Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
For 10¢ a day you can enjoy StudyLight.org ads
free while helping to build churches and support pastors in Uganda.
Click here to learn more!

Bible Commentaries
Apocalipsis 11

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Buscar…
Enter query below:

Introducción

Los dos testigos profetizan: tienen poder para cerrar el cielo, para que no llueva; la bestia pelear� contra ellos; y matarlos: yacen insepultos y, despu�s de tres d�as y medio, resucitan. El segundo ay ha pasado. Suena la s�ptima trompeta.

Anno Domini 96.

Versículo 1

Apocalipsis 11:1 .�Desde este cap�tulo hasta el decimonoveno, tenemos eltercery m�s largoper�odode esta profec�a, que se distingue por lassiete copas,como los per�odos anteriores lo fueron porsiete trompetasysiete sellos. Como este es un per�odo mucho m�s extenso que cualquiera de los anteriores, parece tener una descripci�n m�s completa y copiosa; y su estado est� representado por varias im�genes prof�ticas; como midiendo el templo; por la profec�a de dos testigos; por la visi�n de una mujer volando hacia el desierto; ch.

Apocalipsis 11:12: la representaci�n de una bestia salvaje que sale del mar y de otra que sale de la tierra; ch. 13. De modo que hay dos representaciones distintas del estado de la iglesia durante este per�odo; y otra representaci�n del poder perseguidor de donde debe proceder este estado afligido de la iglesia: y al final de esto, como en cada per�odo, tenemos una representaci�n de la liberaci�n de la iglesia de su estado afligido.

En particular, las aflicciones de la iglesia terminar�n con este per�odo en el m�s feliz y glorioso estado de paz y prosperidad, de verdad, pureza y protecci�n; y no ser�n renovados en muy poco tiempo por un nuevo per�odo de angustias y aflicciones para probar la fe y la paciencia de los santos, como en los per�odos anteriores. Por lo tanto, parece que la representaci�n de los dos testigos, de la mujer en el desierto y de la bestia, son varias exhibiciones del mismo tiempo o per�odo, en diferentes puntos de vista. El tiempo para que los testigos profeticen en cilicio es mil doscientos sesenta d�as, cap.

Apocalipsis 11:3 . La mujerse nutre en su lugar en el desierto por un tiempo, y tiempos y medio tiempo, o tres a�os y medio; igual a mil doscientos sesenta d�as, seg�n el a�o antiguo de trescientos sesenta d�as; y as� lo interpreta la profec�a misma, Apocalipsis 11:6 .

Se observa adem�s con respecto al per�odo de la bestia, que se le dio poder para continuar cuarenta y dos meses, un tiempo igual a tres a�os y medio, o mil doscientos sesenta d�as. Por lo tanto, deben considerarse como descripciones diferentes del mismo per�odo, para una explicaci�n m�s distinta de la profec�a y la mayor certeza de su verdadero significado. Los d�as en cuesti�n deben interpretarse como a�os, como no solo es de acuerdo con el estilo general de la profec�a, sino con el plan de la profec�a particular que tenemos ante nosotros.

El orden de las profec�as de este libro muestra que estos mil doscientos sesenta d�as contienen todo el tiempo del tercer per�odo,o todo el tiempo que profetizan los testigos, la mujer est� en el desierto, y la bestia tiene poder; es decir, todo el tiempo del �ltimo estado de los sufrimientos de la iglesia, hasta ese estado glorioso de la iglesia, cuando Satan�s ser� encerrado en el abismo por mil a�os.

En este per�odo, las siete copas de la ira de Diosse derramar�n, y se cumplir�n todos los acontecimientos hist�ricos relacionados con ellos. Este per�odo durar� hasta que se consuma el misterio de Dios: estos eventos son demasiados, y los tiempos en que deben cumplirse demasiado largos, para estar comprendidos dentro de mil doscientos sesenta d�as naturales. El orden de los per�odos muestra que este tercero no debe comenzar hasta que se hayan pasado los dos primeros; hasta que las naciones que hab�an destruido el imperio romano lo dividieron entre s�; hasta que falleci� el gobierno imperial de Roma, como lo fueron antes las formas de gobierno precedentes; y hasta que se establezca otra forma en Roma, que, seg�n algunas cuentas, deber�a llamarse la s�ptima; y, en otros, la octava forma de gobierno: cuando Roma, una vez la poderosa due�a del mundo, despu�s de haber perdido su dominio, y,

