Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
advertisement
advertisement
advertisement
Attention!
Tired of seeing ads while studying? Now you can enjoy an "Ads Free" version of the site for as little as 10¢ a day and support a great cause!
Click here to learn more!
Click here to learn more!
Bible Commentaries
Comentario de Coke sobre la Santa Biblia Comentario de Coke
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Zephaniah 3". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/zephaniah-3.html. 1801-1803.
Coke, Thomas. "Comentario sobre Zephaniah 3". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/
Introducción
Una reprensi�n de Jerusal�n por diversos pecados. Una exhortaci�n a esperar la restauraci�n de Israel y regocijarse por su salvaci�n por Dios.
Antes de Cristo 612.
Versículo 1
Ay de la inmunda, & c. Ay de la que provoca ira y se contamina; a la ciudad oprimida; o ciudad de opresores. Sofon�as 3:2 . La cual no oye la voz, ni recibe instrucci�n, ni tiene esperanza en el SE�OR, ni se acerca a su Dios. Sofon�as 3:3 .
Cuyos pr�ncipes, & c . No roen los huesos ni dejan huesos para roer por la ma�ana; o no descansan ni siquiera hasta la ma�ana. Houbigant; quien observa que el profeta en este vers�culo compara a los jueces de Jerusal�n con lobos vespertinos, porque comienzan a cazar su presa al anochecer, pero contin�an haci�ndolo durante toda la noche, e incluso hasta la ma�ana.
Versículo 5
Todas las ma�anas, etc. Es decir, "Todos los d�as no deja de dar nuevas evidencias de su justicia sobre estos pr�ncipes, falsos profetas y sacerdotes id�latras". La alusi�n es a la costumbre de los jud�os y las naciones vecinas, que dictaban juicios solo por la ma�ana.
Versículo 7
Recibir�s instrucci�n : t�, esto es, Jerusal�n, a quien, sin embargo, los ejemplos de las naciones vecinas, a quienes Dios hab�a destruido, Sofon�as 3:6 nada aprovech� Sofon�as 3:6 . En lugar de, Pero se levantaron temprano, etc. Houbigant lee, Pero ellos no tardaron en adorar a sus vanos dioses.
Versículo 8
Por lo tanto� Sin embargo. "A pesar de estas provocaciones, exhorto a los piadosos entre ustedes a esperar el cumplimiento de las promesas que he hecho de restaurar la naci�n jud�a a mi favor: para lo cual, ejecutar� juicios notables sobre los incr�dulos y desobedientes". Es muy com�n entre los profetas someter las promesas m�s c�modas a las amenazas m�s espantosas, y, despu�s de haber denunciado el cautiverio, predecir la liberaci�n del pueblo; pero el profeta aqu� parece mirar m�s lejos; incluso hasta los tiempos del Evangelio, y quiz�s hasta la restauraci�n futura y final de los jud�os. Vea los siguientes vers�culos.
Versículo 9
Porque entonces me volver�, & c.� Houbigant lo traduce, Porque entonces derramar� en el pueblo un lenguaje puro; para que todos invoquen el nombre de Jehov� y le sirvan con un solo hombro; es decir, con unanimidad y consentimiento; aludiendo a la unanimidad de los levitas al llevar el arca. El profeta predice las mismas cosas aqu� con Joel, Joel 2:28 . Derramar� mi esp�ritu sobre toda carne, etc.
Versículo 10
Desde el otro lado de los r�os, etc.� Desde los l�mites de los r�os de Etiop�a, los que hasta ahora he dispersado ser�n mis suplicantes, y me traer�n una ofrenda. Houbigant. Los jud�os, dispersos en los pa�ses m�s lejanos, como en las partes m�s lejanas de Etiop�a, entrar�n en la iglesia cristiana y all� rendir�n sus adoraciones al Dios de sus padres.
Versículo 11
Los que se regocijan en tu orgullo, los que levantaron o causaron tu orgullo; a saber, los sacerdotes y escribas jud�os, que se jactaban con orgullo contra el Mes�as; y en cuyo lugar el Se�or present� al pueblo manso y humilde, los disc�pulos de Cristo; Sofon�as 3:12 . En lugar de, no te averg�ences , y, a causa de mi santo monte, podemos leer, no te averg�ences y en mi santo monte.
