bible Commentaries
Proverbios 9

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

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Introducción

La disciplina y doctrina de la sabidur�a. La costumbre y el error de la locura.

Versículo 1

La sabidur�a ha edificado su casa: esta es una alegor�a sumamente espl�ndida, dice Schultens, en la que se concibe a la Sabidur�a como una reina, sentada en su palacio real e invitando a los mortales a un banquete, abundantemente amueblado con las m�s ricas delicias, para que puedan ser alimentados con delicias celestiales por una bendita inmortalidad. Esta par�bola adquiere gran luz de la de la fiesta nupcial, pronunciada por nuestro Salvador, Mateo 22 . Muchos de los padres antiguos aplicaron esto a la iglesia ya la naturaleza humana de nuestro Salvador, quien �l mismo considera su cuerpo como una casa santa o templo; quiz�s en alusi�n a esta bella alegor�a. Ver Juan 2:19. Varios han sido los esfuerzos de los comentaristas para aplicar todas las circunstancias en esta descripci�n; pero se ha observado bien que quienquiera que lo haga se encontrar� en un gran error y muy ignorante de la naturaleza de los escritos parab�licos; pues las par�bolas pueden compararse con pinturas hist�ricas, que pretenden transmitir una idea general, que debe ser recogida del cuerpo colectivo de im�genes, no de una figura en particular: las circunstancias minuciosas deben ser consideradas s�lo como realces de la pieza; pero la conclusi�n, o m�xima general, debe extraerse del alcance y ensamblaje del todo.

Esta es una continuaci�n de la par�bola comenzada en el cap�tulo anterior, dice Calmet; donde la Sabidur�a se nos representa como una mujer venerable, cuyas verdaderas bellezas y s�lidas promesas se oponen a los enga�os del Placer; quien en el cap�tulo 7 est� pintado bajo la idea de una mujer libertina e insolente. Ella, para atraer a los j�venes a sus trampas, les da una descripci�n de los perfumes, la cama, el banquete que les ha preparado. La sabidur�a, para involucrar a los disc�pulos, hace lo mismo; pero, en lugar del libertinaje, los falsos placeres y el vicio que les promete la Voluptuosidad, la Sabidur�a ofrece a sus hu�spedes una s�lida y magn�fica morada de dulces pero castos placeres, de saludables instrucciones y de una vida feliz.

Versículo 3

Envi� a sus doncellas: las doncellas de la sabidur�a, dice Calmet, son los ap�stoles y primeros predicadores del evangelio, que invitan a todos al estudio de la sabidur�a, a la fe de Jesucristo y a la pr�ctica de la santidad y la virtud. . Sobre los lugares m�s altos de la ciudad, podemos leer, Sobre las cimas de los lugares m�s altos, etc. Calmet supone, que el escritor sagrado se refiere aqu� a los techos de las casas, conforme a lo que dice nuestro Salvador, Mateo 10:27 . Lo que o�s al o�do, predicadlo en los techos de las casas.

Versículo 4

Quien es sencillo, que entre ac�. La sabidur�a invita al sencillo, al ignorante, al que tiene la inocencia y la sencillez de los ni�os. Ver 1 Corintios 14:20 .

Versículo 5

Come de mi pan, etc. Es decir, "Atiende, recibe y practica mis preceptos". Nuestro bendito Se�or puede entenderse en este sentido, Juan 6:53 , Juan 6:53 .

Versículo 7

El que reprende al escarnecedor� Este vers�culo y el siguiente nos dan una raz�n para la conducta de la Sabidur�a al dirigirse solo a los simples. No invita a los supuestamente sabios, a los que se creen ignorantes de nada: invitarlos a la fiesta de la sabidur�a, ser�a exponerse a sus insultos y censuras. Creen que no tienen nada que ver con eso. Recibir�an la invitaci�n con desd�n; despreciar�an las lecciones de la sabidur�a; rechazar�an con repugnancia su vino y sus viandas. Estos burladores representan admirablemente el genio de los libertinos y los infieles profesos.