Ahora bien, como una gran variedad de circunstancias concurrentes muestran que el comienzo de este per�odo fue alrededor del a�o 756, cuando los papas fueron investidos con el dominio temporal de Roma, en el cual solo el tiempo las diversas descripciones de este per�odo coinciden exactamente, Los mil doscientos sesenta d�as de esta profec�a durar�n mientras este dominio contin�e: lo que evidentemente parece mostrar que no debemos entender mil doscientos sesenta d�as naturales como el tiempo de este per�odo, pero tantos d�as prof�ticos, o a�os. Vea las siguientes notas. Consulte tambi�n el Ap�ndice para conocer otras opiniones sobre este tema.

Y el �ngel se puso de pie, diciendo : Es decir, el �ngel mencionado en el cap�tulo anterior, a quien algunos comentaristas interpretan de Lutero. En la primera parte de este cap�tulo, desde el vers�culo 1 al 14, dice el obispo Newton, se exhiben los contenidos del librito mencionado en el cap�tulo anterior. En este vers�culo se le ordena a San Juan que mida el atrio interior, el templo de Dios, etc. para mostrar que, durante todo este per�odo, hubo algunos verdaderos cristianos que se conformaron a la regla y medida de la adoraci�n de Dios.

Esta medida podr�a aludir m�s particularmente a la reforma del papado, que cay� bajo estesexta trompeta; y una de las causas morales fue la toma de Constantinopla por los otmanes, lo que ocasion� que los fugitivos griegos llevaran sus libros consigo a las partes m�s occidentales de Europa, y result� ser la feliz causa del resurgimiento del saber; cuando el avivamiento del saber abri� los ojos de los hombres y result� ser la feliz ocasi�n de la reforma.

Pero, aunque se midi� el atrio interior, que incluye el n�mero m�s peque�o , sin embargo , el atrio exterior, que implica la mayor parte, se dej� fuera ( Apocalipsis 11:2 ) y se rechaz�, por estar en posesi�n de cristianos �nicamente. de nombre, pero gentiles en adoraci�n y pr�ctica que la profanaron con superstici�n e idolatr�a paganas: y hollar�n la ciudad santa; pisotear�n y tiranizar�n a la iglesia durante cuarenta y dos meses.

Versículo 3

Dar� poder a mis dos testigos, etc.� El escritor sagrado nos asegura que Dios levantar�a algunos testigos verdaderos y fieles para predicar y protestar contra las innovaciones mencionadas en el vers�culo anterior: y hubo protestantes mucho antes que el nombre entr� en uso. De estos testigos deber�a haber, aunque sea un n�mero peque�o, pero competente; y fue motivo suficiente para hacerlos dos testigos, porque ese n�mero es requerido por la ley, Deuteronomio 19:15 y aprobado por el evangelio, Mateo 18:16y en ocasiones anteriores, a menudo se han unido dos en comisi�n, como Mois�s y Aar�n en Egipto; El�as y Eliseo en la apostas�a de las diez tribus; y es tambi�n observable que los principales reformadores han aparecido generalmente en parejas; los valdenses y albigenses; John Huss y Jerome de Praga; Lutero y Calvino; Cranmer y Ridley, y sus seguidores: no es que (yo concibo) dos hombres en particular, o dos iglesias en particular, fueran intencionados por esta profec�a; pero s�lo para que haya algunos en todas las �pocas que den testimonio de la verdad.

No deben desanimarse, ni siquiera por la persecuci�n y la opresi�n; pero, aunque vestido de cilicio, y viviendo en un estado de luto y afligido, deber�a profetizar; todav�a debe predicar la palabra sincera de Dios, y denunciar los juicios divinos contra la idolatr�a y la maldad reinantes. Y esto deb�an continuar haci�ndolo mientras dur� la gran corrupci�n misma, por un espacio de mil doscientos sesenta d�as. Es el mismo espacio de tiempo con los cuarenta y dos meses, Apocalipsis 11:2 .

Por cuarenta y dos meses, cada uno de los cuales consta de treinta d�as, equivalen a mil doscientos sesenta d�as o a�os.en el estilo prof�tico; y mil doscientos sesenta a�os, (como hemos visto antes en Daniel 12:11 ) es el per�odo asignado para la tiran�a y la idolatr�a de la iglesia de Roma.