Versículo 14
Canta, oh hija de Sion. Estos himnos de gozo, aunque en cierta medida son aplicables al regreso del cautiverio, sin embargo, en toda su propiedad pertenecen a los tiempos del Evangelio. El rey de Israel, del que se habla en el siguiente vers�culo, es Jesucristo, quien reina verdaderamente sobre su pueblo, por su imperio de gracia y de amor.
Versículo 16
No est�n flojas tus manos; no caigan tus manos. Houbigant. Ver Hebreos 12:12 .
Versículo 17
�l salvar�, etc.� �l traer� salvaci�n; se regocijar� y se alegrar� por ti; �l renovar� su amor y gozo por ti con c�nticos, como en una asamblea solemne. Sofon�as 3:18 . Porque quitar� a los que te oprimieron; se alejar�n de ti, para que no te traigan oprobio. Houbigant.
Versículo 19
Deshacer�, etc.� oprimir�. Houbigant; quien observa que desde el vers�culo 13 hasta el final del cap�tulo, el profeta habla del �ltimo regreso y restauraci�n de los jud�os; como la primera parte respetaba la iglesia naciente de los cristianos; porque Sion y Jerusal�n se�alan a la naci�n jud�a, que no ver� m�s el mal, como lo vieron en la �ltima destrucci�n de su ciudad y estado por los romanos. En lugar de ante sus ojos, en el siguiente vers�culo, debe leerse ante sus ojos; es decir, los ojos de la gente de toda la tierra.
REFLEXIONES.� 1�, Jerusal�n es nuevamente la carga de esta profec�a: donde Dios justamente podr�a haber esperado toda obediencia, no se encuentra nada m�s que abominaci�n.
1. Toda la ciudad est� llena de maldad. Ay de la inmunda y contaminada de pecados complicados; a la ciudad opresora, donde prevalec�a la violencia sin ley. Ella no obedeci� a la voz; desobediente a la voluntad de Dios, y sin hacer caso de su ley: no recibi� correcci�n; ni las amonestaciones de los profetas ni la vara de las providencias aflictivas produjeron ning�n efecto bueno.
No confi� en el Se�or, sino en sus �dolos y aliados paganos; no se acerc� a su Dios; rompiendo el pacto, abandonando al Dios de sus misericordias y reprimiendo la oraci�n ante �l; que algunos se aplican particularmente a los fariseos en los d�as de Cristo, quienes estaban llenos de inmundicia, confiaban en s� mismos y no vinieron a Jes�s en busca de perd�n, justicia y salvaci�n.
2. Los l�deres son los principales en transgresi�n. Los nobles y jueces son rapaces y crueles como leones rugientes y lobos vespertinos, cuando, empujados por el hambre, salen en busca de presas; no roen los huesos hasta el d�a siguiente, ni hasta la ma�ana; comiendo en el acto hasta los huesos de la presa que cae en sus manos. Sus profetas son ligeros y traicioneros; su conducta vana desment�a sus pretensiones, y su palabra tend�a a traicionar los intereses de la religi�n ya arruinar las almas de los hombres.
Nota; La ligereza en un ministro debe convertirlo en un descr�dito para su profesi�n. Sus sacerdotes eran infieles; contaminaron el santuario con sus pecados, que deber�an haber adornado con la pureza de sus vidas; e hicieron violencia a la ley; lo pervirtieron con falsas glosas, o contradijeron lo que ense�aba con sus malos ejemplos: estos, por lo tanto, recibir�n mayor condenaci�n.
3. Sus pecados fueron agravados por muchas consideraciones:
[1.] La presencia de Dios estaba eminentemente con ellos. El Se�or justo est� en medio de ti; su Shejin� habit� entre ellos; contempl� todos sus caminos, que no pod�an sino provocar los ojos de su santidad. No har� iniquidad; tampoco puede sufrirlo en otros con impunidad. Todas las ma�anas saca a la luz su juicio; enviando a sus profetas para advertir a los hombres de la maldad y el peligro de sus caminos. No deja de llamarlos al arrepentimiento con larga paciencia y constantes amonestaciones; pero el injusto no conoce la verg�enza: nunca se averg�enza de su culpa o de su ingratitud; y los que han pasado la verg�enza, han perdido la curaci�n.