Las palabras Getteth s� mismo una mancha, significan: "En lugar de convencer o reformar a tal persona con sus reproches, se encontrar� acusado de los mismos cr�menes por la persona a quien se esfuerza por enmendar". Cuando un hombre instruye a un escarnecedor, el tiempo que as� emplea se desperdicia; otros se burlan de sus dolores como un trabajo mal realizado; y tambi�n el escarnecedor desprecia la ciencia que se le ense�a: As� es avergonzado el hombre.

Versículo 10

Comprensi�n: Schultens, Calmet y muchos otros, traducen esta Prudencia; La prudencia cristiana, la verdadera prudencia, que consiste en discernir lo que es m�s o menos ventajoso en todos los asuntos, y en elegir los medios adecuados para la ejecuci�n, es sin duda el conocimiento del Santo; porque es por esto que son conducidos por la gracia divina en el camino correcto al cielo, y evitan los peligros que destruyen a tantas personas irreflexivas e imprudentes. Algunos entienden el texto de manera diferente; El conocimiento de las cosas santas es la verdadera prudencia. Otros traducen as� todo el vers�culo; El principio de la sabidur�a es el temor del Se�or, y el principio de la prudencia es el conocimiento de las cosas santas; como la ley de Dios, su adoraci�n, etc.

Versículo 13

Una mujer insensata, etc. � Tenemos aqu� otro cuadro aleg�rico, que describe la Locura bajo la persona de una ramera, que fascina con sus tentaciones y ofrece tambi�n sus delicias a sus invitados; pero manjares manchados con el veneno m�s sutil. El hebreo, traducido como mujer necia, es m�s fuerte; la mujer insensata ?????? ???? eisheth keisiluth, la insensatez misma tiene el car�cter de una ramera. Tienes la imagen de la concupiscencia y el placer que todos los fil�sofos han representado bajo esta idea.

Sus personajes, expresados ??a la vida, son, 1. Que es bulliciosa, tumultuosa, en un perpetuo calor e inquietud de pasi�n. 2. Que ella es ????? petaiuth, la locura misma; mera disoluci�n y enga�o; y 3. A ella no le importa lo que suceda. Es una aposiopesis, que expresa el m�s alto grado de atrocidad. Schultens. El Dr. Gray dir�a: Una mujer insensata es clamorosa y no conoce la verg�enza.

Versículo 16

Quien es sencillo: esta es una distorsi�n m�s enga�osa y astuta del discurso de la Sabidur�a; con lo cual insultar�a a los amigos de la religi�n, la verdad y la santidad.

Versículo 17

Las aguas robadas son dulces: una expresi�n proverbial de placeres il�citos; los griegos y los latinos utilizan la misma frase. Ver el cap. Proverbios 5:15 y Calmet. Una de las lecciones provechosas que se pueden aprender de este cap�tulo es que no hay nada m�s incompatible con la sabidur�a que el servicio de esas concupiscencias impuras, que han sido la ruina de todos los que han sido guiados por ellas; y por tanto, con esto concluye el sabio su prefacio al libro de los proverbios; repitiendo de nuevo ( Proverbios 9:10 ) ese primer principio sobre el que se basa toda religi�n, y con el que comenz� su prefacio, que el temor del Se�or es el principio de la sabidur�a.De hecho, no hay verdadera sabidur�a sino religi�n. El lector no puede dejar de estar complacido con el siguiente pasaje del excelente fil�sofo Minute del obispo Berkeley ; una obra que bien merece la lectura m�s cuidadosa, "Suponer una sociedad de agentes racionales, actuando bajo la mirada de la Providencia, concurriendo en un dise�o para promover el beneficio com�n de la totalidad, y ajustando sus acciones a las leyes y orden establecidos de la divina sabidur�a parental; en la que cada agente en particular no se considerar� a s� mismo aparte, sino como miembro de una gran ciudad, cuyo autor y fundador es Dios; en la que las leyes civiles no son otra cosa que las reglas de la virtud y los deberes de la religi�n y donde el inter�s de cada uno se combina con su deber, supongo que esto ser�a delicioso.