Luego se da un car�cter de esos testigos, y del poder y efecto de su predicaci�n; Apocalipsis 11:4 . Estos son los dos olivos, etc. es decir, "Ellos, como Zorobabel y Josu�, Zacar�as 4 son los grandes instructores e iluminadores de la iglesia". El fuego sali� de sus bocas, etc. ( Apocalipsis 11:5 ) Es decir, "son como Mois�s y El�as, ( N�meros 16:2 2 Reyes 1) que clamaron fuego sobre los enemigos de Jehov�". Pero su fuego era real; esto es simb�lico y procede de la boca de los testigos,denunciando la venganza divina sobre los corruptores y opositores de la verdadera religi�n; de la misma manera que se le dijo a Jerem�as, cap.

Apocalipsis 5:14 . Har� que mis palabras en tu boca sean fuego, etc. San Juan a�ade: Estos tienen poder para cerrar el cielo, etc. Apocalipsis 11:6 es decir, "Son como El�as, que predijo una falta de lluvia en los d�as de Acab, 1 Reyes 17:1 . Santiago 5:17 y no llovi� por espacio de tres a�os y seis meses; los cuales , m�sticamente entendido, es el mismo espacio de tiempo que los cuarenta y dos meses, Apocalipsis 11:2 y los mil doscientos sesenta d�as, Apocalipsis 11:3 que fueron asignados para la profec�a de los testigos. "Durante este tiempo, la protecci�n y la bendici�n divinas ser�n negadas a aquellos hombres que descuiden y desprecian su predicaci�n y doctrina.

Tambi�n tienen poder sobre las aguas, etc. Apocalipsis 11:6 es decir, son como Mois�s y Aar�n, que infligieron plagas en Egipto; y se puede decir que hieren la tierra con las plagas que denuncian; como, en el lenguaje de las Escrituras, a menudo se dice que los profetas hacen esas cosas, que declaran y predicen. Pero es muy probable que estos detalles reciban un cumplimiento m�s literal, cuando las plagas de Dios y las copas de su ira (cap. 16) se derramen sobre los hombres, como consecuencia de haber resistido durante tanto tiempo a la testimonio de los testigos.

Versículos 7-12

Cuando hayan terminado, etc. � O, cuando est�n a punto de terminar su testimonio, la bestia salvaje que sube del abismo, etc. Despu�s de la descripci�n de los testigos, su poder y oficios, sigue una predicci�n de las cosas que les acontecer�n al final de su ministerio: y su pasi�n, muerte, resurrecci�n y ascensi�n, se copian de nuestro Salvador, quien es enf�ticamente de estilo, El testigo fiel y verdadero, cap. Apocalipsis 3:14 pero con esta diferencia, que los suyos eran reales, los de ellos son figurativos y m�sticos. Cuando est�n por terminar su testimonio, la bestia que sube del abismo,�El poder tir�nico de Roma, (del cual veremos m�s m�s adelante) har� la guerra, etc.

Apocalipsis 11:7 . La bestia, de hecho, har� guerra contra ellos en todo momento que est�n realizando su ministerio, pero, cuando est�n cerca de terminarlo, que ser� por lo que hacen la guerra contra ellos como a los vencer�, y los matar�. Ser�n sometidos y reprimidos; ser degradado de todo poder y autoridad; ser privado de todos los cargos y funciones, y estar pol�ticamente muerto, si no naturalmente.

En este estado abyecto y bajo ellos yacer�n alg�n tiempo, Apocalipsis 11:8 en la calle de la gran ciudad, en alg�n lugar conspicuo dentro de la jurisdicci�n de Roma, que espiritualmente se llama Sodoma, por corrupci�n de costumbres; y Egipto, por la tiran�a y opresi�n del pueblo de Dios; donde tambi�n nuestro Se�or fue crucificado espiritualmente, siendo crucificado de nuevo en los sufrimientos de sus fieles m�rtires. Es m�s, para mostrar la mayor indignidad y crueldad a los m�rtires, sus cad�veres no solo ser�n expuestos p�blicamente ( Apocalipsis 11:9 ), sino que se les negar� incluso el privilegio com�n del entierro: y sus enemigos se regocijar�n.e insultarlos , Apocalipsis 11:10 y se enviar�n regalos mutuos y felicitaciones unos a otros, por su liberaci�n de estos verdugos, cuya vida y doctrina fueron un continuo reproche para ellos.