[2.] Hab�a ejecutado juicios sobre otras naciones para que tomaran nota; destruyendo sus ciudades y dejando su tierra desolada sin habitantes. Dije: Ciertamente me temer�s; afectado por los sufrimientos de los dem�s, y sin atreverse a provocar a un Dios celoso. Recibir�s instrucci�n, por su triste caso; para que su morada no sea cortada, por mucho que los castigue; sus visitaciones estaban dise�adas para rescatarlos de la destrucci�n, si o�an la vara, y qui�n la hab�a designado. Pero,
[3.] Se levantaron temprano y corrompieron todas sus obras; iba de mal en peor, llenando la medida de sus iniquidades; y se apresur� voluntariamente a arruinarlos. Nota; Las almas condenadas tendr�n por la eternidad s�lo su propia obstinaci�n y locura a la que culpar. �Cu�ntas veces te habr�a reunido y t� no?
En segundo lugar, en medio de todas las desolaciones determinadas, la perspectiva de los d�as del Mes�as da algunas esperanzas revitalizantes a los piadosos, a quienes se les ordena esperar todav�a en Dios y esperar su salvaci�n.
1. Se levantar� para vengarse y apoderarse de la presa; para lo cual re�ne a las naciones de los imp�os, para derramar sobre ellos su ira, que reh�san someterse a las ofrendas de su gracia y no obedecen a su Evangelio. O el sentido puede ser, �l reunir� los reinos, el ej�rcito romano reunido de ellos, para derramar sobre ellos, el pueblo jud�o, mi indignaci�n, por rechazar a su Mes�as; y toda su tierra ser� consumida por el fuego de mis celos.
2. �l establecer� y establecer� el reino del evangelio en todo el mundo, y traer� a las naciones a la obediencia de la fe, particularmente en los �ltimos d�as, a los que aqu� se hace referencia m�s particularmente: Porque entonces volver� al pueblo un puro idioma; la gracia convertidora de Dios cambiando efectivamente la conversaci�n; de modo que las almas renovadas hablen un idioma diferente al que sol�an hacer, contando ahora las cosas que Dios ha hecho por sus almas, y con una mente y una boca glorific�ndolo; y los piadosos de todas las naciones tendr�n una lengua com�n, y �nase al mismo servicio bendito de oraci�n y alabanza, invocando el nombre del Se�or y sirvi�ndole con un consentimiento.Y as� vendr� el pueblo disperso de Dios, ahora llevado a humildes suplicantes, de Egipto y de todos los lugares de su dispersi�n, trayendo su ofrenda, incluso sus cuerpos, almas y esp�ritus, un sacrificio vivo para Dios. La oraci�n es la voz inmediata del pecador humillado; y todo verdadero suplicante, no solo de palabra sino de hecho, se presenta a Dios para glorificarlo, no solo en sus labios sino en su vida.
En ese d�a, especialmente en esos �ltimos d�as, ser� quitada su verg�enza, sus pecados ser�n perdonados y su poder ser� subyugado. Los orgullosos y santurrones, los hip�critas, como los escribas y fariseos que confiaban en sus servicios en el templo, y en sus obras y obras, ser�n entonces destruidos, nada m�s ofensivo para Dios que esa alta vanidad que tales pecadores miserables se entretienen con sus propios servicios formales y deberes imperfectos. Tambi�n dejar� en medio de ti un pueblo afligido y pobre;como cuando los caldeos llevaron cautivos a todos los nobles y dejaron a los pobres de la tierra por labradores y vi�adores. Y el pueblo de Dios es en general un pueblo pobre, afligido con frecuencia por las tentaciones y la persecuci�n; pobre, generalmente en bienes mundanos, siempre en esp�ritu; sensibles a sus propias necesidades, y mendigos a la puerta de la misericordia por el pan de vida: y confiar�n en el nombre del Se�or, en su m�rito infinito, como la �nica base de su aceptaci�n ante Dios.