Sobre esta suposici�n, un hombre no necesita ser estoico o un caballero andante para explicar su virtud. En tal sistema, el vicio es locura, la astucia es locura, la sabidur�a y la virtud son lo mismo; donde, a pesar de todos los caminos y caminos torcidos, los apetitos descarriados y las inclinaciones de los hombres, la raz�n soberana [bajo la gracia soberana] seguramente reformar� todo lo que parezca mal, reducir� lo tortuoso, enderezar� lo torcido, y en el �ltimo acto concluye toda la trama, de acuerdo con las m�s exactas reglas de sabidur�a y justicia. En tal sistema o sociedad, regidos por los m�s sabios preceptos, reforzados por las m�s altas miras y desalientos, es delicioso considerar c�mo la regulaci�n de las leyes, la distribuci�n del bien y el mal, la finalidad de los agentes morales, conspiran en su debido momento. subordinaci�n para promover el fin m�s noble, a saber, la completa felicidad o bienestar de todos. Al contemplar la belleza de tal sistema moral, podemos gritar con el salmista:�Cosas muy excelentes se han dicho de ti, ciudad de Dios! � Ver Min. Fil. Vol. 1: p. 183.

REFLEXIONES.� Cuando en los d�as de su carne la Sabidur�a de Dios apareci� sobre la tierra, eligi� en su mayor parte transmitir sus instrucciones divinas por par�bolas, un m�todo que hab�a usado en la antig�edad para comunicar los misterios de su evangelio. As� que aqu�

1. Se ofrece un rico entretenimiento en un suntuoso palacio para los hu�spedes de Wisdom. Ella ha edificado su casa, la iglesia en la tierra, fundada en Cristo, la roca de las edades; y adornado gloriosamente con todos los dones y gracias del Esp�ritu abundantemente dispensado en �l; o las mansiones celestiales provistas para el descanso eterno de los santos, la casa no hecha por manos, eterna en los cielos. Ella labr� sus siete columnas; insinuando la responsabilidad y perpetuidad de la misma, siendo siete el n�mero de perfecci�n; o refiri�ndose a la provisi�n constante de ministros sabios y capaces, capacitados con dones y gracias para la edificaci�n del cuerpo de Cristo y el apoyo de los intereses de su iglesia y su pueblo.

Ha matado sus bestias o su sacrificio; ha mezclado su vino; ella tambi�n ha amueblado su mesa. El sacrificio es un Jes�s crucificado, ofreci�ndose sobre la cruz por los pecadores. El vino es su sangre, el m�s rico cordial para el alma culpable. La mesa est� provista de todas las bendiciones de la gracia, el perd�n, la justicia, la paz, la fuerza, el consuelo; la provisi�n que Jes�s mismo ha hecho y ofrece gratuitamente a todo pecador pobre y hambriento.

2. Se les env�a una invitaci�n. Ella ha enviado a sus doncellas, ministros del evangelio, nombradas y enviadas para publicar las buenas nuevas de la salvaci�n. Ella clama en los lugares m�s altos de la ciudad, como lo hizo nuestro Se�or mismo en Jerusal�n; y sus siervos contin�an alzando la voz, con celo y seriedad en la entrega de su mensaje. El simple, que entre ac�; incluso toda alma que, consciente de su ignorancia espiritual, desee que se le ense�en las lecciones de la verdad divina. En cuanto al que no tiene entendimiento, al menos no se distingue por ning�n logro de la ciencia, ella le dijo: Ven, come de mi pan, alim�ntate de los manjares provistos,y bebed del vino que he mezclado; bienvenidos a la mesa festiva, al vino y la leche de la gracia del evangelio; Comed, amigos m�os; s�, bebe en abundancia, oh amado; porque aqu� no hay que temer el exceso. Quienes se alimentan de Cristo y su amor, no pueden venir con deseos demasiado agrandados; s�, bienaventurados los que tienen hambre y sed, porque ellos ser�n saciados.

3. Se da una advertencia a los invitados. Abandona a los necios y vive; la compa��a de los pecadores, cuyas obras son locura, y su paga muerte; estos debemos dejar, no tener comuni�n con ellos, para que podamos vivir para Dios, vivificados por su Esp�ritu, e ir por el camino del entendimiento; el camino de la gracia, la paz, la santidad y la gloria, que la palabra de Dios nos presenta abierto y claro, y en el que todos los que vienen a Jesucristo deben andar de ahora en adelante, como �l tambi�n camin�.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Proverbs 9". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/proverbs-9.html. 1801-1803.
 
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