Pero despu�s de tres d�as y medio, Apocalipsis 11:11 es decir, en el estilo prof�tico, despu�s de tres a�os y medio (porque no se requiere menos tiempo para todas estas transacciones), ser�n resucitados por el Esp�ritu de Dios. , y, Apocalipsis 11:12 ascender�n al cielo: no solo ser�n restaurados a su estado pr�stino, sino que ser�n promovidos a�n m�s a la dignidad y el honor: y eso por una gran voz del cielo; �Por la voz de la autoridad p�blica.

A la misma hora habr� un gran terremoto, habr� grandes conmociones en el mundo; y caer� la d�cima parte de la ciudad, como presagio y anticipo de una ca�da a�n mayor.y siete mil nombres de hombres, o siete mil hombres de renombre, ser�n muertos, y el resto en su espanto reconocer� el gran poder de Dios.

Algunos int�rpretes opinan que esta profec�a de la muerte y resurrecci�n de los testigos se complet� en el caso de Juan Huss y Jer�nimo de Praga; otros lo refieren a los protestantes de la liga de Smalcald. Algunos piensan de nuevo que es aplicable a la horrible masacre de los protestantes en Par�s y otras ciudades de Francia, en el a�o 1572; otros imaginaban que la persecuci�n continuaba por Lewis XIV. contra los protestantes de Francia, en el a�o 1685, ser�a la �ltima persecuci�n. Y otros lo aplican nuevamente a los protestantes pobres en los valles del Piamonte, encarcelados, asesinados o desterrados, en el a�o 1686.

En todos estos casos puede haber alg�n parecido ante nosotros, de la muerte y resurrecci�n de los testigos:pero aunque estos casos responden suficientemente en algunos aspectos, son deficientes en otros; y particularmente en esto, que ninguno de ellos es la �ltima persecuci�n: otros lo han sido desde entonces, y probablemente lo ser�n nuevamente. Adem�s, como los dos testigos est�n dise�ados para ser los representantes de los protestantes en general, la persecuci�n tambi�n debe ser general.

Ahora vivimos bajo la sexta trompeta; y el imperio de los jinetes eufrateos , u otmanes, a�n subsiste: la bestia a�n reina, y los testigos , en algunos tiempos y lugares m�s, en otros menos, profetizan vestidos de cilicio. No ser� sino hasta el final de este testimonio, y el final parece estar todav�a a cierta distancia, que surtir�n efecto la gran victoria y el triunfo de la bestia, y la supresi�n, resurrecci�n y exaltaci�n de los testigos . Cuando se cumplan todas estas cosas, entonces ella sexta trompeta terminar�; entonces el segundo ay habr� pasado, Apocalipsis 11:14 el imperio de Othman ser� quebrantado de la misma manera que Ezequiel (Ezequiel 38-39) y Daniel ( Daniel 11:44 ) han predicho; Los sufrimientos de los testigos cesar�n, y ser�n elevados y exaltados por encima de sus enemigos; y cuando el segundo ay haya pasado, he aqu�, el tercer ay, o la destrucci�n total de la bestia, vendr� pronto: alg�n tiempo intervino entre el primero y segundos ay; pero al cesar el segundo, el tercero comenzar� inmediatamente.

Parece, entonces, que la mayor parte de esta profec�a relacionada con los testigos, a�n no se ha cumplido. Pero posiblemente algunos pueden cuestionar si se ha cumplido alguna parte; si ha habido personas como testigos;�Alg�n verdadero y fiel siervo de Jesucristo, que en todas las �pocas haya profesado doctrinas contrarias a las mantenidas por el Papa y la iglesia de Roma? La verdad del hecho puede hacerse aparecer por una deducci�n hist�rica; y se puede probar que ha habido constantemente tales testigos, desde el siglo s�ptimo hasta la reforma, durante el per�odo m�s floreciente del papado. Quienes deseen ver esta deducci�n, pueden encontrarla en Flaccius Illyricus, en los Centuriators de Magdeburg, en Usher, en Alix, en Spanheim, en Calmet, en Mosheim y en todos los escritores eclesi�sticos.

Versículos 15-18

El s�ptimo �ngel toc� la trompeta, etc. � Al tocar la s�ptima trompeta, comienza el tercer ay ; que est� m�s bien impl�cito que expresado, como se describir� con m�s detalle a continuaci�n. El tercer ay tra�do sobre los habitantes de la tierra, es la ruina y ca�da del reino anticristiano; y entonces, y no hasta entonces, seg�n el coro celestial, los reinos de este mundo se convertir�n en los reinos del Se�or, etc. San Juan est� absorto y se apresura, por as� decirlo, a contemplar el feliz milenio, sin considerar los pasos que lo precedieron y lo concluyeron.