El remanente de Israel, estas pobres almas afligidas y fieles, no cometer�n iniquidad, sino que por la gracia de Dios podr� andar en toda santa conducta y piedad; ni hables mentiras, la verdad estampando todas sus palabras; siendo obedientes a las doctrinas del Evangelio, y teniendo la verdad a la luz y amor de ella: ni se hallar� en su boca lengua enga�osa; porque se alimentar�n, como ovejas del prado de Cristo, de las ordenanzas, y se acostar�n en paz bajo la protecci�n de su gran Pastor; y nadie los atemorizar�; ninguno de sus enemigos, espirituales o temporales, podr� aterrorizarlos o destruirlos; porque su coraz�n est� firme y confiado en el Se�or.
En tercer lugar, las promesas hechas en la �ltima parte de este cap�tulo tienen un respeto m�s inmediato a la restauraci�n de los jud�os en los �ltimos d�as; porque aunque tuvieron alg�n cumplimiento en su liberaci�n de Babilonia, sin embargo, despu�s de eso vieron el mal de nuevo, y ahora yacen bajo la m�s larga y m�s pesada de todas sus aflicciones; pero cuando Dios cumpla esta palabra, no ver�n m�s el mal.
Se pide a Sion que se regocije y grite de gozo ante la perspectiva de su gloriosa restauraci�n inminente; y se le ordena que ya no tema ni se desanime ante la grandeza o el n�mero de sus enemigos, porque Dios promete:
1. Quitarle todos los juicios ; todos los juicios temporales, como el exilio, la dispersi�n, la pobreza, el desprecio; todos los juicios espirituales, como ceguera, incredulidad y dureza de coraz�n.
Todos sus enemigos que ahora poseen la tierra de Israel ser�n echados, y �l destruir� a todos sus afligidos. Aunque d�biles, d�biles y vacilantes, su cautiverio ser� devuelto para no repetirse jam�s; porque no ver�s m�s el mal, ya que sus problemas han llegado a su fin para siempre.
2. Dios promete estar en medio de ellos, como su rey, el Mes�as, para salvarlos del poder de todo mal. �l es poderoso, s�, Todopoderoso, capaz de salvar al m�ximo y de cumplir todas las promesas de su palabra desafiando cualquier oposici�n que pueda surgir de Satan�s, el pecado, la muerte o el infierno; y con la voluntad que pueda, salvar� a su pueblo fiel.
�l se regocijar� por ti con alegr�a y c�nticos, siendo la conversi�n de los pecadores el deleite del Redentor; y entonces ve en ellos la aflicci�n de su alma, y ??queda satisfecho. Descansar� en su amor; �l mismo sentir� la mayor complacencia en las expresiones de su favor concedidas a su querido y fiel pueblo.
3. Volver�n a disfrutar de las ordenanzas que han estado interrumpidas durante tanto tiempo, y por las que lloraron durante su dispersi�n. Reunir� a los afligidos por la asamblea solemne, que lloran por las desolaciones de Sion, que son de ustedes, los verdaderos hijos de la Jerusal�n de arriba, la madre de todos nosotros; para quienes el reproche fue una carga, profundamente afectados por los insultos de sus enemigos, que fue el caso de los jud�os piadosos en Babilonia, quienes, en el tiempo se�alado por Dios, fueron restaurados a su templo y adoraci�n en Jerusal�n.
Los jud�os en su actual dispersi�n lamentan tambi�n la triste interrupci�n del servicio del santuario; y aquellos que se convierten de entre ellos anhelan el d�a de la restauraci�n de sus hermanos, cuando puedan ser reunidos en la iglesia de Cristo, y ser reunidos en su propia tierra, y servir a Dios literalmente en su santo monte en Jerusal�n, y sea ??quitado para siempre su oprobio.
4. Ser�n honorables y respetados, como han sido despreciados e insultados. Les dar� alabanza y fama en todos los pa�ses donde hayan sido avergonzados por haber rechazado al Mes�as; pero ahora, volvi�ndose al Se�or, todas las tierras cristianas los alabar�n por su obediencia a la fe; y la fama de su conversi�n difundir� un gozo general; entonces ser�n un nombre y una alabanza entre todos los pueblos de la tierra; por cuyo feliz acontecimiento todas las almas bondadosas unan sus fervientes s�plicas, para que el Se�or se complazca en apresurarlo en su tiempo.