Al mismo tiempo, los veinticuatro ancianos, o los ministros de la iglesia, Apocalipsis 11:16se representan alabando y glorificando a Dios, por manifestar su poder y su reino m�s de lo que lo hab�a hecho antes: tambi�n dan un indicio de algunos eventos sucesivos; como, la ira de las naciones, Gog y Magog, cap.

Apocalipsis 20:8 y la ira de Dios, mostrada en su destrucci�n, cap. Apocalipsis 20:9 y la recompensa de todo lo bueno, as� como el castigo de los malvados, Apocalipsis 11:12, &C. Aqu� tenemos s�lo un relato resumido de las circunstancias y sucesos de la s�ptima trompeta; pero los detalles se ampliar�n y ampliar�n de aqu� en adelante. As� llegamos a la consumaci�n de todas las cosas, a trav�s de una serie de profec�as, que se extienden desde los d�as del ap�stol hasta el fin del mundo.

Es esta serie la que ha sido nuestra pista, para conducirnos en nuestra interpretaci�n de estas profec�as; y aunque algunos de ellos son oscuros y oscuros, considerados en s� mismos, reciben luz de otros, precedentes y siguientes. En conjunto, son, por as� decirlo, una cadena de profec�as, de las cuales un eslab�n depende y sostiene a otro. Si alguna parte sigue siendo oscura e insatisfactoria, tal vez pueda aclararse con lo que el propio ap�stol ha agregado a modo de explicaci�n. Consulte el Ap�ndice para conocer otras opiniones sobre este tema.

Versículo 19

Y el templo de Dios, etc. - El obispo Newton, con Grocio, opina que este vers�culo deber�a introducir el cap�tulo duod�cimo, ya que parece comenzar un nuevo tema: est� muy en el mismo esp�ritu con la visi�n de Isa�as, (cap. Apocalipsis 6:1 ) y de nuestro divino profeta, cap. Apocalipsis 4:1 . El templo de Dios fue abierto en el cielo, etc. es decir, ahora se hicieron descubrimientos m�s abiertos y el misterio de Dios fue revelado al profeta. Rel�mpagos y voces, etc. son los concomitantes habituales de la presencia divina, y especialmente al dar nuevas leyes y nuevas revelaciones: ver �xodo 19:16 ; �xodo 19:25 .

Apocalipsis 4:5 ; Apocalipsis 8:5y con tanta raz�n se hacen en este lugar los signos y preludios de las revelaciones y juicios que han de seguir. No es una objeci�n justa que se supone que un nuevo sujeto comienza con la conjunci�n y; porque esto es frecuente en el estilo de los hebreos; algunos libros, como N�meros, Josu� y los dos libros de Samuel, etc. comience con la part�cula hebrea ?, vau o y.

Inferencias.� Durante mucho tiempo el patio del templo de Dios ha sido pisoteado por los gentiles, y un grupo de cristianos muy corruptos y degenerados (si es que merecen el nombre, aunque se arrogan orgullosamente el t�tulo de iglesia cat�lica ) ha sido introduciendo y tolerando todas las tonter�as y absurdos de la superstici�n pagana, as� como m�s que los horrores de la crueldad pagana, para haber deshonrado nosoloal evangelio , sino a la naturaleza humana misma. Una Providencia sabia y misericordiosa ha levantado testigospor la verdad en todas las �pocas; y es un gran honor dar un testimonio fiel y valiente contra estas enormes corrupciones, aunque se trate de cadenas y encarcelamientos, e incluso a expensas de la vida.

Dios ha apoyado notablemente a esos nobles y heroicos confesores; e incluso cuando han estado en un estado de luto y opresi�n, han dado su testimonio y profetizado; sus oraciones han sido recordadas ante Dios, y muchos han sido heridos, quienes los hirieron y oprimieron.

Pero, a pesar de esto, la bestia continu� su guerra contra los santos, y su opresi�n aument�, hasta que, en muchos lugares, fueron derribados y hollados en el polvo, y su sangre se derram� como agua sobre la tierra. As� la gran ciudad, la metr�poli del mundo, una vez fiel y celebrada, se ha convertido en Sodoma y Egipto, o incluso en Jerusal�n, donde Cristo mismo, nuestro divino Maestro, fue crucificado.As� han triunfado los enemigos de la verdad sobre los siervos del Se�or, y han erigido trofeos de su victoria. Pero, gracias a Dios, su triunfo no ser� perpetuo; Cristo nuestro Redentor revivir� su causa que expira, de una manera tan gloriosa y maravillosa como una resurrecci�n de entre los muertos: glorificar� a su pueblo fiel; har� temblar la tierra y har� temblar las torres del enemigo; y cuando el primero y el segundo ay pasen, les traer� un tercero y m�s terrible ay.

En la fe de este acontecimiento triunfal, regocij�monos; y consideremos que se acerca, cuando el s�ptimo �ngel sonar�, y cuando todoslos reinos de la tierra llegar�n a ser los reinos de nuestro Se�or y de su Cristo. Dejemos que nuestras oraciones hagan todo lo que puedan hacer las oraciones m�s fervientes para promover este gran evento.

Oh Se�or Dios Todopoderoso, que eres y que vendr�s, te suplicamos que tomes tu gran poder y reinado; porque el m�s orgulloso de los enemigos que se oponen a tu reino reina, e incluso vive, solo con tu permiso. Domina, con tu superior reprensi�n, la furia de las naciones airadas; y da paciencia a tus siervos afligidos, para que nunca renuncien a la esperanza de la recompensa, que finalmente conferir�s a tu pueblo fiel, no s�lo a los profetas, y al m�s eminente y distinguido de los santos, sino a todos aquellos que teman tu glorioso y tremendo nombre; tanto en lo peque�o como en lo grande; cuando los destructores de la iglesia y de la tierra sean destruidos a una. Am�n.

REFLEXIONES.� 1�. Se da una descripci�n general del estado tanto de la Iglesia verdadera como de la anticristiana durante 1260 a�os, desde que surgi� el poder temporal del Papa, alrededor de 756.

1. A San Juan se le ordena medir el templo de Dios, el altar y los adoradores; porque, en los peores tiempos y en los d�as m�s oscuros, Dios todav�a mantendr�a su propia causa; y todos sus siervos que quisieran mejorar la luz que les fue otorgada, deber�an ser preservados de la apostas�a general. No podr� medir el atrio exterior; que se deja a los gentiles, a aquellos que de hecho profesan llevar el nombre cristiano, pero por la idolatr�a, las supersticiones y los fraudes que fomentan y mantienen, son devueltos en realidad a la adoraci�n del paganismo, siendo el pagano revivido el paganismo: y durante cuarenta y dos meses, o 1260 a�os, estos papistas gentiles hollar�n la ciudad santa y ejercer�n su gobierno tir�nico sobre los profesores del nombre cristiano.
2.

Durante el predominio de la tiran�a anticristiana, Dios no dejar� el mundo sin advertencia, ni los corruptores de su adoraci�n sin testimonio; Se levantar� una sucesi�n de ministros fieles, algunos de los que aqu� se habla como dos, y vestidos de cilicio, profundamente afectados por las miserias de la iglesia y las persecuciones de los fieles.

Estos son los dos olivos, etc. como Zorobabel y Josu� ( Zacar�as 4:6.), a quien Dios suplir� con las continuas influencias de su gracia, y dotar� de luz y celo para protestar contra las corrupciones de la iglesia anticristiana. Y si alguno intenta hacerles da�o, la palabra del Se�or, que sale de sus bocas como fuego, denuncia la muerte espiritual y eterna sobre ellos.

Estos tienen poder, como El�as, para cerrar el cielo y traer las plagas m�s pesadas, como las de Egipto, sobre sus enemigos; incluso las plagas espirituales del hambre de la palabra, la obstinaci�n del coraz�n y todos los terribles juicios que, en respuesta a sus oraciones, Dios infligir� a sus perseguidores, y que ellos denunciar�n sobre ellos, no por un esp�ritu de venganza, sino para la vindicaci�n de la honra da�ada de Dios.

3. Los testigos ser�n muertos mientras est�n dando su testimonio, aunque Dios siempre levantar� a otros y vengar� su sangre de sus perseguidores; y se prohibir� el entierro de sus cad�veres, y ser�n insultados en las calles de esa gran ciudad, espiritualmente llamada Sodoma y Egipto, donde tambi�n nuestro Se�or fue crucificado, siendo Roma papal tan notoria por su inmundicia como Sodoma, y, como Egipto, la cruel opresor del pueblo de Dios, y rojo con la sangre de los m�rtires de Jes�s, que es, por as� decirlo, de nuevo para crucificarlo.

Algunos suponen que este asesinato de los testigos por parte de la bestia anticristiana y sus seguidores, a�n est� por llegar; y que los tres d�as y medio, no se refieren al tiempo y tiempos y medios tiempos, o 1260 a�os, todo el per�odo del papado, sino a alguna persecuci�n m�s espantosa, y al predominio general del poder del anticristo, que, hacia el se permitir� el cierre de este per�odo; y que por un breve espacio los habitantes de los pa�ses papales se felicitar�n unos a otros, como si ahora finalmente hubieran triunfado sobre quienes turbaban sus conciencias con protestas contra sus impiedades, idolatr�as y todas sus abominaciones. Consulte las anotaciones y el ap�ndice.

4. Despu�s de tres d�as y medio,al final del per�odo de 1260 a�os, los testigos resucitan milagrosamente, para el terror de sus enemigos; no las mismas personas, sino otras, investidas de su esp�ritu, audacia y celo; y Dios, en testimonio de su aprobaci�n, los llev� al cielo a la vista de sus enemigos, no literalmente, sino figuradamente; los exalt� a un estado de eminente dignidad y seguridad, por encima de toda la malicia de sus enemigos; y luego un gran terremoto sacudi� una gran parte de la ciudad de la bestia, y siete mil hombres fueron muertos; un gran n�mero de sus dependientes e instigadores, hombres notables e influyentes, cay�, y su jurisdicci�n fue demolida en parte; mientras que el resto, atemorizado por estos prodigios, renunciaron a sus idolatr�as y supersticiones y, convertidos a la fe de Jes�s, glorificaron a Dios.

Nota; (1.) Los enemigos de los siervos testigos de Dios un d�a, con confusi�n, ver�n su exaltaci�n y sabr�n que Dios los ha enviado. (2.) Cuando los juicios de Dios est�n en la tierra, sus habitantes deben aprender justicia; y los que vuelan a Dios en busca de refugio y le dan gloria, ser�n salvos del temor del mal.

2�, Suena la s�ptima trompeta, y he aqu� que se denuncia el tercer y �ltimo ay, cuando los poderes mahometanos y papales, los anticristos orientales y occidentales, van a ser completamente destruidos. En la que,
1. Grandes aclamaciones de gozo llenan todos los atrios del cielo; Ha llegado el tiempo deseado, cuando Jes�s erigir� su trono, y todas las naciones se postrar�n ante el cetro de su gracia, reconoci�ndolo como su leg�timo Rey, quien reinar� sobre sus fieles santos por los siglos de los siglos. Y por esto, los veinticuatro ancianos dan gracias al Se�or y, en humilde adoraci�n, se postran ante su trono, alabando al eterno y todopoderoso Jes�s, que ahora ha desnudado notablemente su brazo.

vengando la muerte de sus siervos martirizados y, a cambio de la indignaci�n mostrada por los perseguidores anticristianos, ha derramado sus copas de ira sobre ellos; mientras que sus ministros y su pueblo fieles ahora reciben su gloriosa recompensa; ven a sus enemigos convertirse en su escabel; y disfrutar de la paz, el consuelo, la comuni�n mutua,

Y toda alma llena de gracia, que espera con ansias esta temporada feliz, no puede dejar de orar para que Dios la apresure a su debido tiempo.
2. El templo de Dios fue abierto en el cielo; se restaur� el ejercicio del verdadero culto evang�lico; y all� se vio en su templo el arca de su testamento, dando a entender las peculiares manifestaciones de la presencia de Dios a todo su pueblo, la osad�a que tendr�n para acercarse al m�s santo de todos, y la dulce comuni�n que gozar�n con el Se�or, viendo �l, por as� decirlo, cara a cara.

3. Y hubo rel�mpagos y voces y truenos, y un terremoto y gran granizo, como si la disoluci�n de todas las cosas estuviera cerca; insinuando la demolici�n completa de todos los enemigos de la iglesia. Nota; Aunque la lucha sea larga y aguda, el evangelio finalmente triunfar�, y la verdad al fin prevalecer� sobre toda oposici�n.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Revelation 11". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/revelation-11.html. 1801-1803.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile